Manos de Ángel | BrightWin |...

By lilybws

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Win es estéril, o eso es lo que cree. Es comparado y maltratado por su familia, y es expulsado de Nakhon Path... More

Prólogo
| Capítulo 1
| Capítulo 2
| Capítulo 3
| Capítulo 4
| Capítulo 5
| Capítulo 6
| Capítulo 7
| Capítulo 8
| Capítulo 9
| Capítulo 10
| Capítulo 11
| Capítulo 12
| Capítulo 13
| Capítulo 14
| Capítulo 15
| Capítulo 16
| Capítulo 17
| Capítulo 18
| Capítulo 19
| Capítulo 20
| Capítulo 21
| Capítulo 22
| Capítulo 23
| Capítulo 24
| Capítulo 25
| Capítulo 26
| Capítulo 27
| Capítulo 28
| Capítulo 29
| Capítulo 30
| Capítulo 31
| Capítulo 32
| Capítulo 33
| Capítulo 34
| Capítulo 35
| Capítulo 36
| Capítulo 37
| Capítulo 38
| Capítulo 39
| Capítulo 40
| Capítulo 41
| Capítulo 42
| Capítulo 43
| Capítulo 44
| Capítulo 45
| Capítulo 47
| Capítulo 48
| Capítulo 49
| Capítulo 50
| Capítulo 51
| Capítulo 52
| Capítulo 53
| Capítulo 54
| Capítulo 55
| Capítulo Final
| Epílogo
| Extra 1

| Capítulo 46

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By lilybws

«No puedo seguir queriendo saber de los demás sólo cuando no sé quién soy.»

Siente su cuerpo arder por las ronchas en sus brazos, abdomen y piernas, su piel dolía como mil demonios y podía sentir sus heridas abiertas sangrar, había perdido la noción del tiempo aunque a fuerzas dedujo que muchas horas transcurrieron, solo estaba a la espera de que lo tiraran en algún lugar abandonado para agonizar, no sabía cuántas veces había sido golpeado, casi ya no podía sentir el dolor, pues este mismo adormeció sus tejidos maltratados.

Una bolsa de plástico cubría su cabeza causándole asfixia a su ya difícil acción en respirar, sus párpados pesaban y a pesar de que luchaba por mantenerse despierto poco a poco dejaba de estarlo, lo único que mantenía su mente alerta era el auto en movimiento rumbo a un lugar que el no conocía, tenía pequeñas esperanzas de sobrevivir, le dolía, pero con tan solo imaginar la sonrisa de Gun lograba calmarse un poco. Guardaría sus pocas fuerzas para verlo por si eso llegaba a ocurrir.

De la nada el vehículo dejó de moverse y pronto escuchó las puertas abrirse, sin poder evitarlo se removió en el pequeño lugar intentando soltar sus muñecas del fuerte amarre con sogas que lastimaban su blanquecina piel de esa zona que tenía raspaduras irritadas, sus piernas estaban golpeadas y casi no podía hacer mucho con ellas, la cajuela del auto era muy pequeña y en ese momento odió tener una estatura alta, se estaba rindiendo, lo iba a hacer a no ser de que pronto escuchó un click sonar.

De pronto sintió brazos tomarlo de manera tosca y sin cuidado alguno, ya no quería luchar más, no tenía como defenderse y si seguía desafiando a esos matones tal vez le darían un balazo en la cabeza y ya, no quería eso. Tal vez meses atrás hubiera deseado morir, pues no había ninguna buena razón para sobrevivir, pero ahora sí la sentía, era ese Omega por el cual se mantenía despierto. El duro y frío piso de cemento golpeó sin cuidado su cuerpo cuando fue lanzado ahí, de pronto el sonido del motor fue alejándose poco a poco, hubo un silencio sepulcral a su alrededor y las esperanzas de ser encontrado y ayudado fueron realmente pocas.

Con sus manos temblando rompió la bolsa de plástico que cubría su cabeza y comenzó a jadear con fuerza cuando por fin el oxígeno pudo llegar sin trabas a sus pulmones, le dolía respirar, incluso sus párpados los sentía arder por el
terrible sol que sin piedad azotó sus ojos que por muchas horas estuvieron sometidos a oscuridad completa. Recostó su cabeza en el frío cemento de la vereda en la cual se encontraba y frunció su ceño suavemente intentando mantener la calma en su pecho, debía buscar una forma de soltarse y buscar ayuda o morir ahí mismo de dolor se convertiría en una gran posibilidad. Sus piernas casi no podía moverlas del todo, gracias a las descargas que recibió y paralizó todas su extremidades por un buen rato ahora estaba como un pequeño intentando arrastrarse.

En esos momentos quería tirarse de un precipicio, se sentía destrozado, adolorido y un pequeño que necesitaba de sus padres para poder mantenerse de pie, pero sabía que ni si quiera eso tendría. La calle era solitaria y a sus al rededores solo podía ver casas a mal construir en terrenos piedrosos, parecía un desierto, tan inmenso y el tan pequeño, desesperado por encontrar alguna salida que por más que buscara, no daría con ella.

Cuando escuchó el sonido de un carro acercarse se puso alerta y de inmediato trató ponerse de pie, pero apenas pudo arrodillarse de manera torpe, logrando lastimar aún más sus tobillos que tenían algunas heridas ahí. Buscó con su mirada indefensa algún rastro del vehículo, sin embargo todo pareció ser alguna proyección tonta e irreal de su mente, estaba agotado, estaba pensando seriamente en si seguir luchando por mantenerse despierto o simplemente dejarse caer y esperar que algún perro salvaje se lo comiera vivo.

Dejó su cabeza caer y colgar de su cuello cansado con algunas quemaduras de cigarrillos en la nuca dejándose notar, incluso las fuerzas de sus brazos para soltarse de aquel fuerte nudo en sus muñecas se agotaron, sentía su rostro hinchado por los golpes y el sol caliente no ayudaba en lo absoluto a su triste escena, solo sentía sus heridas arder.

Sus aturdidos sentidos lograron captar unos pasos apurados acercarse, quería reaccionar y al menos mirar de quién se trataba pero cuando menos lo esperaba, unas manos tomaron sus hombros lastimados con delicadeza para evitar que su cuerpo se desplomara ahí mismo, las voces eran lejanas y casi borrosas para su audición, no supo en qué momento, pero cayó dormido en un profundo sueño donde solo podía sentir su cuerpo siendo levantado, deseaba poder hacer algo, pero vamos, Khai en esos momentos era un niño necesitado de cariño y cuidados por lo maltratado que había sido, el cansancio emocional era más fuerte y consecuente que el físico. Una vez más iba a experimentar esas horribles sensaciones de soledad.

— Tranquilo, estarás bien.

[...]

Viernes, aniversario.

Un pequeño y lindo Omega se mantenía frente al espejo con emoción corriendo por sus venas, era el día en el que se cumplían seis meses de relación con su Alfa, los seis mejores meses de su vida.

Metawin arreglaba sus prendas nuevas en su cuerpo. Una camisa suave, negra y fina con tela levemente transparente que dejaba ver su hermosa silueta, una chaqueta de cuerina azul oscuro que hacía una combinación perfecta con sus pantalones apretados y botas, es que simplemente se veía increíble, tan visual cuál modelo de revista, se sentía lindo, eso lo ponía realmente feliz, pues todo el día no había visto a su novio y solo deseaba sorprenderlo con su estilo.

— ¡Gun! ¿Estás listo? — Le costó mucho despegarse del espejo, había pasado muchos minutos admirando lo lindo que se veía y cada vez podía sentirse más feliz, su autoestima se estaba recuperando, fue un camino lento, pero lo estaba logrando.

— Sí Phi, ya estoy, ¿Iremos solo los tres? — Preguntó un menor quién mantenía en sus manos su celular, pendiente de recibir alguna llamada o mensaje de Khai. En todo el día no había recibido ninguna señal, ni si quiera lo buscó en la escuela y gracias a eso tuvo que regresar solo a casa, pero le preocupaba más el bienestar de su mejor amigo, no era novedad el hecho de que a veces ni hubieran noticias de el, pero ahora podía sentir un latigazo en su pecho, un mal presentimiento.

— Irá P'Off, hace mucho no lo veo.

— ¿Ah? ¿Por qué él? Ni siquiera es tu mejor amigo.

— Pero es el amigo de mi novio, Gun. No seas grosero. — Regañó al Omega pequeño y se acercó a dejar un beso en la frente de este. — En la fiesta habrán muchas personas… No te alejes de mí para nada, ¿Si?3

Irían a una discoteca, Metawin había meditado muchísimo en si llevar o no a Gun, bien sabía que el ya no era un bebé, pero aún seguía siendo un adolescente que necesitaba hacer vida social y experimentar de manera sana, que mejor que llevarlo a una fiesta donde el podría cuidarlo y divertirse juntos, sin duda sería el mejor aniversario, tenía muchas sorpresas para su Alfa en la noche también, deseaba que todo saliera bien.

Pronto escuchó un claxon fuera de casa, avisando de que había llegado el hombre que le sacaba sonrisas enamoradas de manera instantánea. Sin dudarlo ni un poco, el castaño corrió a la puerta para abrirla lleno de emoción. Cuando se encontró con Bright frente a él, de un brinco estuvo en los brazos de su Alfa mientras repartía besitos dulces en los labios de este, mismo que correspondía sin duda alguna las acciones de su amor.

— Feliz aniversario, mi vida. — Susurró el Alfa mientras daba sutiles caricias en la cintura del castaño. — Hoy será el mejor día para ambos, nos vamos a divertir mucho.

— Feliz aniversario Baii, gracias por hacerme tan feliz, tu sola existencia hace que yo pueda vivir tranquilo.

— Aw~ Eres muy adorable bebé. — Llevó ambas de sus manos al rostro de Win para tomar sus mejillas esponjositas, las acarició y besó con amor, para seguido unir ambas narices en mimos realmente cariñosos y descaradamente cursis que lograban empalagar a los otros dos expectantes que visualizan la escena con una suave sonrisa, era como ver una película de amor cliché, pero demasiado hermosa.

Los ojos de Gun se conectaron con los de Off, fue como un golpe sin piedad, definitivamente, ninguno de los dos estaban preparados para después de un mes volver a encontrarse, sus lobos correteaban y movían sus colas como si se hubieran extrañado más que a nadie, vamos, no lo iban a negar, se habían extrañado y mucho. El pelinegro agachó su cabeza cuando sintió su corazón latir de manera frenética ante ese pequeño contacto visual, creyó que no le afectaría en nada, pero se dió cuenta de que aunque pasen décadas, su alma seguiría teniendo fuertes e inexplicables sentimientos por Jumpol.

Subieron el auto, para su mala o tal vez buena suerte, tuvo que sentarse al lado del Alfa. Ninguno se habló. El silencio incómodo entre ellos dos casi no se notaba y era opacado por la conversación amena que la otra pareja mantenía, cosas sobre cómo sería la fiesta, algunos besos, apodos amorosos, más besos y más, algo muy conocido de los novios Chiva-aree Opas-iamkajorn.

— ¿Cómo has estado? — La voz grave de Off se escuchó, y para los oídos de Gun fue como una melodía que puso ansioso a su lobo interior y todos los vellos de su cuerpo se levantaron, ¡Dios! Había extrañado con toda su vida aquella voz que siempre sería hermosa para el, a pesar de que para cualquier persona sea una voz común y corriente, el Omega sentía que la voz del Alfa era única.

— B-bien… ¿Usted?

— Bien… — Off mordió sus labios, deseaba con todas sus ganas la confianza del menor, quería contarle todo lo que había hecho y como mejoró su vida, en todo ese tiempo no había estado con absolutamente nadie, se mantuvo responsable y sereno ante las llamadas insistentes de los que eran sus amantes, negarse había sido una lucha total pero lo había hecho, por alguna razón se sentía tranquilo y orgulloso de no haberse cogido al primer Omega que se le cruzara, no era la gran cosa, pero el creía que si. — ¿Es tu primera fiesta?

— Sip.

— Ya veo… — Miró por la ventana las luces brillantes de los postes y bicolores de algunas tiendas con carteles neones llamativos en la entrada, estaba nervioso, se sentía una colegiala que le hablaba por primera vez a su crush. — Espero que te diviertas.

— Gracias. — Dijo simple. — ¿Cómo te va con tu novia? — Sin malas intenciones preguntó, si quería que entre ellos se mantenga una amistad tranquila y sin rencores, tenía que aceptar que no podrían estar juntos, cada uno haría su vida y el comenzaría a hacerla con Khai, pero no sentirse celoso se volvía imposible en algún punto donde recordaba sus fuertes sentimientos por ese Alfa pelirojo, su corazón aún cosquilleaba cuando estaba cerca.

— Terminé con ella hace un mes. — Respondió casi de inmediato.

— Oh… — Estaba sorprendido, sintió emoción, pero de inmediato se bajó de su pequeña nube en la cual cabía la posibilidad de que tal vez el Alfa estuviera soltero, pero era Off, de seguro ya tenía algún otro Omega o alguna cita pendiente para conocer alguien más. — ¿Y tienes otro novio o novia? — Murmuró girando su cabeza hacia la ventana para disimular sus expresiones nerviosas, deseaba con sus fuerzas que la respuesta sea negativa aunque sería casi imposible, tenía a un mujeriego como amor platónico, no podía esperar nada bueno en el sentido amoroso.

— No… He cambiado, Gun. — Buscó con sus ojos la carita del pequeño para poder observarlo, pero al no encontrarla bajó su mirada a la manito que se encontraba reposando en el muslo y la agarró con cariño, envolviendolo con su calidez la palma que tenía unida con la suya, fue toda una corriente con fuerte riesgo de quemar y arder, caminó desde la venas de su brazo hasta la nuca y pecho, sin duda alguna, a pesar de que hayan pasado treinta y un días del mes, su lobo seguiría aullando con fuertes ganas para cortejar a Gun. — He pensado mucho en lo que me decías, no era sano para mí llevar ese tipo de vida, gracias por regañarme constantes veces.

Los ojitos del pelinegro se abrieron con sorpresa y una pequeña sonrisa se pintó en sus labios, se giró para mirar el rostro del mayor pero por los nervios que traicionaron sus impulsos, agachó su mirada hacia las manos unidas con cierta timidez, suspiró, le encantaba ese contacto, solo era un pequeño apretón de manos pero para el fue todo, estaba feliz en esos momentos, una nueva chispita de ilusión se prendió en su pecho. — M-me alegro Phi… Es bueno que hayas reflexionado…

— También quería disculparme contigo por haber sido grosero muchas veces, me gustaría volver a ganar tu confianza.

Atthaphan estaba maravillado, él era un simple chiquillo de dieciséis años y en unos pocos meses cumpliría diecisiete, mientras que el Alfa que le gustaba era todo un hombre, con veintitrés años, profesional y un gran trabajador, creyó que jamás recibiría unas disculpas pues los mayores suelen ser más orgullosos cuando se trata de "dejarse vencer" por un menor, pero ahora era distinto.

— Ya llegamos, recuerden no tomar mucho alcohol, al menos tú Gun, solo jugo, ¿Si? — Metawin habló con una sonrisa emocionada, no había ido a una fiesta en años, ahora se encargaría de bailar y pasarla genial con su novio.

Los cuatro bajaron del auto e ingresaron al gran local del que la música se podía escuchar incluso hasta calles más allá, era fácil sentir la emoción que transmitía el lugar apenas ingresabas, las luces, los brillos y la gente bailando en todo el local causaba que los demás tuvieran ganas de disfrutar de la misma manera el ambiente lleno de energía. Se sentaron en unos sillones vacíos para disfrutar primero de algunos tragos y aperitivos que servían un par de mozos que se acercaron amablemente a darles los presentes como cortesía, Win tenía una sonrisa que podías percibir en cualquier lugar, mientras que Bright solo se concentraba en mimarlo y darle de comer en la boquita entre besos melosos.

Gun y Off estaban de sujeta velas, ambos se encontraban algo incómodos ya que habían pasado diez minutos y solo observaban a la pareja besarse sin vergüenza alguna, no los culpaban, pero querían escapar de ahí pues sentían que estaban interrumpiendo algo.

— ¡Vamos a bailar! — Win se levantó con la mano de su novio apresada para así arrastrarlo por entre la gente hasta llegar a un lugar de la pista de baile donde podrían bailar cómodamente, no sin antes asegurarse de que dejaba a su pequeño Gun en las buenas manos de Jumpol, y al ya estar alejados de ellos rodeó el cuello de Bright para así abrazarlo con fuerza, comenzando a menear su cuerpo al ritmo de la balada que comenzó a reproducirse.

— Estás feliz hoy, ¿No es así? — Habló el Alfa, rodeando la cintura de su Omega con una suave sonrisa, disfrutando cada segundo que veía feliz a Win.

— Demasiado, Bright, hace seis meses que estamos juntos y no puedo creer que el tiempo haya pasado tan rápido. — Exclamó soltando un suspiro profundo. — Gracias por todo…

— Dicen que cuando estás con la persona que amas el tiempo se va en un abrir y cerrar de ojos, todos estos meses han sido maravillosos, el que te tiene que dar las gracias a ti soy yo por permanecer a mi lado. — Dió un besito pequeño en el hombro del azabache y solo se dispuso a respirar el delicioso aroma que tanto amaba inhalar.

La dependencia no solía ser buena, pero por un lado el se sentía necesitado de estar cada día con su Omega. Los meses de relación que llevaban no sólo contaba el tiempo, si no también todos los sucesos que tuvieron que vivir para hoy ser quiénes eran, hace tiempo el pequeño Metawin era un Omega sin amor propio y en una profunda depresión que se lo comía vivo, ahora ya no habían rastros de ese pasado, Vachirawit el típico jefe y Alfa serio con pensamientos realmente puros pero también conservadores, habían cambiado juntos y para bien, se sentía dos chicles inseparables pues por más que a veces querían dejar de ser tan empalagosos cual parejita adolescente, no podían, ellos amaban darse besos y mimos en cualquier lugar del día.

— Aún tengo objetivos por cumplir para hacernos feliz, algunos son más lejanos pero créeme que haré todo para que funcione, ¿Si? — Murmuró Metawin, refiriéndose a una lista de cosas que deseaba lograr, una de ellas; quedar embarazado.

Leyó muchos artículos sobre eso, se informó y vistió algunos doctores sin que su novio lo sepa para recibir consejos y ayuda, todos le daban como solución lo mismo, buena alimentación, hormonas, vitaminas, cirugías, transplante de útero, pero el no sabía por cual optar ya que ninguno le daba un diagnóstico claro de su incapacidad, solo le decían que no podían confirmar si era estéril o no. Eso era frustrante, estaba cansado de no tener respuestas simplemente porque la estúpida sociedad lo consideraba un tema tabú que incluso los doctores se negaban en informar a sus pacientes.

Lo único que le quedaba era esperar, seguir buscando respuestas o quedarse de por vida con la duda de si poder, o no quedar en cinta.

— Y yo te voy a apoyar en todo lo que tú desees, voy a velar por tu salud mental y por la felicidad que quieres conseguir. — Susurró Vachirawit, comenzando a repartir besos en el cuello del pequeño, sin dobles intenciones.

— ¿También por mi salud sexual? — Ambos empezaron a reír con suavidad, los roles habían cambiado un poco, ahora el mata pasiones era Win, pues cada vez que estaban en un momento romántico como ese se le ocurría decir cosas pervertidas. Bright se había vuelto mucho más cariñoso y calmado, aún seguía deseoso por tener actividad sexual ya que el tiempo que llevaba en abstinencia no lo ayudaba en lo absoluto, pero en una tarde de besos solo se dedicaba a llenar de amor al lindo de su Omega.

— Bebé, si quieres que te haga el amor dime y ahora mismo vamos al baño.

— ¡Sucio! — Chilló el azabache comenzando a reír por el atrevimiento de su Alfa. — Aunque si tú estás dispuesto… — Bajó sus pequeñas manos de la espalda al trasero de su Alfa, dando un apretón en la nalga del moreno con una sonrisa ladina, no sabía cuándo había pasado, pero se volvió más atrevido de lo que era hace unos meses donde solo se quedaba callado ante cumplidos difíciles de aceptar por su baja autoestima, aún seguía ese lado tímido que tenía de vez en cuando, pero ya no era por cuestiones de poco amor propio.

— Win Metawin me acaba de tocar el trasero, ¿Debería de sentirme orgulloso de eso?

— Deberías, Alfa tonto.

Unieron sus labios con amor y los movieron lento, suave y en un ritmo totalmente calmado que iba al compás de la lenta música, ellos abrazados con sus bocas juntas formaban uno solo, el amor que se tenían era tan inmenso que ya no podía ocultarse de nada ni de nadie, tampoco planeaban hacerlo, solo disfrutar y demostrarle a la sociedad que a pesar de los prejuicios creados ellos vivirían felices sin considerarlos.

Gun se fue del sillón con la excusa de buscar un baño, pero en el camino vio una puerta de cristal que daba hacia el jardín, sin dudarlo ni un poco salió del sofocador ambiente que le ocasionaba ver mucha aglomeración de personas, simplemente no se sentía cómodo y no lo estaba disfrutando pues el no tenía a nadie para bailar, hubiera sido bueno llevar a Khai pero este ni si quiera prendía su celular, quería irse pero no iba a arruinar la noche de sus Phi.

Se sentó en el césped limpio y verde que había ahí observando de lejos la piscina calmada, era más tranquilo, no tenía nada en qué pensar pero si en alguien por extrañar, Off Jumpol se la había pasado sentado a su lado sin si quiera inmutarse cuando alguna chica guapa lo invitaba a bailar, era algo que lo hacía sentir muy bien pero a la vez pésimo, la idea de que el estaba arruinando la fiesta para su mayor comenzaba a florecer en su mente. Por eso decidió huir de ahí, tal vez así ya no molestaría, definitivamente las fiestas no eran para él.

— Creí que ibas al baño. — De pronto sintió un cuerpo sentarse a su lado y esa voz hacer su cuerpo sobre saltar.

— Phi, ¿Qué haces aquí? Pensé que estarías bailando con esa chica…

— La rechacé, ¿No es obvio? — Soltó una pequeña risa y miró el perfil de Gun, tan lindo e inocente con sus mejillas durazno.

— Uhm… ¿Por qué? — Cuestionó con curiosidad. — No es bueno rechazar a alguien que solo quiere bailar.

— Eso sonó como un regaño, ¿Quieres que me vaya?

— Deberías, muchos Omegas quieren estar contigo y siento que lo estoy arruinando. — Soltó un suspiro cansado.

— Para nada Nong, simplemente no quiero estar con alguien ahora.

— Ya veo.

— ¿Podemos hablar de lo que sucedió hace tiempo? — Deseaba tocar ese tema con todas sus fuerzas, no podía dejar atrás los celos que había pasado con Gun, los besos, las caricias y el cuerpo desnudo, lo mantenía intranquilo todas las madrugadas de insomnio. — Las veces que nos besamos…

— Solo fue cosa del momento Phi, lo dejamos claro hace mucho, ¿Por qué quieres volver a hablarlo? — Su nariz por alguna razón picó al recordar aquel día en el que estaba a punto de confesar sus sentimientos, terrible error.

— No lo dejamos claro, se que aún hay dudas, Gun, no fue cosa del momento, yo solo dije eso porque no aceptaba la realidad. — Murmuró mirando hacia el frente. — Me sentía culpable por haber corrompido tu inocencia. — Susurró.

— No hablemos más de eso Phi. — Habló en voz baja con su voz temblorosa, estaba afligido, cada vez que esos recuerdos llegaban a su mente se sentía mal, el había disfrutado mucho esos momentos íntimos junto al Alfa, y que sólo hayan sido considerados "cosa del momento" lo lastimaba.

— La realidad es que tenía sentimientos por ti, Gun. — Murmuró. — Es extraño, porque a pesar de que yo lo negaba mi lobo siempre tuvo en claro tener lazos contigo. — Confesó y esperó unos segundos, al no escuchar respuesta alguna solo siguió. — No sé si tú llegaste a sentir lo mismo…

— ¡B-basta! — La voz del menor se entre cortó, escuchar eso solo hizo que su Omega se frustre más de lo que ya estaba, escuchar recién esas palabras que quiso escuchar hace mucho lo descolocaba y no sabía que decir, sus palabras se estancaron, estaba feliz por ser correspondido pero al mismo tiempo no, si solo hubiera sabido eso se hubiera ahorrado muchos errores que en el presente cometió, uno de ellos; ilusionar a Khai. — ¿P-por qué ahora Phi? — Murmuró limpiando sus pequeñas lágrimas con brusquedad.

— Gun tú… ¿Sientes lo mismo? — Solo hubo silencio y fue respuesta para sus incógnitas. Sin dudarlo ni un poco rodeó el cuerpo más pequeño con sus brazos y al sentir que Atthapham le correspondía ese abrazo, el alivio le recorrió sus extremidades. Clavó su nariz en los cabellos negros de Gun y respiró profundamente el aroma de pastel y crema.

— Y-yo siento muchas cosas por ti desde el primer día. — Balbuceó sollozando. — Y me lastimó mucho que dijeras que solo fue un calentón, me dolió mi corazón Phi, me sentí muy triste, tanto que comenzaste a caerme mal y por eso fui grosero contigo en intenté forzarme a sentir algo por mi mejor amigo para olvidarte.

— Bebé… — Suspiró, si antes se sentía culpable ahora más. — Soy un idiota, ¿No? Discúlpame, por favor, se que no es suficiente porque te he causado mucho mal, pero solo quiero tener tu perdón. — Murmuró. — Déjame demostrarte que he cambiado para bien…

El Omega se separó un poco para respirar con más calma, estaba harto de sobre pensar todo y no dejarse guiar por su corazón en los momentos correctos, ya no se quería callar con lo que sentía, y si ahora tenía la oportunidad frente a sus ojos de confirmar si estaba haciendo lo correcto, lo haría. Tomó con sus manos el cuello de su mayor y sin pensarlo estampó sus labios contra los de él, sintiendo casi de inmediato la calidez en su pecho volver.

Esta vez cerró sus ojos por inercia y dejó que sus sentimientos fluyeran por aquel contacto que aún no había sido correspondido, sin embargo aún seguía con sus labios unidos a los contrarios, a pesar de que no había movimiento alguno pudo sentir su corazón comenzar a latir de manera frenética, estaba a punto de separarse ya que no había respuesta alguna por parte del Alfa que solo mantenía sus ojos abiertos, estaba sorprendido. Pero cuando Gun sintió un firme agarre en su cintura se apegó al cuerpo contrario cual chicle buscando fricción, fue así como un beso rápido y lleno de deseo comenzó entre ellos, ambos disfrutando y acariciándose como si fueran una pareja que no se veía en años, un mes se siente rápido para algunos, pero para otros que viven con un amor silenciado pueden parecer décadas.

Dicen que cuando cierras los ojos en un beso, lo disfrutas más porque transmites tus sentimientos y emociones mediante él. Gun y Off cerraron sus ojos en todo momento que duró ese beso apasionado, con movimientos torpes, mordidas no intencionales y con sus cuerpos abrazados cada vez más, sus respiraciones llegaban a chocar y como consecuencia cada vez se quedaban sin aire, si no fuera porque su sistema necesitaba el oxígeno, no se habrían separado jamás. Unieron sus frentes y los jadeos comenzaron a escucharse en el jardín solitario de sus respiraciones cansadas, sus narices rozaban mientras que sus cálidos alientos chocaban.

Una mano de Off viajó a la mejilla esponjosa del pelinegro, acariciando con dulzura esa zona a manera de mimos. Gun no necesitó más respuestas, estaba completamente seguro de lo que sentía y si tenía que hacer un nuevo comienzo, se arriesgaría una vez más para intentar algo con el mayor.

— Phi yo… — De la nada una ola de calentura corrió por todo su vientre hasta sus mejillas, y de la nada; una fuerte punzada en su vientre hizo estremecerse de dolor en su sitio, sin embargo no se separó en ningún momento pero hizo muecas de dolor.

— ¿Estás bien Gun? ¿Sucede algo? — Su cabeza dolió cuando el fuerte y dulzón aroma del Omega comenzó a expandirse por todo el ambiente, a pesar de que estuvieran en un lugar abierto podía sentirse como si no fuera así, ya que las feromonas eran tan potentes y abundantes a la hora de salir que incluso el comenzó a ponerse inquieto.

— Creo que m-mi celo se… Se adelantó… — Sollozó. — Llévame a c-casa y quédate conmigo Alfa, por favor…

Estaban en aprietos.

«Me pregunto si los sueños seguirán soñándose a pesar de ya haber despertado.»

Nota de adapta-autora:

¡Hola, bamboos!

Si hay algunos errores me avisan por favor, es que lo he editado rápido.

Uno más para ustedes. En fin, nos leemos mañana.

— lilybws.

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