si a leo le darían la opción de poder dormir durante una semana entera, la tomaría al instante sin dudarlo: ese fue su primer pensamiento cuando despertó, un lunes por la mañana que se sentía cargado a pesar de lo temprano que era.
soltó un fuerte suspiro que se convirtió en un lloriqueo, dando vueltas sobre la cama mientras clavaba una almohada contra su rostro. la semana de exámenes comenzaba y con ella, horas largas de estudio que suele usar para jugar a la play o simplemente existir. no le costaba mucho estudiar, porque el contenido que puede llevar más de tres horas de lectura, lo resuelve en la mitad del tiempo; el problema era conseguir la motivación para comenzar. la play station encima de la mesita de la sala tentándolo mientras tenía que sentarse en el sofá a leer y resolver ejercicios era un gran problema para su débil sentido del estudio.
antes de que su cabeza se enfrascara en generar los más pesimistas pensamientos sobre la semana dura de exámenes que se venía, decidió salir de su cama y encaminarse a la cocina, sobando su abdomen mientras pensaba en algún desayuno decente que le brindara energías para el miserable lunes. con el celular en su mano desocupada, chismeó un poco sobre la vida de sus amigos mientras esperaba que los huevos hiervan totalmente.
"no sé por qué odian los lunes, si la vida es igual de miserable todos los días..." leyó el estado de whatsapp de dimaria, asintiendo de acuerdo con el mensaje que su amigo había publicado.
"otra vez lunes la concha de su– concuerdo" murmuró, repasando el meme que había publicado sergio en sus historias de instagram.
"aquí una de las maravillas del mundo y atrás la torre eiffel" leo suspiró cuando vio la foto que nicolás había publicado junto a su novia, caro, justo frente a la gran torre que representa a la capital francesa. "mamita, este no se cansa de presumir su linda vida amorosa" masculló mientras entraba al perfil de su amigo, corroborando que en la mitad de las imágenes publicadas aparecía la chica.
una sonrisa apareció en su cara sin poder evitarlo. le agradaba mucho ser testigo de la genuina felicidad que estaba experimentando uno de sus amigos más cercanos, quien en su momento había ayudado en el proceso de conquistar a su novia. dejó un like en la publicación más reciente y comentó un corazón blanco, asegurándose de demostrarse como el mayor apoyo de la relación.
volvió a revisar las imágenes una vez más, esta vez una por una y con atención. fotos en lugares turísticos fuera de la ciudad, fotos divertidas, besándose, simplemente posando como dos tontos enamorados. a su cabeza llegó la imagen de neymar, ¿a él también le gustaría tomarse fotos así? podía imaginárselo, el chico era gracioso y ahora sabía lo cariñoso que lograba ser. un cosquilleo agradable permanece en su vientre mientras sueña descaradamente con el brasileño y él en escenarios similares. el sonido de los huevos revoloteando en el agua hirviendo lo sacaron de su ensimismamiento.
su rostro enrojeció tan pronto como soltó su celular y se encargó de su desayuno. lo sucedido con el muchacho el día anterior lo había dejado anonadado sin sentido alguno, aunque el cosquilleo que aparecía en su pecho cada vez que recordaba la sensación de los dedos ajenos sobre los suyos y el aliento del otro contra su cabellera lograba arrebatarle risillas que lo avergonzaba; estaba portándose como un adolescente a esas alturas.
leo le había escrito para avisarle de su llegada a casa y unas manos en forma de corazón fue lo único que recibió de mensaje ayer. ligeramente ansioso por saber si neymar tenía algo más que decirle, esperó por otro mensaje más durante las pocas horas que le quedaba a la noche; pero un pequeño sentimiento de alivio apareció en él, porque la escasez de textos le permitió calmar el descontrolado latir de su corazón que no había podido regular desde el momento en que neymar lo había dejado.
"uh, caliente..." bufó, cuando metió un pedazo de comida a su boca, quemándose suavemente la lengua.
comió su desayuno con lentitud, tomándose su tiempo para arreglar sus pensamientos. la llegada de neymar a su vida se estaba sintiendo como un remolino de emociones, o como un contraataque que no podía contener por falta de superioridad numérica; esa situación futbolera seguramente era la mejor descripción gráfica de sus neuronas batallando contra sus sentimientos.
negar que no estaba comenzando a sentir algo por junior era como burlarse de sus capacidades intelectuales, las que había estado usando por años para descifrar con éxito sistemas numéricos aplicados en las formaciones usadas por los mejores directores técnicos del fútbol. sabía que el latido desenfrenado en su pecho no era malo, que el revoloteo en su estómago no se sentía desagradable; ninguna sensación sobre su cuerpo relacionado al revoltoso neymar era desagradable y, con toda la vergüenza que el lionel del pasado sentiría, aseguraría que le gustaba todo eso. le gustaba neymar como algo más que el cliente frecuente que va a molestarlo al restaurante.
sí, le gustaba el jugador que puteó por dos temporadas seguidas porque le parecía idiota y exagerado.
el día continuó más tenso de lo normal luego de su reciente descubrimiento. estudió por un poco más de una hora luego de su desayuno, se movió rápidamente hacia su facultad y estudió más, conversó con ángel sobre problemas ambientales durante su descanso y continuó su rutina diaria con el trabajo de siempre.
kun se había encargado de llenar su bandeja de mensajes, ofreciéndole breves vacaciones para que pudiera estudiar sin problema; negó su ofrecimiento de inmediato, sabiendo que las horas en el restaurante lo mantendrían distraído de la ansiedad de los exámenes. los textos que esperaba nunca llegaron, neymar no había mandado fotos en el entrenamiento ni audios riendo en todo el día, haciendo de su lunes aún más miserable.
a pesar del ligero sentimiento de pesadez que estaba sintiendo, permaneció con una amable sonrisa durante su jornada laboral. logró distraerse atendiendo a los mismos señores de siempre: ecuatorianos, uruguayos y varios latinos que disfrutaban del lugar con frecuencia y conversaban con él con una familiaridad que le alegraba el día.
cerró el local con puntualidad, pues nadie más había aparecido por el lugar luego de las tres y cincuenta. como era costumbre, dejaba los trastes limpios, el piso trapeado y la cocina ventilando, simplemente para que su compañero de la mañana no encuentre muchos problemas al comenzar el día. cambió su camiseta polo azul por una más ligera y blanca, cubriéndola con un ancho abrigo que lo protegiera del frío europeo.
al salir del restaurante, un pequeño grito de sorpresa salió de su boca, cuando se encontró con neymar de frente y arrimado sobre su auto.
"ney, ¿qué hacés acá?" musitó, esbozando una pequeña sonrisa de inmediato, cuando el otro sonrió ampliamente y se acercó a él.
"te sorprendí, ¿verdad?" el otro no demoró en envolverlo en un abrazo, rodeando sus hombros cálidamente mientras los apretujaba contra su pecho. lionel correspondió al instante, soltando risitas por la inicial sorpresa que aún sentía cosquilleando sobre su vientre.
"y sí, boludo, si no me escribiste en todo el día y te aparecés de la nada" se separaron con lentitud, manteniendo un inconsciente contacto entre sus manos que ya no podían controlar. las pequeñas sonrisas sobre su rostro los delataba y leo, sentía una rebosante emoción que dejaba notar en su lenguaje corporal. "¿qué hacés acá a esta hora? deberías estar durmiendo, ¿no tienen entreno hoy?"
"hoy toca entrenamiento en la mañana, así que aproveché la hora para darte una sorpresa" el tono de voz de neymar es suave, mantiene su mirada sobre el más bajo y sus dedos se enredan con diversión entre los ajenos. leo puede percibir su típico aroma a perfume caro, que está comenzando a ser una costumbre para su nariz.
"¿tan temprano? que paja" murmura, cerrando los ojos con brevedad cuando el otro suelta su mano para poder acomodar su cabellera desordenada.
"en realidad, el entreno comienza en unas cuatro horas..."
"que bobo que sos, deberías haber aprovechado ese tiempo para descansar" leo pellizca juguetonamente la piel de su brazo, riendo cuando el otro se quejó exageradamente.
su risa fue interrumpida al instante cuando el brasileño lo tomó de la cintura y lo apartó del vehículo, abrió la puerta del copiloto y con una inocente sonrisa sobre el rostro, señala el asiento. "¿quieres dar un paseo conmigo?"
al argentino le cuesta reaccionar. abre ligeramente la boca, aunque ni una palabra sale de la misma, intercala su mirada entre el auto y el rostro de neymar, hasta que una pequeña sonrisa le ayuda a romper el silencio.
"bien, ¿pero si me quedo dormido en el camino?"
"puedes dormir" ney suelta al muchacho para que pueda ingresar al auto. una vez seguro de que el castaño está cómodo, rodea el carro hasta sentarse en el asiento principal, se coloca el cinturón de seguridad y se voltea hacia leo. "el viaje demorará un poco, así que puedes descansar, también puedes poner la música que quieras, siéntete como en tu auto"
el vehículo es aún más impresionante por dentro. messi no puede disimular la fascinación que siente en cada detalle que repasa del interior, neymar se ríe enternecido. lionel tantea la radio, que es una gran pantalla táctil que maneja la ubicación, el aire acondicionado y la música. nunca había estado tan cerca de ese tipo de tecnología, así que se asegura de disfrutar el auto como si fuera suyo.
"¿te gusta shakira?" el castaño muerde con suavidad su labio inferior, reteniendo una sonrisa de pura emoción. escucha al otro afirmar, siendo incapaz de quitar la mirada de la pantalla que ya usa, buscando canciones de la cantante colombiana para poder comenzar con el viaje.
apenas neymar acelera, leo disfruta del paisaje parisino a través de la ventana. ni siquiera siente la necesidad de preguntar por su destino, siente que cualquier lugar al que iría con el jugador estaría perfecto y el sentimiento de comodidad no se le pasa desapercibido, teniendo que voltear su rostro por completo en dirección a la ventanilla para evitar que el otro vea su rubor.
el viaje se siente ameno para los dos, aprovechan los minutos de conducción para conversar más, como si no hubieran conversado de muchas cosas anteriormente. se ponen al día, se cuentan cosas vergonzosas y cuando ya no hay más anécdotas que contar, se dedican a cantar. neymar es desvergonzado, casi gritando las letras en español a pesar de no sabérselas con totalidad; lionel no puede contener las risas y cuando el otro insiste, se una al coro, armonizando con un tono de voz más suave y tímido.
cuando el recorrido comienza a sentirse largo, lionel comienza a cabecear, aunque pelea por no quedarse dormido porque le gustaría aprovechar cada segundo con neymar. este, cuando ve al otro batallar con sus propios párpados, bufa, extendiendo su mano sobre su muslo.
"te dije que puedes descansar si quieres, leo" reprocha con suavidad el jugador, apretando su agarre sobre el muslo ajeno.
lionel tiene que inhalar y exhalar disimuladamente, porque cada sensación que podría sentir se dispara descontroladamente en su cuerpo con el inofensivo toque del otro. se vengaría luego, no tiene idea cómo.
"mh, 'ta bien" pestañea varias veces y antes de que el sueño abandonara por completo su ser, decide reposar su cabeza contra el asiento. parece que el cansancio es más fuerte de lo que pensaba, siente sus ojos más pesados y no le cuesta nada dormirse contra el suave acolchado del asiento. la mano ajena no es retirada en ninguna circunstancia de su pierna y en algún momento de su ligero sueño, la suya cae sobre la de neymar.
la tranquilidad inunda el vehículo, neymar baja el volumen de la música lo suficiente para que el sonido no moleste a leo, el ambiente casi nocturno es frío, pero los dos disfrutan del calor de sus manos unidas. la respiración suave de leo se escucha a través de las baladas románticas de shakira y de vez en cuando, neymar lo observa para asegurarse de que descanse cómodamente.
el recorrido duró un poco más de cuarenta minutos, y cuando finalmente el carro es estacionado, neymar se inclina sobre el otro para despertarlo. "leo, leo, ya llegamos" canturrea con dulzura, pasando su mano sobre su cabellera en un tranquilo intento de despertarlo.
el toque despierta al muchacho, pero lo acurruca más. suelta un quejido y sin abrir sus ojos, se retuerce sobre el asiento, buscando que la mano del otro lo acaricie más. escucha al brasileño reír, y abre sus ojos, porque no se siente capaz de perderse aquella escena.
"¿en dónde estamos?" murmura, pestañeando múltiples veces para evitar que sus ojos se cierren. los dedos de neymar se enredan con cuidado entre sus mechones de cabello y la sensación es reconfortante. la distancia entre los dos es corta, leo aprovecha para distinguir mejor las pecas que se riegan por las mejillas del otro.
"lo sabrás cuando salgamos del carro, así que levántate, vago" entre otros quejidos más y risillas juguetonas, rompen el cómodo ambiente y salen del coche.
el argentino se encoge de hombros cuando el gélido frío de la hora golpea contra su cuerpo. hay una ligera neblina cubriendo el entorno del lugar; aun así, distingue con facilidad el paisaje que se asoma a través de las pequeñas montañas del lugar. su pecho se infla de alegría, emoción y un nerviosismo explicable. camina hacia neymar y se acomoda a su lado, asegurándose de disfrutar del escenario, en el pequeño mirador al que ha sido llevado por el brasileño. aún es muy temprano para que el sol se asome por completo, pero hay leves pintas anaranjadas escondiéndose atrás de las blancas montañas.
"e' muy lindo, ney" siente su nariz helada y sus manos comienzan a enfriarse, pero nada lo detiene de sacar el celular de su bolsillo y tomar varias fotos, todo ante la mirada enternecida del jugador.
"vengo aquí desde hace tiempo y pensé que te gustaría venir también"
"¿si?" leo centra su atención en el contrario. guarda sus manos en sus bolsillos y se arrima contra el hombro ajeno, en un intento nada disimulado de buscar calor. "¿y qué sueles hacer aquí?"
"pensar... bueno, últimamente no he venido, pero he frecuentado mucho este lugar años anteriores, cuando me iba mal y sentía que todo el mundo estaba en mi contra, el frío y el paisaje me ayudaban a desahogar un poco todo"
el suave tono de voz que usa neymar cala en el muchacho argentino. sus cejas caen con un ligero pesimismo que siente en las palabras del otro. "cuando decís pensar, ¿te refieres al fútbol?"
"sí, es lo que más me puede afectar para mal. ¿has visto mis malas rachas? la gente no olvida ni perdona con facilidad, así que se han descargado muchas veces en mi contra" neymar suelta un bullicioso suspiro que lo avergüenza, sonriendo con timidez de inmediato. "pensé que nada me afectaba, pero sigo siendo humano. me extendí mucho, no debería contagiarte de mis malos sentimientos pasados"
lionel rompe lo poco que hay de espacio entre ellos, posándose frente a él para rodearlo por la cintura en un fuerte abrazo que le arrebata otro suspiro al brasileño, esta vez de puro gozo. junior responde envolviéndolo sobre los hombros y reposa su mentón cerca de su cuello, resguardándose de la brisa fresca en los brazos ajenos.
"e' un quilombo que hayas pasado todo eso solo, ni siquiera has tenido malas rachas, siempre has sido un hombre importante en tu equipo" messi deja que sus manos recorran la espalda ajena con lentitud, asegurándose de transmitir su cariño a través de sus dedos. "si en algún momento te vuelves a sentir así, puedes llamarme, no vengas aquí solo"
"¿aunque quiera venir muy temprano por la mañana?"
leo resopla, haciendo reír al chico.
"me costaría salir de mi cama, pero te acompañaré igual"
el silencio los acompaña por largos segundos mientras permanecen con sus cuerpos pegados, no es incómodo y disfrutan del calor ajeno entre sonrisas cómplices.
es el momento, cree leo. alza su cabeza, apenas un poco y lo suficiente para poder observar el rostro ajeno. cuando sus miradas se conectan, siente su pulso dispararse y cualquier pensamiento valiente se disipa con nerviosismo. los ojos ajenos son oscuros por la poca luz de la hora, pero todavía puede distinguir un pequeño destello que alumbra sus pupilas. reza para que el otro no sienta el latir de su pecho, y antes de terminar pensando de más, decide armarse de valentía.
"me tenés malito, ney, tanto que siento que podría besarte ahora" susurra. la punta de su nariz choca contra la ajena y puede sentir el aliento del suspiro que suelta luego de sus palabras. la distancia se siente cada vez más corta y sus dedos se aprietan detrás de la espalda del otro con nerviosismo.
"entonces bésame"
lionel piensa en sus habilidades para aquello, lo malo que ha de ser besando porque nunca le ha dado besos a alguien más que a las mascotas que ha tenido. se siente sudar a pesar de la temperatura baja y sus labios tiemblan en duda, con miedo de no cumplir con los estándares que neymar probablemente tenga.
malacostumbrado a sobrepensar, es tomado por sorpresa, cuando siente los belfos del brasileño reposar sobre los suyos y la sensación húmeda, la carnosidad, la falta de aire, todo lo marea hasta provocar que sus rodillas tiemblen. las manos del muchacho lo aseguran desde la cintura y siente las ganas que tiene de fundirse contra él, mientras sus bocas se mueven tímidamente una sobre la otra.
nota la experiencia del mayor cuando ladea su cabeza ligeramente y conduce el movimiento de sus labios, haciéndolo sentir satisfecho con el sabor del beso. su cerebro deja de funcionar bien, no logra controlar el movimiento de sus dedos y su mente está en pausa, pensando en cada sensación que despierta en su organismo.
se separan luego de varios segundos, seguramente dos o tres minutos después, cuando lionel necesita tomar una gran bocanada de aire para recuperar el oxígeno que su cerebro ha perdido.
"te demoraste mucho, leito, tuve que hacerlo yo" se burló el más alto, con una sonrisa tan amplia que hacía sus mejillas rojas y sus ojos achinados.
"me pusiste nervioso, eso no se vale" masculla el argentino, teniendo que desviar su mirada para evitar otra ola de nervios.
disfrutan del paisaje hasta que este se pinte de naranja, entrelazan sus dedos y se arriman contra el capó del coche mientras se deleitan del amanecer. bromean un poco y conversan una vez más, leo aprovecha los momentos desprevenidos de junior para besar su rostro, y este contraataca con descarados besos en los labios. se toman selfies y cuando ven que es hora de regresar, viajan de regreso con canciones de ricardo arjona de fondo.
todo lo que sucedió durante la pequeña escapada ayuda a lionel, brindándole una gran cantidad de inspiración para estudiar. sonríe como tonto mientras lee un libro de economía, piensa en lo sucedido mientras camina con sus amigos de camino a dar otro examen más y mientras les cuenta lo sucedido.
los besos le han brindado una desconocida fuerza que lo mantiene distraído durante toda la semana de evaluaciones. siente que su desempeño es completo y se centra con confianza en cada prueba que da. durante sus tiempos libres observa las fotos que se tomaron y espera con anticipación un mensaje de neymar, que no llega durante el transcurso de los días, pero decide no centrarse en eso para evitar distracciones.
cuando es viernes y da su último examen, corre hacia su trabajo en compañía de sergio para celebrar la buena racha de exámenes. ahora libre de sus mayores responsabilidades, se toma el tiempo de distraerse con su celular, y la ilusión que lo ha mantenido con aliento por varios días lo decepciona un poco cuando todavía no hay mensajes de neymar.
"eh, tarado, tenés una cara de muerto, pero mal" kun ladea su cabeza para observar mejor a su amigo, frunciendo el ceño cuando nota la repentina desilusión del chico. "¿qué pasa ahora?"
"ney no me ha dicho nada desde esa vez que nos besamos..." un entrecortado suspiro sale de su boca, un mal presentimiento aprieta su pecho. "no entiendo, kun, siempre me escribe"