Así coincidimos || Terminada

By MsMistery19

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¿Existe el amor de una vida pasada en otra vida? Nadie lo sabe. Sus caminos se cruzarán después de que al par... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capitulo 45
Capítulo 46
Final/Epílogo

Capítulo 15

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By MsMistery19

Pov Poché.

La había besado.

No sé cómo, en qué momento, ni siquiera sé si la besé bien, estaba tan fuera de mi realidad que no podía creer lo que había sucedido.

Daniela me había pedido un beso.

Tenía una pequeña fracción de segundos sin dejar de contemplarla después de habernos besado, el cómo sus mejillas tenían un color carmesí de adorno, cómo sus labios estaban entreabiertos respirando por la boca y cómo sus ojos viajaban de mis ojos a mis labios.

Aparte la vista cuándo me di cuenta de un detalle, aún estábamos en un directo en Instagram y había más de 30 mil personas viendo nuestro beso.

Nuestro primer beso.

— Olvidamos lo espectadores, cariño. — Mencioné riendo nerviosa.

Mi acompañante pareció reaccionar y vió el teléfono enfrente, pasó una mano por su cabello y carraspeó la garganta para luego reír igual de nerviosa que yo.

Empecé a leer muchos de los comentarios que no dejaban de salir en el chat del live.

🌻:Pierna-depollo: SE RE TRAGARON DIOS MÍO.

🔥:CristopherMorgan_follame: Siempre espectador nunca protagonista.

🎸:JennyRivera_teamo: ¿O sea que comen delante de los pobres?

— Creo que haremos live otro día, ¿no?— Habló Daniela con duda.

— Si, hasta otro día. — Dije rápidamente. — Chau.

Cerré el live y dejé el teléfono de lado, rasqué mi ceja y miré a Daniela. No quería preguntar pero mi curiosidad era más grande.

— ¿Por qué me pediste que te besara?— Murmuré dejando mi mano cerca de la suya.

La castaña solo volteó su vista hacia otro lado.

— Había un paparazzi, creí que sería buena idea. — Respondió así sin verme, deslicé mi mano por la mesa alejándola de la suya.

Auch. Bien hecho Poché, ¿creíste qué lo había hecho por qué le gustas?

Ilusa, mil veces ilusa.

Era un poco decepcionante el hecho de que solo por eso me pidió un beso. Bueno, era yo la tonta que estaba confundiendo las cosas, esto era trabajo y para ella es así. Solo es un bono contrato el que me hace tenerla a mi lado.

Soy una idiota.

— Bueno, funcionó. — Murmuré, me puse de pie rápidamente. — ¿Te llevo a casa?— Ofrecí sacando dinero de mi billetera.

— No, estaré bien. — Replicó mi acompañante, asentí con mi cabeza. — Tú debes volver al estudio.

— Bien. — Acepté dejando el dinero en la mesa. — Buen día.

Comencé a caminar lejos de ella con los hombros bajos, sintiéndome mal y puede que utilizada también.

— ¿Poché?— Escuché su voz a mis espaldas, me detuve.

— ¿Si?— Alenté girando mi cuerpo para verla.

— ¿Todo bien?— Titubeó.

Tenía la esperanza de que me dijera otra cosa.

— ¿Por qué no ha de estarlo?— Inquirí alzando mis cejas soltando una risita falsa.

— Yo... No sé. — Mencionó Daniela.

— Todo bien. — Mentí sonriendo. — Te veré luego.

Giré mis talones retomando mis pasos para volver al estudio a grabar.

Era un tonta, una ilusa. Tenía que tener las cosas claras, esto era trabajo, solo trabajo. No tenía que desenfrenar mis sentimientos con la mujer que ha sido mi crush durante dos años, era ridículo.

Solo debía haber distancia. No más coqueteos, no más citas... No más nada. Si, eso sería lo mejor.

• ────── ♪ ────── •

Era de noche y me encontraba estresada y con insomnio, habíamos terminado de grabar hace un rato, los chicos se marcharon al departamento para descansar, mientras yo solo fui a traer a mi preciado tesoro.

El último regalo de mi padre antes de irme de casa. Una Ducati Monster 696 color negro mate. Era una belleza la cual hace mucho tiempo no he usado.

Hoy volví a escuchar rugir su motor después de casi un año.

Quería quitar mi estrés, mis pensamientos y cierto beso que me había movido todo el día de hoy. Era por eso que cuando volví a ver aquella calle conocida pude sentir la adrenalina bombear mi corazón con fuerza.

Me adentré más y seguía siendo el mismo lugar de siempre, pero lleno de motos de todo tipo, chicos haciendo carreras ilegales y maniobras suicidas en sus motos.

El olor a neumático quemado y gasolina no podía faltar, además de griteríos por un tipo que hablaba por un megáfono y la música alta por la disco móvil.

Me bajé de la moto y bajé el cierre de mi chaqueta de cuero, entonces lo vi a los lejos, ese característico tatuaje de serpiente en su cara lo hacía único entre la gente, pude verlo correr con una enorme sonrisa hacia mí.

— ¡Tú!— Snake me alzó en un abrazo girandome en el aire con alegría. — ¡La diabla ha vuelto, eh!

Snake dejó mis pies en el suelo haciéndome reír.

— Snake, viejo amigo, tanto tiempo. — Expresé dejando un golpe juguetón en su hombro.

— Te olvidas de los amigos, diabla. — Reprochó apuntándome con su dedo índice.

— He estado ocupada. — Mentí con media sonrisa, él resopló.

— Claro, doña fama no tiene tiempo para carreras ilegales. — Replicó, negué con mi cabeza.

— ¿Qué tenemos por aquí?— Evadí la conversación, él sonrió de lado.

— Pues ya que te has marchado sin tener retorno, te han quitado el puesto de reina, eh. — Informó con voz bromista.

— ¿De qué estás hablando?— Inquirí alzando una ceja.

— Ella.

Señaló con su cabeza hacia una chica que estaba en su motocicleta con un casco puesto y hablaba con un pelirrojo, fruncí el ceño.

— Le ha pateado el trasero a todos aquí. — Acotó Snake, chasqueé la lengua.

— Eso está por verse. — Murmuré con determinación.

— ¡Eso es lo que buscaba, joder!— Exclamó Snake con euforia. — No he tenido acción todo este tiempo.

— No es mi culpa que seas un perdedor. — Comenté jocosa.

— Solté el acelerador. — Se defendió, reí irónica.

— Si claro.

Snake se marchaba negando con su cabeza, me recargué en mi moto esperando, la voz de Snake por el megáfono se escuchó en el lugar.

— ¡A ver, hijos de puta! ¡Sujeten sus bragas y bolas porque ha vuelto la diabla! — Los vitoreos se hicieron presente y la gente comenzó a rodearme. — ¡La diabla reta a la señora a competir por el puesto de reina de la calle!

La gente hizo un sonido de abucheos a mi persona, puse mala cara.

— ¡¿Acepta la señora el reto?!— Preguntó apuntando a mi contrincante.

La gente se dispersó y solo pude ver cómo la chica de casco alzaba su dedo pulgar en señal de confirmación.

— ¡Qué empiecen las carreras ilegales!

Toda la multitud celebró dando silbidos, me subí a la moto para dirigirme al punto de salida.

Parqueé la moto detrás de la línea de salida, miré a mi costado y me fijé en la chica que no quitaba su casco, me parecía extraño pero no negaba que tenía un buen motor con ella.

Subí el cierre de mi chaqueta y pude ver a Snake pasandome un casco, lo tomé dejándolo en el tanque de la moto y recargar mi codo en el.

— ¿Nadie conoce el rostro de esta chica?— Cuestioné, viendo cómo el pelirrojo le decía algo a la chica.

— No, ha estado en anonimato. — Contestó.

— Si gano tendrá que quitarse ese casco y revelar su identidad. — Pedí con media sonrisa. — Aparte de quedarme con el dinero.

Snake se acercó a la chica anónima, le dijo algunas cosas y pude ver cómo la señora me veía, la vi asentir con su cabeza y eso me dió más motivación para ganar, había aceptado el reto de revelar su identidad.

— ¡10 mil grandes a la ganadora y la revelación de la señora!— Gritó.

Snake se puso en medio de las dos motos y sonrió.

— Sus motores. — Encendí la motocicleta y aceleré esta dejandola en su primer cambio, poniéndome el casco. — ¡En sus marcas! ¡Listos! ¡Fuera!

Ambas motos salieron rapando llantas y íbamos cabeza con cabeza, di el segundo cambio y aceleré más la moto. Di dos cambios y aceleré aún más dejando atrás a mi contrincante, pude divisar los barriles al final de la calle para dar la vuelta y volver.

Mi contrincante se ponía a la par y dábamos la vuelta para acelerar de nuevo con todo, di el quinto cambio antes de llegar a la línea amarilla en dónde debíamos ir en una sola llanta.

Sintiendo la adrenalina llevé mi peso a la parte trasera de la moto y usando fuerza con mi rodilla y sin soltar los manubrios, alcé la moto llevándola en una sola llanta dejando media distancia antes de llegar a la meta.

Dejé caer la moto otra vez e hice el sexto cambio acelerando aún más, mi contrincante quedando atrás y yo llegando a la meta ganando la carrera.

Puse el freno sacando humo de la llanta trasera frenando de golpe, todos empezaron a echar cerveza al aire y daban gritos de ovación a mi persona.

— ¡Esa es mi diabla!

Snake me alzaba junto con otros chicos y me hacían sentarme en sus hombros mientras repetían mi sobrenombre, hasta dejarme en el suelo otra vez.

— ¡10 mil grandes para ti!— Snake me daba el dinero y yo lo tomaba metiendolo a mi bolsillo.

— Falta algo más. — Hablé en voz alta.

Pude ver cómo mi contrincante se acercaba hasta donde estábamos todos.

— Los perdedores deben cumplir. — Añadí con una sonrisa triunfante.

Pude ver cómo la señora se quitaba sus guantes de cuero metiendolos a su chaqueta, quitó el seguro del casco para después quitar el casco revelando su rostro.

— No me jodas. — Murmuré.

La vi arreglar su cabello y no pude evitar reírme al ver su cara.

— Anda que está si es una sorpresa. — Soltó Snake en estado de asombro.

Todos empezaron a murmurar a nuestro alrededor al vernos a Milenka y a mi, éramos las gemelas Garzón siempre causabamos ese efecto en la gente.

— Hola, hermana. — Saludó Milenka sonriente.

— Eres una idiota. — Dije divertida.

Caminé hasta donde estaba Milenka y fui a darle un abrazo, ella me recibió gustosa y me empecé a reír.

— Solo tú podías darme competencia. — Mencioné burlona separándome un poco de ella para verla.

— Es más que obvio. — Soltó con altivez.

Ambas reímos y volvimos a unirnos en el abrazo. La había echado de menos.

1 semana después.

Había pasado una semana en dónde los chicos y yo no parabamos de grabar, Caleb, Rose y Amelia y yo le estábamos poniendo mucho empeño al que sería nuestro primer álbum.

Después de mi carrera ilegal y toparme con mi hermana, puede que haya dejado mis diferencias con ella en el pasado y tengamos contacto nuevamente, pero solo con ella.

En todo este tiempo no había tenido mucho contacto con Daniela, nos hemos visto pocas veces para crear contenido y en esas pocas veces había sido secuestrada por Damon para jugar con él.

No niego que le había tomado cariño al pequeño.

Por otro lado estaba un pequeño detalle, el detalle era mi ex. Amelia por una forma u otra se dio cuenta de que Daniela y yo no somos novias reales, que todo es falso. Ha sido un dolor de cabeza convivir con ella en los tiempos libres de la banda.

Es decir, ella hace muy bien su trabajo y es una gran baterista, pero el hecho de que se acerque a mí con segundas intenciones es algo cansado.

— Te trajé tu café preferido.

Amelia aparecía en mi campo de visión, alcé la vista y dejé de escribir en mi libreta para verla, ella sonreía.

— Uhmm gracias. — Agradecí tomando el envase y dejarlo a un lado.

— ¿Escribes otra canción?— Preguntó.

Ella se recargó en la mesa intentando ver lo que escribía, aparté mi libreta rápidamente y ella hizo un puchero.

— Si, pero es algo privado. — Respondí con seriedad.

— Antes compartías conmigo tus secretos oscuros. — Bromeó riendo.

— Si, lo hice hasta que me pusiste el cuerno. — Declaré.

Me puse de pie y alcé una ceja, Amelia bajó la vista apenada.

— He pagado caro ese error. — Murmuró jugando con sus dedos.

— Bueno, de los errores se aprenden, querida. — Dije dando media vuelta.

— Poché. — Amelia me detuvo tomando mi muñeca. — Sé que no lo merezco, pero de verdad quiero recuperarte.

Me solté de su agarre lentamente y llené de aire mis pulmones.

— Es mejor que no metas lo personal con lo profesional, Amelia. — Le di media sonrisa.

— Es que-

— No hagas que busque otro baterista y tu esfuerzo quede en la basura. — Advertí negando con mi cabeza.

Le di la espalda a Amelia para acercarme a los chicos, ellos al verme pararon de hablar.

— ¿Problemas con la infiel?— Arrojó Caleb rodando los ojos.

— No le digas así es despectivo. — Reproché frunciendo los labios.

— Eso a mí me la soba, maje. — Habló negando con sus manos.

— ¿Qué te dijo? Pasa el chisme. — Inquirió Rose, suspiré.

— Que me quiere recuperar y no sé que más. — Resumí no dándole importancia.

— Jum, ojalá vayas de estúpida y le des oportunidad a esa. — Amenazó Caleb.

— Relájate, culón. — Murmuré viendo algo en mi cuaderno.

— Ni pija, vos haces esa pendejada y perdés mi amistad, es que me genera violencia la piruja esa. — Expresó con tono de voz violento, cerré el cuaderno.

— ¿Y por qué aceptaste que este en la banda?— Cuestioné alzando una ceja.

— Porque dejando de lado que es una mala persona, toca muy bien y era ella o perder un mes buscando a alguien decente. — Respondió con simpleza.

— Para mala suerte fue tu ex la indicada. — Acotó Rose, rodé los ojos.

— Bueno, no tiene importancia, yo por ella no siento nada. — Mencioné dejando el cuaderno en un lugar seguro y buscar mi guitarra.

— ¿Segura?— Escuché a Rose a mis espaldas.

Apreté la guitarra y me quedé pensativa.

Bueno, a pesar de que Amelia hizo lo que hizo, nunca fue una mala novia y siempre trató de apoyarme en mis sueños. Estuvo conmigo en momentos difíciles que me interpuso la vida.

¿Tal vez era afecto? No lo sé.

— Ya pasaron dos años, es más que superado. — Repliqué encogiendome de hombros.

Tomé asiento y empecé a tocar una tonada en el bajo.

— ¿Y Daniela?— Preguntó Rose.

Me detuve y miré a Rose por el rabillo del ojo, seguí tocando las cuerdas de la guitarra.

— ¿Qué con ella?— Me hice la desentendida.

— No sé, eso queremos saber. — Respondía con curiosidad. — Antes hablabas de ella y eran flores, corazones y vomito verbal cursi constante, ahora nada.

— Si, a pesar de que sus seguidores aumentaron cómo espuma por su beso ni siquiera se ven, pensé que aprovecharías conquistar a tu crush con esto. — Añadió Caleb.

Llené de aire mis pulmones y seguí tocando la guitarra.

A decir verdad, nuestro beso se había viralizado demasiado, fue tendencia por tres días en Twitter y tiene millones de reproducciones.

Efectivamente Daniela no mencionó nada del beso después de eso, pues a los días salimos en la portada de una revista de chismes con la foto que había tomado un paparazzi.

“La modelo Daniela Calle disfruta del almuerzo con su novia Poché”

El artículo solo me había confirmado que Daniela me había besado por el ojo público, no por otra razón.

Patético de mi parte querer creer otra cosa.

— ¿Acaso esto es un sermón de lo que debo o no debo de hacer?— Reproché a mis amigos.

— No te pongas a la defensiva, cipota. — Soltó Caleb, fruncí el ceño. — Solo queremos entender.

— Daniela es mi compañera de trabajo, nada más. — Determiné.

— ¿Y la lista? ¿Tus planes con ella?— Expresó Rose, cansada los vi a ambos con mala cara.

— Nunca hubieron planes. — Dije con severidad.

— Buen día, chicos.

Cerré los ojos con fuerza al oír la voz de Daniela a mis espaldas, me puse de pie poniendo la guitarra en su lugar, giré lentamente sobre mis talones para verla.

Estúpidamente mi corazón comenzó a latir desesperado al verla, portaba ropa casual, algo deportiva y la gorra negra en su cabeza la hacía ver hermosa.

— Calle, querida, ¿cómo estás?— Saludaba Rose sonriente.

— Muy bien, Rose. — Respondió.

— ¿Ya pensaste mi propuesta, Cal?

Miré a Caleb con un signo de interrogación en la frente.

— No seré tu experimento para que sepas si eres bisexual, Caleb. — Declaraba Daniela.

¡¿Ella dijo qué cosa?!

— ¿Estás marihuano o qué?— Reproché a mi mejor amigo, él rió.

— Bromita. — Soltó burlón.

Le di golpes a Caleb molesta, ¿cómo se atrevía a pedirle eso a Daniela? Era un baboso.

¡Yo debía ser el experimento de ella!

— Poché. — Giré rápidamente para ponerle atención.

— ¿Si?— Alenté.

— ¿Vienes un momento?— Inquirió con timidez.

Asentí con mi cabeza y miré a Caleb con mirada asesina antes de salir del estudio con Daniela.

Me planté enfrente de ella y el ambiente se tornó denso, cómo últimamente estaba desde nuestro beso.

— ¿Necesitas algo? ¿Verónica avisó sobre algo?— Arrojé las preguntas cruzandome de brazos.

— Uhmm no. — Negó rápidamente. — ¿Estás ocupada?

— Estaré libre dentro de un rato.— Contesté con duda.

— Oh ya. — Musitó. — Bueno vengo a molestar creo que mejor me voy.

Ella empezó a caminar rápidamente, fruncí el ceño y detuve sus pasos tomándola de su mano.

— ¿Viniste hasta acá solo por eso?— Indague frunciendo las cejas.

Ella apretó los labios para abrir y cerrar su boca varias veces, me quedé a la expectativa.

— Damon está con Hades en el auto. — Soltó nerviosa.

Algo que había conocido de Daniela, es que cuando está nerviosa da muchas vueltas al asunto, aprieta los labios o los mordisquea, así cómo lo estaba haciendo ahora.

— Me suplicó bueno no, me ordenó que viniera hasta donde estuvieras y fuéramos al partido de béisbol que le prometí ir a ver.

— ¿Y tú quieres que vaya?— Cuestioné.

— Si... Bueno, pero si estás ocupada no, creo que tienes cosas más importantes que hacer que ir a un bobo partido de-

— Me encantaría ir. — La interrumpí.

Ella detuvo su palabrería de golpe y sonrió lentamente.

— Genial entonces. — Dijo con una pequeña sonrisa. —¿Te espero?

— Si, solo déjame hablar con los chicos. — Le informé, ella asintió lentamente.

Me adentré al estudio y los chicos al verme me vieron expectantes.

— Debo irme. — Avisé.

— ¿Con quién?— Escuché a Amelia entrando al estudio.

Ignoré la pregunta de Amelia.

— Iré con Daniela, volveremos a ensayos mañana. — Informé a todos, escuché a Amelia resoplar.

— Uuuh, una cita. — Soltaba Caleb suspicaz.

— Camina por la sombrita, duende. — Habló Rose.

Negué con mi cabeza y tomé mis cosas para irme. Salí del estudio y Daniela seguía esperándome en el mismo lugar, al verme sonrió.

— Vamos.

• ────── ♪ ────── •

Recién habíamos llegado al estadio donde se llevaría a cabo el partido, Damon estaba más que emocionado y en todo el camino no dejó de hablar de béisbol

Según tenía entendido era amante del béisbol por su abuelo, además del golf.

Me parecía adorable verlo con una gorra y una camiseta tres tallas más grande que él con el logo de los Dodgers.

— ¡Si, los Dodgers!

Damon celebrava alzando sus brazos al aire al bajar del coche, reí.

— Damon, recuerda que no debes separarte de mí o de Poché. — Mencionaba Daniela posándose a mí lado.

— Si, mamá. — Respondió Damon obediente. — ¡Potché, vamos!

Me reí cuando Damon se lanzó a mi pierna, divertida comencé a corretear con él en mi pierna sacándole carcajadas.

Lo desprendí de mi pierna y lo enganché a mi cintura viendo cómo Daniela venía detrás de nosotros.

— Ya tengo las entradas. — Escuché a mi acompañante.

— Pero falta la mía. — Comenté con obviedad.

— Uhmm no, yo la compré antes. — Declaró.

Detuve mis pasos para verla, alcé una ceja y pude divisar un ligero sonrojo en sus mejillas.

— Damon de verdad quería que vinieras. — Murmuró rascando su nuca.

— ¡Siii!— Exclamó Damon feliz.

— Bueno, vamos.

Con Daniela a mi lado y Damon en mi cintura nos acercamos a las taquillas para entrar al estadio y buscar nuestros puestos, una vez dimos nuestros boletos procedimos a entrar en busca de nuestros asientos.

Había mucha gente, por lo cual no soltaba a Damon de mi cintura y por inercia había tomado la mano de Daniela para no perderla entre la multitud.

Una vez llegamos a los asientos senté a Damon para luego hacerlo yo, Daniela se sentó a mi lado y fue entonces cuándo reaccioné y solté su mano.

Carraspeé mi garganta viendo el panorama, estábamos muy cerca de los jugadores, la vista de los asientos era buena.

Por alguna rara razón me sentía en ambiente de mucha calidez, un ambiente familiar era raro de explicar.

— Potché, estamos muy cerca. — Comentaba Damon con ojos brillantes viendo el partido.

— Así es, piccolo diavolo.

Aquellas palabras salieron por inercia de mi boca, fruncí el ceño y escuché a Damon reír.

— ¿Hablas italiano?— Preguntó Daniela con media sonrisa.

— Emm yo-

La voz que se escuchó por todo el estadio detuvo mis palabras, pues el equipo de béisbol entraba y tomaba sus puestos. El griterío de la multitud y ovaciones no faltaron, por lo cual no pude responder nada.

— Mira, Potché, aplaude. — Pidió el castaño.

Solté una risita y aplaudí con Damon y él solo sonrió contento.

— Gracias por venir, Damon está encantado contigo. — Escuché a Daniela susurrar en mi oído.

Ojalá tú también lo estuvieras.

— Es el efecto Garzón. — Bromeé.

— Debí imaginarlo, aunque tú también caíste bajo el efecto Calle. — Soltó con altivez.

Daniela se calló de inmediato al oír sus palabras, me limité a reír.

— Oye. — Me llamó.

— ¿Si?

— Verónica me comentó que tengo pasarela este viernes, sería bueno que vinieras. — Pronunció dubitativa.

Evité gritar cómo una fan loca al oír eso, iba a ir a una pasarela con Daniela, estaba que me moría internamente.

— Claro, ahí estaré. — Afirmé.

El juego comenzó y la verdad no era fanática de los deportes, pero miraba a Damon tan contento que solo eso me importaba, él era muy inteligente e intentaba explicarme lo poco que sabía del juego. Cuando había acabado el partido iba a acabar su primera mitad de tiempo.

— ¿Quieres un hot dog? Ire por algo de golosinas. — Sugirió Daniela.

— ¿Segura? Puedo ir yo. — Me ofrecí intentando pararme de mi asiento.

— Yo invito, Poch. — Me detuvo con una sonrisa que me desarmó.

Iba a protestar pero cuando sentí un jalón de mi camisa y Damon saltando eufórico en su asiento, Daniela se había marchado.

— ¡Es un jonrón!— Gritó emocionado.

— ¿Ah sí?— Dije sin entender el juego.

— ¡Siii!— Exclamó feliz. —¿Y mamá?

— Ya vendrá pronto. — Mencioné, él asintió.

— ¿Te gusta estar con nosotros, Potché?— Preguntó de la nada.

Me quedé en estado de sorpresa al oír a Damon, me reí nerviosa.

— Claro, me gusta estar contigo. — Respondí segura.

— Nooo. — Se quejó poniendo sus manitos en sus mejillas y jalarlas hacia abajo frustrado. — Con mamá y conmigo.

Volví a reír tragando grueso, ¿qué podía responderle a un niño de 6 años ante esa pregunta?

— Yo creo que no estás viendo el partido. — Hablé rápidamente. — Mira va a batear él.

— ¡Él golpea muy lejos!

Suspiré aliviada cuando Damon se distrajo olvidando la pregunta.

Después de unos minutos apareció Daniela con hot dog's, golosinas y refrescos, me puse de pie para tomar las cosas, nuestros dedos se rozaron en el proceso.

— ¡Comida!— Celebró Damon, reí y Daniela también.

— No tomes tanto refresco, hijo. — Le recordó pasándole el envase.

— Sipi.

— Espero esto compense la hamburguesa del otro día, estaba muy buena. — Mencionó mi acompañante dándome el hot dog.

— Veremos si es así. — Mencioné desenvolviendo el hot dog.

Le di un mordisco y la explosión de sabores me hizo dar un gemido satisfactorio, el hot dog estaba muy bueno.

— ¿Rico?— Preguntó Daniela.

— Bastante o tal vez tenía hambre. — Repliqué dándole otro mordisco.

Daniela rió y seguí comiendo del perro caliente. Cuando acabamos de comer Damon tenía las mejillas llenas de ketchup y mostaza.

— Cariño, te manchaste todo.

Daniela buscaba servilletas mientras Damon ponía carita de “yo no fui”.

— ¿Necesitas ayuda?— Cuestioné al verla luchar con su silla estirando su brazo.

— No, las servilletas estaban por acá, pero cayeron al suelo. — Explicó arreglando su gorra.

Me encime en Daniela intentando buscar las servilletas que habían caído por la ranura del asiento.

De la nada escuchamos vitoreos y silbidos a nuestro alrededor, fruncí el ceño y me quedé recargada en las piernas de Daniela con el cabello revuelto.

Me puse rojo tomate al ver la pantalla del estadio con el “kiss cam” apuntándonos a mi y a Daniela.

— ¡Beso, beso, beso!— Gritaba todo el estadio.

— Oh no. — Me negué riendo, viendo las personas que estaban cerca de nosotras.

— ¡Buuu!

La cámara del kiss cam seguía en nosotras, volteé hacia atrás y Damon tapaba sus ojos con sus manitos. Cuando volví a girar mi rostro sus ojos avellana se toparon con los míos.

Su mirada bajó a mis labios y ella mordió su labio inferior, mi respiración cambió ante su lenguaje corporal.

— Lo siento. — Murmuró relamiendo sus labios.

— ¿Eh?— Solté confundida.

Entonces solo sentí cómo Daniela tomaba mi rostro y me besaba por segunda vez.









































































• ────── Flow llegando ────── •

Poché al darse cuenta de que su plan de no coqueteos se fue al caño:

Meta: 200 votos xd.

SEGUNDO BESO SIUUUU.

Damon sacando el pecho por su madre, estrategias boom.

Poché y Milenka en motos, rezables.

GANÓ ARGENTINA AHUEVOOO.

Sección Caleb dictionary open.

Cipota/e: Termino para referirse cómo "chico/a"

Me la soba: que le vale verga así cómo tú a tu ex.

Se cierra la sección.

¿Por qué dicen que viene drama? No lo habrá... Aún.

Quiero mencionar que “Así coincidimos” es un spin off de “Perversa obsesión”. Así que pueden que vean pequeñas cosas después de su final que no vieron en el final anterior.

Les amooo, son los mejores. Besos en las nalgas.

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