Así coincidimos || Terminada

By MsMistery19

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¿Existe el amor de una vida pasada en otra vida? Nadie lo sabe. Sus caminos se cruzarán después de que al par... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capitulo 45
Capítulo 46
Final/Epílogo

Capítulo 18

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By MsMistery19

Pov Calle.

Había recién despertado unos minutos, me había quedado en la cama viendo al techo, pensaba en la noche que había tenido ayer y el cómo sin darme cuenta no podía parar de sonreír.

Parecía una adolescente echada en mi cama, rememorando los besos de Poché, su voz diciéndome que le gustaba, su forma de tocarme y de cómo me celó con Marcelo.

Aunque todo terminaba en el beso, bueno en los besos que nos dimos viniendo a casa.

— Me gusta, Poché... — Murmuré acariciando mis labios.

Solo deseaba verla para volver a besarla otra vez, y otra vez, muchas veces.

Me reí tapando mi rostro al confirmar que parecía una puberta experimentando su primer amor, aunque básicamente lo era ya que jamás había estado con una mujer, eso me daba miedo. Pero solo quería dejarme llevar y no pensar demasiado.

Poché valía la pena.

Salí de la cama y me dirigí a la ducha para darme un baño y empezar el día, muy probablemente Verónica viniera toda histérica a decirme sobre el escándalo de anoche, pero estaba tan contenta que me importaba tres rábanos podridos.

Cuando salí de la ducha secando mi cabello con una toalla, escuché el sonido de mi teléfono en la habitación, corrí hasta el y le desconecte su cargador viendo su nombre en la pantalla, sonreí.

— Hola. — Respondí con emoción, avergonzandome al instante.

No quiero parecer intensa.

— Buenos días, preciosa. — Saludó con voz cantarina. — ¿Cómo va tú mañana?

«Mejor ahora que me hablas» pensé.

— Súper bien en realidad. — Le respondí soltando una risita. — ¿La tuya?

— Bien, aunque nuestra manager me dijo que te informará sobre una reunión súper urgente en tu casa. — Informó, fruncí el ceño.

— ¿Vienes para acá?— Cuestioné sosteniendo la toalla de mi cuerpo.

— Estoy yendo por café y el chocolate caliente de Damon. — Expresó sacándome una sonrisa.

— No olvides que-

— Le encanta con malvaviscos, lo sé. — Me interrumpió, mi sonrisa se ensanchó más.

— Entonces te veo aquí. — Murmuré contenta.

— Llegaré pronto. — Avisó. — Besos.

La llamada de Poché se colgó y yo tomé la almohada para dar un gritito de felicidad moviendo mis pies.

Me pare de la cama cómo un resorte y fui hasta el clóset, iba a ponerme algo casual pero que me hiciera ver sexy, debía impresionar a Poché.

Escogí algo rápido y dejé mi cabello para que se secara solo, me puse un poco de labial, arreglé mis cejas y tapé mis ojeras viéndome natural, me di una sonrisa al ver el resultado final en el espejo.

Salí de mi habitación y llegué a la cocina, Damon estaba con su pijama de dinosaurios viendo la tele, mientras Cameron estaba dormido en la mesada y Lila preparaba el desayuno.

Aunque olía a quemado.

— Buenos días, personitas lindas. — Saludé radiante, abriendo el refrigerador y sacar el jugo.

— ¿Y a ti qué carajos te pasa?

Lila me observaba con el ceño fruncido y huevos color ceniza, hice una mueca de asco.

— ¿Necesitas ayuda?— Sugerí señalando el sartén.

— Por favor, soy pésima en la cocina. — Respondió con un puchero.

Reí y Lila tiró los huevos quemados en la basura para luego tirar el sartén en el fregadero, saqué otro de la alacena y lo puse al fuego de la estufa colocando un poco de mantequilla.

— ¿Y bien?— Presionó Lila, me encogí de hombros tomando huevos.

— ¿Bien de qué?— Me hice la desentendida rompiendo el primer huevo.

— Oh vamos, periférico. — Se quejó Lila, reí. — Eres noticia de primera plana y tendencia en Twitter con lo que pasó anoche.

— ¿Y qué pasó anoche?— Inquirí con voz burlona moviendo los huevos.

— Eso quisiéramos saber. — Soltaba una voz adormilada.

Giré mi cuerpo una fracción de segundos viendo cómo Cameron limpiaba la baba de su mentón.

— Babeas mi mesada, ¿no dormiste?— Cuestioné a mi mejor amigo.

— No, Caleb no me-

Alcé una ceja expectante al oír que se callaba de golpe.

— ¿Caleb...?— Dije con voz dubitativa.

— No hablamos de mi, sino de ti. — Reclamó, reí irónica.

— Bueno, no sabrán nada. — Concluí sin más apagando la estufa.

Me dirigí al refrigerador y saqué fruta, comencé a picarla en una tabla escuchando murmullos a mis espaldas.

— Cal. — Me llamó Lila.

— No diré nada. — Afirmé.

Los chicos hicieron un berrido en unisono, reí mientras sentía un pequeño ser aferrarse a mi pierna.

Acaricié la cabeza de Damon con ternura mientras dejaba de picar fruta, escuché la tostadora y pude divisar a Lila poner el pan tostado en un plato con otro par.

Bajé mi vista y miré los ojitos de Damon, sonreí.

— Buenos días, pequeño príncipe. — Saludé con una sonrisa.

— Buenos días, mami. — Respondió con alegría.

Damon abría sus brazos, me puse a su altura y él tomó mi rostro con sus manos y dejó un sonoro beso en mi frente, sonreí y él se fue otra vez a la sala.

— Cal, cuenta el chisme. — Apretó Cameron tomando el bowl con fruta de mis manos.

— No hay nada que contar. — Declaré.

El timbre sonó y yo salí corriendo de la cocina, pude ver a Damon correr a mi lado, tomé el pomo de la puerta arreglando mi cabello y Damon arregló su pijama, abrí la puerta y no pude contener mi sonrisa.

Poché estaba con cafés en mano, una bolsa café que colgaba de su boca ya que la sostenía con sus dientes, en la otra mano tenía un ramo de girasoles muy lindo, y debajo de su brazo había un peluche de dinosaurio para Damon.

— ¡Potché!

Mi hijo solo se lanzó a Poché y temí por la vida de ella cuando tambaleó con todas las cosas.

— Damon, cariño, con cuidado. — Reprendí con cariño.

— Lo siento. — Se disculpó apenado.

Negué con mi cabeza y tomé los cafés y bolsa de la boca de Poché, ella sonrió, iba a decirme algo pero Damon no la dejó ya que abrazaba sus piernas otra vez, reí.

— ¿Es mío, es mío, es mío?— Preguntaba con euforia señalando el peluche bajo el brazo de Poché.

— Claro que si, piccolo diavolo. — Respondía ella poniéndose a la altura de Damon.

Me parecía algo extraño y peculiar que Poché le dijera así a Damon, por algún motivo sentía que el sobrenombre lo había escuchado desde antes.

— ¡Señor dinousario tendrá un amigo!— Exclamaba mi hijo con alegría, sonreí.

— Eso es genial, ¿no?— Contestó Poché sacudiendo a Damon divertida.

— ¡Si! ¡Iré a presentarlo!— Exclamó.

Damon salía disparado con su nueva adquisición, sonreí viendo su pequeño cuerpo perderse, giré mi cuerpo y me topé con un ramo de girasoles.

— ¿Me perdonas por comportarme cómo una bestia posesiva anoche?— Preguntaba Poché detrás de las flores, reí entredientes.

Ella bajó el ramo dejándome ver su rostro con un puchero, bufé divertida y di dos pasos al frente tomando las flores, dejé un corto beso en su puchero y a ella pareció tomarla desprevenida, pero sonrió radiante.

— Lo haré porque son mis flores favoritas. — Me hice la digna, Poché rió.

— Lo sé. — Aseguró guiñándome uno de sus ojos.

— ¿Cómo lo sabes?— Inquirí alzando una ceja.

— Sé muchas cosas de ti, Dani. — Afirmó.

Sentí que me iba a dar un paro cucal, Dios mío que mujer me la quiero besuquear no sé dónde.

Iba a interrogarla y sacarle información, pero cuando Lila y Cameron aparecieron no me dejaron hacerlo ni saludar a Poché cómo corresponde.

— Así que eres tú...— Soltaba Lila pensativa.

— ¿Yo?— Cuestionó Poché señalándose.

— Si, el motivo por el que vomito arcoíris. — Mencionó Lila, fruncí el ceño.

— ¿Dónde estuviste ayer a las 20:00 horas? ¿Con quién? ¿Lugares perversos, Garzón?— Cameron soltó una gorda de preguntas.

— ¿Eh?

— No les pongas atención, inhalaron perico hoy. — Dije a mí acompañante. — Ven conmigo.

— ¡No huyan cobardes!

Arrastré a Poché de la mano dejando a los chicos atrás, dejé las flores en la mesita de la sala.

Mi acompañante no decía nada, solo me seguía, finalmente deslicé la puerta corrediza que daba al balcón, por suerte no daba mucho sol.

Cerré la puerta y giré mi cuerpo para jalar del brazo de Poché y tomar su boca en un beso.

Ella enredó sus brazos en mi cintura y suspiró mientras sus deliciosos labios hacían una labor maravillosa con los míos. Era tan buena besando, diablos.

— ¿Estoy soñando?— Musitó al separarse del beso con los ojos cerrados aún. — Me lanzare del balcón si es un sueño.

— No es un sueño, tonta. — Me reí y ella abrió sus ojos, tornándose más claros por la iluminación.

Sus ojos eran hermosos.

— No pude dormir en toda la noche, solo quería verte y verte y verte. — Confesó, girando mi cuerpo para pegarme a la base más cercana sin soltar mi cintura.

Solté una risita sonrojandome, mientras ella me sostenía de la cintura, sus dedos paseándose de mi abdomen a mi espalda baja.

— Yo también quería verte, Poch. — Declaré pasando mi pulgar por su labio inferior.

— ¿Ah sí?— Asentí con mi cabeza sintiendo mis mejillas coloradas. — Por suerte Verónica llamó y dijo lo de la reunión, no sabía si venir o no, ya sabes pensaba que me ibas a decir que era por trabajo.

— Poch... — Suspiré y me alejé de ella.

— ¿Lo arruiné?— Preguntó al ver que me alejé. — Yo y mi bocota, soy una idiota.

— No digas eso, yo soy la idiota. — La callé posando mi dedo índice en su boca al ver que iba a decir algo. — Déjame terminar. — Pedí divertida, ella asintió con su cabeza.

Llené de aire mis pulmones y tomé su mano entrelazando sus dedos con los míos.

— Estaba asustada, por eso dije que nuestro beso fue por mero profesionalismo. — Manifesté con vergüenza. — Pero es que jamás había estado con una mujer, vaya, no había estado con nadie de esta forma desde que estaba embarazada de Damon. — Rasqué mi frente soltando una risita nerviosa. — Durante mucho tiempo solo fue mi hijo, mi trabajo y amigos, el amor solo era un plus a mi vida y en realidad no es cómo que le ponía interés.

Poché me observaba detenidamente, me prestaba tanta atención que parecía que estaba bajo un hechizo o algo parecido.

— De alguna forma u otra terminé cerrando mis sentimientos en una bóveda donde huía del amor, mi pasado con el padre de Damon no fue lindo y ya verás cómo terminé con mi intento de relación con Armando. 

Llené de aire mis pulmones viéndola, di un paso al frente y llevé un mechón de cabello detrás de su oreja.

— Pero llegas tú, me mueves el piso por dónde camino cuando siempre he manejado cada paso que doy, me haces dudar para finalmente darme cuenta de algo. — Murmuré cerca de su rostro.

— ¿Qué cosa?— Susurró clavando su mirada con la mía, sentí mi corazón acelerarse.

— Que me gustas mucho, demasiado. — Dije en voz alta lo que llevaba escondiendo todo este tiempo. — Estoy aprendiendo a dejarme llevar por los sentimientos pero quiero que me enseñes, que seas mi estabilidad, que seamos nuestra propia estabilidad donde solo sepamos tú y yo lo que estamos sintiendo, descubriendo, tocando, besándonos, quiero mucho de eso último. — Finalicé con una risita nerviosa, Poché sonrió.

— No sé qué pasó en el pasado, cuando tengas la confianza suficiente supongo me lo dirás y si no, no importa. — Su mano se posó en mi mejilla. — Lo que me importa es que soy correspondida y que todo lo que ha pasado ha valido la pena, todo para ver cómo estamos aquí confesando lo que sentimos.

— Estoy asustada. — Susurré apretando su mano en mi mejilla.

— Dani, preciosa, déjame quererte, no prometo darte el mundo pero si prometo que tengas un pedazo del mío. — La seguridad de sus palabras me traspasaban el alma. — No importa si es algo secreto o no, solo quiero permitirme sentir contigo.

Suspiré y me perdí en sus ojos, muy fácilmente ella podía ser mi perdición o el camino a una parte de la felicidad que aún no lleno del todo con el pasar de los años.

— Entonces... ¿Nos damos una oportunidad?— Murmuré con media sonrisa.

Poché alzó mi mano que estaba enredada con la suya y dejó un beso en ella.

— No sé lo que somos, pero me gusta lo que sea que seamos. — Respondió con una linda sonrisa.

Sonreí y cuando iba a volver a besarla, un estruendo me hizo dar un salto y soltar la mano de Poché.

— Buen día, ¿no desean ir a la piscina con nosotros?— Lila se recargaba con sus manos en la puerta corrediza. — Tu pequeño demonio no se saca la cabeza de la idea.

— ¿Vienes?— Me dirigí a Poché.

— Me encantaría. — Dijo con media sonrisa.

— ¿Damon desayunó?— Indague viendo a Lila, ella asintió.

— Devoró todo, hasta mí pan tostado. — Reprochó, Poché y yo reímos.

— ¿Muy buena la charla, Dan?— Inquirió Cameron enchinando sus ojos.

— Poché y yo nos poníamos de acuerdo en unas cosas, Cam. — Repliqué con una sonrisa inocente.

— Claro...— Murmuró ensimismado.

— ¿Verónica llegó?— Inquirí a Lila.

— No, aún no. — Mencionó Lila de pronto tensa. — Supongo llegará más tarde.

— ¿Qué tal tú noche, Poché?— Rodé los ojos al oír a Cameron. — ¿Tú cama estuvo cómoda?

— Emm si, ya sabes dormí cómo un bebé. — Respondió Poché con inocencia. — ¿Y tú?

— Súper.

— Si claro, por eso babeabas mi mesa y de paso tienes chupón en el cuello. — Dije con cizaña a Cameron.

Jale a Poché de la mano mirando a Cameron ponerse rojo de la vergüenza, Lila soltó una carcajada.

— ¡Es temporada de mosquitos!— Gritó.

Resoplé y sin soltar la mano de Poché la llevé a mi habitación, solté su mano y me dirigí al clóset tomando varias opciones de trajes de baño.

Intentaba que mi mente no se pusiera imaginativa al pensar en Poché con un bikini. Es decir, la mujer tenía un cuerpo espectacular y se le veía con la ropa puesta.

Sin ropa sería una gloria. ¡Piensa en la biblia Daniela Calle!

Tiré los trajes de baño a la cama y uno de color verde me gustó, tomé la pieza de arriba y lo puse encima del pecho de Poché y ella se rió.

— Oye, tranquila, tigre, si quieres tomarme debo recordarte que no soy tan fácil y-

Mi acompañante se calló de golpe cuando la pegué a mi cuerpo, su cara quedando a centímetros de mi cara.

— Solo venimos por un traje de baño, Poch. — Le recordé girando mi rostro y tocar su nariz con la mía.

— Ah, si, claro. — Titubeó entreabriendo sus labios.

— Cierra la boca, hay mosquitos. — La molesté tirando el traje de baño en su cara. — Debo ir a ver a Damon.

Solté una risita dejando un beso en la mejilla de Poché.

— ¡Eres cruel!— La escuché gritar.

Me marché de la habitación con una sonrisa en el rostro.

• ────── ♪ ────── •

Damon no dejaba de saltar con su traje de baño ya puesto, le colocaba protector solar y hacerlo se estaba volviendo difícil a no dejar de apuntar hacia la piscina.

— Damon, cariño, si no te estás quieto no podremos entrar al agua. — Reprendí acomodando mis lentes de sol.

— ¡Está azul, mamá! ¡Grande y azul!— Exclamaba mi pequeño emocionado.

— ¿El agua tiene color?— Decía Lila en voz alta.

— Si Damon dice que es azul, es azul. — Advertí amenazandola con mi dedo índice.

— Ush, me voy. — Soltó yéndose a una reposadera.

Terminé de poner el protector solar y guardé este en la bolsa que traje, alcé mi vista y todo pasó en cámara lenta.

Poché estaba en la orilla de la piscina con el bikini resaltando sus atributos, dándome cuenta de ciertos tatuajes, el estaba poniéndose bloqueador solar en los pequeños cuadros que relucian en su abdomen.

Jesucristo aplaca tu ira.

Salí de mi trance cuando escuché un chapuzón de la piscina.

— ¡Damon!— Grité espantada.

Mi hijo cómo todo un suicida solo había saltado al agua, sin flotadores, sin saber nadar y con ganas de morir ahogado al parecer.

Corrí a la orilla y suspiré aliviada cuando veía a Poché salir del agua con él, supongo se había lanzado. Pasé una mano por mi pecho sintiendo que el alma me volvía al cuerpo.

— ¡Otra vez, otra vez!— Exclamó saltando en brazos de Poché.

— Damon, no debes hacer eso, puedes ahogarte Dios santo. — Reclamé, él sonrió con inocencia.

— Pero Potché me cuida, mamá. — Aseguró abrazándose del cuello de Poché, resoplé.

— Si, ¿pero que tal y no hubiera saltado al agua?— Le cuestioné, Damon rascó su cabeza confundido.

— No te preocupes, yo lo cuido.— Me afirmó Poché con media sonrisa.

— ¡Si! ¡Iré con Bob Esponja!— Gritó alzando sus brazos.

Damon se echaba para atrás y caía al agua de nuevo de un chapuzón.

— ¡Poché!— Exclamé aterrada.

Ella hizo una mueca de terror y tomó a Damon del agua alzandolo, mi hijo solo tiraba un chorro de agua por la boca y reía a carcajadas, negué con mi cabeza llevando una mano a mi frente.

— ¡Otra vez, otra vez!— Insistió, rodé los ojos.

— Mejor te enseñaré a nadar, piccolo diavolo. — Comentaba Poché con diversión.

— ¡Siii!

Reí ligeramente viendo cómo Poché se llevaba a Damon en brazos al centro de la piscina.

Me acerqué a la reposadera y tomé el protector solar para echarlo en mis brazos y pecho.

— Si sabes qué a mí no me engañas, ¿no?— Comentó mi acompañante recostada en la otra reposadera.

— No sé de qué hablas, Lila. — Evadí la conversación.

— Oh vamos, Poché está aquí enseñándole a nadar a Damon y tú tienes sonrisa de guasón. — Reprochó, evité sonreír y me recosté sobre la silla.

— Poché siempre está con Damon. — Dije con voz evidente.

— ¿Cogiste con ella?— Soltó.

— Claro que no, Lila. — Repliqué.

— ¿Entonces?

— Porque tengo salud, una carrera exitosa, un hijo maravilloso y más. — Mencioné haciendo un ademán de desinterés con mi mano.

— ¿Y más?— Inquirió con tono de voz suspicaz.

— Ay, Lila, ya basta. — Arrojé cansada de su interrogatorio.

— Mira.

Observé cómo Lila me pasaba su teléfono, lo tomé y pude ver cómo estaba en Twitter, resoplé. Me había dado la tarea de no entrar a redes sociales porque sentía que arruinaría mi día, pero no tenía opción.

Habían muchos encabezados de noticias, tweets, menciones, de todo.

“La modelo Daniela Calle arrasa en la pasarela”

“¿Se acaba la luna de miel? La modelo Daniela Calle y su novia discutiendo. Imágenes de primera plana”

“¿El Basquetbolista Irazabal es el tercero en discordia? ¿La modelo cambia sus preferencias por moda?”

— ¿Por qué la prensa no tiene nada mejor que hacer?— Solté con irritación.

— Eres celebridad, debes soportar. — Me recordó Lila.

Seguí viendo lo que decían y la gente estaba más que expectante ante el asunto.

🌻 Escrot0_12345: ¡YO NO CREERÉ NADA HASTA QUE MIS MAMIS DESMIENTAN!

🎸_tequierocomer: ¿Poché cambió de look? A watafoc.

🌻 Nosé_quiensoy: Algo anda mal.

👤 RicardoAscona1994981: Yo digo que esas no son lesbianas, solo fingen porque no han probado una buena verg...

— Por Dios, que asco. — Musité hastiada.

Le devolví el teléfono a Lila, me paré de la reposadera con teléfono en mano, caminé hasta donde estaba Poché con Damon.

— ¡Poch!— La llamé.

Ella giró su cabeza y paró los chapoteos con Damon, se acercó con él y fruncí mi ceño al ver su cabello peliazul otra vez.

¿No lo tenía color brunette anoche?

— ¿Qué pasa, preciosa?— Inquirió con media sonrisa.

No podía creer que un simple apodo me ponía con el estómago revuelto y la cara roja.

— ¿Tu cabello no era castaño anoche?— Pregunté con voz dudosa.

Poché se vio el cabello y tomó las puntas de el entre sus dedos para alzar la vista, alcé una ceja.

— No era permanente, solo fue para dar una impresión de un nuevo look. — Replicó rascando su nuca.

— Ya veo. — Murmuré dubitativa.

— Mamá, quiero nadar. — Me decía Damon cruzándose de brazos.

— Un momento, cariño.

Me puse de rodillas en la orilla de la piscina, llamé a Poché con mi dedo índice, ella se acercó muy obediente.

La tomé del mentón y la besé, ella correspondió mi beso mientras tanto yo sacaba fotos con mi celular. Me separé de ella con una sonrisa satisfecha, miré a mi costado y Damon tapaba sus ojos, reí.

— Pueden volver a nadar. — Informé.

Me puse de pie y me alejé, la mirada que me dio María José no pasó desapercibida para mí, simplemente le sonreí observando cómo Damon la sacaba de su trance hipnótico.

— Haré cómo que no vi nada. — Comentó Lila poniéndose de pie e irse.

Me dirigí a galería y miré las fotos, una en especial derritió mi corazón, Poché y yo nos besábamos mientras Damon estaba en brazos de ella, con sus manitos tapaba sus ojos y sonreía con la lengua entre sus dientes.

Iba a ser mi fondo de pantalla desde hoy.

Encontré la foto adecuada, le hice unos pequeños retoques además de cortarla y dejarla solo con ambas en la foto, fui a Instagram y escogí la foto para subir un nuevo post.

“Más días así contigo”

Decía el pie de la foto, subí el post y dejé mi teléfono de lado, Lila había desaparecido del mapa, así que me dispuse a ver a mi hijo con la mujer que me gustaba nadar en la piscina.

Rato después.

Escuchaba voces a lo lejos, por alguna razón sentía mis ojos pesados, tanto que no podía abrirlos, hice un quejido y finalmente abrí los ojos. Me di cuenta que seguía en la piscina, en la reposadera.

¿Me había quedado dormida?

Quité mis gafas de sol y fue entonces cuando me quedé helada en mi lugar, totalmente anonadada, rasqué mis ojos para ver si no estaba loca.

— ¿Tú...?— Claramente veía una María José con traje de baño a un lado. — ¿Otra vez tú...?— Murmuré claramente viendo a otra María José a mi derecha.

— Dani, preciosa, cálmate, ¿si?— Pidió la peliazul, fruncí el ceño.

Debía ser un sueño, la otra María José vestida de traje ni siquiera hablaba. Era un sueño, era un sueño, era un sueño.

— Hola de nuevo. — Soltó de pronto la otra María José.

— ¡No me jodas! ¡Aaaah!— Grité.

Salté de la reposadera y tomé el protector solar cómo mi único objeto de arma, estaba histérica o estaba enloqueciendo.

— ¡¿Por qué hay dos tú?! ¡¿Consumí drogas?!— Grité con ojos abiertos.

— Calle, baja el protector solar. — Pidió María José cómo si fuera a hacerle daño.

— Deberías hacerle caso. — Acotó la otra, di un grito ofuscado.

— Dios mío, me volví esquizofrénica y veo dos Pochés. — Murmuré con aflicción.

— Dani, calma. — Me pidió María José.

— ¡Aléjate, producto de mi mente diabólica!— Amenacé con el protector solar.

— ¿Es así de loca siempre?— Comentaba la otra.

— ¿Disculpa?— Hablé indignada.

De pronto escuché un grito más pasos que se aceleraban cada vez más.

— ¡Así te quería encontrar, Milenka Garzón!— Exclamó una castaña muy enojada.

— ¿Carol? ¿Qué mierda?— Cuestionaba la otra, fruncí los labios.

— ¡¿Todavía te atreves a venir a ver a esta?!— Gritaba la mujer con total enojo hacia mi persona.

— ¡¿Perdona?!— Arrojé ofendida.

— Vamos a calmarnos. — Pedía María José, reí irónica.

— ¡María José Garzón!

Dirigí mi vista a un costado y Verónica venía cómo toro sin desasosiego directamente hasta donde estaba Poché.

— ¡Te voy a matar!— Advirtió mi manager.

— ¡Tú eres una infiel!— Reclamaba la mujer castaña a la otra María José.

— ¡Cielo, no te he sido infiel!— Le respondía.

— ¡Me dejaste plantada por irte con ella!— Reprochó apuntándome con su dedo.

— ¡No huyas, cobarde!— Gritaba Verónica.

De pronto mi alrededor se volvió una locura total, mi manager perseguía a María José la cuál corría alrededor de la piscina con una mueca de terror. La otra María José discutía con la otra mujer y yo estaba siendo la discordia entre las dos al parecer.

— ¡Es la novia de mi hermana por Dios!— Soltaba la otra María José alzando sus manos al cielo.

— ¡¿Qué cosa has dicho?!— Gritamos la mujer castaña y yo a unisono.

El silencio fue sepulcral, tanto que Verónica había dejado de perseguir a María José al estar con la boca abierta, literalmente.

— Somos gemelas, ¿ok?— Mencionó Poché al otro lado de la piscina.

Caí de golpe en la reposadera viendo a ambas mujeres, claramente muy parecidas pero a la vez no.

¿Una gemela? ¿Es en serio?









































































































• ────── Flow llegando ──────

Carol con Calle en corto:

Meta: 200 votos.

Caché más real que mi existencia.

¿Por qué Vero quiere matar a Poché?

¿Qué creen que pase? Digan sus teorías.

¿Vero y Lila andan tensas jum?

Dato irrelevante: Facebook es azul porque Mark Zuckerberg es daltónico. Los billetes los ve color amarillo en vez de verdes el man.

Me retiro gud bais.

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