ONE SHOTS /Country Humans/

By Darkdreams0099

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Njhfbjkjfdsn esta es una portada temporal, ya saben que soy una artista seria. xd More

Pues antes de leer o no sé.
USA/América x Weimar Republik ⚣
USA/América x Weimar Republik ⚣ Prt. 2
Perdí una apuesta, ptm. 卐☭ Nazunist ⚣
Usa/América x Weimar Republik ⚣
Dritte Reich x Finland/Suomi ⚣
Usa/América x Weimar Republik ⚣
German Empire/Kaiser x United Kingdom ⚣ (Largo)
United Kingdom x Perú ⚣
卐☭ Nazunist ⚣
卐☭ Nazunist ⚣ (2)
卐☭ Nazunist ⚣ (3)
Dritte Reich x Rusia ⚣
卐☭ Nazunist ⚣
卐☭ Nazunist ⚣ [2]
卐☭ Nazunist ⚣ [3]
卐☭ Nazunist ⚣ Omegaverse.
卐☭ Nazunist ⚣ Omegaverse. Alter.
¡Dinámica Navideña!
卐☭ Nazunist ⚣ [Dinámica]
🔞 Das Feurige Rot AU Nazunist
🔞 Das Feurige Rot AU RusAme.
🔞Una moneda de Dos Hermanos.🏴
Nominación. (?)
卐☭ Nazunist ⚣ AU Mprg.
卐☭ Nazunist ⚤ 🔞
A V I S O

🔞 Das Feurige Rot AU PolGer

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By Darkdreams0099

Alemania suspiró viéndolo otra vez desde la distancia, el sacerdote más joven del pueblo de porte recto y facciones lo suficientemente varoniles, lastimosamente no se podía acercar.

A pesar de ser la princesa heredera muchos aún no aceptaban el matrimonio de su padre y por ende a sus hijos, ella y su hermano mayor Rusia, debido a que eran descendientes del Dragón. Incluso si se demostró que su padre no era alguien malo muchos aún desconfiaban recordando a la bestia que se llevó al príncipe que iba a ser coronado luego del ritual de boda.. también conocían la historia de cómo sus padres se vieron por primera vez.

Entre ellos el guapo sacerdote que siempre iba con su ropa oscura bien arreglada caminando por el pueblo saludando educadamente a las señoras o gente mayor, pero incluso en las veces que se acercó este ni siquiera se dignó a verla y menos a devolverle el tímido saludo, todo porque mostraba orgullosamente sus características de dragón. Así que solo podía mirarlo desde el palco de su habitación en el castillo son tener nada mejor que hacer, su hermano estaba por ahí entrenando y sus padres estaban en la isla que era el hogar de los cuatro.

Suspiró otra vez y cerró los ojos con pereza, sintiendo cómo sus sentidos aumentaban por instinto hasta que le llegó un fuerte aroma muy conocido por lo que olfateó abriendo los ojos, dándose cuenta de que provenía del sacerdote a la distancia, a medida de que el olor se hacía más fuerte comenzó también a sentir demasiado calor por lo que como pudo se sentó en uno de los sofás. No tardó mucho en nublársele la conciencia para actuar por instinto abriendo sus grandes alas saltando del palco con dirección al bicolor, sus manos con largas garras negras lo tomaron de la solapa del abrigo y alzó vuelo con su presa retorciéndose del susto.

Lo llevó hasta un punto recóndito de las montañas heladas pasando el bosque donde tenía su nido en una pequeña falla entre las rocas que daba paso a una cueva de tamaño decente donde incluso tenía algo de espacio para convertirse en dragón por completo, con un rápido movimiento dejó caer al mayor sobre el montón de telas y tesoros traídos de su isla, dejándose caer a su lado mientras este se reponía del mareo.

—¿Qué mierda?, mi cabeza –El polaco se quejó sintiendo peso sobre él mientras se frotaba la cabeza, al enfocar su vista vio una mata de cabellos azabache junto con un par de cuernos afilados de tono oscuro combinado con carmesí—.

En esos momentos le llegó a la mente la princesa dragón del reino e intentó apartarse, solo oyendo un ronroneo y sintiendo que esta se removía extrañamente hasta que levantó la vista y vio sus pupilas dilatadas… temió que lo hubiese llevado hasta allá para comérselo vivo.

Solo que se extrañó más cuando la de piel amarilla se le trepó colocándole las manos sobre el pecho con inusual gran fuerza para removerse sobre su cadera, eso lo hizo inevitablemente soltar una jadeo ante los roces ajenos que se sentían casi desesperados, intentó alejarse nuevamente esta vez lográndolo y corrió un par de metros antes de detenerse bruscamente por el chillido de la joven que se removía entre el montón de joyas con una expresión de pena en sus ojos. Preso de la curiosidad natural de los humanos y sus propios instintos retrocedió unos pasos notando que los verdes ojos ajenos se llenaban de lágrimas, entonces muy lentamente volvió a acercarse con la excusa de tomar su crucifijo que yacía junto a un gran rubí, apenas se agachó a tomarlo la cola roja de la dragona se enredó en su pierna haciéndolo caer para volver a posicionarse sobre él. El nuevo golpe lo hizo quejarse pero el sonido acabó en otro jadeo cuando la cadera de la tricolor se movió de manera circular sobre su entrepierna, quiso tomarla de los brazos para detenerla pero esta estaba caliente en todos los sentidos resaltando sus mejillas enrojecidas y su expresión excitada sin dejar de frotarse contra el más alto.

Polonia se tardó cayendo en cuenta de que al igual que todos los seres de origen animal, los dragones al parecer también experimentaban una temporada de celo, siendo algo nunca antes visto en una hembra pues se suponía que dicha raza era solo conformada por machos que raptaban mujeres humanas. Pero ahí estaba la princesa mestiza del reino que tanto había evitado esos años, frotándose contra él mientras lo miraba desesperadamente seguro esperando a que correspondiera al menos con una caricia, tragó en seco levantando su diestra muy despacio con desconfianza… pero la alemana inmediatamente apoyó su rostro sobre esta aumentando el volumen de su ronroneo y el movimiento de su cadera que ya lo estaban haciendo sentir escalofríos.

—To..Tómame… –Ella finalmente dijo palabra en un tono meloso frotando su rostro contra el cuello del sacerdote que la sostuvo de la cadera con ambas manos para que no continuara moviéndose más—.

—Quie..Quieta. –Gruñó entre dientes reteniéndola pero la contraria se estiró para clavarle un beso en la boca haciéndolo callar, eso lo dejó pasmado de sorpresa y entrecerró un poco sus ojos—.

Se suponía que no debía dirigirle la palabra y menos tocar así a alguien mitad bestia, pero… la manera en la cual la azabache le estaba jadeando le provocaba algo extraño, se suponía que era un hombre de Dios y alguien en contra de esas bestias salidas del infierno. Por su parte la más baja lo miró quieta un momento antes de lamer su mejilla regresando a sus movimientos, el de ojos azul marino apretó los dientes ante la punzada en su miembro que comenzaba a endurecerse por la fricción, haciéndolo apretar sus manos que aún sostenían la cadera contraria. La de alas puntiagudas se arqueó ante la brusquedad pero no tardó en seguir con su cortejo de apareamiento frotándose contra el hombre cuyo aroma le embriagaba los sentidos en medio de su celo, entonces la resistencia del rubio comenzó a flaquear a medida que la temperatura del lugar aumentaba a pesar del frío exterior.

Sus manos tensas subieron poco a poco por el torso, hasta llegar bajo las alas y aquello hizo que ella soltara un gemido bajo, al parecer ese era un lugar sensible o erógeno en los dragones…. por lo que soltó despacio ahora centrándose en mover sus manos atento a las reacciones ajenas, se sentía raro ante la cercanía y el calor que emanaba esta.

—No.. no podemos hacer esto –Las manos de la joven princesa a su vez se paseaban por su pecho apegándosele hasta el punto en que podía sentir su respiración en su cuello—.

—¿Por qué..no? –Jadeó esta intentando abrir el abrigo contrario pero sus manos fueron retenidas al instante por lo que con un poco de jaloneo las retiró—.

—¡No me gustas..! –Polonia trató de empujarla desviando la mirada pero únicamente consiguió golpearle un lado del pecho—.

—¿Oh… prefiere esto?.. –La de larga cola levantó sus manos llevándolas hacia su vestido verde oscuro y soltó los broches dejando expuestos sus pechos de tamaño regular—.

Al religioso se le abrieron aún más los ojos presenciando eso, los carnosos y a simple vista suaves pechos de la menor, las aureolas rosadas y pezones duros por la excitación lo hicieron tragar en seco siendo incapaz de poder apartar la mirada. Una de las reglas más importantes del clero era la castidad y por ende llevaba años evitando encuentros físicos de cualquier tipo, solo que ahora tenía a la dragona sobre él desnudándose para provocarlo…….. lo estaba logrando, su pene estaba ya duro palpitando bajo su ropa y esto fue notado por la hembra que levantó los pliegues de su vestido dejando ver que sus bragas húmedas estaban justo sobre la zona marcada de la entrepierna ajena que se sintió aún más dura al ver aquello.

Alemania movió su cadera, inmediatamente su entrada húmeda se hizo más notoria bajo la tela blanca ya algo traslúcida a su vez mojando la prenda ajena, el mayor se sintió temblar con la vista fija al roce tan íntimo que estaba experimentando y sin poderlo evitar sus manos volvieron a la cadera ajena tomándola para que repitiera el movimiento algunas veces más hasta que que empujó a la tricolor para esta vez subirse sobre ella desabrochando su cinturón en lo que la azabache levantaba las piernas bien abiertas para dejarle pase, cosa que solo lo calentó más viendo como un camino húmedo ligeramente espeso transparente salía desde su interior.

—Maldición.. –Simplemente no podía, teniendo su miembro duro en la mano admirando cómo la revoltosa cadera ajena lo llamaba, había caído en la tentación– Perdóname señor, porque he pecado…

Musitó antes de frotarse sobre las bragas mojadas de la princesa que le enseñó la lengua de punta bífida aumentando su sonrojo, las texturas eran simplemente exquisitas y tibias, la manera en que su verga resbalaba por la lubricación natural.. no se contuvo más e hizo a un lado la prenda con su mano izquierda para contemplar la rosada y pura entrada de la joven. La idea de ser el primero era una emoción algo arcaica que se instaló en lo profundo de su mente, pero acarició con sus dedos tanteando con ansiosa gentileza viéndola retorcerse ante la manera en que en realidad la estaba masturbando.. así que siguió, ella aumentaba sus gemidos aferrándose a su mano con las delicadas suyas, mirándolo con nueva vergüenza pero con la llama del éxtasis en sus ojos.

—Tómeme… mgh, hágame.. suya… –Otra vez la provocación melosa resonó en la cueva, tiró de su vestido deshaciéndose de su estorbo y quedando totalmente expuesta ante el sacerdote—.

Todo su cuerpo de apariencia delicada y piel suave dejaban en claro su posición social, siendo más resaltantes sus muslos y cintura al tener algo más de carne donde el de piel roja no dudó en dar apretones haciéndola arquedarse, al parecer el trato brusco excitaba a los dragones, volvió a mover sus dedos por sobre su vagina húmeda y la dragona levantó más las piernas apretando los dedos de sus pies delicados.

El polaco comenzó también a frotarse allí hasta quedar bien lubricado hasta que vio prudente posicionarse mejor entre sus piernas, con la restante idea de que era pecado desvirgar a un princesa que a su vez tenía estirpe y apariencia de dragón, criaturas salidas del infierno, pero se distrajo con la mirada de súplica que le dio la de ojos verdes.. pidiendo que se la metiera ya. Entonces se empujó con cuidado sintiéndose inmediatamente abrazado con algo de fuerza en los hombros forzándolo a poner la diestra por encima del hombro contrario para no caer sobre ella, se sentía tan caliente y mojado dentro que apretó los labios suspirando profundamente por la nariz, comenzando a moverse aumentando de velocidad sintiéndose como en el paraíso.

—¡Ah… mgh! –Salió de los labios de la tricolor aferrándose al humano, sintiendo cómo su interior se expandía a medida que se abría paso una y otra vez volviéndola loca sintiendo su respiración en su cuello—.

El polaco tenía gran fuerza y aguante por lo que la mantuvo durante buen tiempo desesperada entre sus brazos al sentir cómo a su vez este se frotaba contra su clítoris sobre estimulándola hasta que se corrió… pero el sacerdote ni siquiera dió indicio de estar satisfecho con eso y la hizo girarse dejando el pecho contra la acumulación de mantas para sostenerla de la cintura aunque luego por tentación tomó sus alas con algo de fuerza notando inmediatamente como se arqueó en medio de un gemido meloso mirándolo de soslayo con lujuria.

—...Maldito dragón.. –El rubio resopló volviendo a mover su cadera con rudeza generando un ruido sonoro al chocar su piel contra la ajena que estaba mojada, pero era malditamente tentador—.

Tenía que admitir… que ahora que la miraba de cerca la joven tenía un rostro simpático, el cuál quedaba opacado por su apariencia algo descuidada y las características de dragón, incluso notaba que su cuerpo había pasado desapercibido bajo ese vestido aunque no fuese invernal seguro por su temperatura más elevada que el resto. Pero de todas maneras allí estaba sobre ella montándola con toda esa lujuria recorriendo su sistema.. haciéndolo desear verla lloriqueando mientras gime y llenarla hasta que chorrease semen como una cascada, sus pensamientos iban tornándose cada vez más groseros y lascivos hipnotizándose con la imagen de Alemania retorciéndose sobre sus joyas brillantes a la par enredándole la cola en la pierna para que no se alejara.

—De..Des…Despacio..! –La de piel amarilla gimió agudo intentando mover sus piernas que eran retenidas por los brazos del polaco, sentía como si se fuese a desarmar en cualquier momento—

—Las pecadoras que no se arrepienten no merecen amabilidad. –Contestó en un gruñido luego dando una estocada particularmente brusca que hizo rebotar magníficamente los pechos gordos de la más baja—.

—¡Ah.. mgh, así no..! –Desesperada por la sobrecarga sensorial la dragona se encogió con los colmillos castañeando a pesar de que sentía un nudo de sensaciones fuertes y confusas en el estómago—.

—Sucumbir al pecado de la carne está mal.. –El de ojos oscuros se mordió el labio sin detener su cadera, posando su diestra sobre el trasero ajeno apretando su carne sin cuidado viendo cómo quedaba una marca roja con la forma de su mano– Tus preciosas caderas son producto del mal…

Entonces le dió una fuerte nalgada con su mano extendida generando un gran sonido, ni siquiera tuvo tiempo de disfrutarlo porque sintió algo bajando por sus piernas seguido de un sollozo. La joven princesa no había podido soportar más y acabó orinándose, debido a la vergüenza sumada a la brusquedad con la que era tratada las lágrimas se acumularon en sus ojos cuya mirada desviaba respirando temblorosa.

—Lo.. lo siento, yo.. perdón… –Lloriqueó encogiéndose cubriéndose el rostro separándose un poco del mayor, acostándose de lado para abrazarse a si misma– Soy una tonta… usted.. me.. me gusta mucho…

El polaco sintió un golpe de realidad. Dragón o no, el hecho de que era una jovencita de corazón puro, no se iba a esfumar por sus prejuicios.

Vio sus ojitos tímidos y su labio tembloroso, ¿Realmente estaba bien tratarla así en su primera vez?, ¿Ese era el recuerdo que quería dejarle a una primeriza que lo tomó a él de entre todas las personas en el reino?

Torció los labios incómodo por su accionar anterior y estiró su mano para acariciar la espalda ajena sintiendo que le provocó escalofríos a causa de su piel fría, gateo un poco para volver a colocarse sobre ella y la abrazó por la cintura moviéndola con cuidado hacia otro lugar limpio dentro del gran nido de Dragón, la notó volver a mirarlo con los ojos entrecerrados cuando la acarició por todo el cuerpo robándole un par de suspiros más calmados. Entonces dudó un poco antes de inclinarse a besarla entrando nuevamente en su interior húmedo pues aún estaba duro y necesitaba deshacerse de esa erección para estar tranquilo, al hacerlo más despacio la joven apretó un poco inconscientemente pegándole las piernas al cuerpo para sentirlo más cerca y antes esa reacción positiva aumentó un poco el ritmo manteniéndose cuidadoso hasta oírla comenzar a gemir bajo escondiéndose en su hombro por la cercanía de sus cuerpos.

—Tranquila.. –Se le escapó un jadeo un poco ronco, la sostenía bien para poder llegar más adentro sin hacerlo duro por más que internamente quisiera—.

—Más.. mgh… –Alemania abrió un poco más sus piernas para dejarle mejor pase al de piel roja, incluso se sorprendió un poco cuando sintió la mano ajena acariciar su trasero con suavidad—.

El de ropa oscura le dio algunos apretones suaves sin poder evitar querer deleitarse con su carne tierna, sus caderas chocaron al mismo ritmo en que las manos del sacerdote recorrían el cuerpo sumiso de la princesa, subiendo de su trasero a sus redondos pechos voluptuosos para finalizar sujetando sus mejillas, compartiendo un beso profundo en el que el mayor más experimentado jugó con la lengua ajena mientras ella gemía más. Minutos más tarde la tricolor tuvo su segundo orgasmo en el que se aferró al al rubio que se movió un poco más hasta eyacular dentro de la joven que aún lo abrazaba agotada por todo el esfuerzo, se permitió abrazarla durante un rato mientras esta dormía acurrucada contra su pecho pero al alba se marchó de la cueva bajando por las pendientes rocosas con algo de dificultad hasta regresar al pueblo principal para entrar a la iglesia a ducharse y cambiar su ropa sucia por el trajín.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

El sacerdote más joven terminó una nueva misa esa mañana dando gracias a Dios y deseando prosperidad a los asistentes, marchando a su habitación dentro del lugar desde donde claramente podía verse el gran castillo y sobre todo el palco donde solía estar la princesa dragón, quién ahora estaba ausente desde muchas fechas atrás, habían pasado ya cuatro meses desde su encuentro que mantuvo obviamente como un secreto bajo siete llaves.

Había oído algunos rumores por lo bajo diciendo de que tal vez había vuelto a esa isla desconocida con el hijo menor del Rey o que incluso se había marchado hacia otro reino, pero a pesar de intentar borrar de su mente todo aquello que sucedió sentía que ninguna de todas esas teorías era cierta. Entonces tomó su abrigo y se encaminó a la afueras de la ciudad con dirección al bosque frío que pasó en dos horas hasta llegar al pie de las grandes montañas donde aún recordaba que está el camino más seguro alta llegar hasta la falla en donde estaba la cueva, está vez usando guantes escaló más rápido llegado bastante cansado justo al medio día, la falla estaba justo allí y se adentró hasta donde se topó a primeras con una gran figura de un dragón rojo tal como recordaba al que irrumpió en la ceremonia de boda hace dos décadas atrás.

Pero este espécimen reptil giró su cabeza con pesadez para mirarlo y acto seguido una estela de chispas minimizó su tamaño hasta dejar visible a la encogida azabache desnuda solo cubierta por su alas, por lo que con menos sensación de peligro se acercó hasta el enorme nido donde esta estaba acurrucada con una expresión triste.

—....Hace mucho el pueblo no te ve –Fue lo primero que se le ocurrió decir al religioso, pero al ver que la más baja solo se encogió nuevamente decidió decir algo más– …..¿Estás.. bien?...

La de ojos verdes sintió sus ojos aguarse por lo que le tembló el labio ahogando un sollozo, ya más extrañado y nervioso el polaco tomó su ala puntiaguda y la apartó con cuidado, quedando pasmado al ver que había un huevo rojo con negro a la altura de sus pechos acunado por sus muslos contraídos.

—Un huevo… –Murmuró mirando que era de un tamaño similar al de los bebés humanos al nacer pero por alguna razón el cascarón se veía opaco– …¿Cuánto tiempo?..

—.......Dos.. meses… –Finalmente Alemania dijo en tono bajo con la voz aguada bajando su mirada triste—.

Cuando el de ojos azules quiso hacer otra pregunta esta se adelantó negando con pesadez, al parecer… el huevo había excedido el tiempo que tardaba en eclosionar a partir del parto, por lo tanto no había bebé por nacer. Eso era lo que la tenía tan decaída y al borde del llanto, se sintió mal por haberla dejado sola ese día, embarazada y soportando sola el dolor del parto además de la desesperación de ver que si huevo no daba señales de vida.

Solo pudo acostarse lentamente junto a la joven tras sacarse el abrigo con el que la arropó a ella y al huevo en medio de ambos, sintió que se movió un poco y luego su hombro comenzó a humedecerse en medio de sollozos silenciosos.

—Tú…….. ¿Deseas ser madre? –Se atrevió a preguntar en un hilo de voz, debatiéndose si era correcto lo que estaba pasando por su mente hasta que captó el asentimiento lento y suspiró– Sepultemos este huevo hoy para que descanse en los brazos de Dios con los demás ángeles, voy a……. Cuidar de ti hasta el próximo.

—¿No.. me odia?... –La de larga cola roja calmó un poco su tristeza para preguntarle, confundida por su ofrecimiento de formar otro huevo—.

—Eres una criatura maravillosa más allá del entendimiento humano y por ende del mío, hice las cosas mal en su momento pecando de egoísta. ––Polonia estiró su diestra para acariciarle el cabello ya habiendo meditado sus prejuicios tiempo atrás– Por eso ahora me corresponde expiarme haciendo las cosas bien cómo se debía.

La princesa se quedó en silencio pero un ronroneo bajo la delató por lo que escondió su rostro en el hombro del sacerdote con algo de vergüenza, realmente le gustaba mucho y la idea de criar un bebé con él hacía latir a prisa su corazón.

—Espero.. que puedas comprender que por nuestras posiciones en la sociedad no podamos formalizar nada, pero, te ayudaré a cuidar del huevo y estaré atento a lo que necesites.. –Finalizó rodeándola con sus brazos sintiendo que a su vez la cola ajena se enronscaba despacio en su torso así que le dio una caricia también a más escamas—.

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