Una consola PS5, snacks dispersos por toda la habitación, euforia proveniente de una interesante jugada y los cómodos sofás de la casa de SooBin. Las tardes de video juegos solían ser el mejor escape de la realidad para los tres jóvenes Choi, y justo debido a lo caóticas que han sido las últimas semanas para todos, realmente ameritaba que se reunieran para dicho fin.
Para entonces, había pocas actividades que en realidad le transmirieran calma a BeomGyu, pero con facilidad podía afirmar que pasar tiempo con sus amigos le ayuda a mantenerse cuerdo.
—¡Jodido Internet! ¡Estaba a punto de ganar! —si eso puede llamarse calma. Es YeonJun lanzando maldiciones al aire porque el WiFi interrumpió su partida. BeomGyu suelta una carcajada, satisfecho con el fracaso de su amigo. El mayor se percata y lanza una almohada en su dirección, hastiado de cómo el menor le falta al respeto de esa manera.
—¡Te lo mereces! —un victorioso SooBin aprovecha la oportunidad de molestarle —Has estado haciendo trampa, ya sería la tercera partida consecutiva que ganas.
-Hyung tramposo —oh, cierto. Esta ternura característica es señal de que HueningKai también se encuentra en la habitación. Él está sentado junto a SooBin, en un sofá pequeño que parecía estar diseñado para que ambos chicles no se despeguen.
—De su envidia nace mi éxito —se defiende el mayor, tirando hacia atrás su melena imaginaria.
—Como sea -El menor de la habitación es el primero en tomar la iniciativa de acabar con el drama. Se levanta del sillón, depositando el cojín que reposaba en su regazo en el de SooBin. -,
aprovecho este espacio para ir por más gomitas. -y sin más, emprende camino para cumplir con su cometido.
-APero no asaltes mi alacena! ¡Mamá me matará si ve que ya no queda nada! —y un SooBin preocupado por su colección de snacks va tras el extranjero, ambos ahora en la cocina, dejando al dúo "Tom y Jerry" en la sala de estar. Las luces de la pantalla aún parpadeando en señal de la partida que acaba de culminar.
YeonJun toma asiento, rendido, en el lugar que ocupaba. Entre tanto, BeomGyu parece bastante cohibido en su lugar.
—No imaginé que Huening vendría. —y es el primero en hablar, sus ojos ahora dirigidos a los de su mayor.
—SooBin le invitó -YeonJun explica, rascando su cabeza y desordenando a la vez su propio cabello. —, también había invitado a Kang, pero al parecer no pudo venir.
—¿Te refieres a Kang TaeHyun? —le cuestiona, sus dedos juegan con el mando del control. —Bueno, no sería extraño tomando en cuenta que es su mejor amigo.
—El mismo —aclara YeonJun— . Dijo que sería buena idea conocerlo un poco más. Ya sabes, hasta ahora solo lo conocemos de manera superficial.
Un silencio, es lo que se genera en ese momento. Y no porque el menor no quiera continuar con la conversación, sino porque hay algo mayor rondando su cabeza, y que en definitiva, no puede ignorar.
Tuerce su labio inferior, aún indeciso. Pero toma una leve bocanada de aire para continuar hablando.
—Hey. —Es el monosílabo que formula para llamar la atención de su hyung. Este último hace un sonido nasal, indicándole que puede continuar hablando.—Te haré una pregunta, pero no me tomes por chismoso. -y ríe levemente con ese último detalle.
-Entre hermanos no hay chisme -espeta, con una lsonrisa pícara. En verdad que tiene curiosidad por el toque de misterio que el menor ha puesto en su interrogante. -, es información completamente necesaria. Cuenta.
Y BeomGyu no está seguro de lo que dirá a continuación, pero prefiere no evitar ese impulso.
—¿No crees que esos dos andan más pegados que de costumbre? —con su cabeza señala hacia la cocina, cuidando de que su tono de voz sea solamente audible para YeonJun. —Me refiero, desde que conocen han sido así, pero siento que de alguna manera su dinámica ha tomado otra forma.
YeonJun suelta una risa nasal, con ironía aparente.
—¿Crees que no lo he notado? —responde, entonces cambia su postura para depositar sus codos sonre sus rodillas. Como si quisiera reflexionar por unos momentos en las palabras que acaba de soltar. —Claro que lo he percibido... De cualquier manera, es SooBin, si hay algo más interesante que solo ellos siendo chicles no tardará en traernos novedades. —y esto lo dice a modo de apaciguaras ansias que a ambos les carcome por saber algo más que sus deducciones. —Hay que darle tiempo para que se sienta en el valor de contarnos.
BeomGyu asiente. Piensa que quizás, YeonJun tiene razón y lo prudente es esperar a que SooBin les confirme si sus sospechas son ciertas o no, ¡así ha sido siempre! El más alto no ha sido nunca demasiado bueno en ocultar sus verdaderas intenciones de los dos Choi. Quizás, sólo debe dejar de hacerse ideas.
—Tienes un punto.
Y su conversación ya no puede seguir tomando cauce, porque entonces, los protagonistas de dicha conversación retornan a la sala de estar. Huening Kai sostiene variados empaques de gomitas de diferentes sabores en sus manos, mientras que SooBin va detrás suyo con una gaseosa en mano.
—Traje mis gomitas. —anuncia en tono victorioso, feliz de haber conseguido que SooBin le dejara llevar lo que él quería.
—Oye, Huening —YeonJun decide interrogar un poco al menor para corroborar lo que ha hablado con BeomGyu. —¿por qué Kang no vino contigo?
—Dijo que estaría ocupado, pero... -y los ojos del extranjero se encienden fugazmente. Entonces decide sacar su telefono entre los bolsillos de su pantalón. -¡ya sé! Le haré una video llamada para molestarlo.
SooBin depositar sus manos sobre los hombros del menor, haciendo un intento de frenar el aparente impulso que ha tenido.
-Huening, no creo que sea necesario...
-Tarde, ya le marqué. -responde este, ahora activando el altavoz de la llamada. YeonJun y BeomGyu son espectadores de esa escena, a la expectativa de cómo le resultará dicha llamada. Unos cuantos pitidos provenientes del teléfono se escuchan a la espera, y luego de unos segundos, dejan de hacerlo, en señal de que Kang TaeHyun ha cogido la llamada.
—Es TaeHyun. -es la voz que proviene del otro lado del teléfono.
—Hey, Taehyunnie. —Huening responde alegremente con su teléfono a la altura de su rostro. —Los hyungs querían saludarte.
—Hey, Kang. —YeonJun es el primero en saludar, aún sin moverse de su lugar, en un tono de voz lo suficientemente audible.
—Es una lástima que no nos pudieses acompañar hoy. -SooBin es el siguiente en hablar.
—Lo siento, hoy no pude. La jefa me secuestró.
—¿Está ahí?
—Está lavando unos tubos de ensayo, déjame mostrarte —entonces TaeHyun intercambia la cámara frontal para mostrarles ahora las labores que desempeña la persona que enfoca. —Hey, saluda a Huening.
Sai no abandona su tarea, únicamente alza su mano en señal de saludo.
—¡Ohayo, Huening!
—Está demasiado concentrada. -TaeHyun suelta una leve risa. —En fin, te dejo. Espero acompañarlos a la próxima.
Los adolescentes que le observan desde el otro lado de la pantalla se encargan de darle una despedida amena.
—¡Te esperamos, TaeHyun!
—¡Bye! bye!
Y HueningKai cuelga la llamada.
—No sabía que ellos eran tan cercanos. —SooBin es el primero en mencionar ese detalle. Con certeza, ninguno de los Choi sabía de la estrecha relación que guardan Kang TaeHyun y Higuchi Sai.
—Bueno, aunque no son precisamente los mejores amigos se llevan muy bien. -Kai explica. —En palabras de Sai, TaeHyun es el único con el que puede entablar una conversación interesante que no sea académica.
¿Qué Kang TaeHyun es el único con el que puede tener una conversación de su agrado? Eso que acaba de escuchar despierta algo en BeomGyu. Y no lo puede catalogar como celos. Es una especie de envidia de saber que sus estándares sociales al parecer son interesantes, y él no se considera en las facultades de alcanzarlos, porque él no es tan brillante como Kang TaeHyun.
—Ya veo...
—Hablando de ella, ¿cómo van con las tutorías? —YeonJun cuestiona, aprovechando ese espacio para hablar con su amigo al respecto.
BeomGyu trata de permanecer inalterable antes de comenzar a explicarles.
—He aprendido mucho, no faltaría mucho para que me ponga al día con los contenidos. —le es inevitable reprimirse una sonrisa, pues realmente se siente contento de que haya surgido una esperanza cuando él ya lo daba todo por perdido. —Aunque ahora todo es muy ocasional, últimamente no ha tenido mucho tiempo. —eso también es cierto. La última vez que compartieron ese espacio fue la semana anterior, y la instrucción que Sai le dio ese día fue que su próxima tutoría sería dentro de quince días, exponiendo que tendría que arreglar muchas cosas durante esos días y que prefería avisar con tiempo antes que quedar mal.
—Culpa al director, parece querer que ella ponga hasta el alma en los proyectos finales.
Huening Kai para entonces ya se enxuentra al corriente de cual es la situación, cortesia de SooBin, y claro que se siente en la facultad de dar su opinión.
—Yo opino que es tu oportunidad para ir con ella a otro sitio.
A BeomGyu parece no hacerle demasiada gracia, no cuando estaba dándole un sorbo a su soda y casi se atraganta con ella
—Estás loco —reprocha, aún recomponiéndose del casi-ahogo de hace unos segundos -, no creo que sea una buena idea... No sé si le resultará cómodo en primer lugar.
SooBin tampoco tarda en opinar al respecto.
—Yo creo que Huening tiene un punto y puedes invitarle a alguna parte con la excusa de que necesitas su ayuda — secunda, con esa voz tan apacible que le caracteriza. —No sé, pienso que por el momento es la manera en que puedes usar las cosas a tu favor.
No puede evitar encogerse en su lugar, pues no pasa desapercibido todo lo que implica esa conversación. Ver cómo sus actuales progresos dependen en gran parte de los empujones que le brindan sus amigos, cómo depende de sus medios externos para avanzar con su vida.
BeomGyu tiene muchas cosas en las cuales pensar. Y eso lo hará precisamente luego de que su reunión grupal haya terminado y cada uno se dirija a sus respectivos hogares, dejando a SooBin responsable de limpiar el desorden como evidencia de que ellos estuvieron ahí.
Eran alrededor de las siete cuando él arribó a su hogar. Deduce por la penumbra que le saluda, que su mamá aun no había llegado del trabajo y que pasaría la mayor parte de la noche a solas en la fría casa.
Otra vez trabajando horas extra, piensa.
Por fortuna, comió un poco en casa de SooBin, así que esa noche no debe preocuparse por el insistente reproche de su madre en que se alimente. Sabe que la señora Choi suele encargar algo de comer cuando se queda hasta tarde en el consultorio.
En los últimos meses, su madre pasaba más tiempo en su trabajo como consultora. Y BeomGyu a esas alturas ya no sabe si lo hace con el fin de distraerse un poco de la realidad que viven, de ganar un poco más que su sueldo para solventar un poco más sus necesidades, o para huir de la frialdad de su hogar a la que Choi también le tiene pavor. O las tres opciones son correctas. Y nunca ha sido un hijo malagradecido. No se queja si su progenitora decide que trabajar un par de horas más es lo correcto, ¡está bien! Pero eso no lo hace más fácil, y aunque trate de negarlo, el preferiría que se quedara un poco más junto a él.
Pues es lo único que le queda.
Entra a su habitación, meditando qué debe hacer a continuación para que el tiempo transcurra de forma menos tortuosa. Tal vez puede ponerse al día con sus contenidos, y recuerda que hay asignaciones que debe completar. También están las pruebas de admisión universitaria para las que debe prepararse. Aunque no tiene ni la más mínima idea de qué universidad o qué carrera elegirá.
Se reprocha a sí mismo el tener tantas cosas por hacer y sin embargo, él continúa ahí, paralizado en el marco de la puerta, como si no quisiera adentrarse a su habitación hasta decidir qué hará a continuación. Sin un ápice de voluntad para poner en marcha todo aquello que demanda su atención.
Si tuvo un día tan bueno junto a sus amigos, ¿por qué de pronto siente que ya no tiene energías para hacer nada más? Es absurdo que después de relajarse ahora no se pueda enfocar.
Una bruma asfixiante y desordenada está a punto de tornarse en su mente. Pero su hilo de pensamientos se corta al escuchar el sonido de unas cuantas notificaciones provenientes de su teléfono. Lo desbloquea para abrir la aplicación de la que provienen dichas notificaciones, es su KakaoTalk anunciando que tiene unos cuantos mensajes en su bandeja de entrada.
La mayoría los pasa de largo, pero su vista se detiene en el chat que guarda con su mejor amigo.
YJ:
Ha enviado un contacto.
Hey, sé que soy muy insistente, pero para eso soy tu mejor amigo.
Es el número de Higuchi.
Hazte un favor y ponte en contacto con ella. Sabes que no es cuestión de si lo consideras correcto o no, necesitas que ella te siga asistiendo.
¿Qué se cree Choi YeonJun? No es tan desentendido como para no deducir que se lo ha enviado y no únicamente con propósitos educativos. Está a nada de decirle que deje de interferir en sus asuntos y que no pretenda que él no sabe tomar decisiones por sí mismo. Pero sabe que, sería mentirle a Choi y mentirse a él. Pues tomar decisiones importantes es lo que menos puede en esos momentos de su vida. Bien puede ocurrir cualquier cosa y él es un agente pasivo de su destino, dejando que las cosas solo sucedan por sí solas.
Así que, resignado, guarda el contacto en su registro telefónico.
No te lo pedí.
De cualquier manera, gracias, idiota.
Le será útil en cualquier momento, así que no descarta posibilidades y decide conservarlo.
Y esa conversación es suficiente para darle una idea de qué puede hacer en el resto de la noche, o al menos para tomar impulso y ponerse a trabajar en sus asignaciones.
Sin más, se dirige a su escritorio y de su mochila toma el libro de trabajo de la clase de Física. Sí, porque hasta entonces únicamente se ha dedicado a hacer sus tareas o a repasar lo que aprende con Sai. Pero no ha intentado hacer algo por el mismo, resolver planteamientos reales sin ayuda de su tutora.
Al leer los ejercicios propuestos, su mente entra en caos. Pues la sola idea de tener que poner en práctica tanta teoría le aterra.
Frustrado, cansado, y aún con todas las emociones estresantes que eso conlleva, decide comenzar a trabajar. Concluye en que será mejor comenzar con uno difícil, así se toma su tiempo y luego resuelve los más sencillos con calma.
Grave error.
Lleva más de treinta minutos atascado. Pudo completarlo en un cuarenta por ciento, pero luego de eso, su mente se congestiona y ya no sabe qué hacer a continuación, ni siquiera guiándose con ejemplos.
Ya ha borrado y vuelto a escribir demasiadas veces. Pasa su mano sobre su cabello con frustración, mientras se recuesta sobre el respaldar de la silla, apoyando todo su peso sobre ella como si estuviese esperando que con eso se alivie todo su estrés y pueda continuar adelante.
Eso no está funcionando nada bien.
Entonces una idea, a su parecer, ridícula, se atraviesa por su mente. Y hace un esfuerzo por ignorar sus impulsos y continuar dando esa milla extra que quiere dar, pero también su instinto pide a gritos que se ayude a sí mismo y deje de lado los prejuicios que él ha puesto.
Hey...
Es Choi BeomGyu, disculpa las molestias
Estaba estudiando y me he quedado estancado en un ejercicio... sé que no es la manera ni la ocasión de pedirte ayuda, pero no sé me ocurre a quién más acudir
YeonJun-hyung me dio tu contacto, por cierto.
BeomGyu devuelve con rapidez su teléfono al sitio que ocupaba en su escritorio. Una parte dé el quiere hundir su cabeza tres metros bajo tierra por haber sucumbido a su "impulso de idiotez", arrepentido, y su cabeza maquina tantos posibles escenarios en que Sai le bloquea o sencillamente pasa de largo su mensaje.
Y hace un esfuerzo por distraerse e "intentar" resolver lo que en un principio se había propuesto, consciente de que es solo una excusa y en realidad no tiene ni idea de qué hacer. Y cuando su teléfono vibró en su escritorio intentó restarle importancia y no tener expectativas de que Sai hubiese respondido. Pero sabe que sería engañarse a sí mismo, así que sigue su instinto y desbloquea su móvil con la esperanza de que sea así. Y contiene un grito de alivio cuando ve que, en efecto, ha recibido una respuesta.
Higuchi Sai:
Choi, qué sorpresa.
No te preocupes, aún estaba despierta.
Envíame una fotografía de lo que estás trabajando. Así sé en qué te puedo ayudar.
Los peores escenarios en los que era cruelmente ignorado son desvanecido. Así que, procede a seguir las instrucciones de su tutora y toma una fotografía que se viese más o menos decente, considerando la cantidad de borrones que ha hecho. No sin antes darle el debido agradecimiento por su disponibilidad, tratando de que su mensaje tratase de no sonar tan desesperado.
Higuchi Sai:
Veo que has mejorado mucho.
Aún así tengo que hacer algunas observaciones. Creo que entiendo cuál es tu confusión.
El planteamiento te explica que está en condiciones estándar, y eso te cambia varias cosas en la operación.
Para eso te puedes auxiliar de los anexos del libro. Ahí te explica cuál es la magnitud que debes usar en esos casos.
Y ya corrigiendo eso puedes continuar con normalidad.
Probablemente, es una de las pocas ocasiones en las que no se arrepiente. A pesar de que se siente dependiente por tener que recurrir a ella cada vez que siente dudas, el tener ese reconocimiento de que ha mejorado hace que una parte de él se sienta aliviada.
Al menos en ese aspecto de su vida ha mejorado, ¿cierto?
Higuchi Sai:
Creo que me he enfocado mucho en el proceso y no en cómo analizar algo así.
Debí suponer que te encontrarías con casos especiales como ese. Perdona por no tomar eso en cuenta.
Si no te molesta podemos trabajar más en eso a partir de ahora.
Eso sería excelente.
Y entonces, BeomGyu piensa un poco antes de proseguir con lo que se le ha cruzado por la cabeza.
¿Aún estás ocupada en horario escolar? Ya que últimamente no nos hemos reunido.
Higuchi Sai:
Para ser honesta no quisiera comprometerme , hay cosas que tengo que rectificar esta semana y no quiero quedarte mal.
Y BeomGyu ve que continua escribiendo, pero aprovecha la situación para tomar en cuenta el consejo que Huening Kai le ha dado.
No tiene que ser en horario escolar. Si tienes tiempo luego de eso podemos quedar en otro lugar. Yo me acomodo a tu horario.
Un leve nerviosismo se instala en su pecho tras enviar el mensaje. Y se pregunta si realmente era tan necesario confiar de esa manera en el hawaiano.
Higuchi Sai:
Suena bien.
Eso hace que la presión que siente se aliviane.
Higuchi Sai:
te confirmo luego qué día puede ser. Tendría que revisar mi agenda y no es algo que me apetezca hacer ahora, ya tuve suficiente de la escuela por hoy
De acuerdo... y gracias, por todo. Sé que es tarde y aun así te tomas el tiempo de atender mis dudas. Lo siento por eso.
Higuchi Sai:
Cuando quieras. No es una molestia para mí.
Entonces hasta luego.
Higuchi Sai:
Ten una buena noche.
Y su breve charla termina.
Dos cosas rescatables del día de hoy de BeomGyu:
1. Sabe de la cercanía de Kang TaeHyun y Higuchi Sai.
2. Ahora podrá verle en un espacio extracurricular.
Esa no fue una noche tan mala, después de todo. Y la parte de su ser que aún conserva esperanzas por el futuro se revuelve en su interior. Así que no le queda más que agradecer a sus amigos por brindarle el empujón que necesita.
Piensa que quizás, desafiarse a sí mismo de esa manera haciendo algo tan mínimo como proponer algo aunque se salga del ámbito escolar, aunque no sea mucho y parezca insignificante, eventualmente, podrán ayudarle a remediar de a poco su vida.
Piensa.
¿Estás realmenre listo para el viaje, Choi BeomGyu?
Lo que procede a continuación es algo para lo que no estás preparado.