Estela se miraba al espejo satisfecha, el pelo ondulado le quedaba mejor de lo que pensaba
-Estas muy guapa –Max la observaba divertido desde la puerta del baño
-Gracias –Ella sonrió –Ya pensaba que no vendrías
-Siento el retraso –Max camino hasta el vestidor y tras coger su ropa ingreso de nuevo en el baño, mientras Estela se dedicaba a terminar de maquillarse
Esperaba sentada en uno de los sillones con el regalo de su hermana entre sus manos cuando Max salio del baño, le miro sorprendida Era extraño verle sin su impecable traje de chaqueta negro, llevaba unos vaqueros, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negro, no podía negar que se veía tremendamente sexy
-¿Nos vamos? –El la miro con una leve sonrisa
Cuando bajaron al salón una empleada se acerco a ellos con un gran ramo de flores, Estela observo confundida a Max cuando lo tomo entre sus manos
-Son para tu hermana –El rió -¿No pensarías que me presentaría allí sin regalo?
Ella no respondió, simplemente siguió el camino hacia la puerta, una vez fuera bajo los escalones del porche pero Max la tomo del brazo
-¿Cómo pensabas ir a la fiesta si yo no iba? –La observaba con el ceño fruncido, hasta ahora no había pensado en como se movía su esposa
-En taxi –Ella se encogió de hombros –Como siempre
-Ven –agarro su mano y tiro de ella hacia el garaje, una vez dentro Estela miraba la gran exposición de coches que había en su interior -¿Qué te parece este? –Max abrió la puerta del conductor de un Mercedes deportivo de color gris -¿a que esperas?
-¿Qué? –Estela le miro a los ojos sin saber que decir -¿Un coche?
-No puedes estar moviéndote en taxi, eres mi esposa –Max le guiño un ojo –Nadie lo usa así que es tuyo, a menos que prefieras otro
-No, quiero decir no es necesario –Ella negó con la cabeza y ambos se quedaron mirándose fijamente, Max levanto las cejas dándole a entender que no tenia otra opción que aceptar, suspiro –Esta bien
Se sentía extraña conduciendo, con Maximiliano observándola atentamente y en un coche como ese Un coche del que hace unos días tan solo hubiera podido disfrutar en sus mejores sueños Aparco frente a su casa y los nervios revolvieron su estomago ¿Cómo iba a explicarle a su hermana que Max la acompañaba? ¿Cómo se comportaría el en la fiesta? Además sus amigos no sabían que estaba casada
Cuando regreso a la realidad, el ya le había abierto la puerta y la esperaba con una sonrisa divertida, Estela acepto la mano que le tendía y bajo del coche Por un instante sintió la fuerte atracción que ese hombre ejercía sobre ella, sus rostros quedaron tan cerca que casi podían tocarse levemente los labios
Ella se aparto tratando de recuperar la compostura y tras cerrar el auto, camino junto a el hacia la casa Desde fuera se podía oír la música a todo volumen, estaba claro que su hermana había montado una fiesta como las que ambas solían hacer, una de esas en las que todo se descontrolaba Llamo al timbre, sin recordar que era su casa y tenia llaves, Liliana abrió la puerta y la miro con una sonrisa, su expresión cambio a la sorpresa cuando observo que Max iba con ella
-Hola –Liliana no sabia que decir
-Feliz cumpleaños –Estela abrazo a su hermana, aprovechando la cercanía para susurrar en su oído –Lo siento, no sabia como negarme a que viniera
-Felicidades Liliana –Max le tendió el ramo de flores con una sonrisa
-Oh –Ella lo tomo sorprendida, después sonrió –Gracias
-Espero que te guste –para sorpresa de ambas el saco un pequeño paquete de su bolsillo, con un lazo rojo y se lo dio
Liliana tomo con cuidado el paquete y tras obsérvalo unos segundos lo abrió, mientras Estela miraba de reojo a su marido, ¿en que momento lo había comprado?
-Es preciosa –tomo la pulsera con las letras de su nombre y se la puso en la mano derecha –Muchas gracias señor Monteverdi
-Por favor llámame Maximiliano –Las dos hermanas se miraron sin saber que hacer
-Oh, pasad –Liliana se dio cuenta que ni siquiera habian entrado
Max observaba todo con sumo detalle, había bastante gente, hablando, bebiendo y bailando Estela se paro frente a la cocina para entregarle el regalo a su hermana, saco el paquete de su bolso, con un envoltorio verde y un lazo azul
-Ten –Sonrió mientras lo colocaba en las manos de su hermana, Liliana abrió delicadamente el paquete y se quedo paralizada al ver el interior Dentro de una cajita pequeña se encontraba la medalla de la Virgen del Carmen, aquella medalla que su madre le regalo cuando era pequeña y que empeño para poder ayudar con los gastos de la casa –Me costo bastante encontrarla –Estela sonrió al ver como su hermana limpiaba las lagrimas que amenazaban con desbordar sus ojos
-Gracias –Lili abrazo a su hermana bajo la atenta mirada de Max, que no se perdía ningún detalle, después se alejo y sonrió a ambos –Bueno ¿Qué queréis tomar?
-Yo lo sirvo no te preocupes –Estela aguanto la risa mirando al otro lado de la habitación –Tu ve con los invitados, parece que te reclaman
Max siguió a Estela por la habitación, sabiendo que prácticamente todas las miradas estaban puestas en el, claro que no le conocían Pero le molestaba mas ver como algunos hombres miraban a su esposa, no podía negar que estaba muy atractiva
-¿Un Gin-tonic? –Estela le miro de reojo mientras le tendía la copa
-Gracias –El acaricio sensualmente sus dedos al cogerla, después la miro a los ojos -¿Por qué significaba tanto esa medalla para tu hermana?
-Se la regalo nuestra madre –Estela cogio su copa y dio un sorbo –La empeño hace unos cuantos meses para ayudar con el pago de la casa
-¡Estel! –Fran, un amigo con el que había compartido muchos momento se acerco corriendo a ella y la abrazo efusivamente -La hija prodiga regresó a casa ¿Qué tal te fue en Los Ángeles? ¿Has venido con Carlos?
-Me fue muy bien –Se puso tensa, ¿Cómo respondería a eso? –Carlos se quedo allí, ya no estamos saliendo –Fue consciente de que Max prestaba atención a la conversación cuando Fran miro confundido al hombre que estaba tras ella
-Oh –Fran miro fijamente a Max-¿Entonces tu eres?
-Maximiliano –El paso el brazo en torno a la cintura de Estela –Soy su marido
-¿Enh? –La boca de Fran se abrió y Estela tuvo que aguantar la risa –Encantado yo soy Fran, somos amigos desde el parvulario
-Fran, siempre era el payaso que nos sacaba una sonrisa –Estela miro a Max, tratando de relajar la situación, notaba el brazo de el fuertemente rodeando su cintura
-Tampoco hay que pasarse eh –Fran sonrió –Bueno Maximiliano ¿a que te dedicas?
-Estela ¿puedes ayudarme un momento? –Liliana llamo a su hermana desde la habitación
-Claro –Estela miro a Max a los ojos antes de marcharse, advirtiéndole que fuera amble
Ambas hermanas se encerraron en la habitación, para tener mas privacidad
-¿Me quieres contar que esta pasando? –Liliana miro a su hermana molesta –Y no me digas que nada, porque no me lo creo Tu marido se acaba de presentar en nuestra casa, regalándome una pulsera y un ramo de flores por mi cumpleaños y acabo de ver como te sostenía de la cintura como si estuviera marcando territorio
-Ni yo misma se lo que esta pasando –Estela suspiro y se sentó en la que antes era su cama –Se molesto porque no le dije nada del cumpleaños y cuando me quise dar cuenta ya me había dicho que vendría conmigo
-Esto me preocupa –Liliana negó con la cabeza –Ese hombre no suele comportarse así
La puerta de la habitación se abrió de golpe y por ella entro Emma -¡¿Alguien puede decirme quien es ese guaperas que esta hablando con Fran?!
-Mi marido –Estela miro con precaución a su amiga
-¿Perdón? ¿Has dicho tu marido? –Emma trago saliva lentamente -¡Te has casado! ¡Sin decirnos nada! ¡Con ese pedazo de hombre! ¡¿Quién es?! ¡¿Dónde le conociste?!
-Es Maximiliano Monteverdi –Fue Liliana la que contesto –Creo que el resto de las explicaciones sobran
-¡Dios mío! –Emma abrazo a su amiga con una sonrisa -¡Cazaste al soltero mas cotizado de la ciudad! ¡Siempre supe que llegarías lejos!
-Yo no he cazado a nadie –Estela suspiro librándose de su amiga –Solo es un trato, ¿De acuerdo?
-¿Cómo? –Ella la miro confundida -¿Un trato?
-Monteverdi necesitaba una esposa para heredar el casino, exigencias de su abuelo y nosotras necesitábamos dinero –Liliana miraba a su hermana –El le propuso el trato y ya sabes que nadie puede negarle nada a ese hombre
-Eso no me gusta –Emma frunció el ceño –Un hombre que consigue las cosas a cualquier precio no sabe valorarlas Cuidado, te lastimara
-¡Aquí nadie lastimara a nadie! –Estela se puso nerviosa –Solo es un trato, en cuanto tenga su casino nos divorciaremos y se acabo Ahora dejemos este tema y a por la tarta
Cuando las tres salieron de la habitación se sorprendieron al ver a Max hablando animadamente con Fran y con otros dos invitados Estela no lo podía creer, se estaba comportando tan amable, incluso podía oírle reír
Tras la tarta, la fiesta comenzó a animarse mucho mas y aunque ella quisiera negarlo se sentía muy cómoda junto a Max El hablaba con todos de buena gana, incluso bromeaba con algunos invitados
Eran las dos de la mañana cuando regresaron a la casa, Estela aparco el auto en el garaje y juntos subieron a la habitación tratando de no hacer ruido
-¿Quién es Carlos? –Max pregunto nada mas cerrar la puerta
-Mi exnovio –Ella inspiro aire relajándose –Le conocí en Los Ángeles, el estudiaba derecho al igual que yo Estuvimos juntos dos años, hasta que le dije que debía regresar
-¿Rompió contigo? –Aunque se sentía tenso hablando de otro hombre que la había tenido entre sus brazos quería saber
-No –Ella sonrió, seguramente seria lo que el haría en ese caso –Me exigió que me quedara, decía que perdería todo lo que había logrado Y tenia razón, pero yo no podía dejar a mi hermana y a mi madre solas Me pidió que escogiera y así lo hice
-Escogiste a tu familia –Max se quedo pensativo
-En eso consiste ser una familia –Estela le miro a los ojos –Lo das todo por ella y lo recibes todo a cambio Tarde o temprano siempre la necesitas
-Ahora mismo yo solo necesito una cosa –El la miro intensamente, la tomo por la cintura y la pego a su cuerpo –Llevo todo la tarde viendo como otros hombres te comen con la mirada
La beso sensualmente, profundizando el beso cada vez mas, mientras recorría su espalda con sus manos Un leve gemido salio de los labios de Estela y eso le excito mucho mas, la empujo contra la pared mientras comenzaban a deshacerse de la ropa del otro
La chaqueta de el voló por el aire cayendo junto a la cama, después su camiseta que quedo colgada de la lámpara, lo siguiente fue el cinturón negro de ella y después su vestido blanco que acabo sobre el sillón Solo les quedaba su ropa interior y sin hacerse esperar se desnudaron entre caricias, llegaron hasta la cama sin dejar de besarse y acariciarse
Max cayó sobre el colchón y Estela sobre el, se sentó a horcajadas y con un leve movimiento de sus caderas le sintió en su interior El suspiro que salio de los labios de el, inundo la habitación, ella se acerco a su rostro para besarle, mientras seguía moviéndose despacio Entrelazaron sus manos sin dejar de moverse, sin dejar de satisfacerse el uno al otro, gimiendo, suspirando y gruñendo
No existía nada ni nadie, solo estaban ellos, sus deseos y sus cuerpos, en aquella habitación y esa cama, la cama que compartían Como marido y mujer
OS DEJO UNA FOTO DE ESTELA CON SU MODELITO PARA LA FIESTA DE CUMPLEAÑOS
¿QUE PENSAIS? EL COMPORTAMIENTO DE MAX HA CAMBIADO BASTANTE