Cuando los hijos de Antonio llegaron a la casa se dieron cuenta que su padre antes de morir lo estaba pasando muy mal después del divorcio.
Julia y Marcos empezaron a limpiar la casa y a coger lo más valioso para llevárselo a sus casa.
Al día siguiente regresaron a la vivienda para acabar de limpiar todo a la perfección y ordenar todos los muebles para que en los próximos días fuese a ver la casa una inmobiliaria que había al lado de la casa de Marcos.
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