Ragen

By Jas_FR

1.4K 130 52

Entre los abismos de la oscuridad emergen las cadenas de la desesperación por escapar de aquél internado somb... More

Sinopsis
Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Catorce
Quince
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte
veintiuno
Veintidos
Veintitrés
Veinticuatro
Veinticinco
Veintiséis
Veintisiete
Epílogo

Dieciséis

29 2 0
By Jas_FR

Jaina

Navidad es una festividad importante para varios niños. De pequeña siempre maldije haber nacido dos días antes de esa fecha, me agobian estas fechas familiares.

Mi angustia crece al paso de las horas porque a pesar de recibir una nota por parte de Ragen no lo he visto, incluso sus amigos han desaparecido del mapa, es una situación extraña.

En el área de visitas esperé hasta que la vi.

Lleva puesto un vestido de cuero para resaltar sus contorneadas caderas, posee un brillante labial morado a juego con su joyería, su perfume trasciende por todo el lugar.

—El tinte morado de queda genial —comenté para desaparecer el silencio entre nosotras.

—Supongo que es algo bueno.

—¿Cómo has estado?

—Mucho peor que tú —dijo con palabras toscas.

—Parece que los problemas siguen.

—Mucho, perderé la custodia por un maldito vídeo en el que salgo bebiendo mientras conduzco.

—Tía, ya soy mayor de edad, ¿puedo salir de aquí?

Su rostro se tornó molesto.

Y su cuerpo tomó una posición de alerta.

—No, seguirás aquí.

—Dijeron que tú y la policía buscan el paradero de una hermana que nunca tuve.

—Eso es mentira.

—Lo sé, la psicóloga insiste en que es verdad.

—Investigaré el tema.

Estrenada masajeó su sien.

—¿Cómo era papá? —en mi memoria habitan pocos recuerdos de él, más que nadie ella lo conoce.

—Buena persona, cariñoso y sobre todo ingenuo.

—¿Y mamá? —dudé en decirlo pero considero prudente saber qué versión tiene de ella.

—Una caza fortunas, una zorra en todos los aspectos.

—¡No permitiré que la insultes! —exclamé indignada.

—Cada quién tiene una imagen de tu madre, desde mi punto de vista arruinó mi vida.

—¿Por qué?

Mordió su labio inferior aguantando las  ganas de soltar una frase.

—Olvida lo que dije, debo irme, los niños me esperan.

Depositó un beso en mi cabeza y se marchó con rapidez, agradecí que se fuera, eso me dio rienda suelta.

La seguridad ahora misma sólo se centra en el área de visitas, al menos por dos horas más.

Divertida y ansiosa me escabullí.

—Jaina —me llamaron cuando pasaba por el comedor.

—Naron.

—¿Terminó tu visita?

—Si, se marchó. ¿Y tú?

—No tengo a nadie —añadió con tristeza.

—Ya, no te deprimas, es mejor así.

—Deberías valorar a tu familia, es horrible estar solo.

—Escucha Naron, tengo algo urgente que hacer, luego seguimos hablando.

—Ten cuidado, el bosque está con bestias.

Ignoré su comentario y le dirigí a la habitación.

El mensaje de Ragen fue claro y preciso, miré a mi alrededor los muebles viejos y el reflejo de la luz traspasando por la ventana, temo que esos sujetos puedan lastimarnos.

Quiero saber qué me dirá, en el mensaje decía tener algo urgente para contarme, quizá descubrió algo útil.

Traspasé la ventana y corrí hasta el punto de encuentro, un árbol de flores rosadas, el mismo donde ambos nos resguardamos de ese sujeto con máscara.

Acomodé algunos mechones de cabello de tras de mi oreja, he adelgazado mucho pero aún tengo lo mío.

A la leganía escuché aquella melodía transformada en silbido tétrico.

Giré y observé a un enmascarado frente a mi, con la poca luz alcancé a divisar que lleva consigo una motosierra, del susto tropecé con mis pies y caí con fuerza  de trasero, sentí una humedad en mis manos y al observarlas noté sangre, a un lado de mis pies se hallaba una camisa negra, las mismas que él usa.

—Ragen —solté en un susurro apenas audible.

—¿Cuál de todos? —dijo con su voz distorsionada.

Su pregunta me descolocó.

¿Acaso hay alguien más como él?

¿Cuántos?

Se acercó a la vez que encendió esa ruidosa máquina, su máscara tiene ligeros detalles en azul que pude.

—Corre —dijo.

No lo dudé y lo hice.

Escuchaba esa maldita risa distorsionada, no supe a dónde dirigirme.

El internado no es una opción.

Mis pulmones arden y mi boca tiene un sabor a fierro asqueroso.

Sentí que algo se enredó en mi tobillo,  aquello me jaló haciéndome caer de bruces, el dolor del golpe en mi mandíbula se extendió por toda mi cabeza, martillando cada extremo de mi rostro.
Me toqué la pierna sintiendo el objeto que me hizo caer, cadenas.

Ese loco lo hizo.

Escupí sangre, mi boca está adormecida y siento como si hormigas caminaran por mi rostro.

—Presa capturada.

Moví mi cabeza en dirección a ellos, estaba rodeada por cuatro personas, el sujeto tiene razón, he sido capturada, una de ellas se acercó riendo y me noqueó de un sólo golpe.

Recobrando el conocimiento abrí los ojos, cada extremidad estaba atada por cadenas a una silla, a la lejanía escuché pedidos de ayuda y el ruido constante de un taladro.

La habitación sólo tiene un foco iluminando un pequeño círculo a mi alrededor.

No puedo ver nada más.

Observé mi ropa, mancada de tierra y sangre.

Sobre mí escuché que algo pesado era arrastrado, suena más liviano que un sofá pero más pesado que una silla.

Cómo si fuera un cuerpo.

Es probable que esté en un sótano oculto.

Estoy demasiado cansada como para tratar de escapar.

La puerta se abrió de golpe y un enmascarado se acercó con un vaso de agua que lo acercó a mis labios.

—Bebe, ahora.

—No.

Agarró mi boca con fuerza y tiró el agua.

A la fuerza la tomé.

Debe tener alguna droga.

—¿Dónde estás los papeles?

Alcé una ceja.

—No sé de qué hablas.

—Deja de hacerte idiota.

—¡Déjame ir!, ¡no hice nada malo, por favor!

—Jamás.

Se fue cerrando con un portazo.

A qué papeles se habrá referido.

Tengo que buscar una manera de salir de este sitio o moriré.

Mis opciones son estrictamente limitadas para mi gusto.
Son muchos, si Ragen estuviera libre tal vez pudiera salir pero tras ver su camisa todo apunta a que está aquí, en algún lugar.

Posiblemente herido.

Otro sujeto entró, este se quedó callado y procedió a inyectarme, volví a recobrar el conocimiento pero ahora estaba frente a otro hombre igual de atado que yo, su mano izquierda estaba tirada a un lado de sus pies, el que traía una máscara gris le abrió la boca y lo obligó a beber un líquido grumosos y de color café.

—Vísceras de cerdo —ante su comentario el hombre vomitó pero esto sólo ocasionó que volviera a tomar otro vaso.

No pude hablar por la molesta cinta.

La escena también me dio náuseas y revolvió todo mi ser.

Escuché que abrió unas gavetas, debido a la vaga iluminación no pude saber dónde esta, apareció portando un envase de vidrio con un líquido transparente, lo roció sobre la cara del sujeto, la habitación se inundó de sus gritos desgarradores, su piel desprendió humo y lentamente se fue desvaneciendo hasta que pude ver cómo perdió la vida en esos minutos llenos de agonía y súplica.

Ácido.

—Si no hablas, este será tu final —amenazó.

Pasmada observé el cuerpo inerte, no me atreví a hacer ruido alguno por mi propio bien.

Mis nervios fueron traicioneros, con fuerza traté de liberar mis muñecas, fue inútil porque sólo conseguí que me golpeara. Sus guantes negros dejaron marca en mí mejilla caliente.

No mide su fuerza, por poco pierdo el conocimiento.

Me quitó la cinta para dejarme hablar.

—¡¡Bastardo de mierda!! —solté enojada.

—Sí, así empiezan todos, insultan cuando se cagan de miedo —habló con mofa.

Comienzo a despreciar ese distorcionador, sin él, quizá pueda identificarlo.

—Déjenme salir.

—Es lo último que haremos a menos que estés muerta.

—¡Enfermo!

Amenazante se acercó.

Sus manos se alojaron en mis pechos, los apretó con rudeza y al instante de bajar su mano a mi intimidad una voz resonó en la habitación.

—La tocas y no volverás a coger dentro de tres meses —de la oscuridad salió una figura con capucha, su máscara negra posee un color dorado en los bordes de los lentes y conductos de aire.

—Si quieres dejo que lo hagas tú primero.

—Mírala, está sucia, llena de tierra y quién sabe qué. Me repulsa verla.

—Tienes razón.

—Lo sé —con un pedazo de tela cubrió mis ojos y volvió a colocarme la cinta, me transportaron a otra habitación, está vez un chico de cabellos oscuros me da la espalda.

No sé si logre contenerme esta vez.

Al estar de espaldas noté que en su cabeza tenía una herida de la cual emerge mucha sangre, manchando el piso por completo.

Morirá si no recibe atención.

El sujeto quien me golpeó tomó un mazo, rompió sus piernas y horrorizada cerré los ojos, los gritos del sujeto a pesar de ser obstruidos por una tela eran frenéticos y sonoros.

—Buscabas a tu amigo, ahí lo tienes.

No.

Abrí los ojos aterrada.

Negué con la cabeza ante la escena, giré para ver al sujeto que dijo aquello pero me percaté que este tenía una máscara con color diferente, usaba el verde.

Se acercó a quitarle la cinta para que dijera algo.

—Jaina...

Su voz...

Mi corazón se estrujó con la sola imagen de Ragen sufriendo, él quería decirme algo importante y ahora esos malditos lo torturan por mi culpa, si tan sólo me hubiese apurado tal vez nada de esto haya sucedido.

Hay tanta cosas que me hubiese gustado decirle pero no tuvimos la oportunidad, encarcelados no podemos ser nosotros mismos.

¿Eso sentiste todo este tiempo, Ragen?

Reprimido en un edificio donde debes seguir reglas impuestas para ser como ellos quieren, deseabas ser tú mismo lejos del internado, no ansío otra cosa más que mi libertad al igual que la tuya, nada más.

—Jaina, huye por favor, ni bien tengas oportunidad. ¡Salva tu trasero, sabandija!

Las lágrimas rodaron por mis mejillas y traté de contener mi sollozo mordiendo mi labio inferior.

Ragen yo...

—Llorar no sirve de nada cuando lo único que puedes hacer es ser espectador. Oh querida, ¿lo amas?, lástima que el amor no servirá para salvarlo, la vida no es un puto cuento de princesas y héroes.

Déjalo, déjalo.

Quiero decirle lo que siento.

Y como si me escuchara el torturador dejó el mazo, ambos rieron satisfechos con el daño que le hicieron que decidieron devolverme a mi habitación, callada me sumí en mí propia agonía.

Dijeron que lo dejarían con vida, es la única manera que tiene para sacarme información y si llega a morir irán tras Shun para hacerle lo mismo o incluso cosas peores.

No puedo ni debo confiar en ellos, lo que buscan no lo tengo y eso no entienden, qué información debo darles cuando no sé qué buscan, mi padre murió cuando era muy niña y no recuerdo que me haya dejado cosas importantes.

Jaina, ¿tu madre de golpeó?

—Si —confesé en un susurro—. Pero lo hizo porque rompí el florero que le dejó la abuela.

¿Qué estabas haciendo?

Jugando con la pelota.

¿Sola?

Con Wendy.

Dime la verdad.

Ella lo rompió pero me acusó, ¡la odio por hacer eso!. Mamá nos golpeó a ambas por igual.

No deben pelear.

¡Quiero que se vaya de casa!

Hija, debes cuidarla.

¿Pero quién cuida de mi? —con delicadeza besó mis pequeñas manos.

Yo, siempre me tendrás para ti, eres mi mayor tesoro.

Limpié las lágrimas de mi rostro ante aquél recuerdo, me acerqué a su tumba y lloré, saqué todo lo que guardé en el momento que me dijeron que murió, papá falleció debido a un disparo, fue interceptado por ladrones mientras volvía de su trabajo.

Un cuerpo me abrazó, su cabello rubio era adornado por un moño negro, trató de consolarme a la vez que ella deseaba ser consolada por mi. A pesar de ser mayor que yo es mi deber cuidarla.

Jaina, ¿él se fue para siempre, no?

Si...

Ojalá te hubiese explicado la verdad.

No comprendo.

La verdad es que yo...

Mis ojos se acostumbraron a la poca luz, ese sueño intentó hacerme recordar la procedencia de esa niña, me perturba saber la cantidad se información que tiene la policía de mi.

Hasta ahora soy la única que sabe el problema de mi familia, quiero que eso siga así pero aunque intento escapar de mi pasado parece no querer ser olvidado. Si hablo con la policía no me resultará beneficioso, hay cosas que deben ser guardadas bajó llave.

Al final, todos tenemos una oscuridad que tratamos de guardar para acoplarnos a nuestra sociedad y entorno.

La puerta fue nuevamente abierta, las pisadas eran pesadas pero eso fue lo mínimo que me preocupó, mis pulsaciones se volvieron locas cuando escuché su silbido, el silbido de la muerte misma.

Mi hora había llegado, no moriré dignamente como una heroína que  merece ser recordada. Es más, nadie llorará por mi, ni mucho menos tendré un funeral lleno de personas amistosas.

Su mano cubierta por un guante negro quitó mi cinta y la tiró a un lado, su vestimenta oscura tiene ligeras manchas de un color más oscuro. Sangre.

—No quiero morir sola —confesé en un hilo de voz—. Si has de matarme hazlo ya.

Colocó una computadora sobre mis piernas y reprodujo un video.

—Dile lo que quieres —avisó el enmascarado que graba.

—Huye Jaina, te matarán si no lo haces, busca a Shun. ¡No, más, por favor, me duele!

Su cabeza es cubierta por una bolsa negra.

Cada una de sus extremidades está fracturada.

—La siguiente es Shun, si no hablas iremos por ella —ante la cámara apareció un arma, y disparó perforando la cabeza de Ragen—. Sigue Shun.

—¡Noooo! —grité con fervor.

El sujeto quitó la computadora y me permitió llorar.

¿Qué haré ahora?

Qué se supone que haga sin ti.

Es mi culpa.

Llegué tarde la bosque, si hubiese llegado temprano quizá nada de esto hubiese sucedido.

No puedo proteger a Shun.

No puedo vengarme.

No puedo escapar.

No puedo ser libre.

No puedo matar.

No puedo hacer nada.

Sólo puedo llorar y lamentarme.

Un silencio se alojó por algunos segundos, sentí la intensidad de su mirada bajo esa máscara.

—Sabandija.

Al escuchar esa voz me congeló la sangre, con los ojos abiertos de par en par miré esperando su siguiente movimiento.

Llevó sus manos a su cuello donde pareció apretar un botón situado en el borde de su máscara, se quitó el casco con lentitud dejándome ver su rostros que mostraba una sonrisa de satisfacción, peinó su melena oscura pero siguió despeinado.

—Ragen... —alcancé a formular.

—El mismo.

No supe qué sentir, una oleada de muchas cosas me invadió; miedo, alegría, paz, furia y entre otras que se convirtieron en un tornado.

—Pensé que...

—Que estaba muerto, por dios, jamás me permitiría morir de una manera tan ridícula.

—Pero entonces tú...

—Es que aún no lo entiendes, todo lo que hiciste hasta este punto ya lo tenía planeado. Ese video es real, sólo que le añadí mi voz, se me da bien esto de la actuación. Hasta lloraste.

—Fui un maldito plan.

—Si —confesó sin remordimiento.

—Sabías lo que pasaba en el internado y actuaste cómo si no lo supieras.

—Fue parte del plan.

—¿Incluso cuando tuvimos sexo?

—Si respondo esa pregunta, ¿crees que cambiará en algo tu situación actual?

Bajé la vista.

He sido usada.

—No...

—Finalmente nos estamos entendiendo.

—¿Qué harás conmigo?

—Has volar tu imaginación.

—¡¡Contesta!!

—Se me ocurren muchas cosas de pasar el rato contigo pero quizá ninguna te sea de agrado.

—¡Mentiroso! ¡mentiroso!

—¿Y qué piensas hacer al respecto?

—Todo este tiempo buscabas matarme.

—Fui claro desde el inicio —su mano apartó mi cabello del cuello—. Si una persona tiene mí atención es porque la mataré.

—Me engañaste.

—Un psicópata es capaz de actuar de diversas maneras para acorralar a su presa.

—¡Monstruo!

Ensanchó la sonrisa.

—Lo soy y en todos los sentidos.

—Nunca debí acercarme a ti.

—De cualquier forma te habrías topado conmigo.

—No tengo escapatoria —solté con una risa fingida.

—Escapar de mi es más difícil de lo que crees.

—Pero no imposible.

—Jaina, deja tus mentiras.

—Yo no miento, no cómo tú.

—En eso tienes razón.

—¡Canalla!

—¿Dónde están los papeles?

—Otra vez con eso, no lo sé.

—Prometo soltarte si me dices donde están.

—Aún si supiera a lo que te refieres no me soltarás. Ya no confío en ti.

Se inclinó hasta que su aliento se mezcló con el mío.

—No rompo promesas.

—Mentiroso.

—Si prometo matar gente lo hago, aplica lo mismo en este caso, no te haré nada si me das lo que quiero.

—¿Alguna vez sentiste algo por mi?

—Sabes que no puedo hacerlo.

—Puedes.

—No, no como una persona normal.

—Pero puedes —insistí buscando algo a qué aferrar mis sentimientos para no odiarlo.

—Oh no, no intentes cambiarme porque te juro que terminarás en la canaleta.

—No me harás nada.

—¿Segura?

—No, pero trato de engañarme.

—Tu padre iba a ser socio de nuestra organización, los superiores le dieron información valiosa pero tras su muerte los documentos desaparecieron, si terminan en manos equivocadas créeme que no será bueno.

—Mi padre jamás formaría parte de esto.

—La ambición de las personas es más fuerte de lo que piensas.

—Era una niña cuando murió.

—Debió dejarte algo.

Lo hizo pero no quiero decirle, a este punto no sé que hará conmigo.

Fui una completa estúpida al creer en él, no quiero caer en sus mentiras, si tan sólo tuviera otra opción.

—Entre todos los habitantes de esta cabaña soy el único con el que puedes hablar, los demás vendrán a golpearte y torturarte para sacar la información.

—No me importa.

—Ya que... —se levantó y se perdió en la oscuridad.

—¿¡Ragen, a dónde vas!?

—Dijiste que no te importa ser golpeada. Nos vemos.

El pánico creció.

—¡¡¡Espera!!!

Debí aceptar su propuesta.

¿Cuándo aprenderé la lección?

Ya no quiero seguir con esta maldita mierda, no más, ya no soporto, no soy tan fuerte.

—¿Otra vez llorando, Cuore?

Continue Reading

You'll Also Like

54.6K 3.8K 40
después de lo ocurrido en la mina MC , queda en shock respecto a lo que se entera por otro lado los chicos exigen muchas cosas a MC , pero una person...
2.4M 243K 37
«Al final del arcoíris es donde todos tus sueños se hacen realidad» Aquella historia infantil era la favorita de Aurora Garti, una adolescente con un...
87K 10.4K 99
Vanesa Ramírez Malasaña se enfrenta al peor caso de su corta carrera como inspectora de policía. Aparecerá el cuerpo de una joven que llevaba seis me...
2M 95K 66
La asesinaron un 23 de octubre, y desde entonces todos se preguntan: ¿Qué le pasó a Elizabeth Parker? Venus, la protagonista, tras el reciente asesi...