MAYOR QUE YO| dibu martinez

By -onixblack

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MAYOR QUE YO| no me importa que usted sea mayor que yo hoy lo quiero en mi c... More

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NO CAPรTULO โ€ผ๏ธ
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By -onixblack

𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙩𝙝𝙧𝙚𝙚

Los chicos ya estaban sentados en sus lugares, esperando que las benditas chicas del equipo de Hockey llegaran. Otro que no se encontraba ahí era el Fideo Di Maria, quien también había decidido quedarse durmiendo con sus hijos, cosa que su esposa aprovechó para ir a la cena y estar con sus amigas. Dybala y Oriana estaban tranquilamente allí los dos pues no tenían hijos. Mientras que el Kun no se perdía una oportunidad de comer ni loco, dejó a Benja solo con la excusa de que ya era grande y se podía cuidar muy bien.

—Capaz se quiere llevar a una nenita italiana a jugar a la play— añadía entre risas y codazos con sus compañeros.

Uno de la selección estaba muy inquieto, sabía que la iba a ver ahí muy seguramente, pero con él estaba su mujer. A último momento había decidido dejarle su hijo a Camila Galante para acompañar a su esposo. La mujer del Dibu pensaba hacer lo mismo, pero ambos sabían que eso era para pelea y decidió no ir al final.

La puerta se abrió y todos se quedaron mirando expectantes. Por esta pasó un chico joven, más o menos veinteañero, con una sonrisa grande fue a saludar a Scaloni.
El dt argentino era gran amigo del padre de Matias, lo conocía de pequeño y siempre fue como un tío para él.

Poco a poco las integrantes del cuerpo femino de Hockey empezaron a aparecer. Cada una más linda que la otra pensaban ellos.

Él jugador argentino se quedó esperando a que la pelirroja pasara, pero nunca la vio, la puerta se cerró y ella no estaba allí. Sus amigas si, sabía quien era por las fotos en el perfil de su ex chica. Quería acercarse, preguntarles por qué que Olivia no estaba allí con ellas. Si se encontraba bien. Si necesitaba algo. Cualquier cosa, solo saber de ella.

Emiliano Martinez no prestó atención cuando las muchachas entraron, él estaba enfocado en su celular mirando un poco de Tinder. Era solo para chusmear, porque a las mejores minas, nunca las encontraba en esa app.

Cuando vio que todos sus compañeros quedaron en silencio levantó su cabeza. Ahí la vio. Era una de las últimas en entrar, lo tapaban algunas de las otras chicas que querían llamar su atención, pero lo poco que veía de ella lo volvió loco. Ese vestido blanco, tan sencillo pero tan hermoso, le quedaba espectacular. Era suelto, pero marcaba lo que debía marcar. Su cabello rubio y con algunas trenzas entre medio, la hacían lucir como un lindo ángel.

Las chicas se quedaron hipnotizadas al entrar en el comedor, sus piernas temblaban nerviosas y con miedo de hacer alguna cagada frente a ellos. Vera cuando vio al Kun casi larga un grito si no es porque Amparo le pellizca. Varias de sus compañeras intentaban llamar la atención de los jugadores, entre ellos Marianella. Vera soltaba algunos comentarios sobre ella pero la rubia los ignoraba.
Miró a todos en la sala pero se detuvo en uno en especial, que la miraba de arriba a abajo analizandola y alzando sus cejas en algunos puntos. Se mordía el labio discretamente, y cuando sus miradas chocaron le guiñó el ojo para luego volver a su celular.

Las mejillas de Amparo se pusieron rojas, nunca nadie la había mirado de esa manera. Él la miraba con deseo, reflejando en sus ojos la belleza de ella que tanto lo cautivó.

Y encima, era el Dibu el que la miraba así. Casi se hace pis ahí nomas.

Las hicieron tomar asiento, Amparo quedó junto a Linda Raff, la mujer del Papu Gomez. Ella la recibió con una sonrisa y le dio un beso cuando se sentó con ella.

—un gusto— dijeron ambas con una sonrisa mientras se preparaban para comer.

—Quiero felicitar a ambos equipos, se que a los futbolistas capaz no le dieron mucha bola a nuestro triunfó, porque que mejor que ganar la copa América. Pero ambos equipos dieron todo de sí, estoy orgulloso de hasta donde llegamos y esperamos seguir por este camino. Los felicito chicos — brindaron todos con Scaloni por las palabras dichas y la cena empezó.

Obviamente la comida principal era un buen asado. Las acompañaban una ensalada rusa, una de choclo y zanahoria y otra de zanahoria y huevo. También había empanadas de toda clase para variar, pero las principales de carne.

Amparo se sirvió un poco de cordero que encontró por ahí, también había si. Un poco de ensalada rusa y de zanahoria. Con algo de vergüenza corrió las arvejas de donde estaban las papas para dejarlas a un lado.

—que delicada de mierda— escuchó que una de sus compañeras murmuraba mientras su amiga reía.

—literal, todo porque tiene plata.

Sus mejillas se pusieron rojas de nuevo, pero ahora de la bronca que tenía. Si, tuvo suerte de nacer en una familia con buena estabilidad económica. Ella era una persona humilde, dejaba de lado las arvejas porque no le gustaban, pero también porque hace un tiempo empezó a tener reacciones alérgicas con algunas comidas. Pero la ensalada rusa le encantaba, y si tenía que dejarla de comer por las arvejas se moría. Así que su familia empezó a hacer una aparte sin ellas para la rubia. Y en los lugares públicos, solo las dejaba a un lado cuidadosamente de no olvidarse de alguna.

Sentía una mirada pesada sobre ella, pero cuando levantaba su cabeza no encontraba a nadie. Estaba charlando muy animadamente con Linda cuando de nuevo la invadió esa sensación. Moviendo su cabeza a un lado se encontró con la mirada pesada de Emiliano. La miraba muy intensamente, queriendo expresar sus intenciones. Amparo lo ignoró y siguió charlando con la esposa del Papu.

Uno de los jugadores se levantó de la mesa excusándose de ir al baño, salió al pasillo y subió por el ascensor hacia su habitación. Este paró de la nada en otro piso, seguramente alguien había llamado. Las puertas se abrieron dejando ver a la colorada que tanto añoraba. Está se quedó estática al verlo y trató de escapar de nuevo a su habitación.

—Olivia espera!— gritó él tratando de alcanzarla.

—¡déjame en paz!— le devolvió el grito abriendo la puerta de su habitación, trató de cerrarla pero el la alcanzó y la trabó con su pie.

—solo quiero hablar— suplicó.

—no te quiero ver, dejame.

Forcejeo para poder abrir la puerta.

—Nicolas por favor, no puedo— suplicó ella, sentía que en cualquier momento sus ojos se iban a llenar de lágrimas. Nunca pensó que algo lo podía doler tanto como le estaba doliendo la situación con aquel chico.

Otamendi la Miró preocupado, pero poco a poco dejó de hacer fuerza y ella pudo cerrar la puerta. Se tiró al piso y largó el primer sollozo. Él la escuchaba del otro lado, soltó un golpe contra la pared haciendo sobresaltar a la chica.

Abrió la puerta preocupada, no sabía porque lo estaba haciendo pero le preocupaba lo que había hecho. Debió lastimarse y en efecto así era, tenía los nudillos raspados y empezaban a hacerse rojos cuando la sangre se acercaba.

Se quedó pensando un momento, no quería tenerlo cerca, pero a la vez si. Quería curar su mano y aprovechar estar cerca suyo. Solo lo había visto dos veces en su vida. Sus mejores dos días. Y cuando le cortó el rostro, fue lo peor que le pudo pasar.

Pero acá estaba, frente a ella, mirándola con esa intensidad que podía hacer poner de rodillas a cualquiera. Se deseaban mutuamente, se tenían unas re ganas y eso se podía notar a kilómetros.






[•]







La cena seguía tranqui, Amparo se levantó para ir al baño a refrescarse un poco. Dejó a su nueva "amiga" hablando con Vera y Maia y ella siguió su camino.

Martinez, silenciosamente se levantó tras ella. A los pocos que lo vieron les excusó con que iba a buscar a Nicolas. Los otros no le dieron bola porque estaban charlando entre ellos, con sus mujeres o comiendo y mirando a las chicas.

Algunos de ellos eran los amigos Julian y Enzo, que miraban a las dos rubias restantes. El Kun, que había quedado medio embobado con unos rulos, y Paredes que se había quedado mirando de más a una morocha.

Las cuatro chicas los notaban, pero aún así ignoraban. Vera estaba que se moría, sus piernas temblaban y tenía que ocultar su sonrisa. Sergio Agüero la estaba mirando a ella, y sonreía, que hermoso que era y más cuando lo hacía.

Jazmin se sentía muy nerviosa y cuando lo miraba a Juli ambos se ponían rojos y alejaban sus miradas, siempre sonriendo.

La rubia trataba de ignorar a Enzo, pues tenía novio y se sentía incomoda. Él era un famoso jugador de River, nunca le daría bola a ella, pero igual si compartían alguna mirada o sonrisa sentia que estaba traicionando a su pareja. Quien estaba al lado suyo y no era nada más ni nada menos que Matias Calzetti, su entrenador.

Enzo no era parte de la selección Argentina. Pero como los otros jugadores habían ido con sus parejas e hijos, cosa que Julian no tenía, se decidió por llevar a su gran amigo y compañero en River, Enzo fernandez.





Amparo estaba ya metida en el baño, se puso un poco de agua en su cuello, se acomodó el labial clarito que tenía y empezó a sacarse fotos en el espejo, parando cuando alguien quería pasar.
La puerta se abrió y ella bajó su celular esperando a que la chica que entrará pasara, pero en cambio vio a un hombre, de gran postura, acercarse a ella en silencio mientras la miraba de arriba abajo.

—Disculpa el atrevimiento, pero no me presenté — le dijo él llegando a su lado—. Soy Emiliano Martinez.

—Si, algo te conozco, ¿Sos el arquero de la selección no?— se hizo la boluda.

—El mismo— se acercó y le dio un beso en el cachete—. ¿Vos como te llamas hermosa?

—Amparo, ¿Tú mujer como se llama?

Él empezó a reir— Bueno, entendí, queres que me vaya.

—No se, eso entendiste vos, yo te pregunte el nombre solamente.

—Mandhina se llama, ¿vos, tenes novio?— la tomó de la cintura.

—¿Para vos? No se— le estaba por encajar un beso ahí nomas pero ella se separó riendo y salio del baño.

Se tocó la barbilla riendo, salió del baño tras ella pero ya no la vio. Cuando llegó al comedor estaba sentada junto a sus amigas riendo. No sabía si les estaba contando lo que pasó, pero cuando se miraron el le guiñó un ojo, ella lo ignoró.

¿Qué pensaba? ¿Qué lo iba a besar? Si, el tipo estaba buenísimo, obvio. Pero tenía mujer y dos hijos, ella no se iba a meter en eso y más viendo que las intenciones de él eran solo para una noche. Si él no tuviera familia, claro que no le importaba eso, se dejaba enseguida si era con semejante hombre. Pero no, ella no iba a ser la otra, y menos si eso implicaba destruir una familia. Destruir la felicidad de dos nenitos que no tienen la culpa de la infelicidad de sus padres. Destruir todo eso solo por una noche de calentura del tipo.

La cena estaba terminando, cada uno se despidió, se saludaron entre todos y se fueron a sus habitaciones. Cuando el Kun llegó junto a Vera y le dio un beso de despedida esta casi se desmaya, su amiga le dio un golpesito discreto y ambas le sonrieron al hombre.

Juli se ánimo y se acercó a Jazmin, ambos rojos se dieron un beso mientras intercambiaban un par de palabras. Enzo de lejos miraba a Matias como saludaba a los compañeros de su amigo mientras tenía el brazo sobre los hombros de Isabela y ambos reían de lo que les decían.

Cuando tocó el turno del Dibu para saludar a Amparo ambos se pararon. Martinez fue el primero en acercarse y la agarró de la cintura dándole un beso en el cachete, algo largo. Ella lo alejó suavemente, sonriendo se alejó junto a su amiga que estaba que moría.

—Nunca más me voy a lavar la cara— decía con ojos soñadores.

Jorgelina, la esposa del Fideo, miraba desde lejos al esposo de una de sus mejores amigas escabullirse con una de las jugadoras lejos de ahí.

Maia llegó junto a sus amigas, un poco lejos y escondido, la esperaba Leandro.

—¡Chicas! Necesito que duerman todas en la habitación de Ampi y eso, necesito el cuarto urgente.

—Ay Mai, si van a coger vayan al cuarto de él — le respondió Marianella con asco.

—Es complicado el tema, porfi— suplicó la medio asiática.

—Bueno si, Agostina va a dormir con las amigas así que vos tranqui que tenes la habitación para los dos— la calmó su amiga, ella sonrió tomando la tarjeta y se fue junto al "desconocido".

—Supongo que será pijamada— Vera se quejaba internamente de tener que pasar la noche con Marianella, pero tenía que tranquilizarse porque sino así también les iba a cagar la noche a sus amigas.

Tomaron el segundo ascensor y llegaron a la puerta de la habitación, dejaron sus cosas en el pequeño living. Marianella fue por algo de comer, Isabela estaba en el baño y Amparo y Vera se tiraron al sillón.

—Pero la puta madre— algo grave tenía que ser para que la tierna y dulce Jaz puteara.

La rubia y miss rulos salieron corriendo hacia el cuarto y allí estaban.

—¡Olivia Nahir Rojas! ¡¿Qué pensas que estas haciendo?!— gritó su mejor amiga. En la cama se encontraban Olivia junto a Nicolas Otamendi, siendo cubiertos nada más que por una fina cobija.

tercer capi, espero que les guste chiquis, los tkmm❤️‍🩹
Sigo manija desde ayer lpm
MUCHACHOOOOOOS

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