Peter
—Sal para que podamos hablar
Pasan unos segundos y vuelvo a tocar la puerta
—Por favor ábreme la puerta amor, maneje en la lluvia para venir aquí. Tu madre me dijo que decidiste venir al departamento de tu hermano y aun que él no esté aquí por el bien de la puerta de Scott deberías abrirme.
Mas silencio, se que esta dentro puedo escuchar su latidos
—Solo dame cinco minutos
Mas silencio
—No quiero que lo nuestro termine así sabes que te amo demasiado — cada momento en que no me da ninguna señal que me escucha me duele en el pecho —Si me amas aun que sea un poco sal te lo pido — rogué.
Nada
—Bien me voy entonces
Doy media vuelta ignorando que estoy empapado de la lluvia cuando escucho el sonido de la puerta abrirse. Voltee y ahí está mi chica sus ojos están un poco rojos lo que debe ser por mi culpa.
—Estas mojado... entra te daré té y podemos hablar
Su voz es seria, pero para mi fue un alivio que me dejara pasar.
Me quito la chaqueta y la dejo en el suelo estudio el apartamento de McCall y luego ella viene con unas tazas en la mano y me dice que me siente.
Ella me mira a vistazos mientras toma de su taza a lo que decido hablar
—Me disculpo amor... se que estuvo mal se me salió de control estaba en un momento estresante, pero no había una buena razón para que te dijera eso
Me mira a los ojos y luego vuelve a mirar a su taza
—Eres mas que suficiente amor sé que sientes que no y ataque ese punto débil. Se que podías ayudarme, pero suelo hacer las cosas solo y no quería ponerte en riesgo — veo que mis palabras le afectan porque aprieta los labios lo que quiere decir que esta tratando de no llorar —Perdona. Puedo mejorar, creo que lo he intentado bien últimamente ya no desaparezco y te cuento todo.
—Lose — es lo primero que dice.
—¿Y bien amor?
La veo levantarse dejar su taza de te y quitarme la mia de mis manos aun que ni le di un sorbo no lo necesito soy hombre lobo puedo recuperar el calor rápido. Entonces ella se monta sobre mí.
—Llevas dos oportunidades lobito la tercera será la última.
Eso es todo lo que necesito para tomarla con posesividad de la cintura y juntar sus labios con los míos. La calidad de su boca me derrite y con cada beso la siento comenzar a menearse encima de mi de forma circular sin detenerse hasta que me tiene totalmente duro.
—¿Sexo de reconciliación? — pregunto.
—Hmm ... debería castigarte en realidad
—No amor todo menos privarme de ti — eso la hace sonreír.
—Entonces volvamos a casa.