Luego la conversación con su prima fue a donde estaba Shuri para hablar unas últimas cosas con ella.
Quería asegurar que ella realmente aceptaba por el, y no por solo huir.
-Princesa?- pregunto el hombre de pie en la entrada de la habitación.
-oh... Si dime- respondió la joven.
-entonces.... Recuerdas el plan, verdad? -
La chica dejó lo que estaba haciendo y camino hasta el, lo tomó de las manos y lo miro a los ojos.
-lo recuerdo bien Kukulcán... Volveré, si eso es lo que te hace dudar-
Se sintió extraño oírla llamarlo así, pero le gustaba. Le sonrió y tomó una de las muñecas de la chica.
-Ten... Es un regalo, como muestra... De mi cariño- dijo el hombre colocándole una pulsera.
Esa pulsera había pertenecido a la madre de este, hecha de la planta que salvo a su pueblo; ella estaba bastante sorprendida pero sonrió y lo miro.
-gracias.... Es hermosa, siento que no la merezco pero... Si tu lo cres... La acepto-
-claro que la mereces princesa- acarició la mejilla de esta.
Se quedó con ella un rato antes de que llegará la hora, y el claramente no queria que se fuera de ahí... Ya que le había tomado cariño.
Después de un rato, Namor escoltó a la joven hasta la superficie. Ya dentro de Wakanda ella llegó al Palacio donde su madre preocupada trataba de buscar una manera de traer a casa a su hija.
-Deberíamos llevar guerra a ellos por secuestrar a la princesa- sugirió uno.
-deberíamos ofrecer algo mejor- opinó otro.
Las puertas se abrieron de golpe dejando a todos bastante sorprendidos, era Shuri.
-Alto! No van a hacer semejante cosa como llevar la guerra a Talokan...
La joven estaba muy decidida a hacer lo necesario para evitar a toda costa la guerra. La reina por otra parte no la dejaría irse otra vez.
-Shuri!!- exclamó la reina -por Dios.... Estas de vuelta-
La mujer se levantó del trono y fue a abrazar a su hija, la cual respondió a este abrazo con amor. Sin embargo, no contaban con que la pulsera que la joven traía llamaba mucho la atención.
-que es eso que trae princesa?- pregunto M'baku.
A Shuri se le erizo la piel; su madre la tomo de la muñeca y vio la pulsera.
La mirada que la reina le lanzó a su hija lo decía todo, no la dejaría salir de nuevo.
-Hay algo que debo decirles.... A todos ustedes- vocifero la joven. -hice una alianza con el pueblo de Talokan.. - levantó la muñeca con la pulsera para que la vieran bien. -Su rey a aceptado... Al igual que yo-
Todos, incluida la reina la miraron incrédulos mientras que se quedaron en silencio.
-y será una alianza matrimonial-
Decreto con voz severa y fuerte.