-llegamos tarde!- Alba bajó las escaleras a toda velocidad, mentalmente preparada para preparar desayunos, mochilas y abrigos en diez minutos.
- No mami, solo tú.- dijo Olivia, que estaba parada frente a Natalia que, con cara de dormida y entre vostezos, anroscaba con un cepillo y gel, rizo a rizo, el pelo de la niña.
- Mami, ¿puedes hablar bajito?.- el niño, al cual solo le faltaba ponerse las zapatillas, se encontraba sentado sobre la mesa con las pieras cruzadas y un libro en las manos.
- uy, lo siento... Buenos días mi amor- achuchó a la niña con cuidado de no descuidar el trabajo que tanto le estaba tomando a Natalia de definir su pelo.
- ¿café?- preguntó la morena después de que Alba dejara un beso en su coronilla.
- yo lo busco no te preocuoes.
- mami, hoy vienes a la escuela.
- no, hoy no va.- Dijo el niño levantando oa cabeza de su libro.
- sí...- replicó Olivia.
- hoy van los PADRES.
- y las madres cuando?
- las madres también- aclaró la madre.
- siempre se olvidan de decir madres.
El timbre los distrajo de lo que hacían.
-es mamá- dijo Alba mirando hacia la ventana.
- pero faltan cinco minutos o más...- se preocupó la niña.
- yo le abro.- Andy cerró el libro y corrió anla puerta mientras Natalia encendía la el secador de pelo para finalizar la labor de los rizos.
Veía a andy ponerse las zapatillas, a Alba y a Claudia hablando entre ellas pero no escuchó nada hasta no apagar la maquina que hacía um ruido infernal.
- ¿ya está?- preguntó la niña.
Natalia asintió
- gracias nati- le dio un abrazo que casi hace caiga de la silla.
- Olivia, con cuidado.- Alba casualmente entraba en la cocina para buscar el libro del niño, .
- lo siento Nati.- dijo la niña antes de correr a saludar a su madre.
- ¡Adiós Nat!- ambos se despidieron de la más alta lanzando besos y agitando sus manitas. Natalia hizo lo mismo.
- Alba, no voy a poder asistir a la reunión de hoy, luego llámame.- pidió Clauida con la temple relajada y antipática que la caracterizaba.- Adiós Natalia- se dirigió a la morena por primera vez desde su llegada.
- adiós.- dijo y una vez la mujer y los pequeños abandonaron la casa, Alba se echo a reír.- ¡Oye! ¿De qué te ríes tu, Eh?
la rubia la abrazó por detrás dejando besitos con aliento a café en su sien.
- le estás cayendo bien.
- ¿tu crees?- preguntó escéptica mientras estiraba la mano hasta lo último para no cortar el contacto con Alba que aprovechaba a juntar juguetes con su taza de café en la mano.
- ¿la has vuelto a ver?- sonrió al ver las televisión, Natalia sintió el calor subiendo por sus mejillas.
- sí.- dijo con la boca pequeña.- mola mucho... yo tenía una camiseta de ella cuando era niña y me flipaba.-
- ¿de la sirenita?
- no sabía que era una película, creí que era una camiseta y ya... ¿qué, no te gusta?
- no mucho, la verdad.
- a mí me.oarecio guay...
- pero no te parece extraño que ella haya tenido que dar su voz, ¡su puta voz! Por un chaval al que le da igual como sea ella como persona porque cuando encuentra a una tía con la voz que él ha escuchado, SE CASA CON ELLA.
- ya... pero hay un cangrejo que canta alba y la canción está guapísima.
- tiene secuela, ¿quieres verla?
la sonrisa de natalia se abrió espacio en su cara.
Solo ella conseguía que Alba dejase la sala desordenada para sentarse a ver una película.
...
Natalia podría haber dormido en la parte de atrás de una furgoneta por años, pasar la noche acampando en una tienda de campaña sin colchones ni almohadas, pero en su vida había sentido tanta incomodidad como en aquellos fatídicos veinte minutos que pasó sentada en esa minúscula sillita, en un salón de clases lleno de señoras que ni dejaban de preguntar cosas, alargando el tiempo sentadas allí.
Alba estaba prestando muchísima atención a llo que las maestras decían, afortunadamente habían decidido hacer la reunión para ambis cursos al mismo tiempo, de lo contrario, Alba habría tenido que multiplicarse.
Eventualmente, luego de la peor media hora de su vida, la maestra comenzó a dar devoluciones individuales, llamando a las madres y padres de cada pequeño de forma privada e invitando al resto a buscar las obras de arte de sus respectivas criaturas, colgadas en la pared.
Natalia supo recocer la impronta de Andy para dibujar. eran unas flores en unos jarrones muy bien sombreadas. Le resultaba rarísimo cer el nombre completo escrito en el margen del folio "Alexander Reche - Nadalina" el pequeño había descubierto lo de las sombras en los dibujos y no dejaba de explotar aquel nuevo recurso.
- Mira- Alba llamó su atención a unos metros, frente un dibujo firmado por Olivia y ambas entendieron el día exacto que había retratado.
Pudo reconocer a Alba como una figura con un vestido triangular el pelo amarillo, al igual que el de Ander que era casi igual pero más pequeño, un monigote igual de pequeño, con una maraña en La cabeza que suponía era un intento de dibujar rizos y una última persona mucho más alta que las otras y con el pelo negro, encima de estas figuras, se veía escrito en letras coloridas "mi fin de semana". Y es que se trataba de una recreación de hacia tal vez dos semanas, cuando el frío era tanto que no se prestaba ni para asomarse por la ventana y Natalia y Alba tuvieron que ingeniárselas para entretener a los pequeños durante esos helados dos días.
- mira te ha hecho los tatus.
- Que mona... Por allá hay uno de Andy, ¿lo has visto?
...
Se sentaron en la marte de atrás de la furgo, pues la cafetería estaba llena y el clima no ameritaba sentarse afuera. Por lo que pedirlo para llevar y disfrutarlo en el interior de la furgoneta sería la mejor opción.
- ¿qué te preocupa?- soltó la morena al verla tan sumamente distraída, pasando la mirada por los dibujos d elos niños pegados en el techo.
- No es que... ¿has notado que las dos maestras me han dicho lo mismo de los niños?
- ¿el qué?
- pues que son muy callados y que apenas hablan con los niños de su edad
- ya, es que son tímidos al principio.
- pero llevan tres años en la misma escuela, con los mismos niños... me da miedo que esté pasando algo que no estoy viendo...
- estoy segura de que te lo dirían... ¿tú no eras así en la escuela?
- yo hablaba hasta con las paredes.- consiguió dibujar una mueca similar a una sonrisa.
-Natalia se mordió el labio inferior, enternecida; podía imaginarse a la pequeña Alba siendo así de alegre y conversativa... entonces pensó que provavlememte se habrían llevado fatal de niñas.
- ¿tu eras así?
-estudiaba en casa a su edad, la escuela me quitaba horas de ensayo.
- claro, es verdad.
- ¿y con las niñas de la clase de danza?
- no recuerdo, Tere y Pauli me hablaban en los vestidores. Por eso son mis amigas.
Alba suspiró, aún tallada por el asunto.
- ¿Claudia como era?
Alba suspiró
- ay Claudia... no me hables de ella que últimamente...- negó con la cabeza, recordado algo que Natalia no comprendía.- era super tímida, habló gasta la primaria y no hizo amigos hasta la ESO...
- ahí lo tienes...
- ya, han sacado algo de ella... es que no puedo dejar de sentir que lo estoy haciendo fatal...- dijo con una sonrisa que intentaba, en vano, suavizar la amargura de sus declaraciones.
- Alba...- buscó el encuentro de sos ojos con lso de la otra. Quería que supiera que no podía sentir más real y sincero lo que estaba a punto de decir.- eres una auper mami, lo estás haciendo genial y estás criando a dos personas maravillosas.- tomó su mano o y dejó un beso en el dorso.
- te quiero.
- y yo.- alargó su brazo hasta rodear a la rubia, que se acurrucó en los grazps de su novia.
Permanecieron así un buen rato, observando a la gente pasar por la ventanilla.
- oye...
- mh?
- ¿qué pasa con Claudia?- preguntó haciendo referencia al comentario de hacía un rato.
- no lo sé, está volviendo cancelarle los planes a los niños a último mento... o los trae antes, dice que se los queds todo el fin de semana y los trae el sábado por la tarde...
- ya...
- además está muy rara.
- ¿en qué sentido?
- que la noto extraña, no sé.
- ¿le has preguntado?
Alba negó con la cebeza.
- no me contaba nada cuando estábamos casadas... menos va a hacerlo ahora.
- ¿y tu dices que los niños se han dado cuenta?
- yo creo que sí, eso tambuen me preocupa. No quiero que estén pensando en esas cosas...
- pues tira de ahí... yo tambien he notado algo en ellos.
Vieron el tumulto de padres y madres acercarse a la puerta y superon que era hora de recojerlos.
- Natiiii- los pequeños corrieron directo a la morena para abrazarla, no era raro que acompañe a Alba a buscarlos al colegio.
Natalia ya se había acostumbrado a que la mirasen raro al verla. Sin embargo, Alba prefería no llamar tanto la atención, si bien no se lo decía, Natalia lo notaba; a pesar de que intentaba disimular que le soltaba la mano unos metros antes de llegar, Natalia se daba cuenta. No sabía exactamente cómo sacar el tema, no quería discutir con los niños adelante y luego, nunca encontraba el momento óptimo para hablarlo.
- a Andy le han dsdo con un balón en la cara- comentó la niña entre risas. Alba miró a su niño con preocupación, buscando algún signo de golpes en el niño.
- no me "han dado" me lo has dado tú- la riñó su mellizo.
Olivia soltó una carcajada solo de recordarlo y Ander le dió en leve empujón.
Anduvieron sin mucho más drama, por las calles de siemre, pararon en la plaza de siempre y convencieron a su madre de quedarse a jugar unos minutos, como casi nunca.
Natalia se alejó unos metros para poder fumarse un cigarro, hábito que no había retomado a excepción de ciertos momentos en los que la situación (en este caso, habérse encontrado la cajetilla en un bolsillo, junto al mechero) lo ameritaba.
Su teléfono vibrando la distrajo de su introspección ahumada y el nombre de su madre le hizo volver a tocar tierra.
- Ama...
- hola Natalia, te llamaba para saber como estabas.
- bien, bien... ¿y tú?
- yo muy bien, todo bien... tu padre está bien, Elena está a puntp de cerrar contrato por un piso aquí cerca y tu hermano planea seguir en estados unidos un tiempo... todos muy bien.
- ¡Natii, mírame!- Olivia vociferó eufórica desde lo más alto de una torre.
- ¿estás con alguien?- preguntó su madre.
Natalia se quedó unos segundos en silencio...
- no... pero ya tengo que irme, ¿vale? Si quieres hablamos luego.
- vale, cariño. Te echamos de menos...
- adiós, ama...
...
- ¿Qué haces aquí?- preguntó con el rostro conpletamente desencajado, echando la vista a su alrededor, sin encontrar a nadie mas que a su exesposa.- ¿y los niños?
- estan con mi padre.
- ¿Alba, que pasa?- estaba totalmente confundida y a medida que los segundos corrían, sus ojos se iban tintanso de preocupacion.
- Nada, tranqiila. No pasa nada.- la rubia se mojó los labios, y miro sus pies, sin saber muy bien como empezar a hablar.- quería... quería saber si estabas bien.- se encogió de hombros.- he visto que ulrimamente estas menos días con loa niños, ellos... ellos dicen que siempre te durmes, que no comes con ellos. No es un reclamo, Claudia. En realidad estoy preocupada y si pasa algo que pueda afectar a nuestria hijos, me gustaría que me lo dij...
- estoy embarazada.- soltó la mujer, sin despeinarse, sin ningún ápice de emocionalidad en su voz, que pudiera indicarle a Alba si debia alegrarse por ella o no...
intentó por varios segundos averiguar que contestar mientras un sinfín de pregubtas se reproducían en su cabeza.
- no me preguntes nada porque la respuesta es "no lo sé"- dijo denotando angustia y dejando salir, como pocas veces, su lado más humano.
- ¿tienes a alguien aquí?- preguntó sabiendo que la pequeña parte de su familia con la que se relaciona, no vive en Madrid (algunas, nisiquiera en españa)
Claudia negó con la cabeza.
- ¿necesitas que te acompañe a algún lado?
Claudia asintió
.
Holi.
Estoy que me caigo de sueño, perdón por la hora y perdón si tiene algún error. Mañana lo corrijo.
Las quiero chicas, besitos