FORBIDDEN LOVE

Autorstwa Lej_27

11.1K 1.5K 606

Kim Taehyung solo quería olvidar y pasar un buen rato, por eso después de una acalorada discusión con su jove... Więcej

ADVERTENCIA
PROLOGUE
ONE
TWO
THREE
FOUR.2
FIVE
SIX
SEVEN
EIGHT
NINE
NINE.2
TEN
ELEVEN
ELEVEN.2
TWELVE
THIRTEEN
THIRTEEN.2
THIRTEEN.3
FOURTEEN
FOURTEEN. 2
FOURTEEN.3
FIFTEEN
FIFTEEN.2
SIXTEEN
SEVENTEEN
EIGHTEEN
EIGHTEEN.2
EIGHTEEN.3
NINETEEN
NINETEEN.2
TWENTY
TWENTY.2
TWENTY-ONE
END
EPILOGUE
CHARACTER SPOILERS
THANKS

FOUR

317 48 15
Autorstwa Lej_27



TAEHYUNG

Con la garganta seca, mientras el ácido en mi estómago hacia saltos mortales, me encontraba congelado y estupefacto mirando al chico a unos metros de mí.

Mierda.

Es que como era siquiera posible, ¿que él estuviera aquí?

Obligándome a salir del pequeño trance, en el que me encontraba. Me hago aun lado, escondiéndome en el pasillo, de tal manera que él no pudiera verme. Mi corazón martillando fuertemente en mis costillas, mientras veo como el chico gira la cabeza, como si estuviese perdido y estuviera buscando algo o a alguien. Lucia cansado, como si hubiese pasado horas de preocupación. Pero hermoso, a como lo recordaba de esa noche. Su ropa casual y despreocupada, haciéndolo ver más joven, de lo que le había parecido en su encuentro. Su cabello naranja, brillando pulcramente haciéndolo ver exótico y caótico.

Por todos los dioses. ¿Pero que hacia el aquí?

Acaso ¿quería chantajearme? Pedir dinero a cambio de no contarle nada a Lía.

No. Eso era imposible. Esa noche nunca mencione que estuviera casado. No había manera que él, lo hubiese descubierto. Pero, entonces ¿Cómo diablos iba a encontrárselo aquí, por pura casualidad? Algo estaba mal.

Exhalando una bocanada de aire. Doy dos pasos al frente, decidido a terminar con esta situación. Hablaría con el chico y le explicaría que lo que había sucedido esa noche, había sido un error. Le pediría disculpas, porque fui yo, quien no supo alejarse y cortar las cosas a tiempo. Solo esperaba que el peli-naranja, viniera en buena disposición y pudieran seguir con sus caminos, sin perjudicar al otro. Pero entonces toda la determinación, que había sentido segundos antes. Murió. Cuando vio como del lado opuesto, donde se encontraban las escaleras. Su cuñado Sejun, apareció caminando hacia la dirección, donde se encontraba el peli-naranja. Detrás de él, Jimin el primo de mi esposa y el prometido de mi mejor amigo, seguía sus pasos. Una amplia sonrisa se extendió por el rostro del peli-naranja, cuando vio a ambos aparecer en su visión periférica. Me obligue a retroceder, viendo como Sejun y Jimin llegaban al lado del chico.

Sejun revolvió el cabello naranja del chico, con una sonrisa en su rostro. El chico sonrió y negó con la cabeza, diciendo algo que estaba fuera de mi alcance, por la distancia en que se encontraban. Estaba confundido. ¿Qué tipo de relación tenían Sejun y Jimin con este chico?

Se veían bastante cercanos y a gusto con el otro. Entonces un pensamiento horroroso me golpeo. ¿Acaso este chico, era novio de Sejun? Joder. Sejun nunca había mencionado, que estuviese en una relación. Pero viendo la forma en que miraba a este chico y como le sonreía.... Joder. Joder. Joder.

— ¿Estás bien?

Una voz demasiado cerca, susurra a mis espaldas, haciéndome saltar. Mi corazón latiendo de forma errática.

Giro en mis talones, para encontrarme con Jungkook y su mirada inquisitiva. Su ceño profundizándose, al ver mi expresión consternada. Pero no hay manera en que, Jungkook se esté enterando de mi mierda. Asiento y de forma inevitable, mi mirada se desliza a la pequeña sala, donde Sejun. Jimin y el chico charlaban animadamente. Mi voz apenas un susurro audible, cuando logro que las palabras, salgan de mis labios.

— Ummm Yo... Si, por supuesto.

— ¿Seguro? —Jungkook pregunta, siguiendo el movimiento de mi mirada. Cuando sus ojos enfocan a las personas en la sala. Una sonrisa amplia se extiende en su rostro, cuando sus ojos se detienen en Jimin. Pero entonces cuando su mirada pasa, al chico al lado de su prometido, sus ojos se estrechan y posteriormente, una sonrisa de medio lado aparece en su rostro. Dándome cuenta, del reconocimiento de Jungkook por el chico. Pregunto, tratando de sonar desinteresado.

— ¿Lo conoces?

Jungkook me lanza una mirada mordaz, negando con la cabeza.

— Joder. ¿Dime que no estás hablando enserio? —Masculla. Su ceja elevada, esperando por una respuesta. El me mira, examinando mi rostro. Quizás buscado algún rastro de broma. Pero. ¿Acaso era conocido, por ser un hombre que bromeaba?

Jungkook suelta una risita, negando nuevamente con la cabeza.

— Mierda. Estás hablando totalmente enserio ¿No es así?

Jungkook parecía desconcertado y divertido, mirándome como si de repente, me hubiese salido otra cabeza. Me encojo de hombros, tratando de parecer relajado. Entonces, Desvió la mirada de los presentes en la sala, para enfocarme en los ojos inquisidores de Jungkook. Me aclaro la garganta, y pregunto de forma tranquila.

— ¿Se supone que debo conocerlo?

— Taehyung Por Dios. Es Hoseok—Jungkook espeta, sonando algo perplejo, mientras espera por una respuesta y cuando se hace obvio, que no tengo nada que decir, sus cejas se levantan en confusión. Pronunciando pausadamente— Jung. Hoseok.

Jung Hoseok.

Mierda. Mierda. Mierda. No podía ser, quien yo estaba pesando que era, y es que incluso mientras lo pensaba, todo mi cuerpo se congelaba, enviando olas de temblor por todo mi cuerpo. Una ardiente agonía apoderándose de mi pecho. Ahora tenía más sentido, ese dicho que su padre le decía, cuando era un adolescente. Lo que siembras cosechas. Lo que das, obtienes. Es por ello, que siempre tienes que hacer las cosas bien Taehyung. Para que tus cosechas, den buenos frutos. Había dicho su padre a quien amaba, admiraba y respetaba. Y eso era lo que se había encargado, de hacer todos estos años. Sembrar buenas cosechas. Pero ahora había actuado mal. Había engañado y traicionado a su esposa, de la manera más inmoral, que un hombre puede hacer y ahora resultaba que este chico. Jung Hoseok y Lía eran hermanos. La mierda le estallaría en la cara. Y para cuando eso sucediera. Lía lo dejaría y lo odiaría por engañarla y mentirle todo este tiempo.

Por Dios. Lo había engañado con su hermanito. ¿Qué demonios se suponía, que iba hacer ahora?

Por lo que Taehyung sabía. Jung Hoseok, era el hijo menor de los Jung. El no conocía muy bien la historia, ya que Lía, no hablaba de ello. Pero tenía entendido, que el chico era un rebelde, que no acataba órdenes y siempre estaba llevándole la contraria, a sus padres. Siempre pensó, que era muy extraña, la relación del chico con la familia. Tenía entendido también, por lo que Lía le había contado. Al chico lo habían mandado, a un internado en parís, cuando tenía doce años, después de intentar coquetear con el novio de su hermana. Lía. Eso decía mucho de la clase de chico que era. El hecho es que el chico era un misterio. No asistió a la boda de su propia hermana. Tampoco había fotos de él, en la casa y los medios nunca hablaban de él. Siempre fueron. Jung Sejun. Jung Lía. Los hijos de Jung Namjoon y Kim Jisoo.

Tragándome la bilis, que me subió por la garganta, me escuche preguntar, viéndome quizás como un completo tonto. Mi voz rasposa, como si hubiera tragado cuchillas de afeitar.

— Jung Hoseok. ¿El hermano de Sejun y Lía?

— ¿Cuál más? ... Por Dios Taehyung... Más te vale, que no pongas esa expresión de sorpresa frente a él. Eso sin duda alguna, seria vergonzoso. —Pasando por mi lado, Jungkook agrega— ¿Vienes o te vas a quedar allí, como si hubieses visto un fantasma?

Mis ojos se dirigen al frente, viendo como Sejun. Hoseok y Jimin, caminan por el pasillo entre risas, deteniéndose frente a la oficina de Jung Namjoon, el padre de los dos primeros. un suspiro tembloroso abandona sus labios.

— Iré en un momento... Necesito ir al baño. — Miento descaradamente. Jungkook me da un breve asentimiento, para caminar, dirigiéndose por el pasillo que llevaba, a la oficina de Jung.

Una vez que Jungkook desaparece de mi campo de visión, dejo que mi frente golpee la pared, delante de mí, sintiéndome derrotado y aniquilado. No sabía, cómo iba ser capaz ahora, de enfrentar a este chico. De mirarlo a la cara, después de lo había ocurrido. Por lo menos, Lía se encontraba en la casa y no iba a tener que hacer esto frente a ella. Me quede de pie allí, congelado, sin saber qué hacer.

Supongo que me estaba tomando demasiado tiempo, ya que mi teléfono empezó a sonar. Deslizando la mano, en el bolsillo de mi bata, miro la pantalla. El nombre de Sejun, su cuñado, apareció, haciéndolo respirar pesadamente.

Ignorando el incesante golpeteo de su corazón. Trago saliva e irguió los hombros. Él no era una persona que huía de los problemas, así que daría la cara y aceptaría las consecuencias, de sus actos. Con pasos firmes y decididos, camino por el pasillo. Deteniéndose frente a las puertas dobles, de la oficina de su suegro. Soltó con fuerza, el aire contenido en sus pulmones, con la vista clavada obstinadamente en la puerta y toco. Al segundo, la voz contundente de su cuñado, pronuncio un suave, pero claro. Adelante. Aumentando su ritmo cardiaco.

Con el corazón luchando por salir de su cuerpo, el giro la manija. Respiro hondo y entonces empujo la puerta. Seis pares de ojos, clavaron su mirada en él. Pero había una persona más en la amplia habitación. Lo primero que vio, fue a Sejun sentado en la silla ejecutiva de su padre. Lee Dong-min el abogado del hospital, se encontraba sentado frente a su cuñado, hojeando algunos documentos. Jungkook y Jimin, sentados en el sofá de cuero al otro extremo, pegado a la pared. Con este último, hablándole animadamente a mi mejor amigo. Pero ningún rastro del chico y su suegro. Por lo que asumió, que se encontraban en la pequeña sala de juntas, en la oficina de Jung. Por un segundo, logro respirar con normalidad, viendo a Sejun levantarse y acercarse a él para saludarlo.

— Taehyung —Pronuncio, dándole un rápido abrazo de medio lado, golpeando levemente su omoplato.

— Sejun. ¿Cómo estuvo el viaje?

— Agotador como todo viaje. Pero lo importante fue, que se logró el objetivo. — Asentí y dirigí mi atención en Jimin, quien me dio una sonrisa tímida.

— Es un gusto verte Jimin. —Dije, dándole una breve inclinación.

— Gracias. A mí también me da gusto verte Taehyung— De reojo, vi al abogado Lee levantarse de la silla, a la que había estado pagado y con la cabeza metida, en los documentos frente a él. llamando mi atención. El dio un breve asentimiento, en mi dirección a acompañado de un bajo. Kim.

— Señor Lee. — Respondí con respeto, dándole una breve inclinación. El abogado Lee giro en sus talones, recogiendo unos documentos de la mesa, para posteriormente organizarlos en su maletín y espetar.

— Bueno señores, será mejor que nos pongamos manos a la obra, para tratar de minimizar los daños de este altercado—Sejun asintió, mostrando su acuerdo con Lee.

— Por supuesto. Mi padre nos espera en la sala de Juntas— Haciendo un movimiento con la mano, Sejun nos invita a que lo sigamos.

El abogado Lee, es el primero en seguir a Sejun. Seguido de un Jungkook, que conduce a Jimin, colocando su mano en la espalda baja del chico. Mi pecho se contrae y siento mi corazón latir erráticamente. Los músculos de mis brazos tensándose. Había llegado el momento y no había vuelta atrás. Obligándose a mover sus pies, se despegó del lugar, donde se había detenido desde que había entrado a la habitación. Camino con el corazón prácticamente en la mano, siguiendo a los demás. Se detuvo un segundo, frente a las puertas corredizas de cristal, que conducían a la sala de junta. Atraves del cristal pudo observar, la espalda de Hoseok. Su cuñado. Porque eso era Hoseok. Su cuñado. Y el solo hecho de pensarlo, enviaba corrientes eléctricas por todo su cuerpo. Se había acostado con su cuñado.

Ignorando el estremecimiento que azoto a su cuerpo, se obligó a relajar los hombros y colocar una expresión, desinteresada y dura; la misma que la mayoría de las personas, conocían de él. Entonces, sin pensarlo más; paso por las puertas de cristal, deteniéndose a un lado de Sejun.

— Padre estamos todos presentes. — Sejun informa y es en ese momento, cuando Jung Namjoon, levanta la mirada, para encontrarse con la suya. Él le da un breve asentimiento, que él responde de igual manera.

Entonces, como si de un imán se tratase, sus ojos enfocan al chico de espaldas a él. La rigidez de su cuerpo, notable para todos. Y por un breve momento, un silencio demasiado incomodo de soportar, se apodero de la habitación. Mientras tanto, me encontraba expectante, esperando el momento en que los ojos del chico, hicieran contacto con los míos. ¿Me reconocería? Lo más probable, debido a su estado de conciencia esa noche, es que no. Pero...

— Hijo, acércate por favor— La voz de su suegro, lo saco de sus pensamientos, haciéndolo parpadear repetidas veces, para ubicar lo que estaba sucediendo. Los presentes en la habitación, lo observaron y de reojo vio a Jungkook, hacerle una seña para que se acercara a Jung. Confirmándole, que era el, al que Jung se había referido como hijo. El miro a su suegro, el cual lo esperaba con sus ojos color verdoso, clavados en él. Intimidándole y aumentando mas sus nervios, bien escondidos. 

Obligándome a moverme, camino hacia ellos y me detengo a dos metros del peli-naranja.

— Me gustaría presentarte a mi hijo menor. Hoseok —el chico está estático de espaldas a todos, mirando solamente a su padre—Hoseok, él es Kim Taehyung y es el esposo de tu hermana Lía.

Eso era todo.

Hoseok giro en sus talones, en lo que pareció un movimiento en cámara lenta. El mundo a nuestro alrededor deteniéndose. Sentí los vellos de mí nunca, ponerse de punta mí. Un dolor agudo taladrándome el pecho. La sonrisa del peli-naranja era forzada, cuando se encontró con mi rostro, duro e impasible y cuando sus ojos hicieron contacto con los míos, un jadeo de sorpresa, abandono sus labios. Por un momento, me encontré perdido en el azul de sus ojos. Los ojos más hermosos, que había visto en toda mi vida. El me miraba con sus enormes ojos como platos, negando con la cabeza. No pase por desapercibido, cuando paso saliva con dificultad. Sus ojos sosteniendo los míos.

Dándome cuenta que todos nos miraban, me aclaró la garganta y le tiendo la mano.

— Kim Taehyung. Un gusto en conocerte. — Me presento con mis ojos clavados, duramente en los suyos. El baja su mirada, a mi mano tendida y la mira, como si de una serpiente venenosa se tratara.

— Hoseok por favor. No seas mal educado. Taehyung es tu cuñado y merece todo tu respeto. — Espeta el padre del menor, haciendo que el peli-naranja, parpadee varias veces.

El menor se veía nervioso y abrumado, apunto de colapsar si alguien no lo sostenía. Taehyung sintió una punzada de preocupación, al ver al chico en ese estado. De repente unas ganas protectoras, de calmar su sufrimiento se apoderaron de él. No entendía que tenía este chico, que hacía que él quisiese encerrarlo en una caja protectora, para que nunca nadie, le hiciese ningún tipo de daño.

La voz del chico fue un susurro, apenas audible cuando dijo.

— Es un gusto conocerte. Soy Hoseok.

El sonido suave de su voz, le hizo cosquillas en el estómago, mientras su pequeña mano, tomaba la suya. Estaba fría como el hielo y sudorosa. Su rostro pálido, que parecía a punto de perder los nervios y desmayarse. Se veía lo mal, que lo estaba pasando con mi presencia, pero lo único en lo que podía concentrarme en esos momentos, era en el golpeteo histérico de mi corazón, cuando su mano toco la del menor. El menor retiro su mano, dejándole de repente, con una sensación de vacío y malestar, lo cual era ridículo y lo hacía sentir molesto, por las sensaciones incomodas que el chico le hacía sentir.

Por un par de minutos, que parecieron una eternidad, nadie dijo nada. Mientras tanto Hoseok y yo, nos retábamos con la mirada, a decir algo. A confirmar nuestro conocimiento. Sin embargo, el menor aparto la mira, de la suya. Arrugo la frente y parpadeo un par de veces, girándose hacia su padre.

— Ummm. Yo...Debo ir al baño. —Dijo sonando un poco abrumado. No me perdí, la mirada de desaprobación, que Jung le lanzo a su hijo. Negando con la cabeza espeto duramente, castigándolo con la mirada.

— Hoseok por favor. No es el momento

— ¡No! ¡Por favor tu papa! Para ti, nunca es el momento—Hizo una pausa, su pecho subía y bajaba visiblemente. El tomo una bocanada de aire, como intentando calmarse y mirando a su padre directo a los ojos. Murmuro— No voy a irme e huir... Tome una decisión y la voy a asumir... Pero quiero que sepas, que las cosas se harán a mi manera. Así que lidia con ello padre.

Girando nuevamente y sin darme una sola mirada, paso por mi lado hecho furia. Segundos después el sonido de la puerta siendo azotada, se dejó escuchar, informándonos de la salida del menor. A mis espaldas, Sejun lo llamaba. Pero el chico no hizo caso, a la insistencia de su hermano, dejando la habitación en un breve silencio incómodo.

— Déjalo. — Dijo Jung a su hijo mayor, que se debatía entre quedarse o ir detrás de su hermano. Y dirigiéndose a Jimin, le pidió, lo que más pareció, ser una orden —Jimin. Ve con él. No conoce las instalaciones.

— Por supuesto tío—Los pasos de Jimin, resonaron en el piso de cerámica y posteriormente, la puerta de la oficina siendo cerrada cuidadosamente. Después de eso el silencio que siguió, fue ensordecedor, mientras trataba de procesar, todo lo que estaba ocurriendo.

Jung había utilizado un tono de voz, demasiado duro con su hijo. Hoseok no se había amedrentado, y le había respondido con sorna y firmeza; pero pudo ver, el ligero temblor de su cuerpo, cuando desafío a su padre y el dolor destellando en sus ojos, al pasar por mi lado. Él siempre ha considerado a Jung, como el tipo de padre, capaz de dar todo por sus hijos. Lo había visto adorar a Lía y ser relajado con ella. Claro. También lo había visto ser fuerte y duro con Sejun, pero él se lo atribuía a que Sejun, era un hombre y que algún día, él debía hacerse cargo del hospital. Por lo que necesitaba forjar su carácter, pero, aun así, Jung confiaba en su hijo y en muchas ocasiones, vio como el orgullo hacia los logros de su hijo, brotaban por todo su ser.

Pero Con Hoseok.

Uno pensaría que, por ser el menor y un doncel hermoso, sería el consentido de la familia. Pero lo único que había observado en Jung, estando en la misma habitación, con su hijo, hasta el momento. Era la preocupación y el miedo de que hiciera o dijera algo incorrecto. Definitivamente, Taehyung apostaría a por ello. Mirando con sus propios ojos, la bomba de tiempo, que el menor era. No cabía duda de ello.

Pero, aun así, se sentía mal por Hoseok. El no creía, que el chico hiciese cosas por maldad. Había visto su sinceridad y tristeza en sus ojos azules, cuando le había hablado, de la relación fantasmal con su familia. El chico no mentía. No había manera, de que lo hubiera hecho.

La voz del abogado Lee, lo saco de sus pensamientos. Cuando aclarándose la garganta dijo.

— Bueno caballeros, creo que estábamos algo atrasados y debo atender, otros compromisos.

Jung, asintió en acuerdo.

— Usted tiene toda la razón abogado Lee. Debemos empezar lo más pronto posible. Pero, primeramente, me gustaría disculparme por el comportamiento de mi Hijo. Él es... un poco explosivo.

— Pierda cuidado Dr. Jung...Hoseok está en la edad de rebeldía, donde los jóvenes creen, que pueden manejar el mundo a su antojo. Pero ya se dará cuenta, que está actuando mal.

Sin una palabra más, con respecto a lo sucedido con él menor, nos sentamos en la mesa, donde se discutiría el asunto del señor Choi. Sin embargo, no podía entender ninguna de las palabras, que eran pronunciadas en la mesa. Ni mucho menos, el intercambio de opiniones, que eran puestas sobre la mesa. Mi mente y pensamientos, estaban en el chico de cabellos naranja. Mi cuñado. Esperando de que, de alguna manera, el chico entrara por la puerta. Jungkook me daba miradas de reojo, frunciendo el ceño, ante mi falta de atención. La mirada de Sejun, acababa a acaba dos segundos, en las puertas de cristal. viéndose tenso y rígido, queriendo terminar rápido con el tema a cuestión.

— Lo que creo, es que Sora cometió un error. Uno muy grave, que puede costarle hasta su profesión. Pero, aun así, no fue del todo su culpa. Porque fue el hijo del señor Choi, quien negó que su padre, fuera alérgico a algún tipo de medicamento. Por lo que pienso, que lo mejor sería negociar, el traslado del señor Choi. Firmar, aceptando el traslado, que la familia exige, garantizando todos los gastos, que se requieran en el nuevo hospital que ellos elijan y la recuperación del paciente... Como la sanción de Sora, por un mes... Pero no estoy permitiendo que la despidan.

Espeto Sejun, mostrando su postura a favor de Sora. A su lado, Jungkook se removió en su silla, acomodándose, al tiempo que murmuraba.

— Sejun tiene razón. El único error de la pobre Sora, fue ser amable y colaboradora. Estuvo de acuerdo Jungkook.

— La cuestión, es que no quedo evidencias de su buena amabilidad y fe. — Dijo lee sonando sarcásticamente. —El chico es menor de edad y no podía firmar, ningún consentimiento... La enfermera Sora, se arriesgó demasiado a actuar, sin tener un consentimiento revisado, por un familiar mayor, del paciente. Y ahora estos familiares quieren su despido.

Sejun taladro con la mirada al abogado Lee, en desacuerdo con su postura negativa, hacia Sora.

— Es verdad que Sora cometió un grave error, al no seguir las reglas, que todo hospital tiene, con respecto a los consentimientos. Pero el chico estaba devastado. Por Dios. su padre se estaba muriendo. — Exclamó Sejun, sin apartar los ojos del abogado. Después de un breve momento, con voz más calmada. Dijo — No voy a permitir que Sora sea despedida, por un adolecente, que también cometió un error padre. — Mirando ahora a su padre, pronuncio, con voz que no dejaba objeción. — si lo estás pensando. Entonces, bien puedes empezar con mi despido.

Jung se puso rígido en su asiento, lanzándole una mirada de advertencia a su hijo. Pero Sejun solo se encogió de hombro, sin persistir de su idea. Jung inhalo y exhalo. Entonces sus ojos se posaron en los suyos.

— ¿Qué opinas tú, Taehyung? —Ocho pares de ojos, cayeron en él, esperando por una respuesta. El problema era, que él, ni siquiera sabía que le estaban preguntando.

— Ummm ¿Qué? —Farfullo, lanzándole una mirada a Jungkook, para que lo orientara. Jung, frunció el ceño observándolo. Abrió la boca, pero antes de que pudiera decir algo. Jungkook intervino, a su rescate.

— ¿Que sí qué opinas, frente a la situación, de la enfermera Sora? — Espeto Jungkook, de manera algo pausada, como dándole tiempo a que él se recompusiera, para tomar el control de la situación.

Recordarme mentalmente darle las gracias a Jungkook por salvar mi culo. Parpadeo un par de veces y enfoco mis ojos en Jung. Sosteniendo su mirada.

— Claro. Ummm yo...yo creo que Sejun y Jungkook tienen razón—Dije, recuperando mi control y pensamientos. — Yo estuve presente, cuando el abogado Lee, hablo con Sora...Ella estaba muy asustada y lloraba mucho. Ella dijo, que el chico había llegado con su padre. Habían tenido un accidente automovilístico, donde el señor Choi, fue el que recibió el mayor impacto. Sora le hizo las preguntas pertinentes al chico, para su ingreso al hospital y el chico aseguró, que el padre no era alérgico a ningún medicamento. Entonces Sora, le paso la información al Dr. Kan, asegurándole que ya había un consentimiento informado y el autorizo, la administración de un analgésico, llamado Meperidina. Un medicamento para el dolor. Quizás por su apuro de salvarle la vida a su padre, el chico mintió. ¿Pero puede alguien culparlo? Sin embargo, ahora él, no quiere reconocer que Sora, no tuvo toda la culpa. Y no creo que sea justo con ella, que ha sido una excelente enfermera y una mujer dedicada, en su trabajo, que simplemente prescindamos de su servicio, dándole toda la razón al hijo de Choi.

Razone. Recordando como la pobre mujer, se derrumbó frente al abogado Lee y mi persona. Jung asintió y mirando al abogado Lee, ordeno.

— Abogado Lee. Prepare por favor, una cita con los familiares del paciente Choi. Me encargaré de hablar personalmente con ellos, y explicarles la situación. Como también informales de mis decisiones. Apoyaremos a Sora.

— Pero Dr. Jung...

— Haga lo que lo estoy pidiendo Lee. Por favor. —Demando, haciendo caso omiso a las protestas del abogado. Quien emitió un suspiro frustrado y recogiendo los documentos en la mesa, los metió, apilándolos en el interior de su pequeña maleta. Entonces, dando una breve inclinación hacia Jung y fulminando con la mirada, a Sejun. Salió por la puerta echando humos.

Un par de segundos después Jimin apareció por las puertas de cristal haciendo que el aire se atascara en mis pulmones. Mis ojos buscando, detrás del rubio a Hoseok.

— ¿Qué le paso al abogado Lee, para que fuera echando humos por la cabeza y gruñendo? —Dijo más que divertido. Vio las comisuras, de los labios de Sejun, levantarse, pero escondiendo rápidamente la sonrisa, que amenazaba con salir de sus labios. Carraspeo y respondió a su primo.

— Nada. El hombre no entiende, cuándo no se puede hacer su santa voluntad. Ya sabes, cómo es el abogado Lee. Siempre queriendo hacer las cosas a su manera...

— Sejun. —Advirtió su padre.

— Es la verdad padre. — Grazno y entonces la diversión desapreció de su rostro. Mirando ahora detrás del menor. Pregunto —¿Dónde está Hoseok?

Jimin suspiro.

— El prefirió esperarnos en el auto. Le dolía un montón la cabeza, por el viaje y quería relajarse.

Una ola de decepción, me sorprendió, cuando me encontré a mí mismo, queriendo comprobar a Hoseok. El deseo lo asusto y se dijo así mismo, que era, porque después de todo, el chico era su cuñado y debía velar por su salud. Sí, claro. Sigue diciéndote eso a ti mismo. Dijo una voz en lo más profundo de mi cabeza, burlándose de mí.

— Iré a ver cómo esta— dijo Sejun, saliendo por la puerta.

Jung miro a su hijo salir por la puerta, entonces se giró hacia mí, preguntando.

— Taehyung. ¿Podrías por favor, llevar a Jimin a casa?

Asentí.

— Por supuesto. —Su suegro asintió y despidiéndose de Jungkook salió de la oficina.

Jungkook se acercó rápidamente a su prometido, rodeándolo por la cintura. Olvidando por completo mi presencia. Entonces lo escuche murmurar, en los labios del menor.

— Supongo, que debes ir a casa

— Quiero estar con Hobi, cuando llegue a casa. —Respondió el menor, con pesar, dejando escapar un suspiro.

— Entiendo, entonces nos vemos mañana. Te quiero

— Yo a ti.

Después de darle un corto beso al menor. Jungkook le pido a Jimin, mirando sobre su hombro a Taehyung.

— Cariño. ¿Podrías por favor, dejarme un momento a solas con Taehyung?

El menor asintió y su mirada se posó en la suya. La sonrisa que le había dado a Jungkook, desvaneciéndose, en menos de un segundo. El chico lo miraba fijamente, como si pudiera ver más allá de su alma. Sus ojos acusadores, penetrando en lo más profundo, de sus secretos. Él lo sabía. No podía asegurarlo con certeza, pero algo dentro de él, le decía que el menor sabía, lo que había pasado entre Hoseok y el.

Mi expresión era tensa, mientras sus ojos fulguraban los míos. Intente relajarme y endurecer mi expresión. Lo que menos quería, era confirmarle al menor, lo que quizás aún él no sabía. Porque, sí. Estaba paranoico y quizás Jimin, no sabía nada y él se estaba adelantando a hechos, de cosas que aún no habían pasado.

El menor parpadeo varias veces y una sonrisa de medio lado, se formó en sus labios, tranquilizándome un poco. Definitivamente necesitaba hablar con Hoseok y llegar a un acuerdo con él. Antes de volverse loco. Y ver cosas, donde no las había.

Pasando por mi lado, el rubio me dio una última mirada y salió de la oficina, dejándome a solas con Jungkook. Quien, sin perder tiempo, exclamo con la furia, brotando de él.

— ¿Qué jodidos te está pasando a ti?

— No sé de qué hablas. — Dije con desdén, saliendo por las puertas de cristal. A mis espaldas, Jungkook seguía mis pasos, dispuesto a averiguar mi comportamiento.

— ¿Que no sabes de que hablo? Mis cojones Taehyung. —Bramo, claramente perdiendo la paciencia— Soy tu amigo y te conozco mejor que nadie... No creas que no me di cuenta como mirabas a Hoseok cuando Jung te lo presento.

Me detuve abruptamente. Mi cuerpo rígido al instante, procesando sus palabras.

— Me estas ocultando algo. —sentencio.

Me obligué a tragar el nudo en mi garganta y sonar indiferente ante la situación, cuando dije, girando en mis talones y encarándolo.

— Por Dios Jungkook. Estás viendo cosas donde no las hay... Hoseok es mi cuñado y apenas lo conozco. Tú me conoces a mí. Y lo que sea, que esté pasando por tu cabeza, es mejor que lo detengas. Porque sabes perfectamente, que jamás haría algo, que dañe a Lía. —Era extraño mentirle a Jungkook y me hacía sentir, como una escoria. Pero, entre meno personas supieran de mi error, mi riesgo de perder a Lía, se reducía. — Es mejor que valla con Jimin.

Jungkook observo mi rostro por varios segundos, como si estuviera estudiándome críticamente. Buscando en mi expresión ilegible. Apretando sus labios. Mascullo, bajo mi atenta mirada.

— Espero que me estés diciendo la verdad Taehyung. Porque yo nunca te he ocultado nada. Y sabes bien, que eso, no es de amigos. —Mirándome duramente, paso por mi lado, dejándome solo y estupefacto, por lo que acababa de ocurrir.

Un sabor amargo, se instaló en mi garganta. Era obvio, que Jungkook se daría cuenta, tarde o temprano, de que algo estaba ocurriendo. Se conocían perfectamente, y Taehyung era como un libro abierto, para Jungkook. Sin embargo, aún no estaba contándole, lo que había hecho. No podía. Era un secreto demasiado grande, para confiárselo a alguien.

Me quede allí, parado. Pensando en mis actos y las posibles consecuencias de ellos. No creía salir libre de esta. Pero una cosa si era cierta. Si lograba convencer al, peli-naranja de que no dijera nada, jamás encontraría paz y tranquilidad, estando al lado del menor y su esposa.








(...)

HOSEOK

Alrededor de las seis de la tarde, el Jet privado había aterrizado en Seúl-Corea del sur. El viaje en sí, no había sido agotador, pero mi cabeza era un torbellino de emociones y pensamientos, que no me dejaban en paz. Después de lograr, conciliar el sueño por un rato y levantarme, no había podido dejar de pensar, en el giro tan drástico que mi vida había dado, en menos de un día. Pensaba en cómo iba a sobrevivir en corea. Pensaba en Jennie y como la estaba pasando, sin mí. Pensaba en cómo iba a enfrentarme a mi madre. ¿Qué le diría? Hola mama. ¿Me extrañaste?

Sabía que no podía dejar, que los pensamientos me agobiaran. Tenía que ser fuerte y acompañar, al abuelo Doyoung, en sus últimos meses de vida. Pero toda esta situación, me estaba destrozando por dentro. Y no sabía cómo calmar al acido, que estaba destruyendo mis entrañas.

Para cuando llegamos al estacionamiento del aeropuerto. Dos camionetas Toyota, nos esperaban. Mi padre nos informó, que debíamos pasar primero, por el hospital central de Seúl, ya que habían tenido un inconveniente, que requería de su presencia inmediata y debían solucionar. Pero no entro en detalles. Y nos pusimos en marcha. Con Sejun y Jimin, en una de las camionetas y mi padre y yo en la otra.

De camino al hospital, mis ojos vagaban, por las calles de Seúl. No podía recordar ni una, sola calle. Ni los diferentes establecientes, que mis ojos recorrían. Era como si Seúl, fuese un lugar, al que me encontraba explorando, por primera vez. Dentro del auto, mi padre ladraba ordenes por teléfono, ignorándome como siempre. También lo escuche hablar con Sejun, explicándole lo que estaba sucediendo. Pero mi cabeza y mis pensamientos, estaban en otro lugar. Queriendo regresar a Paris, y la tranquilidad y seguridad de mi departamento. Viendo una película romántica con Jennie, de esa que a ella le gustaba y yo detestaba, mientras comíamos palomitas de maíz. Si. Definitivamente iba a extrañar, a mi pequeña amiga.

Cuando el auto se detuvo, en lo que era un estacionamiento, salieron del auto y se dirigieron, por unas puertas doble de metal. El estacionamiento parecía ser exclusivo, para el personal del hospital, porque las puertas grises, daban por un pasillo ancho, que al final, nos llevaba a otras puertas doble de metal, con letras rojas en la parte superior, que decían. Área restringida. Solo personal autorizado. Mi padre empujo la puerta para mí, y lo que había más allá de ellas. Obtuvo mi atención completamente. Las puertas nos llevaron, a lo que era el primer piso del hospital. Había unas cuantas personas, pero todo se veía tranquilo.

Así que este era el hospital central de Seúl.

Mis ojos miraron con admiración, el lugar en que los padres de mi abuelo y los padres de mi padre, y quizás, muchas más generaciones atrás, trabajaron para construir la estructura y reputación, de lo que era ahora, uno de los mejores y más reconocidos, hospitales de todo Seúl.

Mi padre saludo a la mujer, en la recepción y me condujo, dentro del ascensor. En menos de un segundo, estuvimos en el piso, donde su oficina se encontraba. La chica detrás del escritorio, que se encontraba en el pasillo, se levantó, cuando se percató de la presencia de mi padre, haciendo una breve inclinación. Era una chica bastante joven. Quizás de mi edad o solo un par de años mayor. Ella me sonrió y me dio una breve reverencia, seguramente sabiendo ya, quien era yo. Entonces mirando a mi padre dijo.

— Dr. Jung, es un gusto tenerlo nuevamente con nosotros. El abogado Lee lo espera en su oficina.

— Gracias Mina. Por favor avísale a los doctores. Jeon y Kim, que los esperamos en mi oficina.

La chica asintió y se dejó caer en la silla giratoria, detrás de su escritorio, para cumplir las ordenes de mi padre. Entonces desvió la atención haca mi padre, que miraba su teléfono. Para posteriormente informar.

— Sejun y Jimin no tardan en llegar, tuvieron un inconveniente, pero ya están en camino. — Después de informar. Mi padre dos pasos, en dirección al pasillo izquierdo, esperando que lo siguiera. Sin embargo, lo que menos quería en estos momentos, era estar solo con un desconocido y con mi padre, en la misma habitación. Por lo que, obligándome a reaccionar, tome una bocanada de aire y me dispare, como un rayo detrás de él.

— Padre— Llame. Llamando su atención. Él se detuvo y giró hacia mí. Deseé que la voz, no me hubiese temblado tanto, cuando dije. — Ummm yo... me quedare aquí esperándolos. A Sejun y Jimin.

— Hoseok...Advirtió. Pero antes de que pudiera decir algo, me adelante a la negativa, que podía jurar, iba a salir de su boca.

— Te prometo que no me moveré de aquí. — Hice una pequeña pausa y agregue— además; también quiero llamar a Jennie, para hacerle saber que llegue bien.

Padre medito mis palabras, por un momento. Estudio mi rostro. El suyo con su habitual, mascara que lo acompañaba, cuando estaba en mi presencia, mientras se debatía, si hacer mi vida más miserable o regalarme un momento de tranquilidad.

Dejo escapar un suspiro y finalmente dijo.

— No te demores.

Tuve que morderme el labio inferior, para evitar dejar salir la sonrisa, que quería escapar de mis labios. Quería que padre empezara a entender, que no tenía opciones conmigo. Que aceptaba jugar su juego, pero ahora, yo podía participar en las reglas. Sacudiendo la cabeza, saco mi teléfono de mis pantalones, encontrándome con un montón de mensajes de Jen.


De Jen:

Hobi precioso ¿ya llegaste a Seúl?

¿Qué tal estuvo el viaje?

No quiero parecer intensa. Pero me tienes con los nervios al mil. Aun no te comunicas conmigo y quiero saber de ti.

Por favor Hobs, cuando veas mis mensajes. Llámame. O por lo menos déjame un mensaje Te quiero.


Una sonrisa triste y melancólica, curvan mis labios mientras escribo.

Para Jen:

Mi hermosa Jen. Discúlpame por no haberte llamado. Apenas y llegamos a Corea; mi padre nos arrastró con él al hospital, por cosas de trabajo. Ya sabes como es.

No puedo hablar mucho. Pero te prometo que mañana, te llamare temprano. Te quiero y gracias por preocuparte por mí. Besos desde corea J

Deslice mi teléfono, en el bolsillo delantero de mis pantalones, en una batalla conmigo mismo. Tratando de retener las lágrimas, que amenazaran con salir de mis ojos. Me obligue a no pensar mucho. A relajarme y no mostrar debilidad.

Mirando vagamente por la amplia sala, mis ojos se posaron en el escritorio, donde se encontraba la asistente de mi padre. Se veía bastante ajetreada y apunto de echarse a llorar, con tantos papeles encima. Pobre chica.

Siguiendo con mi recorrido. Mire a ambos lados, hacia los pasillos; pero realmente no podía observar mucho, sin tener que acercarme. Considere, dirigirme a la oficina de mi padre, ya que Sejun y Jimin, se estaban tomando demasiado tiempo del que habían dicho, y no quería darle de que hablar a mi padre. Sin embargo, la suave voz de mi hermano mayor, me detuvo en mi lugar.

— ¡Hobi! —Su sonrisa era amplia, mientras se acercaba a mi lado, con un Jimin jadeante siguiéndole los pasos.

Sejun llego junto a mi y revolvió mi cabello, dándome una enorme sonrisa, de esas que te abrazaban el alma. Le devolví la sonrisa y murmuré entre risas.

— ¿Qué les llevo tanto tiempo?

Sejun le lanzo una mirada divertida a Jimin y soltó con suficiencia

— Jimin pensó, que, por ser joven tenía más resistencia, que yo. Así que...decidí probarle, que no por el gusto, pago por una buena rutina en el Gimnasio y salgo a trotar todas las mañanas. —Jimin lo fulmino con la mirada y yo solté una breve risita, por la cara enrojecida del pobre Jimin. Sejun agrego —Creo que deberías tomar mis consejos y ejercitarte un poco Jiminie, porque no es normal que, a tus veintidós años, no puedas subir unas simples escaleras.

— ¡Ohh por Dios! Sejun, cállate... esto es vergonzoso... Exclamo Jimin, rojo hasta las orejas. La diversión brillando en sus ojos.

Sonreí a ambos. Me encantaba verlos así. Tan contentos y llenos de energía. Sobre todo, a Sejun, que siempre mantenía, con rostro sombrío y con una máscara, ocultando sus sentimientos. Era triste, ver como se había perdido así mismo. Como madre, había logrado hacer de él, un hombre que no era. Hoseok solo esperaba que su hermano encontrara su camino y fuera feliz. Él se lo merecía. Y Hoseok deseaba con todas sus fuerzas, que su cuento feliz llegara pronto.

Sumergido en el pasado, no me di cuenta, que tenía una expresión melancólica en mi rostro, hasta que la voz de Jimin, me trajo de vuelva al presente.

— Hobi. ¿Estás bien? —Parpadee y alce la mirada hacia Jimin. El me miraba con ojos preocupados. Asentí, desviando mis ojos hacia los de Sejun, dándome cuenta, que él también se había preocupado, por mi silencio. Todo rastro de diversión y alegría, ocultados detrás de la máscara, que muy ociosamente luchaba por mantener.

— Si... Si claro. Yo... solo estoy feliz de estar con ustedes.

Mis palabras, parecieron tomarlos desprevenidos. Un millón de emociones, bailando en los ojos de ambos. Entonces, un sentimiento de tristeza me golpeo. No me había dado cuenta, de lo egoísta, que había sido con ellos. Olvidando por completo, mostrarles lo mucho, que también me hacía feliz de verlos, y estar con ellos. Jamás quise que pensaran lo contrario.

Quería disculparme con ellos, pero Sejun no me dio la oportunidad, cuando dijo, respondiendo a mis pensamientos.

— Sabes que jamás, seriamos capaces de reprocharte algo. —A su lado. Jimin asintió en acuerdo. Abrí la boca para decir lo que pensaba, pero Sejun alzo una mano deteniéndome.

— Nada de eso Hobi. —Lo mire con amor y admiración. Totalmente orgulloso, de que este hombre, fuese mi hermano.

Él me sonrió cálido y abrasador, haciéndome sonreír. Para este punto, me encontraba con los ojos acuosos y los labios apretados, para evitar llorar. Resoplé y dije de forma casual, para desviar la atención de mí.

— Creo que papa nos espera.

Sejun asintió.

Dándole un breve saludo y aviso de su llegada, a la asistente de nuestro padre; nos dirigimos por el pasillo, del lado derecho, por donde minutos antes, mi padre había desaparecido. Llegamos al final de una puerta doble. Sejun toco levemente y segundos después, la voz de padre, pronunciando un Adelante, se escuchó del otro lado.

Empujando una de las puertas; Sejun se hizo a un lado, para que Jimin y yo pasáramos. Una vez dentro, no tuve tiempo de reparar en nada, porque que mi padre, se levantó de la silla detrás del escritorio, dando un leve asentimiento en dirección a Sejun. Entonces sus ojos, se posaron por un momento en mi presencia, antes de apartar la mirada, hacia el hombre, que, por el rabillo del ojo había observado, levantarse del sofá de cuero al otro extremo, acercándose a mi padre. Era un hombre alto del tipo promedio y mayor, quizás de la edad de mi padre, que al igual que él, sin duda alguna, mantenían un buen físico y atractivo a pesar de los años.

— Hoseok—Padre llamo, para obtener mi atención. Asentí, para darle a conocer que lo seguía. —Este es el abogado Lee Dong-min —Di una breve reverencia hacia el hombre, sonriéndole con amabilidad.

Mi padre guardo silencio, durante unos segundos, para posteriormente, continuar dirigiéndose ahora, al abogado Lee —Lee... Tengo el honor de presentarte a mi Hijo, Hoseok. Acaba de llegar de Paris. —El abogado Lee asintió y me dio una sonrisa amigable, extendiendo su mano. La tome y el me dio un leve apretón.

— Es un gusto conocerte Hoseok. Tu padre me ha hablado muchísimo de ti y es un verdadero placer tenerte con nosotros.

Bueno. Que mi padre hablara de mí, era realmente sorprendente. Tuve que morderme la mejilla interna, para evitar preguntar, si más bien, mi padre no paraba de quejarse de mí. Sip. Eso hubiese sido más creíble.

Un suave golpe en la puerta, llamo la atención de todos. Sejun fue el primero en reaccionar, y ya que no se había movido de la puerta, giro la manija, abriendo la puerta y haciéndose a un lado, para que la persona del otro lado de ella, entrara.

Un tipo alto, de ojos negros. Cabello oscuro lacio, recogido en una perfecta coleta, entro por la puerta. El dominio y el poder exudando de él. Lo reconocí inmediatamente, como Jeon Jungkook. El novio y prometido de Jimin. El tipo. Jungkook, le dio un breve abrazo de medio lado a Sejun, en forma de saludo. Pronuncio un Dr. Jung y abogado Lee, para saludar a los mencionados, dándoles una leve inclinación. Entonces, sus ojos se posaron en Jimin y en ese momento. Supe. Que Jungkook me iba caer bien. El amor y el afecto, que vi en sus ojos, hacia mi primo, hicieron que, en menos de un segundo, todas las dudas que había tenido sobre él, se disiparan. Sus ojos brillaban y miraban con adoración a mi primo. No pude evitar querer, que alguien algún día, me mirara de esa manera, como si yo fuese su mundo. No seas tonto Hoseok. Sabes que el amor, no está hecho para ti. Una vocecita susurro en mi mente, haciéndome sacudir la cabeza.

Jimin corrió, lanzándose a los brazos de su novio. Jungkook emitió un sonido de risa y lo sostuvo en sus brazos, dándole un corto beso en los labios, que prometía mas. Jimin, soltó un pequeño sonido de insatisfacción, cuando Jungkook se separó de él, pero, aun así, le sonrió. Sus pequeños ojos, brillando de emoción. Entonces el tipo hace contacto visual conmigo por encima de la cabeza de Jimin. Él me sonríe ampliamente, como si me conociera de toda una vida y es bastante amable, cuando dice.

— Así que tú eres el famoso, Jung Hoseok. Ehhh. —Separándose de Jimin, da varios pasos, deteniéndose frente a mí, casi invadiendo mi espacio personal. Estrecha sus ojos, observándome intencionadamente y dice —Bueno. Eres mucho más hermoso en persona. —El extiende su mano, la cual tomo, con una sonrisa curvando mis labios. — Es un gusto, que por fin te hayas decidido en visitarnos. Me moría de curiosidad, por conocer al Hobi, del que tanto mi novio hablaba.

Le di una sonrisa sincera a Jungkook y pronuncie en un murmuro.

— Famoso no lo creo, pero gracias, por tu amabilidad. Para mí, también es un gusto conocerte.

Jungkook me sonrió y soltando mi mano, regreso al lado de Jimin. Beso la parte posterior de su cabeza y Jimin se inclinó para besar su mejilla. Las presentaciones, siempre me parecieron incomodas e innecesarias, sin embargo, esta no había sido, para nada incomoda, sorprendiéndome a mí mismo, al pensar que incluso, había sido agradable y llevadera. Pero y ¿ahora qué?

— Hoseok, necesito hablar contigo. — La voz acerada y dura de mi padre graznó llamando mi atención. Mis ojos se encontraron con los suyos. Duros e ilegibles, haciéndome saber que no iba a aceptar, ninguna negativa de mi parte. Asiento y miro a Sejun, que cruza la habitación en dos grandes zancadas, dándole una mirada inescrutable a nuestro padre.

— Padre por favor... Hoseok acaba de llegar. Porque no lo dejas descansar. Lo que tengas que decirle, estoy seguro que puede esperar.

Bramo Sejun. Mi padre lo miro con advertencia, pero Sejun le sostuvo la mirada. Sabía que Sejun quería protegerme y el estar en una habitación, solo, con mi padre, implicaba mi malestar mental. Siempre me dejaba, con el estómago revuelto y con una sensación de inquietud e incertidumbre. Sejun lo sabía. Sin embargo, lo que menos quería, era causar un enfrentamiento, entre Sejun y nuestro padre, delante de otras personas.

Intento forzar una sonrisa en mis labios, lo que parece más una mueca, pero espero tranquilizar un poco a Sejun. Aclarándome la garganta digo.

— Está bien Sejun. No tengo ningún problema con ello. —Le sonrió y lo observo pasar una mano por su cabello, con frustración. Dirigiéndome a mi padre, espeto. —Entonces... ¿Qué es eso tan importante, que tienes que decirme?

Mi padre parece sorprendido por mi actitud dócil, como si hubiese esperado, alguna replica de mi parte, lo que, en otra ocasión hubiese hecho, si no hubiera visto, la preocupación en los ojos de mi hermano. Mis ojos están puestos en el, cuando dice, con un tono de voz seco. — Ven por aquí, por favor. —Entonces gira, dirigiéndose a las puertas dobles de cristal, detrás de él y deslizándolas a un lado. Se detiene, haciéndose a un lado y sé que espera, que yo pase primero. Por lo que pronuncio un — Con permiso... moviéndome al encuentro con mi padre. Padre desliza las puertas detrás de él. Pasa por mi lado y se detiene frente a mí. Me mira directo a los ojos, como si tratara se descifrarme y ver que escondía, detrás de mi propio rostro inexpresivo. Sin embargo, no estaba dispuesto a darle lo que buscaba.

Un tanto Incomodo, con el escrutinio tan minuciosos, que él está haciendo en mí. Desvió la mirada, sintiéndome cohibido y pregunto.

— ¿Qué es lo que sucede padre?

Sus ojos se mueven un poco, antes de colocar su expresión, serena e inquebrantable. Parecía buscar las palabras correctas, para decirme lo que sea, que estuviera tomándole tanto tiempo, considerando lo directo que suele ser. El me hace ademan con la mano, para que tome asiento, en una de las sillas, que rodeaban a la enorme mesa, de juntas. Pero yo niego con la cabeza, porque de esta manera, sería más fácil huir, si las palabras que estaba próximo a decir, iban a desestabilizarme. Asiento respetando mi decisión, de mantenerme de pie y sus ojos se volvieron cautelosos, cuando dijo con voz indulgente.

— Solo quería advertirte, que el esposo de tu hermana Lía, estará aquí con nosotros, en la reunión. Así que me gustaría pedirte, que por favor te comportes y seas educado con él, Hoseok. —hizo una pausa para posteriormente abrir y cerrar la boca, dudando. Finalmente decidiéndose por agregar. —No quiero malos entendidos. ¿Quedo claro?

Una sacudida de dolor, disparo atraves de su pecho.

¿Qué?

¿Era enserio lo que estaba escuchando?

Prácticamente escucho a su padre, decirle que no fuese a saltarle encima, al esposo de su hermana. Me mordí la lengua, para no decirle que jamás, me metí con el novio, ni me metería con el esposo de mi hermana. Que no me conocía en absoluto. Y lo único que hice, fue asentir como un completo estúpido. Estático y rígido.

— ¿Quiero las palabras Hoseok? —pregunto mi padre, en un tono de voz suave y exigente.

Joder.

Lo mire. Con mis ojos, tratando de enviarle todo el dolor, que me estaba causando y el odio, que estaba sintiendo por él y su maldita forma de comportarse conmigo.

Sin embargo, antes que pudiera soltar las palabras, humillándome más, si era eso posible, las puertas de cristal siendo corridas, se hicieron escuchar, antes de que pasos, resonaran dentro de la pequeña sala de juntas, personal de mi padre. Mi padre me lanzo una última mirada de advertencia, ante de dirigirse a alguien detrás de mí.

— Hijo, acércate por favor— hace una pausa y agrega, dándome una mirada de soslayo— Me gustaría presentarte a mi hijo menor. Hoseok.

En ese momento, supe que el esposo de mi hermana, también se encontraba en la habitación. Dirigiéndose a mi persona, mi padre dice. —Hoseok, él es Kim Taehyung...El esposo de tu hermana Lía.

Armándome de valor, para no quedar en ridículo, giro en mis talones. Obligándome a esbozar una sonrisa que no sentía, pero debía dar, para dar una buena impresión. Pero entonces cuando mis ojos, hicieron contacto con los ojos oscuros, del tipo alto delante de mí, mi estómago se derrumbó y sentí como si una roca de una tonelada, le estuviera aplastando el pecho. Su rostro blanco como una hoja de papel.

Era el.

Joder era él.

Hoseok jamás olvidaría su rostro. Mierda, como podría.

Kim Taehyung, era irracionalmente guapo. Un tipo alto, de forma magra y llamativa. Su rostro era tan definido; tan elegante y perfecto, desde cualquier ángulo. Su pelo negro era grueso y sus ojos oscuros eran paralizantes, mientras lo observaba con una valoración fría. Viéndose poco afectado, por su presencia, cuando Hoseok estaba a punto, de perder los nervios y desmayarse. A Hoseok le vino un pensamiento vivido a su cabeza. El defendiéndole del tipo del bar. El escuchándolo. El llevándolo a su apartamento. El devolviéndole el beso... ¿Realmente era Kim Taehyung, el esposo de su hermana?... El mismo hombre, con el hace ocho meses atrás, Hoseok se había acostado, perdiendo su ....

Jodido. Jodido infierno. Definitivamente la vida conspiraba contra él.

Hoseok se quedó de piedra. Parpadeo y enfoco sus ojos en aquel rostro, que se encontraba a solo unos milímetros del suyo.

Negando con la cabeza, le sostuve la mirada, con los ojos abierto de par en par. Sus ojos eran oscuros y penetrantes, mientras lo observaba con una expresión ilegible, como si estuviese buscando algo en sus ojos. Todo su cuerpo se estremeció con un temblor. ¿Él lo habría reconocido?

Creo que todos nos miraban, pero mi cabeza estaba hecha un lío, como para que me importara. Sin embargo, él no estaba delatándome y eso ya decía mucho. Obligándome a reaccionar y salir de mi bruma, porque lo que menos quería, era que las personas que nos rodeaban, se dieran cuenta de la situación, delatandome yo mismo, me aclaró la garganta y carraspeo, pero antes de que pueda siquiera abrir la boca, el me tiende su mano. Su voz suave y profunda, pero muy fría, para mi gusto, cuando espeta.

— Kim Taehyung. Es un completo placer conocerte Hoseok. — Mis ojos viajan inmediatamente a su mano tendida, como si de una serpiente venenosa se tratara. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿Tomar su mano? ¿Huir? Mis pensamientos estaban tan perturbados y su postura relajada y tranquila, tampoco ayudaba a mis nervios a calmarse. Debatiéndome, en cual debía ser, mi siguiente paso, escucho la voz de mi padre graznar.

— Hoseok por favor. No seas mal educado...Taehyung es tu cuñado y merece todo tu respeto. — Parpadeo repetidamente y tomo su mano, con mi mano temblorosa, bajo la fuerza de su mirada. Entonces tomando una inhalación inestable, susurro con voz apenas audible.

— Es un gusto conocerte. Soy Hoseok.

Aunque estaba seguro, que su voz había sonado como si fragmentos de vidrios, hubieran estado alojados en mi garganta, se dio mentalmente, unas palmaditas en la espalda así mismo, por lo segura y firme, que su voz había logrado sonar, siendo apenas un susurro. A pesar de que su cuerpo, había decidido mostrar otra cosa. Estúpido traidor. Porque sí. Su mano estaba fría como el hielo y sudorosa. Su rostro pálido, que parecía a punto de desmayarse. Con el corazón latiéndole a mil.

Retiro su mano, de la del mayor, sosteniéndole la mirada, como si no estuviera muriéndose con dentro. Pasaron un par de minutos, que parecieron una eternidad, donde nadie dijo nada. El silencio ensordecedor. La inquietud, goteo a lo largo de mi columna, como agua fría. Me obligue a concéntrame en mi propia respiración, para que no me pitaran los oídos y a respirar despacio, para intentar mantener el ritmo cardiaco. Lo que se estaba convirtiendo, en una misión imposible. No ayudaba que Kim Taehyung, me mirara con sus ojos oscuros y penetrantes, queriendo buscar en los míos, de repente haciendo que las paredes, se cerraran a mi alrededor, haciéndome querer vomitar.

Sintiéndome indefenso e incapaz de quedarme más tiempo, en la misma habitación que este hombre. Aparte mis ojos de los suyos. Mi frente arrugándose, mientras parpadeaba varias veces.

Como pude, logré girarme hacia mi padre. Carraspeé y dije.

— Ummm. Yo...Debo ir al baño. —Dije, sonando un poco abrumado. Mi padre, me lanzo una mirada exasperada y de desaprobación. Negó con la cabeza, mirándome con ojos duros y castigadores espetando duramente...

— Hoseok por favor. No es el momento.

La furia estallo en mí.

Mis ojos se oscurecieron. Las palabras duras y frías cuando exclame, sin importante un carajo, que tuviéramos expectantes.

— ¡No! ¡Por favor tu papa! Para ti, nunca es el momento—Hice una pausa, mi pecho subía y bajaba visiblemente. Me obligue a calmarme, porque a pesar de mi malestar, lo que menos necesitaba en estos momentos, era quedar como un niño, infantil e irracional. Tome una bocanada de aire y mire a mi padre, directo a los ojos. Entonces murmure— No voy a irme e huir... Tome una decisión y la voy a asumir... Pero quiero que sepas, que las cosas se harán a mi manera. Así que lidia con ello padre. —Y entonces sin esperar una reprimenda y bajo la mirada perpleja de mi padre, gire en mis talones furiosamente, abandonando la habitación, sin ser capaz de mirar a nadie.

Podía escuchar la voz de Sejun, perdiéndose en el fondo, cuando cerró la puerta de un portazo. El miedo y la ansiedad, nublaban por completo mi visión, mientras corría por el pasillo que daba a la oficina de mi padre. Estaba a punto de perder los nervios y el corazón me latía, como un pájaro ansioso. Creo que estaba a punto de entrar, en un estado de pánico. Si el temblor de mis manos y el sudor de mi frente, decía algo. Mientras me negaba a detenerme y dar vuelta atrás, me detuve en el escritorio de media luna, de la asistente de mi padre. Ella me dio una mirada preocupada y murmuro un bajo y dudoso. — ¿Se encuentra bien Joven Jung?

Asentí.

— Ummm sí. Yo... necesito encontrar el baño.

Mina asintió y muy amablemente, me explico dónde podía encontrar el baño. El cual me tocaba ir a buscar, en un piso, donde se encontraban las habitaciones de los pacientes, internados en el hospital o ir directo, al primer piso. Ya que este, era un piso de oficinas y, por ende, cada oficina poseía un baño personal. Así que, después de darle las gracias y responder a su pregunta, de si estaba seguro que me encontraba bien y decirme, que, si necesitaba algo, ella con mucho gusto me ayudaría. Camine casi corrí, hasta alcanzar el elevador. Afortunadamente este estaba vacío. Para cuando llegué al primer piso, agradecí inmensamente, que no hubiera muchas personas.

Camine rápidamente, dirigiéndome a recepción y le pregunte a la mujer, detrás del escritorio, donde podía encontrar los baños. La mujer me explico y me apresure a encontrar el lugar.

Cuando di con la ubicación del baño. Abrí la puerta y me metí dentro. Creo que la vida estaba sintiendo un poquitito. Solo un poquitito, de lastima por mí. Porque después de mandarme, todos los males habidos y por haber, decidió darme un poco de tranquilidad, encontrando el lugar sin un alma.

Entonces cerré la puerta con seguro y me resbale por la puerta, hasta que mi trasero quedo en el suelo y mi espalda en la puerta. Permitiéndome llorar. Derramar cada lagrima contenida. Y repudiarme por lo estúpido que había sido.

Jesús. En qué momento, mi vida se había convertido en una película de terror. 







#FORBIDDEN_LOVE💜

Czytaj Dalej

To Też Polubisz

591K 79.4K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
666K 86.4K 63
"Y si no eres el amor de mi vida diré que me equivoque de vida y no de amor" Cuando Izuku observó como Kacchan le decía que sería padre, supo que en...
11.8K 778 22
Zuma desde que llegó a los paw patrol ha sido un cachorro muy inseguro debido a que la mayoría de sus hermanos lo desprecian por el simple hecho de q...
45.5K 8K 46
( 舰长 ) : 𝐇𝐎𝐏𝐄𝐕 ━Cuéntame, ¿eres igual de bueno en el sexo como lo eres en el fútbol? ━Piérdete, Kim. • adaptación. • autora original: @Xenini...