Un Villano Amor | Tsukkiyama...

By Lili_Elio

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Una trágica novela verídica no tiene su final tras la muerte del escribano. Yamaguchi transmigra al cuerpo de... More

Pᴀʀᴛᴇ I
1˦ Dᴇsᴘᴇʀᴛᴀɴᴅᴏ ᴇɴ ᴇʟ Cᴜᴇʀᴘᴏ ᴅᴇ ᴜɴ Vɪʟʟᴀɴᴏ Sᴇᴄᴜɴᴅᴀʀɪᴏ
2˦ Eʟ Vɪʟʟᴀɴᴏ ɴᴏ Fᴜɴᴄɪᴏɴᴀ ᴘᴀʀᴀ sᴇʀ Bᴜᴇɴᴏ
3˦ Lᴜᴄɪᴇ́ʀɴᴀɢᴀs ʏ Cᴀᴍᴇʟɪᴀs ᴘᴀʀᴀ Aᴄᴇʀᴄᴀʀɴᴏs
4˦ Mᴀʟᴀ Sᴜᴇʀᴛᴇ ʏ ᴇʟ Rᴇʏ ᴅᴇ ʟᴀs Dᴇsɢʀᴀᴄɪᴀs
5˦ Pᴀɢᴀ ᴇʟ Jᴜsᴛᴏ ᴘᴏʀ ᴇʟ Vᴀ́ɴᴅᴀʟᴏ I
6˦ Pᴀɢᴀ ᴇʟ Jᴜsᴛᴏ ᴘᴏʀ ᴇʟ Vᴀ́ɴᴅᴀʟᴏ II
7˦ Cɪᴄᴀᴛʀɪᴄᴇs ᴅᴇ Hᴏɴᴏʀ
8˦ Uɴ Iɴᴠɪᴛᴀᴅᴏ Dᴇsᴇᴀᴅᴏ ʏ ɴᴏ Dᴇsᴇᴀᴅᴏ
9˦ Eʟ Aᴅᴏʟᴇsᴄᴇɴᴛᴇ ᴇs ᴜɴ Rᴇʙᴇʟᴅᴇ, Cᴇʟᴏsᴏ ʏ Rᴇᴄᴇʟᴏsᴏ
10˦ Lᴀ Vɪʟʟᴀ Iᴍᴘᴇʀɪᴀʟ I
Esᴘᴇᴄɪᴀʟ ɪ: Gʀᴀᴄɪᴀs Pᴏʀ Exɪsᴛɪʀ
12˦ Exᴀᴍᴇɴ ᴅᴇ Iɴɢʀᴇsᴏ Esᴄʀɪʙᴀɴᴏ
13˦ Eʟ Dᴇsᴛɪɴᴏ Iʀʀᴇᴍᴇᴅɪᴀʙʟᴇ I
14˦ Eʟ Dᴇsᴛɪɴᴏ Iʀʀᴇᴍᴇᴅɪᴀʙʟᴇ II
Pᴀʀᴛᴇ II
1˦ Pʀɪᴍᴇʀ Aᴍᴀɴᴛᴇ ᴅᴇʟ Hᴀʀᴇᴍ: Eʟ Gᴜᴇʀʀᴇʀᴏ
2˦ Esᴄᴜᴅʀɪɴ̃ᴀɴᴅᴏ ᴇʟ Pᴀsᴀᴅᴏ
Pᴇʀғɪʟ ᴅᴇ Pᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇs
3˦ Cʜɪsᴍᴇs ᴅᴇ ʟᴀ Rᴇᴀʟᴇᴢᴀ

11˦ Lᴀ Vɪʟʟᴀ Iᴍᴘᴇʀɪᴀʟ II

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By Lili_Elio

⚠️ Discreción, este capítulo tiene contenido delicado y violento.⚠️

「╥─ ᭄✾ྀ─╥」

Se adentraron para hospedarse. Yamaguchi fue quien abrió paso primero pues iba a cargar con el gasto de los tres. Dado a que no contaba con la compañía de Tsukishima, solo resguardó para dos habitaciones.

—Tsukishima, ¿no te importaría compartir en una misma habitación? Será como en casa.

—No me molesta.— respondió sin darle mucha relevancia.

—Bien. Vamos.

Los tres subieron, la habitación de Hinata quedaba a unos cuartos más lejos del escribano, pero estaba satisfecho de tener un espacio entero para sí solo. Yamaguchi se tomó más tiempo para organizar las cosas y tomar un respiro de la caminata, mientras Tsukishima trataba de no invadir tanto el espacio.

—Ahh, tanta caminata. Siento que mi cuerpo no vale nada. 

—Yamaguchi-san.

—¿Mm?

—Solo hay una cama.

—Sí... Pensé que lo habías entendido cuando dije que compartiremos habitación.

Tsukishima no comentó nada, pero Yamaguchi pudo notar rápido esa inquietud. No quiso mostrarse tan angustiado para alivianar la preocupación del menor.

—Será como de pequeños. Estaremos bien. —agregó tomando prendas limpias.— Iré a lavarme antes de comer. Deberías aprovechar, en este momento no debe haber mucha gente por ser tan tarde.

Yamaguchi partió primero dejándole más tiempo a solas. No quería lavarse junto al escribano; aún conservaba las ansias de lo sucedido con el clan Bokuto y como lo procesaba el escribano. Su trato suave y agradable como si nada hubiera ocurrido, le hacía sentir que le ocultaba lo que en realidad sentía o pensaba.

Ciertamente, a Yamaguchi le rondaban muchas cosas en la cabeza, pero los malos ratos en los últimos días lo habían agotado de ser tan negativo.

El escribano bajó dirigiéndose a las duchas, pero fue frenado por Hinata, junto a otros huéspedes, quienes terminaron convenciéndole de sentarse a un rato a beber antes de lavarse.

Alguna vez, Yamaguchi fue buen bebedor, pero en aquel cuerpo de tan solo 18 años, se necesitaba poco para que la risa tonta de la embriaguez apareciera. Luego de sentirse tan aterrado en vivir en aquel cuerpo, se sintió dichoso por un momento. Volvía a ser fácil reir y descansar dentro de todo, y era más fácil para el liberar sus frustraciones sin sentirse culpable o temeroso de hacerlo. 

El tiempo voló sin que se diera cuenta y para el tercer trago servido, apareció Tsukishima regresando del baño. Lo vió de espaldas entre los varones y no aguantó la intriga de llamarle.

—Yamaguchi-san...

—¡Hola! Aquí estás. 

Yamaguchi sostuvo a Tsukusima del antebrazo para presentarlo a sus acompañantes.

—Es de quien les hablé. Miren que alto y bien esta.

Yamaguchi comenzó a recibir cumplidos de su duro trabajo tanto por su estudio como de estar con Tsukishima, este último se dio cuenta de que el escribano pareció haberse emocionado hablando de su pasado. Esto le irritó.

—Yamaguchi-san. ¿No iba a lavarse? —le susurró al oído al mayor.

El escribano chasqueo la lengua al percatarse del gran distractor que fue aquel grupo de amigos.

—¡Aish! Ya olvidé lo que iba a hacer. ¿Quién me robó la ropa? 

Se dispersaron las risas y Tsukishima ya no quería ser parte de aquella muchedumbre de mayores tontos a si que ignoró la charla y se dispuso a irse. Yamaguchi casi lo pierde, pero logró pillarle de la manga de sus ropas.

—Espera. —dijo echando la cabeza hacia atrás para verle.— ¿No quieres comer algo?

—Ya he pedido algo. —se volvió a girar para irse.

—Ah, espera, espera. 

Tsukishima alzó los ojos y volteó a mirarle una vez más.

—Te quiero. 

Yamaguchi le despeino los húmedos cabellos. El menor parecía haberlo tomado bien, hasta que Hinata soltó un "Awww, que lindo!", que provocó que Tsukishima se escapara molesto y deprisa a escaleras arriba hacia la habitación. El escribano no le dio tanta importancia a esto, pues se distrajo de nuevo en su empeño de hallar su ropa para lavarse.

Tsukishima ya notaba que esta era la cara del Yamaguchi que salía bajo embriaguez. Uno abiertamente tonto y dulce, distraído a tal punto que podría molestar e inquieto en pensar y hablador de tantas cosas con esmero y a la vez que no decidía en que centrarse. No importaba haberlo visto con un bonito rubor en las mejillas, eso no cambiaba que le agradaba del todo ver esta versión suya.

El menor tiró la puerta de la habitación con brusquedad. Molesto por el ardor en su cara de la vergüenza y confuso en que sentía.

—Es un idiota. —murmuró.

Para cuando Yamaguchi pudo darse un lavado, fue más tarde de la media noche. El agua fresca no le ayudó a sentar cabeza lo suficiente a si que Hinata terminó ayudándolo andar por las escaleras hasta la habitación.

Se disculpó de HInata muchas veces por el problema que le andaban causando y le daba mil halagos.

—Eres muy bueno, lo siento. Lo aprecio mucho, muchísimo.

—Sí, sí Yamaguchi-san. Lo dejó muy claro. Duerma bien.

Fue dejado en la habitación, pero estaba casi a oscuras porque Tsukishima ya se había ido a dormir. 

El escribano deambuló con torpeza buscando la cama y, en una pequeña mesa, acomodó una vela encendida en caso de despertarse en la noche. Se acostó completamente cómodo y, por costumbre de cuidado, palpó la cama para saber si tsukishima estaba ahí, tropezando con sus cabellos.

—¿Estás durmiendo?

No recibió respuesta. 

«Por supuesto, también le ha pesado esa caminata horrible», pensó dejando un torpe beso sobre la cabeza del chico, se acomodó para dormir.

Pocos minutos después, Tsukishima se gira para verle con la pequeña y tenue luz de la vela.

Se sentía complicado últimamente. Le había herido sentirse cambiado por Hinata, como lastimado por el clan Bokuto y haber perdido su confianza. Incluso, le molestaba que quien mejor parecía tener la iniciatiba en resolver las cosas era el mayor, pues Tsukishima aún no estaba seguro de que quería en realidad.

Mientras, Tsukishima notaba la mala postura del mayor al dormir, no solo en su postura sino que su túnica no le cubría por completo el pecho, así que lo cubrió. El movimiento hizo que el escribano se girara más, acomodando el brazo alrededor del menor en un abrazo desapercibido. Tsukishima no pensó demasiado en la extraña calma que le brindaba y se dejó hundir en aquel abrazo para dormir.

Los siguientes días previos al examen de admisión a la Villa Imperial, los tres exploraron la villa. El primer día, Yamaguchi fue a buscar los últimos escritos que faltaban por estudiar. Ya con eso asegurado, aceptaba ir a cualquier lugar. Además, de día era más seguro salir y ver menos las recurrentes mujeres de las casas de té.

—Ver lo agitado y vívido que es esto, me pone ansioso. —comentaba Hinata, cuya mirada perseguía a algunos guerreros que partían al palacio.

—Bueno, nuestro trabajo tal vez sea más calmado. —agregó Yamaguchi, pero se le cruzó por la mente que aquello era una tremenda mentira sabiendo las cosas que sucederían en aquel reinado de Oikawa Tooru. 

Tsukishima no opinaba mucho, sin embargo se comenzaba a contagiarse de aquella aparente calma acomodada en los días en la Villa.

—¿Y tú? ¿Te gusta la villa como para quedarte?— cuestionó el escribano a Tsukishima.

—No lo sé. Es muy... —por un momento debatió su respuesta. Percibía un brillo en la mirada de Yamaguchi. ¿Querría oír un sí o un no? —No sé lo que quiero. ¿No seré muy joven para tomar ese tipo de decisiones?

Yamaguchi le miró disgustado de su respuesta, aunque fuera cierta.

—Ah, cuando quieres tomas desiciones que no te corresponden.

«Oh, acabo de tirar una punzada resentida. Aish, ¿ya pierdo el toque de cuidar menores? No, la adolescencia es un desastre por sí sola.»

—Yo podría acostumbrarme. Igual que Yamaguchi-san, ¿no? —agregó Hinata para estar unido al tema.

—Mmm, ¿sí? Si viviré años aquí, tengo que acostumbrarme bastante.

Tsukishima tampoco le agradó aquella respuesta.

—Lo haces sonar como si te hubieran forzado. —comentó el rubio tan bajo que apenas los dos mayores le entendieron.

—¿Ah? —soltaron a la vez.

—¿Qué dijo? —le preguntó a Hinata con disimulo.

—No lo sé. Creo que dijo "si hubiera un asado". 

—Pff, eso es lo que piensas tú. 

Pasear por la villa era toda una exploración a la belleza, en especial las aguas cristalinas nacidas en estas. Eran tan claras que los peces koi¹* se veían por montón, junto a las flores de loto. Los tres cruzaron por uno de tantos pequeños puentes que dejaban admirar el contraste los colores fríos del azul y verde con los vívidos colores del rosado de las flores.

—¡Waw! ¡Que lindo y claro! Dan ganas de lanzarse. ¿No crees? —dijo Hinata, exaltado de la belleza, casi subiendo al barandal.

Yamaguchi no artículo ni una palabra, la vista hermosa le daba una sensación de déjà vu, hasta que se percató que ya estuvo ahí una vez, al principio de todo. Perdió la emoción luego de caer en las bravas aguas en medio de la lluvia una vez y le costaba pensar lo mismo. La leve angustia en su expresión fue percibida por Tsukishima.

«Bueno... que me maten no será tan malo como caer por aquí una vez más.», se atrevió a pensar.

—A Yamaguchi-san le teme las aguas profundas, no sabe nadar. —expuso Tsukishima.

El escribano apartó la angustia para saciar la necesidad de pellizcarle la oreja a es niño.

—No hay de que apenarse. Tampoco se nadar.

—¿Y deseas tirarte?! Mejor ni respondas... Vayamos a comer.

Se adelantó dejando a los dos menores atras, y Hinata le siguió casi corriendo.

Los últimos días antes de examen de admisión, Yamaguchi no salió mucho para estudiar más. Sus métodos y tiempo de estudio fueron más intensos y a Hinata le costaba seguirle el ritmo, pero no lo abandonaba. Incluso en el último día antes de la admisión, Yamaguchi repasaba mientras los tres comían. De tanto estudio y leer, Hinata apenas comió por el sueño.

—No me cabe esta pata de pollo. Tsukki, come esto por mí, te hace falta. —dijo Hinata somnoliento mientras le extendía el pedazo de pollo.

—No me llames así. Tu voz es horrible. 

—¡Ah, pero si yo fuera—!

—Hinata, debes estar muy agotado. Yo lo comeré por ti a si que sube y descansa. —interrumpió Yamaguchi dándole palmadas en la cabeza.

Y Tsukishima con más mala cara.

—Esta bien... Que lo disfrutes. 

Hinata se marchó primero y Yamaguchi siguió estudiando como si nada pasara.

—¿Es muy agotador estudiar aquí con tanto ruido?

—El ruido no es problema. Solo es repaso de lo que ya sé.

—Seguro... podrías pasar el examen tres veces con ojos vendados.

El halago le tomó por sorpresa y despego la vista para verle. Quedó muy curioso por aquella amabilidad casual.

—Gracias. Hace mucho no oía algo así de tu parte.

—Quiero... saber una cosa.

—Dime

—Decir algo que no es, es una mentira, pero ¿si una persona te esconde una verdad con silencio cuenta como mentira?

Se dibujó una sutil sonrisa en el escribano, disimulando su inquietud.

—Mm, ¿Tú crees que sí?

—Sí.

—Entonces pensamos lo mismo. Ocultar una verdad propia intencionalmente puede contar como mentira. No sé si habrá sus excepciones. ¿Qué te trajo esa duda?

—He pensado en como la mentira quiebra la confianza... como me pasó contigo. Me pregunto si eso puede suceder si sabes que otra persona oculta algo sin decir nada en contra. Fuiste muy bueno descubriendo mis mentiras y creo que... Yamaguchi-san sabe mentir bien.

Era la primera vez que insinuaba algo en contra del escribano.

Yamaguchi sintió escalofrío subir por su espalda, pero no se dejó domar por el leve pánico sino que respiró con alivio y dejó de leer.

—¿Por qué piensas eso?

—Hay muchas verdades que Yamaguchi-san no me cuenta. No sé si es por mi edad o es algo que no... que no...

—Que no te relaciona. Mm, es posible. No me gustan las mentiras, pero tengo que admitir que mentir no siempre es malo.

Esta idea Tsukishima jamás le había escuchado. Era algo nuevo, un pensamiento que estaba seguro que ni el mismísimo Ushijima tendría.

Y el escribano continúo para no dejarlo intrigado.

—Aunque tu mentira ofendiera mi confianza, no me enoja más que tu decisión de haber ido ahí. Mentiste porque querías evitar el mal de enterarme. También, las mentiras a veces van con intensión de potenciar un bien. Es como decirte que si haces las cosas de buen corazón, dejarás tener una vida miserable aunque no sea así.

—¿No es una mentira muy cruel? Es casi una burla.

Tsukishima no tuvo una agradable impresión y eso levantó un poco los nervios de Yamaguchi.

—Bueno, es posible. Las mentiras pueden hacerse verdad, hay personas que les gustaría creer en la mentira y equivocarse al mentir. Hay que saber leer a través de ellas y es difícil.

No hubos más preguntas. Aquellas respuestas rondaban en la cabeza de Tsukishima minuciosamente. Sabía que, aunque ahora no comprendiese todo, esto le serviría en el futuro en especial por sensación de que el escribano tampoco era alguien honesto.

—Me voy primero para descansar un poco. Puedes comer lo que no se terminó.

Yamaguchi se marchó a la habitación solo, con vasta lentitud por hundirse en sus pensamientos.

«Esa curiosidad me tomó por sorpresa... Parecía como si supiera o sospechara de algo. Fui lo suficientemente honesto ahora o... ¿lo manipulé a mi favor? No quiero que entre en desconfianza conmigo. Eso sí sería un mayor problema.»

Al entrar a la habitación, fue recibido por algunos silenciosos invasores. Un hombre le cubrió la boca con brusquedad para que otro le respondiera un golpe tras la cabeza del escribano. El golpe lo dejó desorientado con un palpitante dolor.

—¡Ngh!...pero qué...

La puerta fue trancada luego de entrar y le ofrecieron varios golpes con la rodilla para dejarlo más tiempo en el suelo y así le vendaron la boca y las extremidades. Cuando los mismos hombres que inicialmente cubrieron su boca y lo golpearon, lo levantaron a la fuerza. De los cinco hombres presentes, uno era el mismísimo líder del clan Bokuto y el resto eran las caras familiares de los hombres con quienes compartió el primer día que se hospedó allí. Bebió y comió con ellos, hasta se dicho con algunos junto a Hinata, incluso el mismo Tsukishima los había visto.

¿Este último fingió no reconocerles?

—Yamaguchi Tadashi. ¿Te sorprendí?

Le rindió un puñetazo de mejilla que lo hizo hincarse de rodillas. El dolor se dispersó hasta su ojo izquierdo.

El gran varón arrastró la pequeña mesa de la habitación para sentarse sobre él, encarando a un Yamaguchi molesto y adolorido.

—No me mires así. Sabías que te rendiría cuentas si volvías a aparecer. 

Las manos del hombre apretaron sus mejillas, avivando el dolor del golpe previo.

—Eres aun todo hueso y piel sin músculo. Tal vez no debí ser tan duro con esa cara. No la tocaré tanto.

La puerta volvió a abrirse con lentitud con el regreso de Tsukishima, quien recibió el mismo trato impotente por dos hombres, siendo inutil su esfuerzo de safarse de los agarres. La sonrisa frívola de Bokuto se evaporó, como si quitara su máscara.

—Mira quien se nos une al fin. 

El coraje de Yamaguchi fue opacado más por el miedo y la ansiedad. El señor Bokuto empujó su cuerpo contra la pequeña mesa y le tiró del cabello para que alzara la vista a Tsukishima.

—Otra vez, estamos reviviendo viejos recuerdos, ¿no? Adivina quién fue quien nos guió hasta aquí.

Tsukishima entró en pánico por lo dicho, tratando de sacar la voz.

—No es verdad. ¡Yo no...!

Le golpearon en la boca del estómago para hacerle callar.

—¿Tú no? Me mientes a mí ¡Y le mientes a él! —recalcaba el agresor.

Yamaguchi no estaba tan sorprendido por ello. Era otra tración más de las que ya había hecho, pero le dolía no entender la razón. ¿Sí había hecho algo que le estaba cobrando? ¿Por qué hacía las cosas mal para luego tratar de salvarse en un "no es cierto" o "lo siento"? Odió la estupidez del más joven.

Bokuto tiró las prendas de Yamaguchi a la fuerza y éste pensó lo peor.

«¡Es un animal! No tiene razón para hacer esto! ¡¿Por qué?! No quiero. ¡No quiero!», su valentía y dignidad se drenaban como sus rasgadas ropas al suelo.

Oír y saber que ocurrían estas cosas o tratar de imaginar el dolor, queda muy lejos cuando le tocaba vivirlo en la carne.

Escuchó la sutil y agitada respiración del hombre sobre él, que se masturbaba para levantar una erección gozosamente.

Yamaguchi percibió por un momento la espantosa y confusa mirada forzada de Tsukishima y, por un momento, ya fuese por costumbre necesidad de evitar daños, trató de zafarse inútilmente esperanzado de salir de su destino. Una vez más fue golpeado con la vaina de una espada, que le abrió una herida en la frente y lo tumbó sobre la mesa. 

No había más salida. Gritó ahogado al sentir el dolor ardido de la intrusión de Bokuto en su cuerpo. Se sintió desgarrado y mojado sin saber la mezcla seminal y sangre que ocurrían atras.

Escuchó un sollozo que no era suyo, pero no podía levantar la vista. Su energía por sobrevivir estaba concentrada en respirar. Sentía las entrañas aplastadas con punzadas y unas náuseas que le hacían arder la garganta. El infernal dolor de su cuerpo se mezcló con sus sentimientos heridos y dejó de sentir, sin tener en claro donde dolía más. Se hundió a un vacío silencioso y cómodo cada vez que cerraba los ojos, detestaba abrirlos y encontrarse con que la miseria de su cuerpo. La gran resistencia del gran varón del clan no parecía terminar y quien sabe si hubo turnos cada vez que Yamaguchi no era consciente.

Tenía claro la razón de su repudió hacia Tsukishima si sobrevivía de esto.

ɢʟᴏsᴀʀɪᴏ
───────────────────

¹*koi; básicamente, estos peces:

ɴᴏᴛᴀ
Gente, no hay terapia para esto...
Las cosas no van bien para Yamaguchi y Tsukishima. Tiempos duros, pero paciencia.

Bueno, hablemos de las votaciones. Al grano y sin tapujo.
Casi me orino de la risa con los comentarios. XDXD Pero ahora ando en pánico porque hay empate. uyuyuyu.
A si que lo repetiré aquí luego de este capítulo. El que más comentarios tenga. ¡No se madreen!

⊱┈──────╌╌──────┈⊰

ESPECIAL DE 1 AÑO DEL FANFIC
(Enero 13)

➊Husmeando el diario del escribano
⤷ Los escritos de Yamaguchi, sus miedos y las ideas que teme que ocurrirán en el futuro, caen en manos de Tsukishima. ¿Qué sucede si el menor descubre sus secretos?

➋Gracias por existir
⤷Yamaguchi consiguió encontrar un día para celebrar los años de vida de Tsukishima, pero el rubio no sabe cuándo cumple su maestro ni qué obsequiarle. ¿Qué podría hacer para el escribano?

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