Contexto: Tienes resaca luego de una fiesta.
Rimuru x Lectora
La luz del sol entró por el gran ventanal, molestando tu sueño y provocando que despiertes. Un quejido salió de tus labios, seguido de tocar tu frente con dolor.
—Ten un poco de hielo—
No entendiste bien lo que dijo, pero estás segura de que es Rimuru. Apoyó algo frío en tu frente que alivió un poco el dolor de cabeza.
Con amabilidad y cuidado colocó tu cabeza en su regazo, seguido de darte un poco de viento con un abanico.
—Ahg..Rimuru— Llamaste, a pesar de tener los ojos cerrados sabías que él tenía una sonrisa, siempre sonríe cuando tú dices su nombre.
—¿Te sientes muy mal ____? ¿Quieres tomar un baño?— Preguntó Rimuru acariciando tu cabello.
Al igual que siempre el era muy amable, atento y amoroso contigo, de hecho, te hacía saber cuánto te aprecia desde el momento en que llegaste a su vida.
—Tenías.. razón— Susurraste. —Beber sin mi resistencia al veneno..es malo
Una suave risa del de ojos dorados te hizo reír a tí también, y rápidamente te dieron náuseas. Te sentaste en el suelo y no pudiste evitar vomitar, por suerte Rimuru te alcanzó un tacho.
Sostuvo tu largo cabello hacia atrás para que no se manche con el vómito y luego lo ató en una cola de caballo.
Bebiste un poco de agua y te cargó en sus brazos hasta el baño, te recostó en la bañera y te ayudó a bañarte.
—No debiste beber tanto— Murmuró Rimuru ayudándote a vestir.
—Ayer fue especial— Era verdad, se cumplían 4 años desde que lo conociste.
—Aún así, no sueles beber de esa forma— Te cargó nuevamente en sus brazos. —Te llevaré a la cama
Te dejaste cargar, los brazos de Rimuru se sienten fuertes y seguros.
—Creí que bebiendo tendría más valor— Confesaste. —Yo..no quiero arruinarlo
Tú llanto preocupó a Rimuru, el sabía bien lo que sucedía, pero no quería presionarte, estaba esperándote.
—Nada se va a arruinar— Fue su respuesta al dejarte en la cama, y se recostó a tu lado. —Se perfectamente cómo te sientes ____, y créeme, me hace feliz
Te abrazó e hiciste lo de siempre, acurrucarse y apoyarte en su pecho.
—¿Estás bien conmigo?—
Rimuru sonrió ante tu pregunta, y como respuesta besó tu mejilla. Aunque tú cabeza doliera, tu corazón saltaba de alegría.
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