Llego furiosa a la empresa, abro la oficina de Paloma dando un portazo.
-Que mierda te pasa?.- se pone de pie asombrada.
-Tú y tu jefa son unas mentirosas, sé que está en la mansión y también sé de que ella está directamente involucrada con las muertes del pueblo.
Se ríe cruzándose de brazos, da unas vueltas alrededor.
-Así que fuiste tu quien le entregó un pendrive a la policía, pero creo que no te acuerdas porque ella te ha estado borrando la memoria.
-Como que borrando la memoria?.- elevo la voz.- Las odio.- le doy una bofetada.
Me toma de la muñeca y me la retuerce haciendo que grite del dolor.
-Conmigo no te metas.- abre su boca sacando colmillos.
-Ayuda.- intento safarme pero me agarra más fuerte y silencia mi boca.
Lloro al ver que ese demonio se acerca a mi cuello, pensé que solo eran pelicula y series, estas perras mataron a toda esa gente.
Para mi salvación tocan la puerta.
-Maldita sea.- refunfuña, mira mis ojos fijamente.- Vas a olvidar lo que acaba de pasar incluida la conversación con Elián, los vampiros no existen y seguirás investigando a Ariadna hasta que pierdas la cabeza como una loca.
Me siento en el sofá relajada, ella me sonríe sobando su cara, tiene la marca como de una bofetada.
Salimos a ver el alboroto que se escucha, hay un hombre alto y fornido parado arriba de una mesa, es bastante guapo, todos están alrededor observando, lo acompañan lo que parecen ser sus guardaespaldas.
-Me presento, soy Dimitri Mitrieks, y desde ahora en adelante voy a ser su nuevo jefe, así que me deben obedecer en todo.
Nos miramos con Paloma, ella me toma de una brazo sacándome de la multitud.
-Esto si que es malo, es el hombre más horrible que hay, tengo que controlar esto, tu irás a la mansión y le dirás a Ariadna que Dimitri está en la empresa, ella va a entender, corre por favor.
-Pero y no estaba cerrando unos negocios importantes?.- hablo sin entender.
-Una larga historia.- me da las llaves de su auto.- Ve en el mío que es más rápido y trata de que nadie te vea.
Me voy lo más rápido que puedo, espero que no sea nada malo, pero mis sospechas hacia ella nadie me las saca.
Narra Ariadna
Me afirmo en la taza del baño para vomitar sangre nuevamente, este maldito hechizo que me hicieron las brujas es demasiado doloroso, no soy capaz de caminar por mas de diez minutos, los huesos se me quiebran una y otra vez. Mi estómago no resiste nada de sangre, por las noches tengo fiebre que me hace ver alucinaciones y para que hablar de lo demacrada que estoy, mis ojos están negros, mi piel está más blanca que un papel y he bajado seis kilos en estos días.
Vuelvo afirmada de las paredes a mi cama, me recuesto en esta intentando dormir un poco, mis ojos me pesan, el timbre empieza a sonar como loco, veo el auto de Paloma en las cámaras, le abro desde mi celular.
Las pisadas en las escaleras son fuertes y rápidas, de seguro me pasa a dejar algo de sangre para luego irse al trabajo, toca la puerta.
-Pasa.- apenas hablo.
Casi se me sale el aire al verla a ella, me mira asustada.
-Jefa.- se pone la mano en su cabeza.- Qué le pasó?.
-Una enfermedad extraña me acecha.- intento sentarme en la cama.
-La ayudo.- llega a mi lado tomándome de las manos.
Logro sentir algo de su calor, quedo mirando su rostro.
-Gracias, no soy capaz de hacer mis cosas por si sola, mis huesos no resisten.
-Está muy delgada.- acaricia mi brazo hasta mi cuello.- Sus ojos están apagados y no veo ese miedo que me producen.- toca mis ojeras.
Sentirla a mi lado provoca que su cuello y boca sean una tentación para mi, sonrío cerrando mis ojos mientras ella continúa dándome caricias.
-Te puedes acostar a mi lado y darme algo de calor.
-Por supuesto.
Se acomoda ganándose de lado, pone su cabeza afirmada en mi hombro y su mano en mi abdomen, mis dolores se calman un poco.
-Y cuéntame abejita, ha que has venido.
-Joder ya lo estaba olvidando, Paloma me envió urgente porque llegó un tal Dimitri a controlar la empresa, dijo que era el nuevo jefe.
Me paro de golpe evitando gritar del dolor.
-No puede ser.- me afirmo de la pared.- Ese hijo de puta no se va a salir con la suya, ayúdame a vestirme porfa.
Le indico que saque la ropa deportiva, necesito andar cómoda, así llegue en una silla de ruedas voy a enfrentar al cabrón que me quiere arruinar.
Me quita el pijama que traigo puesto con mucho cuidado, quedo totalmente desnuda, se toma la libertad de pasar la punta de sus dedos por mi clavícula hacia mis pechos.
-Los huesos se le notan mucho.- habla con tristeza.
-Shh, mírame.- la tomo del mentón.- Sólo ayúdame.
Lame sus labios, ay no me resisto, parece que lee mi mente. Me besa con suavidad, siento fuerzas y la agarro de la cintura, mis colmillos se asoman.
-Recuperó fuerzas.- se limpia su labio al darse cuenta que tiene sangre.
-Me provocas mucho.- me lanzo a su cuello.
-Ah, duele.
Succiono de este, mi cuerpo comienza a sentir calor y fuerza, no me siento débil ni tampoco deseo vomitar la sangre, esto es genial, ella es mi cura.
Termino de reponerme, borro su memoria y mordida, es hora de ir, nos vamos a el auto.
-Gracias abejita.
-Por qué.- se pone el cinturón.
-Porque eres increíblemente buena y hermosa.
Se sonroja dándome una tierna sonrisa, pero por el bien de ella es mejor que Elián se la lleve lejos de acá unos días para que nada malo le haga Dimitri, no confío en mi hermano, se puede descontrolar y matarla pero es la única persona que tiene fuerza, rapidez y agilidad, yo me debo sacar al líder de encima. Así me duela tener que ver que Elián se la va a llevar, sé que es por protegerla.
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Todo por ella!!