Aliciente |Hyunlix|

By AngelPsicopatta

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Hyunjin se emborrachó en aquella fiesta, sólo sabe que ha pasado una noche increíble, pues además de haber fl... More

Indecisos

Aliciente

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By AngelPsicopatta

Después de correr hacia el baño de nuevo para vomitar Hyunjin supo que ya había tenido suficiente por esa noche, ya había vomitado dos veces, y estaba agotado. Ni siquiera recordaba qué había bebido después de unas cervezas, solo que los cubitos de hielo habían tenido bonitos colores azules y morados muy brillantes, y tras acabarse cada vaso había pedido unos tras otro. Pero pensaba que había valido completamente la pena porque tenía tiempo que no se divertía así, sin embargo sabía que era muy probable que no pensara lo mismo por la mañana.

Aunque no era del todo su culpa sino de sus amigos, pues uno a uno se habían ido, dejándolo solo, sin cuidado, y se supone que Chan los cuidaría; cuando había regresado a la zona VIP después de bailar un rato no había encontrado a nadie más que a Jisung, Seungmin y ChangBin riendo de algo que él no terminó de entender, al dar un rápido vistazo a su alrededor había visto a Minho con su novia ¿o era su ex? Ya ni sabía, y en el lounge estaba Chan hablando con un grupo de chicas; después de eso se le perdieron de vista cuando había tenido que ir corriendo al baño a vomitar porque se había agitado lo suficiente bailando y brincando como loco, obviamente se había lavado los dientes después de eso (siempre cargaba con una bolsita con las cosas necesarias por si algo como eso llegaba a ocurrir).

Así que mirando ahí dentro y al no encontrar a alguien conocido decidió caminar fuera del bar, sus pasos lo dirigieron al vestíbulo, y ahora se encontraba entrado al ascensor para dirigirse a su habitación y caerse dormido en la suave y cómoda cama. Pero cuando estuvo dentro se dio cuenta de un problema: no recordaba el número de su habitación. ¿Estaba en el piso 7, 43 o en el 74? Detuvo su mano frente a los botones, ¿siquiera había un piso 34? Maldijo internamente por no recordarlo, pensó que quizá debía llamar a Chan para que le ayudase, pero ¿dónde había dejado su celular?

«Piso 17» casualmente recordó de repente una suave voz murmurándole eso al oído, pero ¿de dónde venía ese pensamiento? Estaba casi seguro de que ese no era su piso ¿o lo era? De cualquier manera seguía sonando en su cabeza, antes de poder decidirse el ascensor empezó a moverse, alguien en el piso 17 lo había llamado. Hyunjin frunció el ceño con confusión, ¿era coincidencia? Daba igual, ya estaba de camino hacia allí.

En lo que esperaba se recargó en la pared más cercana para intentar recordar su número de habitación antes de llegar al piso indicado, después de tantear en los bolsillos de su pantalón y verificar que no tenía el móvil ni su llave, tal vez los había olvidado en el baño. Soltó un suspiro por lo agotador que era intentar rememorar lo que había hecho horas antes, le dolió la cabeza de tanto esforzarse. Así que optó por la tercera opción, ya que no recordaba cuál debería ser la segunda, caminar por los pasillos gritando el nombre de alguno de sus compañeros a ver si tenía suerte de encontrarse con alguno.

Cuando el ascensor se detuvo, Hyunjin chocó por accidente con una chica de vestido corto que intentaba acomodarse el cabello con los dedos.

-Ay, perdón -murmuró dándole una mirada curiosa esperando que no lo golpeara o creyera que se había chocado con ella a propósito para tocar alguna parte de su cuerpo.

La chica no pareció tomárselo a mal, le sonrió mientras se cerraba el abrigo para cubrirse un poco más.

-Descuida, yo estaba igual hace unas dos horas y mira que la pasé muy bien, espero que tú igual -le guiñó un ojo antes de entrar al ascensor, Hyunjin soltó una risita mientras volvía a disculparse.

No intentó ni siquiera pensar en si había sido algo en su expresión, gestos o apariencia lo que le dio a la chica tal impresión.

-Sería genial responder que sí pero tristemente pasaré la noche solito, solito -susurró a las puertas una vez que estuvieron cerradas.

Un sonidito de exclamación salió de sus labios al verse en el espejo que se encontraba a unos pasos del ascensor.

«Bueno, a lo mejor no la pasé tan solito, solito en la fiesta, pero ¿qué demonios estuve haciendo, que ni siquiera lo recuerdo? Y lo más importante ¿con quién?»

Intentó hacer memoria de lo sucedido, pero sólo logró que su cabeza doliera un poco haciéndolo sentir mareado. Debió haber pasado algo interesante para que tuviera esa pinta tan desaliñada. Sus ojos observaron su reflejo con detenimiento en el espejo, sus labios que de por sí eran gruesos se veían hinchados y muy rojos, parecía obvio que se había estado besando con alguien, por mucho tiempo al parecer; su cabello que normalmente estaba liso y peinado se encontraba desordenado, alborotado y apuntando en todas direcciones, quien sea con quien hubiera estado se había emocionado, y había pasado sus manos por todo su cabello despeinándolo a tal punto que lo hacía ver como un loco. Intentó acomodárselo aunque fuera un poco, pero pensándolo mejor y mirándose fijamente podía presumir que aún con la ropa arrugada y fuera de su lugar se veía increíble. Eso se debía mayormente a su atractivo, Hyunjin sabía que era muy guapo, y el maquillaje que llevaba puesto sólo acentuaba su belleza, incluso podría pasar por una estrella de rock, ciertamente tenía el estilo.

Giró sobre sus talones con una sonrisa y empezó a caminar por el alfombrado piso.

-Chan Hyung, ¿estás por ahí? Me perdí -murmuró haciendo un puchero-, y tengo sueño.

Miró los números en las habitaciones esperando que alguno de ellos brillara mágicamente y le indicara a dónde ir o le recordara el número de su habitación, obviamente no sucedió nada de eso.

-Creo que esto no fue buena idea ¿verdad Hyunjin? -hablo en voz alta, y volvió a soltar una risita por estar hablando consigo mismo en voz alta-. Chaaaaaannie, ayúdame.

«Hyunjin».

Sus pasos se detuvieron de golpe, volteando hacia todos lados con rapidez, no encontrando a nadie a la vista. Su estómago se encogió y su corazón casi se detuvo, de alguna manera estaba logrando preguntarse con un poco de coherencia si realmente había escuchado a alguien llamando su nombre, ¿o había sido un fantasma? Si pensaba eso quizá no era tan coherente.

A pesar de que no recordaba lo mucho que había bebido estaba seguro que sus oídos todavía funcionaban correctamente, su cerebro nunca le había jugado alguna mala broma haciéndole escuchar cosas extrañas estando ebrio, nunca en los más de cuatro años que habían pasado desde que probó su primera cerveza le había pasado algo similar, ni siquiera cuando tomaba más de lo que su cuerpo podía soportar, aunque era cierto que en aquellas ocasiones no tenía recuerdos claros de lo sucedido. Pero ese no era el punto.

Lentamente giró sobre sus talones para ver el número en letras negras sobre una plaquita ovalada de color dorado encima de la puerta. 143-B. Ese número le sonó en algún rincón de su mente, ¿acaso ese no era el número de la habitación de...?

«Hyun-jin».

Ahí estaban otra vez llamándolo, aunque ésta vez algo fue diferente, cuando se dio cuenta de que definitivamente no era un fantasma quien lo llamaba se quedó igual de estático por la impresión, porque creía que quien estuviera del otro lado de esa puerta parecía estar ocupado en una situación bastante íntima, después de todo no era difícil de imaginar lo que sucedía.

Eso no habría sido un problema ni hubiera despertado su curiosidad en absoluto, no tenía nada de especial, él mismo se había encontrado en esas situaciones del otro lado de una puerta; así que en cualquier otro momento habría pasado de largo. Pero había ocurrido eso que definitivamente había logrado dejarlo estupefacto: ese alguien aún desconocido había mencionado su nombre en un tipo de jadeo específico, en dicha situación hipotética, porque todavía no estaba seguro de nada, lo más probable es que su estado alcoholizado le hiciera confundir las cosas.

Así que se volvía a preguntar lo más seriamente que su confundido y borracho estado actual le permitía: ¿realmente había escuchado bien?

La parte más cuerda de su cerebro no estaba ni siquiera sorprendida por ese hecho, su ego logro elevarse un poco más pues sabía perfectamente que su atractivo era tal que no debería extrañarle tantito que alguien fantaseara con él.

Pero había otra cuestión, la voz jadeante le había parecido sumamente conocida, tenía la impresión de ya haberla escuchado, lo que aumentaba su confusión y curiosidad.

Tal vez si hubiera tomado un poco menos en ese momento estaría lo suficientemente lúcido para reconocerla, pero no estaba ni siquiera seguro de si la situación que imaginaba era la que realmente estaba ocurriendo detrás de esa misteriosa puerta. Quizá y la persona del otro lado no estaba en esa situación íntima y sólo lo llamaba porque lo había escuchado gritar... sería lo más lógico.

Aunque había varias cuestiones si lo pensaba con más cuidado. Cuestiones que se duplicarían hasta hacerle doler la cabeza si seguía ese hilo de pensamientos, y aún más si se quedaba ahí parado esperando que sucediera algo, en su estado eso no era algo que deseaba hacer.

Así que se preguntaba seriamente: ¿debería tocar la puerta, entrar directamente, o seguir su camino como si no hubiera escuchado nada extraño? No deseaba ver algo que no debía o algo que pudiera traumarlo de por vida, tampoco sabía con certeza si encontraría a alguno de los otros chicos si decidía dejar su curiosidad de lado e irse en ese mismo momento; ciertamente ya tenía mucho sueño como para seguir caminando pasillo por pasillo gritando los nombres de sus amigos. Aunque todo lo anterior daba igual al fin y al cabo, si habían mencionado su nombre, en cualquier tipo de situación, era de su incumbencia se viera por donde se viera ¿cierto?

Inconscientemente dio el paso que le faltaba para poder alcanzar la perilla con su mano derecha, mientras rogaba en silencio a cualquier deidad existente que estuviera escuchando que no fuese la persona que se estaba imaginando, pues esa habitación a la que estaba entrando le pertenecía a alguien que conocía bastante bien.

«¿Y cómo es que sí recuerdas ese número de habitación pero no el tuyo?» Se cuestionó a sí mismo mentalmente. No quiso responderse ni en su mente, pero nuevamente le llegó el vago recuerdo de una voz murmurándole el número de habitación de aquel piso, ¿fue el recepcionista?

Afortunada o desafortunadamente para él, el seguro no estaba puesto, así que se adentro con cautela, dando pasos indecisos y echando un rápido vistazo por toda la habitación.

Lo primero que distinguieron sus ojos fue la tenue luz anaranjada, las luces estaban bajas, aunque no lo suficiente para no distinguir perfectamente la escena frente a sus ojos.

Había dos camas allí, la más alejada de la puerta estaba vacía y perfectamente tendida, pero fue la otra la que acaparó toda su atención, pues sobre esta se encontraba una persona.

Estaba semi desnuda, recostada sobre varias mullidas almohadas, tenía puesta únicamente la ropa interior, parecía mantener los ojos cerrados, eso creía porque el brazo izquierdo descansando sobre ellos le impedía ver bien. Lo que sí podía ver demasiado bien era la otra mano, que estaba tocándose con indecisión por sobre la delgada tela, Hyunjin no estaba seguro de porqué creía que eso parecía, aunque no era lo que tenía su total atención, sino la lencería que llevaba puesta: pues era de encaje y de color rosa pálido, también tenía un liguero de arnés, con cintas que rodeaban su delgada cintura y terminaban en la mitad de sus muslos.

De repente fue como si sus zapatos se hubiesen quedado clavados al alfombrado piso, sus ojos se quedaron fijos en lo que hacía aquella persona sobre la cama, y no fue capaz de moverse tantito, articular palabra alguna o apartar la mirada de la evidente situación.

Su mirada seguía el movimiento de los temblorosos dedos ajenos, veía como se deslizaban por la tela y acariciaban el bulto debajo de ella. Entonces subió un poco la vista por el delgado torso, era firme y ligeramente marcado, de una bonita figura curvilínea a decir verdad; luego subió más, hasta detenerse unos segundos en los rosados botoncitos, la hendidura de las clavículas, el cuello y esa llamativa nuez de Adán, finalmente se detuvo en la cara, a lo que era visible de ella al menos: el muchacho mantenía su boca entreabierta, parecía intentar controlar su respiración mientras su labio inferior era capturado suavemente por sus dientes para después dejarlo libre, pasar la lengua sobre ellos y repetir la acción segundos después.

Era una escena muy caliente, lo admitía.

Tragó en seco al caer en cuenta de la dirección que empezaban a tomar sus pensamientos, sabía que no debería estar viendo eso, estaba mal, debía salir y dejar a su compañero en su intimidad antes de que notara su presencia y lo tomara por un degenerado pervertido.

Tardó tanto en decidir si debía salir de inmediato o seguir mirando aunque fuera un poquito más, que sus ojos volvieron a quedar fijos en los movimientos que hacía la mano del muchacho; enfocándose esta vez en sus gestos, notó que parecía disfrutarlo, era evidente. Mordía su labio con más fuerza mientras su cadera parecía empezar a hacer suaves movimientos involuntarios hacia arriba siguiendo el ritmo de su mano, se le escapó un suave jadeo; Hyunjin, que miraba con atención, no pudo evitar morder su propio labio al presenciar aquello.

Interiormente se dio una bofetada, pues no era posible que estuviera viendo a su amigo masturbarse, y lo peor era que le parecía interesante lo que veía. El rubio parecía no haber notado la presencia ajena todavía, definitivamente estaba muy concentrado en lo suyo.

Al escuchar un nuevo jadeo salir desde la garganta del chico cayó en cuenta que ese era el momento exacto en el que debía salir de la habitación antes de que la situación siguiera avanzando. Dio media vuelta dispuesto a salir, pero un gemido más fuerte lo detuvo.

-Jinnie -murmuró aquella voz ronca y baja por la excitación.

El mencionado se detuvo de golpe, sintiendo un escalofrío recorrer todo su cuerpo en un segundo, cerró los ojos con fuerza, sintiendo su corazón latiendo como loco dentro de su pecho, sus manos empezaron a temblar de nerviosismo; obviamente iba a ser descubierto ¿en qué demonios había pensado al quedarse más tiempo del necesario? Hizo una mueca y volteó para disculparse y decir que saldría de ahí lo más rápidamente que sus pies le permitieran.

Pero su sorpresa incrementó al encontrarse con que no había sido descubierto, no solo eso sino que el chico de rubios cabellos aún mantenía los ojos cerrados, pero sus ojos no importaban en absoluto, pues sus dos manos estaban ahora sujetando tentadoramente el borde de la ropa interior, la erección siendo más visible bajo la delgada tela.

En ese segundo sintió que lo borracho se le quitó de repente.

Hyunjin estaba atónito, ¿era real lo que veía? ¿Su amigo se estaba masturbando pensando en él y diciendo su nombre? Pero lo que aún no comprendía de sí mismo era porqué no lo detenía para preguntarle qué demonios significaba eso. Lo peor de todo era que el chico se estaba bajando la ropa interior para dejar al descubierto su hombría.

Y eso no era realmente lo peor, Hyunjin se equivocaba, lo peor era que al mirar hacia abajo, para comprobar lo que intuía, justo ahí mismo a él algo se le estaba poniendo duro. No podía controlar esa parte de su cuerpo, pero que se estuviera calentando por ver a su amigo masturbarse era algo malditamente terrible.

Una parte de él se preguntó porqué debería excitarle ver a un hombre masturbarse si ni siquiera le gustaban los chicos, hasta donde sabía al menos; y la parte más borracha de sí le decía que debía aprovechar la situación y tal vez jugar un poquito con su amigo, que sería divertido ver cómo reaccionaba al verse descubierto.

Sin pensar demasiado en las consecuencias alejó todo pensamiento cuerdo en lo que extendía el brazo y la mano para cerrar la puerta en silencio, poner el seguro que a su amigo se le había pasado por alto, y terminó de dar los pasos restantes que lo mantenían alejado de la cama, se sentó con suavidad en el borde mientras miraba fijamente el miembro erecto al descubierto y acercaba su mano antes que el dueño para capturar el asunto por completo. Vagamente escuchó un gemido de sorpresa como respuesta a su acción, y sonrió triunfante.

El brazo del chico rubio se acercó con rapidez intentando agarrar la mano ajena para quitarla de su sensible miembro mientras los ojos se le abrían de golpe y se sentaba con una expresión de total sorpresa plasmada en su hermoso rostro. Miró fijamente a los ojos de la persona frente a él, sus rostros estaban lo suficientemente cerca el uno del otro, centímetros tan sólo; eso le permitió entender que la expresión en el rostro de Hyunjin no era enojo o algo peor. Aunque eso no le quitó los nervios, porque era precisamente uno de sus amigos el que estaba allí, que lo había visto y escuchado gemir.

Que su cara no tuviera una expresión de la cual preocuparse no quitaba el hecho de que una de sus manos le estuviera agarrando lo que nunca antes le había agarrado. Además de que había sido descubierto precisamente por aquel a quien había mencionado pensando que se encontraba en privado.

-Hy-Hyun -murmuró con sorpresa.

Miró hacia abajo para ver cómo los alargados y fríos dedos ajenos estaban aferrados alrededor de su falo, con su pequeña mano sobre la de su amigo, intentó no descontrolar su respiración mientras volvía a levantar la mirada para cuestionarle aquello. Probablemente si no estuviera tan alcoholizado no sería capaz de verlo directamente a los ojos.

Bueno, a lo mejor no había sido suficiente, pues sentía su cara empezar a calentarse ante la mirada penetrante, y el silencio de su amigo.

-Viniste -susurró-, no creí... yo pensé...

El cerebro del pelirrojo empezó a trabajar con rapidez ante las palabras. ¿A qué se refería el rubio con que había ido?

-Tardaste... m-más de una hora...

-¿Qué? -la confusión aumentando en él le impidió olvidar momentáneamente que su mano sostenía una parte sensible de su amigo, así que cuando apretó ligeramente pudo escuchar un suave gemido, lo que hizo que su atención volviera a él-, ¿Hablas de lo que pasó en el baño? -susurró.

De repente vino a su mente lo ocurrido.

Apenas llegando al evento a Hyunjin se le había acercado una mujer para invitarle un trago, a lo que él aceptó, eso había hecho que sus amigos lo felicitaran, porque era lo más rápido que había conseguido a una chica, y no había tenido que hacer nada por ello.

Él no lo había notado hasta después, pero Felix había estado actuando muy cortante con él, y se la había pasado evitándolo mientras sonreía encantado a las obviamente intenciones coquetas de aquel elegante y atractivo hombre que se le había acercado con la excusa de que se parecía a alguien que conocía. En ese momento Hyunjin no había podido entender por qué aquello le molestó.

Después de eso ambos se habían estado mandando miradas el uno al otro mientras este no lo mirara, así transcurrió toda la noche, mientras coqueteaban con otras personas.

No fue hasta que Hyunjin vio que Felix tenía las intenciones de aceptar bailar con ese hombre, que algo estallo dentro de él e hizo algo al respecto, aquello le molestó tanto que había derramado su bebida en el vestido de la chica sin darse siquiera cuenta, lo que provocó que saliera molesta del Lounge murmurando por lo bajo, probablemente groserías, pero a él no le importó demasiado, pues vio la sonrisa burlona del rubio, y ahí entendió que se habían estado observando.

Hyunjin se acercó hasta su amigo para separarlo del hombre que no dejaba de agarrar su cintura con demasiada posesividad, y lo arrastró hasta los baños sin importarle si sus amigos o alguien más los veía. Fue ahí cuando lo confrontó, y de alguna manera entre peleas y gritos habían terminado besándose desesperadamente hasta casi tener sexo en uno de los cubículos; la situación habría terminado en eso si uno de sus amigos no los hubiera interrumpido. Felix le había susurrado que si se atrevía a seguir aquello lo esperaba en su habitación, y procedió a salir de los sanitarios con rapidez.

«Así que era la voz de Felix la que recordaba diciéndome el número de su habitación».

-¿Estás jugando conmigo ahora por eso? -cuestionó Felix entrecortadamente.

Fue su voz la que hizo que Hyunjin volviera en sí, después de ver aquellas imágenes pasar con rapidez por su mente.

-¿Qué te hace creer que juego? -respondió en voz baja, aceptando en silencio la propuesta hecha en el baño.

-Es que es-tás... -susurró con voz temblorosa, carraspeó un poquito antes de intentar volver a hablar-. Hyunjin, tu mano-

-Sé perfectamente dónde está, Lix -respondió con calma sin apartarle en ningún momento la mirada de encima.

El rubio intentó no morderse el labio, la mano de su amigo no ayudaba en nada a su calentura, o a sus nervios, en cambio los aumentaba, y tampoco le dejaba pensar ni hablar con claridad.

-Hyun-Hyunjin -tragó en seco-, ¿podrías...?

-¿Podría...? -cuestionó cuando Felix no pudo ser capaz de terminar su pregunta, sonrió débilmente-. ¿Seguir en dónde nos quedamos en el baño? ¿Debería quitar mi mano, o empezar a moverla? -murmuró el pelirrojo con un deje de malicia.

Felix tragó en seco nuevamente.

-S-sí, no, quiero decir-

-Pero Yongbokie, parecía que lo estabas haciendo muy bien tú solo.

La tranquilidad con la que decía cada palabra ponía a Felix más y más nervioso cada segundo que pasaba.

-Y-yo no-

-Al menos eso es lo que pude deducir por los soniditos que dejabas salir, ¿o acaso lo malinterpreté?

Los ojos del menor querían apartarse de los ajenos, pero había algo en su mirada que no le permitía hacerlo, aunque se estuviera muriendo de vergüenza; fue por eso que pudo ver un brillo en ellos que no sabía si había estado ahí desde el principio.

-Hyunjin, yo... -trató de explicar.

-Respóndeme algo Lixie, ¿mencionar mi nombre es algo que haces a menudo cuando te tocas? -cuestionó el pelirrojo levantando ligeramente una ceja, apartó los ojos un momento para mirar hacia abajo.

Su mano sujetaba aún la longitud de su rosado miembro, la roja cabeza sobresaliendo del puño, Felix seguía igual de duro, tal vez incluso hasta más por la extraña situación; Hyunjin volvió la vista a sus oscuros ojos con una sonrisilla en sus carnosos labios.

Entonces Felix finalmente pudo apartarle la mirada de encima cuando sintió un suave toque en la punta de su pene, intentó no soltar un jadeo por aquello, pues Hyunjin continuó con esa tarea, Felix sentía el pulgar ajeno haciendo movimientos circulares y lentos; lo que era una tortura. Aunque no estaba seguro de si era algo malo o bueno.

-Porque es Hyunjin, por si no lo recuerdas... ya sabes, lo olvidaste o... te confundiste -siguió murmurando el chico con el mismo tono calmado de voz-, ¿fue ese el caso, Lixie? ¿Te confundiste gimiendo mi nombre, unas qué, 3 veces? Al menos esas fueron las que escuché.

El cuerpo del rubio tembló un poquito ante las repentinas sensaciones, el pulgar rozando la punta constantemente y su mano cerrada en un puño apretando para que Felix no pudiera quitarle la mano, sabiendo que Hyunjin fue consciente de eso no se atrevió a responder de inmediato.

-Y-yo... Hyunjin -susurró-, yo no estaba-

Entonces se vio obligado a callar y apretar los labios en un intento de callar el gemido que casi se le escapa al intentar excusarse.

El movimiento del dedo ajeno le hacía sentir demasiado bien, cosa que estaba demasiado mal, pues se suponía que aquello sería su sucio secreto, y que el chico que lo estaba masturbando jamás tenía que saber lo que salía de sus labios cuando se masturbaba.

Abrumado por el momento intentó una vez más apartar la mano ajena para que detuviera todo tipo de movimientos, y pudiera explicar la vergonzosa situación con palabras claras y no ahogando sus jadeos cada tantos segundos, a pesar de que le gustaba la sensación; pero los dedos del mayor no cedieron, le apretaron un poco más al mismo tiempo que su mano hizo un movimiento rápido hacia abajo para después subir con lentitud, esa simple acción le envió una descarga eléctrica que lo recorrió entero, y le erizo cada vello del cuerpo; se mordió con fuerza el labio involuntariamente esperando que eso le evitara gemir.

No lo entendía, se había masturbado muchísimas veces, y se lo habían hecho también, pero parecía que los dedos del pelirrojo inexplicablemente hacían el trabajo mejor que cualquier otra persona con la que hubiera estado, incluso él mismo, pues le provocaba tanto con tan poco. A lo mejor era precisamente que lo hubieran encontrado en el acto lo que lo tenía tan excitado, además de lo que había ocurrido entre ellos en el baño.

Intentó dejar de pensar en eso y ponerse a ordenar sus pensamientos, aunque fuera uno a uno, para tratar de hablar con al menos un poco de claridad. Si Hyunjin no se detenía en cualquier momento empezaría a gemir de verdad. Ya sentía el ambiente bastante caliente.

-Hyunjin, en serio -rogó apretando los ojos-, ¿podrías-?

-¿Por qué gemías mi nombre, Yongbok? -susurró con la voz ronca y los ojos empezando a dilatársele. Mantuvo la boca entreabierta mientras miraba fijamente la expresión plasmada en la cara del menor, pensando cada vez más que debía acortar la distancia entre ambos, deseaba hacerlo, ¿pero sería una buena idea en serio ir más allá? Aunque ya le estaba agarrando el pene, besarlo otra vez no era menos peligroso.

Una parte de Felix, se preguntó si aquel jueguecito al que se había prestado su amigo realmente le estaba excitando o solo era una burla por lo que había presenciado; se lo preguntaba porque Hyunjin parecía muy a gusto provocándolo, no flaqueaba y en realidad parecía concentrado en lo que hacía, sus movimientos eran decididos y seguros en todo momento.

Al rubio se le cortaron los pensamientos de uno en uno mientras se le iba agitando la respiración conforme los movimientos de la mano de su amigo aumentaban de a poco el ritmo. Sus piernas empezaron a temblar débilmente por todo el esfuerzo que estaba haciendo por calmarse, lo cual no estaba resultando.

-¿Vas a responder alguna de mis preguntas, o solo ahogaras esos gemidos que tanto deseas soltar? -murmuró Hyunjin con voz ronca.

El aliento caliente chocó en su hombro, Hyunjin se había acercado a él lo suficiente para ver más de cerca las expresiones en su rostro cuando sus movimientos se fueron acelerando. Podía ver perfectamente la nuez de Adán subiendo y bajando, y tuvo el impulso de acercarse y depositar allí un beso, pero se contuvo.

-Hy-Hyun-jin... Mmm.

Felix finalmente alejó con lentitud su mano sobre la del contrario para recargar ambas palmas hacia atrás y así evitar dejarse caer sobre las almohadas. Sentía las piernas y los brazos debilitados, estaba tan seducido que en cualquier momento dejaría de pensar razonablemente y le pediría al chico que terminase lo que él mismo había empezado sin querer; aunque eso no debiera suceder.

Había una voz en su cabeza que le decía que debía detener a su amigo a toda costa, antes de que la situación siguiera por aquel camino. Pero también estaba llegando al punto en que estaba dejando de aferrarse a ese pensamiento.

Cuando fue consciente de que ya no podía controlar sus jadeos y que éstos se le escapaban aún cuando se mordía con fuerza y apretaba los labios fue que se rindió completamente, decidió disfrutar del momento, ya que parecía que Hyunjin no se detendría, incluso incremento la velocidad de su mano, y Felix empezó a sentirse en otro plano.

-¿Era esto con lo que fantaseabas, Lix? -le susurró su amigo con una voz muy provocadora, al parecer estaba igual de excitado. Yongbok no pudo responder más que con jadeos graves que incitaban a su compañero a seguir con emoción-. ¿O había otra parte de mi cuerpo sobre tu pene en esa fantasía tuya?

El jadeo de sorpresa a modo de respuesta hizo que Hyunjin se mordiera el labio con deseo. Había escuchado muchos gemidos desde que había iniciado su vida sexual, pero nada comparado con aquellos sonidos graves y varoniles saliendo de la boca del bonito rubio.

Nunca en su vida, antes de ese momento, Hyunjin se había imaginado en una situación similar, disfrutando de la bendita y magnífica escena que sus ojos estaban presenciando: estar masturbando hasta la locura a uno de sus mejores y más cercanos amigos.

-Hyun-jinnie -jadeó el rubio dejando caer su cabeza hacia atrás.

-¿Sí, Yongbokie?

-N-no seré capaz... de aguantar mmm-más... ¿tú de verdad vas... a continuar...? -la pregunta quedó al aire por varios segundos.

En lo que Hyunjin detuvo repentinamente sus movimientos, Felix gruñó de frustración mientras levantaba los ojos para mirar al mayor con la respiración bastante agitada.

-Podría hacerlo, a menos que me digas que me detenga y me vaya ahora mismo.

Pero para ese punto Felix ya no deseaba que se detuviera a pesar de que tan sólo segundos atrás lo hubiera querido. Así que dejando salir un jadeo silencioso tragó en seco.

-Sigue -suplicó con voz ronca.

La mano de Hyunjin volvió entonces a moverse. Y Felix volvió a dejar que su cabeza cayera hacia atrás. Sabía que esa sensación no era nueva pero sí intensa, muy placentera, y ciertamente le estaba encantando más de lo que debería, así que ¿porqué no disfrutarla mientras durara?

Una parte de él aún estaba preguntándose si Hyunjin seguía jugando, si lo que estaba haciendo era algo con lo que después se burlaría o lo humillaría. Aunque sabía que su amigo no era esa clase de persona, pero no todas las personas encontraban a uno de sus amigos tocándose mientras gemía su nombre; encontrarse en una situación similar haría a cualquiera cambiar de opinión ¿o no?

Esos pensamientos se esfumaron con rapidez cuando sintió algo diferente sobre su pene, algo que le hizo soltar una maldición incontenible y poner los ojos en blanco. Había algo suave y húmedo moviéndose en círculos sobre la punta, fue rodeada y succionada ligeramente por unos esponjosos labios, después la lengua recorrió de arriba abajo la longitud de su erección; pero Felix no se atrevió en ningún momento a abrir los ojos y comprobar lo que era, no era difícil de imaginar de cualquier forma, pues las sensaciones que aquel placer le provocaba en el cuerpo le hacían sentir que con cada movimiento se acercaba más al paraíso.

Era curioso pensar que el paraíso se encontraba en la boca de Hyunjin.

Sus temblorosos brazos finalmente cedieron, Felix se dejó caer en la cama mientras se mordía los labios e intentaba no jadear con tanta fuerza, hacia un momento que había apartado la opción de controlar sus gemidos, porque esas acciones y en especial los movimientos de la boca de Hyunjin habían hecho aquello imposible. Cuando sintió que toda su erección era envuelta en un calor húmedo y exquisito no pudo evitar apretar la almohada con fuerza y respirar agitadamente con los labios entreabiertos.

Felix no sabía si los movimientos que hacía Hyunjin eran improvisados o era algo que sabía hacer por alguna experiencia vivida, daba igual de cualquier forma, pues definitivamente lo que hacía con su lengua se sentía bastante bien, también le encantaban los sonidos graves que el chico dejaba salir desde su garganta, esos que le indicaban que también estaba disfrutando lo que hacía con tanta dedicación, al menos eso esperaba.

Sus caderas se impulsaron involuntariamente hacia arriba ayudándose de sus inclinadas piernas, sintió un cosquilleo en el vientre bajo al mismo tiempo que escuchaba a Hyunjin toser debido a la sorpresiva estocada en su garganta.

-Lo siento -susurró mientras abría los ojos y se recargaba en sus codos para mirar al pelirrojo con preocupación-, no quería ahogarte, ¿estás bien?

Felix intentó cerrar las piernas en un intento de apartar al pelirrojo de donde estaba antes de que acabara su labor, pero lo único que consiguió fue que Hyunjin se reacomodara en una posición más cómoda para él en la cama; miró un poco sorprendido cómo con los dedos un poco temblorosos intentó quitarle la lencería, desabrochó las cintas de sus piernas y deslizó lentamente por su piel la tela de encaje, sin apartar ni un segundo la mirada, volvió a abrocharlas para después tirar de las cintas de cuero que rodeaban su cintura. Pasó las manos por debajo de sus rodillas y se las abrió para acomodarse entre ellas, se recargó sobre sus codos y pasó ambos brazos por debajo, rodeando sus carnosos muslos para asegurarse de que sus piernas se quedaran abiertas mientras el estuviera allí.

Felix miró todo aquello con sorpresa, no podía creerlo, Hyunjin estaba mirando su palpitante erección con los ojos dilatados y mordiéndose el labio, estaba dispuesto a seguir con el trabajo, aparentemente con más ganas. El pelirrojo levantó la mirada a sus ojos y le sonrió con malicia antes de acercarse, lamiendo y chupando la rojiza cabeza de la que salía líquido pre seminal.

-Hyun.

Ni siquiera pudo decir nada más porque el pelirrojo estaba volviendo a introducirse todo el falo en su boca. Esta vez Felix no pudo apartar la mirada de los intensos ojos que lo miraban con deseo.

Y cuando sus caderas volvieron a impulsarse hacia arriba Hyunjin dejó que Yongbok le follara la boca al ritmo suave en el que se movían involuntariamente.

-Jinnie, ¿estás bien? -dejó de moverse para asegurarse que su amigo estuviera de acuerdo.

-Está bien, sigue -le susurró.

El rubio se mordió el labio mientras sus manos inevitablemente se dirigieron a la cabeza del pelirrojo, y enterró sus dedos en el lacio y suave cabello para ayudarle a moverse al ritmo de sus caderas. Felix intentó no ser demasiado brusco, pues no quería incomodar ni lastimar al chico. Pero a Hyunjin parecía encantarle.

Cuando sus jadeos empezaron a ser incontrolables fue que cerró los ojos y dejó que Hyunjin siguiera sin su ayuda, sentía un cosquilleo en su vientre bajo cada vez más intenso con cada movimiento de la boca ajena sobre su virilidad.

-Jinnie, ya no aguanto -le advirtió, dándole toquecitos en el hombro para que se detuviera y se alejara.

Pero sus palabras sólo hicieron que Hyunjin incrementara sus movimientos, al igual que los sonidos que salían de su garganta por lo profundo que entraba la erección, al parecer quería que acabara en su boca, y Felix no podía reprimir sus jadeos por el buen sexo oral que estaba recibiendo. Sintió su vientre tensándose mientras cerraba y apretaba las piernas, su orgasmo estaba cerca, nuevamente intentó apartar a Hyunjin, pero el chico estaba aferrado a sus muslos.

Sus manos se cerraron en puños sosteniendo con fuerza las sábanas cuando finalmente se corrió, dejó salir un último gemido, sorpresivamente agudo y sonoro. De repente se tapó la boca mientras se mordía el labio inferior con fuerza; no olvidaba que algunos de sus compañeros probablemente se encontraban en habitaciones cercanas, y que lo encontraran con las piernas temblando de esa maneras, y la boca de uno de sus mejores amigos y compañeros de banda sobre su pene, no era algo que estaba en sus planes que vieran.

Los ojos de Yongbok finalmente dejaron de ver borroso y se abrieron cuando dejó de sentir el cálido aliento cerca de alguna parte de su cuerpo, soltó la almohada que sus manos habían estado apretando con tanta fuerza y se recargó sobre los codos una vez más, con la boca entreabierta y la respiración todavía agitada. Sus ojos miraron con sorpresa los movimientos de su amigo: Hyunjin estaba levantándose de la cama, pero no se estaba alejando de ella para salir de la habitación o algo parecido, sólo se levantó para desabotonar y bajar el cierre de sus pantalones, donde era visible su gran bulto, y probablemente quitárselos para aventarlos a cualquier lugar de la habitación.

-Hyunjin -murmuró para llamar su atención.

El chico se detuvo antes de bajarse por completo la ropa y miró directamente a los ojos de Felix con una interrogante.

Felix podía ver que no vacilaba, que estaba dispuesto a ir más lejos y que lo que acababa de hacerle él también lo había disfrutado; no parecía que lo que estaba haciendo fuese a fuerzas, o algo que tenía que hacer por obligación, compromiso, o incluso pena.

Darse cuenta de eso le hizo sentir una punzada de pánico directo en el pecho. Así que antes de hablar se aclaró la garganta mientras regulaba su respiración.

-Jinnie, ¿en realidad vas... a...? -intentó preguntar, pero no pudo terminar su oración. Los nervios le habían ganado impidiéndole seguir.

Hyunjin se mordió ligeramente el labio, pero la situación en la que se encontraban parecía no hacerlo sentir incómodo.

-¿Si voy a...? -murmuró con lentitud.

Felix se miró mientras analizaba la situación: estaba completamente desnudo, la mitad de su cuerpo siendo adornado con un liguero del que Hyunjin no podía apartar los ojos, con su miembro flácido al descubierto debido a su reciente orgasmo, mismo que le había provocado el pelirrojo. El chico se había quitado la camiseta en algún momento, y hacía tan sólo segundos parecía estar dispuesto a quitarse todo lo demás para dejarse llevar por el placer y la excitación del momento. De repente se dio cuenta de que la mano derecha del pelirrojo estaba cerrada en un puño, y dentro de este se encontraba la única prenda que lo había estado cubriendo, y que Hyunjin le había quitado, ¿por qué la tenía en la mano? ¿Acaso no la había aventado?

¿En verdad se encontraban exactamente en esa situación?

Cuando Felix se había dirigido a su habitación de hotel para darse un baño antes de acostarse en la cama y esperar a Hyunjin, se había dado cuenta poco a poco que en realidad no iría, después de estar más de una hora esperando por su amigo con algo de decepción y alivio, a partes iguales; pues con el pasar de los minutos nadie fue a tocar su puerta. Rogó en silencio esperando que su extraño encuentro en el baño fuera un recuerdo borroso en la mente del pelirrojo debido a lo humillado que se sentía por haber sido rechazado. Así que cuando decidió jugar un poquito antes de dormirse no fue con la intención de terminar allí con él haciéndole cosas con las que solo serían reales en sus sueños más locos, secretos y eróticos, pues ya se había resignado. Y no porque no quisiera en realidad, sino porque creía que eso era algo que nunca podría ni debía pasar en la vida real, que no podía haber alguna posibilidad de ello porque no era correcto por diversas razones. La única razón por la que lo había invitado a su habitación había sido por un arranque de imprudencia y celos debido a lo que había ocurrido entre ellos a lo largo de la noche.

Mas allí estaba Hwang Hyunjin, parado frente a sus piernas abiertas. En su labio inferior se podía ver incluso un rastro del líquido blanquecino, porque no se había apartado y él había terminado inevitablemente en su boca, pero ¿él realmente se lo había tragado? ¿Se había tragado su semen?

En los segundos que Felix se quedó pensando en todo aquello Hyunjin simplemente esperó con paciencia a que volviera a hablar.

-¿En verdad estás dispuesto...? -murmuró el rubio-. Quiero decir, es que estás-estamos ebrios, y no creo que lo que acaba de pasar sea algo qu-

-No lo estoy lo suficiente, Lixie -respondió el pelirrojo con una sonrisa-, ebrio, quiero decir, estoy casi en mis cinco o seis sentidos, un poco más alocado de lo normal pero aún sé lo que hago, ¿y tú? ¿Por qué me detuviste? ¿Algo te molesta? Además ¿no fuiste tú mismo el que me retó a venir?

Felix frunció el ceño, creyendo que era obvia la respuesta.

-¿Molestarme? Aún me siento un poco extraño con lo que pasó, fue una estupidez pedirte que vinieras, ahora que lo pienso... además tardaste más de una hora, supuse que tú también te retractaste, y fue un claro rechazo; así que fue como un alivio porque no estaba seguro de querer seguir con lo que iniciamos.

Hyunjin asintió suavemente con la cabeza, no parecía molesto por sus palabras.

-Si tardé tanto fue porque me quedé hablando un rato con Jeongin porque creo que se dio cuenta de lo que casi pasa, y traté de despistarlo un poquito; luego fuimos a bailar hasta que él se me perdió, y yo seguí tomando, pensando en lo que pasó, y no sé... creo que sentí pánico, empecé a sobre pensar las cosas y me empecé a poner muy nervioso, así que fui a bailar para tranquilizarme y olvidar un ratito todo lo que ocurrió, y bueno, terminé vomitando; entonces decidí subir. No estoy seguro de si fue una coincidencia, pero resulta que perdí mi llave de acceso, mi celular y, bueno, terminé aquí de alguna manera, no sé... en realidad fue un poco curioso.

Felix soltó un suspiro antes de continuar.

-Jinnie, umm, necesito preguntarte, ¿tú sientes algo por mí? Independientemente de lo que pasó.

El mayor se mordió ligeramente el labio mientras parecía pensar en su respuesta. Felix lo miraba fija y atentamente.

-Por supuesto que siento algo por ti, eres una de las personas más importantes en mi vida, primero que nada eres uno de mis amigos más cercanos, te aprecio, te quiero... y mucho, Lixie. Si te soy sincero, creo que el amor que siento por ti es tan fuerte y profundo que intentar ponerlo en palabras no describiría lo mucho que me haces sentir, ¿sabes? -murmuró con seriedad-, aunque ¿supongo que te refieres a esa otra cosa?

-No, sí, no... bueno. Quiero decir, sí, pero no exactamente a si te gusto o algo así, no porque me gustes, como creo que no.

-¿Crees que no? -soltó una risilla, pero no parecía en forma de burla-, te estabas masturbando pensando en mí después de que estuvimos besándonos por bastante tiempo, ¿pero no te gusto? ¿Cómo es eso Yongbokie? -parecía curioso.

El rubio soltó un largo suspiro, sintiendo sus mejillas arder, se acomodó para sentarse, notó que el pelirrojo hizo lo mismo frente a él mientras le daba una rápida mirada a su desnudez. A Felix no le importaba estar expuesto, ni tuvo el impulso de cubrirse con la sábana pues Hyunjin le acababa de hacer tener un intenso orgasmo sólo chupándole el pene, la vergüenza ya se había ido a aquellas alturas.

-Es que no sé, Jinnie, hace algunas semanas ocurrió algo que creo que cambió un poco mi forma de verte.

La sorpresa en el rostro de Hyunjin hizo que soltara una suave risita.

-¿A qué te refieres? ¿Acaso yo... hice-hice algo malo? ¿Te hice algo?

-No, no, no, nada de eso, déjame terminar, ¿sí? Las últimas cinco semanas estuvimos trabajando muy duro, estuvimos muy exhaustos, yo sé que todos nos sentimos más o menos igual; pero yo estaba muy estresado, y si a eso le sumamos la frustración sexual... -dejó salir un suave gruñido-. Digamos que, debido a eso empecé a tener sueños húmedos, es normal tenerlos, ya lo sé, no es la primera vez que los tengo, peeeeero, hubo un sueño en específico que tuve hace exactamente dos semanas, y fue algo que me dejó muy confundido; desde entonces he... quiero decir, no me he tocado pensando en ti desde entonces, quería decir otra cosa, y-yo no...

-¿Qué fue lo que soñaste? -interrumpió el pelirrojo al ver que el menor empezaba a balbucear y ponerse nervioso.

-¿No es obvio? Soñé contigo, y sí, estábamos teniendo sexo, no es que fuera mi primer sueño de ese tipo -murmuró, Hyunjin levantó una ceja, expresando una ligera diversión-, específicamente sexual quiero decir, no sexual específicamente contigo -aclaró, a lo que su amigo soltó una risilla divertida por lo nervioso que parecía estar Felix-; como sea, jamás había soñado algo así con un amigo tan cercano, te imaginarás que es extraño.

-Umm, en realidad no, creo que es algo muy normal.

Felix soltó una suave risita nerviosa por el comentario, pensando que a lo mejor Hyunjin solo intentaba bromear un poquito para aligerar la palpable tensión.

-No estoy seguro de eso, pero en fin, me sentí diferente después, ¿no notaste algo raro en mí los últimos días?

El chico pelirrojo pareció pensarlo antes de responder.

-Lo hice, pero no estaba seguro de... pues estar seguro, ¿se entiende?

Yongbok se encogió de hombros mientras asentía.

-Fue extraño soñarte de esa manera, porque nunca me había puesto a pensar en tus atractivos, no de forma erótica al menos, así que me sentía muy avergonzado. Ni siquiera podía mirarte directamente sin recordar como lucías en ese estúpido y detallado sueño; y créeme, fue bastante detallado, como cuando tienes sexo de verdad y sientes todas esas sensaciones, ya sabes. Pareció muy real, se sintió real, fue... intenso.

-Entiendo.

-Mira, estoy muy consciente de que fue sólo un sueño, pero te juro que sentí que realmente lo estaba disfrutando, fue como si estuviera acostumbrado a hacerlo, todo fue muy automático entre los dos, pienso que nosotros, los del sueño, no era la primera vez que lo hacían ¿sabes? -murmuró con la vista perdida, pareciendo recordarlo-. Y creo... que sólo es como un tipo de fantasía, ya no sé.

-¿Una fantasía?

-Quiero decir, umm, es que tengo esa curiosidad. Nunca me he considerado completamente hetero, tampoco sé si podría ser bi, no porque me de asco ni nada de eso, sino porque hasta ahora no me ha gustado un chico realmente, puede que varios me hayan parecido atractivos, pero eso es normal, creo que saber apreciar la belleza no tiene nada que ver con la orientación sexual.

-Por supuesto.

-Aunque, umm, hablando específicamente de ti, no creo que me gustes, me pareces-eres, en realidad, eres muy guapo y sexy, eso puede verlo cualquiera. De hecho no hace mucho que me fijé con mas detenimiento en algunos detalles, tienes facciones demasiado atractivas diría yo, tus labios por ejemplo, tus ojos también, sin hablar de tu mirada que a veces puede ser muy intensa, que créeme, hace que cualquiera que te vea sienta las piernas como si fueran gelatina... de hecho todo de ti es muy atrayente, y personalmente hablando creo que tus manos son hermosas, dignas de un artista por supuesto, y eso sin contar tus brazos, tienes lindos brazos, son delgados pero aún así se marcan y pueden llegar a ser tan fuertes que... -se detuvo en seco al darse cuenta del significado de todos esas palabras, mientras se mordía el labio con fuerza y desviaba la mirada.

Hyunjin sonrió con malicia y orgullo mientras lo miraba fijamente e imitaba su acción de morderse el labio.

-¿Así que mis labios atrayentes, mis hermosas manos y fuertes brazos fueron algo fundamental en ese excitante sueño tuyo? -preguntó levantando una ceja.

Lee Yongbok casi se sonrojó.

-No te burles -gruñó dándole un manotazo en el pecho, a lo que Hyunjin solo rio-. Bueno, pero ya que estamos, en realidad sí. Te dije que ese sueño fue muy detallado, y fue como vernos en tercera persona. Podía ver claramente cómo me sostenías las caderas de una manera tan posesiva... ay, no sé, pero me encantó. Fantaseé mucho con eso, me preguntaba cómo sería realmente, porque tienes manos grandes y además cuando haces fuerza a veces se marcan las venas y-y, te ves tan atractivo, varonil y dominante que- ¡Dios, escúchame! Estoy completamente loco -se llevó las manos a la cara para cubrirse. La vergüenza lo golpeó con fuerza.

Hyunjin lo había escuchado atentamente, pero la confesión de su amigo no le hizo sentir extraño en absoluto. Él no se había soñado teniendo sexo con Felix, pero claro que había notado la bonita figura que tenía su cuerpo, era masculina por supuesto, pero algo que siempre le había llamado la atención de una forma tan poco normal era lo delgado que era su torso, su pequeña cintura y la manera en la que se iba ensanchando de a poco cuando bajaba la mirada por sus preciosas curvas de chico hasta esos redondos glúteos y sus carnosos muslos. No era normal que esa parte de su cuerpo llamara su atención como pidiéndolo a gritos. Tampoco negaría que de vez en cuando le echaba una mirada al caminar o bailar, pues los pantalones que usaba le quedaban tan jodidamente bien. Algunas veces había tenido el extraño deseo de ir hasta él y arrancárselos con los dientes, pero esa idea se esfumaba tan rápido como aparecía por lo curioso y extraño que lo hacía sentir.

Esa era su debilidad, aunque jamás lo había admitido en voz alta, tal vez tampoco a sí mismo, si era sincero.

-Yongbokie, no tienes que avergonzarte en absoluto -le murmuró con voz calmada y suave, lo que hizo que el chico se descubriera de a poco para mirarlo.

-Prácticamente te acabo de decir que quiero que me domines mientras tenemos sexo rudo y caliente sin parar ¿y dices que está bien?

Hyunjin se encogió de hombros mientras sentía la sangre bombeando directamente a su entrepierna.

-No hay nada de malo con los deseos o fantasías sexuales, todo el mundo los tiene, además el cuerpo humano es hermoso -murmuró admirado el escultural cuerpo frente a él-, y mentiría si no te dijera que si fueras una chica habría intentado acostarme contigo hace mucho tiempo porque creo que tienes una figura preciosísima -admitió-. Yo sí lo he notado, ¿sabes? Tu atractivo, varias veces me encontré frente a un lienzo en blanco pensando en pintarte. Pensando en cómo tu cintura me enloquece como no tienes idea, y como al parecer yo, antes de hoy y después de mirarte tal cual eres, tampoco tenía idea. Tus piernas son... dios, deberían ser un pecado, porque justo ahora sólo provocas que quiera estar entre ellas y tenerlas alrededor de mi cuello, asfixiándome, sería feliz de morir ahí.

Felix abrió la boca con sorpresa y ésta vez fue Hyunjin el que casi se sonrojó por haberse confesado tan descaradamente.

-Hyunjin, no sabía que pensabas eso -murmuró con un tono de voz suave.

Y Hyunjin pudo ver algo diferente en su mirada, algo intenso que también le transmitió.

-Supongo que admitir eso da a entender que de alguna u otra manera me atraes -murmuró el pelirrojo, pensar en eso le hizo sentir ligeramente confundido-. En realidad era algo que me daba miedo de admitirme a mí mismo, jamás lo dije en voz alta. Nunca lo pensé tan claramente como ahora.

-¿Significará lo mismo lo que dije de tus manos sobre mi cintura? -se cuestionó Felix con el mismo pensamiento.

Se quedaron en silencio por varios segundos, asimilando sus propias palabras, ninguno se atrevió a mirar al otro mientras lo hacían.

Finalmente el mayor de ambos se aclaró la garganta, lo que llamó la atención del menor.

-Creo que la pregunta ahora es si quieres quitarte de una vez por todas esa duda.

El menor abrió la boca con sorpresa ante la sugerencia.

-Quiero decir, cuando entré y te vi haciendo lo que hacías no me sentí tan desconcertado como supongo que otra persona debió haber reaccionado. Otra persona te habría detenido, a lo mejor hubiera pedido alguna explicación o se hubiera salido del cuarto ignorando lo que vio; pero yo no tuve ganas de hacer ninguna de esas, sí lo pensé por supuesto, pero no quise hacerlo.

-Hyun.

-Además, lo que ha pasado esta noche, nunca antes nos había pasado, ¿cierto? ¿Acaso no te pusiste celoso de esa chica cuando me viste con ella? ¿No intentaste ponerme celoso también con el tipo ese con el que estabas?

Felix se mordió el labio intentando reprimir una sonrisita.

-Sí, lo hice. Creo que hoy estuve más alocado por el alcohol, quería ver si lograba ponerte celoso, noté que me mirabas aún estando con ella, y no sé, me gustó jugar un poco contigo de esa manera, realmente no creí que te enojarías tanto, sólo quería ver cómo lucías en mi sueño. Terminar en el baño así fue...

-En realidad me gustó -lo interrumpió Hyunjin, acercándose peligrosamente-. Nunca te había visto coquetear con otra persona ajena a nosotros, normalmente en broma, así que verte tan dispuesto y encantado con alguien más me enloqueció.

-Pero todavía no entiendo porqué tú actuaste así, el que tuvo el sueño fui yo. ¿Acaso tú...?

-No sé, todo contigo es diferente, creo que no quería admitir que me siento atraído por ti. Hoy, pensando en todo lo que pasó, lo entendí. Creo que tenemos esa química que algunos amigos tienen, y que en ocasiones puede dar paso a algo más allá de una amistad, ya sabes, igual que Jisung y Minho, y no es para espantarse ni nada de eso.

-La tienen, ¿no es así? También lo has notado -susurró-. Entonces, mm, ¿tú crees que esto que tenemos o sentimos sea solo química?

-¿Lo crees tú, Lix? Incluso antes de que tuvieras ese sueño ya éramos muy demostrativos y afectivos el uno al otro, sin la tensión sexual y todo eso, al menos hasta hace unos meses. Creo que inconscientemente ambos nos fuimos fijando en el otro.

-Bueno, sí... ¿crees que eso haya influido de alguna manera?

Hyunjin sonrió con calma mientras agachaba la cabeza, el gesto hizo que sus cabellos se agitaran, y Felix pensó que eso lo hacía ver hermoso.

-La verdad no, creo que sólo fue un sueño más, pero el hecho de que te picara tanto la curiosidad, y que a mí me excitara encontrarte así ¿no te hace preguntarte cosas?

-Demasiadas en realidad -respondió con sinceridad-. Hyunjin, ¿por qué no me detuviste?

El pelirrojo sonrió débilmente y levantó los hombros mientras pensaba. Sus dedos querían ir y acariciar esos muslos que estaban tan cerca de su mano.

-Ya te lo dije, no tuve realmente las ganas de hacerlo, no quise... no lo sé, eso es lo raro. De hecho me pareció muy excitante verte de esa manera. Además de la lencería, eso me prende muchísimo, lo digo en serio, el haberte escuchado gemir mi nombre de esa manera me impulsó a tocarte -se mordió el labio-, y escucharte jadear tan grave, ¡Uff! Es que todavía estoy caliente.

Yongbok sonrió mientras miraba hacia abajo y apretaba las piernas, la mano de Hyunjin estaba rozando su tobillo.

-Lo sé, creo que me volví a poner duro -murmuró sin vergüenza-, el oral que me hiciste fue glorioso.

Hyunjin mordió con más fuerza su labio, sus ojos se quedaron fijos en la desnudez de su amigo, sentía las ganas de volver a acercarse ahí y juguetear con su lengua y boca sobre ese bonito pedazo de carne. Su mano fue subiendo por una de las piernas, hasta detenerse debajo de la rodilla. Levantó la mirada hasta los ojos oscuros del rubio, el cual seguía todos sus movimientos y lo miraba con la misma intensidad, empezaba a agitarse su respiración.

-Te vuelvo a preguntar, Lixie -susurró.

El chico tragó en seco mientras murmuraba suavemente un 'mhm'.

-¿Quieres que sigamos? Porque sigo teniendo ganas, y... ya sé que está el hecho de que estamos en el mismo grupo, y nos conocemos de años, pero...

-¿Pero? -lo interrumpió-, no te negaré que siento muchísima curiosidad, como ya dije, y muchas ganas también. Pero ¿si seguimos y después es incómodo vernos y hablarnos? Después de hacerlo no hay vuelta atrás, ya dimos un paso adelante, y no volveremos a vernos de la misma manera, es muy probable que nuestra amistad cambie por lo que acaba de pasar, para bien o para mal, ¿estás dispuesto a arriesgar todo eso por una posible calentura?

Hyunjin permaneció en silencio por varios segundos, con la cabeza gacha y los ojos fijos en esas sencillas pero muy llamativas cintas rodeando las curvas de su amigo, en la cintura y en los muslos. Apretó el puño, el que todavía sostenía las rositas bragas de encaje del rubio, y finalmente lo miró a los ojos, y lo que vio en ellos fue decisión.

-¿Y tú, Yongbok, lo estás? Porque la pregunta es para ambos, no solo para mí, ¿verdad?

Felix se encogió de hombros.

-¿O quieres que responda primero y en base a eso vas a decidir lo que dirás?

El rubio no respondió en seguida, en cambio tragó en seco, pero como ambos tenían la mirada fija en el otro supieron la respuesta sin siquiera decirla en voz alta.

Con medio segundo de diferencia ambos se vieron actuando por un impulso, se inclinaron hacia el frente hasta que sus bocas se encontraron y sus labios empezaron a moverse con desespero. Las manos de Felix fueron a sostener del rostro a Hyunjin, mientras que las manos de este se le aferraron a la cintura, entrelazando sus dedos con la cinta.

Sus lenguas se encontraron, fieras, enredándose, ambos dejando salir suaves jadeos desde la garganta.

Felix se enderezó, dejándose caer suavemente hacia atrás sin dejar de acariciar en ningún momento las mejillas del pelirrojo, y se acomodó de tal manera que su erección rozó la de su amante por sobre la única tela que las separaba.

El cuerpo del mayor empezó a moverse involuntariamente de adelante hacia atrás, haciendo constante fricción y causándoles sensaciones placenteras. Las únicas ocasiones en las que separaban sus bocas además de para respirar eran para dejar salir los jadeos.

-La verdad, a estas alturas, no me importa lo que pase después -susurró Felix entre suspiros-, mientras exista este momento para recordar.

Hyunjin sonrió mientras se separaba de mala gana, llevó sus manos a su cintura y deslizó la ropa restante que aún lo cubría por sus piernas sin apartarle la mirada de encima al rubio.

Al verlo completamente desnudo, Felix no pudo evitar morderse el labio, el pene de Hyunjin estaba erecto, y a simple vista era grueso y de buen tamaño, imaginarse con eso dentro suyo le hizo sentirse demasiado excitado, tanto como nunca se había sentido estando con alguna chica.

-Con eso me vas a partir en dos -murmuró el menor levantándose para atraerlo del cuello.

Hyunjin sonrió en medio del beso, mientras con la mano izquierda dirigía su mano hacia abajo para acercar ambas erecciones y masajearlas juntas. Felix soltó un gemido que le hizo separarse de la boca del pelirrojo y llevar su otra mano a los hombros del chico y aferrarse ahí.

La mano de Hyunjin era lo suficientemente grande para sostener ambas erecciones y rozar constantemente una con otra. Aunque no hacia el trabajo solo, pues sus caderas se movían involuntariamente al ritmo. La velocidad aumentaba al igual que la intensidad de los jadeos de ambas bocas.

-Aún estoy sensible, n-no me hagas terminar tan rápido, Hyun -murmuró Felix intentando controlar su temblorosa voz.

-De acuerdo, pero de una vez te digo que pienso disfrutarte todo lo que pueda esta noche, en caso de que no se vuelva a repetir -disminuyó los movimientos de a poco antes de dejar un suave y corto beso en los labios del otro-, ¿te recuestas de frente o quieres voltearte?

-Boca abajo, ¿es más fácil, no?

-Depende de ti Lixie, supongo que sabes cómo es entre hombres, ¿no? Entonces, esta parte no le va a gustar tanto a cierta parte de tu cuerpo durante un ratito, así que si te sientes incómodo o algo te molesta no dudes en decírmelo de inmediato, ¿sí? No quiero lastimarte de ninguna manera.

El rubio se mordió el labio mientras sonreía y apartaba la mirada, sus mejillas empezaron a calentarse un poco.

-Bien, confío en ti.

Hyunjin sonrió ante la imagen tierna del muchacho mientras se incorporaba.

-¿Tienes lubricante?

-En mi maleta.

El pelirrojo fue a buscar lo necesario mientras era observado por el menor. Cuando encontró lo que buscaba y miró hacia la cama se deleitó con la imagen que tenía ante sus ojos. Felix estaba acomodándose boca abajo, aquella pose hacia que las curvas del chico resaltaran lo que tenían que resaltar. Una punzada en su pene le hizo saber que su querido y muy sexy amigo le atraía más de lo que suponía, mucho más.

Se quedó tanto tiempo parado ahí observando a Felix, que el chico lo miró con confusión.

-¿Pasa algo, Hyunnie? -preguntó con timidez, imaginando que a lo mejor Hyunjin había pensado mejor las cosas y se estaba retractado.

Pero las palabras que salieron de la boca del mayor le hicieron sentir seguridad otra vez, y un poco de vergüenza, que trató de disimular.

-¿Sueles traer lencería contigo cuando viajas? -cuestionó alzando una ceja, abriendo el puño y mirando de cerca la bonita y diminuta ropa de encaje; Felix levantó un poquito los hombros sin responder directamente-. ¿Lo traes por si acaso tienes suerte, o pensabas usarlo con alguien en particular, mmm?

El silencio y la mirada penetrante de Felix junto con sus dientes capturando su labio inferior fueron los que respondieron por él.

-No te sientas especial, egocéntrico, ¿no pensaste que a lo mejor la uso porque me gusta? La compré desde mucho antes de que me sintiera confundido contigo, además, me veo increíble usándola, ¿por qué no la llevaría todo el tiempo bajo la ropa?

Hyunjin tragó en seco, apretó ligeramente los labios y asintió con lentitud mientras regresaba a la cama sin despegar en ningún momento la mirada de ese cuerpo perfecto y su lechosa piel que parecía llamarlo para que pusiera sus manos en todas partes.

La iluminación tal vez era tenue pero le dejaba ver más que suficiente, sus ojos recorrieron desde la bonita cara de Felix, y sus rasgos dulces y finos que eran decorados por lindas pequitas que parecían haber sido salpicadas ahí con ayuda de los dedos del mejor artista y un suave pincel; sus ojos bajaron por los delgados hombros y brazos, la espalda marcada, la pequeña cintura, la curvatura de los redondos glúteos, y los delgados pero de alguna manera carnosos muslos. Imaginarse con tremendas piernas alrededor de su cintura hizo que el pene de Hyunjin volviera a palpitar, aunque ya los había tenido alrededor de su cuello. Definitivamente el cuerpo de Felix debería ser considerado el mismo paraíso, o un pecado en todo caso, gracias a los deseos que tenía sobre él.

-Ponte una almohada debajo del estómago -le indicó al menor para que su trasero estuviera elevado y le fuera más fácil abrir las piernas en su posición.

Su erección palpitó una vez más con emoción al ver al chico obedecer de inmediato sin quejarse o cuestionar, aquella posición tan solo resaltaba los benditos atributos que Lee Felix poseía.

Hyunjin se sintió un poco confundido en su estado, pues no tenía idea de que uno de sus mejores amigos pudiera excitarlo tanto al punto en el que dejaba de pensar en racionalidades.

Antes de abrir el lubricante se inclinó para dejar un camino de besos por la marcada espalda, al primer contacto Felix dejó salir un suspiro, sintiendo los cálidos labios rozando su ardiente piel. Por otro lado las manos del mayor acariciaban su cintura, recorriendo la piel con suavidad, en el momento en el que sus manos llegaron a los muslos sus dedos acariciaron el interior mientras dejaba besos y succionaba de vez en cuando para dejar una marca rojiza, que hacían a Felix jadear; Hyunjin prosiguió entonces a recorrer sus glúteos y sostenerle uno con cada mano, lentamente acercó su boca mientras los separaba, y su cálido aliento chocó en la rosada entrada.

Felix contuvo el aliento cuando sintió algo húmedo recorrer una zona suya demasiado sensible, la lengua de Hyunjin estaba lamiéndole ahí; aquello fue algo que definitivamente no esperó, pues creía que Hyunjin sólo usaría sus dedos, por eso un grito de sorpresa se escapó de su boca y sus manos apretaron la sabana mientras sus ojos se ponían en blanco casi inmediatamente después de sentir la húmeda lengua recorrer directamente sobre su entrada.

-Hy-Hyunjin, ¿qué...? -intentó preguntar.

-Shh, tú solo disfruta. Esto te gustará.

La lengua se movía por todos lados, humedeciendo la suave piel para hacer más fácil la penetración, Hyunjin continuó con su trabajo con ganas al ver las caderas de Felix moverse involuntariamente junto con el movimiento de su lengua mientras intentaba acallar sus jadeos contra la sabana; entonces su húmedo músculo hizo presión y la punta de su lengua entró con más facilidad de la que esperaba. El grito agudo del menor le hizo sonreír y continuó presionando mientras abría más la boca para ir más profundo, no le importó el dolor que empezaba a sentir en su mandíbula.

-¡Maldita sea, Hyunjin!

La lengua que entraba y salía constantemente de su enrojecida zona hacía a Felix jadear con desespero, tanto que Hyunjin adoró ser la razón de ello. Cuando sintió que la entrada ya estaba lo suficientemente húmeda agarró el lubricante con una mano y abrió la botella para esparcir el frío liquido en sus dedos, alejó su boca sin poder seguir más, pues su mandíbula ya dolía demasiado, aunque le hubiera gustado seguir; antes de que Felix pudiera quejarse por el vacío en su interior, su entrada fue llenada casi instantáneamente por dos delgados y largos dedos, que se deslizaron con facilidad y llegaron un poco más allá que su lengua.

Félix volvió a soltar un gemido agudo, más por la diferencia de temperatura entre la cálida lengua de Hyunjin y sus largos y fríos dedos; inconscientemente sus caderas empezaron a moverse buscando más profundidad, no le importó el incómodo ardor que se extendía dentro suyo por tener algo que lo estuviera abriendo y estirando. Hyunjin se mordió el labio con fuerza al ver a su amigo deshacerse en tal placer, apretando los puños con tanta fuerza que sus dedos ya estaban blancos, al mismo tiempo que mordía la suave tela en la que estaba recostado para evitar acallar un poco los sonoros sonidos que salían desde el fondo de su garganta.

Repentinamente una idea cruzó por la mente del mayor. Detuvo sus movimientos casi sin darse cuenta, y recibió un gruñido frustrado de parte del rubio.

-¿Qué pasa? ¿Por qué te detienes? -le cuestionó jadeante, mientras lo volteaba a ver.

Hyunjin paso la lengua por sus labios mientras se inclinaba hacia el frente, puso una mano junto a la cadera de Felix para sostener su peso, mientras que se acomodó entre sus piernas, abriéndolas un poco mas, la posición hizo que el trasero de Felix quedara más elevado, y así Hyunjin quedó casi encima del rubio . Volvió a mover sus dedos, esta vez introduciendo un tercero, simulando lentas pero fuertes embestidas. Felix inspiró profundamente sin abrir tantito la boca y sin apartarle los ojos de encima, fue por eso que Hyunjin vio claramente que Felix estaba disfrutando demasiado todo aquello.

-Yongbok, umm, podría preguntarte si... ¿de casualidad habías tenido alguna experiencia así antes? -preguntó suavemente-, por curiosidad.

Las mejillas del menor se sonrojaron violentamente ante la cuestión, y agachó la cabeza sin poder seguir viendo a Hyunjin. Los movimientos se detuvieron nuevamente, cuando sacó sus dedos de Felix, este volvió a gruñir, pero esta vez no hizo nada más que quedarse ahí quieto.

-¿Lix?

-Yo, umm... ¿digamos que sí?

Hyunjin asintió con calma, esperando que el chico se calmara porque parecía haber sentido la vergüenza de golpe. Felix se giró para sentarse y mirarlo con las mejillas aún rojas. Hyunjin se deleitó con tan dulce imagen, se esforzó por capturar en su memoria la mayoría de los detalles que pudiera retener, tal vez la retrataría en algún lienzo después.

-¿Por qué la vergüenza de repente? No quería que mi pregunta te incomodara.

-Yo... hace poco empecé a... ¿jugar? No, jugar no, experimentar más bien.

Por alguna razón los ojos de Hyunjin se iluminaron al entender.

-¿Te masturbaste ahí? Pero eso es normal, ¿no? Todos lo hemos hecho.

Felix le dio una mirada curiosa.

-Masturbarse, quiero decir, no masturbarse en ese lugar en específico -intento bromear para aligerar un poco el ambiente.

Para su suerte el rubio sonrió con suavidad.

-O sea sí lo he hecho, muy recientemente de hecho, es sólo que... umm, lo hice con un...

Hyunjin frunció el ceño sin entender del todo, ¿Con un chico? Lo dudaba, ¿con algún juguete? Entonces volvió a comprender de golpe, una suave sonrisa formándose en sus labios.

-¿Compraste un consolador?

Felix no sé atrevió a mirarlo.

-Tú... ¿lo usas a menudo?

Felix asintió con suavidad.

-Dices que lo usaste recientemente... ¿fue por ese sueño tuyo? ¿Lo hiciste pensando en mí, por eso te avergüenzas?

El rubio se mordió los labios con más nerviosismo. No estaba seguro de por qué le avergonzaba que Hyunjin se enterara de eso, aún en estado de ebriedad. ¿O ya no estaba tan ebrio? No estaba seguro.

Sus pensamientos se fueron deshilando de uno en uno al sentir los suaves labios del muchacho sobre los suyos, el beso no era desesperado sino tranquilo, entendió que lo que Hyunjin buscaba era calmarlo e intentar quitarle un poco la vergüenza de encima, lo cual estaba funcionando, pues la suave boca de su amigo no lo dejaba pensar con claridad. Era como si al tocarlos su cuerpo reaccionara automáticamente para no dejar espacio a ningún otro pensamiento que no fuera Hwang Hyunjin. Y eso que no hacía más de una hora que había probado lo que era el paraíso.

Ante la descripción que le había llegado de repente a lo que eran los besos de Hyunjin se separó, miró directamente a los ojos del bello muchacho, se preguntó entonces si sería capaz de alejarse de lo adictivos que eran. Lo estaba mirando con confusión sin darse cuenta, pero Hyunjin lo hizo, así que acarició su mejilla con delicadeza mientras miraba cada centímetro de su cara.

-Está bien si no quieres decirme ¿de acuerdo? Perdón si te incomodó mi pregunta.

-Gracias, pero no es eso.

-¿Entonces?

-No me avergüenza admitir que me masturbo, porque como dices, todos lo hemos hecho... es sólo que... yo lo hice pensando en ti, me avergüenza haberlo hecho y más aún haber comprar un juguete para sentirlo más real, ¿entiendes? No quería admitir que me atraías de manera sexual con tanta intensidad, parezco desesperado o yo qué sé.

Hyunjin soltó una suave risa.

-No pienso que estés desesperado, sólo que descubriste una manera en la que puedes disfrutar mejor del sexo: y eso es jodidamente sexy y caliente, porque... bueno ya que eres sincero yo también lo seré, admito que me he masturbado pensando en ti, ¿okay? Ya, lo dije.

-¿Lo has hecho? -preguntó con sorpresa.

-¡Por supuesto que lo he hecho! -admitió antes de siquiera pensar en si quería que su amigo supiera eso de él-. Sólo una vez, quiero decir... no pude mirarte a la cara por una semana entera, pero es que ¡Dios, Felix! ¿Has visto tu cuerpo? Eres demasiado bonito, y cuando bailas luces tan... -esta vez alcanzó a detener sus palabras, se mordió el labio en cambio, aunque al final no pudo detenerse realmente-, a veces luces tan erótico y tentador sin darte cuenta, o sin proponértelo siquiera, que me es muy difícil no imaginar que te tengo contra la cama haciéndote gritar.

Felix apartó la mirada con vergüenza, no sabia que provocaba ese tipo de pensamientos en uno de sus amigos más cercanos, en especial porque el baile era algo que practicaban juntos, y mentiría si no admitiera que más de una vez se había quedado viendo al chico cuando bailaba, pues los movimientos que hacía con su cadera le hacían imaginar cosas con las que sólo se atrevía a fantasear en sueños. No era el único al parecer.

-Fui demasiado directo, lo siento -se disculpó de inmediato al ver a Felix incapaz de sostenerle la mirada-, el alcohol me hace ser más directo de lo que debería. Sé que es vergonzoso admitir lo que he hecho pensando en ti, pero ya que ambos lo hemos hecho está bien, ¿no? -Felix asintió con suavidad-. Aunque yo no use un gran consolador.

Las mejillas de Felix se volvieron a teñir de un intenso rojo que se extendió hasta sus orejas y cuello, mientras le proporcionaba a Hyunjin golpecitos en el pecho, aunque ambos soltaron una risa.

-¡Yo nunca usé un gran...! Dios, Hyunjin, ¿qué es lo que te estás imaginando, maldito pervertido? Sólo quería experimentar, y ya sabes, no quería una gran monstruosidad, sólo quería quitarme la duda de lo que se sentía. Además el que uso es chiquito y es bonito y rosita, no debe medir más de diez centímetros. Me gustó, la verdad, sí lo he usado a menudo estas tres semanas, aunque no significa que sea un experto, apenas empecé a acostumbrarme y... -se calló de repente al darse cuenta que no debía ningún tipo de explicación.

Hyunjin sonreía con un brillito en los ojos.

-¡Oh! ¿Entonces ahora debo quitarme de la cabeza la fantasía de verte brincando en un consolador?

-¡Hyunjin! Eres un...

Sus palabras se vieron interrumpidas por el beso hambriento que el chico le estaba dando, lo había sostenido por los hombros para tirarlo sobre la cama mientras se acomodaba nuevamente entre sus piernas y empezaba a rozar su dolorosa erección contra su ingle. Felix no pudo evitar suspirar entre el beso cada vez que se separaban para tomar un poco de aire.

-¿Cómo es posible que me pongas tan duro? -le susurró el mayor contra la boca.

-Jinnie.

-Suficiente charla, baby.

Sin ningún aviso previo guío sus dedos hacia la entrada del menor e introdujo tres dedos de golpe sin dejar de besar al menor. El jadeo quedó atrapado entre ambas bocas, Hyunjin realmente estaba muy excitado, no dejaba de mover sus dedos a un ritmo acelerado, y el cuerpo de Felix se retorcía debajo de él sin poder evitarlo. Cuando Hyunjin estuvo seguro de que la entrada estaba lo suficientemente dilatada fue que le dio un respiro a Felix y se separó para reacomodarse.

El rubio respiraba entrecortadamente mientras veía a Hyunjin colocarse un preservativo, aunque sabía que estaba bien dilatado no pudo evitar sentir nervios, pues el miembro del mayor era más grueso y largo que el bonito y obviamente pequeño consolador al que estaba acostumbrado, al igual que sus dedos.

Hyunjin le abrió las piernas para acomodarse lo más cerca posible, sostuvo su miembro con una mano y lo guio hacia la entrada, empujó suavemente la punta atento a la reacción de Felix. Un gesto de dolor pasó por la mirada del chico en cuanto estuvo dentro, entonces Hyunjin se detuvo, preocupándose un poco pues apenas había introducido la cabeza y Felix ya sentía dolor.

-Lo siento, ¿te duele mucho? ¿Estás bien?

El rubio tragó en seco mientras intentaba regular su respiración, después de segundos asintió y le indicó que siguiera. Hyunjin volvió a empujar de a poco, pero el grito de dolor de Felix lo detuvo nuevamente.

-Dios Felix, apenas he entrado y ya te duele -murmuró despacio-, ¿seguro que quieres seguir? Tal vez no deberíamos...

Felix negó con la cabeza sin permitirle terminar de hablar, apretó suavemente su muslo.

-No, no, está bien -intentó hablar lo más tranquilo que pudo-, sólo debo acostumbrarme. Eres mucho más grande y grueso de lo que imaginaba... y que mi consoladorcito.

Hyunjin parecía realmente apenado.

-Perdón.

Felix soltó una suave risa.

-Nunca había escuchado que alguien se disculpara por tener grande el pene.

Hyunjin sonrió un poquito.

-No quiero lastimarte de ninguna forma.

Felix sonrió con suavidad intentando relajar sus músculos, pero no podía calmarse del todo, pues sentía un dolor agudo en esa zona, era simplemente horrible, aunque no quería arruinarlo, pues había fantaseado demasiado con eso para arrepentirse ahora.

Las suaves caricias en sus muslos lo hicieron relajarse un poquito y suspirar, entonces le indicó a Hyunjin que volviera a moverse. Apretó los ojos con fuerza e intentó aguantar la intrusión, pero no pudo evitar que algunas lágrimas escaparan de sus ojos junto con un sollozo que alarmó de sobremanera al mayor.

-¡Lo siento! Perdón, perdón, perdón.

El menor se cubrió la cara con vergüenza, no entendía porqué le dolía tanto, ¿era porque Hyunjin era tan grande? Ni siquiera cuando usó el consolador por primera vez le dolió así, y estaba seguro de que Hyunjin lo había preparado más que suficiente.

-Discúlpame, pero no pienso continuar, t-te estoy lastimando mucho Lixie. Creo... creo que será mejor que nos detengamos aquí -los ojos de Felix estaban brillosos por las lágrimas, así que Hyunjin evitó mirarlo-. Tal vez pueda usar sólo los dedos o la lengua...

Ante sus palabras Felix se asustó y gimió a modo de negación mientras hacía un puchero, Hyunjin estaba deslizándose fuera con mucho cuidado, pero él lo sostuvo de las muñecas para que parara, el mayor le dio una mirada interrogativa; al ver que no comprendía Felix tiró de él con fuerza para besarlo sin darle oportunidad de sorprenderse, mientras rodeaba con sus piernas la cintura del pelirrojo al mismo tiempo que las empujaba y él se impulsaba hacia adelante, tragándose de golpe más de la mitad de la erección del mayor.

Hyunjin no pudo evitar jadear por la impresión y el placer al sentirse en una cavidad tan estrecha, pero sin olvidarse de la preocupación. Los ojos de Felix dejaron salir más lágrimas, el chico sintió sus piernas temblar por el agudo dolor que lo atravesó, pero se ferró a los hombros del mayor cuando este intentó alejarse.

Hyunjin se separó con brusquedad del beso.

-¡Felix! -gruñó-. ¿Por qué hiciste...?

-Ibas-ibas a salirte de mí -sollozó-, dijiste que no querías seguir, dijiste...

-¡Porque te estaba lastimando!

-Pero yo quiero esto Hyunjin, ¿entiendes? Puedo aguantarlo, ¿ves? Lo soportaré, sé que puedo hacerlo.

Hyunjin miró los llorosos ojos del rubio que lo veía con demasiada ilusión, sentía su cintura ser apretada por los carnosos y temblorosos muslos del menor, obviamente no tenía intenciones de dejarlo ir; entonces Hyunjin supo que no podía negarse y se detestó un poquito por ello. Sabía que Felix era su debilidad.

-Sólo bésame, sé que el dolor pasará -le rogó-, pero por favor, n-no te vayas.

Hyunjin se mantuvo quieto, mirándolo de un ojo al otro con culpa, con la poca resistencia que le quedaba admiró cada bonita facción del lloroso chico. Felix mantenía los labios entre abiertos, y estaban húmedos, su pequeña naricita estaba roja, sus cejas se mantenían levemente fruncidas, y cómo ignorar esas pequitas esparcidas por todo su rostro, especialmente en sus mejillas, que estaban húmedas por el llanto; y luego estaban esos hermosos ojitos brillosos que lo miraban anhelante, como si le hubieran dado algo con lo que siempre había soñado para arrebatárselo cruelmente segundos después.

-Hyunjin, por favor, por favor... -susurró en un hilo de voz-, bésame, te lo pido, bésame.

Mientras sentía su corazón acelerarse debido a las palabras del chico, se acercó, apretando los ojos con fuerza; los labios del mayor fueron a encontrarse inmediatamente con la boca ajena, succionando con suavidad el labio inferior y dejando que Felix lo mordisqueara cuanto quisiera. Dejó que sus lenguas se encontraran y danzaran mientras enterraba sus dedos en el espeso cabello del menor.

Pasados varios minutos Hyunjin sintió que Felix se destensaba por fin, dejando de apretar tanto las piernas cuando sus labios empezaron un recorrido, de sus mejillas bajó a la mandíbula, prosiguió a dejar suaves besos en su cuello junto con suaves succiones, lamidas y mordidas, todo esto acompañado de jadeos roncos y bajos.

Una de las manos de Hyunjin fue acariciando su cadera, mientras que la otra empezó a tocar y apretar uno de los rozados pezones. El agudo gemido de sorpresa le indicó a Hyunjin que eso le gustó, así que dándole una rápida mirada a su cara, bajó sus labios por las marcadas clavículas, el pecho y se detuvo en el otro pezón. Sus labios empezaron con pequeños besos, suaves lamidas, hasta que estuvo completamente durito, entonces empezó a succionarlo suavemente y mordisquear; los gemidos agudos de Felix junto con sus dedos enredándose en su cabello lo incitaron a seguir.

-¡Oh! Mmm, Hyun.

Las sensaciones de placer que estaba sintiendo eran tan intensas que involuntariamente las caderas de Felix se movieron involuntariamente, haciendo que el miembro de Hyunjin se deslizara dentro suyo un poco más, un gemido se escapó de su boca al sentir que estaba muy adentro, pero esta vez no fue solo el dolor, también sentía algo más, y Hyunjin pudo verlo por la expresión oscurecida de sus ojos.

-¿Estás bien, Lixie? -susurró apartándose del botoncito, para dejar besitos ahora en toda su cara.

Hyunjin mantuvo su cadera tan quieta como pudo, a pesar de que deseaba tanto moverse, apretó los puños que descansaban ahora al lado de la cabeza del rubio, sentía su miembro ser apretado deliciosamente, pues las paredes interiores y cálidas del menor no estaban acostumbradas a una intrusión de esa magnitud; mientras dejaba que Felix fuera el que se empezara a mover a su gusto y comodidad, pues no quería volver a lastimarlo.

Sus miradas estaban clavadas en los ojos del otro cuando la cadera del menor se empezó a mover en círculos, haciendo que la dureza de Hyunjin saliera y entrara suavemente dentro de su cuerpo. El pelirrojo podía ver claramente las expresiones en el sonrojado rostro del rubio, le estaba gustando, no estaba seguro de que le hubiera dejado de doler pero podía ver el placer reflejado en esos dulces y cristalinos ojos, en cada facción de su rostro.

Las caderas empezaban a moverse cada vez con menos delicadeza pasados varios minutos, mientras de su boca entre abierta salían suaves jadeos y sus uñas se enterraban en los hombros del mayor.

-Creo... que ya puedes moverte, Hyunnie.

El mayor no necesitó más palabras cuando dirigió una de sus manos a la delgada cintura y se aferró ahí impulsándose un poco más fuerte de lo que lo estaba haciendo Felix. Los jadeos roncos que salieron de ambas bocas hicieron que cada uno de los vellos de su cuerpo se erizaran por la creciente excitación en la que estaban siendo sometidos. Ambos sentían una conexión que los estaba envolviendo lentamente, y que estaban seguros los consumiría.

Los movimientos fueron cada vez más fuertes, sin dejar de ser lentos en un principio, Felix tuvo la necesidad de volver a apretar sus piernas alrededor de la cadera ajena que se impulsaba más rápido dentro suyo, haciéndole perder la cordura. Se vio obligado a cerrar los ojos, pues lo que estaba sintiendo no se comparaba para nada a cuando se masturbaba pensando en el chico que lo besaba ferozmente y jugaba con su lengua.

-Hyun, Hyun... -jadeó con ganas.

-Oh mierda, Lixie.

El rechinido de la cama hizo presencia cuando el interior del rubio fue capaz de tragarse por completo el largo y grueso falo de su compañero. Felix sintió un extraño dolor acompañado del placer al sentir a Hyunjin llegar tan profundo, en especial porque había logrado dar en un punto en específico que casi le hizo ver un cielo estrellado demasiado brillante. El gemido bajo y ronco junto a su oreja le hizo saber que el mayor también lo había sentido en la punta de su pene.

La habitación no tardó en llenarse de gemidos sonoros, roncos y bajos, junto con el rechinido, el constante golpeteo de la cabecera de la cama golpeando la pared, y el inconfundible y obsceno sonido de piel chocando directamente con piel.

-Dios, Lixie... te sientes tan bien -ronroneó la grave voz de Hyunjin.

El pelirrojo no supo cuando fue que sus ojos se habían cerrado para concentrarse por completo en el movimiento de sus caderas a un ritmo cada vez más acelerado, pero se regañó mentalmente por perderse la bendita imagen del chico debajo suyo que había empezado a mover sus caderas al ritmo, buscando más cercanía entre sus cuerpos y que Hyunjin pudiera llegar a más profundidad.

-Jinnie... Estás tan grande, Jinnie.

Hyunjin sonrió, se impulsó fuerte para volver a tocar el punto dulce que hacia que de esa linda y besable boquita salieran gemidos tan agudos que parecían lloriqueos. Era difícil creer que ese mismo chico que le pedía por más fuera el mismo que había estado llorando antes por no soportar su tamaño.

-Fuck! Hyunjin... más, más, mmm, ¡Ah!

Las embestidas eran tan violentas al punto de que el cuerpo del menor rebotaba con cada golpe de la pelvis a su trasero, haciendo que su cabeza chocara con la cabecera, tuvo que subir un brazo y sostenerse de ahí para evitar golpearse. Al notar aquello Hyunjin buscó a tientas una almohada para ponerla allí, y la sonrisa de Felix se deformó en cuanto abrió su boca para dejar salir un lloriqueo, su vientre cosquilleaba indicándole que estaba cerca de tener un orgasmo otra vez.

-Hyun, Hyun, voy a- ¡Ahh!

Sus manos se dirigieron a la espalda del mayor para clavar sus uñas en la piel al tiempo en que sentía su vientre empezar a tensarse, su vista se volvió borrosa, sus ojos se pusieron en blanco cuando sus piernas apretaron la cadera del mayor, y el líquido caliente y blanquecino se esparció sobre su abdomen, manchando también al mayor.

Su gemido de sorpresa se vio ahogado por la lengua ajena entrando en su boca, pues las embestidas no se habían detenido tras su orgasmo, el pene de Hyunjin siguió golpeando una y otra vez su sensible y tembloroso punto, buscando su propia liberación. Los gemidos de Felix eran tan agudos, y sus piernas temblaban tanto que todo su cuerpo estaba convulsionando, sus ojos volvieron a ponerse blancos por la sobre estimulación y sus manos se aferraron a las sabanas. Un par de estocadas más hicieron que Felix volviera a correrse con fuerza, Hyunjin en cambio terminó dentro del látex, dejando salir desde su garganta un gemido bajo mientras su vista se volvía borrosa antes de desplomarse.

Les tomó algunos minutos recuperar la consciencia, las respiraciones agitadas de ambos se combinaron por un minuto antes de que volvieran a su respiración regular.

El mayor se dejó caer a un lado del rubio, mientras miraba hacia abajo y se deshacía del preservativo para hacerle un pequeño nudo y luego tirarlo en el botecito de basura que estaba al lado de la cama.

-Woah -susurró.

Sus ojos se giraron hacia el menor, y se deleitó con la imagen nuevamente, el cuerpo estaba cubierto por una delgada capa de sudor, y notó que el temblor en las piernas y cadera del rubio apenas estaba disminuyendo, mantenía los ojos cerrados y la boca entreabierta, todas sus facciones estaban relajadas y se veía tan precioso que Hyunjin tuvo el impulso de acercarse y besar las sonrojadas mejillas antes de depositar un lento y suave beso en los rojizos e hinchados labios ajenos.

Felix correspondió con cansancio, aún así su mano no pudo evitar subir hasta el húmedo cabello del mayor y acariciarlo suavemente. El orgasmo que había experimentado había sido definitivamente el más intenso, por lo tanto estaba agotado. Separó de los labios del mayor mientras le dedicaba una sonrisa somnolienta

-Jamás había experimentado algo tan intenso -susurró Hyunjin.

-Lo sé, creo que hasta me desmayé.

-Yo también. Lixie, umm, ¿estás bien? Creo que fui un poco rudo al final, ¿no te lastimé?

El rubio dejo salir una suave risa mientras negaba con la cabeza.

-Sí lo fuiste.

-Lo siento, es sólo que no me dijiste que parara y...

-Jinnie, está bien, me encantó. Nunca había sentido tanto, no sabía que el sexo podía ser tan bueno, no imaginaba que pudiera mejorar, pero esta noche... me hizo sentir que era la primera vez que descubría el sexo. De verdad me encantó, así que no te disculpes, ¿de acuerdo?

Hyunjin se mordió los labios mientras asentía, él tampoco sabia que las sensaciones podían ser tan intensas.

Sin poder evitarlo el mayor volvió a acercarse a besar al rubio, quién lo recibió con un gemido de sorpresa pero correspondió entre jadeos al sentir la juguetona lengua entrando y enredándose con la suya. Después de varios minutos así el rubio sintió algo duro contra su pierna, así que se alejo dándole un golpecito en el hombro al pelirrojo.

-Acabas de hacer que nos desmayáramos, ¿y ya estás duro otra vez? No me digas que quieres hacerlo de nuevo.

El pelirrojo se escondió en su cuello mientras reía.

-Lo siento, es que de verdad me encantas.

-Ve a darte una ducha fría.

-Ven conmigo, deberíamos bañarnos juntos.

-Jinnie, estoy muy cansado, y es tu culpa, déjame dormir.

Felix dejó salir un bostezo antes de girar su cuerpo, justo cuando sintió sus párpados empezar a cerrarse se acomodó para descansar su cabeza en el pecho del mayor, y pasó un brazo por su torso. Hyunjin se sorprendió pero lo rodeó con brazo y lo atrajo más a su cuerpo, sus dedos acariciando suavemente su cabello.

-Jinnie -murmuró en voz baja el rubio.

-Dime, baby.

-Hazme un favor... si vas a irte, ¿podrías hacerlo al menos después de que me duerma? -susurró, su respiración se volvió calmada.

La sorpresa volvió a inundar al mayor, que detuvo todo movimiento, pero Felix no se quejó porque ya estaba dormido.

Hyunjin pensó que era tierno, obviamente no tenía ganas de irse, así que sonrió y depositó un suave beso en la cabeza del menor antes de cerrar los ojos y dejarse caer en los brazos de Morfeo.

-No te preocupes Lixie -susurró-, no sé si sea buena idea pero, estaré aquí cuando despiertes.

...





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AngelPsicopatta
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