The Stripper Ꞝ Sahyo

By Ss0ulx

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❥. ᭄ 𝐒𝐚𝐡𝐲𝐨 ★ Adaptación ❝ ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apues... More

Sinopsis
Capítulo 1- "Doble Vida"
Capítulo 2- "Regreso a Miami"
Capítulo 3- "La Stripper"
Capítulo 4- "Nueva presidenta"
Capítulo 5- "Primer día"
Capítulo 6- "Conversación y más tiempo juntas"
Capítulo 7- "El baile"
Capítulo 8 -"El beso"
Capítulo 9 - "Perdiendo el control"
Capítulo 10 - "Le Coffee"
Capítulo 11 - "Dulce ilusión"
Capítulo 12 - "Confusión"
Capítulo 13 - "Regalo, Paseo, Conversación"
Capítulo 14 - "Juegos perversos"
Capítulo 15 - "Llegada inesperada"
Capítulo 16 - "Reencuentro"
Capítulo 17 - "Conociendo a la familia"
Capítulo 18 - "Un día diferente"
Capítulo 19 - "Un baile"
Capítulo 20 - "Volviendo a la dura realidad"
Capítulo 21 - "La venganza"
Capítulo 22 - "Perdidas"
Capítulo 23 - "Arriesgarse"
Capítulo 24 - "Fuck You All The Time"
Capítulo 25 - "Caminos cruzados"
Capítulo 26 - "Peleas y reconciliación"
Capítulo 27 - "Nueva Alianza"
Capítulo 28 - "Un día diferente"
Capítulo 30 - "El descubrimiento"
Capítulo 31 - "Confrontación"
Capítulo 32 - "Torbellino de sentimientos"
Capítulo 33 - "Caer en tentación"
Capítulo 34 - "Negociaciones"
Capítulo 35 - "Cosas del pasado"
Capítulo 36 - "Baile de máscaras"
Capítulo 37 - "Propuesta"
Capítulo 38 - "Cuestión de saber"
Capítulo 39 - "¿Quién manda en este juego?"
Capítulo 40 - "¿Todo estará bien?"
Capítulo 41 - "¿Mentir, si o no?"
Capítulo 42 - "Sorpresa"
Capítulo 43 - "El vuelo"
Capítulo 44 - "Secretos"
Capítulo 45 - "Irse ¿Sí o no?"
Capítulo 46 - "Decisión"
Capítulo 47 - "Lap dance"
Capítulo 48 - "Jaque-Mate"
Capítulo 49 - "Estrategia"
Capítulo 50 - "La nueva era"
Capítulo 51 - "Ajuste de cuentas"
Capítulo 52 - "La pérdida"
Capítulo 53 - "Nuevos tiempos"
Capítulo 54 - "La boda"
Capítulo 55 - "El poder"
La familia - Epílogo pt.1
Dos lados - epílogo pt.2
Querida Stripper - Epílogo pt.3

Capítulo 29 - "Momentos"

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By Ss0ulx

Park Jihyo's point of view

Abrí los ojos solo para tener la certeza de que no he estado en un sueño. Estábamos exactamente donde nos habíamos acostado anoche, en el suelo de la sala cerca de la chimenea que en ese momento no tenía fuego. Miré la cómoda y vi las dos copas presentes con el líquido restante que ni nos molestó terminar. Miré nuestras ropas esparcidas por el suelo y me enfoqué en la sudadera de Sana, quería levantarla para sentir su dulce aroma. Cuando me di cuenta que no la necesitaba, pues tenía a la dueña del perfume acostada a mi lado, boca abajo con su espalda desnuda y el restante de su cuerpo cubierto con la sábana que estaba allí. Su cabello estaba perfecto la ganas de pasar mis manos por el fue enorme y no me contuve, solo me deje llevar por el momento.

Pase mis manos sobre su espalda desnuda subiendo mi mano hasta su cabello, en el cual relaje mi mano y comencé un camino allí, coloqué su cabello a un lado y pude ver las marcas de su cuello que denunciaban exactamente lo que habíamos hecho la noche anterior, las marcas de amor. Amor.

Sana me amaba y yo la amaba a ella, perdidamente y locamente, aquella mujer es mi inicio y mi fin. Si, ella es. Mi vicio, mi dueña, mi paraíso en el infierno.

Empecé a distribuir besos en las marcas que tenía en su cuello, fue cuando la mujer dio señales de que se había despertado.

-Si cada vez que hacemos el amor me despiertas así, ¡tendremos que hacer el amor para siempre! - Dijo la nipona con aquella voz ronca, arrastrando las palabras, llenas de mimos.

-Si se trata de una orden, tendrá que ser más clara. - Le susurré al oído llena de segundas intenciones. Dando un pequeño mordisco en el lóbulo de su oreja al final.

Segundas intenciones que no pasaron desapercibidas por Sana, que se giró totalmente desnuda, con su piel blanca y blanda, que yo me podría quedar admirando por años. Me llevó a su regazo, sentándose junto a mí, pegando su boca a mi oído para decir:

-Yo no acostumbro a pedir, señorita Park, eso claramente fue una orden. - dijo con su manera prepotente y arrogante y solo, de esa manera me estremecí de pies a cabeza.

Sana comenzó a pasar sus manos por mi espalda desnuda mientras distribuía besos en mi cuello, y solo con eso ya me estaba volviendo loca.

Tomé su cabello que ya estaba en mal estado por la noche anterior, y solté una pequeña risa al acordarme nuevamente de lo que habíamos hecho ayer, no solo ayer, si no todo el fin de semana. Fue entonces cuando Sana dejo lo que estaba haciendo y me miro de una manera confundida.

-¿Le estoy haciendo cosquillas, señorita Park? - La nipona dijo de una manera tan linda, que solo me hizo reír de nuevo

Sana me miró con cara de pocos amigos, porque había cortado su momento sexy. Fue entonces que decidí provocarla un poquito.

- ¿Qué, señorita Minatozaki, ¿perdió su toque? - Dije de la manera más sarcástica que pude.

-Está jugando con fuego, señorita Park.

-No tengo miedo a quemarme. Vamos, muéstrame lo que sabes. - Provoqué arrastrando cada palabra de la manera más atractiva que pude.

Pude ver el fuego en los ojos de Sana y sabía que iba a salir quemada, a ciencia cierta, pero yo estaba esperando para eso, necesitaba su toque, casi como un adicto necesita de su droga. Y ella era mi droga. Había deseo en sus ojos, que ahora tenían un tono oscuro, tan oscuro que daba un aire intenso en el momento. Nos miramos, en una batalla ya perdida por mí, inmediatamente desvié la vista a su boca, atractiva y carnosa. Casi no tuve tiempo en cerrar mis ojos, cuando Sana pego su cuerpo al mío y tomó mis labios en un beso abrumador.

Ella me beso con furia, con excitación, con fuerza, yo me perdía a cada segundo, una de sus manos se posaba en mi nuca. Deslizó la mano por mi cabello y jaló hacia atrás. Para tener acceso completo a mi cuello. Gemí cuando ella empezó a chuparlo, acción que claramente estaba dejándome en el límite, y ella lo sabía. Pero estaba jugando, y yo le mostraría que también sabía como jugar, y muy bien.

Pero antes de que pudiera continuar, su teléfono comenzó a sonar.

-¡Mierda! - Sana dijo demostrando su total irritación por la interrupción.

Sana me miró como pidiendo disculpas, y yo solo asentí bajándome de su regazo inmediatamente para que la mujer pudiera hacer que el ruido se detenga de una vez. Pensé en quién podría estar llamando a estas horas y terminé distrayéndome con la visión de lo que acababa de presenciar.

Me levanté para tomar la sudadera de Sana y ponérmela. Ya que Sana se había llevado la sábana con ella. Y no podía agradecerle más por eso, Sana se detuvo frente al gran ventanal de cristal, de la misma manera que estaba ayer en la noche observando la lluvia que caía, pero esta vez un lindo sol brillaba afuera, los rayos que pasan a través de la ventana le dieron un aire angelical a Sana y ella no podría ser aún más bella, si eso fuera posible, por supuesto. Con su cabello desordenado, y la sábana que cubría de la cintura para abajo solamente, dejando ver todas las marcas de mis uñas que gritaban en contraste con su piel pálida. Me acorde de una canción de Lana Del Rey, que encajaba perfectamente en este mismo momento.

Oh that grace, oh that body,

(Oh que esa gracia, oh ese cuerpo,)

Oh that face, makes me wanna party.

(Oh esa cara, me hace querer ir de fiesta.)

She's my Sun.

(Ella es mi sol.)

She makes me shine like diamonds.

(Ella me hace brillar como un diamante.)

Cantaba en mis pensamientos mirándola a ella, que parecía estar triste por la conversación.

Caminé en dirección a ella y sin que se diera cuenta, la abracé por detrás sintiendo su dulce perfume invadir mis fosas nasales cuando sentí que sus músculos se relajaban en mi brazos, coloqué su cabello para un lado y apoyé mi cabeza en su hombro y solo me quede allí, mirando el gran jardín de afuera.

-Es hermoso, ¿no es así?

-¿Eh? - Pregunté confundida.

No me había dado cuenta que Sana había terminado la llamada.

-¡El jardín, Hyo! Es lindo. ¿En qué mundo estás? - Preguntó mirándome un poco distraída.

-En nuestro mundo. - Hable muy cerca de su oído, colocando un beso en su oreja, sus vellos se erizaron inmediatamente.

Nos quedamos en silencio por algunos minutos, cuando ella finalmente hablo.

-Recibí una llamada de Sakura.

Sana estaba en silencio otra vez, y yo sabía que algo estaba mal.

-Mi padre está muy enfermo, empeoró desde la última vez que estuvimos allá. Cada día que pasa él empeora.- Silencio. Era lo que estaba sucediendo en ese momento.

-Sabes, Jihyo, mi mayor temor es que no nos reconozca más, que no me reconozca más. Pero sé que es inevitable, un día se despertará y la vida nos dará una mala pasada a todos nosotros a la vez, y me da miedo...

Sana estaba abriéndose, como en la primera vez que estuvimos en su casa, pero esta vez fue peor, sé de su dolor, y sé cómo se siente. Quería abrazarla y protegerla de todo, pero no podía porque necesitaba que ella también me protegiera. Pero mientras estábamos allí en nuestro mundo, podría ocurrir. Solo entonces la presioné más fuerte contra mi cuerpo como si pudiera pasarme todo su dolor en aquel abrazo, y así lo hizo, porque estaba más relajada y continuó hablando.

-Él es mi héroe, Hyo si estoy donde estoy es por él. Si yo soy quien soy, fue porque él me enseño todo lo que sé, él me hizo ser la mujer que soy hoy, le debo todo a él.

El silencio estaba presente de nuevo, no podía decir nada, ella no lo necesitaba ahora, solo quería a alguien que la escuche, y eso es lo que yo estaba haciendo. Ella suspiró pesadamente y se encogió más en mis brazos, a pesar de que soy más pequeña que ella, de alguna manera me sentía capaz de mantenernos en nuestra burbuja, al menos por un tiempo. Al menos, en ese momento, me sentí capaz.

- Él me traía aquí siempre que podía y nos sentábamos justo allí, debajo de ese árbol. Él me contaba historias de los demás y de sí mismo. Amaba cada segundo con él, si pudiera, Jihyo, volvería... - Hizo una pausa, sólo para pasar la mano por sus ojos, acto que anunciaba su llanto.

Aquello rompió mi corazón de todas las formas posibles, Sana estaba vulnerable, sin su armadura

- Sabes, eres la primera mujer que he traído aquí. - Ella habló poniéndose frente a mí, cambiando de tema.

Nuestros ojos se encontraron y todo a mí alrededor desapareció. Sus ojos estaban más claros que nunca, de un color caramelo claro, casi transparente. Su iris demostraba su vulnerabilidad, su franqueza y su cuidado a lo que estaba a punto de decir.

- Jihyo... te amo.

Ella dijo aquello mirándome a los ojos. Sostuvimos nuestra mirada, hasta que sentí una lágrima corriendo por mi mejilla que Sana trató de limpiar con su mano, ya que la otra sostenía la sábana.

Y besó donde antes estaba la lágrima.

- Y yo te amo, Sana

Ahí no había Minatozaki Sana, no había Park Jihyo, no existía Jisoo. Éramos sólo nosotras y los sentimientos que no nos cabían más en el pecho.

Era amor.

- Si pudiera, me quedaría contigo aquí mucho tiempo... -dijo la mujer mirándome con cariño. - En nuestro mundo.

- Eso sería realmente maravilloso, Sana- dije casi al mismo tiempo que ella.

-Sí, Hyo, en NUESTRO mundo. - Tomándome absolutamente por sorpresa. Me besó.

Un beso de aquellos apasionados, de aquellos de película, que te cortan la respiración y te llevan a las nubes. Sentí que flotaba, me sentía completa, feliz, realizada . Me sentía enamorada. Sí, completamente enamorada de Sana.

Después de nuestro momento en la sala, nos fuimos a tomar un baño, separadas claro. Caso contrario no iríamos a la empresa hoy, ya fuera todavía tendríamos que pasar a la casa de Jiwoo a dejar Sooyoung, que en ese momento ya se había levantado y había tomado su baño. Ah, Sooyoung... cómo me gustaría que viviera conmigo, cómo me gustaría que pudiera tener una vida mejor, poderle dar a ella todo lo que yo no tuve. Darle amor, afecto, una infancia, darle una familia de verdad. Pero por el momento, mi vida era un desastre.

Dios, yo aún tenía que encarar a Jinyoung. Después de haberle negado un baile, nunca había hecho eso. Y de la forma en que conocía al hombre, sabía que estaba en problemas, y esta vez Jisoo no tenía nada que ver con eso.

Y Momo, tengo que llamarla. Después del episodio de la oficina no he hablado con ella, pero por la forma en que resultaron las cosas, era mejor no hablar de lo mismo. Y lo peor de todo es que Sana entiende todo mal. Momo es sólo una amiga, y nunca habíamos pasado de ser eso.

Y tenía a Jisoo. Eso, con mucho, era mi mayor problema, pero también mi mayor solución. No sabía qué hacer, estaba perdida.

Tomamos café como una familia típica americana. Esta vez no fue Sana que preparó el café, fueron los empleados, que deberían de estar muy enojados por nuestro "pequeño" desastre de anoche. No demoramos en terminar y ya estábamos listas esperando el helicóptero de Sana para volver a la dura realidad.

Descenderíamos en la casa de Sana, y de ahí me acompañaría a llevar a Sooyoung, que por milagro conseguí todo lo que quería, no necesitaba pedirle a Sana que nos llevara, ya que la nipona se comprometió a llevar a la pequeña en su gran auto. Sooyoung era todas sonrisas.

No estaba muy contenta, tendría que encontrarme cara a cara con Jiwoo, que no dudaba nada de que estaba con ese pedazo de mierda en la casa de nuevo. Ugh... Esta semana ya estaba comenzando agitada.

El viaje en helicóptero a la casa de Sana fue muy tranquilo. Sooyoung siguió adelante con el piloto, mientras que Sana y yo estábamos atrás. Estaba con un aspecto diferente, sus ojos estaban vacíos, su mirada hacia la nada y apenas sujetaba mi mano, con nuestros dedos entrelazados, me acariciaba un poco con el pulgar.

-¿Sana? - La llamé de manera suave.

No hubo respuesta, ella sólo permaneció inerte en sus pensamientos. Yo sabía que la llamada de Sakura golpeó en su mente, porque las palabras de Sana estaban presentes en mis pensamientos.

''Sabes, Jihyo, mi mayor temor es que un día no nos reconozca más, que no me reconozca más. Pero sé que es inevitable, un día se despertará y la vida nos dará una mala pasada a todos nosotros, y eso me asusta... ''

Las palabras que le dolían a ella también me dolían a mí.

-¿Sana? - hablé por segunda vez fue cuando ella desvió la atención de la ventana y me miró.

Sus ojos me decían tanto.

Nuestros ojos se conectaron de una manera mágica, como si hubieran sido atraídos por un imán. Aquellos ojos marrones, tan claros, capaces de aligerar mi vida y salvarme... sí, los ojos de Sana eran mi refugio, mi bálsamo, mi salvación. Mientras yo tuviera aquellos ojos, me sentiría segura. Y yo haría lo mismo con ella, sería su salvación, la ayudaría a pasar por esto, y no me alejaría de su lado, independientemente de lo que suceda.

Pegué nuestras frentes, y puse mis dos manos en cada una de sus mejillas. Tarareando suavemente un fragmento de una canción que yo sabía que iba a tener sentido para Sana.

-I Promise you don't have to be afraid. (te lo prometo, no tienes que tener miedo.)

I'll wait, love is here and here to stay.(Voy a esperar, el amor está aquí y está aquí para quedarse.)

So lay your head on me... (así que apoya tu cabeza en mí...)

-"Te amaré hasta en los días de tormenta Sana."- Dije mirando fijamente a la hermosa mujer.

- Tu no podrías ser mejor, ¿no es así?- Sana susurró antes de sellar nuestros labios de una manera suave.

El beso duró sólo unos segundos, Sana rompió nuestro contacto cuando una pequeña voz nos llamó.

-¡Soonnie, ¡Sana unnie! ¡Miren! las personas parecen pequeñas hormigas ahí abajo. -Sooyoung Habló con una sonrisa gigante.

Sana sonrió y me miró como si me agradeciera por ese momento. Yo sabía que había sido más que un fin de semana para ella. Yo la tenía en todos los sentidos. Vi cada lado de Minatozaki Sana, en cada sentido, cada grieta, cada detalle de esa mujer lo guarde.

- '' Soonnie ", no me has dicho de dónde surgió ese apodo, Hyo. - la hermosa mujer me miró con una mirada curiosa.

Cuando Sooyoung habló, sentí que mi corazón se detuvo y pude jurar que Sana me arrojaría de ese helicóptero si sabía mi nombre completo.

-Es por el otro nombre de Hyo, ¡dah!

-¿Otro nombre?- Sana me dio una mirada como pidiendo respuestas.

Fue entonces cuando el piloto nos avisó que debíamos prepararnos para aterrizar. Nunca agradecí tanto a Dios.

Nos bajamos del helicóptero hacia el auto de Sana, para entonces, ya nos estaban esperando. Yerim estaba de pie, impecable como siempre.

Por último, Nayeon había tenido suerte de tener a esa hermosa mujer a su lado. Tan pronto como nos vio, Yerim nos recibió.

-Buenos días, Sra Minatozaki, señorita Park.

-Buenos días, Yerim. -dijeron casi al unísono y luego se miraron entre sí con una risa.

-Y usted debe ser Park Sooyoung. La hermana pequeña de la señorita Park. -Yerim dijo extendiendo la mano para Sooyoung.

La pequeña extendió su pequeña mano con una gran amabilidad y la mejor pose dijo:

-Señorita Park Sooyoung. Pero me puedes llamar Sooyoung. Usted parece ser amigable.-Dijo haciendo hincapié en el "señorita" y dejando caer un guiño a la mujer quien se sonrojo por el precoz gesto de la pequeña frente a ella.

-Muy bien, señorita Sooyoung. Mi nombre es Kim Yerim y voy a ser quien maneje esta mañana.- Dijo de manera amigable para la niña, abriendo la puerta para adentrarnos al gran coche.

En el interior del coche, Sana sacó el teléfono móvil que no paraba de sonar, tecleando sin parar para responder, y parecía ser algo importante, ya que tomó toda su atención.

Sooyoung miraba las calles y hablaba cosas al azar con Yerim, ¿y yo? Bueno, yo estaba perdida en mis propios pensamientos.

Sólo me di cuenta de que habíamos llegado a casa cuando Yerim lo anunció. Sooyoung saltó al regazo de Sana, que acababa de terminar una llamada.

-Gracias, Sana unnie, por haberme permitido pasar el fin de semana en tu enorme casa, te voy a extrañar. ¿Prometes que vas a venir a visitarme? -Sooyoung Habló con cierta tristeza en su voz.

Sana notó la tristeza.

-Oye, pequeña, pero esta no va a ser la última vez que nos veamos. Prometo que la próxima vez será aún mejor.- Sana dijo con tan cálida voz que me encontré con que la escena más linda del mundo.

-¿Lo prometes con el dedo meñique?- Sooyoung preguntó levantando su dedo meñique para que Sana pudiera hacer lo mismo y sellar una promesa.

Sana levantó su dedo meñique agarrando a Sooyoung y se levantó de inmediato, luego de depositar un pequeño beso en la frente de ella. Sooyoung saltó de su regazo al mío para salir por la puerta que Yerim ya había abierto.

Hicieron una especie de "choca esos cinco" que sólo podía ser reconocido por ellas. Salí del coche tomando la mochila y el osito de peluche de Sooyoung que Sana había conseguido la noche del parque de diversiones para la pequeña. Con cuidado, Yerim se acercó a mí para salir del coche. Fui a la puerta de la casa, sonó el timbre de la puerta y espere.

Jiwoo apareció con cara de pocos amigos, desviando su atención de mí hacia lo que estaba detrás, y yo sabía lo que ella estaba mirando; el auto aparcado de Sana.

Me incliné para besar a la pequeña junto a mí y darle un gran abrazo.

-Te echaré de menos, enana. Recuerda que siempre puedes ir de visita. Te quiero, niña.- Dije escondiendo mi deseo de llorar detrás de esas palabras.

-Siempre que pueda, Soonie, lo haré. Te quiero mucho. - La pequeña dijo tomando su oso y su mochila desapareciendo por la puerta.

Me levanté y me encontré con una curiosa y furiosa Jiwoo al mismo tiempo. Una vez que tuvo la oportunidad, la soltó.

-Parece que encontraste un bobo para jugar contigo, ¿no es así, Jihyo? - La mujer dijo con desdén.

-Y parece que piensas en lo que no es. ¿No te cansas de meterte en mi vida, Jiwoo? -escupí las palabras.

-Soy tu madre, Jihyo, por desgracia soy tu madre, y sí, me meto en tu vida. No porque te volviste una perra tengo que ver que seas una cualquiera. Pero por lo que veo, no eres estúpida, al menos puedes encontrar a alguien con dinero para tu propio bien.- Ella dejó salir todo a la vez y sentí que me hervía la sangre.

Me acerqué a ella, yo era un poco más alta a causa de los zapatos que llevaba y mi deseo era darle una bofetada, pero no lo hice. Ella ni siquiera se merecía eso de mí.

-En Primer lugar, Jiwoo, no eres mi madre, nunca lo fuiste. - Estaba ardiendo, ardiendo de rabia por eso tan insignificante.

-En Segundo lugar, una perra es lo que se encuentra en la esquina, y nunca he necesitado ir a una esquina para apoyarme ni apoyarte. -escupí las palabras en su cara.

- En tercer lugar, se lo doy a quien quiero. Y en cuarto lugar, Jiwoo, tú eres la tonta aquí, tan tonta que te dejas manipular por esa basura, lo sigues aceptando, lo trajiste de nuevo a mi casa y le das todo mi dinero a él. -Con cada palabra que pronunciada, el peso en mis hombros era liberado.

Cuando Jiwoo iba a abrir la boca, me di cuenta de que había alguien detrás de mí y me di cuenta al toparme con una Sana extremadamente perfecta.

-Jihyo, ¿hay algún problema? ya es tiempo de irse, ¿de acuerdo?- Sana extendió sus manos, volví a mirar a Jiwoo una última vez antes de volver la vista a la hermosa mujer que me estaba esperando.

-No hemos terminado, Jihyo.

-Sí, ha terminado, señora Park. -Sana dijo en su tono de autoridad.- Si me permite, tengo compromisos importantes con mi mujer. Pásela bien.

Sana dijo, dejando el lugar con su característica superioridad, tomándome de la mano, dejando a una Jiwoo estática.

Yerim esperaba con la puerta abierta. Sana me cedió el paso, se sentó a mi lado y me cogió la mano entrelazando sus dedos pálidos con los míos, permaneciendo en silencio mientras Yerim arrancó el coche.

-¿Mi mujer?-decidí romper el silencio de la mejor manera posible.

-Sí, señorita Park. Mi mujer. -Dijo Sana con su tono arrogante y autoritario, apartando la vista de la calle, mirándome.

Ese tono que me excitaba de forma rápida y de manera letal.

-Eso suena como una orden, señora Minatozaki. -dije mordiendo mi labio inferior de la forma en que sabía que volvía loca a Sana.

Sus ojos miraron abajo hacia mis labios. ¡Bingo!

-Aquí no, Jihyo, por favor.- Dijo Sana desviando la mirada hacia el dispositivo en sus manos y en la parte delantera del coche en la que estaba Yerim.

Me limité a asentir y relajarme a la espera de llegar a la empresa.

Quince minutos más tarde, bajamos ya frente de la empresa. Entramos triunfalmente, todos en la sala se detuvieron para mirarnos. Ahí solo estaban la jefa y la secretaria. Y tuve que recordar eso. Todos los ojos estaban en Sana, que estaba divina en ese vestido negro hasta las rodillas, y tacones altos del mismo color, los lentes oscuros en la cara, su inseparable lápiz labial y el cabello suelto, cayendo sobre la espalda de una manera increíble.

Entramos en el ascensor y Sana hablaba por el teléfono. Aproveché la oportunidad y envíe un mensaje a Nayeon que me encontrara, para hablar con ella urgentemente. Cuando llegamos a nuestro piso, Sana se dirigió a su oficina tan centrada en su charla que apenas me habló. Lo entendí como una clara señal de que la llamada era más importante.

Me senté en mi escritorio lista para otro día de trabajo, cuando vi una figura bien conocida por mí. Nayeon. Apenas lo podía creer.

Me levanté de manera rápida, siendo recibida por una Nayeon feliz y de buen humor.

-¡Wow! Creo que eres la prueba viviente de que el sexo es bueno para el estado de ánimo. - Solté una burla.

-Cállate, Jihyo, antes de que te golpee. Ahora ven y dime cada pequeña cosa.-Dijo la mayor tirando de mí a una de las salas de reuniones que estaban allí.

Jung Eunha's point of view

No podía creer lo que Jinyoung me había contado. Pasamos un par de horas hablando de lo que se debe hacer para poner fin a esta farsa. Y ya era hora de poner nuestro plan de acción. Minatozaki Sana era mía y de nadie más.

Entré a "Industrias Minatozaki" como un huracán. Poco me preocupe por el aspecto que tenía, yo sabía que el juego estaba cambiando, y debía mostrarle a Jihyo quien realmente tenía la ventaja.

Pronto llamé el ascensor y no pasó mucho tiempo en llegar. Me acerqué consiguiendo algunas miradas pecaminosas. Parecía que estuve en ese cubículo desde hace un siglo cuando el ascensor se detuvo en el último piso. Llegué para encontrar el asiento de Jihyo vacío. Pero oí algunas voces provenientes de las salas de reuniones, pensé que sería Sana ya que la habitación estaba cerrada y su "perrita" no estaba en su escritorio, decidí seguir el ruido para ver quién era.

Tan pronto como me acercaba a la habitación pude oír dos voces, una era Jihyo. Estaba segura. Y la otra voz me era familiar, reconozco esa voz en cualquier momento, era la voz de su pequeña amiga, la que estaba enrollada con Yerim. Nayeon. Sí, esa mujercita ignorante. Parecía que eran mejores amigas.

Podía escuchar algunas partes, habló de una discusión con una tal Jiwoo que Sana había detenido. Hablaron de algo relacionado con el "Imperio". Exactamente a lo que he venido. Cuando se embarcaron en ese tema, sabía que era mi señal. Actuaría ahora. Entré en la habitación sin incluso golpear y las dos se volvieron hacia mí con los ojos muy abiertos y claramente nerviosas. Se miraron la una a la otra yo solo las miré.

-¿Interrumpo algo?- dije con cautela y muy tranquila.

Nayeon fue la primera en responder, con su afilada lengua.

-Sí, si lo haces. De hecho siempre interrumpes en la vida de los demás, Eunha. -Jihyo que permanecía en silencio miro estática a su amiga quien solo sonrió.

-La única que interrumpe la vida de los demás es su amiga, Nayeon, que por cierto es muy buena en eso, quería saber, cómo haces para disimular tan bien, Jihyo. -solté una mirada penetrante a Jihyo quien pronto se recompuso, ambas me miraron.

-¿Cómo hago el qué Eunha?- Ella me respondió con rudeza. Estaba nerviosa. Y eso fue genial.

-Tú sabes, Jihyo. O mejor incluso, quería tener una conversación contigo, ¿podemos? Es de tu interés, te lo aseguro.

Nayeon miró a Jihyo, que asintió con la cabeza, dejando la habitación, dejándonos solas. Eunha 1-0 Park. Tan pronto como oí el portazo, y me aseguré de que la leona se había ido y estábamos sólo ella y yo, era la hora, era la hora de jugar.

-¿Qué deseas Eunha? Solo dilo y terminemos con esto.

-Jihyo, querida apenas estamos empezando.- Dije mientras me acercaba a la mujer que empezaba a mirarme con ojos furiosos.

-¿Comenzando qué exactamente? ¿Se puede saber?

-Esto Jihyo, nuestra conversación. ¿O es que realmente crees eso de engañarme con esa pequeña doble vida tuya? -solté de una vez la bomba.

Jihyo quedo estática, pude ver la sangre parar de correr por su cara. Ella no se esperaba eso y la atrapé justo como yo quería.

-¿Qué es esto, Jihyo? ¿De verdad creíste que no lo descubriría? Me pregunto cómo una mujer como Sana, inteligente y poderosa, no descubrió tu farsa. -Dije mirando fijamente a la mujer que se limitó a quedar frente a mí sin palabras. Tomé eso como que solo era una niñita inofensiva y me acerqué.

-Al mismo tiempo que estoy esperando la caída de tu máscara, realmente quiero saber el final de esta historia. Bueno, en realidad el final ya lo sé. Y es este: Sana se dará cuenta de que no eres más que una puta que quiere su dinero, al igual que todos los demás. Te despedirá porque estará demasiado disgustada viendo tu cínico rostro pasar por aquí. Y luego vendrá corriendo a mis brazos, los únicos brazos en los que puede confiar de verdad. Debido a que no eres más que una pequeña puta barata. -escupí cada palabra muy cerca de su rostro, a la espera de su reacción.

Jihyo parecía haber alimentado sus fuerzas con esas palabras llevando la mano para golpearme a la cara, y con eso sabía que había conseguido exactamente lo que quería.

La miré a los ojos y dije:

-Adelante, golpéame eso me da una razón más para ir a la oficina de Sana a decirle todo. Vamos, Jihyo, adelante demuestra que eres una mujer, y yo voy a mostrarte que soy el triple de lo que eres. Porque esta charada con Sana no es nada más que sólo un buen polvo. Porque eso es todo lo que ella quería contigo. Así que Jihyo, te estoy dando la oportunidad de salir de mi camino, antes de que maldigas el día en que te convertiste en Jisoo.-Dije todo en un tono serio, mientras que Jihyo fijaba su mirada en mi con ojos mortíferos. Estoy segura de que si ella pudiera matar con la mirada, yo ya no estaría en este mundo nunca más sin duda.

Jihyo tenía la mano a centímetros de mi cara.

Sólo aparté la mirada de sus ojos a su mano y volví a sus ojos para terminar con broche de oro.

-Sabía que tomarías la decisión correcta Park. Que tengas un lindo día. Y recuerda, te daré hasta el próximo baile de Jisoo para que le cuentes a Sana. De lo contrario, no te molestes en aparecer por aquí al día siguiente.

Salí de la misma manera que entré, en el grandioso silencio. La sala quedó vacía. Decidí no hablar con Sana hoy, simplemente me fuí hacia los ascensores y salí, sintiéndome victoriosa.

Park Jihyo's point of view

Ira. Disgusto. Humillación. Era todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Como hubiera querido abofetearla. Pero eso era exactamente lo que ella quería, ya he entendido su juego. Y eso no sería así. Ella quería jugar, Pero le mostraré que esto va mucho más allá de Jihyo/Jisoo. Ella estaba entrando en un juego que sólo yo podía ganar y sabía exactamente quién me ayudaría. Tomé mi teléfono marcando ese número ya conocido para mí.

-¡Oye! Realmente necesito tu ayuda. Nos vemos para el almuerzo en unos ¿cuarenta minutos? Eunha se enteró, y tengo que arreglar esto.

No he sabido nada de Sana en toda la mañana, sólo pregunto para que transfiriera sus llamadas, cancelara las citas a sus reuniones del día y que no fuera molestada.

Habían pasado cuarenta minutos. Así que decidí ir a comer. Tenía algunos asuntos que atender y una persona a la cual encontrar.

_____

Ya eran las 16:00, casi el fin del horario de trabajo. Sana no salió en todo el día, sólo se quedó en su oficina, decidí no darle importancia.

Yo estaba completamente absorta en mi trabajo cuando una voz familiar llamó mi atención. Miré hacia arriba encontrándome con Momo.

Minatozaki Sana's point of view

El día de hoy estaba totalmente lleno, El teléfono seguía sonando, y tenía que concentrarme, actualmente, lo necesitaba. Si no me concentro en el trabajo, lo haré en mi padre y lo último que quería era perder mi tiempo y pasar mi día emborrachándome. Por un momento, me hubiera gustado que Momo estuviera aquí conmigo, ella era la única que me entendía, por supuesto tenía a Jihyo también, pero Momo estuvo siempre conmigo, ella lo sabe todo, ella es el tipo de amiga que siempre hace lo que sea con tal de que me sienta mejor independientemente de lo que esté pasando, ella siempre estaba viva, diciendo frases como: ¡una mierda! y haciéndote reír. Por un momento me maldije por haberla tratado de esa manera, creo que debería pedir disculpas por ello. Agarré mi teléfono decidiendo llamarla para hacer algo.

Cuando un huracán de alegría entró en mi oficina.

-¡Hola, perra!- Dijo la mujer saltando delante de mí.

Y para mi sorpresa, no era otra que Hirai Momo la que estaba presente. Mi corazón estaba lleno de esperanza en ese momento, me sentí más ligera con su sola presencia.

Se tiró en el sofá que estaba allí y yo me levanté yendo hacia ella para tirarme en el sofá también. Encogiéndome en sus brazos.

-Nunca he estado tan feliz de verte, Momo.

- Lo sé, perra, no puedes vivir sin mí. Y como prueba de que he olvidado que fuiste una celosa, estoy aquí de nuevo. - Habló la mujer causándome una débil sonrisa.

Ese momento me recordó el día en que mi padre tuvo su primer episodio de pérdida de memoria y descubrió su enfermedad. Ese día fue terrible, y la única persona que estuvo a mi lado ese día fue Momo. Y supe en ese momento que la necesitaba más que nunca, Yo necesitaba decirle la locura que estaba viviendo, la guerra que mi corazón y mi cabeza estaban teniendo, mis sentimientos que se vuelven contradictorios, y sólo ella podía ayudarme, Momo era mi ángel.

- ¡Jesús! Te ves terrible.

- Necesito un poco de tiempo.

-Así que creo que es un buen momento para nosotras e ir a nuestro lugar favorito, ¿Qué te parece? ¿Estás dentro?-dijo Momo presionándome contra sus brazos.

-¿Solo tú y yo? ¿Como en los viejos tiempos?

-Sí, Shiba, tú y yo y un chingo de bebida. Como en los viejos tiempos.

Me pareció muy bien su propuesta, tal vez debería ir, tal vez debía tener un tiempo para mi misma, para pensar en mí, deberían tomarme un tiempo lejos de esta locura. Y nada mejor que una buena compañía y una bebida para relajar la mente.

-Trato, perra. ¿Cuándo vamos?

-Ahora.

Había llegado el momento de tomar las riendas. Era ahora que necesitaba tomar una decisión en mi vida. ¿Park Jihyo o Park Jisoo? ¿El amor o el deseo? ¿La razón o Los sentimientos? ¿La Stripper o La Secretaria?

Yo tomaría una decisión. Lo necesitaba.

_____

Por si quieren escuchar las canciones son las siguientes:

-Young and Beautiful de Lana Del Rey

-Little Do You Know de Alex & Sierra

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