Lentamente abrí mis ojos y un escalofrió recorrió mi cuerpo, pero al instante recordé que me encontraba en los fuertes brazos de Steven, levante mi vista esperando encontrarme con su sereno rostro descansando, pero sus ojos avellana fueron todo lo que vi, una sonrisa inocente se formo en su rostro y no pude evitar hacer lo mismo.
-¿Hace cuanto tiempo llevas despierto?
-Horas quizás, la verdad no medí el tiempo, solo te observe.
Podía sentir mis mejilla arder y escondí mi rostro mirando hacia la chimenea, en la cual solo habían cenizas.
-Es una casa muy linda- comenté.
El rió y eso me basto para sentirme completamente feliz, desde que lo conocí mi vida se volvió loca pero aun así me gusta, porque al final del día siempre volvemos a estar juntos.
-Me trae muchos recuerdos estar aquí- dijo mas para si mismo.
-¿Tu abuela era muy agradable, cierto?-
-Lo era, no conocí una mejor persona-
-Steven..-
-No Alice, se que quieres una respuesta pero ahora mismo no puedo dártela- su tono expresaba miedo, miedo de perderme, pero ya nada mas me podía alejar de el.
-Solo te iba a decir que tengo hambre y tengo que ir al trabajo en unas horas-
Su risa resonó nuevamente por toda la pequeña casa, unos quince minutos pasaron hasta que el suelo comenzó a ser incomodo, nos levantamos y cambiamos, la cocina era muy parecida a la de mi casa en Texas, pero un poco mas reducida, como Steven no es tan bueno en la cocina, cociné unos huevos revueltos mientras el se encargaba de tratar de arruinarlos o distraerme robándome besos, nos llevamos la comida a la sala de estar para comer junto al fuego ya que Steven le agrego mas leña.
-Tengo que admitirlo, estos huevos están muy buenos-
-No hace falta que los digas-contesté tratando de que sonara lo mas egocéntrico posible.
-Alice, siento no poder haber evitado lo de la otra noche-
-¿A que noche te refieres?-
-Suena irónico que hayas tenido que soportarme a mi una noche y luego a..- su respiración se dificulto y dejo su plato a un lado mientras sus manos se convertían en puños, apoye mi mano en su hombro para tranquilizarlo pero negó con su cabeza y se alejo de mi.
-Quiero que me lo cuentes, absolutamente todo-
-Steven, no es necesario-
-Lo es, puede sonar egoísta que te haga contar algo que te atemoriza, pero lo necesito-
-Fue la noche de año nuevo, yo volvía de un lugar, al entrar a mi apartamento todo estaba normal, pero alguien estaba en el sillón, Cameron me dijo cosas que no quiero repetir-lo miro, esperando estar segura antes de continuar, sus ojos quieren saber mas- el me beso, no fue un beso en absoluto, mordió mi labio hasta que este sangro y luego me golpeo en la cara, le pegué y trate correr pero el me tomo del pie y caí, el aprovecho la situación para abusar de mi, en cierto momento lo aparte de mi, corrí a la cocina y saque una cuchilla, sin pensarlo se la clave, solo logre lastimarle una parte de su estómago-
-¿En que hospital está?-
Me levante rápidamente del sillón y lo tome por los hombros, el no haría ninguna locura por mi.
-No Steven, ni lo pienses-
El levanto sus manos y saco las mías de sus hombros, luego entrelazo nuestros dedos.
-Alguien tiene que detenerlo, porque la justicia no hará nada y no puedo esperar a que el te dañe nuevamente-
-No lo hará Steven.
-¡Joder! El va a seguir hasta lograr lo que quiere.
-¿Y que es lo que quiere?-
-Que mueras, no puede soportar que no seas de el, el te matara Alice y yo no puedo imaginar una vida sin ti.
-¿Entonces la solución es matarlo a el?
-No lo se, pero es la única que se me ocurre.
-Yo tengo una mejor, contrata al abogado mas caro de todo New York, el que te asegure que Cameron vivirá el resto de su vida en la cárcel.
-El no merece vivir después de todo lo que te hizo-
La idea de que Steven ensuciara sus manos con sangre por mi me hacia estremecer, abrí la boca para contestar pero no tuve tiempo ya que Steven me tiro hacia el y me beso, un beso que me tomo por sorpresa y que me hizo sentir corrientes eléctricas por mi cuerpo.
-Prométeme que no harás ninguna locura-
-Lo prometo-
La librería estaba repleta cuando llegue a mi turno y aun lo está, amo mi trabajo y aun amo mas que Steven este conmigo, sentado en uno de los tantos sillones, observándome, sus ojos no se desvían de mi, tengo que ser cuidadosa al atender a chicos ya que cuando estaba hablando con uno, se levanto y vino a mi lado, tomando mi cintura.
-Steven puedes ir a casa y luego venir por mi- dije sentándome a su lado.
-Me gusta estar aquí-
-Steven- insistí.
-Esta bien, paso por ti cuando termines- me dio un rápido beso y salió rápidamente de la librería, me quede como una boba mirando a la puerta hasta que una amable voz me hizo volver a la realidad.
-¿Me podrías ayudar a buscar un libro?-
Narra Steven
Mi mente es un torbellino, amo a Alice, la amo jodidamente pero al pensar en Jennifer, una sensación rara me invade y realmente no se que hacer, yo no tenia que enamorarme, hasta hace unos meses pensé que era realmente imposible, pero desde que conocí a Alice algo cambio, cada vez que la veía su rostro quedaba grabado en mi mente, no le di importancia, pero de a poco esa conexión se fue haciendo mas fuerte hasta que llegue al punto de alejarla repetidas veces, pero siempre volvía hacia ella, como si fuera mi soporte cuando en realidad siempre pensé que era Jen. ¿Hace cuanto tiempo que no me siento vivo? ¿feliz?, cada vez que veo los ojos de Alice tengo ganas de abrazarla y no dejarla ir, y cuando escucho su risa, oh dios mío, su risa es la mas dulce melodía que he oído.
Conduzco mi nuevo ferrari a toda velocidad por las alejadas calles de New York. Entro en el estacionamiento del hospital mental, el cual he visitado por años, todavía no logro entender como Alice sabe todo, pero de algún modo, cuando lo dijo fue un alivio para mi porque aun así ella me ama, bajo del vehículo y camino hasta llegar dentro del hospital, saludo con un asentimiento de cabeza a las enfermeras y me dirijo hacia la habitación de Jen, necesito verla para poder tomar una decisión, cuando abro la puerta con la tarjeta de seguridad que siempre llevo conmigo, la habitación se encuentra igual a cuando la deje el Día de Gracias.
Escucho el agua de la ducha y se que ella esta bañándose, siempre temo que le agarre algún ataque y quiera quitarse la vida, pero por esa misma razón le he contratado a una compañera, una enfermera privada, Olivia, la misma que ha cuidado de Alice cuando estuvo en el hospital, ella estaba leyendo una revista cuando entre, levanto su vista hacia mi y sonrió.
-Buenas tardes señor Seymour, Jennifer ha estado preguntando por usted-
-Buenas tardes Olivia, ¿como ha estado ella?-
Dijo dirigiéndome al mini bar y sirviéndome whisky en un vaso de vidrio, le ofrecí un poco a Olivia pero ella negó con su cabeza.
-Solo ha tenido dos ataques de histeria y le he tenido que inyectar tres calmantes en total, últimamente ha estado hablando muchas cosas sin sentido y ayer le hicieron el chequeo medico-
-El doctor ya me ha hablado de ellos-
-¿Cómo salieron?- su pregunta sonaba sincera, no por querer saber, sino mas por una verdadera preocupación, con el tiempo le ha tomado cariño a Jen.
-No muy bien-tome un largo sorbo del fuerte liquido- no hay avances-
Ella asintió y dejo la revista a un lado, Jen salió del baño, vestía un hermoso vestido amarillo con flores y su pelo estaba recogido, perdió mucho peso al punto de que se noten sus huesos y siempre unas grandes ojeras se encuentran debajo de sus grandes ojos.
-Los dejare solos para que hablen-dijo Olivia y luego se retiró, Jen avanzo hacia mi y me pego una leve cachetada mientras comenzaba a llorar.
-Me abandonaste, no has venido a visitarme- tomo mi vaso y lo estrello contra la pared hasta que este se convirtió en solo pedazos de vidrios.
Siempre es habitual que se comporte así, su enfermedad ha ido empeorando, en momentos es ella misma, pero en otros no, he tenido la esperanza de que se recupere pero ¿si nunca vuelve?.
-Bebe, he tenido trabajo-dije rodeándola con mis brazos, de pronto su furia desapareció y también sus lagrimas, soltó una leve risa y me beso rápidamente antes de correr a la cama y recostarse sobre ella.
-He visto una película muy graciosa y no puedo parar de pensar en todas las escenas-
-¿Y de que trataba?-dije acercándome a ella y sentándome a su lado.
-Siento haber roto tu vaso-dijo al punto del llanto- yo no quise-
-Esta bien, no te preocupes -dije acariciando un rebelde mechón de pelo que salió de su recogido.
-Steven ¿qué sucede?-
Lo mire extrañado, su rostro había cambiado y pude ver mas allá de sus ojos, pude ver su alma y me di cuenta de que ella estaba de vuelta en si, aunque fuera por unos segundos.
-Jen sabes que te amo, pero tu enfermedad ha empeorado y no se si puedo seguir con esto-
-Y es lo que te he dicho durante años, cuando nos casamos te puse una condición ¿la recuerdas?-
-Que si llegabas al punto limite te dejaría ir-
-Es el momento- susurró, mire hacia otro lado, no podía soportarlo, duele ver que ella puede hablar siendo la de siempre pero lo peor es que siempre se va, es como tratar de atrapar el agua con tus manos, lentamente va cayendo por tus dedos y desapareciendo hasta que solo quede muy poco y a los segundos se seca y es como si nada hubiese pasado.
-¡¿Me piensas abandonar?! - grito Jen con todas sus fuerzas saltando de la cama y corriendo hacia una esquina de la habitación.
-Jen yo..-
Tomo una de las lamparas y me la lanzo, la esquive con agilidad y trate de ir hacia ella.
-¡No te acerques traidor! ¡Me dejas por otra!-
-No es así, es solo que..-
-¡Tu no me amas!- dijo lanzando un jarrón hacia mi cabeza, otro objeto que esquive- ¡Me abandonaras!-
-¡Te amo Jen! Pero tienes que recuperarte y..- ¿Realmente la sigo amando?
-¡Oh dios mio! ¡Oh dios mio! ¡Me abandonaras!- grito y comenzó a romper todo lo que estaba a su vista. Absolutamente todo, trate de pararla pero me mordió el brazo y continuo, destrozando la habitación, aproveche una vez que la tuve de espalda y la tome por la cintura a la vez que clave una jeringa en su brazo, el tranquilizador comenzó a hacer efecto ya que ella cayó en mis brazos lentamente, llorando.
-No me dejes, lo prometiste, hasta que la muerte nos separe, en la salud y en la enfermedad ¿lo recuerdas?-
Las lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas también ¿Es tonto pensar que se puede amar a dos personas? pero no puedo vivir atado a esto, es seguir con esta fantasía por el resto de mi vida, con una falsa esperanza o vivirla con Alice, su rostro apareció entre mis ojos, su sonrisa y eso me reconforto.
-Te quiero Jen y nadie cambiara eso, no te dejare, eso lo prometí, pero necesito vivir mi vida ¿de acuerdo?-
Ella nego con su cabeza.
-No es eso Steven, te has enamorado nuevamente- dijo antes de cerrar sus ojos.
Su respiración se recupero, la levante en mis brazos y la deje en su cama, mire a mi alrededor, secando mis lagrimas, por doquier hay restos de objetos, miro nuevamente a Jen, su rostro esta tranquilo, voy al baño y mojo un algodón para limpiar las heridas de los brazos de ella, mi celular vibra y lo saco de mi bolsillo.
"Seymour ya termine mi turno, te haz tardado, pero te perdonare si me llevas a McDonals" Inconscientemente sonrió, beso lentamente los labios de Jen y aspiro su aroma.
-Adiós- murmuro y me alejo de allí, sin mirar atrás...
Bueno, aquí les dejo otro capítulo, espero que les guste!
Se que a algunas personas no les gusto el giro que le di a la historia, pero así como no les gusto a unas, a otras si y eso me hace feliz!
Voten y comenten!!!!
Gracias por leer 😀