¿Te ha pasado que amas tanto a alguien que el solo saber que ha llorado o ha estado triste hace que quieras comerte los brazos porque no puedes hacer nada para evitarlo?
Había faltado mucho a clases en el parcial. No me había preocupado porque Dinah y Ally estaban al pendiente y me mandaban las tareas y apuntes para los exámenes finales. Así que no me interesaba mucho la escuela.
Las pláticas que Zayn impartía habían sido cambiadas a la mañana, entonces estuve acompañando a Lauren, porque sabía que me necesitaba.
En las mañanas pasaba por ella para llevarla con Zayn, y sorpresivamente ella no me había preguntado por qué no iba a clases, estaba segura de que me quería cerca de ella. Pero cada vez era más difícil hacerla quitarse los anteojos negros, y con trabajo reía, pero eso solo era cuando Normani y Zayn estaban alrededor. La última vez que había visto sus ojos, los míos se llenaron de lágrimas.
Había estado llorando.
Su voz sonaba apagada y eso me mataba, yo no sabía qué hacer ante eso.
Era cierto que le había prometido que recuperaría la vista. Pero las opciones se me estaban acabando.
Le pedí dinero a mis padres y ellos se negaron porque sólo tenían mis fondos para la universidad guardados, además de que comenzaban a juntar los de Sofí.
Quería buscar un trabajo pero no creo que con lo poco que le pagan a los estudiantes me podría alcanzar para la operación de Lauren. Y me sentía jodida.
***
La brisa estaba golpeando mi rostro mientras yo la aspiraba. Me gustaba pasar mis ratos ahí con ella. Pero Lauren estaba ocupada tocando su libro de lectura braille que tenía sobre sus piernas.
Su cabello estaba suelto y la brisa lo removía dulcemente, su cabeza estaba erguida hacia el frente. Mientras sus dedos recorrían las hojas del libro, ella suspiraba.
Yo estaba sentada a la orilla del acantilado balanceando mis pies. Llevábamos ahí al menos una hora, no nos habíamos dicho palabra alguna, ella sólo se sentó, abrió su libro y se quedó de esa manera. Ignorándome.
Volví mi vista a la lejanía del mar y volteé hacia abajo, asustándome por el vértigo. Me acosté en la tierra para despejarme un poco. Desde donde estaba le tiré una mirada a Lauren y vi cómo lunas lágrimas bajaban por su rostro.
"¿Estás bien, Lauren?" pregunté parándome rápidamente.
"Es el libro," aclaró cerrándolo.
"¿Es tan malo?" jugué, haciéndola sonreír.
"Es algo cruel," contestó.
Con cuidado le quité las gafas de sol para ver sus verdes ojos mirar a la nada. Besé lentamente sus mejillas y noté cómo se comenzaba a ruborizar.
"Siento que quieres seducirme ahora," rió.
"¿Eso es algo malo?"
"De ninguna manera."
"Bien," dije para luego besarla en los labios.
Al principio era un tierno beso. Mis labios contra los suyos era todo lo bueno del mundo. Pero cuando su lengua se adueñó de la mía me di cuenta de que no iba a ser suficiente, para ninguna de las dos.
Así que seguimos de esa forma, nuestras bocas siendo solamente una. Mi respiración agitada me impedía ir más rápido, entonces llevé mis manos a su torso, y ella mantuvo las suyas en mi cuello.
Hasta que pasé mis dedos por debajo de su blusa me di cuenta de lo que estaba pasando.
De un momento a otro saboreé sus lágrimas saladas, así que me aparté lentamente de ella. Sus ojos estaban húmedos, Lauren pasó su manos por sus mejillas para secárselas.
"¿Qué pasa?" quise saber, obviamente preocupada por mi novia.
"Estaba pensando y... Lo siento."
"No te disculpes," dije, "¿en qué pensabas?"
"En lo que siempre pienso, Camila," sonaba algo molesta.
"Oh, lo siento, entonces," me disculpé haciendo una mueca. La escuché suspirar.
"Es solo que... Tal vez suene patética pero... Desde que te conozco he intentado imaginar tu rostro, y no es suficiente para mi con tocarlo, quiero verlo."
"No es nada del otro mundo, Laur, es solo un rostro..."
"No lo es," dijo negando, algo que me pareció tremendamente tierno, "te prometo que desde que te conocí he ansiado tanto volver a ver, lo único que quiero es poder ver tu rostro, quiero ver su sonrisa, tus ojos, tu nariz, tus gestos, cuando estás feliz, cuando te molestas, cuando intentas hacer alguno de tus chistes malos de los que luego termino riendo, quiero ver la forma en que me miras, quiero ver cómo mueves tu cabello al caminar, no tienes la menor idea de lo mucho que quiero eso, Camila. Siento como si algo en mi interior saltara con la posibilidad de poder verte, pero eso no pasa, nunca pasa, y no creo que vaya a pasar."
"Lauren..."
Mi novia se levantó con dificultad, ya que no tenía su vara a la mano. De pronto se dirigió a la orilla del acantilado.
"¡Hey!" le grité.
"¿Sabes algo?" comenzó a hablar mientras yo la tomaba por la cintura para que no siguiera caminando, "hubiera sido mejor que nadie me hubiera visto cuando caí."
"Claro que no, Lauren," aunque la abracé a mí, ella no dejaba de intentar caminar.
"¡Suéltame, Camila!" me gritó sacando mis brazos de ella.
"¡No!" reciproqué el grito y salté frente a ella para cerrarle el paso. Lauren chocó con mi cuerpo y yo la abracé con fuerza.
"¡Camz!" volvió a gritar mientras sus manos me empujaban sin éxito.
"Lauren, entiende que sin ti no sé qué hubiera hecho aquí," le hice saber.
"No tendrías una novia ciega, y sería más fácil tu vida," me dijo sollozando.
"Laur..."
Mi error fue haber quitado fuerza a mis brazos, ya que cuando ella se soltó de mí, mi cuerpo no se equilibró, entonces mi preocupación reaccionó y empujé a Lauren.
Quedé parada en la orilla del acantilado, con vértigo en mi estómago, pero estaba más preocupada por ella, porque había caído por mi empujón. Lauren comenzó a levantarse sacudiendo sus manos.
Al dar un paso sentí la tierra moverse debajo de mí. La sensación de vértigo se hizo más fuerte que nada, y antes de siquiera darme cuenta ya estaba cayendo. Cerré los ojos para escuchar el grito de Lauren llamándome.
Oscuridad.