Recuperando mis alas

By Vanilla_Witch

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Segunda parte de ''Cuando mis alas desaparezcan'' Siempre pensé en el ayudar a los humanos, en que sus almas... More

Negro es el color de su alma, negro es el color de su corazón
Despedidas y encuentros
La mala jugada del cielo
El chico de la luna
Confesiones
La verdadera misión
Lucy
Feliz Navidad (parte 1)
Frio y soledad
Sólo una vieja
Estaciones, el dragón y el caballero
Sonrisa escalofriante
Heridas del corazón
¡Esto es vergonzoso!
Primera Cita
Lo siento
Estos sentimientos
Promesa
El accidente
Apagón
Lo que nos une
Los recuerdos se los lleva el viento
De aquí a la eternidad
Lo que quieras
Cuando vi sus ojos
Todos mienten
El caballero
Un alma quebrada
Felices para siempre
Epílogo: Lo que quedó
Epilogo 2: lo que recuerda el corazón
Agradecimientos
La jaula del ángel

Feliz Navidad (Parte 2)

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By Vanilla_Witch

No sabía muy bien que hacer y no podía pedirle ayuda a Demian, el cual no salía de su habitación por preparar los regalos. Nunca había regalado algo o celebrado navidad y a pesar de que había visto muchas de estas celebraciones en mi labor como guardián siempre existía la constante inseguridad de que si lo que estás realizando en este mundo era correcto o no, más aún cuando no entendía "el arte de hacer manualidades" como Demian decía.

Me fijé en un set de distintos fieltros de colores que había dentro de una de las bolsas, en su empaque aparecían ideas muy lindas como muñequitos de fieltro que parecían agradables a la vista ¿y si hacía muñecos de fieltro como obsequios? Intenté recordar navidades que había presenciado, a los niños y niñas siempre les llamaban la atención los muñecos que lucían bonitos y aunque Demian no era un niño algo me decía que pensaba como uno. Saqué los distintos colores y leí las instrucciones en pocos pasos que salían ilustradas para niños, necesitaba hilo y aguja... busqué en las bolsas y encontré lo que quería junto a unos palos de helado ¿para que Demian había comprado tantas cosas?

Ahora la idea era ¿Qué regalarle? En ese momento me di cuenta que posiblemente no sabía muy bien las cosas que le gustaban... Supongo que si hacia muñecos de... ¡lo tengo!

Comencé a dibujar con dificultad en la tela para luego recortar con cuidado, era la primera vez que, hacia este tipo de cosas, por lo que me sentía completamente inseguro en lo que estaba realizando. Muchas veces corte un poco mis dedos con el filo de la nueva tijera, luego enhebrar la aguja fue la parte difícil, ya que simplemente no podía hacerlo.

Cada vez que la guja atravesaba las figuritas terminaba enterrada en alguno de mis dedos, dolía mucho. Cuando la frustración era mayor que cualquier otro sentir, el no hacer nada pasaba por mi mente, a final de cuentas, la navidad no era algo importante para mí. Sin embargo, el rostro sonriente de Demian al abrir sus regalos aparecía en mi mente y entonces la motivación volvía a mí, ya que quería ser la causa de que sonriera, el sólo hecho de pensarlo me hacía sentir un dulce cosquilleo en el estomago una de las sensaciones que más me gustaban en este lugar.

Mis manos dolían y tenía hambre, pero seguiría haciendo esto hasta terminar. Rellenar fue lo más fácil ya que eso no implicaba cortarme o pincharme con una aguja; cuando las figuras habían tomado forma me sentí feliz y orgulloso del trabajo que había hecho. Siempre pensé que sería malo haciendo cosas de humanos, sin embargo, al ver los 4 muñequitos de fieltro, pensé que no era un humano tan malo.

Cuando bajé, dejé los 4 regalos envueltos en papel dorado bajo el árbol mientras me dirigía a la cocina para comer de la comida china que Demian había pedido, no escuchaba a Cloud en la casa ¿habían salido?

Me senté en el sofá dejando al gatito sobre mi regazo mientras este jugando, comenzaba a arañar y morder mis dedos anteriormente maltratados a causa de la costura. El minino parecía divertirse y a mi eso me divertía también.

― Los perros no se me acercan o me gruñen, al igual que los humanos... ellos parecen no notarme, pero tú siempre me vez ― le dije mientras sentía sus pequeños colmillos enterrarse en mi dedo índice.

Maulló en respuesta mientras sacaba una cinta roja de mi bolsillo y comenzaba a hacer que el gatito la siguiera.

Me acurruqué con el animal, cubriéndolo con mi sweater, había comenzado a hacer un poco de frío y yo no sabía como encender la calefacción. Con el gatito entre mis brazos comencé a caminar de un lado a otro en la sala para entrar en calor, pero también por mi nerviosismo de no poder ver a Demian.

Mi corazón brincó al escuchar la puerta principal abrirse. Demian se asomó a la sala cargando un montón de bolsas. Su nariz y mejillas estaban rojas por haberse expuesto al frío.

― ¡Cena de noche buena lista! ― dijo Demian sonriendo mientras era seguido por su perro gruñón que me observaba con desdén, el si podía notarme porque no era un animal real.

―Había comida china... La compraste esta mañana

― ¿Sí? Aaah... si, pero la comemos al desayunar ― dijo encontrando una solución ― traje pollo asado, patatas, gaseosa, galletitas, no eran necesarias, pero eran lindas, también compre un pastel muy lindo y...

― ¿Hiciste todo eso solo? Debiste decirme que te acompañe.

―No te preocupes me encontré con... bueno no recuerdo su nombre, pero el veterinario, ese rubio, siempre me lo encuentro ¿será el destino? ― preguntó.

―No... el destino no pondría a alguien tan sucio como el en tu camino ― dije molesto, no quería que se acercara a Kei, no quería que ese sucio demonio pusiera sus asquerosas garras sobre Demian.

―Es una buena persona ― siguió defendiéndolo, me ha dado muchos consejos.

―Consejos basura... ― respondí enojado y cruzándome de brazos.

―Aun así... mira, mira – cambio el tema enseguida – compré sombreros de santa Claus, me encantan estas cosas, con mi abuelo siempre los usábamos en navidad, a todo esto, tengo que llamarlo ¿Cómo la estará pasando? Decía que jugaban al bingo y otras cosas, debe ser divertido vivir con tanta gente.

―Pues habla con el ― respondí enojado.

―Y lo hare, es mi abuelo y tengo que desearle una feliz navidad.

Me volteé algo celoso mientras me recostaba en el sofá y comenzaba a observar el candelabro de araña que colgaba de aquel alto techo, Demian siempre prefería a los demás antes que, a mí, él me había traído a este lugar y aun así siempre hablaba alegre de los demás ¿no podía hablar simplemente bien de mí?

Sin embargo, lo que más me ponía furioso era que hable de esa manera tan confiable con aquel demonio. En el fondo sabía por qué... porque ellos son expertos engatusando a los humanos ¿y los ángeles? La verdad es que no servimos de mucho, no los podemos proteger... solo podemos hacer que cosas bellas pasen en sus vidas, los milagros son limitados, no podemos intervenir con el flujo de sus vidas o regalarles el camino más fácil para cumplir sus sueños.

Viéndolo de esa manera no éramos nada... ¿Cómo podría competir alguien como yo con un demonio? No soy muy bueno en nada, tengo un pésimo sentido del humor, no estoy seguro de cuando esas ganas de hacer sufrir a los demás aparecen, no se usar las palabras para conquistar a alguien, no tengo temas de conversación, no tengo experiencia en nada, suelo ser con frecuencia un completo cretino y cuando siento que las cosas están yendo bien entonces abro la boca para herir a los que sonríen... y el demonio sin embargo parece bastante bueno, al menos tenía buena apariencia, eso les importaba mucho a los humanos, sin embargo me enamore del humano menos superficial que ha pisado el mundo.

― ¡Adivina cual es el tuyo! ― volvió alegre Demian mientras bajaba con algunos regalos y los ordenaba bajo el gran árbol al igual que los míos ― Claro que nunca podrás hacerlo.

―Es el con papel violeta ― dije mirándolo serio.

― ¡N...No! Claro que no ― dijo con un rostro gracioso que no sabía como describir.

―Claro que no... porque es imposible que sea el paquete que tiene una nota ''No es para Seth''

―Exacto es imposible porque ahí dice que no es para ti, eso significa que puede ser para cualquiera menos para Seth.

―Lindo detalle el de ponerle el mismo color de mis ojos al papel ― le sonreí.

― ¿Sí? Gracias, pensé que sería algo más personalizado y... ¡me engañaste! Ese definitivamente no es para ti –- dijo jugando mientras veíamos que el reloj avanzaba hasta el número nueve, era hora de poner la mesa y comenzar a cenar.

Demian por alguna razón había comprado una cantidad ridícula de comida para dos personas...

Con su sonrisa de siempre comenzó a partir pollo y ponerlo en el plato del gran terranova mientras al gato le daba leche especial para gatos en un platito.

―Siempre vi cenas navideñas como un mero espectador... es extraño participar en una... ― dije observando la mesa decorada.

―Si... aunque la verdad esta es bastante solitaria... ― dijo observando la nada ― siempre acostumbré a pasar la navidad con todos en casa, el abuelo, las criadas y todos los que trabajaban, la mesa se llenaba luego el abuelo decía que iba al baño y regresaba disfrazado de Santa Claus cargando una bolsa de regalos para todos, a él le gustaba hacer eso... hasta lo hacía cuando no pudo caminar mas ― comenzó a reír con una mirada triste ― de verdad es solitario sin todos... pensé que al menos estaría Brad y...

― ¡Estoy yo! ― Respondí ― ¡No es solitario porque estoy yo!

― ¡Si! ― sonrió ― pasaremos la mejor víspera de navidad.

―Si ― sonreí, pero en el fondo los pensamientos me mataban, tal vez se sentía solitario por mi ausencia de alma, tal vez no era lo mismo ¿y si es como si no existiera?

Terminamos de comer luego de un rato, pensé que ahora veríamos televisión como lo hacíamos siempre, pero sin embargo, Demian dijo que esperaríamos a que dieran las doce junto al árbol, con un control encendió el fuego de la chimenea mientras sentía como el ambiente se volvía cálido, aun así siempre sentía ese frio que me congelaba por dentro, ese extraño vacío siempre persistente, aquel vacío que pensé que podía llenar haciendo miserable la vida de los demás, dañando a los demás, sin embargo nunca se llenó siempre siguió haciéndose más y más frio. Sin mi alma temía que aquel vació aumentara.

― ¿Sabes? Hoy mientras compraba vi a ese chico ― me dijo observando el fuego.

― ¿Quién?

―Eeem... no recuerdo su nombre.

―No te creo ― Bromee

―Bueno era el que estaba junto a esa chica rara, la que dijo que era una bruja, ese chico que se supone que no tenía alma.

― ¿Lo viste?

―Sí, también estaba haciendo las compras

Entonces Demian podía percibirlo sin problemas ¿era por qué su alma era especial?, ¿Entonces yo para el estoy en igualdad de condiciones que los demás?

―Demian... ― pregunté con timidez.

― ¿Sí?

― ¿Te sigues sintiendo solo?

Me observó con una sonrisa sincera, cuando miraba sus ojos azules me sentía atrapado en un mar infinito. Sentí como su mano sujetaba la mía, reía para el mismo y me volvía a sonreír de aquella manera tan hermosa y trasparente que me hacía sonrojar al instante. Desvié mi mirada debido al nerviosismo, donde su mano se juntaba con la mía se sentía cálido.

―Siempre estás tan frio... y Seth... mientras estés tu no estaré solo... aunque realmente nunca lo he estado, el destino siempre se encarga de poner gente amable y maravillosa a mi lado – mientras dijo eso su mirada se perdió y comenzó a meditar lo que había dicho un segundo – el destino... ― dijo para sí mismo ― ¡Sí! El destino ― pareció recomponerse ― El destino también te puso a ti en mi camino, por eso eres una persona maravillosa que llenara mi vida de alegría ¿no? Después de todo mi alma es valiosa y todo eso...

―No... ― sonreí triste ― no llenaré tu vida de felicidad Demian... solo el destino de los humanos está escrito, nuestro destino es existir por el propósito asignado, en mi caso ayudar humanos, yo no cumplí mi propósito y fui exiliado, casualmente me topé contigo.

―Algunos dicen que las casualidades no existen.

―Están equivocados, si existen, no todo en la vida pasa por algo, hay cosas que no influirán en tu camino y estaban escritas, hay cosas que pueden romper tu alma y no estaban escritas... ¿Quién sabe si llego a romper tu alma? Después de todo no estoy en el plan del destino, al final todos los humanos tienen el mismo destino y es morir, al destino no le importa si los humanos mueren mientras las almas vuelvan a él les quite las vivencias y la divida...

―Eso es... triste... ― dijo ― pero no es un tema alegre para hablar en navidad...

―Es la realidad Demian, deberías salir rápidamente de esa burbuja de felicidad y ver como es el mundo de verdad.

―Sabes... no hay nada de malo en querer ver el lado de bueno de las cosas, tampoco hay algo en malo en intentar ser feliz siempre y ver el mundo con brillantes colores, tampoco es malo verlo de manera pesimista, si prefieres verlo así entonces no hay problemas... pero Seth si sigues viendo siempre la parte triste y mala de lo que te rodea nunca serás feliz y nunca podrás confiar tu vida en alguien porque no podrás confiar en las personas.

― ¿Por qué confiaría mi vida en alguien? Los humanos en su mayoría tienen segundas intenciones, el humano siempre hará algo para obtener un beneficio. No puedo confiar mi vida en alguien así.

―Pero confiaste en mi ¿no?, ¿Qué fue lo que viste?, ¿Qué fue lo que te hizo confiar?

―Es porque tú no tienes un lado malo ― dije sonrojándome nuevamente, esto me estaba comenzando a poner más nervioso ― lo supe solo con verlo... no hay una explicación clara, tal vez sea tu alma la que me atrae como un insecto a la luz, no lo sé... pero sé que te podría confiar mi vida y tú la cuidarías como un tesoro, aunque mi vida no valga nada, porque al final de todo, tu pudiste ver algo bueno en mí y por eso es que en este momento eres lo más importante para mí, y quiero que me enseñes a ver las cosas buenas, quiero que me enseñes a ser alguien que pueda estar a tu lado sin dejar siempre esa triste expresión cada vez que abro la boca, porque quiero ver las cosas hermosas de la vida... quiero verlas junto a ti.

―Yo... ― Demian me observaba nervioso mordiendo su labio ¿había rubor en sus mejillas o solo era por el calor de la chimenea? ― Seth...

Sujeté su mano, solo quería poder estar junto a él, porque sabía que estos latidos en mi corazón eran por algo, porque aquellos sentimientos humanos me estaban volviendo loco, pero aquella locura hacia que aquel vacío de mi pecho se llenara poco a poco, que se sintiera cálido, por que la mirada nerviosa de Demian me hacía feliz, el sentir como se acercaba lentamente a mí y entrelazaba sus dedos con los míos. Su rostro estaba tan cerca, casi podía sentir su respiración y...

―Auch... ― se alejó de mi mientras sujetaba su meñique ― me dio una punzada en el dedo ― dijo riendo mientras alejaba su mano de la mía, dejándome nuevamente con una sensación fría y dolorosa en el pecho. Porque ahí estaba la señal que me decía que tenía que separarme de él... porque él estaba predestinado a otra persona, que al igual que la muerte es una de las funciones del destino... unirte con la otra persona, y posiblemente su ángel guardián quería lo mismo.

Al final, solo soy un estorbo... sin mí, Demian podría ser feliz con su alma gemela... sin mí, Demian podría seguir su camino sin distracciones...

―Lo siento... no lo volveré a hacer... ― me disculpe, si al menos podía hacer algo bueno por la persona que hace que mi corazón lata de esa manera era desaparecer.

― Aaah... ― decía aun algo distraído por aquel cursi momento interrumpido ―Jejejeje... si... será mejor que no hagamos ese tipo de cosas ― volvió a reír nervioso mientras jugaba con su camisa con un notorio rubor en sus mejillas – Aaah mira... ¡Feliz Navidad! – dijo viendo que en el reloj ya eran las 12:15.

―Feliz Navidad ― dije con aquel amargo sentimiento en mi pecho, mañana me marcharía, no sé qué haría... pero no podía seguir siendo un estorbo para la felicidad de Demian.

― ¡Es hora de abrir los regalos! ― dijo alegre, como si todo lo que acababa de pasar hubiese desaparecido de su mente, era bueno verlo así... Feliz. – Primero el del gatito.

Realmente espero que llegues a ser muy feliz.

Demian repartía los regalos alegre, al gato le había regalado un estambre para que jugara todo lo que quisiera y a cloud extrañamente le escribió una carta la cual le leyó en voz alta, era bueno que el perro en realidad no era un perro y podía entender a la perfección todas las palabras del loco de Demian, de aquel loco que me hacía reír de una manera que nunca había reído.

―Ahora es el turno de Seth ― dijo sonriendo entregándome el regalo con papel color violeta que decía ''No es para Seth'' ― Vamos ábrelo ― me animó.

Abrí el regalo con impaciencia, era emocionante recibir algo de la persona que quieres, algo que sería solo tuyo, por siempre. Rasgando el papel me encontré con una bufanda de color azul, algunos puntos estaban mal hechos y el trabajo era completamente desprolijo, la saque de a poco.

―La verdad es que no se tejer bien... pero como el gato se adueñó de la que te regale pensé que querrías otra, no es obligación que la uses... sé que no está muy bien y...

―Me gusta, es perfecta. Muchas gracias ― le sonreí mientras ataba esa cálida bufanda a mi cuello, algo que servía para capear el frio y ahora cuando me marche me ayudaría a que aquel vacío no se sintiera tanto.

―Ahora es tu turno ― me sonrió mientras yo le entregaba aquellos regalos que me había costado tanto hacer.

Demian abrió el de él, sacando ese muñeco con una sonrisa mientras que también veía el del gato y Cloud y claro, también el mío.

―Te quedaron geniales, eres bueno en esas cosas, ahora tengo un mini yo, es tan lindo ― sonreía mientras movía el muñeco de un lado a otro, sentí su teléfono sonar.

Demian con el rostro iluminado contestó enseguida.

― ¿Hola? Brad, Feliz navidad, si... si... ¿nevando? – Soltó emocionado ― gracias por decírmelo, adiós, pásalo bonito ―corto finalmente ― ¡Seth está nevando! Vamos ― sujetó mi mano, haciendo que mi corazón latiera mientras que aun con el muñeco en la mano me conducía hacia fuera donde un paisaje completamente diferente aparecía ante nosotros.

El frio entraba hasta mis huesos, pero no podía cerrar la boca por la belleza de aquellos copos pintando todo de blanco, había visto la nieve, pero nunca en persona, estiré mi mano sintiendo como uno de los copos tocaba mi piel y se deshacía.

― ¡Genial! Donde vivía nunca nevaba ¿no es fantástico? – decía mientras comenzaba a hacer lo que supongo era un hombre de nieve.

Yo solo observaba la escena, observaba como la nieve caía delicadamente sobre el negro cabello de Demian, derritiéndose al instante, observaba sus manos enrojecidas al igual que su nariz, su sonrisa radiante y sus ojos llenos de ensoñación, eso era lo único que podía llevarme de él, los recuerdos, por eso en este momento aprovecharía lo más que podía de observarlo, porque sería la única manera de reconfortar ese vacío en mi pecho, recordando aquella mágica sonrisa.

Desperté temprano, esperando que Demian no estuviera despierto, no tenía cosas por lo que no me iría cargado, me vestí con la ropa que me había prestado Demian y me puse aquella bufanda del mismo color que sus ojos, lo único que me pertenecía realmente, aun podía sentir un poco de su olor impregnado en ella, porque él la había hecho, la había hecho pensando en mí, solo en mí.

Vi como el gatito me maullaba mientras se desenredaba de la bufanda roja.

―Lo siento, no puedo llevarte...

Volvió a maullar

―Pero... ¿realmente quiere ir conmigo?

El gato me observaba y volvía a maullar.

―Está bien... pero no hagas ruido ― le dije mientras lo metía al bolsillo de mi abrigo, era lo suficientemente pequeño para caer ahí, mientras que doblaba la otra bufanda y la guardaba en mi otro bolsillo, dejando la mitad de ella fuera.

No me podía ir sin despedirme, pero al final, si le digo que me iré solo querrá que me quede y terminare cediendo, esto lo hacía por él, por su felicidad. Este era mi verdadero regalo de navidad.

Vi un par de papeles entre las cosas que había comprado Demian para los regalos, la idea de una carta paso por mi mente, pero tampoco sabía que escribir, solo haría lo que se me da bien... para no herirlo... para que cuando piense en mi sonría... mentiría.

''Demian, cuando leas esto ya no estaré aquí, espero que lo comprendas y no estés triste, que es por algo bueno. Creo que lo del espíritu de la navidad era verdad, porque ha ocurrido un milagro navideño ¿adivinas? ¡Me han devuelto mi alma y mis alas! Ahora mismo debo estar en mi hogar, muchas gracias por todo Demian, por favor se feliz y sonríe porque gracias a ti es que pude volver, adiós ¡feliz navidad!''

Definitivamente alguien como él se creería esa mentira... puedo imaginarme su expresión, sonreirá como un tonto y miraría hacia arriba con esa boba sonrisa, solo por pensarlo una expresión triste apareció en mi cara.

Salí silencioso de la habitación mientras bajaba las escaleras en esa desierta casa, me dirigí a la cocina para llevarme una bolsa de galletas que Demian había comprado, después de todo algo debía comer...

Mi corazón se detuvo cuando vi a cloud siguiéndome.

―No le digas que me fui ¿está bien? – le sonreí mientras le daba la espalda y tocaba el frio picaporte para salir de aquel lugar, para alejarme completamente de él.

―Es mejor así, desde un comienzo no debieron conocerse – escuche una voz real de cloud dentro de mi cabeza ― siempre debió ser así... si seguías contaminándolo con tu impureza entonces tendría que haberte matado.

―Debiste haberlo hecho cuando tenías la oportunidad ― le sonreí.

―Solo no te acerque a él, protegeré a Demian.

―En el mundo de las bestias muchos reirían al verte domado por un humano como él...

―Yo solo sigo las ordenes de Sura, pero el humano es diferente y por eso lo protegeré ― dijo serio ― por eso... gracias por alejarte.

―De nada... no dejes que se acerque más al demonio, protégelo ― le sonreí mientras abría la puerta y me despedía de aquel lugar.

Afuera hacia frio, mas frio que ayer, la nieve había cubierto todo de un hermoso manto blanco, pero aquella felicidad que sentía ayer al ver a Demian jugar con ella se había desvanecido, posiblemente los recuerdos seguían, pero los sentimientos se habían quedado junto a Demian, al menos los buenos sentimientos ya que solo sentía una horrible nostalgia. Ese muñeco de nieve seguía erguido observando la nada, el gatito asomaba su cabeza desde el bolsillo y observaba todo.

Mi corazón latió nuevamente, aquel muñeco que le había hecho estaba olvidado en la nieve, si bien me hubiera puesto triste de que olvidara algo como eso, ahora me sentía feliz, podía llevármelo, esta sería otra cosa que me lo recordaría.

Recogí el muñeco con ojos azules y le quite la nieve de encima, dando un par de suspiros salí de aquel recinto bajando una colina, sintiendo como las tibias lagrimas caían por mi rostro, porque si bien el amar se había sentido realmente cálido, aquellos momentos posiblemente habían sido los mejores de mi existencia, aunque mis sentimientos no fueron correspondidos, por primera vez aquel vacío de mi pecho se llenó gracias a la cálida sonrisa de un muchacho bondadoso, confiado, optimista y distraído. Sin darme cuenta ese chico se había vuelto indispensable para mí y ahora el alejarme de él, el alejarme de la felicidad que había sentido por primera vez era terriblemente doloroso, era frio y me sentía roto, sentía como con cada latido de mi corazón este se caía en pedazos, tal vez las lágrimas son los trozos de mi corazón roto que están cayendo...

Pero al menos sé que este acto hará que él sea feliz, y mientras Demian pueda ser feliz entonces yo también lo seré, porque sé que el encontrará a esa persona destinada para él, será feliz y terminara olvidando a esa persona que solo lo hizo dudar de su felicidad.

Lo siento Demian, fue muy cruel de mi parte haber llegado a tu vida, pero ahora hago lo correcto ¿no? Ahora podrás ser feliz.  


*****

Aaaaaah han pasado 84 años ajajaja. siento que estoy con un poco más de energía para actualizar y si bien estoy con un bloqueo horrible, esta historia solo la tengo que editar ajajaja, espero que les guste este capitulo agridulces. 

Muchos besos y cariños <3

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