The Stripper Ꞝ Sahyo

By Ss0ulx

84.7K 7K 2.8K

❥. ᭄ 𝐒𝐚𝐡𝐲𝐨 ★ Adaptación ❝ ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apues... More

Sinopsis
Capítulo 1- "Doble Vida"
Capítulo 2- "Regreso a Miami"
Capítulo 3- "La Stripper"
Capítulo 4- "Nueva presidenta"
Capítulo 5- "Primer día"
Capítulo 6- "Conversación y más tiempo juntas"
Capítulo 7- "El baile"
Capítulo 8 -"El beso"
Capítulo 9 - "Perdiendo el control"
Capítulo 10 - "Le Coffee"
Capítulo 11 - "Dulce ilusión"
Capítulo 12 - "Confusión"
Capítulo 13 - "Regalo, Paseo, Conversación"
Capítulo 14 - "Juegos perversos"
Capítulo 15 - "Llegada inesperada"
Capítulo 16 - "Reencuentro"
Capítulo 17 - "Conociendo a la familia"
Capítulo 18 - "Un día diferente"
Capítulo 19 - "Un baile"
Capítulo 20 - "Volviendo a la dura realidad"
Capítulo 21 - "La venganza"
Capítulo 22 - "Perdidas"
Capítulo 23 - "Arriesgarse"
Capítulo 24 - "Fuck You All The Time"
Capítulo 25 - "Caminos cruzados"
Capítulo 26 - "Peleas y reconciliación"
Capítulo 27 - "Nueva Alianza"
Capítulo 28 - "Un día diferente"
Capítulo 29 - "Momentos"
Capítulo 30 - "El descubrimiento"
Capítulo 31 - "Confrontación"
Capítulo 32 - "Torbellino de sentimientos"
Capítulo 33 - "Caer en tentación"
Capítulo 34 - "Negociaciones"
Capítulo 35 - "Cosas del pasado"
Capítulo 36 - "Baile de máscaras"
Capítulo 37 - "Propuesta"
Capítulo 39 - "¿Quién manda en este juego?"
Capítulo 40 - "¿Todo estará bien?"
Capítulo 41 - "¿Mentir, si o no?"
Capítulo 42 - "Sorpresa"
Capítulo 43 - "El vuelo"
Capítulo 44 - "Secretos"
Capítulo 45 - "Irse ¿Sí o no?"
Capítulo 46 - "Decisión"
Capítulo 47 - "Lap dance"
Capítulo 48 - "Jaque-Mate"
Capítulo 49 - "Estrategia"
Capítulo 50 - "La nueva era"
Capítulo 51 - "Ajuste de cuentas"
Capítulo 52 - "La pérdida"
Capítulo 53 - "Nuevos tiempos"
Capítulo 54 - "La boda"
Capítulo 55 - "El poder"
La familia - Epílogo pt.1
Dos lados - epílogo pt.2
Querida Stripper - Epílogo pt.3

Capítulo 38 - "Cuestión de saber"

1K 86 27
By Ss0ulx

Park Jihyo's point of view

-¿Quieres que me olvide de Park Jisoo?

Le pregunté a la mujer que me miraba de manera firme y paciente.

-Quiero que exista solo para mí. Y pronto.

Amaba lo posesiva que era Sana, me hacía amarla más. Pero no entendía a donde quería llegar con eso. Yo ya era suya.

-¿Qué quieres decir con eso?

Sana respiró profundamente y sonrió, poniendo su mano sobre la mía que estaba sobre la mesa, donde empezó a dejar caricias.

-Quiero que dejes "Imperium".

Por unos segundos me quedé paralizada, tratando de comprender si eso lo había escuchado de ella o si mi imaginación había ido muy lejos.

-Jihyo... - Susurró Sana, despertándome.

-¿Hablas en serio?

-Sí, lo pensé bien, ahora que estamos juntas no necesitas ir a ahí más. - Habló Sana con calma mientras bebía de su copa de vino.

-Sana, que yo vaya ahí o no, no interferirá en lo que tenemos, bebé. - Hablé con calma.

-Claro que lo hará. No te quiero ahí, exponiéndote a ti misma de esa manera. - Habló con seriedad.

-Hace una semana te gustaba, y no te importó. - Dije con indiferencia.

La mujer rodó los ojos y resopló.

-Hace una semana no eras mi novia.

El lugar se puso automáticamente pesado, propagando la tensión entre nosotras.

-¿En que cambia eso? Solo estamos saliendo de manera oficial. Nada cambiará.

-¡Obviamente lo hará, Jihyo!

-¿En qué?

-¡En todo! Ahora eres mía.

-¡Y siempre lo seré, Sana!

-No estando ahí, bailando para esa gente. Quiero que solo seas mía.

-Eres mi novia Sana, no mi dueña.

Nos miramos la una a la otra casi escupiendo fuego. Increíble como todo era demasiado bueno para ser verdad.

-Wow, no puedo creer lo que acabas de decir. - Habló levantándose de la mesa, y al mismo instante me arrepentí de ser demasiado grosera. Me quedé en mi sitio mirando como Sana se servía un poco más de vino, para luego mirar al mar agitado. Me puse de pie lentamente y caminé hacia ella.

-Lo siento. Solo quiero que entiendas que no me puedo ir. - Dije tocando su brazo cariñosamente.

-¿Que te detiene ahí?

-No puedo simplemente dejar a Jinyoung a un lado. No puedo abandonar el proyecto con ella.

-Proyecto donde solo él gana, ¿verdad?

-Sana, también cobró muy bien por eso.

-Jihyo, ¡no lo necesitas!

-Si estoy ahí es porque lo necesito.

-Yo puedo darte todo lo que quieras, bebé.

-No quiero tu dinero.

-No quiero que estés ahí. Conmigo no te hará falta nada.

-¿En serio crees que soy esa clase de persona que deja que la mantengan?

Sana me miró incrédula, era clara la molestia que sentía que me haya enfrentado a ella.

-No vengas con tu orgullo, Jihyo. No tenemos espacio para eso aquí.

-No quiero depender de ti.

-¡¿Prefieres quedarte semidesnuda sobre un escenario?! - Casi gritó con ira.

-¿Desde cuándo te molesta tanto? ¿Vas a hacer del buen Samaritano también? ¿Cómo todos los demás? - Dije con enojo.

-No sabes lo que la gente dice ahí, Jihyo, como te ven, ¡Dios!

-No me importa, ¿está bien? No tienes idea lo que he tenido que escuchar, Sana, nada de lo que digan me afecta. No más.

-Pero me afecta a mí, ¿cómo crees que me hace sentir? Saber cómo todos ahí piensan cosas sucias de mi mujer.

Sabía lo difícil que era para ella. No quería quitarle la razón a Sana. Pero no podía simplemente tirar todo por la borda. Jinyoung era una parte importante de lo que era hoy, y dejarla no era lo más justo.

-Solo ignóralos, Sana. - Intenté calmarme yo misma.

-¿Crees que es posible? Mírame cuidadosamente, Jihyo, ¿crees realmente que podré? - Habló firmemente, sosteniendo mi brazo.

Sus ojos trasmitían furia, celos, poder.

-Me conociste así...

-¿No podrías cambiar por mí?

-¿Y tú? ¿Cambiarias por mí?

En ese momento nuestras miradas se mantuvieron conectadas con una tensión pesada.

-No des vueltas a las cosas, Park Jisoo. - Se quejó soltando mis brazos.

-No estoy dando la vuelta a las cosas. Solo quiero que pienses un poco. ¿Te has parado a imaginar por qué lo hice? ¿La razón por la que no me puedo ir?

Sana estaba de espaldas a mí, se giró para verme.

-No sé qué te llevó a ello, pero me imagino las razones.

El tono de su voz fue casi ácido. No estaba preparada para escuchar malas cosas de ella, no, no lo estaba. Sana se giró nuevamente y bebió todo el vino de su copa.

-¿Qué imaginas, Minatozaki?

-¿No tienes ni la menor idea? - Se giró para verme nuevamente.

Tenía una mirada superior y arrogante. Con su voz llena de sarcasmo.

-Te gusta ser cortejada, Jihyo. Te gusta ser querida, ser deseada. (Sana aquí te mato)

-¿Crees que estoy ahí simplemente para ser cortejada?

-¿Por qué otra razón sería? Debes amar ver a toda esa gente volverse loca por ti, ¿verdad? Todos ahí pagarían lo que sea para poder dormir contigo.

Me mantuve mirando a la mujer enfrente de mí, con su tono burlón. Solo sacudí mi cabeza y sonreí sin humor.

-Eres una idiota, Sana. - Hablé para después irme y dejarla sola.

Minatozaki Sana's point of view

Vi a Jihyo caminando con pasos rápidos y fuertes hacia la casa. Maldición, lo arruiné todo. Cerré mis ojos pensando en la mierda que había dicho.

¡Maldita sea! ¡Maldición!

Tiré la copa de vino en el suelo, viendo como el fino cristal se rompía en pedazos.

¿Qué hago?

Sacudí mi cabeza, y caminé de un lado a otro pensando en que debía hacer. ¿Ir tras ella era lo correcto? No, Jihyo no tenía que negarse a mi petición. Era obvio que tenía la obligación de dejar ese club. Nunca dejaría que mi mujer siguiese bailando semidesnuda para esa gente asquerosa.

No, Sana, fuiste demasiado dura...

Si...

No...

En un par de segundos mis pensamientos fueron bombardeados por ambos lados, lo que me evito pensar correctamente. ¿Tenía razón o no? Miré hacía la casa cuando vi una luz de la habitación principal encendida. Y fue ahí donde fui.

Caminé con pasos apurados a través del pasillo de la habitación donde estaba Jihyo, y con fuerza abrí la puerta cruzándome con la mujer que estaba poniendo su ropa dentro de su pequeña mochila. Lo hacía todo tan rápido, que no se dio cuenta de mi presencia, o simplemente decidió ignorarme.

-¿Qué crees que estás haciendo?

-¿No es obvio? ¡Me voy! - Habló furiosamente y entonces volvió a empacar sus cosas.

-¡No vas a ningún lado! - Ordené tomando la mochila de sus manos.

-¡Dame mi mochila ahora!

-¡No te vas! - Le grité.

-¿Y quién garantiza eso? - Preguntó provocándome.

-Yo.

-¡Tú no eres mi dueña, Minatozaki!

Jihyo se puso furiosa y caminó hacia la puerta, cuando rápidamente tomé su brazo fuertemente. Atrayendo su cuerpo a mí duramente. No le di tiempo ni de pensar. Solo la besé con deseo. Jihyo puso sus pequeñas manos en mis hombros y me empujó, haciéndome dejarla.

-¡No quiero estar aquí contigo!

-Siempre quieres. - Hablé cínicamente.

-No hoy.

Gritó con ira, respirando pesadamente. Tomó su mochila del suelo, para luego salir de la habitación, otra vez la detuve.

-¡No te vas! Y no es una petición. ¡Es una orden! - Dejé salir las palabras de una manera seria y firme, atrayendo el cuerpo de Jihyo a mí.

-¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no eres mi dueña?!

Dijo Jihyo mirándome con ese par de ojos marrones furiosos. Sonreí sarcásticamente.

-Cuantas veces tengo que decirte que soy tu jefa, ¡¿quieras o no Jisoo?!

Jihyo sonrió sarcásticamente.

-Estás equivocada. Con Jisoo no puedes mangonear. Y nunca podrás... ¿sabes por qué?

Maldita sea. Era ella. Jisoo.

-Porque ella es tu debilidad. Porque cuando ella reina, tú te rindes.

Jihyo dijo cada palabra de una manera sexy. Retrocedí un par de pasos hasta que sentí la cama detrás de mí.

-Necesitas acostumbrarte al hecho de que conmigo tu poder es nada. Quien tiene el mando soy yo, Sana. - Dijo Jisoo tirándome a la cama bruscamente. - Voy a recordarte quien es Park Jisoo.

Mi cuerpo chocó contra el suave colchón. Rápidamente intenté levantarme pensando en que Jihyo se iría. Pero al contrario. Si hubiese sido Jihyo, se habría ido. Pero no estaba aquí, en frente de mi estaba solo ella. Jisoo.

La pelinegra estaba de pie, quitándose lentamente el vestido de su jodido maravilloso cuerpo. Jesús, a cada segundo podía ver el cuerpo de Jisoo mostrando más y más. Tan pronto como la prenda estaba completamente fuera de su cuerpo, dejándola únicamente con una pequeña lencería negra, suspiré. Jisoo me miraba con ira, mientras subía a la cama. Subiéndose a horcajadas sobre mí sin piedad.

-Te mostraré quien está a cargo aquí.

No dije nada, la manera en que Jisoo tomó poder sobre mí me dejó totalmente entregada. La pelinegra estaba ahora semidesnuda sentada sobre mi regazo, con su cabello largo cayendo sobre sus hombros. Con una mirada llameante sobre mí. Sus pequeñas manos rápidamente fueron a mi cuello, atrayendo mi boca a la suya en un beso ardiente.

Estaba jodida.

La boca de Jisoo tomó la mía con deseo. Su lengua se deslizó sobre la mía con deseo y sin vergüenza, incitándome a querer más. El beso era intenso, muy carnal. Dios, quería más. Sus manos se movieron debajo de mi camisa, sacándola de mi cuerpo. Pronto sus labios capturaron los míos otra vez. Mientras sus manos apretaban mis pechos con fuerza sobre mi sujetador. Los besos hambrientos de Jihyo fueron hasta mi cuello, donde la pelinegra se encargó de morder fuerte.

-¡Hija de perra! - Maldije.

No paró, después de la mordida su húmeda lengua se deslizo sobre mi pulso de una manera provocadora de manera que podía sentirme a mí misma excitándome. Sus manos fueron a las correas de mi sujetador, bajándolas bruscamente. Dejando mis pechos completamente desnudos para que ella los mirase con tanto deseo. Con sus ojos brillosos en mis pechos, Jihyo tomó cada uno con una mano y los apretó lentamente pero con fuerza.

Cerré mis ojos y arqueé mi espalda sintiendo sus manos masajear mis pechos. Gemí suavemente cuando apretó mis pezones entre sus dedos. Mi respiración era pesada, descoordinada, podía sentir mi centro empapado. Cerré mis ojos tan pronto como sentí la respiración caliente de la pelinegra contra mis pechos. Sabía lo que estaba por venir. Mordí mi labio cuando su lengua caliente se deslizo sobre mi pecho.

-Oh si, Jisoo...

Miré como chupaba llena deseo. Podía sentirme débil con esa vista. Jihyo, o más bien, Jisoo, rodeando la aureola de mis pechos con su lengua de una manera excitante que me tuve que ver forzada a clavar mis uñas en la suave manta que cubría la cama. El sonido de la succión me estaña volviendo completamente loca. La pelinegra me chupó hambrientamente. Deslizando la punta de su lengua sin parar sobre la piel sensible de mí pecho. Era alucinante.

-Chupa duro. - Le grité, quien al mismo instante paró.

Sus brillantes ojos marrones me miraron, exponiendo un fuego de ira y deseo.

-Por favor... - Rogué a la pelinegra quien dejó salir una sonrisa malvada.

Jisoo se acercó otra vez, capturando mi otro pecho donde hizo el mismo trabajo, chupando hambrientamente. Paro únicamente cuando lo dejó completamente rojo y sensible, dándome una pequeña mordida al final. Jihyo se movió, bajándose de mí.

-Quítate la ropa. - Me ordenó. - Ahora.

-¿Quieres estar arriba ahora?

-Quítate la puta ropa.

Entrecerré los ojos mirándola, y obedecí. Lentamente bajé el cierre de mis pantalones, sacándolo de mi cuerpo con cierta dificultad. Todo bajo la mirada de Jisoo.

-Te ves realmente caliente con esas pequeñas bragas, Sana.

Las palabras salieron de sus carnosos labios llenos de maldad.

-Gírate, y acuesta en la cama.

-Jihyo... - Intenté hablar.

-Yo mando.

Tragué con dificultad y lentamente me acosté boca abajo en la suave cama. Dios mío, ¿qué coño estaba haciendo? Estaba recibiendo órdenes de esa maldita mujer que me hizo perder la cabeza. Sentí como Jihyo se movía por la cama, gateando hacia mí. Hasta que sentí como sus labios tocaban mi espalda. Siguió con besos húmedos y largos hasta mi cuello. Donde decidió lamer lentamente.

-¿Lo ves? ¿Ves quién está al mando soy yo? No puedes terminar mi lado más fuerte, Sana.

Escuché la ronca y sensual voz de Jisoo en mi oído, poniendo todos mis pelos de punta. Mordió mi lóbulo con fuerza, para empezar a dejar besos por mi espalda, hasta la parte superior de mi trasero, donde deslizó su mano lentamente para después azotarme con fuerza.

-¡Oh! - Exclamé sorprendida.

Cerré mis ojos con fuerza, y la observé a través del enorme espejo que estaba un lado de la cama en la habitación. Jisoo estaba de rodillas sobre la cama, analizando mi cuerpo a fondo.

-Si vuelves hacer eso, voy a...

Me azotó otra vez, haciéndome gemir de dolor.

-¿Vas hacer que, Sana? ¡Dilo! - Me azotó otra vez.

Cerré mis ojos y mordí mi labio con fuerza. Miré a Jisoo que estaba sonriendo en mi dirección. La iba a dejar mandar esa noche, me iba a rendir.

-Eso es lo que pensé, quédate callada.

La pelinegra se agachó, dejando algunos besos en las marcas rojas de mi trasero. Después me quitó las pequeñas bragas rojas que llevaba esa noche.

-Estás empapada. Veo que mis azotes te excitaron. - Me provocó apretando mis nalgas con fuerza.

-Si te tardas tanto, cambiaré las tornas. Y me haré cargo de todo. - Susurré. - Y señorita Park, si lo hago, la follaré toda la noche.

Jisoo se inclinó hacia delante, tomando mi pelo en su mano, tirándolo con cierta fuerza. Mientras su boca mordía mi cuello.

-Eso sería tentador, Minatozaki. Pero hoy, quien manda soy yo. Y quien va a ser follada toda la noche, eres tú.

Susurró de una manera puramente sensual.

-Ponte en cuatro, ¡rápido!

No me tomé mucho tiempo, me levanté de la cama. Poniéndome en cuatro para Jisoo que estaba detrás de mí, como un depredador hambriento.

-Así me gusta. Obediente. - Se burló para después pasar su lengua por todo mi centro mojado.

-¡Oh sí! - Gemí agarrando las sabanas de la cama con fuerza.

La pelinegra deslizó su lengua de arriba abajo por mi resbaladizo centro, haciendo que todo mi cuerpo se retorciese. Jisoo con una mano a cada lado de mis nalgas. Mientras que su lengua se hacía cargo de probar cada pequeña parte de mi sexo. Bajé mi cabeza, apoyando mi frente en el colchón. El sentimiento de estar completamente expuesta a ella me volvía loca. Sentí su suave y caliente lengua deslizándose hábilmente por mí necesitado clítoris que pedía más.

-Joder Jisoo... Hmmm.

La mujer apretó con fuerza la carne de mi trasero, dejando marcas rojas bastantes visibles. Mientras su boca se encargaba de darme placer. Empecé a mover mi cuerpo, forzando mi centro contra la lengua de Jihyo. Miré hacia el espejo viendo la escena en la que nos encontrábamos, y oh Dios mío. Me podía correr solo mirando eso. Estaba completamente abierta en la cama, mientras Jihyo me chupaba. Y me chupaba fuerte.

-Mierda, ¡¿por qué tienes que ser tan deliciosa?! - Dijo Jihyo alejándose, azotando mi culo con fuerza.

-¡Cállate, y chúpame! - Ordené.

Y lo hizo. Jihyo deslizó su lengua sin cesar en mi manojo de nervios. Rápido y fuerte. Era imposible evitar que mi cuerpo reaccionase. Me moví implacablemente, con fuertes movimientos contra la audaz lengua de la coreana, chupó toda mi alma. Los gemidos ahogados salieron de mi boca, llenando la habitación.

-¡Oh joder! ¡Así!

Me chupó con tanto deseo que sentía que cualquier momento me iba a correr. Cerré mis ojos, y después paró.

-Levántate. - Me ordenó atrayéndome hacia ella.

Jisoo envolvió un brazo alrededor de mi cintura mientras plantaba besos en mis hombros y en mi cuello. Estábamos ahora de rodillas sobre la cama. Las manos audaces de la pelinegra apretaron mis pechos con fuerza. Pero necesitaba más. Y no le tomó mucho tiempo para dármelo. Una de las manos de Jisoo bajó desde mi pecho hasta mi empapado centro, mientras que su boca estaba cerca de mi oreja, respirando profundamente, pesadamente. Cerré mis ojos tan pronto como sentí sus dedos empezando a masajear rítmicamente mi clítoris.

-¡Oh! Si... - Gemí, arqueando mi cabeza hacia atrás.

El lugar estaba caliente, casi insoportablemente. Sentí mi cuerpo quemando como en un sauna. El sudor empezó a gotear de nuestros cuerpos. Cerré los ojos, mientras dejaba salir gemidos involuntarios de mi boca. Hasta que Jisoo me penetró con dos dedos a la vez, haciendo que mi boca se formase en una perfecta "O"

Mientras dejaba salir más gemidos involuntarios de mi boca.

-Joder, ¡Jihyo!

La pelinegra mordió con fuerza mi hombro, empujando con fuerza en mí. Juro que empecé a sentir una especia de frenesí. Sus dedos se movían dentro hacia fuera con fuerza y rapidez. Me sujeté fuertemente a la cabecera de la cama evitando que mi cuerpo cayese en el colchón. Mientras Jisoo me follaba fuerte. Estaba tan mojada que sus dedos se movían con gran facilidad rápidamente.

-¡Dios! Te voy a follar entera, Sana. Amo lo apretaba que estás aquí dentro.

Jihyo tenía su cuerpo completamente unido al mío, así que con cada movimiento que hacia la acompañaba al mismo ritmo. Sus dedos me invadieron de una manera deliciosa.

-Más rápido... ¡Rápido! - Hablé jadeando.

Y así lo hizo. No iba a durar mucho. Cerré mis ojos sintiendo todo mi cuerpo temblar. Los empujes profundos de Jihyo, acompañados de besos que me daba la pelinegra me estaban enloqueciendo. Me estaba corriendo por ella, con una intensidad fuerte. Gemí. Oh Dios, prácticamente grité. La maldije.

-Maldita sea, Jisoo. Fóllame.

Me moví en sus dedos sin el más mínimo control o vergüenza. Estaba completamente fuera de sí. Siendo guiada únicamente por el placer que consumía cada célula de mi cuerpo. Me corrí por ella.

La pelinegra retiró sus dedos de dentro de mí. Y lentamente dejó su cabeza descansar en mi espalda. Estábamos sudorosas, jadeando.

-Eres mi fin.

-Y tú el mío.

Me removí en la cama, sintiendo todo mi cuerpo suave. La claridad que provenía de la ventana se centró en mis ojos. Mierda. Me estiré lentamente, y me levanté. Froté mis ojos por largos minutos cuando me topé con una habitación vacía.

Maldita sea.

Eso no era una buena señal. Como resultado de la noche anterior, no me esperaba el desayuno en la cama. Y Jihyo no se iba a levantar de la cama para ir sola a algún lugar, a menos que fuera para irse.

No, no...

Me levanté de la cama, envolviendo la sabana de la cama en mi cuerpo y mirando fuera de la ventana. La cubierta estaba vacía. Bajé las escaleras de la casa mirando a todos lados, sin ninguna señal de ella. Regresé a la habitación y vi una pequeña nota:

"Necesitas tiempo para pensar las cosas".

"P.J."

Arrugué el pequeño papel, ignorando la ira que sentía. Se había ido, sin decir si quiera adiós. Tiré el papel en el suelo y me dirigí al baño, si estaba pensando que iba a ir tras de ella, estaba muy equivocada.

Park Jihyo's point of view

-No puedo creer que la dejaste ahí sola. - Nayeon se quejó mientras desempaquetaba sus cosas.

-¡Me fui! Y no me arrepiento.

-Déjame ver si he entendido bien. ¿Estuviste en una cena romántica, verdad? - Chae preguntó mientras caminaba de un lado al otro.

-Sí.

-Luego se pelearon, tuvieron sexo. ¿Y te marchaste?

-Exacto, Chae.

-Pensaba que después del sexo, ustedes dos estarían bien. - Nayeon habló rápido.

- Ella también pensó eso. Pero Sana tiene que aprender que el sexo no resuelve todo. - Exclamé mientras acababa de desempaquetar.

-¿Cuál fue la razón de la pelea?

-Me pidió que dejara "Imperium".

Chae y Nayeon se miraron como si lo hubiesen imaginado.

-¿Y crees que está equivocada?

-Sí, Chae.

-Intenta entender su lugar, Hyo, no puedes estar a gusto cuando tu mujer está bailando para mucha gente.

-No quito su razón respecto a eso. - Hablé sentándome en la cama - Sólo quiero que me intente entender. No puedo dejarlo todo así. Es mi vida.

-Como es tu vida, también es la suya. Creo que ustedes dos que hablar. Dialogar siempre es bueno.

-Tienen que tener más sexo.

-Gracias, Unnie. Ellas ya tienen sexo todo el tiempo. No entiendo de dónde obtienen tanto deseo estas dos.

-Del mismo lugar que tú lo cogiste en la fiesta de Sakura. - Nayeon dijo riendo.

-¿Qué? - Pregunté sin entender.

-Chaeyoung se volvió loca en la fiesta de tu cuñada.

-¡Nayeon, cállate!

Entrecerré los ojos mirando a Chae que se sonrojó.

-¿Qué hiciste?

-Nada, unnie. - La más pequeña dijo rápidamente.

-Si bailar encima de la mesa al ritmo de Queen B es nada, matadme de una vez por todas.

Abrí mi boca en una perfecta "O".

-¿Bailaste encima de una mesa?

Chae ensanchó los ojos.

-¡Y casi se quería quitar la ropa! - Nayeon se rió.

-¡Estás bromeando!

-¡No! Momo llenó a la señorita mojigata de alcohol. Y esos fueron los resultados.

-Chae, ni siquiera sé qué decir...

-No digas nada, ya le pedí perdón a Dios.

-Tienes que pedir perdón por los pecados con Mina también.

-¿Qué pecados?

-No sé muy bien lo que pasó. Pero escuché unos ciertos ruidos que venían del baño la noche de la fiesta. ¿Y quiénes estaba allí? Chae y Mina.

-Perdona, cállate. Ni siquiera sabes lo que pasó.

-¡Ni tu tampoco!

-Nayeon, déjala, estás haciendo que Chae se avergüence.

-¿Qué? Todo el mundo tiene sexo.

-¡Nayeon unnie! - La más pequeña exclamó avergonzada.

-Está bien, volvamos a la cuestión de Jihyo.

-Como decía, tenéis que hablar, y mucho.

-No lo sé, puede que Nayeon tenga razón. Sana y yo nunca funcionaremos.

-Tendrías que haber pensado eso antes de empezar una relación con ella, Hyo. Sabes, te diré algo. Nunca pensé que vuestra relación hubiese llegado tan lejos, es obvio que Sana te ama.

Me quedé en silencio sólo escuchando lo que la pequeña me tenía que decir.

-Estoy de acuerdo con Chae, y creo que Sana ha sido la mejor persona que has podido conocer. - Nayeon dijo sentándose a mi lado.

-No dudo de eso, chicas. Pero Sana necesita ser más volátil. No soy como los demás que ella va mandando. Y además, tiene que estar enfadada conmigo por haberla dejado sola.

-No te querrá ver durante un tiempo.

-Exacto.

-¿Creéis que estará hoy en la compañía?

-Lo dudo, por lo que sé de ella, Sana no se presentará hoy.

Y realmente no se presentó. El movimiento en Industrias Minatozaki estaba muy tranquilo. Durante el día algunas llamadas, informes para actualizar, reuniones para programar. Pero aparte de eso, fue un aburrimiento total. Que continuamente me hacía mirar a la pantalla de mi móvil cada cinco minutos esperando una señal de vida de Sana.

Que nunca llegó.

Tal vez he sido inconsecuente, tal vez no debería haberme marchado antes de hablar. Con Sana las cosas eran muy impulsivas y emocionales, desde ambos lados. No quería arruinar nada con ella. Y tampoco chocar ni pelear con ella. Pero con el tiempo, construí a mí alrededor un campo de fuerza que me protegía de cualquier situación que me ofendiera. Puede que eso era lo que estaba pasando con Sana. La rechacé antes de que ni siquiera empezase a echar ideas que sabía que ella ni siquiera tenía de mí. Pero que de un tiempo a otro se podían hablar.

Desbloqueé mi móvil una vez más tan pronto como vibró con una notificación. Abrí el texto, pero sólo era Nayeon diciendo que marcharía antes por dolor de cabeza. Respondí rápidamente y bloqueé el teléfono.

Trabajé durante el resto del día. Era muy raro estar ahí sin ella. Sin escuchar el ruido de sus altos tacones en el suelo de madera, o el sonido de su voz rasposa dándome órdenes. O los simples murmullos de los empleados diciendo lo grosera que era Sana.

Puede que lo fuera, de hecho lo era. Pero no conmigo.

Pensé en llamarla, enviarle un mensaje. Pero en cada instante mi subconsciente me gritaba para que no lo hiciera. Le di tiempo para que pensara, y ella determinaría el tiempo que necesitaba.

Esperé a que mis horas de trabajo terminaran para empezar a guardar mis cosas y marcharme. Cogí mi bolso y me levanté de la mesa. Mirando mi móvil por última vez, y ninguna señal de ella. Resoplé irritada pensando como de insignificante fui con ella, ni siquiera un sólo mensaje.

Caminé a pasos lentos hacia el ascensor, que parecía que tardaría una vida en bajar. Miami estaba completamente bajo el agua esa noche. La lluvia torrencial sólo me hizo maldecir a Dios y al mundo por no tener un taxi a la vista o alguien que me recogiera.

Cerré el abrigo por mi cuerpo, y cogí el pequeño paraguas. Caminé a pasos apresurados hacia el otro lado de Industrias Minatozaki debajo toda esa agua. Mirando los débiles movimientos de los coches en esa calle. Mierda. La fuerte lluvia hizo mojar mis tacones, fue entonces cuando me los decidí quitar. Crucé otra calle cuando un coche se paró a mi lado, haciendo que un poco de agua moje mi ropa. Me preparé para insultarlo cuando me di cuenta quién estaba dentro del coche.

-Entra. - Sana habló rápidamente.

-¿Qué estás haciendo aquí?

Sana sonrió.

-Es mejor que te lo explique contigo dentro del coche, ¿No crees?

Acepté y entré en el coche rápidamente mojando el acolchado del auto favorito de Sana. Pero parece que no le importó, su cara de preocupación me miraba.

-Quítate el abrigo.

La miré sin entender, ¿Quería tener sexo precisamente ahora?

-Quítatelo, Ji, y ponte el mío. Estás empapada.

Suspiré, con algo de dificultad me quité el abrigo mojado, tirándolo en el suelo del coche. Sana siguió mirándome, y luego encendió el coche para marchar. El viaje se hizo en silencio, estaba empezando a ser un poco incómodo. Pero yo no sería la primera en hablar. Momento u otro Sana me lanzó una mirada tranquila, pero pronto volvió su atención a las calles oscuras. Hasta que paramos en frente de mi edificio. La mujer apagó el coche, y entonces todo fue silencio, escuchando sólo el sonido de la lluvia golpear contra el coche.

Suspiré y abrí la puerta del coche para salir, pero pronto sentí a la mujer agarrarme. Y cuando me giré ella me tomó de mis labios en un lento y dulce beso. Cerré mis ojos sintiendo los suaves labios de Sana moviéndose contra los míos con toda la calma del mundo. Su lengua me pidió permiso para entrar y acepté. Ése beso fue diferente, no era carnal ni cargado de deseo. Podía sentir en él un alivio por tenerla allí, conmigo.

Sana prolongó el acto al máximo que pudo, y luego poco a poco fue parando los besos con pequeños picos.

-Lo siento. - Ella susurró casi inaudible para mí.

Suspiré y toqué su cara con las puntas de mis dedos.

-No quise hablar de ésas cosas ayer, te lo prometo, Ji.

-Te creo.

Ella abrió sus ojos, dejándome sumergirme en sus inmensos verdes. Eran tan bonitos esa noche, que podría estar horas y horas mirándolos.

-Te amo, ¿Vale? Me pasé la mañana entera pensando en todo. En nosotras, en mí, en ti, y en Jisoo.

Sonreí, podría ser gracioso como Sana separaba Jisoo de mí. Como si fuéramos dos personas diferentes.

-Pensé que estarías enfadada, y odiándome toda la mañana. - Hablé apoyándome en el asiento del pasajero. Haciendo Sana sonreír.

-No, no te odiaba. Puede que sólo en el momento que vi tú nota. Pero no después. Sólo estuve pensando.

-Podrías al menos haberme llamado, ¿No crees? Estuve esperando por una señal tuya durante toda la mañana.

-Lo siento, Ji. Necesitaba algo de tiempo para pensar.

-¿Y a que conclusión llegaste?

-Bueno, llegué a la conclusión que me precipité cuando te lo pedí. No es que no me arrepienta, de verdad quiero que dejes ése lugar. Pero me imagino que tienes razones importantes para estar ahí. O haber ido allí. Razones que de verdad quiero saber, puede que eso sea lo que falta entre nosotras. Quiero saber cada momento de tu vida, Ji, pero antes quiero que me perdones por todo.

-Te perdono, y yo también lo siento. - Susurro - Por todo. Por el malentendido, por la manera en que hablé y actué.

Sana sonrió y cogió mi mano lentamente, dando un pequeño beso.

-¿Duermes conmigo esta noche?

Me preguntó muy dulce, dejándome ninguna otra opción que aceptar.

Minatozaki Sana's point of view

No pude ni pegar ojo durante aquella noche. Millones de pensamientos invadieron mi cabeza cada segundo, sin darme una oportunidad para dormir, ni siquiera por un minuto. Miré a mi lado, viendo a Jihyo dormir tranquilamente. Se veía simplemente maravillosa, llevaba puesta mi camisa blanca del trabajo que alcanzaba la mitad de su trasero cubierto por una pequeña ropa interior blanca. Que se decidió poner después de hacer el amor.

Hicimos el amor después de la larga y tensa conversación que tuvimos. Estaba decidida a saber más sobre ella, descubrir todos los caminos que la pelinegra que amaba tanto había viajado. Y no fueron fáciles. Descubrí que Jihyo no siempre tuvo una mala condición financiera, pero todo empezó a desmoronarse cuando su padre empezó con el juego, perdiendo todo el dinero y posesiones que la familia Park tenía. Me pregunté si había alguna forma de hacerlo parar, pero ella me explicó que cuando su madre lo descubrió ya estaba todo perdido. Que Park Taeyang ya estaba en bancarrota. Y que cuando ya no le quedaba nada empezó a forzar a su mujer a trabajar mucho, y al final la mujer le quitó el dinero y lo perdió otra vez. Dejando así a Jihyo y Sooyoung sin absolutamente nada. Juro que me sentí mal por eso, pero era mucho peor ver a la mujer llorar mientras lo recordaba.

La adicción se llevó a su padre, llevándolo a la bebida y las drogas. Ella habló con dolor de lo difícil que fue ver a su madre siendo golpeada todas las noches cuando él llegaba a casa. La desesperación de ver una escena como ésa nunca desapareció de su cabeza, ésa escena dejó marcas incurables.

Cerré mis ojos, y la miré de nuevo. Le di una ligera caricia a su cabello oscuro, haciéndola suspirar.

-Park Jisoo surgió por necesidad. - Jihyo habló quitándose algunas lágrimas.

-¿Cómo empezó?

-Después de que mi madre echara a mi padre de casa, tuvimos que encontrar un modo de apoyarnos. Y el sueldo de mi madre no era suficiente. Sooyoung tenía problemas de salud cuando era muy pequeña, y el poco dinero que mi madre ganaba no era suficiente para todo.

Miré a la mujer que me contaba todo con tristeza. Tiré a Jihyo más cerca de mí.

-Decidí buscar un trabajo. Pero como te puedes imaginar, nadie me quería contratar. Después de todo no tenía ningún tipo de experiencia en nada. Volví a casa, pero antes conocí a Jinyoung en una vieja cafetería cerca de mi casa. Por alguna razón Dios la envió a ése lugar. Al principio estaba asustada, él me enseñó todo, el club y lo que las chicas hacían allí. Y pronto pensé que él me quería como una prostituta y me negué. Pero él me explicó que ésos no eran los planes que tenía para mí. Así que acepté. En mitad de la humillación que vivía, esa era la única forma de salir, Sana.

Jihyo habló dejando las lágrimas caer, y delicadamente las limpié.

-¿Y después?

-Después me convertí en Park Jisoo. Fui entrenada por él, Jinyoung me dio todas las coordenadas para convertirme en una máquina de seducción. Con el tiempo el club que estaba flojo empezó a crecer. Nos dimos cuenta que mis espectáculos conseguían mucha audiencia. Y entre Jinyoung y yo elevamos "Imperium" al nivel que tiene hoy. Empecé a cobrar bastante bien, eso hizo que mi madre sospechara de mi trabajo. Hasta que un día lo descubrió.

La pelinegra bajó su cabeza y suspiró profundamente. Y acaricié mi mano ligeramente por su espalda, haciendo una caricia tranquilizadora.

-Ella me odiaba, Sana. Nunca en mi vida esperé que mi madre me dijera todas las cosas que me dijo. Me sentí la peor persona del mundo, la más sucia e impura. Lloré durante meses mientras recordaba cada palabra que me dijo. Ella me echó de casa, y me fui para no regresar nunca más. Dejé todo en un perfecto estado, y prometí que cada mes enviaría una cantidad de dinero para ayudarla con Sooyoung. Al principio ella se negó, pero la necesidad habló más fuerte. - Jihyo tomó un sorbo de vino y continuó hablando.

-En ese momento sólo conocí a Nayeon, ella trabajaba en Industrias Minatozaki con Chae, y ellas encontraron un trabajo para mí ahí. Entonces, me convertí en todo esto. Park Jihyo la secretaria de una multinacional por las mañanas, y Park Jisoo la stripper por las noches.

-¿Me he metido en una trampa? - Hablé en un tono juguetón que la hizo sonreír de modo sincero.

-Puede que sí.

Sonreí y me acerqué más a ella, tomando su cara para un beso lento.

-Te admiro mucho, ¿Sabes? Después de todo eso, sólo puedo decir que ahora estoy más enamorada de ti, Jisoo.

Miré a través de sus ojos marrones y vi que estaban llorosos, deposité un pequeño beso en cada lado de su cara para acabar con uno en sus labios.

-Quiero ser la diferencia en tu vida, quiero hacerte feliz.

-Sé que me harás muy feliz, Sana.

-Te lo prometo. Nunca te decepcionaré, cariño.

Y fue con esas palabras que definí nuestro futuro. Haría a Park Jihyo feliz.

Continue Reading

You'll Also Like

52.9K 7.1K 48
지쯔┊social media au. Donde Jihyo se dispone a ayudar a su mejor amiga Mina a trabajar en el local de su mamá y termina encontrándose con la chica que...
112K 10K 16
SOOJIN x SHUHUA Esta vez Soojin persigue a Shuhua.
1.1K 148 12
yjy. 17-18 hmm. 15-16 Narra: Momo Capítulos cortos / continuación: Precious love
4.2K 535 6
Es una noche fría de invierno, pero Nayeon tiene más calor que nunca. Jeongyeon está dispuesta a hacer que se sienta como fuego. • mini fic - 6 capít...