Un Villano Amor | Tsukkiyama...

By Lili_Elio

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Una trágica novela verídica no tiene su final tras la muerte del escribano. Yamaguchi transmigra al cuerpo de... More

Pᴀʀᴛᴇ I
1˦ Dᴇsᴘᴇʀᴛᴀɴᴅᴏ ᴇɴ ᴇʟ Cᴜᴇʀᴘᴏ ᴅᴇ ᴜɴ Vɪʟʟᴀɴᴏ Sᴇᴄᴜɴᴅᴀʀɪᴏ
2˦ Eʟ Vɪʟʟᴀɴᴏ ɴᴏ Fᴜɴᴄɪᴏɴᴀ ᴘᴀʀᴀ sᴇʀ Bᴜᴇɴᴏ
3˦ Lᴜᴄɪᴇ́ʀɴᴀɢᴀs ʏ Cᴀᴍᴇʟɪᴀs ᴘᴀʀᴀ Aᴄᴇʀᴄᴀʀɴᴏs
4˦ Mᴀʟᴀ Sᴜᴇʀᴛᴇ ʏ ᴇʟ Rᴇʏ ᴅᴇ ʟᴀs Dᴇsɢʀᴀᴄɪᴀs
5˦ Pᴀɢᴀ ᴇʟ Jᴜsᴛᴏ ᴘᴏʀ ᴇʟ Vᴀ́ɴᴅᴀʟᴏ I
6˦ Pᴀɢᴀ ᴇʟ Jᴜsᴛᴏ ᴘᴏʀ ᴇʟ Vᴀ́ɴᴅᴀʟᴏ II
7˦ Cɪᴄᴀᴛʀɪᴄᴇs ᴅᴇ Hᴏɴᴏʀ
8˦ Uɴ Iɴᴠɪᴛᴀᴅᴏ Dᴇsᴇᴀᴅᴏ ʏ ɴᴏ Dᴇsᴇᴀᴅᴏ
9˦ Eʟ Aᴅᴏʟᴇsᴄᴇɴᴛᴇ ᴇs ᴜɴ Rᴇʙᴇʟᴅᴇ, Cᴇʟᴏsᴏ ʏ Rᴇᴄᴇʟᴏsᴏ
10˦ Lᴀ Vɪʟʟᴀ Iᴍᴘᴇʀɪᴀʟ I
11˦ Lᴀ Vɪʟʟᴀ Iᴍᴘᴇʀɪᴀʟ II
Esᴘᴇᴄɪᴀʟ ɪ: Gʀᴀᴄɪᴀs Pᴏʀ Exɪsᴛɪʀ
13˦ Eʟ Dᴇsᴛɪɴᴏ Iʀʀᴇᴍᴇᴅɪᴀʙʟᴇ I
14˦ Eʟ Dᴇsᴛɪɴᴏ Iʀʀᴇᴍᴇᴅɪᴀʙʟᴇ II
Pᴀʀᴛᴇ II
1˦ Pʀɪᴍᴇʀ Aᴍᴀɴᴛᴇ ᴅᴇʟ Hᴀʀᴇᴍ: Eʟ Gᴜᴇʀʀᴇʀᴏ
2˦ Esᴄᴜᴅʀɪɴ̃ᴀɴᴅᴏ ᴇʟ Pᴀsᴀᴅᴏ
Pᴇʀғɪʟ ᴅᴇ Pᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇs
3˦ Cʜɪsᴍᴇs ᴅᴇ ʟᴀ Rᴇᴀʟᴇᴢᴀ

12˦ Exᴀᴍᴇɴ ᴅᴇ Iɴɢʀᴇsᴏ Esᴄʀɪʙᴀɴᴏ

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By Lili_Elio

「╥─ ᭄✾ྀ─╥」

La mañana fue demasiado soleada. Hinata se despertó irritado por tener el sol en pleno esplendor ardiendo sus párpados.

—Ayyy, quiero dormir...

Se giró hacia el otro lado sintiéndose mejor. Aún más paz.

Sabía que sentir tanta calma no era normal, hasta que la vocecita en su cabeza le trajo lo que olvidaba.

"Tienes examen."

—El examen... Ay no. ¡No, no! ¿Qué tiempo es?

Debió haber madrugado y no lo hizo. Se levantó de un golpe y se cambió la ropa mientras salía de la habitación para tocar la puerta de Yamaguchi.

No hubo respuesta.

—¿Se fueron sin mí? No puede ser. ¡Yamaguchi-san!

Abrió con cautela. Quedó congelado con el mal aspecto de la habitación. No había nadie, pero parecía que habían saqueado alrededor o algo. Hinata llamó a la arrendadora del hospedaje para avisar lo que encontró.

—¡Alguien más entró en esta habitación! Esta es de mi maestro y no está. Tuvo que entrar un ladrón. ¡O un secuestrador!

—¡Por todos los dioses! No es posible. ¡Ay, ay! ¿Pero cómo puede hacer esto?— La dueña miraba incrédula alrededor y agrego. —Si el mismo salió bien en la madrugada sin decir ni una palabra de esto. ¡¿Cómo se atreve?!

—¿Eh...? ¿Se fue?

Esto le inquietó más y salió corriendo, dejando a la señora con las palabras en la boca y discutiendo sola.

—¡Ey! ¡¿A dónde vas tú?!

No tenía tiempo para retrasarse más. ¿Qué sucedió? ¿Por qué se fue sin avisarle de nada? ¿Fue al palacio imperial?

«¿Qué está pasando? Nada de esto tiene sentido. Tengo que llegar al palacio, si él no está ahí... no lo sé.»

—¿Por qué me dejaría atrás? Esto no está bien...

Hinata avanzó hacia la entrada del palacio imperial. Por un instante sintió alivio de distinguir a otros con el mismo haori que se presentaban a tomar el examen. Sin embargo, por la tardanza, se les estaba negando la hora a entrar.

—Ay no...

Las puertas del palacio se cerraron sin importar los que ya estaban ahí.

—No, no, no. ¡Necesito tomar este examen!

Hinata miró los alrededores. Aunque le tocara escalar alguna muralla, lo haría. Así que fue corriendo por otra ruta, rodeando las murallas del palacio desde la arbolada donde nadie transitaba; o eso pensaba. La seguridad del palacio imperial es estricta y los soldados sí hacen rondas a caballo vigilando las murallas. 

«¡Están armados! Si ven que estoy aquí. ¡Estoy muerto!», exageraba de los nervios.

Siguió a cuclillas buscando un espacio que le sirviera para colarse en el palacio y divisó una puerta lateral abierta, vigilada solo por dos soldados.

Escuchó el galope de un caballo tan cerca que se espantó, creyendo que había sido descubierto. Los soldados de la entrada se apresuraron a recibir a un hombre. Apenas bajaba de su caballo cuando lo sofocaron con noticias.

—¡General! Le solicitan de parte del emperador.

Estos soldados estaban muy emocionados por su General y se apartaron de la entrada para recibirle como un rey.

A Hinata le importaba poco, era buen momento para pasar desapercibido y entrar.  Se movió con sigilo fuera de los arbustos, pero cuando estaba cruzando la entrada, una flecha pasó justo frente a él. ¡La esquivó de milagro!

El General lo había presenciado al instante y dejó de lado a los soldados para avanzar.

—¡A un lado! —se escuchó la imponente voz del General.
Hinata sintió el corazón en la boca. Corrió por los pasillos como si le siguiese un demonio. En efecto, aquel General llevaba una mirada tan  aterradora que Hinata no se atrevía a mirar atrás.

Las flechas seguían rozando su nuca y le hizo perder el equilibrio mientras corría. Hinata no tenía ni la menor idea en que parte del palacio estaba ya.

Estando más cuerpo a cuerpo, el General sacó la espada con toda la intención de arremeter contra Hinata.

Hinata lo esquivó, no solo uno...

Pero dos veces.

¡Luego tres veces!

Esto jamás le había sucedido a este General antes. ¿De dónde salió este tipo que se movía tan rápido? No creía que Hinata fuese solo un postulante a escribano. Sino, algo más que desconfiaba.

Hinata estaba atrapado en una mezcla de asombro y miedo por el enfrentamiento. Si antes no le había admirado como los otros soldados, ahora entendía aquel respeto exagerado. Él no tenía la menor idea de lo que era estar en una pelea. ¡Menos con un General de la armada del emperador! Tal vez esto sea lo primero y lo último parecido a un enfrentamiento si no huía cuanto antes.

—Tu... ¿Quién demonios eres?

Por supuesto que no le daría su nombre. Era estúpido, pero no tanto como para...

—Hinata Shoyo.

El mismo General no creía que fuese tan estupido. Prefería pensar que había usado un nombre falso.

—¡Y tú no vas a detenerme a tomar ese examen!

Le respondió Hinata señalando. Es difícil entender cómo estando muerto del susto, seguía arriesgando el pellejo.

Hinata continuó huyendo, pero el General no se inmutó por perseguirlo más.

Girando a un pasillo, tropezó con alguien más a quien casi confunde por una dama de no ser por su voz. Era masculina, pero suave y joven.

—¿Tú qué haces husmeando aquí?

—Yo...

Era varón seguro... pero atractivo. Fácil para distraer a Hinata de su objetivo. ¿Quién era? Lucia como una concubina.

—Soy postulante para escribano. Dejé el grupo para ir al baño y me perdí.

—¿Tan lejos?

Notó la ansiedad de Hinata al oír los soldados cerca y supo que los baños era solo excusa.

—¡Por favor, por favor! Necesito tomar este examen.

El joven miró hacia otra dirección, y respondió.

—Si cruzas ese tejado, tal vez llegues rápido.

Lo dijo en broma, no esperaba que el desesperamiento de Hinata fuera tal como para intentarlo.

Hinata subió como si su vida dependiera de ello. Una vez en el tejado, escuchó la voz del General llamando al joven que había conocido.

—Kozume.

Del susto al escucharlo, Hinata se tiró del otro lado del tejado para no ser visto. Este aun podía oír la conversación al otro lado.

—¿Mm? Creí que estabas con el emperador. Te busca.

—Ya oí de eso. ¿No has visto una mandarina andante corriendo por aquí?

—¿Una mandarina? —escuchó la respuesta de Kozume.

«¿Me llamó mandarina?! ¡Ese idiota!»

Hinata ya no podía desviarse ni distraerse más. Se marchó con disimulo por el camino señalado hasta dar con el tumulto de escribanos de pie, atentos al discurso de los líderes. Esto le dio ventaja a Hinata a colarse entre los hombres sin ser tan notorio; agradeció ser bajo de estatura.

Halló un espacio vacío y miro alrededor, pero no podía ver nadie parecido a Yamaguchi. El discurso terminó pronto y todos se sentaron para realizar el examen.

Hinata completaba un poco el examen y luego miraba alrededor para seguir buscando.

«Hay maestros vigilando... Pensarán que busco hacer trampa.»

Pero no podía evitarlo. Varias filas al frente, divisó un flequillo alzado distintivo de Yamaguchi.

«¡Yamaguchi-san! !Debe ser él!», pero así como sintió calma, se angustió pues ahora entra la incógnita de porqué le dejó atrás.

Respiró con calma. Mientras más rápido terminará el examen, podría darle más cabeza al asunto.

Muchos terminaron antes de tiempo, pero Hinata se tomó hasta el último segundo.

«Que horrible esta prueba... Tengo mareos.»

Llamaron a todos los postulantes a estar en pie para dar orden a lo que ocurriría a continuación. 

—Se anunciarán los resultados en tres días en el panel de anuncios de la plaza. Hasta entonces. 

Todos fueron en orden a la salida, Hinata trataba de avanzar entre los demás para no perder a Yamaguchi. Una vez pasada la salida del palacio, buscó con urgencia a Yamaguchi. Divisó su figura a espaldas yéndose y fue corriendo hasta tonarle del brazo.

—¡Yamaguchi-san!

Yamaguchi se giró hacia el sorprendido, como si hubiera estado desorientado. 

Hinata mismo no sabía como reaccionar. Si estar enojado, preocupado o angustiarse. Además, puede ver que Yamaguchi tiene el rostro golpeado.

—Pero... ¿qué te pasó? Vi la habitación... Y no me llamaste. ¿Por qué?

Yamaguchi no podía hallar las palabras. 

—Mírate. Apuesto a que siquiera has comido. Vamos por algo y me dices.

Hinata se lo llevó aun restaurante. Hubiera querido ir a un lugar más popular y comer algo delicioso, pero sabía que necesitaban un lugar menos concurrido. Pidió unos fideos para Yamaguchi y dos platos para él.

—No he desayunado nada y estoy hambriento. Come algo también.

Yamaguchi no sabía hasta que contarle o que ocultarle. No quería involucrarlo.

Hinata siguió soltando comentarios para evitar el silencio.

—La mejilla... ¿Te duele?

—No siento mucho ahora.

Unos pocos soldados entraron al restaurante, entre ellos el General con el que se topó Hinata. Ninguno de estos prestaron atención a la presencia del otro, al menos no por parte de Hinata y Yamaguchi.

—Entonces... ¿Qué pasó?

—Tsukishima... se ha envuelto con gente de muy poca confianza en estos días y traté de evitarlo... pero aparecieron anoche.  

—¿Gente de donde vives?

—De donde vivo... ¿Has oido de los Bokuto?

Al salir este nombre el General que estaba cerca, puso atención a la charla.

—Bokuto... Mm... ¿No es un clan aliado del emperador?

—Shh. Los mismos. Júrame no envolverte con ellos por ninguna razón.

Hinata bajó un poco la voz.

—Dices que... ¿son corruptos? Yamaguchi-san, ¿y si buscamos a tu maestro? El puede ayudar y...

—No. No voy a involucrar a mi maestro en esto y tampoco a ti. Solo regresaré a casa. 

—¿A casa? ¿Y el examen?

—No pude completar el examen...

Hinata quedó congelado, pero no quería preguntar mas. Quería saber, pero no forzar a Yamaguchi a contarle todo cuando evidentemente le cuesta hablar de ello. 

—Esto... esto no es justo. Yamaguchi-san, yo no anhelo tanto ser escribano y casi me muero por llegar tarde hoy. Y no estoy exagerando. Pero tú... pusiste años en esto. Hay que hablarlo con tu maestro, puedes conseguir otra oportunidad.

Si Yamaguchi tenía conexiones, ¿porque no usarlos a su favor? O eso pensaba Hinata.

—No le des mas vueltas que yo. ¡Estoy cansado!

Esto fue más alto que una conversación normal asi que algunas miradas se giraron a ellos. Yamaguchi soltó un suspiro y se levantó para marcharse.

—Espera, Yamaguchi-san. 

Hinata tiró el pago por la comida en la mesa y se fue corriendo tras él.

—¡Espera, por favor! Lo siento... Me preocupa.

Yamaguchi lo tomó con más calma y acarició los cabellos de Hinata. 

—Iré a casa. Es lo que quiero hacer. Creo que pasarás, pero si no es así, ya sabes donde puedes quedarte.

Yamaguchi estaba seguro que lo haría. Estaba predestinado así.

—Podríamos intentarlo el siguiente año. ¿Sí?

Yamaguchi ni quería asegurar esto. Dio una sonrisa forzada y se marchó. 

Se sentía bastante confuso desde la mañana. No había podido quitarse de la mente los sucesos de la noche anterior. Tampoco estaba seguro de cómo sentirse con Tsukishima. ¿Lo buscaría? Podría simplemente pasar por alto y olvidarse de él.

El silencio del camino solo alimentaba el ruido en su mente.

«Hinata sabe que me lastimaron. Pero no sabe cómo. ¿Verdad? No es tan obvio. ¿No?»

«No debí traer a Tsukishima, o tal vez debí ser mejor con él. ¿Y ahora que? Tsukishima se juntó con el clan Bokuto. No hice el examen. Estoy arruinando todo. ¿Y ahora?»

Por un momento, sintió que le faltaba el aire ante la angustia de todo lo que podría ocurrir de ahora en adelante. Sabía que su destino era malo, pero no cuanto.

Sintió dolor en las entrañas y la falta de aire, así que paró de caminar y se apoyo a un árbol. Esperando hallar aliento.

La caminata fue larga y ya para cuando apareció una carreta que podría darle un aventón, ya quedaba a poco para llegar a su pueblo.

No quería toparse con ninguna cara familiar hasta llegar a la casa al anochecer.

Cómo si fuera poca la agresión en la Villa, la casa había sido saqueada. Evidentemente por los Bokuto pero... ¿Qué podía hacer?

Organizó sus cosas y se quedó en el hogar vacío, roto y olvidado.

ɴᴏᴛᴀ
Les debo tantas disculpas que no sé cómo pagar está deuda por tanto hiatus. ❤️

El final de esta Era se acerca. Les tengo tres especiales más.🥹

¡Estamos en los 1.35k views! ✨🫶🏻
¡Gracias!

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