-Capítulo 4- La inmobiliaria aterrorizada

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Cuando la inmobiliaria llegó a la casa de primera vista parecía una casa abandonada al lado de un pueblo pero por dentro parecía una casa nueva. Una vez dentro de la vivienda notaron sensaciones raras y cada cinco minutos se escuchaban todo tipo de gritos. Pero ellos pensaban que los gritos provenían de la calle. De repente se empezaron a apagar las luces, a abrirse la nevera, las sillas se movían solas, las cortinas se empezaron a caer y la ducha se encendió soltando muchísima agua.

A pesar de todo eso, la inmobiliaria no le dio importancia aunque al principio no sabían qué hacer ni cómo reaccionar.

Al final les gusto la casa solo que por fuera tenía un aspecto horrible hacía falta cambiarla para que llamara la atención y así se vendiera más rápido.

Lo que hicieron fue llamar a Marcos y decirle que tenía que contratar a obreros para que restauraran la casa por fuera. Marcos avisó a Julia sobre esta nueva situación, ella le dijo que se ocuparía ella.

Julia llamó a los obreros que le construyeron su casa, porque ya los conocía y tenía confianza con ellos.

Los obreros fueron a la vivienda y acabaron de remodelar la casa lo más rápido posible.

La semana siguiente los de la inmobiliaria fueron a ver la casa y se quedaron sorprendidos del resultado de la casa, después de poner el anuncio solo quedaba esperar a que alguien llamara para comprar la casa.

Dos meses después...

Marcos al ver que no se vendía la casa llamó a sus primos de Inglaterra para que vinieran a vivir a España y se alojarán en la vivienda de Antonio.

Julia y Marcos esperan a sus primos en la casa en la que se quedarían a vivir.

Después de media hora llegaron sus primos desde Inglaterra y,los hijos de Antonio les ayudaron a subir las maletas a la habitación.

La casa de los gritosWhere stories live. Discover now