↷✦; 𝙱𝚘𝚗𝚜𝚊́𝚒 ❞
Otro dia más, otros quilombos más.
Me encontraba en la escuela, dejando algunas cosas en mi casillero cuando veo a Daniel.
-¿Qué te pasó?- le pregunté alarmada.
-Hola Daniel, buen dia- me dijo sarcásticamente.
-Muy buenos no son, mira el golpe que tenes boludo- le dije.
-No te preocupes, fue un accidente- me tranquilizó.
-¿Un accidente que se llama "Cobra Kai"? - le respondi cruzandome de brazos.
El solo agachó la cabeza.
-Solo, no le digas nada a Ali, te lo ruego- me pidió.
-Tranqui, yo no le digo nada, pero le vas a tener que hacer frente algún día a aquellos pelotudos- le dije.
Me asintió, me dio un abrazo y se fue hacia un salón. Suspire pesadamente, ya empezamos el día como el orto.
Vi que Ali y Susan venían en mi dirección, por lo que fui hasta ellas.
Las salude y empezamos a caminar.
De repente, se apareció Daniel, poniéndose entre medio de ellas dos.
-Hola- saludo sonriendo.
-Hola- dijo Ali de la misma manera.
-¿Cómo estás? - dijo Daniel.
-¿Qué te pasó en la frente? - cuestionó Ali.
-Oh, fue horrible, fue un gigantesco grano fugitivo- dijo haciendo reír a Ali.
-Que asco- dijimos a la vez con Susan.
-Daniel, ella es Susan- la presentó Ali.
-Hola- dijo Daniel.
-Hola- dijo Susan.
-Vamos, cuentame que te pasó- dijo Ali.
-Tuve un accidente en dos ruedas- mintió Daniel, aunque no era tan mentira, pero no dijo quien lo provocó.
-¿Si?, ¿Estas bien? - pregunto Ali preocupada.
-Si, estoy bien- dijo Daniel.
-¿Qué clase de vehículo tienes Daniel?, ¿Una Honda, Suzuki? ¿Qué? - preguntó Susan.
Me reí internamente.
-Ah, no, es como una Miyagi-turbo de hecho- dijo Daniel, haciendome aguantar la risa.
-Oh, ¿Enserio? - dijo Susan.
-Vamos a los videojuegos, ¿Quieres venir? -le preguntó Ali.
-Oh sí, claro, me parece una buena idea- respondió Daniel.
-Hay un juego que quiero mostrarte- le dijo ella emocionada.
-¿Enserio? - respondió.
Vi como la sonrisa de Daniel se borraba de su cara, al ver hacia una dirección. Mire hacia ahí y me encontré a esos rubios pelotudos, hablando entre ellos.
-Acabo de recordar que tengo que... Tengo que.. Olvide algo- dijo Daniel huyendo.
-Daniel ven aquí, no tienes que escapar- dijo Ali frustrada.
-No estoy escapando de nada- mintió.
-Oye, debemos hacerle frente a esto- le dijo Ali.
-Tu hazle frente a tu manera y yo a mi manera, ¿Si?, nos vemos- dijo yéndose del lugar.
-Daniel, no te- la interrumpió.
-Dejame en paz, quieres- le gritó.
Ali suspiro frustrada, copie su acción.
-Déjalo, vayan a divertirse a los juegos ustedes- le dije.
-¿Tu no vas? - me preguntó.
-Eeh, no, no, perdoname, tengo que hacer algo- le dije abrazandola.
-Esta bien, te veo mañana- me dijo.
-Te veo mañana- me dijo Susan abrazandome también.
Vi como se alejaban, así que decidi hacer lo que quería hacer desde que vi a Daniel lastimado.
Me acerqué furiosa hacia el rubio, ¿Quién se cree que es?.
Tu re amor- dijo una voz en mi cabeza. Negué descartando ese pensamiento, y seguí caminando.
Llegué hasta el, observe como sus amigos me miraban de arriba a abajo sin descaro, igual que él.
-¿Vienes a defender a tu novio? - me preguntó burlón uno de los amigos de Johnny.
-Con vos no vine a hablar, ni siquiera te conozco- le dije de mal humor.
-Pues nos podemos conocer, soy Tommy, ¿Y tú? - me preguntó.
-¿Que te importa? Pajero- le dije, logrando que se confunda.
-Pues no entendí, pero que lindo nombre- me dijo sonriendo.
En otro momento me hubiera cagado de risa, pero ahora estaba muy enojada como para hacerlo.
-A lo que vine- dije- que sea la última vez que molestas a Daniel- dije acercando mi cara hacia la del rubio.
-¿O sino qué? - me dijo, acercandose aún más.
Me quedé quieta. Lo logró, me puso nerviosa.
-O sino, te voy a pegar una buena trompada, pajero de mierda- le dije.
Alejo su cara y solo me sonrió. Lo mire mal y me fuí.
Llegué a Reseda, agotada de tanto caminar. Puteaba internamente por no haberme venido en bondi.
Decidí ir un rato con el señor Miyagi, las pocas veces que había conseguido hablar con el logró desestresarme, era un buen hombre.
Lo vi cortando unos arbolitos. Me hizo una seña para que haga lo mismo que el, asenti y me puse a cortar yo también.
Charlabamos tranquilamente, hasta que Daniel golpeó la puerta.
-Ey, ¿Usted reparó mi bicicleta? - preguntó.
-Hai- dijo el señor Miyagi asintiendo.
-Gracias- dijo Daniel.
-De nada- le contestó.
-Se lo agradezco mucho- agradeció nuevamente.
El señor Miyagi solo seguía cortando los bonsái.
-¿Son árboles reales? - preguntó Daniel.
-Si querer venir, solo entrar- le respondió.
Daniel entró agradeciendo, se puso a mirar al señor Miyagi.
-¿Como los mantiene pequeños? - le preguntó Daniel.
-Yo podar, cortar aquí, cortar allí- le contestó.
-¿Dónde aprendió a hacerlo? ¿En Japón? - siguió cuestionando Daniel.
-Okinawa-.
-¿Dónde queda? -.
-Mi país. China aquí- dijo señalando en su mano- Japón aquí, Okinawa aquí-.
-¿Aprendió en la escuela? - preguntó Daniel.
-Padre enseñar- le respondió.
-Ah, ¿Era jardinero? - siguió preguntando.
-Bueno che, tantas preguntas vas a hacer- le dije a Daniel.
-No preocuparse- me dijo el señor Miyagi- pescador- le contestó a Daniel.
-Son muy hermosos- dijo tocando un bonsái.
-Ven, probar- le dijo.
-Oh, no, no, no, no sabría hacerlo- le contestó.
-Si Belén San poder, Daniel San poder también- le dijo- siéntate aquí- le indicó.
-No, no, no quiero arruinarlo- seguia negándose Daniel.
-Cerrar ojos, confiar- le dijo- concentrarte-.
Daniel cerró los ojos.
-Pensar solo en árbol- le decía el señor Miyagi- hacer perfecta imagen hasta de última hoja. Limpiar mente de toda idea, menos de árbol. Nada existir, mundo vacío, solo árbol- le indicó- ¿Listo? - preguntó.
Daniel asintió.
-¿Recordar imágen? -.
-Sí- asintió.
-Haz como imágen- le dijo- solo confía en imágen.
Y así estuvimos, cortando bonsáis en completo silencio.
Ya estaba acostada intentando dormir, pero había algo que me lo impedía.
Johnny Lawrence.
Sí, ese rubio que muchas veces insulte, pero que me tenía loca.
Me sentía un poco mal, ya que es el ex de Ali. Ella me dijo que no tiene problema, pero me sigue dando pena.
Johnny era realmente lindo, pero su actitud era una bosta. Era el típico popular que le hace bullying a los demás para sentirse bien consigo mismo, o eso creía yo.
Pero decidí no juzgarlo, ya que no lo conocía bien.
Finalmente conseguí el sueño, logre quedarme profundamente dormida.
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