compartir; neymar

dos

lionel se removió sobre su cama tratando de encontrar lo más cómodo y frío de sus almohadas, siente sus piernas enredadas entre las sábanas, lo que le provoca un ligero sentimiento de molestia; pataleando un poco se deshace de la mala sensación que estuvo a punto de interrumpir su preciado sueño. no pasan tantos segundos después, que el zumbido letal de un posible mosquito deshace totalmente su sueño, haciéndolo gruñir mientras manoteaba sobre su oreja. ahora sus sentidos están más que alertas, tanto que en busca de un poco más de sueño con los ojos cerrados, puede percibir la fuerte luz mañanera filtrándose por las cortinas mal cerradas, de la ventana que apunta directamente hacia su cara. gimoteó y se revolcó sobre su cama hasta crear un berrinche por no poder dormir por más tiempo.

abrió sus ojos poco a poco, pestañeando las veces que eran necesarias para quitarse la pesadez de sus párpados. palpó el colchón a su lado hasta dar con su celular, otro gemido salió de su boca cuando la luz de la pantalla deshizo sus esfuerzos por quitar la incomodidad de sus ojos. de inmediato bajó el brillo del dispositivo hasta lo más mínimo y lo primero que hizo fue revisar su bandeja de notificaciones. kun se encargó de llenarla.

[recibido] ??
[recibido] me estás cargando
[recibido] PELOTUDO CMO VS A DECIR QUE TENEMOS QUE PONERLO EN LA LISTA NEGRA
[recibido] llegó nuestro momento de gloria 😭
[recibido] no me lo puedo creer
[recibido] y si vuelve?? y come mucho?? y recomienda el lugar?? y nos hacemos muy famosos?? y ganaremos tanta plata como para ir a la suite de los mejores estadios??
[recibido] siempre me gustó neymar 😍
[recibido] pero es posta?? no se es ke últimamente estás tan traumado con el pobrecito que de seguro ahora te lo imaginás por ahí

el muchacho bufó. leo pensó que era imposible sentir cansancio mental tan temprano, pero el latido que sintió sobre el costado de su cabeza refutó su tesis. sergio siempre encontraba la manera de sorprenderlo. tecleó una cara enojada junto a unos dedos de en medio antes de levantarse de su cama.

revisó la hora, aún tenía un poco más de una hora para el comienzo de sus clases vespertinas, así que disfrutó de la soledad de su departamento antes de retirarse a estudiar, en compañía de su polvorienta play station cuatro.

( ... )

el ánimo de leo fue malo durante el resto de la semana, y parece que no había intenciones de mejorarlo luego de la mala racha que estaba experimentando con el profesor al que más odio estaba albergando. luego, tuvo la suerte de atender, noche tras noche, por lo menos a un cliente maleducado que le amargaban la madrugada. sumándole a todo esto la ansiedad de que cierto brasileño se asomara de nuevo por allí, provocando una ligera modificación en su rutina que lo obligaba a cerrar cinco minutos antes de las cuatro, todo por precaución. «todo esto es culpa de neymar junior, me pasa todo esto desde que apareció por aquí» pensó con algo más que cólera.

"dale, amigo, se te va a caer la cara de tanto que la arrugas" le había dicho su amigo ángel mientras lo acompañaba de camino al restaurante, mientras se reía juguetonamente.

"¿pero qué queré' que haga? el boludo del profesor de economía no deja de rechazar mi proyecto, solo porque él no piensa igual yo, luego cuando estoy trabajando aparece cada pelotudo más intratable que se quejan porque no les pongo la cuchara que ello' quieren"

dimaria chasqueó su lengua y alzó su ceja, más que divertido por la situación. "la cosa es tan mala que te tengo quejándote como nunca antes lo habías hecho"

"y sí, boludo, ya hablé mucho, no vuelvo a hablar en toda la semana"

finalmente hay una sonrisa sobre el rostro del más pequeño.

apenas pisaron la entrada del lugar de destino se despidieron con un corto abrazo, tomando cada uno el rumbo que les correspondía. cuando entró al lugar pudo percibir un suave aroma a vainilla, seguramente de algún aromatizante que la chica del turno de la tarde había esparcido por el lugar. la sonrisa se mantuvo en su rostro, el perfume del local le gustaba tanto que quitó cualquier mal sabor de su boca. antes de comenzar con la movida rutina nocturna, prendió el pequeño parlante que estaba sobre el mesón y, a un volumen moderado, comenzó a sonar lo mejor que tenía en su playlist de los hombres g.