Laila Scamander Y Las Reliqui...

By fanfics_and_fandom

47.2K 6.5K 1.9K

#7 «A matar a Voldemort» Las cacerías han comenzado en el mundo mágico. Laila Scamander junto con sus amigos... More

Sinopsis + TRAILER 1
1: El camino de la Nostalgia
2: Tonks
3: Angustiosas horas
4: Por Ojoloco
5: Preparativos
6: Los Delacour
7: Scrimgeour...otra vez
8: Testamento
9: Una boda de ensueño
10: Escape
11: Fugitivos
12: R.A.B
13: El Relicario
14: Kreacher
15: Una terrible reunion
16: Inútil Ayuda
17: Primera Plana
18: La calma antes de la Tormenta
19: Ministerio
20: Obsesión
21: No se deben decir mentiras
22: Escape poco exitoso
23: Gregorovitch
24: No son vacaciones
25: Inesperados visitantes
26: Separación
27: Carroñeros
28: La vida en Londres
29: El Refugio
30: El Plan
31: Avalon
32: Bola de Luz
34: Una muy enojada Hermione
35: Lovegood
36: Las Reliquias de la Muerte
37: Emboscada
38: Pottervigilancia
39: Greyback
40: La Mansión Malfoy
41: Dobby, el elfo libre
TRAILER 2
42: Las Secuelas
43: Griphook y Ollivander
44: Un curioso trato
45: Padrinos
46: La horripilante poción multijugos

33: Reencuentro

938 112 43
By fanfics_and_fandom

YO SIN PODER CREER QUE NO ACTUALIZO DESDE EL AÑO PASADO. MEREZCO TODO INSULTO QUE SE VIENE JSJSJJAJAAJ

Al siguiente día no nos fue mejor, seguimos caminando sin encontrar ni a Harry ni a Hermione. En un momento hicimos una batalla de bolas de nieves en la que yo quedé como la vencedora, aún que Ron seguía insistiendo en que ese último punto no contaba porque yo había usado hechizos de Morgana.

Ahora los últimos rastros del sol se estaban ocultando, y nosotros estábamos buscando un lugar en donde dormir puesto que teníamos que seguir avanzando como de seguro Harry y Hermione harían, no podíamos quedarnos atrás. La nieve estaba más dura y a veces Ron tenía que ayudarme cuando me resbalaba por el hielo mientras caminábamos por la montaña;

— Ron, creo que les estamos perdiendo el rastro. Tu misteriosa bola de luz que habla como Hermione tiene algo que decirte?— suspire mientras que con mi varita hacia iluminar una pequeña llama para mantenerme calentita.

Ron asintió, tomando el desiluminador entre sus manos y encendiéndolo, inmediatamente le tomé la mano puesto que yo no podía ver la luz y no quería que se desapareciera sin mi. Pasaron unos segundos en los que él se quedo quieto viendo la luz azulada que el decía. Al siguiente momento sentí como alguien me atraía desde mi centro y el mundo daba vueltas en la oscuridad.

Llegamos a un bosque oscuro y helado, y por la nieve que nos rodeaba supe que no estábamos muy lejos de la montaña en la que estábamos antes, tal vez a solo unos kilometros. Vi a mi alrededor, siento que ya no podía soportar los paisajes con nieve cuando algo me llamo la atención:

— Hey... Ron mira— apunte hacia la izquierda de donde había un tenue brillo azulado. Ambos pisando con cuidado nos empezamos a acercar lentamente hasta que nos detuvimos en nuestros pasos cuando lo vimos; era un patronus, y no uno cualquiera, tenía la forma de una hermosa cierva plateada que nos vio por unos segundos antes de darse la vuelta y empezar a caminar. De mis compañeros en Hogwarts y los miembros de la Orden del Fenix nunca había visto el patronus de una cierva y dudaba que fuera de un mortifago.

— ¿Quiere que la sigamos?— susurró mi amigo.

Me encogí de hombros, solo pudiendo pensar en mi cuatro ojos y empecé a correr detrás de la cierva con Ron a mi lado. El patronus de Harry sin embargo era un ciervo, a esta le faltaban las astas del animal macho. Poco a poco la cierva empezó a esfumarse como humo y nos dejó a Ron y a mí entre los árboles, casi sin respiración, dejándonos en frente de una charca congelada como en las que patinaba en Dorset, y en esta se hallaba una figura alta.

Me costó reconocerlo al principio porque estaba oscuro y estaba con ropas diferentes de la última vez que lo había visto. Además tenía el cabello azabache un poco más largo y más desordenado, se veía más greñudo, sin embargo nada de eso era tan extrañó que cuando se empezó a desnudar. Ron y yo nos miramos de la misma forma extrañas, viendo como mi novio se quitaba casi toda la ropa y entonces se sumergió en la charca congelada.

— ¿Que demonios esta haciendo?— fruncí el ceño.

— Esperemos a que salga.

Yo sabía que Harry sabía nadar por instinto pero no era muy bueno nadando. Recordé en segundo año cuando me dijo que solo habia nadado dos veces y la primera solo había nadado porque estuvo a punto de ahogarse. Esperamos y esperamos, sin embargo no volvía a la superficie y rompí mi regla de usar mi legeremancia, y la use en él, en cuanto sus desesperadas emociones y pensamientos me llegaron me sentí congelada.

— Esta en problemas— jadee entrando en pánico mientras corría con mi amigo a mi lado—. ¡Se está ahogando! ¡Hay que ayudarlo!

Inmediatamente Ron se tiró al agua sin pensarlo por su mejor amigo. Pasaron unos segundos en los que el pánico me estaba comiendo vica pero por fin sacó a Harry y luego se sumergió y sacó algo brillante. Inmediatamente puse ambas manos alrededor de Harry y lo obligue a ponerse de lado para que no se ahogase con el agua que estaba vomitando. Si, yo tenía experiencia en eso gracias a Blaise. Y luego una vez vi que ya había escupido todo lo obligue a estar boca abajo y deje que se recuperase mientras iba por Ron que tosía incontrolablemente. En su mano traía el reconocible horrocrux y en la otra una espada que yo ya había visto en la oficina de Dumbledore.

—¿Estás loco o qué?— Ron dijo entre respiros entrecortados.

Harry sacudido por intensos temblores, se puso en pie y por fin nos vio a los dos, a Ron completamente empapado de pies a cabeza que sostenía la espada de Gryffindor con una mano y el Horrocrux colgando de la cadena rota con la otra. Y a mi, varita en mano, y honestamente sin saber que demonios decir después de todos estos meses, de mi boca salió lo primero que se me vino a la mente.

— ¿Por qué demonios no te has quitado esta cosa antes de meterte en el agua?— tome el horrocrux de la mano de Ron, desesperada queriendo golpearlo, el miedo y alivio se apoderaron de mi garganta, casi estaba llorando y mi voz salía aguda—. ¿Tienes otro deseo suicida que no sepa?!

En mi mano el Horrocrux oscilaba en el extremo de la cadena, como si parodiara un espectáculo de hipnosis. Harry no pudo contestar, solamente se nos quedó viendo y trate de pensar en otra cosa que rompiera el incómodo silencio;

— Vístete primero. Antes de que pierdas los dedos— le tendí la ropa sin realmente verlo a los ojos, no podría soportarlo si es que me odiaba, si es que me dedicaba esa mirada de odio que yo conocía muy bien.

Estremecido de frío, tomo el montón de ropa que le estaba pasando y empezó a vestirse, pero no dejo de mirarnos a ninguno de los dos. Como si tuviera miedo de que fuéramos una ilusión que podía desparecer si nos perdía de vista.

— ¿Eras t-tú? —preguntó Harry al fin, tiritando sin parar, con una voz más débil de lo normal debido a lo cerca que había estado del estrangulamiento.

— Pues sí, claro —replicó Ron, un tanto desconcertado.

— No— él se dio la vuelta y me vio a mi—. ¿T-tú hiciste aparecer esa cierva?

Fruncí el ceño otra vez.

— ¿Qué? ¡No, claro que no! ¡El mío es un grandioso dragón!

— Por un momento pensamos que era el tuyo.— el pelirrojo añadió.

— Mi patronus es un ciervo.

— ¡Ah, es verdad! Ya decía yo que era diferente, porque no tenía astas.— Ron asintió.

Harry se puso el último jersey y recogió la varita mágica. Luego nos vio a ambos:

— ¿Qué hacen aquí?

Habia pensado que al casi morir ahogado, ese asunto de habernos ido por nuestro propio camino se iba a plantear más adelante, o no se plantearía. Ron y yo nos vimos el uno al otro sin saber en realidad que decir, había estado tan concentrada en encontrar a Harry y Hermione que nunca me había puesto a pensar que diría cuando los viera. Vi a Ron y le indique que hablara, él era el que había decidido irse, él debía hablar.

— Pues... ya sabes. Hemos... vuelto. Si...—carraspeó—. Si todavía quieres que estemos contigo, claro.

Los tres nos quedamos callados, mientras recuerdos de la última noche que nos vimos se alzaban como un muro entre nosotros, separándonos más.

Ron miró lo que sostenía entre su propia mano y pareció sorprenderse al ver de qué se trataba.

— Bueno, la he sacado — dijo innecesariamente, y levantó la espada para que Harry la examinara—. Por eso te metiste en el agua, ¿verdad?

— Sí, sí, claro. Pero no lo entiendo. ¿Cómo han llegado hasta aquí y nos han encontrado?

— Es una larga historia. Llevábamos horas buscándoos, porque este bosque es enorme. Y cuando ya Laila estaba a punto de dormirse vio parecer a esa cierva.

— ¿No han visto a nadie más?

Negué con la cabeza al igual que Ron pero este siguió;

— No. Yo... —Desvió la mirada hacia dos árboles que crecían muy juntos unos metros más allá—. Mira, me pareció ver que algo se movía por ahí, pero fue cuando íbamos hacia la charca, porque te habías metido en el agua y no salías, y no iba a dar un rodeo para... Eh, ¿adónde vas?

Harry corrió hasta el sitio que Ron había señalado para inspeccionar si había alguien mas y luego volvió adonde nos habíamos quedado nosotros Ron sujetando la espada y yo el Horrocrux.

— ¿Has descubierto algo? — pregunté alzando las cejas.

— No, nada.

— ¿Y cómo ha ido a parar la espada a esa charca?

— Quienquiera que hiciera aparecer ese patronus debió de dejarla ahí.

Observamos la ornamentada espada de plata, cuya empuñadura con rubíes incrustados brillaba un poco a la luz de mi varita dejando un espectáculo de reflejos rojos, era simplemente hermosa eso que yo ya me estaba acostumbrando a las piedras preciosas.

— ¿Crees que es la auténtica? — quiso saber Ron.

— Sólo hay una forma de averiguarlo, ¿no creen?

El Horrocrux todavía oscilaba en el extremo de la cadena y palpitaba ligeramente. Cuando me concentré en verlo pude escuchar el distante sonido de uñas rasguñando una pizarra o de una tetera hirviendo. Lo que sea que estaba dentro del guardapelo volvía a estar agitado, era como si notara la presencia de la espada. Vi la espada en las manos de Ron y mi mirada se cruzó con la Harry y supe que pensamos lo mismo, era el momento de acabar con el guardapelo de una vez por todas. Harry escudriñó alrededor hasta ver lo que buscaba: una roca plana junto a un sicomoro.

— Por aquí— indicó.

Limpió de nieve la roca y tendió una mano y de inmediato le entregue el Horrocrux, sin querer seguir sosteniendo esa cosa que me mareaba. En cambio, cuando Ron quiso entregarle la espada, Harry negó con la cabeza.

— No, tienes que hacerlo tú.

— ¿Yo? — Ron se quedó perplejo—. ¿Por qué?

— Porque tú has sacado la espada de la charca.

Alcé las cejas un poco sorprendida por como Harry insistía en esto, no lo hacía como si fuera amabilidad o que él no quisiera abrirlo y se lo dejaba a Ron. El horrocrux había sido una causante para que Ron se hubiera ido, lo afectaba y él no lo podía controlar, el debía acabar con esto.

— Mira, yo lo abro y tú le clavas la espada — propuso—. Pero rápido, ¿de acuerdo? Porque eso que hay dentro intentará defenderse. Recuerda que el trozo de Ryddle que había en el diario pretendió matarme.

— Lindos recuerdos de segundo año— murmuré.

— ¿Cómo vas a abrirlo? — preguntó Ron, aterrado.

— Voy a pedirle que se abra, y se lo diré en pársel.

— ¡No! — exclamó Ron—. ¡No, no lo abras! ¡En serio!

— ¿Por qué no? Librémonos de una vez de este maldito objeto; hace meses que...

— No puedo, Harry. Te lo digo en serio. Hazlo tú.

— Pero ¿por qué?

—¡Porque me afecta mucho! — chilló Ron, apartándose de la roca—. ¡Es superior a mis fuerzas! No pretendo justificar mi actitud, Harry, pero a mí me afecta mucho más que a ti o a Hermione. No puedo hablar con Laila porque tiene a una bruja oscura en ella.

— Ella tiene un nombre! — grité ofendida.

— Perdón pero cuando lo llevaba colgado del cuello me hacía pensar cosas, cosas que me venían a la mente sin motivo y lograban que todo me pareciera mucho peor, no sé explicarlo. Cuando me lo quitaba, se me pasaba, pero luego tenía que volver a colgarme ese condenado chisme y... ¡No puedo, Harry!

Había retrocedido arrastrando la espada y negaba con la cabeza, le puse una mano en el hombro con firmeza, teníamos que darle fuerzas, asegurarle que solo él podía.

— Sí puedes — afirmó Harry con determinación—. ¡Claro que puedes! Acabas de recuperar la espada, y sé que tienes que utilizarla tú. Por favor, deshazte del guardapelo, Ron.

El hecho de oír su nombre de pila actuó como un estimulante. El chico tragó saliva y, respirando afanosamente por la larga nariz, dio unos pasos hacia la roca.

— Está bien — cedió con voz ronca—. Indícame cuándo.

— Uh... Laila... esto... esto no me gusta— Morgana apareció a mi lado y comenzó a retroceder con un poco de pánico—. Esto es magia oscura... y ahm... y... va a salir a la luz mi... síndrome de abstinencia.

— Si... yo...— vi a ambos chicos, el horrocrux me estaba susurrando, la magia negra estaba latente y mis deseos oscuros de poder empezaron a salir, me sentí atraída—. Creo que necesito que me aten a un árbol o algo así...

— ¿Que? — Ron frunció el ceño.

— La huella del obscurus, lo que dejo en M y ahora yo tengo bueno... parece muy atraído por esto y tengo miedo que cuando lo abras... lo que yo puedo hacer— admití. —. Me han visto en el colegio, lo que puedo hacer cuando estoy enojada o cuando mi magia se sale de control.

Fui voluntariamente hasta uno de los troncos de los arboles de este bosque y bajo la incrédula mirada de Harry y Ron use mi magia para atarme a este antes de lanzar mi varita hacia los chicos. Harry la tomo del suelo y me vio preocupado al igual que Ron, asustados por lo que me podía pasar. Yo solo asentí dejándoles saber que ya era tiempo, no por mi culpa no íbamos a acabar con esto de una vez por todas, alargar el momento solo lo haría peor.

— Voy a contar hasta tres — anunció Harry, y miró de nuevo el guardapelo. Entornó los ojos y se concentró en la letra «S»—. Uno... dos... tres... ¡Ábrete!

La última palabra, en lengua pársel, fue una mezcla de silbido y gruñido, y las portezuelas doradas del guardapelo se abrieron con un débil chasquido.

— ¡Clávala! — exigió Harry sujetando el guardapelo sobre la roca.

Con manos temblorosas, Ron levantó la espada y su punta pendió sobre el guardapelo, mientras Harry sostenía con firmeza el horrocrux,
Entonces una voz silbó desde fuera del objeto maldito.

He visto tu corazón y me pertenece.

La sensación fue como una ola que me golpeó, la voz estaba cargada de poder, de magia, de todo lo que yo poseía y quería más y más. Mis dedos empezaron a temblar, empezando a sentir mis manos tibias y luego más calientes. Pude sentir como se amplificaban todos mis deseos de destrucción y creación, de querer desatar mi magia sobre este bosque hasta que no quedara ni un solo árbol, que la nieve se derritiera y que el agua se congelara por completo.

— ¡No le hagas caso! — exclamó Harry con dureza, su voz me hizo volver un poco a la realidad, pero el deseo de conquistar, de expandir y hacer daño con mi magia era tanto que era hasta doloroso resistirme—. ¡Clávasela!

He visto tus sueños y tus miedos, Ronald Weasley. Todo cuanto deseas es posible, pero también todo lo que temes es posible...

— ¡Clávasela! — gritó Harry, y su voz resonó entre los árboles.

La punta de la espada osciló mientras Ron bajaba la vista hacia los ojos de Ryddle.

Siempre has sido el menos querido por una madre que ansiaba tener una hija... Y ahora el menos querido por la chica que prefiere a tu amigo... Siempre el segundón, eternamente eclipsado...

— ¡Clávasela ya, Ron! — bramó Harry.

Ron levantó la espada un poco más y los ojos de Ryddle despidieron un brillo escarlata.

En ese momento, de los ojos que reposaban en ambas ventanitas del guardapelo brotaron, como dos grotescas burbujas, las cabezas de Harry y Hermione, extrañamente distorsionadas.

Ron dio un grito y retrocedió asustado, al mismo tiempo que las dos figuras emergían -primero el torso, luego la cintura, por último las piernas- hasta quedar de pie sobre el guardapelo, juntas como dos árboles con una raíz común, oscilando ante todos.

— ¡Ron!

— ¿Para qué has vuelto? Estábamos mejor sin ti, más felices sin ti, contentos con tu ausencia. Y nos reíamos de tu estupidez, de tu cobardía, de tu presunción...

— ¡Sí, de tu presunción! — terció la falsa Hermione, más hermosa y también más terrible que la verdadera; riendo con socarronería, se balanceaba ante Ron, quien, presa del horror, se había quedado paralizado, con la espada colgándole inerte a un costado—. ¿Quién se fijaría en ti, quién iba a fijarse jamás en ti, cuando a tu lado estaba Harry Potter? ¿Qué has hecho tú comparado con lo que ha hecho el Elegido? ¿Qué eres tú comparado con el niño que sobrevivió?

La soga que me sostenía al árbol empezó a humear, y luego empezó a quemarse, copos de nieve empezaban a arremolinarse a mi alrededor como si fuera a iniciar una tormenta. Me iba a desatar y ni la tonta espada de Gryffindor me iba a poder detener.

— ¡Clávasela, Ron! ¡¡Clávasela!! — gritó Harry, pero Ron no se movió.

Las dos falsas figuras, de ojos de un rojo brillante, cabellos arremolinados como las llamas y voces que entonaban un maligno dueto siguieron:

— Tu madre — se mofó él, mientras ella reía burlona— . Confesó que me habría preferido a mí como hijo y habría estado encantada de cambiarte por...

— ¿Quién no iba a preferirlo a él, qué madre te escogería a ti? No eres nada, nada, nada comparado con él — canturreó ella y, estirándose como una serpiente, se enroscó alrededor de él, lo abrazó estrechamente y sus labios se encontraron.

Ron los contemplaba con profunda angustia. Aunque le temblaban los brazos, levantó la espada cuanto pudo. La soga que me sostenía se rompió por completo dejándome libre y la tierra empezó a sacudirse mientras la huella del obscurus empezaba a apoderarse de mi voluntad. El horrocrux me llamaba, juntos, podríamos hacer grandes cosas... no más vivir como una delincuente, si no a lo grande, como me lo merecía...

Vi mi reflejo en la charca congelada, mis ojos no estaban anaranjados como cuando Morgana me poseyó, los iris estaban rojos.

— ¡Hazlo, Ron!

La espada centelleó y cayó de golpe, se oyó un fuerte sonido metálico y un largo e interminable grito. De repente me sentí débil, poco a poco empezando a detenerme en mis pasos, me vi las manos sorprendida y parpadee con fuerza antes de darme la vuelta para ver el árbol al que había estado atada; ahora el tronco hasta las hojas estaba completamente marchito. Las monstruosas versiones de Harry y
Hermione habían desaparecido y sólo quedaba Ron, que, con la espada pendiendo de su mano, contemplaba los restos del guardapelo esparcidos sobre la roca.

Alze la vista y me encontré con Harry que veía sorprendido el camino al que había llegado y como este estaba completamente marchito, como si todo lo que yo tocara hubiera muerto. Harry, sin saber qué decir o hacer, se aproximó lentamente a su amigo, que resoplaba al respirar y ya no tenía los ojos rojos, sino azules como siempre, aunque llorosos.

Mi corazón se encogió mientras iba hacia Ron corriendo a abrazarlo, lo obligue a soltar la espada que produjo un ruido metálico contra el suelo, se dejó caer de rodillas y yo sin poder aguantar su peso me fui al suelo con él que me rodeo con fuerza, escondiendo su rostro en mi hombro.

Temblaba, pero no era de frío, al ver que Harry se acercaba, me aleje un poco de Ron quien inmediatamente se cubrió el rostro con los brazos y, con precaución Harry le puso una mano en el hombro.

— Cuando te marchaste —empezó en voz baja—. Hermione pasó una semana entera llorando, o quizá más, pero no quería que yo la viera. Hubo muchas noches en que no nos dijimos ni una palabra. Sin ti... Es como una hermana para mí; la quiero como a una hermana y creo que ella siente lo mismo por mí. Siempre ha sido así; creí que lo sabías. De la misma forma que Laila y tú.

Ron dirigió la vista hacia otro lado y se enjugó la nariz en la manga. Trate de no ver a Ron tan sorprendida, nunca me había puesto a pensar que relación de Harry y Hermione pudiera ser algo más que meramente platónica, tal vez porque era tan absurdo como pensar que la mía con Ron podría ser algo más que amistad. Poniéndose en pie, Harry fue a buscar la enorme mochila de Ron que había tirado al suelo antes de salvarlo de ahogarse mientras mi amigo pelirrojo se levantó con los ojos enrojecidos pero más serenos.

— Lo siento —musitó—. Perdona que me marchara. Ya sé que soy un... un...

Paseó la mirada por la penumbra de alrededor, como si esperara encontrar allí una palabra lo bastante denigrante para describirse. Nunca se perdonaría lo que hizo, no importa cuantas veces yo tratara de calmarlo en cuanto a esto.

— Lo que has hecho esta noche lo compensa con creces —afirmó Harry—. Ni más ni menos que recuperar la espada, acabar con el Horrocrux y salvarme la vida.

— Suena más espectacular de lo que ha sido en realidad — farfulló Ron.

— Suele ocurrir así; hace años que intento explicártelo.

Se acercaron al mismo tiempo y se abrazaron con fuerza como los dos hermanos que eran, como el niño que había acogido a Harry en su propia casa como uno más de sus múltiples hermanos. Y en cuanto se separaron Harry me vio, y fue como una bofetada cuando recorde lo mucho que lo habia extrañado, el ehcho de tenerlo aqui frente a mi, me quería hacer abrazarlo y nunca dejarle ir, tenía muchas cosas que decirle, las meociones explotnado en mi pecho. Sin emabrgo Harry no podía expresarse muy bien en palabras como yo, asi que fue automatico cuando ambos al mismo tiempo colisionamos en beso. Enterre mis dedos en sus mechones azabaches desordenados y él puso sus manos en mi cintura atrayendome hacia él con necesidad. Fue un beso apasidonado, de esos que solo guardabamos cuando estabamos en privado, escondidos en alguan seccion de la biblioteca, debajo de las gradas del campo de quidditch...

No me di cuenta de cuanto tiempo estuvimos asi, lo unico en lo que podia pensar era que por fin tenia de nuevo a mi novio y mejor amigo a mi lado y habia olvidado lo lindo que se sentía besarlo. Eso, al menos hasta que una voz nos interrumpió;

—Y..... se siguen besando. Si.— escuche a Ron incomodo carraspeando, quejándose—. Eh...chicos sigo aquí. Oigan si van a seguir así...

— Estoy tratando de hacer que entre en calor— me di la vuelta para ver a Ron antes de darle un último beso a Harry y abrazarlo con fuerza, murmure con angustia—. ¿Estas enojado conmigo?

— Ya no— él negó, y en realidad sonaba aliviado pero un tinte de miedo aun estaba en su voz cuando siguió—. Nunca más vuelvas a irte así.

Asentí a la vez que me separaba de él y le arreglé las gafas torcidas, trate de decir algo arrogante pero nada aparecio en mi mente, estaba tan feliz, tan aliviada de tenerlo a mi lado que ahora la mente la tenia en blanco, él al parecer noto esto y entrelazó su mano con la mia.

— Será mejor que volvamos a la carpa.

Nos veremos en 2024!

JAJAJAJAJAJ es broma, tratare de actualizar tan rapido como pueda pero por ahora estoy mas enfocada en mi fic de los 100

Continue Reading

You'll Also Like

624K 38.1K 102
Kira Kokoa was a completely normal girl... At least that's what she wants you to believe. A brilliant mind-reader that's been masquerading as quirkle...
328K 19K 72
Y/N L/N is an enigma. Winner of the Ascension Project, a secret project designed by the JFU to forge the best forwards in the world. Someone who is...
243K 6K 52
⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ જ⁀➴ 𝐅𝐄𝐄𝐋𝐒 𝐋𝐈𝐊𝐄 .ᐟ ❛ & i need you sometimes, we'll be alright. ❜ IN WHICH; kate martin's crush on the basketball photographer is...
455K 16.3K 94
The story is about the little girl who has 7 older brothers, honestly, 7 overprotective brothers!! It's a series by the way!!! 😂💜 my first fanfic...