—Basilio Giordano—
La puerta choca con dureza al cerrase y una muy enojada Margaret entra mientras su esposo está con sus abogados trabajando
—saca a tus perros sabuesos de este lugar—
—¿podrías bajar la voz y comportarte? no solo lo hagas delante de la prensa y tus conocidos—
—cállate, no tienes ningún derecho de hablarme así ¿acaso olvidas que soy tu esposa?—
—tampoco tienes derecho a irrumpir en mi oficina con semejante escándalo Margaret y si, a veces olvido que eres mi esposa no tengo recuerdo de la última vez que te comportaste como tal—
—calla de una buena vez Basilio no vine hasta aquí a hablar de nosotros es el tema que menos me interesa en este momento—
Los secretarios estaban acostumbrados a este tipo de situaciones así que se levantan sin hacer ruido y salieron de la oficina dejando a Margaret descargar su ira con su esposo.
—¿ahora que te ha hecho enojar?—
—¿no sabes ponerle represarías a tu hijo? no ha sido suficiente que le quites trabajo o que le bloquee los correos y para terminar de provocarme dolores de cabeza le ha mentido a violeta sobre qué está conociendo a una muchacha solo para hacer que ella se aleje de él—
—hice todo lo que me pediste mi hijo es un adulto y libre de tomar sus propias decisiones no puedo obligarlo a que se despose con violeta—
Los tacones con suelas rojas de margaret resonaban por todo el lugar dando pasos de un lado a otro indignada mientras le hablaba a su esposo
—si no lo hace por las buenas me encargare de hacer que se casen por las malas ya sabes cómo soy cuando me propongo algo—
Basilio niega con la cabeza su esposa podía llegar a ser extrema en muchas cosas pero obligar a su hijo a casarse era algo que ni él mismo podía entender era simplemente una locura
—¿por qué insistes tanto en que sea violeta?—
—porque no permitiré que su familia arrastre a la mía—
Levantó su cabeza y sonrío descaradamente a su esposo
—no tengo ningún interés en dejar pisotear mi apellido y más vale que convenzas a tu hijo de que se case con violeta o tendré que usar métodos que he dejado atrás y tú sabes muy bien de lo que puedo llegar a ser capaz—
Un sudor frío corrió por la frente de Basilio entre él y su esposa tenían secretos que nadie más que ellos sabían y él sabía perfectamente que ella era capaz de lo que sea con tal de lograr sus objetivos.
***
—Mmm, basta Tom levántate y solo sírveme un trago—
—¡ahhhggg! no me digas que sigues molesta por el rechazo de bruno—
—no me ha rechazado solo está algo confundido, no se que se piensa bruno al mentirme tarde o temprano volverá a mi suplicando que regresemos—
Una carcajada resonó por toda la habitación donde ambos estaban desnudos y Tom preparaba un trago a violeta
—¿en serio crees que después de 5 años bruno sigue confundido? Jajajajajaj—
—¿que es tan gracioso imbecil?—
—no puedo creer que una mujer tan inteligente como tú crea que después de 5 años un tipo como bruno va a volver a ella después de pillarla siéndole infiel con su mujer amigo en el apartamento de ambos donde jugaban a ser felices—
La mirada dura y fría de violeta fue directa a Tom quien no había dejado de sonreír
—tengo mis métodos y a su madre de mi lado no me importa lo que tenga que hacer con tal de tenerlo de nuevo comiendo de la palma de mi mano—
Tom carraspeo con la garganta mientras se daba un trago y acababa todo el líquido del vaso
—mientras eso pasa sigamos disfrutando la noche—
Tom subió sobre el cuerpo de violeta mientras sus lenguas jugaban en un beso desenfrenado y sostenía sus piernas mientras daba caricias.
***
—buenas noches señora—
—¿mi baño está listo?—
—si señora—
—perfecto, ahora desaparece de mi vista—
Margaret camino directo a su habitación tomó su teléfono y marcó a un número
—señora Margaret es un placer escuchar su voz después de tanto tiempo—
—no seas patético, quiero que nos veamos mañana en el Fhior, Henderson Street, Leith tengo trabajo para ti—
—aunque pase el tiempo no cambias absolutamente nada—
—te espero a las 9:am no quiero llegues ni un minuto tarde ¿entendido?—
—como órdenes honey—
—controla tu lengua si no quieres perderla—
Cerró el teléfono y se quedó mirando al espejo mientras sonreía sutilmente
—he luchado mucho por lograr mantenerme a este nivel ni si quiera mi hijo arruinara mis planes—
***
—¿que son estas horas de llegar?—
Violeta terminó de cerrar la puerta mientras su padre estaba en las escaleras observándola llegar, sus tacones a medida que iba caminando resonaban paso por paso
—te he hecho una pregunta ¿a caso te estabas revolcando con Tom?—
Violeta se congeló por dentro aunque trató de disimularlo sus padres no sabían aquella información hasta que bruno lo contó a su madre
—padre no estoy para escándalos ¿si? Eso fue un error del pasado no se a que viene que me reclames por eso—
—un error que si no es porque los Giordanos lo manejan discretamente mi familia estaría en vergüenza por tu culpa—
—te recuerdo que tus propios actos te ponen en vergüenza a ti soli...—
La mano de él se estrelló contra su cara y ella se tapo la boca con su palma sorprendida mientras su cabellera cubría su cara
—más te vale que bruno guardo silencio ante tu infidelidad porque si hubiera armado un escándalo y quedo en vergüenza ante la prensa te mando a una escuela militar, fue muy bajo de tu parte engañar a bruno con su mejor amigo, ahora que me he enterado de esa desfachatez tuya que pudo costarme mi honor, espero que sepas muy bien como recuperar su confianza, los Giordano son unos enemigos qué hay que mantener cerca y para algo haz de servir—
Camino dejando a su hija con los ojos llenos de lágrimas y no le dijo nada mas, su padre le daba todo lo que quería pero no era nada cariñoso aunque se dejaban ser así ante el público, no permitía que nadie jugara con la reputación de su apellido y tener algo que pudiera hacer que los giordanos lo pudieran chantajear era inaceptable para él.
Violeta caminó a su cuarto indignada y estrelló la puerta mientras se derrumbaba en lágrimas pero las seco y caminó hacia un espejo viendo como un moretón se marcaba en su mejilla. Su madre luego de enterarse de lo que había hecho su esposo fue al cuarto de su hija y la vio histérica por el moretón
—hija lo siento no pensé...—
Se sorprendió al verla en aquel estado aún sabiendo que su hija tenía problemas de ira y lo dramática y manipuladora que podría llegar a ser. violeta la señaló muy molesta interrumpiéndola
—¿eso era lo que querías verdad madre? Viste como papá me ha dejado por tu culpa porque no podías cerrar la boca y hacer silencio, sal ahora de mi habitación no tengo ganas de verte aquí—
Su madre sin saber qué hacer o qué decir se mantuvo de pies en la puerta viendo y escuchando como su hija la echaba fuera de aquella habitación
—¿qué haces ahí parada aun? Ya se que papá siempre me ha odiado lo único que le interesa es que el apellido Maxwell se mantenga en el tope sin importar a quien sacrifica, no tengo la culpa de no haber sido varón pero han pasado veintiséis años ya debe superarlo—
—tu papá te ama violeta no digas esa estupidez todo lo que has querido lo has tenido y nada nunca jamás te ha faltado—
—jajajajajajajaaj ¿en serio madre? Me crió una criada porque tú y papá nunca estuvieron aquí para mi, nunca me ha dedicado su tiempo ¿y dices que el me ama?—
—tu papá y yo simplemente estábamos creando todo este imperio para ti para que nada te falte y seas la mejor en todo como lo eres hasta ahora ¿hubieras preferido ser pobre y no tener todo lo que quieres y cuándo quieres?—
—hubiera preferido que también me prestaran atención—
—en la vida no siempre se puede tener todo violeta o eres millonaria y aprendes a vivir sin amor o eres pobre pasas mil necesidades y eres feliz, prefiero llorar en un yate como ya lo he hecho que llorar en la miseria debajo de un techo de hoja de lata solo para ser feliz, la felicidad es momentánea y tú has sido feliz porque bastante que haz hecho lo que has querido—
—no hables como si me conoces mamá porque no es así sabes que me diste a luz pero no me conoces ni un poquito—
—yo no tengo que conocerte violeta la vida es cruel y con amor no vas a resolver nada solo vas a sufrir porque el amor es solo eso dolor la única que tiene que conocerte eres tú misma—
Hubo un silencio incómodo y cuando su madre se iba a marchar le preguntó
—¿alguna vez amaste a papá? O a mi?—
—a tu papá no pero a ti si a mi manera pero te amo—
Salió cerrando la puerta y violeta se derrumbó en llantos mientras todo el rímel y maquillaje manchaba su ropa.