Nuestro.

By MarStark1

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[LIBRO #1 DE LA SAGA SUEÑOS] [+18] ¿Estarías dispuesto a fingir una relación con el enemigo de tu familia? Ma... More

¡Advertencia Y Personajes!
Prefacio; Nuestro.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Epilogo.
Extra:Mellizos Maxwell.
Especial 100k: Aniversrio.
Extra:Secuelas.
MÍO.
Extra 500k.
Extra: Christmas.
Extra: San Valentín.
Extra: Beach, drink and love.
Extra: Final alternativo.
Extra: 12 de julio.
NOSOTROS.

Extra: Azules como el mar.

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By MarStark1


Madison.

—Mami, este vestido pica —me quejo con mi mamá—. Yo quiero usar vestidos lindos como el tuyo, no estos de niña.

—Mads, tienes siete años, eres una niña y vamos a una boda donde lanzaras las flores de la novia, debes seguir el protocolo.

Me quejo cruzándome de brazos, lo único bueno será que me tomaran fotos y me veré con mi mejor amigo. Él es lindo y muy atento, mi parte favorita es molestarlo y que siempre me sigue las travesuras.

—Vamos. —Mamá toma mi mano libre guiándome a la puerta de la iglesia. En la otra llevo la canasta con florecitas.

Todos los que están aquí me miran diciendo cosas lindas sobre mi vestido. Mi papi se une a nosotras, él luce fantástico, es como un héroe para mí, siempre me da todo lo que pido y me lleva a patinar sobre el hielo.

Papá me levanta del piso cargándome en brazos y dando besos por toda mi cara. Su barba pica haciéndome reír.

—¡Ya, papá! —dejo salir una carcajada.

—¡Voy a comerme a esta pequeña mocosa! —dice dando mordidas pequeñas en mis brazos delgados. Sus dedos hacen cosquillas en mi panza.

Un auto se estaciona y de él sale mi mejor amigo. Bajo rápido de los brazos de mi papá corriendo a su dirección.

—¡Theo! —chillo y sonríe abriendo sus brazos. Corro a él y me abraza levantándome un poquito del piso, él es más grande que yo. Qué injusto.

—¡Hola! —sonríe, es muy, muy lindo—. ¿Cómo estás?

—¡Bien! ¿Te gusta mi vestido? —doy una vuelta y sonríe asintiendo.

Mi madre saluda a la suya y me doy cuenta de que ni note la presencia de los señores. Su padre y el mío se dan un apretón de manos, ellos son mejores amigos como Theo y yo.

—Hola, Tanya y Timothée —los saludo—, ¿cómo están?

—Muy bien pequeña Madison, ¿cómo estás tú? —pregunta la mamá de mi amigo. Su padre me da la mano y le doy la mía.

—Feliz, mamá no me quiso vestir como ella, pero igual luzco linda —cuento, feliz. Tomo la mano de Theo—. ¡Vamos, ya casi hay que entrar!

Corremos a la puerta gigante. Todos esperamos un rato hasta que llega la mujer de blanco, es la novia. Su vestido es como el de una princesa de ensueños, es muy hermosa. Yo quiero verme así algún día con un novio lindo e inteligente.

Mi mejor amigo se para a mi lado sosteniendo otra canasta de pétalos. Todos se sientan y una música linda empieza a sonar, nosotros entramos antes que la novia vestida de princesa. Lanzo pétalos al piso y hacia arriba dejándolos caer, Theo hace lo mismo hasta acabarlos.

Pasa todo y la novia entra, su vestido se ve más bonito ahora, es una chica linda, es amiga de mi mamá y de la de Theo. Todo pasa muy rápido y los novios se acercan. Cubro mis ojos cuando pegan sus bocas compartiendo saliva, qué asco. Mi mejor amigo se ríe de mí viendo como ellos pasan saliva.

—Qué asco —digo arrugando la nariz.

—No es para tanto, es solo un beso —dice rodando los ojos.

—Sí, por eso, qué asco. ¡Están compartiendo babas! —se le sale una carcajada que me hace enojar.

Recibimos las canastas llenas de flores otra vez, ahora estamos saliendo de la iglesia gigante y vamos al frente de todos. Él se sigue burlando de mí haciéndome molestar.

—¡Deja de reírte!

—Están compartiendo babas —me burla. Molesta, tomo un puño de flores y se lo meto en la boca. Las escupe tosiendo y escupiendo mientras yo me río.

Me lanza flores a la cara y le pego con la canasta en la cabeza. Nuestras madres corren a nosotros separándonos y dejando pasar a los compartidores de baba que venían detrás de nosotros.

Le saco la lengua y él hace lo mismo.

Todos salen y nosotros somos los últimos en salir, a los dos nos regañan y lo miro mal cada que puedo. Ya en la fiesta el ruido me cansa y le pido a mamá ir al jardín, ella me deja. Me aburre jugar sola y me hace falta el estúpido.

Viene detrás de mi cruzado de brazos, tiene un traje parecido al que usan nuestros padres y su cabello negro está muy bien peinado.

—Espero tus disculpas —aclaro.

—Tú me atacaste, discúlpate tú.

—No. Discúlpate tú.

—No lo haré.

—Si lo harás.

—Bien —me mira mal—. Perdón por lanzarte flores.

Río al ver que se disculpa aunque yo lo ataque primero. Les dije, siempre hace lo que quiero.

—Molesta —masculla. Se gira a verme y quedo perpleja, sus ojos siempre me parecen raros. Son casi del color de la playa o del mar.

—¿Por qué tus ojos no son como los míos? —pregunto abriendo sus párpados para verlos mejor. Él retrocede apartándome.

—No lo sé... así nací —se encoge de hombros.

—¿Quieres tener los ojos de mi color? Es que los tuyos son tan azules como el mar —le digo viéndolos más de cerca.

—¿Cómo puedo cambiar mi color de ojos?

—Pues si son azules como el agua, hay que echarte tierra para que sean oscuros como los míos, dah —ruedo los ojos.

Él intenta abrir la boca para hablar, pongo mi mano en su boca callándolo.

—Sí, es raro, pero yo sé lo que digo, soy inteligente —le explico. Aparta mi mano de su boca mirándome con duda.

—No sé si se pueda cambiar con tierra... ¿Hiciste esto antes?

—Obvio, muchas veces —le miento.

—Bien...

—Fantástico, siéntate —lo siento en la orilla de la piscina.

Voy por un puño de tierra a las macetas de las plantas. Lo tomo y quito restos de hojas secas. Él espera atento y sentado viendo qué hago.

—¿Segura que hiciste esto antes? —pregunta con una mueca.

—¡Qué si! No seas cobarde.

—¡No soy cobarde!

—¡Entonces cállate y déjame hacerlo!

—¡Bien!

Me siento frente a él y con mi mano vacía abro su ojo izquierdo lo más que puedo. Lanzo la tierra y retrocede en segundos, me levanto asustada. Empieza a estrujarse el ojo mientras grita.

—¡¿Por qué lloras?! —pregunto, asustada.

—¡Me arde!

—¡Échate agua!

—¡Me va a crecer una planta en el ojo! —empieza a llorar y yo a reír.

—¿Cómo te va a crecer una planta en el ojo? —intento detener mi risa—. Es que tú eres muy tonto.

—¡Me echaste tierra y ahora agua! ¡Me crecerá una planta! ¡Voy a morir! —empieza a estrujarse los ojos con más fuerza.

—¡Échate agua! —suelto la tierra que me quedo para el ojo derecho y meto las manos en la piscina consiguiendo agua. Se la lanzo a la cara roja llena de lágrimas.

—¡¿Qué haces?! ¡Siento las raíces de la planta! —dice.

—¡¿Qué?! ¡Ay Dios! ¡Ay Dios! —me empieza a latir el corazón muy rápido. ¡Se va a morir!

Lo dejo solo y corro buscando a su mamá.

—¡Tanya! ¡Le está saliendo una planta del ojo! —grito sofocada. Nuestras madres me miran raro.

—¿Qué? —dicen al tiempo.

—¡Le eché tierra en el ojo y ahora le está saliendo una planta! —ambas echan a reír.

—¿A quién? —pregunta a punto de carcajearse.

—¡A Theo! ¡Está llorando! ¡Siente las raíces!

—¿Cómo es posible eso? No le está creciendo una planta en el ojo.

—¡Si lo hace, está llorando! —me molesta que no me crean, la tomo de la mano levantándola de la silla y la llevo al jardín—. ¡Se va a morir!

Llegamos donde el difunto que llora diciendo que va a morir por una planta en su ojo. Yo también empiezo a llorar, morirá por mi culpa.

—¡Ayúdalo! —pido. Su madre lo revisa y nota el ojo rojo. Su cara también lo está y está lleno de lágrimas.

—No te está saliendo una planta, mentiroso —le pellizca la nariz—. Solo te arde porque se les ocurrió echarte tierra.

—¡Lo siento, es mi culpa! —lloro mientras ellas me miran y él siguen estrujándose el ojo.

—Ya está, solo hay que echarte agua y se te pasará en unos minutos —su mamá se agacha echándole agua de una botella mientras él se queja.

Me acerco viendo que hacen. Pasan unos minutos donde su mamá y la mía se quedan con nosotros hasta que se le pasa la comezón. Cuando por fin abre el ojo lo tiene rojo. Nuestras mamás vuelven a la fiesta luego de regañarnos por segunda vez en un solo día.

Me mira mal y yo hago un puchero. Intento darle un abrazo y se aparta.

—Mentirosa.

—Perdón.

—Dijiste que lo habías hecho antes.

—Lo siento.

—Ahora tengo el ojo rojo.

Me quedo analizando unos segundos hasta comprender que el resultado y el proceso no fue el esperado, pero si logré algo.

—Si vemos lo bueno, si te cambie el color de ojos, solo que a rojo.

—¿Qué? ¡Si lo sigo teniendo azul, solo que ahora está rojo!

—¡Bueno, pues fue por un rato el cambio!

Me sigue mirando mal y esta vez me acerco a él logrando abrazarlo. Sigue de brazos cruzados y sin corresponderme.

—¡Perdón! Sabes que te quiero mucho, lo siento.

—Pues para que te perdone debes hacer algo por mí.

—Lo que quieras.

—Dame un beso.

—¿Qué? No, asco. No compartiré babas contigo ni hoy ni nunca —dejo de abrazarlo cruzándome de brazos también.

—Y después me llamas tonto —niega con la cabeza—. Es un beso en la mejilla.

—¡Ah, eso si! —pego mis labios a su mejilla dando un ruidoso beso que lo hace sonreír—. Listo, ¿ahora ya me perdonaste?

—Sí. —Esta vez si me corresponde el abrazo—. ¿Quieres helado? Vi unos de chocolate que se ven ricos.

—Vale —sonrío asintiendo.

Se va y regresa al poco tiempo con dos paletas de chocolate y maní. Recibo la mía y nos sentamos en el césped a comerlos. Al final acabamos con toda la cara llena de chocolate y algunas gotas ensucian mi vestido, pero eso es lo de menos. Terminamos y nos quedamos jugando el resto de la noche con los otros chicos.

Feliz aniversario para mis chiquitos, hoy 17 de diciembre se casaron🫶🏻

Para nosotros este es el primero, pero en el libro oficial hoy estarían cumpliendo 20 años de casados💙

En Instagram les dejé muchos datos sobre ellos, en caso de que estén eliminados ya, los encontrarán en mis historias destacadas, más específicamente la que se llama «NUESTRO».

Aquí el como ocurrió la famosa anécdota de cuando Madison le echó tierra en los ojos a Theo, es un extra cortito, pero no podía dejarlos sin esta anécdota😂

Aprovecho para darles las gracias por las 840 mil lecturas🎉

Los amodoro muchísimo,

Marchu⚜️

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