La Purga: La Saga de las Best...

Cbascar

4.1K 317 13

[BORRADOR DE LA HISTORIA OFICIAL QUE SE PUBLICARÁ PRONTO] «Nosotros éramos sus marionetas, pero ahora seremos... Еще

AVISO
.
Prologo
PRIMERA PARTE
|Capitulo 1| Los nominados
|Capítulo 2| La Primera Purga
|Capítulo 3| Motivaciones para futuros purgadores
|Capitulo 4| ¿Purgadores o purgados?
|Capítulo 5| Protegidas o indefensas.
|Capítulo 6| Masacre en la Iglesia.
|Capítulo 7| El Intruso
|Capitulo 8| Los Extraños
|Capitulo 9| ¿El fin?
SEGUNDA PARTE
| Capitulo 10| El diario de las cosas prohibidas
|Capitulo 11| Preparativos
|Capitulo 12| Nuestros demonios
|Capitulo 13| Toc, toc, toc, en la puerta de los Sandin.
|Capitulo 14| Lo que sucedió ante la puerta principal.
|Capitulo 15| Escondido en la oscuridad
|Capitulo 16| Una voz sin rostro.
|Capitulo 17| La traición.
|Capitulo 18| El banquete de las mil velas: Parte Uno
|Capitulo 19| El Banquete de las mil velas: Parte Dos
TERCERA PARTE
|Capitulo 20| El centro de entrenamiento.
|Capitulo 21| La niñera.
|Capitulo 22| Putain de surprises
|Capitulo 23| La otra Charlie
|Capitulo 24| La futura reina
|Capitulo 25| Lazos rotos
|Capítulo 26| Los distritos
|Capítulo 27| En la arena
|Capítulo 28| Aliados
|Capítulo 30| El diablo es ardientemente sexy
|Capítulo 31| Mirar a los ojos del enemigo
|Capítulo 32| El padre de las mentiras
|Capítulo 33| Arma de doble filo
CUARTA PARTE
|Capítulo 34| Habitación sin salida
|Capítulo 35| La reina de las bestias
|Capítulo 36| Ríe por fuera, llora por dentro
|Capítulo 37| Soñar y rogar
|Capítulo 38| Charlie todo el tiempo
|Capítulo 39| Chico, déjalo salir
|Capítulo 40| Listos, apunten, fuego
|Capítulo 41| Los protegidos

|Capítulo 29| Frozen, una aventura desmembrada

26 4 0
Cbascar

—Que novedad —dice Evan— creí que no tendríamos más aliados.

—Y yo creí que no tendría ninguno porque mataría a todos antes de que siquiera se atrevieran a mirarme —digo—; y mira, aquí estoy.

Evan acerca su boca al oído de Zoey y le susurra algo así (creo que es eso porque no alcanzo a escuchar con claridad):

—Tu hermana tiene un humor un tanto peculiar...

Zoey suelta una risita tonta.

No digo nada al respecto porque técnicamente, en este punto al que he llegado, creo qu decir algo sobre lo anterior seria totalmente irrelevante.

—¿Y ahora que hacemos? —pregunta Zoey-¿Buscamos un refugio hasta que...?

—¿... seamos los últimos sobrevivientes? —completa Evan.

—El tiene un buen punto —pienso en voz alta.

—¿A que te refieres exactamente con eso? —me interroga Zoey con una expresión de desaprobación en el rostro.

—Bueno, pues... —Tengo que tener cuidado de no estropear las cosas— solo puede haber un ganador. Son las reglas del juego, Zoey. Sé que en este momento somos un equipo, pero, ¿qué pasará cuando nos reduzcamos a unos pocos? Siempre alguien tomará la iniciativa, porque estoy segura de que nadie desea morir.

—En esta vida y mundo de mierda me daría lo mismo morir —reflexiona Evan.

Zoey frunce el entrecejo.

—Iguamente, yendo al punto —dice Zoey con una cara de desagrado en el rostro— ¿Qué se supone que debemos a hacer?

—¿Respecto a quien tomará la iniciativa primero, o a...? —pregunto confundida.

Evan asiente con la cabeza.

—¡No, tonta! —exclama Zoey— Me refiero a que haremos para quedar vivos los 3... —En este punto, sus mejillas se ruborizan violentamente (de la vergüenza, creo) —O sea, que los 3 ganemos.

Evan empieza a reír disimuladamente, pero pronto esa risa se convierte en una carcajada estridente. Yo rio por lo bajo porque no quiero hacer sentir mal a Zoey, aunque Evan ya lo haya hecho.

—¿Como mierda se supone que logremos eso? —le increpa Evan—. Porque hasta donde yo sé, eso es imposible.

—¿No podemos inspirar una pequeña rebelión entre todos los jugadores para que detengan todo? —propone Zoey— Creo que eso ayudaría.

—¡No! —grito, recordando la muerte de papá— ¡No haremos nada que ponga en vilo la seguridad de otras personas!

—De acuerdo, chica. —Zoey me abraza por atrás y me besa la cabeza.

—¡Mierda! —exclama Evan— ¿Sabes que es lo que acabas de hacer?

¡Que molesto!

—No —respondo con altivez— ¿Que se supone que acabo de hacer?

—Tu... —Se acerca a mi (demasiado, diría yo) y me dice con un tono de voz tan bajo que apenas alcanzo a escuchar—: Tu acabas de gritar.

Mis neuronas tardan 5 segundos en funcionar y darme cuenta de la estupidez que acabo de hacer.

—¿Pero como podemos estar seguros de que hay jugadores cerca? —pregunta Zoey en un susurro.

—Yo hago las preguntas acá —susurra Evan (por favor, deja de hablar bajo)—¿Por qué terminaste encontrándonos, Charlie Sandin?

Zoey me mira con una mirada que me presiona. Mierda, mierda.

—Emm, pues yo..., yo... Yo "escapaba" o algo asi, de unos jugadores que se encontraban por la zona. No me perseguían pero lo hubieran hecho de haberme visto —digo retorciéndome las manos. 

—Qué se encuentran por la zona, querrás decir —dice Evan casi como regañandome.

Zoey empieza a tomar su mochila y a levantarse. Le pregunto que qué hace porque siento que se quiere marchar de la zona.

—Pues no tenemos otra opción —responde ella—. Tenemos que irnos a otro distrito si queremos salvarnos.

El estómago me empieza a gruñir, lo que me recuerda que no he comido desde hace un buen rato.

—¿Antes de cambiar de distrito podemos cazar un poco? —sugiero blandiendo los brazos en el aire—. Es que siento que voy a desfallecer si no como.

—¡¿Es enserio?! —exclama Evan—. Les recuerdo que tememos por nuestras vidas.

Zoey abre su mochila y empieza a buscar algo en ella.

—Creo que yo tengo algo —me dice—; solo tenemos unas cuantas tiras de recina y además...

—¡Damelas! —le suplico cuando veo las tiras en su mano—. No sabes cuánta hambre tengo, Zoey, por favor. —Me arrodillo en frente suyo y junto mis manos hacia arriba.

—De acuerdo, chica... —Pero Zoey no completa la frase porque le arranco las tiras de la mano.

Cuando termino de comer —mientras Evan me mira con cara de desagrado—, empiezo a pensar en que haremos a continuación.

—¡Al fin, acabaste! —dice Evan impaciente— Ahora, vámonos.

—¿Irnos? —Lo detengo —. Pero si aún no hemos cazado.

—¿Charlie, que mierda? Podemos cazar en otro distrito.

—Pero si tenemos a las presas cerca —digo sonríendo.

❉ ❉ ❉

—¿Realmente era necesario traer sus cabezas? —pregunta Evan totalmente fastidiado por el olor putrefacto que despide de estas.

—Si —digo—. Es una estrategia de intimidación. Necesario para el nuevo territorio hacia el que arribaremos.

—¿Estrategia de intimidación? —pregunta el señorito perfecto tapándose la nariz —¡Explicate!

Ambas cabezas —mujer y hombre— están colocadas en el piso, ambas tienen una expresión de terror en sus caras y la sangre de la boca sigue fresca.

—Veras, querido amigo, si los otros jugadores ven que tenemos las cabezas de otros jugadores, nos temerán porque sabrán que no deben meterse con Charlie —digo.

—Querras decir "con nosotros" —enfatiza Zoey.

—Como sea. Es igual —digo.

Luego de unos minutos, empiezo a sentir como los fríos tentáculos del aire trepan por mi cuerpo y me abrazan el torso y los brazos desnudos. Zoey está tiritando de frío, y Evan está en un rincón mirando las cabezas. Todos estamos haciendo algo sin importancia, pero también nos encontramos pensando en que nos espera el distrito al que entramos.
De pronto, el vagón va cada vez más lento, hasta que se detiene.

—Chicos, coloquense sus capas —sugiere Zoey.

Los tres nos las ponemos y saltamos al exterior. Estamos rodeados de mucha nieve y además, nieva. Zoey es la única de nosotros que tiene un traje que le cubre los brazos, pues Evan y yo los llevamos al descubierto. Ah, casi se me olvidaba, también sacamos las cabezas.

—¿Y qué hacemos? —pregunta Zoey.

—¡Buscar un refugio! —responde Evan con un gruñido.

Caminamos en dirección oeste —yo llevo las cabezas colgadas en mi cinturón— y nos metemos por un sendero que tiene a cada lado, robles congelados. Un par de petirrojos aparecen de vez en cuando silbando, para a continuación salir a volar de árbol en árbol y perderse a la vista.

Luego de una caminata de al parecer un poco menos de una hora, empiezo a escuchar unos rugidos que parecen venir un poco hacia la derecha, así que le pregunto a mis acompañantes si escucharon algo, y ellos responden que no. El rugido sigue siendo persistente, y cada vez se oye más cerca, y algo me dice que sea lo que sea ese sonido, aparecerá justo ahora.

—¡Cuidado! —grito mientras empujo a mis compañeros hacia adelante—. ¿Están bien?

Los tomo de la mano y les ayudo a levantarse.

—¿Qué fue eso? —pregunta Zoey sacudiendo la nieve de la capa.

—Fue una bestia —responde Evan mirando en la dirección hacia la que corrió esta.

Me estaba preguntando a mí, idiota.

—Y por eso, debemos hallar un refugio lo más antes posible —sugiero.

Ambos asienten. Comprenden que tendremos que correr.

Corrernos —tambien un poco de trote—alrededor de unos 20 minutos, haciendo pequeñas pausas, lo cual ayuda a que sintamos un poco de calor. Llegamos a un claro —no hay árboles congelados— y divisamos una cueva. Nos hacemos señas para entrar y cada uno empuña su armadura por si acaso. Yo coloco uns flecha nueva en el carcaj. Entramos en la cueva. Todo despejado al parecer no hay nadie. Gran error.

—¿Qué hacen ustedes aquí? —dice una voz masculina.

—Buscamos refugio —responde Evan.

—Pues... Será mejor que corran —anuncia el desconocido.

Antes de que me dé cuenta, ya hemos echado a correr.

—¡Maldición! —exclama Evan—. En qué lio hemos ido a parar.

Nos escondemos frente a un gran movimiento rocoso el cual nos da una pequeña ventaja... O algo así.  Pero eso parece acabar cuando unas manos aparecen y cubren nuestras bocas antes de que alcancemos a gritar. Al ver que estamos dispuestos a morder, ambas personas deciden retirar sus manos de nuestras bocas para llevarse el dedo índice a las suyas. Quieren que hagamos silencio.

—Shhh... —emite uno de ambos cuicos.

»Antes de que empiecen a hacer preguntas me presento: Soy Jules. —A continuación, extiende la mano hacia cada uno de nosotros.

El chico llamado Jules tiene el cabello blanco y desordenado —aunque debo admitir que le queda bastante bien—, su piel es de color blanca pálida (¿Eso existe?), es bajo (debe tener entre 14 o 15 años), lleva bufanda y tiene las uñas de distintos colores. Lleva unas lindas botas rojas. Al parecer soy super-observadora.

—Yo soy Peter —extiende su brazo el otro chico.

Peter tiene el cabello castaño y rizado (ya me enamoré), su piel es de tez blanca —pero no del todo, porque sus brazos son un poco más oscuros—, es alto y musculoso, lleva guantes sin dedos y tiene una perforación en la oreja. Me gusta.

—¿Y —empiezo a decir dejando las observaciones de lado— por qué están aquí?

Evan los observa con una mirada de pocos amigos.

—Queremos una tregua —suelta Peter.

—Ohh —exclama Zoey—, ya veo.

—No lo sé... —dudo.

—Si, supongo que mis compañeras no tendrán ningún problema. ¿Sí aceptamos a Charlie, por qué no a otros más? —dice Evan.

Zoey me dice "lo siento" entre dientes.

—De acuerdo —acepto—. Están dentro.

Ellos chocan puños. Agarro a Evan del brazo y le susurró:

—¿Por qué hiciste eso? —le increpo.

—Pueden sernos de gran ayuda, Charlie ¿Viste los músculos de ese tipo?

—¿Y eso qué? Tu también tienes musculos —rebato—. Ya te teníamos a ti.

Dos cosas: Primero, estoy segura de que estamos apareciendo en pantalla justo ahora. Segundo, espero que nadie haya notado el rubor de mis mejillas cuando dije eso.

—Pero los míos no son tan grandes como los de él... —Se acerca a mi y me susurra al oído—: Aceptalos, ¿sí? Debemos ayudarnos. Además... Sé que Peter te atrae.

Que observación tan superficial.

—Esta bien —le digo, no por que quiero ver a Peter, sino porque quiero ayudarlos— Evan, lo haré. No por Peter, sino por nosotros. O sea, Zoey y nosotros.

Nos preparamos para salir al encuentro de nuestros enemigos. Todos nos colocamos las capas y cogemos nuestras armas. Jules ve las cabezas que tengo colgadas en el cinturón, y pregunta que les pasó. Le contesto que les rebane el cuello porque no teníamos comida.

—Eres una chica ruda —comenta Peter.

No sé qué decir ante eso.

—No estamos de acuerdo con el gobierno. Ni con la purga. Queremos que esto acabe, y la mejor forma es que este equipo gane —me confiesa Jules.

—Igualmente nosotros. ¿Sabes? Creo que seremos buenos compañeros —le confieso también.

Cuando llegamos al claro, el bando de la cueva está hablando sentados en unas rocas cubiertas de nieve que forman un círculo. Un joven alto y rubio, se levanta y se acerca hacia nosotros mientras se lame la boca.

—Vaya, vaya —dice la misma voz masculina de la cueva, la cual pertenece a alguien muy fuerte y que se mira fiero—, miren quienes decidieron venir aquí.

—Vaya, vaya —le digo mientras me acerco— miren quién quiere retarnos.

De repente, el tipo me agarra del cuello y me acerca a sus labios.

—¡Charlie! —gritan Zoey y Evan al unísono con ganas de abalanzarse.

—No vayan —dice Peter deteniendolos con un brazo— no es prudente. Puede ser peligroso.

—Mira, querida Charlie, si quieres guerra, la tendrás, pero no permitiré que vengas a molestarnos. ¿Oíste? —dice el desconocido con voz suave y peligrosa.

—No sabes con quién te metes, mierdecilla —le digo escupiendole en la cara—. Sueltame y lo sabrás.

El cada vez ejerce más presión sobre mi cuello.

—Tonta. ¿Crees que dejaré que me asesines tan fácilmente? —dice.

Haciendo mucho esfuerzo, logro agarrar las dos cabezas casi congeladas del cinturón.

—Claro que si. —Le arrojo ambas cabezas a la cara.

Eso provoca que el me suelte, mientras sus compañeros miran horrorizados el par de cabezas.

—Eso te pasará cuando te mate —le digo.

—Pues acabas de hacer que la verdadera batalla empiece —dice. Y a una señal suya, sus 7 compañeros corren hacia nosotros. Mi equipo hace lo mismo.

Antes de que pueda hacer algo, una chica del bando contrario se dirige corriendo hacia mí y me genera un corte en la cabeza con el filo de una espada. Así que la agarro por los brazos y la tiró hacia nieve, arrebatándole la espada en un abrir y cerrar de ojos y, rebanandole la cabeza. Apenas termino de hacer eso, me dirijo rápidamente hacia Jules y le sugiero que se esconda, sugerencia que obedece inmediatamente escondiéndose en la cueva. Como estoy desprevenida, el chico desconocido se me acerca por atrás y me agarra del cuello tirando de el hacia atrás, para rebarnarlo con su espada, pero yo haciendo uso de la mía, le provocó un corte en la mano. Este me suelta y me mira con furia, abalanzandose sobre mi, por lo que empezamos una verdadera pelea de espadas. Su espada se mueve velozmente, y en u intento por clavarle la mia en la cabeza, fallo y le corto el brazo. La sangre empieza a brotar de la extremidad, así que pasa la espada al otro brazo e intenta dar un golpe bajo con ella, pero yo doy un salto hacia atrás en el aire, cayendo atrás de el. El se gira con velocidad, y me manda la espada al abdomen, pero yo me agacho rápidamente y le doy una patada en las piernas, haciendolo caer de bruces. Me acerco hacia el con mi espada y le digo:

—Ya no luces tan intimidante. Y ahora más, luego de que te clave está espada en en corazón.

—Tu tampoco lucirás tan intimidante —dice el, sin que yo acabe de asimilar lo que acaba de decir.

Sorpresivamente, el levanta sus piernas y me patea, provocando mi caída mientras este se lenvanta. Se acerca a mí con la espada, dispuesto a matarme.

Cuanto deseo que las bestias estén aquí para deshacerse de este problema. Cuanto deseo poder usar mis poderes...

—Hazlo rápido —le ruego— haz que no sea muy doloroso para que mi hermana no sufra.

—Preguntame cuanto me importa —comenta el.

En ese momento, justo cuando el procedia a asesinarme, escucho rugidos y gritos por todo el luga. El chico suelta la espada y se aleja horrorizado, mientras veo a mis compañeros salir corriendo hacia la cueva. Me volteo y veo porque tanto alboroto. Dos bestias están atacando al bando enemigo y lo despedazan, literalmente. Arrancan sus cabezas con avidez y se comen sus cuerpos. Cuando todo eso termina, me doy cuenta de que me quedado paralizada mirando todo aquel baño de sangre. Y para mí no sorpresa, ambas bestias se acercan y yo les acarició la cabeza mientras les susurro:

—Gracias por acudir a mi llamado.

Ambas gruñen —un tipo de gruñido amistosoz creo— y hacen una reverencia antes de alejarse corriendo. Eso me trae recuerdos. Mis amigos salen de su encondite y me preguntan por mí estado. Les digo que estoy bien.

—Entonces... Llamaste a las bestias con tus poderes mentales —dice Zoey contemplando las 10  cabezas que hay en el suelo.

—¡¿Que?! —exclama el resto del equipo al unísono— ¡¿Tienes poderes?!

—Les dire todo lo que quieran saber cuándo subamos al vagón que lleve al siguiente distrito —digo.

Todos aceptan. Poco a poco nos vamos alejando de la nieve roja y acercando más al vagón, que muy seguramente, nos llevará ante un nuevo baño de sangre. Con un poco de suerte, puede que solo sean dos decapitaciones.

Quién sabe.

Продолжить чтение

Вам также понравится

76.3K 6.4K 40
Ella llega al Área sin saber nada de si misma. Sin recuerdos. Vacía. Su primer instinto fue buscar el cielo al verse en una caja encerrada. Luego -po...
308K 20.8K 93
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
3.8M 426K 38
Kim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. ...
164K 21.3K 109
𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌 || 𝙴𝚕 𝚎𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚎𝚜 𝚎𝚗𝚐𝚊ñ𝚘𝚜𝚘, 𝚢 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚋𝚎𝚕𝚕𝚎𝚣𝚊 𝚑𝚊𝚛á 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚊𝚛𝚛𝚎𝚙𝚒𝚎𝚗𝚝𝚊𝚜. Teen Wolf...