Capítulo 79

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—Isabella vuelve aquí estas muy equivocada en lo que dices—
Ella le cerró la puerta en la cara y él molesto la golpeó varias veces suspiró al ver que ella lo ignoraba y caminó hasta la sala tomó siento en uno de los muebles mientras miraba hacia la nada pensando en que era lo malo de saber donde había sido criada, por qué aún no confiaba en él si él era tan sincero con ella.
Una hora después fue hasta la puerta para tocarla solo que esta vez lo hizo suavemente y se sentó en el piso con su espalda y cabeza recostada de la puerta al ver que ella no abrió con calma empezó a hablar con ella
—Isabella se que estás molesta, se que me en ves cómo alguien que no confía en ti y no es así solo quiero ayudarte y quiero que confíes en mi que entiendas que yo estoy aquí para ayudarte en todo no solo en lo que necesites... pero te prometo algo nunca más volveré a intentar algo así prometo que no indagaré más en tu vida solo me enfocaré en el ahora no en el pasado, por favor perdóname—

Pasaron unos minutos y ella no dijo nada él se levantó del piso resignado iba a tocar la puerta nuevamente pero alejó su puño y se dio la vuelta ella abrió la puerta y ambos se quedaron viéndose, él camino hacia ella y la abrazó con amor y espetó
—¿me perdonas?—
—solo si no lo vuelves hacer—
El sonrió y besos us labios con amor odiaba que estuvieran molestos.

A la mañana siguiente bruno e Isabella fueron a la cafetería él la ayudó a bajar del coche y la tomó de la mano
—hoy estás muy hermosa—
Le da un beso en la cabeza la brisa los golpea y hace que su cabello vuele, a pesar de todo lo que puede tener siempre viste de una manera sencilla llevaba un vestido negro con mangas largar suelto y zapatos altos un lazo en su cabeza agarrando parte de su cabello y dejando unos flecos en su frente, él tenía un traje como siempre organizado y lentes de sol la tomó de la mano para cruzar la calle y fueron hasta la cafetería
—¡oh las llave!—
Ella se dio la vuelta para ir al coche bruno desde el otro lado le dio tecla al control y abrió la puerta Isabella miró de arriba hacia abajo para cruzar la calle bruno la esperaba sonriendo y cuando ella miró hacia abajo venían dos coches con los cristales tan oscuros que no se podía ver quién era, ambos pasaron lentamente bruno precavido se acercó a buscarla inocente ella le sonrió pensando que él la fue a buscar por desesperado, él fue rápido y la tomó por la mano ella no entendió el porqué de esa reacción de él
—¿que pasa bruno? jajajajaja—
—estamos en la calle hay que cruzar rápido pueden atropellarnos—
—jajajaja por esta calle no pasan tantos carros relájate—
Los dos coches que generalmente usan personas exclusivas cruzaron por alguna extraña razón bruno no dejó de mirar hacia la dirección que iban los coches mientras ella trataba de abrir la puerta
—ya pude abrir—
Y entraron puso seguro Isabella frunció el ceño y miró por la ventana
—¿bruno pasa algo?—
Ella fue a mirar por la ventana también pero no vio nada extraño
—¿que?—
—no es nada pero Erick no es de fiar hay que estar pendientes esos dos coches no suelen ser normales por las calles—
Ella suspiró y lo abrazó recordando lo que había vivido en su lugar favorito y sintió miedo tal vez la estaban acechando.
—no quería recordar eso trato de no pensar—
—lo sé mi amor pero mientras estés conmigo todo va a ir bien lo prometo—
El la miró a los ojos mientras le hablaba dulcemente dándole seguridad pero con esa espina clavada esos coches que habían pasado eran sospechosos no podía dejar a Isabella sola, pegó su cabeza a su pecho y la llenó de calor con su abrazo para que se sintiera segura.

***
Henry no podía creer que la mujer que sus ojos veían tan hermosa era realmente Isabella, estuvo a unos centímetros de él y no pudo tomarla porque para él ella le pertenecía, no pudo hacerlo porque iba con su hijo no pensó que la iba a ver solo iba a conocer donde trabajaba la mujer con la que se había obsesionado su hijo pero sus ojos no podían creer lo que veían aunque sospechaba no estaba cien por ciento seguro
—¿que te pasa henry? ¿Viste un demonio o que?—
Le pregunta su hijo al ver su cara tan seria de todo se burlaba o reía pero esta vez su cara se llenó de suma seriedad, le dio una sonrisa y chasqueó la lengua
—es muy hermosa hijo entiendo porque estás obsesionado con ella créeme que lo entiendo yo también lo estaría ¿dijiste que se llama Isabella?—
—si—
—¿y cuál es su apellido y su edad?—
Erick voltea su cara y lo mira sin entender porque tanto interés y tantas preguntas
—Gutiérrez papá Isabella Gutiérrez, tiene 25 años ¿por qué te interesa tanto su nombre completo y su edad?—
—no lo sé, una vez reclute a una pequeña que se llamaba Bella Baret y justamente en este año habría de haber cumplido 25 años—
—¿y que rayos? Insinúas que Isabella es ella?—
—no como crees, ella murió—
Sus palabras no eran normales pero Erick no le presto atención a eso, entendió que su padre solo la halagaba sin tener idea que en su cabeza tenía a la perfección a Isabella tatuada y sus costillas tenían una cicatriz causada por ella la cual tocó por encima de su camisa. Ahora debía preparar un plan para obtener lo que el pertenecía pero había un solo problema de por medio, Erick su hijo tenía puesto los ojos en la mujer de él, como él lo entendía sonrió disimuladamente ella nunca iba a poder escapar de él sin importar donde se encuentre o cuantos nombres se cambie, porque siempre la va a encontrar suspiró con felicidad, no sabía si era un regalo de Dios o el diablo pero de cualquiera que fuera para él era perfecto.

***
La noche había caído Isabella, dormía profundamente en todo el día se mantuvo haciendo diligencias con bruno y se dio cuenta de lo estresante que puede ser la vida de él, fueron a la cafetería y alguien midió todo el lugar planeaba hacer de ese lugar más grande y moderno.

Sentado en su computador con pantalones cortos y una tasa de café para no dormirse investigaba algo miró hacia atrás tratando de percatarse que ella estuviera rendida totalmente y llamó a un amigo pero salió al balcón
—Joel, cuánto tiempo—
—eres cruel bruno solo me llamas cuando quieres algo de mi—
—sabes que soy un hombre ocupado no te quejes—
—pero tienes tiempo para desfigurar hombres por mujeres jajajajaj—
—no es gracioso Joel—
—lo siento—
—necesito que hagas algo...—
Mientras él hablaba por teléfono Isabella se despertó al no sentir a bruno a su lado, estiró sus brazos y se levantó de la cama con la sabana cubriendo su cuerpo y ojos adormilados, abrió la puerta del balcón y este sonreía se dio la vuelta al verla
—si, Joel te cortare mi mujer acaba de despertar supongo que no puede dormir sin mi—
Colgó el teléfono y fue hasta las adormilada Isabella la tomó como a un bebé y la llevó de vuelta a la cama
—hace frío bruno abrázame—
El con una sonrisa la subió a su pecho, mientras acariciaba su espalda empezó a pensar en lo que había pasado mientras estaban en la cafetería sentía que algo estaba mal pero no sabía que exactamente, le dio un beso en la cabeza y le susurró
—perdóname porque te mentí, para poder salvarte tengo que saber quien eres realmente mi amor.

Millonario $in escrúpulos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora