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Estaba exhausta pero maravillada por la belleza de Darhan. Hacia muchas horas que había partido de Arbezela con la bendición de Emperador para poder cumplir su deber como Emisario y tenia que admitir que jamás vio algo tan bello. Todo lo que era vestimenta, cultura, modales y clases sociales era emocionante para ella, esperaba poder sacar de su viaje mucho mas conocimiento del que tenía en Arbezela sobre todo lo que tuviera para ofrecer, pero sobre todo esperaba poder cumplir su objetivo de que su hermana no consiguiera otras joyas.
Había escuchado muchas cosas buenas sobre Haun Baek y si bien aun faltaba conocerlo en persona presentía que era un buen ser humano que no merecía ser usado por su hermana como una pantalla de humo y menos como un saco de boxeo para el príncipe Efrit. Sabia como era ese hombre con los de baja cuna que según él no merecían ciertas posiciones, quería ahorrarle ese dolor al pobre hombre.
—Princesa Yvie, hemos llegado al palacio principal —dijo Ofelia desde el exterior de su carruaje—
Ahora como un emisario del Emperador contaba con más protección a comparación de cuando fue a Xek, al menos su padre hizo lo mínimo por ella ahora que le era de más utilidad.
Se bajo del carruaje con cuidado para ser recibida por una escolta de sirvientas que tenían las caras cubiertas con velos finos mientras vestían ropas típicas del país. Todas las mujeres le dieron una reverencia y la comenzaron a guiar por el palacio para presentarse ante los reyes mientras que Ofelia se encarga de llevar sus cosas a su cuarto.
Camino por los pasillos completamente maravillada por la estructura y elegancia tan diferente de Arbezela, había visto algunas imágenes en libros pero esto superaba su imaginación por completo.
—Majestades, la princesa de Arbezela ha llegado —anunciaron dos mujeres al unisonó—
Pueden dejarla entrar
Escucho una voz fuerte y masculina al otro lado de la puerta, era de suponer que era el Rey. Las puertas se abrieron de par en par mientras que las mujeres que habían anunciado su llegada se arrodillaban, una clara señal de respeto para los gobernantes y una bienvenida para los visitantes. Les agradeció en voz baja a las mujeres antes de ingresar a la habitación para ser recibida por los gobernantes de Darhan, estaba vestidos con ropas muy hermosas y formales y eran acompañados por algunos sirvientes que le dieron paso al pie de las escaleras para mostrar su respeto a sus anfitriones.
—Saludo al Rey y a la Reina de Darhan —dijo Yvie juntando sus manos al frente para hacer una reverencia completa con la espalda recta—Muchas gracias por recibirme
—Oh una reverencia esplendida princesa, no hay duda de que su reputación la precede —afirmo el Rey mientras acariciaba su larga barba—
—Nos alegra que haya llegado a salvo e incluso antes de la hora acordada ¿Tuvo algún problema en el camino? —pregunto la Reina con un tono amable y servicial—
—No su alteza, todo el camino fue como un sueño por las hermosas vistas que me ofreció Darhan —aseguro Yvie dejando de hacer la reverencia para ponerse recta y mirar a los reyes—Los paisajes son realmente hermosos que casi me tente a bajar y apreciarlos yo misma, pero me temo que no fue posible
—Jajajaja ¡No hay problema princesa! Ya llegara el momento en que pueda disfrutar de su estadía aquí y pueda disfrutar de todo lo que nuestro pais tiene para ofrecer
—Permítanos también regalarle algunos atuendos como obsequio para que pueda usar en su estadía aquí y se pueda llevar de regreso a casa —dijo la reina con una sonrisa enternecida al ver con mas detalle el atuendo de la princesa—
Ofelia le había preparado ropa cómoda para el viaje que no desentonara con Darhan pero que tampoco fuera una falta de respeto o algo que desentonara con la ocasión, era un gesto de buena voluntad que la reina noto y del que se le notaba muy enternecida.
—Me honra que piensen tanto en mí, apreciare hasta el mas mínimo detalle en mi corazón para que cuando regresa a mi hogar quiera regresar aquí nuevamente —dijo Yvie con una leve sonrisa mientras inclinaba levemente la cabeza, una señal de agradecimiento—
—¡Aw querido! ¿No hubiera sido una alegría enorme tener una hija tan educada, inteligente y hermosa como la Princesa Yvie? —dijo la Reina completamente enternecida por la joven—
—Lo siento mucho amor mío que solo hayamos podido tener hijos varones ja ja
—... —Yvie no dijo nada, pero sintió como las mejillas se le ponían tan rojas como su cabello—«¡De seguro me veo como un tomate ahora mismo!»
Sin que los monarcas notaran Yive se dio unas leves palmadas en los cachetes para bajar su vergüenza y retomar su compostura para poder seguir manteniendo una imagen madura y sensata ante los reyes de Darhan. Lo mas importantes como una representante del imperio era mantener la compostura, si planeaba llegar a ser Emperatriz tendría que aprender a recibir los cumplidos de una mejor manera.
—Princesa ¿Desea descansar? Imaginamos que el viaje fue pesado para usted, podemos dejar los detalles diplomáticos para mañana —dijo el Rey bajando de su trono junto con la reina—
—Si no representa ningún problema para su majestad me gustaría aceptar con mucho gusto la oferta, reconozco que el viaje fue algo pesado —dijo Yvie bajando la mirada—
—No es un ningún problema querida —le aseguro la reina sobando su brazo suavemente—Le preparamos unas habitaciones en el palacio secundario, yo misma te llevare ahí
—E-eh...Muchas gracias su majestad, será un honor —agradeció Yvie no pudiendo disimular su asombro—
No era normal que una reina se tomara esas molestas, normalmente mandaría a un sirviente para que hiciera ese trabajo pero prefirió hacerlo ella. La mujer solo se rio levemente al ver a la joven princesa tan vulnerable. Las mujeres se despidieron del monarca y al salir de la habitación la reina rodeo con su brazo el brazo de la joven princesa mientras la comenzaba a guiar por los pasillos del palacio mientras eran seguidas por las damas de compañía de la reina y muchas sirvientas.
Yvie se sintió un poco abrumada por el montón de cosas que le pregunto la reina, desde el cómo supo que quería ser médico, sus gustos, sus sueños e incluso le pregunto por sus hermanos al oír que ella era muy cercana a ellos. La joven princesa respondió a cada pregunta con cortesía y amabilidad justo como era de esperarse de alguien de su suposición, aunque de alguna forma no pudo evitar sentirse evaluada por la reina, como si ella quisiera leerla, pero no le inquieto mucho, después de todo ella no traía malas intenciones.
La reina igualmente contesto sus preguntas que iban desde la estructura del palacio, su historia, el nombre de varias plantas que no conocía y cosas mas personales como sus gustos, como un bonus se llevo muchas recomendaciones literarias que podría leer en su estadía en Darhan.
Cuando llegaron a la puerta de la que se seria su habitación la reina detuvo sus pasos y encaro a la joven.
—Si gusta princesa puede pedirle a cualquier sirviente y la llevaran a la biblioteca real, así podrá deleitarse con nueva literatura —ofreció la reina—
—Me gustaría mucho su majestad, muchas gracias
—No hay de que querida, es un placer tenerte aquí —la monarca sobo su brazo de forma maternal— Ahora descansa, los asuntos políticos los dejaremos para mañana ¿sí? Ordenare que te traigan aquí unos aperitivos y la cena para que no tengas que moverte
La reina le dio un par de ordenes a las sirvientas que venían con ellas antes de dejarla sola en su habitación que era bastante amplia y muy bonita, muy típica del país y eso le gusto. Noto que había una librería con varios pergaminos que vendrían a ser como los libros en las bibliotecas de Arbezela y sin poder detener su curiosidad saco uno y comenzó a ojearlo.
—«Es poesía, ya tengo que leer esta noche»—pensó Yvie con emoción—
Si había algo que le gustaba aparte de los libros de medicina gráficos y bien explicados era la poesía bien escrita y hubiera seguido leyendo pero el ruido de una puerta corrediza de su habitación abrirse la distrajo, era Ofelia.
—Princesa, todas sus cosas están listas —dijo la mujer dándole una reverencia—
—Muchas gracias Ofelia ¿Ya tomaste un descanso? No has parado desde que llegamos —pregunto Yvie arqueando una ceja, como medico no le gustaba que ella no se tomara un descanso—
—Estoy bien princesa, ahora mismo iba a seguir sus indicaciones por escrito de tomar un descanso de una hora para poder continuar con mis lecciones de literatura —aseguro la mujer mientras sacaba un pequeño libro de su ropa—
—Entonces adelante, si tienes alguna duda con algunas palabras me avisas para ayudarte
Ofelia solo asintió con entusiasmo mientras sus mejillas se ponían de un leve tono rosa. Yvie no podía evitar pensar a veces que Ofelia era como una niña de 10 años en el cuerpo de una capaz guerra aunque no era para menos, desde joven fue criada para ser un soldado sin educación básica hasta que estuvo bajo el mando de la princesa Tetra que la instruyo en otras áreas para que fuera útil como una escolta para la nobleza pero aun le faltaba una educación mas avanzada y Yvie no tuvo problemas en querer enseñarle lo mejor que podía a ella para pudiera cumplir su sueño de poder leer un libro complicado en voz alta sin tartamudear.
No paso ni una hora y varias sirvientas les trajeron varios aperitivos para el te de la tarde propios del país. Esta demás decir que Yvie y Ofelia comieron hasta casi reventar pero por suerte pudieron ponerse un limite para la cena que fue igualmente deliciosa y muy adecuada para sus estómagos que no estaban acostumbrados a una gastronomía tan diferente.
Xek era conocido por tener comidas muy fuertes y condimentadas mientras que Arbezela por tener comidas más ornamentadas y más selectivas por la mala costumbre de los ciudadanos de ser tan egocéntricos con su apariencia. Darhan era un país con comidas muy diferentes y si planeaban pasar un tiempo en ese país tendrían que acostumbrarse.
—Ay estoy rendida... ¿Y tú Ofelia?
—Zzzzzzz....Zzzzzzzz....
—...Pff —contuvo una carcajada al ver dormir a su dama a pata suelta—
Sin pensarlo mucho la tomo en sus brazos lo mejor que pudo para que pudiera dormir en la cama que era suya para que no se dañara la espalda y se fue a sentar a un pequeño balcón que daba afuera para ver las estrellas.
Era una noche hermosa y quería leer varios de esos poemas con la compañía de la luna y así fue por varias horas hasta que sus oídos captaron el sonido de un instrumento muy hermoso, uno que jamás había oído antes y digno de su curiosidad no dudo en bajar de un salto del pequeño balcón para buscar el origen de tal melodía.
Camino por unos minutos siguiendo el sonido que cada vez se hacia mas fuerte hasta que sus ojos captaron una figura masculina sentado en medio de la naturaleza tocando un instrumento que no conocía como si nada, en medio de la noche rodeado solamente por las luciérnagas. Tenia un bello cabello color blanco muy largo, un rostro fino y delicado que era acompañado por un cuerpo esbelto pero fuerte.
—...Hermoso...—murmuro para si misma sin dejar de ver al hombre desde su escondite—«¡El debe ser el hada de la luna, Haun Baek! ¿Deberia acercarme? No no, esta tocando muy bonito y no quiero interrumpirlo»
Quiso irse pero no fue tan discreta como pensó que fue porque de un segundo al otro el hombre no estaba ante ella y el instrumento fue dejado en el frio pasto para su desconcierto, no se novio ni un milímetro al sentir un frio acero rozando su cuello.
—¿Quién eres tu?
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A que no se esperaban un encuentro tan violento entre estos dos eh ( ͡❛ ͜ʖ ͡❛)
Haun es una de mis joyas favoritas mas que nada por la ENORME paciencia que tiene con el pendejo de Efrit (Me caga, creo que se ha notado mucho mi disgusto por el XD) así que quería hacerle una entrada DIGNA Y HERMOSA, justo como el se merece.
Espero que el capitulo les haya gustado ¡Nos vemos el siguiente viernes!