Yibo al salir de la habitación, lo primero que hizo fue mirar hacia su derecha, y luego hacia su izquierda, encontrando a Zhan sentado a unos cuantos metros de la habitación con su cabeza escondida entre ses manos mientras sollozaba en silencio.
Soltó un ligero suspiro y caminó hacia él, una vez estuvo a su lado, se sentó. Estuvo un par de minutos en silencio escuchando el casi silencioso llanto de Xiao Zhan.
— Él está preocupado por ti — comentó tratando de romper el silencio.
— ¿Y crees que yo no estoy preocupado por él?
— También dice que estás muy enojado con él.
— ¡Tengo motivos para estar enojado! — respondió con su voz ahogada.
— ¿Y crees que vale la pena? — preguntó ganándose un gruñido de parte del menor.
Zhan levantó su cabeza dirigiendo su mirada al castaño.
— ¿De qué lado estás ah?
Yibo suspiró cerrando por unos instantes sus ojos.
— De ninguno. Estoy tratando de ser imparcial en este momento... Enserio puedo decirte que es mejor que vayas a hablar con él, si escuchas sus razones por las que decidió ocultarte lo de su problema al corazón, entonces él te escuchará, pero mientras tú estés acá enojado y él allá triste, no solucionarán nada.
Zhan no respondió, solo bajó su mirada mientras mordía su labio inferior.
— Él temía que si te enterabas de su insuficiencia cardíaca fuera otra carga más sobre ti, ya te esforzabas lo suficiente para conseguir el dinero que su cirugía requería... Solo no quería presionarte aún más... Aunque reconozco que también estuvo un poco mal de su parte al no decirte, si te pones en sus zapatos, creo que podrías llegar a entender un poco mejor de sus motivos para hacerlo.
Al terminar de hablar, tomó la mano de Zhan cuando vio como cerraba sus ojos y sus lágrimas caían.
— Entiendo que estés enojado... También me pongo en tus zapatos e intento comprender el sentimiento. Está bien que te tomes un momento para liberar tus emociones, pero creo que deberías ir a hablar con él, no ahora. Ve cuando te sientas listo y más tranquilo. Mientras tanto, yo estaré aquí contigo.
— Y pensar que hace unas horas yo era quien te consolaba a ti.
Yibo rió muy bajo atrayendo el cuerpo de Zhan hacia él en un abrazo.
— Está bien... Así como tú siempre me recuerdas que estás allí para mí, también quiero hacerte saber que estoy aquí para ti... Ahora, lo que más me importa, es que tanto tú como tu abuelo estén bien.
Zhan no respondió, simplemente se quedó allí, dejándose consolar por el castaño.
Luego de algunos minutos consolando a Zhan, ambos se dirigieron a hablar con los doctores amigos de Yibo.
En silencio desde su silla escuchaba y miraba como los especialistas le explicaban absolutamente todo al pelinegro. No sé metía en medio de la conversación para decir algo, solo observar y escuchar, y si algo llegaba a afectar a Zhan, en cualquier sentido, entonces actuaría.
— Y como lo dijo el joven Wang, nosotros estaremos muy pendientes del caso de su abuelo.
— Muchas gracias — respondió Zhan ante lo dicho por la mujer, quien negó con una sonrisa.
— ¿Cree que se pueda cambiarlo a una habitación VIP en este momento? — preguntó Yibo. — En la habitación en la que está ahora solo hay sillas y creo que Zhan quiere quedarse con su abuelo cuidándolo.
— Claro que sí. Lo haremos por usted.
— Gracias.
Yibo tomó la mano de Zhan quien lo miraba sorprendido, aún estaba afectado por todo y no estaba tan concentrado en reaccionar a otra cosa que no fueran noticias de la salud de su abuelo. El castaño salió del consultorio junto a un Xiao Zhan algo ingenuo de lo que pasaba.
— Yibo...
— No te preocupes. Tú y tu abuelo me ayudaron a hablar con mi hermano, esto es lo menos que puedo hacer así que déjame ayudarte a cuidarlo — dijo deteniendo su paso para voltearse y quedar frente al pelinegro.
Yibo tomó las manos de Zhan y le regaló una sonrisa cálida.
Las miradas de ambos se conectan de tal manera que, no tuvieron que usar palabras para expresarse. Zhan se acercó a Yibo abrazándolo por la cintura mientras escondía su rostro en el pecho del mayor.
— Gracias Yibo.
Yibo negó.
— Está bien... Estoy aquí para ti, así cómo siempre estás para mí.
Un rato después, ambos se encontraban en la nueva habitación junto al señor Xiao.
Zhan y Yibo se encontraba sentados en el sofá mientras el menor se dejaba abrazar del castaño.
— Zhan... — llamó separándose. — Voy a tu casa a traer ropa para ti y de paso traigo algo de comida ¿Mhn? — habló mientras quitaba algunos mechones de cabello de los ojos del pelinegro. Zhan asintió entregándole las llaves de su casa.
— De acuerdo, entonces vuelvo en un rato — dijo dando un suave beso en la frente del menor, gesto al cual Zhan sonrió tímidamente y cosa que hizo que el corazón de Yibo se enloqueciera, dándole el impulso de volver a dejar otro beso en el mismo lugar.
— Ya vengo — dijo con una sonrisa antes de levantarse y salir de la habitación.
Zhan sonrió levantando su mano y dejándola sobre el lugar donde Yibo había besado. Un ligero suspiro acompañado de una pequeña risa salió de su boca.
— Xiao Zhan...
Al escuchar su nombre volteó su cabeza hacia la camilla, su abuelo había despertado, por lo que rápidamente se acercó a él.
— Abuelo... ¿Cómo te sientes? ¿Tienes sed? ¿Quieres agua? — preguntó recibiendo un asentamiento de cabeza.
Zhan se giró hacia la pequeña mesa y llenó un vaso con agua para ayudar al mayor a sentarse y entregárselo.
— Está no es la habitación donde estaba antes. ¿Y las demás camillas?
— Es una habitación para ti solo.
El hombre levantó su mirada un poco preocupado.
— Pero el dinero-
— Ahora, dinero para tu tratamiento es lo que más tengo... Aparte, que te cambiarán a esta habitación fue idea de Yibo, él se encargó de eso.
El abuelo se quedó en silencio por unos segundos, pensando. Yibo se había hecho cargo.
— Él te cuida muy bien — susurró lo suficientemente alto como para que Zhan logré escucharlo.
— ¿Qué?
— Vi lo que pasó antes de que se fuera... Él te cuida muy bien — dijo mirando a su tímido y avergonzado nieto. — Ahora me siento muy tranquilo — comunicó con una calma sonrisa.
— ¿Cómo es él?
— ¿Co-cómo es quién? — preguntó Zhan con un ligero sonrojo.
— ¿Cómo que, quién? Yibo. Quiero saber cómo es él.
— O-oh... Pues, muy fuerte, y valiente... Es dedicado y responsable. Aunque parece frío y serio, en realidad es muy amable y cálido, no sonríe mucho, pero cuando lo hace, es muy sincero. Lucha por lo que quiere hasta conseguirlo, pero también es sensible y tiene sus momentos de debilidad... También, aunque no tiene familia, puedo notar que él es alguien que valora mucho a su familia y cercanos... Wang Yibo es muy bueno.
Finalizó y durante todo el tiempo que habló, a su mente solo podían llegar imágenes de Yibo. Pero lo que fue totalmente mecánico, fue la sonrisa con la que describía al castaño.
— Olvidaste un detalle — dijo el señor Xiao llamado su atención.
— ¿Olvidé algo? — preguntó mirándolo con su celo levemente fruncido, y el mayor asintió.
— Olvidaste que... Tú lo quieres y él a ti.
— ¡A-buelo yo-
— Quería bisnietos — interrumpió recostándose en la cómoda camilla. — Enserio quería ver y conocer a tus hijos... Quería verte casado con una hermosa mujer a tu lado y preciosos hijos, quería verte con tu familia... — y Zhan bajó su mirada mientras mordía su labio inferior con sutileza.
Pero sentir como su abuelo tomaba su mano lo hizo mirarlo, el hombre le sonreía de la manera más cálida que había visto.
— Pero me doy cuenta que si hicieras eso ahora no serías feliz, y yo quiero que lo seas. No importa quien es la causa de tu felicidad, si eres feliz con esa persona, si hace que tus días se vuelvan memorables y únicos, si estás bien con esa personas, entonces yo estoy bien... Así que mi último deseo antes de morir ya se ha cumplido y creo que ahora puedo irme en paz —dijo soltando una sonrisa airosa.
— No digas esas cosas — dijo abrazando al mayor. — Estarás presente en esos momentos... Quizás, no de la manera tradicional a la que estamos acostumbrados a ver, pero estarás conmigo cuando pase. Aún no puedes irte.
Zhan sintió las palmadas en sus espaldas y solo cerró sus ojos, dejándose llevar por el momento.
Unos minutos después, la puerta de la habitación fue tocada. Extrañados, Zhan y su abuelo voltearon a mirarse con su celo levemente fruncido.
"La enfermera que acaba de entrar con la comida del abuelo no tocó la puerta" era lo que pensaba Zhan.
El pelinegro se levantó y caminó hacia la puerta para abrirla, y al hacerlo se encontró con Yibo, este ya no llevaba su traje, sino ropa más cómoda, tenía un bolso en su mano izquierda y el derecha una bolsa con el sello de un restaurante, era comida.
Sonrió, haciéndose a un lado para dejarlo pasar.
— Señor Xiao. ¿Cómo está? — preguntó recibiendo un asentimiento de cabeza, lo cual tomó como un "Estoy bien" — Traje algo de ropa y comida para ambos — dijo entregándole el bolso.
— Gracias, iré a cambiarme de ropa. Vuelvo enseguida — habló Zhan caminando hacia la salida.
— Claro — respondió Yibo viendo cómo Zhan salía de la habitación.
Mientras tanto, el señor Xiao se había dedicado a comer y a prestarles atención.
— ¿Cómo está la comida? — preguntó Yibo acercándose al mayor.
— Sin sal. Ahora tengo que hacer dieta — dijo con una cara de desagrado haciendo que Yibo riera bajo.
— Pero es por su salud, también debe de cambiar algunos hábitos e implementar otros, así puede estar junto a Zhan mucho tiempo.
— Ya lo sé — dijo en un suspiro. — Pero ahora que mencionas eso, quiero hablar contigo de algo antes que Zhan venga.
Yibo asintió sentándose en la silla para acercarse.
— Antes yo no estaba muy familiarizado con la idea de que a mi nieto le gustaran los hombres... Pero al ver que es feliz contigo, que él te cuida y tú a él, me hace sentir tranquilo... Me siento tranquilo de saber que cuando me vaya habrá alguien a su lado que lo consuele... — el mayor levantó su mirada dejándola fija en el rostro de Yibo. — No sabes cuánto me alegra que esa persona seas tú.
— Señor Xiao — llamó Yibo mostrando su expresión más sería. — Yo quiero mucho a Zhan, desde hace mucho tiempo y, yo quiero estar a su lado... Si usted está de acuerdo, me gustaría pedirle permiso para salir con su nieto.
El mayor asintió mientras se metía una cucharada de gelatina a la boca.
— ¿Por qué mejor no me pides su mano en matrimonio?
Y Yibo, quien pensaba que lo peor que podría recibir como respuesta sería un "Lo pensaré"; terminó por atragantarse con su propia saliva. Algo que hizo reír al abuelo.
— ¿Muy pronto? — preguntó con burla a lo que Yibo negó mientras intentaba respirar correctamente.
— Yo... Antes de eso... Yo pensaba pedirle que fuera mi novio primero.
— Bueno... Seré paciente entonces.
Yibo rió bajo siendo acompañado por el señor Xiao. Cuando las risas cesaron, el mayor miró a su alrededor, hasta que su vista se posó sobre la mesa que estaba a un lado.
— ¿Me alcanzarías esa piedra que está allí? — señaló.
Yibo volteó a mirar y asintió levantándose a tomar la piedra de color violeta muy oscuro, casi de color negro. Volvió a la silla y se la entregó.
El señor Xiao tomó la piedra y la cubrió con sus dos manos cerrando sus ojos y murmurando palabras que no llegaban a ser escuchadas. Yibo observaba en silencio, pero tan solo luego de un par de segundos, el abuelo abrió sus ojos suspirando.
Extendió su mano pidiendo la de Yibo y este no dudó en dársela.
— Hoy, ve a casa a dormir y coloca está piedra bajo tu almohada junto con el anillo que cuelga en tu cadena. ¿Entendido? — preguntó siendo morado con extrañeza.
— ¿Para qué-
— Solo hazlo. Lo necesitas para seguir avanzando.
Yibo asintió guardando la piedra en el bolsillo de su calentador. Se preguntaba el porqué de lo que le había ordenado el abuelo e Zhan, quería quedarse allí con ellos, pero si él mayor le decía que fuera a su casa hoy, entonces era por algo.