Blood White I (La historia de...

By Idoia_G

686 205 281

Bianca aparece sin saber cómo en un almacén. Una preciosa mujer le dice que le dará la libertad, pero Bianca... More

Apertura y consejos.
Sinopsis
Intro Bianca
Intro Gabriel
Intro Sila
Cap. 1
Cap.2
Cap. 3
Cap 4
Cap 5
Cap 6
Cap. 7
Cap 8
Cap 9
Cap 10
Cap 11
Cap 12
Cap 13
Cap 14
Cap 15
Cap 16
Cap 17
Cap 18
Cap 19
Cap. 20
Cap. 21
Cap. 22
Cap. 23
Cap. 24
Cap. 26
Cap. 27
Cap.28
Cap. 29
Cap. 30
Cap.31
Cap. 32
Cap. 33
Cap. 34
Cap. 35
Cap. 36
Cap. 37
Cap. 38

Cap. 25

4 1 0
By Idoia_G


15/12/2010

Llevo más de media hora castigando mi cuerpo bajo la atenta mirada de Velkam. Después de descubrirme para quien trabajó en un pasado, reconozco que le juzgué mal. Le dije a Kaleb que no quería entrenar con él, pero al día siguiente le observé. Algo en mi interior me hacía confiar plenamente en él. Era una sensación extraña, así que me hinché de valor y me acerqué a hablar con él.

He sabido que él pertenecía al cuerpo de seguridad de la casa donde vivía con Klaüs. En varias ocasiones él era quien me lavaba y curaba, tras una de las innumerables sesiones de sexo con mi marido. Me habló de cómo acabó trabajando para él, de cómo consiguió salir de aquello y de cómo Sila y Kaleb le ofrecieron una oportunidad de trabajar con ellos. Para Velkam está siendo una manera de redimir los pecados cometidos. Tiene una esposa y dos hijos en Rumanía protegidos por la estela del Blood White, ya que están siendo buscados por la mafia. Tiene tantas ganas de que Klaüs desaparezca, como yo. Y eso me hizo no tener en cuenta su pasado, a la hora de entrenar con él.

En estos últimos días, he comenzado con el entrenamiento de lucha y ya consigo golpear el saco y que este se mueva, un poco. Pesa una barbaridad y solo consigo hacerme daño, pero poco a poco estoy consiguiendo cosas. Y eso me ayuda a seguir adelante.

Hoy haré mi primer ring. Quiere decir, que por fin lucharé contra un oponente real. De momento Velkam se ha propuesto que sea capaz de defenderme y huir. Más adelante la misión será poder golpear y derribar. Aunque con mi tamaño y mis músculos ridículos, dudo que sea capaz de golpear a nadie y salir airosa del encuentro. Pero, no quiero romper mis propias ilusiones.

Velkam saca las vendas que van a rodear mis manos. Yo pensaba que aprendería a luchar con guantes, como en las películas. Pero mi primera lección fue que si quiero enfrentarme a oponentes reales, debo luchar de manera real. Y en la calle no llevaré unos guantes en el bolso. Porque además, pesan un montón.

— Solo quiero que lances derechazos, cómo te he enseñado estos días. Y defensa. Sobre todo defensa.

— ¿Contra quién lucho? —le pregunto impaciente.

— Lucharás contra Caín, está deseando hacerte papilla —me guiña un ojo y me río.

— Creo que le fastidia que en unos días sea capaz de correr más que él.

— Creo que se ha dejado ganar un par de veces —termina de colocarme los guantes.

— Espero que no me de muy duro.

— Lo siento Bianca, pero, Caín no se anda con jueguecitos en los entrenamientos.

— Lo sé, le he visto luchar.

Mi interior se remueve nerviosa. Miro por detrás de mi hombro derecho buscando a Caín. Está riéndose con algunos otros chavales que también entrenan con nosotros. Como si se sintiese atraído por mi mirada, levanta la vista y me sonríe. La verdad es que me cae bien, me ha tratado bien estos días en los entrenamientos, y por eso, le tengo respeto. Le he visto pelear con los otros y es muy fuerte. No se anda con chiquitas y yo no busco que me hagan daño. Pero, no quiero parecer una cría y echarme para atrás ahora.

Vuelvo la cara hacia Velkam que está terminando de ultimar los detalles de mis vendajes. Para él todo esto es como un ritual y se toma su tiempo. Es delicado a pesar de su apariencia ruda, y se está esforzando mucho por enseñarme a defenderme.

Cuando terminamos, Caín ya ha subido al ring y se coloca las vendas en sus manos. Él lo hace rápidamente. Pero se ve que tiene técnica, pues quedan bien colocadas y apretadas.

— Quiero que me enseñes a colocarme las vendas yo sola —le digo a Velkam.

— Claro, lo harás más adelante, de momento tengo órdenes de que no te lesiones.

Le sonrío y asiento. Sé que esas órdenes son de Kaleb. Es quizá demasiado sobre protector, a veces, pero, me gusta sentir que está ahí. Protegiendo mis pasos en la sombra.

— Haré lo que pueda, pero, no prometo nada.

— ¡¡Bianca!! —Velkam corta así mi ánimo de seguir ofreciendo bromas. Pero le veo sonreír.

Me subo al ring. Hoy es la primera vez que me tendré que enfrentar a un oponente real y estoy algo nerviosa. Observo la sonrisa oscura y divertida de Caín. La verdad es que ahora mismo el nombre le viene que ni al pelo.

Caín se aproxima y golpea sus puños con los míos. Me guiña un ojo y acto seguido le veo moverse con rapidez. Pero, no tengo tiempo de pensar en qué está planeando cuando ya estoy tirada en el suelo, con el pómulo ardiendo, es como si lo tuviese en carne viva, los oídos me pitan y siento que la cabeza me da vueltas.

— ¿En serio vas a durar tan poco en pie? Había oído que las rusas tienen más aguante.

Me incorporo como puedo colocando los codos en el suelo y empujando con ellos. Veo la cara de Caín, algo borrosa, con una sonrisa de oreja a oreja. Me voy irguiendo hasta colocarme sentada. Me toco el pómulo con los dedos y noto la sangre que brota de una especie de brecha.

— ¡Joder! —sollozo.

— ¿He estropeado tu preciosa carita de porcelana china? —el tono de sorna de Caín, me hace coger fuerzas.

Me levanto del suelo, pero la cabeza parece ir en otra dirección y estoy a punto de volver a caer, un brazo me sostiene y evita que lo haga. Miro hacia quien me sostiene y es el propio Caín.

— ¡Vamos preciosa! Demuéstrame lo gilipollas que soy —me guiña otro ojo y me suelta.

— ¡Bianca! Relaja los malditos brazos, no te ha hecho nada, eso es un rasguño —miro hacia la voz de Velkam que se ríe mientras me habla. ¡Será imbécil!

Hago lo que me dice, suelto los brazos y comienzo a dar pasitos pequeños en círculo mientras mi cuerpo parece llenarse de energía. Apenas siento ya el dolor en el pómulo. Caín se aproxima de nuevo y golpea de nuevo los puños con los míos.

Antes de que pueda hacer nada mi cuerpo se mueve involuntariamente hacia atrás. No voy a consentir que me golpee de nuevo. Caín parece querer aproximarse, pero, yo me muevo para evitar su acercamiento.

— ¡Joder Bianca! —la voz de Velkam me llega clara— No huyas del combate, venga hazlo como te he enseñado estos días. Defiende, para los putos golpes.

Asiento y miro a los ojos de Caín que sigue con esa sonrisa socarrona en la cara. Me aproximo a él y suelto un derechazo, pero Caín se aparta, acabo tropezando y cayendo al suelo.

— ¡Mierda! —gruño.

— ¡Venga florecilla! —Caín me ofrece su mano para levantarme pero la obvio y me levanto sola.

— ¡No me llames así! —le digo con rabia y suelto otro gancho con la izquierda.

Esta vez le golpeo en uno de los brazos, pero obviamente es como si no le hubiese hecho nada.

Otro y otro y otro, cada vez doy más ganchos, derecha, izquierda y otra vez derecha. Pero nada, Caín parece pasárselo en grande conmigo, y yo cada vez estoy más enfadada.

Con el estúpido saco no parecía tan malditamente complicado.

Cuando me harto, decido cortar por lo sano y aprovecho una de las veces que Caín comenta la jugada con sus compañeros y cojo carrerilla. Llego hasta él a toda velocidad y le abrazo por la cintura.

Caín, sorprendido cae hacia un lado y ambos golpeamos con fuerza el suelo. No sé si le habré hecho daño, pero algo tengo claro, yo me acabo de destrozar el abdomen con sus rodilla al caer.

Cuando Caín se intenta incorporar, le lanzo un derechazo y golpeo su mandíbula. Aprovecho para ponerme a horcajadas sobre él.

¡Joder! El tipo tiene la cara dura y creo que me acabo de hacer más daño yo, que él. Pero me voy animando y le golpeo con la izquierda también. Apenas he terminado con la derecha, que ya estoy golpeando con la izquierda.

Ahora mismo sigo a horcajadas sobre Caín y golpeando su rostro. Ni siquiera le veo, no veo con claridad cómo está. Apenas unos cuantos golpes más y las manos de Caín sujetan las mías.

Tengo la respiración acelerada y el sudor cae a gotas de mi rostro al suyo. Caín parece estupefacto.

— ¡Vaya! Eso está mejor —dice entrecortado por la respiración.

— Yo...

— ¡¡Bianca!! —un grito me hace girar la cabeza.

Gabriel nos observa con cara de pocos amigos. Cuando detecta que varios tipos le miran parece relajar el gesto.

— Sila te espera en su despacho, necesita hablar contigo.

Asiento y me quito de encima de Caín soltándome de su agarre. Le tiendo la mano y le ayudo a levantarse.

— La próxima vez no me dejes ganar —le digo a Caín, que dibuja una enorme sonrisa en la cara.

— Lo que tú mandes —su enorme brazo me rodea y me atrae hacia él. Me da un par de collejas que me duelen, pero que a la vez me divierten y le aparto de un empujón riéndome—. Y dúchate antes, hueles a perro muerto —Caín se ríe y se aleja.

Abro los ojos por la expresión y le veo alejarse entre carcajadas. Sonrío y me huelo un poco, es cierto, huelo fatal. Velkam se acerca a mí y me tiende una toalla.

— ¿Dónde has dejado todo lo que te he enseñado? Parecías una chica de los barrios bajos, no una luchadora.

— Lo siento. Creo que necesito más enfrentamientos de estos para saber cómo hacerlo. ¿Puede ser que deje el saco y entrene más con ellos? —señalo hacia el grupo de Caín.

— Ya veremos, y ahora, vete a la ducha. A Sila es mejor no hacerla esperar.

Asiento y me dirijo a los baños. Busco con la mirada a Gabriel, pero, no le encuentro.

Cuando ya me he duchado, puesto unos vaqueros y una camiseta, salgo al gimnasio donde Gabriel habla con Caín. Se nota que la tensión entre ellos es brutal. Y no es una tensión buena.

— Ya estoy aquí —les digo cuando llego a su altura, lo que hace que ambos se callen.

— Enana —Caín me tiende el puño y yo hago lo mismo, chocándolo con el suyo—, nos vemos mañana.

— Lo estoy deseando.

Caín se ríe y se aleja hacia el interior de nuevo.

— No sé por qué sigues con esto ¿Te has visto la cara? —el tono de Gabriel al hablarme es frío y a la vez, le noto cercano. Preocupado.

— Me la he visto y me gusta así. Ya era hora de que aprendiera a defenderme.

— Yo puedo defenderte y enseñarte si quieres —me dice.

— No quiero que me defiendas —le digo tajante—. Ni tú, ni nadie. Y ya están ellos para enseñarme, gracias.

Me doy la vuelta y salgo hacia la calle. Veo el coche de Gabriel en la puerta y me introduzco dentro.

— Bianca, por favor, deja que te proteja —miro por el retrovisor ante sus palabras, pero, no respondo.

Miro por la ventanilla viendo la ciudad pasar ante mis ojos, sumida en un sepulcral silencio.

Cuando llegamos al club me bajo del coche dando un portazo y sin mirar atrás. Una vez entro al local, puedo escuchar las ruedas chirriar y sé, que se ha ido. Solo siento impotencia, porque a pesar de todo, siento que de alguna manera estoy conectada a él. Me dirijo al despacho de Sila y resoplo para calmarme.

El celular me vibra justo cuando salgo del despacho de Sila y miro la pantalla. Es un mensaje.

De la última persona que me esperaba... estoy deseando volver al piso esta noche.

Continue Reading

You'll Also Like

1.1K 347 50
"... Y si me reclama el cielo o el infierno, te juro que aunque me arrebaten la vida, seguiré cuidando de ti"
38.2K 2.1K 54
Sinopsis Abusaron de su confianza, trataba de ser fuerte pero aveces era imposible. Estaba sola en el mundo, no tenía a nadie. A sus 27 años, ella se...
731K 37.3K 35
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
241K 17.6K 27
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...