The Stripper Ꞝ Sahyo

By Ss0ulx

85.2K 7K 2.9K

❥. ᭄ 𝐒𝐚𝐡𝐲𝐨 ★ Adaptación ❝ ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apues... More

Sinopsis
Capítulo 1- "Doble Vida"
Capítulo 2- "Regreso a Miami"
Capítulo 3- "La Stripper"
Capítulo 4- "Nueva presidenta"
Capítulo 5- "Primer día"
Capítulo 6- "Conversación y más tiempo juntas"
Capítulo 7- "El baile"
Capítulo 8 -"El beso"
Capítulo 9 - "Perdiendo el control"
Capítulo 10 - "Le Coffee"
Capítulo 11 - "Dulce ilusión"
Capítulo 12 - "Confusión"
Capítulo 13 - "Regalo, Paseo, Conversación"
Capítulo 14 - "Juegos perversos"
Capítulo 15 - "Llegada inesperada"
Capítulo 16 - "Reencuentro"
Capítulo 17 - "Conociendo a la familia"
Capítulo 18 - "Un día diferente"
Capítulo 19 - "Un baile"
Capítulo 20 - "Volviendo a la dura realidad"
Capítulo 21 - "La venganza"
Capítulo 22 - "Perdidas"
Capítulo 23 - "Arriesgarse"
Capítulo 24 - "Fuck You All The Time"
Capítulo 25 - "Caminos cruzados"
Capítulo 26 - "Peleas y reconciliación"
Capítulo 27 - "Nueva Alianza"
Capítulo 29 - "Momentos"
Capítulo 30 - "El descubrimiento"
Capítulo 31 - "Confrontación"
Capítulo 32 - "Torbellino de sentimientos"
Capítulo 33 - "Caer en tentación"
Capítulo 34 - "Negociaciones"
Capítulo 35 - "Cosas del pasado"
Capítulo 36 - "Baile de máscaras"
Capítulo 37 - "Propuesta"
Capítulo 38 - "Cuestión de saber"
Capítulo 39 - "¿Quién manda en este juego?"
Capítulo 40 - "¿Todo estará bien?"
Capítulo 41 - "¿Mentir, si o no?"
Capítulo 42 - "Sorpresa"
Capítulo 43 - "El vuelo"
Capítulo 44 - "Secretos"
Capítulo 45 - "Irse ¿Sí o no?"
Capítulo 46 - "Decisión"
Capítulo 47 - "Lap dance"
Capítulo 48 - "Jaque-Mate"
Capítulo 49 - "Estrategia"
Capítulo 50 - "La nueva era"
Capítulo 51 - "Ajuste de cuentas"
Capítulo 52 - "La pérdida"
Capítulo 53 - "Nuevos tiempos"
Capítulo 54 - "La boda"
Capítulo 55 - "El poder"
La familia - Epílogo pt.1
Dos lados - epílogo pt.2
Querida Stripper - Epílogo pt.3

Capítulo 28 - "Un día diferente"

1.4K 98 70
By Ss0ulx

Minatozaki Sana's point of view

Me estiré lentamente sintiendo que todo mi cuerpo se relajaba. Me froté los ojos evitando abrirlos debido a la luz que entraba en la habitación. Me senté en la cama, entre las sábanas suaves, vi a Jihyo durmiendo tranquila y profundamente.

"Estaba cansada" — pensé sonriendo al imaginar por qué.

Deslicé mi mano por su espalda desnuda. La pelinegra estaba cubierta solamente por la fina de seda gris que nos cubría. Dejé un pequeño beso en la piel suave, y me levanté. Fui hacia el baño para hacer mi higiene matutina.

La dejé dormir un poco más. Era su día libre, nada más justo que eso. Salí de la habitación para entrar en la habitación de al lado. Sooyoung dormía de la misma forma. ¿Era una cosa de familia dormir tan profundo? Me acerqué a la niña que estaba durmiendo, deslizando mis manos por su cabello oscuro, así como Jihyo. No había duda de que ambas eran hermanas. Sooyoung era la copia de Hyo. Deposité un beso con cariño en la frente de la niña, y me retiré de la habitación.

Esa mañana me sentía diferente, solía no involucrarme profundamente con alguien en un corto período de tiempo. Pero las cosas con Jihyo parecían volar. Cuando menos lo esperaba, ella ya estaba en mi mente, tomando todo dentro de mí. Su manera dulce y atractiva no me deja opción, sin acción. Podría amarla y odiarla, al mismo tiempo, la quería en todos los sentidos.

Yo sabía lo que sentía, pero no era el momento de admitirlo. Me gustaría mantenerlo guardado por el momento, de decirle que no sabía cómo estar sin ella. Hoy sería el día perfecto para ella, pero sabía que había alguien entre nosotras. Alguien que también poseía tal poder sobre mí como Jihyo, y ese alguien no era otra que Jisoo.

Tal vez nadie podía entender lo que sentía. Nunca nadie entendería cómo estaba partida entre las dos mujeres. Jisoo y Jihyo habían convertido mi mundo al revés. Ambas me hacían sentir diferentes sensaciones, que me fascinaban. Podía sentirme en el cielo con Jihyo, y el infierno placentero de la lujuria con Jisoo. Eran como las dos caras de la misma moneda. Las amaba, amaba a ambas. ¿Eso era posible? Yo no sabía, pero lo sentía, yo lo quería.

"Dios, ¿podrías haber sido bueno, y hacerlas una sola?"

Negué con la cabeza mientras tomaba los ingredientes para preparar un buen desayuno. Las dos hermanas merecen mimos por los momentos maravillosos que me estaban haciendo vivir.

¿Podría tener esto con Jisoo?

No.

Eso era lo que ella se perdía. Jihyo, para mucho, la mujer perfecta: dulce, atractiva y hermosa. Una mujer completa.

Sonrío mientras terminaba de hacer los panqueques. Preparé todo. Era muy buena en la cocina. Vertí el chocolate como cobertura, apostando a que Sooyoung lo amaría. La hermana pequeña de Jihyo era una chica inteligente y educada. Para mi sorpresa, nos habíamos llevado muy bien. Park Sooyoung era un amor.

Puse todo en la bandeja. Había de todo: frutas, café, zumos, panqueques y huevos revueltos.

"Sí... les va a gustar" — Pensé, colocando una pequeña flor en la bandeja también.

Caminé lentamente a la habitación de Sooyoung, dejando su desayuno en el lado de la cama. Arreglé todo y fui a mi habitación, donde Jihyo estaba dormida. Abrí la puerta lentamente para no hacer ruido, pero me encontré con una hermosa vista delante de mí.

Jihyo estaba despertando. La pelinegra se sentó en la cama, estirando los brazos hacia arriba, estirando todo de ella, moviendo el cuello de un lado al otro. Estaba completamente desnuda, aún cubierta por la sábana que cubría sus piernas. El sol pegaba contra su cuerpo, su largo y ligeramente despeinado cabello cayendo sobre su espalda justo como una hermosa cascada. Estaba de espaldas a mí, así que no se había dado cuenta de mi presencia. Yo podría tomarle una foto en ese momento, estaba divina. ¿Cómo una mujer podía despertar tan hermosa?

— Finalmente despiertas. — Dije sonriendo.

Jihyo volteó su cabeza hacia al lado con una amplia sonrisa. ¡Maldición! Ella era mi fin.

— ¿Qué hora es? El sol está maravilloso. — La mujer habló en frente de la gran ventana de vidrio.

— No sé, pero es probable que no sea tan temprano. — Dije caminando hacia ella, colocando la bandeja en la cama.

Jihyo volvió tirando de la sabana para cubrir sus pechos.

— ¡Wow, eso es un buen desayuno! — Hablaba mirando la bandeja llena.

— Dije que tenía grandes habilidades en la cocina, señorita. Park. — Dije robándole un pequeño beso.

— En realidad, se ve bien. Ahora la pregunta es, si el sabor es bueno.

Entrecerré los ojos a la mujer que sonrió. Jihyo tomó la pequeña flor, poniéndola en la oreja cerca de su cabello oscuro. Miraba todos sus movimientos, de manera admirable. Ese momento podría ser cliché, pero fue bueno. Poco después de arreglarse la flor que la dejó más bella esa mañana, la pelinegra me dio una sonrisa. Esa típica, con la lengua entre los dientes, haciendo arrugar su nariz ligeramente.

— Me dejas débil por ser tan hermosa. ¡Dios!

— ¿Lo hago? — Ella arqueó una ceja.

— Mucho.

Jihyo sonrió maliciosamente. Moviéndose con cuidado para sentarse en mí regazo. ¡Dios! ella estaba completamente desnuda.

— Si te quedas allí por mucho tiempo, no es el desayuno lo que voy a comer.

Jihyo se pasó la lengua por los labios y sonrió.

— El sexo por la mañana es bueno para la salud, ¿verdad? — Preguntó fingiendo inocencia.

Deslicé mis manos hasta sus caderas, abrazándola con fuerza.

— Eso es lo que dicen, señorita Park. Podemos probar. — Dije colocando un pequeño mechón de su cabello hacia atrás.

Jihyo tenía una mirada misteriosa e intensa. Sus ojos avellana tan cálidos y familiares, con secretos ocultos que un día iba a descubrir. Se mordió el labio, y analicé cada movimiento. La acerqué a mi rostro, sosteniendo la mirada durante unos segundos, mientras que una de mis manos reorganizaba algunos mechones de su cabello que insistían en caer cerca de su cara.

— Eres tan hermosa, Park.

Me quedé mirándola a los ojos, que me miraban de la misma manera. Me sentí feliz, sentí que mi corazón latía con fuerza, sentí mi respiración se ralentizaba. Una mezcla de sentimientos desconocidos me tomaron. ¿Me doy a entender? Vi mi futuro a su lado a través de su iris de color caramelo, la miré a mi lado. ¡Maldición! estaba perdida. Yo la quería.

— Jihyo...

— ¿Sí? — La mujer preguntó con ilusión, como si supiera lo que quería decir.

Tomé una respiración profunda, sintiendo mi corazón perdiendo el ritmo. ¿Ahora sería el momento adecuado? Cerré los ojos y los abrió de nuevo ante ella.

— Te amo.

Su expresión fue de sorpresa al escuchar esas palabras. Jihyo me miraba estática. No sé si fue demasiado pronto, yo sólo sabía que lo sentía. Y que, por alguna razón, necesitaba decirlo. La mujer tomó una respiración profunda y tomo un impulso para hablar.

— No digas nada. — Dije seria.

Llevé una mano a su cuello y tire de su cara para un beso tranquilo. Los labios suaves y perfectamente diseñados de la pelinegra chocaron contra los míos en una delicada manera, moviéndonos lentamente, dándome la libertad completa. Envolví mis brazos alrededor de su cintura, Trayendo su cuerpo caliente cerca del mío. Sentí una respiración profunda durante el beso, y continuamos. En nuestra calma, las cosas se volvieron intensas. Las cosas con Jihyo siempre progresaban rápido.

La pelinegra llevó las manos a mi cara, prolongando un beso, que le pidía a Dios que no tuviera fin. Deslicé mis manos por su espalda desnuda, de abajo hacia arriba, uniendo su cuerpo más al mío. Jihyo desconecto sus labios de los míos, y fue a mi cuello, el cual besó con intensidad, sacándome un gemido.

Cerré los ojos y solo sentí. Jihyo puso las manos encima de mi camisa, sacándola de mi cuerpo, mirando fijamente a mis ojos sin parar.

Antes de seguir, nos amábamos con nuestros ojos. La mujer me miró como si fuera la primera vez. Y realmente lo era, en ese momento no era Minatozaki Sana, sólo era Sana. Y ella, era mi Hyo.

Jihyo regresó a los besos en los labios, saboreando mi boca lo más que pudiera. ¡Dios! sentí mi cuerpo caliente, yo la necesitaba. Cuando tomé su cintura y la acosté en la cama, oí golpecitos en la puerta.

— No... — Jihyo dijo cerrando los ojos.

"unnie" — la pequeña llamo detrás de la puerta.

Sonreí derrotada, relaje mi cuerpo sobre Jihyo.

— ¿Precisamente ahora?

Jihyo se mordió el labio. Y me besó en los labios.

— Lo siento mucho.

— Esta bien, Hyo, ve y abre la puerta.

Jihyo asintió, levantándose de la cama todavía desnuda, tomando mi camiseta del suelo. Que combinaba con sus bragas. ¡Maldición! estaba jodidamente buena.

— ¡Maldita sea, Park!

— ¿Qué pasó? — Dijo caminando hacia la puerta.

Hice una señal de "ok" por la forma en que estaba vestida. Haciéndola sonreír con timidez. Jihyo abrió la puerta estando de frente a Sooyoung, que tenía una bandeja de desayuno en las manos. La niña sonrió, su boca estaba totalmente sucia con el chocolate de los panqueques

— ¡Traje algo para ti! — Habló la niña extiendo la bandeja.

Jihyo rio y dejo a la pequeña entrar.

—Sana hizo para mí también, Sooyoung!

—¡Hmm! ¡Sana unnie! ¡eres buena en la cocina!

— ¿Ves? Le dije a tu hermana, Sooyoung, pero ella no me cree.

—Necesitas probar los panqueques, unnie! — Habló la niña animada.

Jihyo me miraba con una sonrisa, como si le gustara vernos. Nos subimos a la cama para terminar el desayuno en medio de risas.

Park Jihyo's point of view

Oía las risas fuertes viniendo de la cocina. Sana y Sooyoung estaban intentando hacer pizza. Me sorprendió la forma en que las dos se habían llevado tan bien. Sana no era el tipo de mujer que le gustara los niños, pero por el contrario había amado a Sooyoung, y nada podría ser mejor que eso. Observé como las dos estaban intentando hacer la masa. En este punto, Sooyoung ya estaba más que cubierta por la harina.

— ¡Dios, están haciendo un lio! —Dije entrando a la cocina.

Sooyoung y Sana me miraron sonriendo.

—Podrías ayudarnos Hyo. — Sana dijo mientras preparaba la masa de la pizza.

Sooyoung me miró con la cara llena de harina.

—Sooyoung, la harina es para la pizza, no para ti.

Sana se rió.

— ¡Déjame! — La niña dijo entre dientes tirándome un poco de harina.

—Ahora hay otra persona que está sucia. — Sana habló riendo.

— Si, ¡tú!

Los ojos de Sana cerraron ya que le había tirado harina. Ella abrió la boca con asombro.

—No debiste haber hecho eso, señorita Park.

Reí a carcajadas al verla toda sucia, cuando alguien soplo harina en mi dirección.

—¡Está fue por haber ensuciado a Sana! — Sooyoung dijo riendo.

— ¿De qué lado estas? — Le pregunté a Sooyoung que estaba riendo.

—¡De mi lado, por supuesto! — Sana habló jugando un poco conmigo.

— ¿Eso es un complot?

Sana y Sooyoung se miraron, y fue cuando la guerra comenzó. Y el polvo blanco estaba esparcido por todas partes. Gastamos prácticamente todo el bote entero jugando una contra la otra. Yo solo podía escuchar nuestras risas altas mientras nos ensuciábamos como tres niñas tontas jugando en esa cocina.

—¡Para! ¡Para! ¡Me entro en mi ojo! — Grité.

Y Sana me miro asustada, viniendo hacia mí.

—Vamos a lavarlo.— Habló la mujer preocupada.

Solté una risa divertida.

—¡Ay, idiota! — La mujer dijo, sonriendo.

— Te engañé.— Hable mordiéndome los labios.

Sana sacudió la cabeza negativamente, mirando a nuestro alrededor. Los empleados tienen seguramente mucho trabajo para limpiar todo.

— ¡Park Sooyoung, mira como estás! — Me quedé mirando el desastre que hicimos.— Ve al baño, y toma una ducha!

—unnie...—murmuró la chica.

—Ve, y te quiero aquí limpia y perfumada.

La pequeña hizo un puchero y bajo del mostrador donde estaba sentada. Sana sonrió, pasándo su mano por el cabello de Sooyoung, quien sonrió y salió de la cocina.

—¡Mira esto, hicimos un desastre!

—Mis empleados van a renunciar. — Sana dijo riendo.

—Apuesto a que lo harán. Pero, ¿qué pasa con la pizza?

—Pusé dos en el horno, en pocos minutos, ya deben de estar listas.

—Por lo menos tienen que estar deliciosas, Minatozaki. — Hable con arrogancia.

Sana sonrió maliciosamente, y se acercó a mí, me inclina lentamente sobre la encimera de la cocina, presionando su cuerpo sobre el mío.

—Todo lo que hago es delicioso, señorita Park.

¡Maldita provocadora!

—Siempre tan humilde, ¿no es así?

—Se sincera es verdad, ¿o estoy mintiendo? — Sana preguntó mirando mi boca.

—Yo no sé, Sana...

—Sabes, por supuesto. Yo puedo hacer que te acuerdes si lo deseas

Se puede ver mi nivel de dependencia que tengo hacia esa mujer, incluso cuando esta toda sucia de harina, todavía es atractiva. ¿Qué tipo de hechizo tenia? Miré sus ojos brillantes y traviesos. Sana se mordió el labio, para después deslizar su lengua lentamente sobre ellos.

—Tengo tantas ganas de follarte, mierda.— Habló directamente.

Sentí que mi cuerpo murió mil veces en ese instante.

—No hables así Sana, Dios mío.

— ¿Por qué? — Sana habló besando lentamente la curva de mi cuello.

Cerré los ojos y me quedé sin aliento cuando sentí su lengua en mi piel.

— ¿No te gusta cuando hablo de esta manera? ¿Cuando digo que quiero follarte hasta no aguantar más?

Me mordí los labios, sintiendo todo mi cuerpo caliente por sus palabras sucias y osadas.

—Te odio, Minatozaki.

Ella sonrió, y poco a poco bajó sus manos a mi trasero apretándolo con intensidad. Y sin quitar los ojos de mí, ella adentro sus manos por debajo de mi vestido.

— Quédate en silencio, ¿De acuerdo?

Solo asentí con entusiasmo. Sana se acercó a mis labios, besándolos con ganas. Chupando mi lengua de manera audaz y agradable. A medida que sus manos se levantaron hacia mis pechos, los cuales apretó con ambas manos. Ella tenía una forma tan jodidamente buena de tocarme, sus manos eran delicadas, pero tenían toques brutos y deliciosos. Maldita sea, me sentía caliente y húmeda por la situación.

—Sooyoung nos puede ver, Sana... — Jadeé de mala gana.

—Shhh.... ella no va a ver nada. — Ella susurró provocativamente.

Sana se inclinó hacia adelante, bajando hacia mis senos. Los que beso lentamente sobre la fina tela del vestido. El hecho de que yo estaba sin sujetador hizo que sintiera su lengua aún indirectamente sobre mi piel.

—Dios, No hagas eso...

Sana sonrió diabólicamente, y con una de sus manos bajo los tirantes de mi vestido, dejando mis senos totalmente expuestos.

—Me gustan mucho, ¿sabes? Tienen la medida correcta, y son besables. ¡Por Dios! — Ella habló mientras miraba cada detalle de mis senos desnudos.

—Te encanta torturarme, ¿no es así?

—Me encanta darle placer, señorita Park.

La mujer habló antes de envolver uno de mis pezones con su lengua caliente y húmeda. Me mordí el labio para no gemir y llamar la atención de Sooyoung que estaba en el baño. Una tarea muy difícil, lo admito, Sana chupo mi pezón con ganas, moviendo su lengua de un lado a otro tan rápido que quería lo mismo entre mis piernas. Llevé una de mis manos a su cabello lacio, obligándola a continuar allí, tomando más de mí. Y ella no se detuvó, mordió, chupó hasta dejarlos totalmente sensibles. Yo podría gozar solo con aquello, pero yo quería más.

Sana se arrodilló frente a mí y sonrió. Dios, yo amaba aquella sonrisa arrogante. Se inclinó levantando la tela de mi vestido, quedando frente a frente con la pequeña ropa interior que llevaba.

—Podría evitar usarlas. Siempre serán quitadas por mí en la primera oportunidad, Jihyo. Aunque están muy bien escogidas, lo reconozco.

Sana se aproximó, y aspiro mi piel. Tocando con la punta de los dedos donde más ansiaba.

—Me encanta la forma en la que te mojas para mí así...

La mujer habló llevando su mano en la tela delgada, sacándola de mi cuerpo. Y cuando estaban lista para sentir sus toques, oímos un grito alto de Sooyoung.

—¡Oh Dios mío! ¡Sooyoung!

Rápidamente me puse el vestido y miré a Sana que se levantó asustada. Corrimos en dirección al cuarto de baño, notando que el pasillo estaba repleto de agua.

—¡Sooyoung! — Grité.

—¡Unnie, ayúdame! —La niña gritó desde la otra puerta.

Sana se apresuró y abrió rápidamente la puerta, dejándonos con la boca abierta.

El enorme cuarto de baño estaba totalmente lleno de espuma.

—Oh, Dios mío, ¿dónde estás Sooyoung?! — Dije en medio de la espuma.

—Estoy aquí, unnie. — La niña habló levantando el brazo.

Apenas me di cuenta de su presencia, el nivel de espuma era alto, tomando casi todo el cuarto de baño. Sana entró en el baño corriendo en dirección de la bañera donde Sooyoung estaba, fue apagando los botones que estaban allí. El agua dejó de caer, y la misma espuma dejo de brotar.

La niña se levantó con una sonrisa pálida, mirándonos a Sana y a mí.

— Sooyoung Park, estás en serios problemas. ¡Ve esto! — Exclamé mirando a mí alrededor.

La habitación estaba totalmente llena.

— ¡Soonnie, lo siento! Presioné unos botones y empezó todo. Cuando vi, ya estaba así.

Sana soltó una carcajada. Haciendo que la mirara confundida.

— ¡Confieso que siempre he querido hacer esto! — La mujer dijo, sonriendo, entrando es la bañera junto a Sooyoung.

— ¡No no! Esto está mal, sal de ahí!

— ¡Hyo, aprovecha! — Sana dio una palmada con las manos en el agua, haciendo que me salpique.

Yo no lo podía creer. ¿Qué edad tenía esta mujer? Sana le tiró un poco de agua a Sooyoung, que Sooyoung devolvió dando inicio a una guerra. Dios, estaba molesta.

— ¡Basta, ustedes dos!

Sana y Sooyoung se miraron entre sí para luego mirarme a mí. Y cuando menos lo esperaba, un fuerte chorro de agua salió en mi dirección, haciendo a las dos reír como un par tontas.

— Minatozaki Sana me las vas a pagar. — Hablé mirando a la mujer que me miraba con una cara de bastarda.

Caminé hacia la mujer que me tiró fuertemente en el baño con ella y Sooyoung.

— ¡Ssh! ¡quieta, Park!

— ¡Suéltame!

Sooyoung se rió y saltó delante de nosotros. Hasta que me calmé y me senté entre las piernas de Sana que me rodeó por la espalda con sus brazos.

— ¿Dolió, señorita cerdito? — Sana habló mirándome con una sonrisa.

— ¿Qué? Amo tomar baños, ¿ok? Simplemente no estoy de acuerdo con el destrozo que están haciendo en toda la casa.

— ¡Mentira, a unnie no le gustaba bañarse!

Sana se rió a carcajadas.

— ¡Mentira, Sooyoung!

— Mamá lo dijo.

— Tu madre no sabe nada de mi vida.

— Muy bien, chicas, no discutan. — Dijo Sana.

Sooyoung se sentó frente a nosotras, mirándonos con una sonrisa curiosa.

— ¿Son novias?

Abrí los ojos ante la pregunta tan indiscreta.

— ¿Es eso lo que crees que somos? — Sana preguntó calmada.

— Bueno, parecen serlo.

— ¿Por qué?

— Las vi besarse en la boca en el parque ayer... y ustedes se miran diferente.

Sana entrecerró los ojos, y yo apenas sonreí.

— Explícame mejor.

— Unnie te mira con cara tonta enamorada.

— Dios, eres la peor hermana en el mundo. ¿De qué lado estás? — Hablé jugando con el agua.

Sana sonrió y besó mi hombro con cariño.

— Déjala hablar, Hyo.

— Dices eso, porque no es tu hermana.

Sana sonrió, y luego me levanté.

— Vamos todas salgan ya de ahí. Y tú, Sooyoung, ve al baño de la habitación en la que estoy, y por favor no lo inundes.

La niña salió corriendo del baño cubierta de espuma, riéndose. Negué con la cabeza negativamente, al sentir las manos de Sana tirándome hacia ella.

— ¿Quieres ducharte conmigo, Park?

Sonreí cínicamente.

— No estaría mal, ¿verdad?

Vi a la mujer que morder sus labios en provocación.

— Deja de provocarme, Sana, deja eso para más tarde, ¿de acuerdo? Prometo que te lo recompensaré muy bien.

— Voy a esperar por eso.

Después de la animada cena que tuvimos, Sooyoung cayó pronto dormida. La chica estaba cansada debido al día completo que pasamos jugando y riendo. Cubrí a la misma con el edredón grueso de su cama, dándole un beso en la frente con cariño. Sana ese momento estaba en su oficina privada, me dijo que tenía que comprobar algunos correos electrónicos importantes, y yo me limité a asentir.

Park Jinyoung's point of view

— ¿Qué te hizo cambiar de opinión, Jinyoung? — Eunha preguntó mientras bebía su copa.

— Los hechos, tienes toda la razón. Sana no dejaría a Jisoo quedarse.

— Te lo dije, conozco a esa mujer como la palma de mi mano.

El acuerdo con Eunha, había sido cerrado. Contra los hechos no había argumentos. Sana estaba girando la vida de Jisoo, yo la perdería. Pero yo no era el tipo de hombre que aceptaba perder. Park Jisoo era una piedra preciosa de Imperium, y sin ella, mi negocio se iría por el desagüe. Los clientes más poderosos siempre la buscaban, yo no podía dejarla ir.

— ¿Cuál sería su plan?

— Bueno, como te dije el otro día, quiero que la secretaría sepa que Sana está involucrada con una stripper.

— ¿Y cómo lo hacemos?

— Vamos a traerla aquí, y que la coja en el acto.

— ¿Quién asegura que Sana vendrá?

— Jisoo. Si ella es realmente todo lo que dicen, ni Jihyo la hará quedarse.

— ¿Quién es la pobre chica? — Pregunté riendo.

— Una muerta de hambre, no tiene donde caerse muerta.

— Bueno, al lado de Sana seguramente tendrá, ¿verdad?

Eunha puso los ojos tirando un pequeño papel de su bolso.

— Esta es Park Jihyo, la mujer, con la cual Sana se está involucrando.

Miré la foto tomada, analizando la mujer que estaba en ella. No sé si era una ilusión óptica, pero conocía aquella mujer.

No podía creer que esta situación. Jihyo era demasiado inteligente. Había capturado a Sana desde todos los ángulos posibles, sería una pena si ella misma se descubriera, ¿no es así? Su pequeño juego de Stripper llegaría a su fin. ¿Y quién se beneficiaría de todo esto?

— Creo que hay algo en esta historia que no sabes, Eunha.

Park Jihyo's point of view

Bajé las escaleras oyendo la música de ambiente procedente de la sala. Me acerqué a Sana que veía la fuerte tormenta que había afuera. El clima era agradable gracias a la enorme y lujosa chimenea que estaba allí. Me acerqué a la mujer que ahí estaba no se había dado cuenta de mi presencia, ella estaba tan hermosa esa noche. Sana llevaba pantalones vaqueros y un chándal sofisticado.

— El cielo se está cayendo afuera.

Se volvió hacia mí y sonrió.

— Con todo bien aquí, no me importa. — Ella sonrió, y me entregó una copa de vino. — Sé que te gusta de este.

— Gracias.

— Sooyoung tardó en dormir, ¿no es así?

— Tuve que hacerla cepillarse los dientes y cambiarse de ropa.

— Creo que es hermoso la forma en que cuidas a tu hermana, Hyo.

— Trato de hacer lo mejor, ¿sabes? Sooyoung es la única cosa buena en mi vida.

— ¿La única? — Sana preguntó con una ceja arqueada.

Me sonrojé, sonriendo.

— En realidad, es una de las cosas buenas de mi vida.

— Menos mal, me sentiría excluida si no fuera así.

— ¿Eso es importante para ti?

— ¿Qué, Hyo?

— Ser algo bueno en mi vida.

Sana se acercó, poniendo una mano en mi cintura.

— Por supuesto, quiero ser lo mejor para ti.

Me mordí los labios, sintiendo mi corazón acelerarse con esas palabras. Sana era muy atenta y cariñosa cuando quería.

— Lo eres, Sana.

Sus ojos estaban en mirándome, intensamente.

— Voy a ser mucho más, señorita Park, ¿aceptas bailar conmigo?

Le sonreí a la mujer.

— ¿Esto es serio? ¿Ahora es usted quien me invita a bailar?

— Sí, es mejor disfrutarlo, ¿ves? No lo hago siempre.

Negué con la cabeza, sonriendo, y me acerqué. Sana dejó los copas en la mesa, tirando de mi cuerpo junto al suyo. Tomé una de sus manos acercándola a mí, comenzando un baile lento con el sonido que estaba sonando. Apoyé la cabeza en el hombro de la mujer que me guió perfectamente el sonido lento.

— ¿Sana? — Susurré a la mujer.

— Habla, Hyo.

— Yo quería preguntarte algo.

— Pregunta lo que quieras. — Sana dijo girando mi cuerpo, atrayéndome hacia ella nuevamente.

— Acerca de hoy... dijiste que... Bueno...

— ¿Qué dije? — Me interrumpió rápidamente.

Levanté la cabeza de su hombro, y la miré.

— Tú sabes...

Sana sonrió, acariciando mi cara.

— Dije que te amo, Jihyo.

— ¿Cómo puedes estar segura?

Sana me miró, su iris era de un chocolate claro y totalmente amoroso. Ella tomó mi mano lentamente, poniéndola en su pecho.

— Por esto. ¿Puedes sentir? Esto pasa solo cuando estoy contigo.

El latido de su corazón era acelerado y frenético ante mi mano.

— Si esto no es suficiente para ti, te puedo decir que eres la única mujer que puede entrar en mi mundo sin el más mínimo esfuerzo. La única que rompe y tira mis barreras. Me ves como soy realmente. No sé cuándo empezó, sólo sé cómo me siento ahora, y que si quieres ser mía, voy a hacerte la mujer más feliz de todas, Park Jihyo.

No sé qué decir, ni mucho menos qué pensar. Yo la quería, pero tenía miedo. El miedo al futuro que no lo había dado por hecho. Me encanta Sana, sin duda alguna.

— Te amo, Sana.

Vi una sonrisa amplia en su cara, y entonces la mujer me atrajo hacia ella, tomando mis labios en un beso tranquilo. Nuestras lenguas comenzaron un contacto sincronizado y perfecto. Sana me estaba guiando lentamente hacia la pared más cercana.

— Esta vez será diferente, lo prometo.

Cerré los ojos, sintiendo los labios suaves de la mujer chocando contra los míos. Mientras sus manos subían de arriba hacia abajo en mis piernas en una cálida caricia. Sana se apartó durante unos segundos y se quitó la sudadera que llevaba puesta, y me da una visión completa de sus pechos turgentes apretados con un sujetador de encaje negro. Sus manos fueron rápidamente contra mi camisa, retirándola de mi cuerpo, luego bajando la cremallera de mi falda. Mirando con delicadeza cada parte de mi cuerpo desnudo, la mujer que estaba de rodillas a mis pies, deposito húmedos besos en mis muslos, llendo hacia el abdomen hasta volver a mis labios de nuevo.

Sentí sus labios sobre la piel de mi cuello, su lengua se movía de forma rápida e intensamente, volviéndome débil y haciéndome gemir voluntariamente, mientras sus manos retiraron sus pantalones vaqueros.

— Sooyoung puede estar despierta — Susurré con el hilo de cordura que me había dejado.

— Ella no se despierta, no te preocupes. — Habló la mujer entre mis labios, guiándome hacia donde estaban las enormes sabanas junto a la chimenea. — ¿Quieres ir a la habitación? — Sana preguntó con la respiración pesada.

Yo sólo negué, yo la quería allí. En el suelo de la habitación, al lado de la chimenea que ardía sin parar. Sana me colocó suavemente y comenzó a contemplarme durante unos segundos.

— Déjame guardar esta imagen en mi mente. — Dijo con una sonrisa encantadora.

La tomé del cuello, luego me besó en los labios con ternura para después liberarlos y avanzar hacia mi cuello, que chupó, lamió, y mordió, en una excitante e intensa manera, haciéndome jadear.

— Espero que me perdones, pero será la primera vez que hago el amor con alguien.

Nadie podía entender lo que era escuchar esas palabras de la boca de la mujer que más amaba. Me entregué a Sana esa noche, por completo.

Sus labios ansiosos succionaron el lóbulo de mi oreja de forma caliente y audaz, haciendo que mi centro se contrajera en excitación. Deslicé mis manos en su espalda, quitando el sujetador de forma rápida y hábil. Sana no se había quedado atrás, se sentó en mis rodillas, dándome la vista completa de sus pechos. Para después viajar por mi cuerpo con besos húmedos y calientes.

Gemí al sentir su lengua contra mi piel que anhelaba por ello.

Sana bajó lentamente las tiras de mi sujetador dejándolos totalmente expuestos ante sus ojos hambrientos. Cerré los ojos y sentí su boca alrededor de uno de mis pechos sin piedad, en lentas y tormentosas lamidas, mientras que la otra mano masajeaba mi otro pecho

— Oh, Dios, Minatozaki... — Gemí tomando los mechones de su cabello largo.

Sana succionando con ganas, haciendo círculos con la lengua en el duro pezón sin parar un instante, dejándolos con dolor y sensibilidad. Mientras que su mano descendían hacia mi clítoris, masajeando sin parar. Me mordí el labio para evitar el gemido que insistía en salir.

— Más, por favor.

Ella se inclinó hacia abajo de mis pechos, pasando por mi abdomen, donde dio un mordisco, bajando más hasta donde yo ardía de placer, y con dos dedos, la mujer, puso mis bragas a un lado, probando el líquido caliente que emanaba de allí.

— ¡Oh, eso! — Gemí clavando las uñas en las sábanas que estaban en el suelo.

— Tienes un sabor maravilloso, Jihyo. Nunca me cansaré de ello.

Me incliné entre mis codos para verla, Sana parecía un felino, lamiendo lentamente mi sexo.

Pude ver sus ojos llenos de deseo y lujuria. Sentí su lengua moverse frenéticamente en mi punto de placer, presionando de la forma que yo más quería.

— Justo ahí, Sana...

Mi cuerpo se movía sin que se lo pidiera, como si el control que tenía en mí como si se hubiera ido al espacio. Traté de cerrar mis piernas y suavizar la sensación grande que estaba sintiendo, pero la mujer trató de sujetarlas firmemente, y continuar el trabajo agradable que estaba haciendo.

— ¡Oh, Vaya! Más, por favor! — Gemí.

Podía oír la succión de su boca hambrienta en mi sexo. Era enloquecedor. Con la punta de la lengua Sana rodea el clítoris hinchado sin parar, y para aumentar aún más la intensidad, sentí dos de sus dedos penetrar en mí a la vez.

— ¡Ah, ah, ah! — Gemí con cada embestida que lo hizo.

Llevé mi mano derecha a su cabello, apretándolo con fuerza, haciendo que la mujer continuara. Sentía mis piernas temblar con ese toque audaz de la lengua y los dedos. No podía soportar mucho.

Sana no descansaba y, en un constante ir y venir de su lengua y sus dedos simplemente no podía soportar. Todo mi cuerpo se sacudió en una convulsión placentera. Desde la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies.

— ¡Maldición! Sa...-na!

— Vente para mí, Hyo. Disfrútalo.

Y ella no se detuvo, no tenía más fuerza. El orgasmo que me llevó fue más fuerte de lo que podía imaginar. Sana me chupó hasta que no quedaba nada. Mi cuerpo cambio lentamente, sintiendo sus dedos salir de dentro de mí.

Proteste ya extrañando el sentimiento de sus dedos dentro de mí, incluso con la fatiga que tenía.

— Estuviste maravillosa. — Dijo ella, sonriendo, besando mis labios con cariño.

— Te amo, Sana.

Dije, mirándola parcialmente iluminada por el fuego procedente de la chimenea junto a nosotras, con el rostro sudoroso y sus ojos satisfechos estarían en mi mente como una prueba de la noche en la que fui suya, ya que nunca había sido de nadie más.

— Te amo, Hyo.     


Continue Reading

You'll Also Like

162K 15K 56
𝐌𝐈𝐂𝐇𝐀𝐄𝐍𝐆┊Mina es una inexperta en el sexo, todo lo que tiene que ver con el tema la asusta hasta que por obra de una hoja que choca contra su...
112K 10K 16
SOOJIN x SHUHUA Esta vez Soojin persigue a Shuhua.
303K 21.5K 48
"Son cosas que hacen las mejores amigas, ¿Verdad?" - Inicio: 10/02/19 - Final: 04/09/19 🏅#2 Michaeng (06/10/19) 🏅#1 Twice (09/10/19) 🏅#34 Mina (06...
674K 87.2K 63
"Y si no eres el amor de mi vida diré que me equivoque de vida y no de amor" Cuando Izuku observó como Kacchan le decía que sería padre, supo que en...