Pov Calle.
Por alguna razón me encontraba de muy buen humor, a pesar de que recibí malas noticias. Suponía que la llegada de Damon contribuyó a mi cambio de ánimo.
Él estaba en la sala viendo sus caricaturas, lo veía desde la cocina y él sonreía contento con el señor dinosaurio sentado a un lado.
Llené de aire mis pulmones mientras esperaba a Verónica, había llamado desde muy temprano diciendo que quería hablar conmigo, la verdad no sabía que podía suceder en esa conversación.
— Buenos días, Cal.
Salí de mis pensamientos al oír la voz de Lila. Giré mi cuerpo dejando de ver a Damon para ver a Lila tomar el envase de jugo del refrigerador.
— Es la 1 pm, cabeza de fósforo.— Dije alzando una ceja.
Ella me vió y se encogió de hombros antes de ponerle la boca al envase de jugo, rodé los ojos quitándole el envase.
— Te he dicho que tomes un vaso. — Reproché asqueada.
Lila tosía con fuerza ya que al quitarle el jugo de las manos el líquido se había ido mal en su garganta.
— Joder, si estoy a punto de morir por el jugo tomaré un vaso. — Habló con voz entrecortada.
Apreté los labios para no reírme, mientras ella sobaba su pecho con una mano, sus ojos llorosos al toser tanto.
— ¿Saldrás hoy?— Inquirió mi mejor amigo.
— No lo sé, estoy esperando a Verónica. — Repliqué soltando un bufido.
— Uh, ¿problemas?— Arrojó con curiosidad, buscando algo en la alacena.
— No lo sé, tiene que ver con Damon y Alan supongo. — Musité recargando mis codos en la mesada.
— ¿Cómo te sientes con eso?— Cuestionó Lila con una caja de cereales en su mano.
Evité rodar los ojos al ver que eran los cereales preferidos de Damon, parecía que tenía tres niños en vez de uno en casa.
Solté un suspiro y le di un rápido vistazo a Damon, sonreí a medias antes de ver a Lila otra vez.
— Más que cualquier cosa tengo miedo, Lila. — Confesé en un murmullo.
— ¿Miedo?— Soltó Lila, asentí con mi cabeza.
Miedo de que Damon conozca a Alan y lo vea cómo lo que es, su padre. Miedo de que debido a mi carrera y al estar al ojo público mi hijo sufra actos de terceros. Miedo de que me odie siendo tan pequeño.
— No quiero perder a Damon. — Susurré con voz tremula a punto de llanto.
No quería perder a mi hijo, mi familia que era él.
— Y no lo perderás, Cal. — Lila se acercó a mí tomándome de los hombros. — Eres la madre de Damon y si ese tipo intenta algo, haremos todo pero no logrará quitarte a Damon.
Lila me abrazó y tragué el nudo de mi garganta abrazándola aún más fuerte, quería llorar pero debía dejar eso de lado y concentrarme en lo importante.
Damon. Mis amigos. Mi trabajo.
Nos separamos del abrazo al oír el timbre del departamento, llené de aire mis pulmones y me dirigí a la puerta, sabía que podía ser Verónica.
Abrí la puerta y efectivamente era ella, pero no podía verla ya que estaba detrás de una inmensa caja y unas flores.
— Hola, Dan. — La escuché saludar, fruncí las cejas.
— ¿Hola? ¿Necesitas ayuda?— Pregunté intentando ayudarle con la inmensa caja.
— No, solo dame paso.
Le di paso a Verónica y con mucho cuidado pasó al departamento, cerró la puerta y entonces soltó la caja, fue cuando vimos a Damon correr hacia su tía con una sonrisa inmensa.
— ¡Tía Vero!— Exclamó feliz.
Verónica sonrió y abrió los brazos atrapando a Damon en un abrazo.
— ¡Mi consentido favorito!— Dijo contenta dándole un sonoro beso a Damon en la mejilla. — Te extrañé.
Verónica empezó a dejar más besos en Damon, sonreí viendo la escena entre esos dos.
Verónica amaba a Damon.
Ella siempre ha estado ahí. Desde el momento que fue a la farmacia y compró la prueba de embarazo y esperó el resultado conmigo en el baño. Desde el momento que tomó mi mano con fuerza y dijo que todo iba a estar bien.
— Mira lo que te trajé.
Salí de mis pensamientos al oír la voz de Verónica, ella trasladaba la caja y la dejaba enfrente de Damon.
— ¿Verónica, cuando dejarás de darle caprichos a mi hijo?— Protesté cruzandome de brazos.
— Soy la tía millonaria, le doy una camello si me lo pide. — Soltó mi manager divertida, alcé una ceja.
— ¡Si, un camello!— Celebraba Damon alzando sus brazos, enchiné mis ojos.
— No, señorito. — Me negué rápidamente, Damon me hizo un puchero. — Nada de camellos.
— Aburrida. — Escuché a Lila a mis espaldas.
Le di una mirada asesina y ella empezó a silbar viendo al techo, mientras comía cereal.
— Abre el regalo, pequeño. — Decía Vero con una sonrisa.
Damon abrió la inmensa caja quitando la tapa, automáticamente las cuatro partes de la caja cayeron al suelo revelando el regalo, sus ojos brillaron al ver el regalo de Verónica.
— ¡Dinosaurios!— Gritó Damon eufórico, sonreí.
Verónica rió y Damon no perdió el tiempo en usar su nueva adquisición. Era una selva de casi la estatura de Damon llena de dinosaurios, representaba muy bien un escenario de los años prehistóricos.
— ¿Cómo se dice, cariño?— Mencioné viendo a Damon.
— Gracias tía, Vero. — Agradeció con una sonrisa sincera y un abrazo.
— De nada, eh. — Respondió mi prima. — Disfrútalo.
Damon asentía con la cabeza contento y empezaba a juguetear con los dinosaurios sacándolos de su empaque.
Verónica me dió un movimiento de cabeza señalando la cocina, asentí con mi cabeza entendiendo su referencia se querer hablar.
Lila veía la escena desde la cocina y al ver a Verónica sonrió, alcé una ceja.
— Buen día. — Saludó sonriente.
Verónica le daba las flores a Lila y ahora todo tenía sentido. La mandíbula se me iba a caer al suelo.
¿Ellas andaban? No lo esperaba, p tal vez soy muy idiota para ver las indirectas lésbicas.
— Gracias, están muy hermosas. — Decía Lila, hice una mueca.
— Cómo tú. — Respondía Verónica.
— Bueno ya. — Las callé con el rostro arrugado, demasiada miel. — Luego me dan diabetes y explicaciones.
— Te veo luego.
Verónica dejaba un beso en la mejilla de Lila y mi mejor amiga se marchaba de la cocina.
— Parece que soy la única que no se da cuenta de cosas. — Comenté suspicaz.
— Luego hablamos de eso. — Mencionó Verónica, la vi mal porque quería chisme. — Ahora tenemos que hablar de Alan.
— Lo sé. — Murmuré.
— Ayer se contactó conmigo. — Arrojó dejando en estado de confusión. — No sé cómo consiguió mi número personal, tampoco sé cómo se enteró de Damon y estoy haciendo todo lo posible por descubrir algo de eso.
— No entiendo. — Declaré negando con mi cabeza. — Alan nunca apareció en 6 años y ahora vuelve con información que nadie más que tú y yo sabemos, aparte de los chicos.
— Lo sé, por eso me estoy encargando de ello. — Replicó Verónica con seriedad. — Alan debe tener un informante, ya sabes con eso de que es actor.
— Me preocupa Damon. — Susurré.
— A mí también, pero lo mantendremos alejado de esto, cómo siempre lo hemos hecho, Cal. — Consoló Verónica con media sonrisa.
— Espero que Alan se rinda pronto. — Hablé con desdén pasando una mano por mi rostro.
— Según tengo entendido está grabando una película aquí en Los Ángeles, lo tendremos un buen rato aquí. — Expresó mi manager.
De mi boca salió un sonido de queja, mi frente paró en el mesón con hastío.
— ¿Por qué mierda la vida se está ensañando conmigo justo ahora?— Espeté contra la mesada, suspiré alzando mi cabeza viendo a Verónica. — Todo ha estado bien durante mucho tiempo.
— Bueno, no siempre se conserva la paz. — Soltó mi prima, fruncí los labios.
Sacudí mi cabeza tapando mi rostro con mis manos.
Durante 6 años todo estuvo bien, mi trabajo, mi vida, mi hijo, absolutamente todo salía cómo quería, pero ahora sentía que algo que no podía controlar estaba cayendo sobre mis hombros.
— Por otro lado, necesito que veas a Poché. — Manifestó Verónica.
Poché... Era extraño que su apodo me causará un cosquilleo extraño en el cuerpo, era extraño, más cuando había soñado con mi yo la otra vez diciendo que ella era el amor de mi vida.
Cómo si esas cosas pasarán.
— Está bien. — Respondí.
— Ya sabes, ten cuidado con Damon. — Insinuó mi acompañante, apreté los labios.
— Vero, Poché ya sabe de Damon, se enteró ayer. — Declaré.
— ¿Qué?— Soltó perpleja. — Tendré que renovar el contrato, pondré una cláusula especialmente para Damon, no quiero que-
— Poché me juro no decir nada.— La interrumpí rápidamente. — Incluso puedo decir que estaba encantada con Damon ayer.
— ¿Solo con él?— Indagó alzando una ceja, fruncí el ceño.
— Cómo sea, confío en ella y sé que no dirá nada. — Expresé con seguridad.
Confiaba en María José, ella no diría nada.
— Eso espero. — Advirtió mi acompañante. — Bien, ella está buscando un baterista, llámale y dile que irás para subir contenido. Deben dar promoción.
— De acuerdo. — Afirmé. — Llamaré a la niñera que me recomendaste.
— Si, ya firmó el contrato de confidencialidad. — Soltó mi manager, rodé los ojos yendo a buscar mi teléfono.
— Tú y tus contratos. — Murmuré negando con mi cabeza.
— Ey, protegen tu privacidad y si rompen eso da dinero gratis. — Explicó, resoplé.
— Boba.
— Muévete, iré a dejarte al estudio. — Apuró chasqueando sus dedos.
— No me apures, babosa. — Dije molesta sacándole el dedo medio.
Tomé mi teléfono y llamé a la niñera para irme con Verónica a fingir con mi novia falsa.
• ────── ♪ ────── •
Con Verónica recién llegamos al estudio, después de esperar jugar un rato con Damon y esperar a la niñera, finalmente con Verónica nos subimos al coche y llegamos al estudio en dónde se supone estaba Poché.
Me bajé de la camioneta y miré el edificio enfrente de mi, era un edificio grande de ventanales y un letrero gigante que decía “Lewis Record's”. Iba a adentrarme al lugar cuando escuché la voz de Verónica a mis espaldas.
— Cal.
Giré sobre mis talones para ver a Verónica quien había bajado el vidrio del coche.
— ¿Qué?— Inquirí.
— Tienes pasarela pronto. — Soltó de golpe.
— ¿Qué putas?— Arrojé.— ¿Y me lo dices hasta ahora? Debo prepararme.
— Ah sí, me distraje. — Se disculpó. — Nada que no puedas controlar. El diseñador se pondrá en contacto contigo.
— Ojalá tu distracción no hayan sido las tetas de mi mejor amiga. — Reproché apuntandola con mi dedo índice.
— Son una bella distracción. — Confirmó con sonrisa soñadora, abrí mi boca ofendida. — Nos vemos luego.
Iba a protestar pero Verónica solo subió el vidrio de la ventana del coche haciéndome resoplar.
Genial, ahora tenía una pasarela.
Me adentré al edificio y a primera vista me encontré con una recepcionista, subí mis gafas de sol a mi cabeza y la recepcionista al verme puso atención de inmediato.
— Buen día. — Saludé con media sonrisa. — ¿María José Garzón está en estudio? ¿O Adam Lewis está aquí?
— ¿U-usted es la modelo Daniela Calle?— Titubeó la recepcionista.
— Oh, si, soy ella. — Afirmé.
— Oh por Dios, soy su fan. — Confesó llevando las manos a sus mejillas, sonreí.
— Muchas gracias. — Dije, ella se me quedó viendo intensamente. — Emm, ¿si están las personas que consulté?
— ¡Ay perdón!— Se disculpó apenada. — El señor Lewis está en el estudio B. Es el segundo piso, última puerta al fondo la derecha.
— Gracias. — Dije esbozando una sonrisa de boca cerrada.
— Señorita Calle, ¿me da su autógrafo?— Escuché a la recepcionista.
Sonreí tomando el plumón y el papel que me ofrecía, mi firma fue a parar al papel y se lo entregué a la chica.
— Lindo día. — Deseé a la recepcionista.
Me dirigí al ascensor y antes de que las puertas se cerrarán escuché un chillido de emoción.
— Ok... — Murmuré.
Presioné el botón del segundo piso, me quedé un rato esperando hasta que las puertas del ascensor finalmente abrieron. Salí del elevador y me di cuenta de una cosa.
Había tantas puertas que me sentía cómo Alicia en el país de las maravillas, ojalá saliera el sombrero loco y me diera de lo que se fumó para evadir la realidad.
Recordé las direcciones de la chica recepcionista, aunque sufría de direcciones así que era complicado, finalmente llegué a una puerta y escuchaba música, muy buena y movida en realidad.
Me adentré al estudio con sigilo y entonces vi la escena.
Adam estaba con otro chico controlando la cabina con los ritmos y demás, mientras dentro estaban Caleb quién tocaba la guitarra y Rose la cual era la voz de la canción siguiendo la pista que se oía en el cuarto, había alguien en la batería pero no conocía a la chica.
Mientras tanto mis ojos se perdieron en María José que tocaba la guitarra, tenía el cabello echado hacia al frente viendo las cuerdas de la guitarra y sus dedos se movían ágiles.
Ok, eso es sexy.
— I wanna feel your sugar in my face, baby, just wanna feel. — Rose cantaba con ritmo y coordinación. — Wanna feel that stream of dopamine, wanna feel that stream of dopamine.
Me quedé en el rincón del cuarto viendo a la banda tocar muy bien, era la primera que los veía tocando y debía admitir que lo hacían demasiado bien.
— Alto, chicos. — Dijo Adam de pronto.
— ¿Qué ocurre?— Preguntaba Rose.
— Amelia, necesito más precisión con la batería, ¿ok?— Decía Adam poniendo sus brazos en jarras.
Suponía que Amelia era la baterista nueva.
— De acuerdo.
— Muy bien, tomen unos minutos y empezaremos de nuevo. — Mencionó el otro chico que controlaba la cabina.
Miré cómo los chicos asentían, Adam se daba la vuelta y dió un pequeño brinco en su lugar al verme, reí.
— Una intrusa, interesante. — Pronunció cruzándose de brazos.
— Solo vine a ver cómo va todo. — Respondí encogiendome de hombros.
— Va genial, pronto tendremos ese álbum sonando por todos lados. — Sonreí al oír a Adam.
— Me alegra saberlo.
— ¿Verónica vino contigo?— Inquirió el rubio, negué con mi cabeza.
— No, solo me dejó aquí tirada tengo cosas que hacer con Poché. — Expliqué cruzando mis manos enfrente.
— ¿Daniela?
Justo en ese momento Poché salía de la cabina y sonreía al verme, correspondí la sonrisa.
— Hola tú. — Saludé.
— ¿Quién es ella?— Escuché una tercera voz.
Poché me vió a mí y luego a la chica, Amelia según tenía entendido, alcé una ceja sin comprender nada y del por qué María José estaba nerviosa de la nada.
— Supongo que ya sabes que Poché y yo somos-
— Novias, Amelia. — Me nterrumpía Poché.
Observé rápidamente a la peliazul y ella tomó mi mano posándose a mí lado.
— Si... — Dije dubitativa.
— ¿Quién quiere agua?— Preguntaba Rose de la nada.
— Yo. — Respondía Adam.
— Vamos.
Caleb y Rose se llevaban a la tal Amelia que me veía muy extraño junto con Adam, y yo quedaba a solas con María José.
— Estoy esperando una explicación. — Solté sin más cruzandome de brazos.
— ¿No quieres salir hoy? Creo que la primera cita salió bien, así que tengo derecho a una segunda, ¿no? — Comentó Poché con un baile de cejas exótico.
— No habrá segunda cita si no me explicas que pasa. — Espeté sin más.
Poché rascó su cabeza y llenó de aire sus pulmones viéndome con sus ojos aceituna.
— Amelia es mi ex. — Declaró.
Me lleva la que me trajo.
¿Cómo que ex? ¿Poché tiene ex? ¿Y por qué eso me estaba molestando de manera brutal?
— Ah...— Musité relamiendo mis labios. — ¿Y por qué tú ex está trabajando contigo?
— Toca muy bien la batería. — Alcé una ceja, no era justificación. — De novias ella tocaba para la banda. — Me reí negando con mi cabeza viendo a mi costado. — Y bueno, llegó a la entrevista y en realidad ella ya conoce nuestro estilo y ayuda bastante a la banda.
— ¿Solo a la banda o a ti también?— Arrojé con el ceño fruncido.
— ¿A mí?— Expresó Poché confundida.
— Si bueno te queda viendo cómo pedazo de carne. — Solté sin controlar mi tono de voz venenoso.
— ¿Celosa?— Jugueteó María José con una sonrisa pícara.
— Por supuesto que no. — Afirmé, era absurdo. — No quiero quedar cómo burla si decides volver con tu ex.
— Solo tengo ojos para ti, preciosura. — Replicó, mordí mi labio inferior saliendo del estudio.
— Bueno, es tu vida puedes hacer lo que quieras. — Comenté evitando lo que estaba sintiendo.
— Siento que estás celosa. — Decía Poché a mis espaldas riendo.
— Verónica me dijo que debíamos crear contenido. — Le dije aún caminando, ella detrás de mi.
— ¿Estás celosa?— Cuestionó otra vez.
— Así que vamos a almorzar y hacemos un live o algo. — Ignoré la pregunta y seguí hablando cómo un loro.
— Daniela.
Cuándo su mano tomó la mía y me acorraló a la pared más cercana sentí un cosquilleo en mi estómago colocándome nerviosa.
— ¿Estás celosa?— Susurró con una voz endemoniadamente caliente. — Porque si lo estás, créeme que solo aumentan mis ganas de devorar tu boca.
— Y-yo-
— ¿Si?— Musitó rozando su nariz con la mía.
Sus manos navegaban en mi cintura con delicadeza causando que los vellos de mi nunca se ericen ante su tacto.
Abrí mi boca mojando mi labios con la punta de mi lengua, reaccioné y la alejé un poco.
— Creo que estás confundida. — Expresé con tono de voz nervioso.
Salí de su acorralamiento y caminé lo más rápido posible escuchando una risita a mis espaldas.
Dios mío, Dios mío.
Iba a entrar en colapso por esa pitufo peliazul. Tengo calor agh, ¿qué me pasa con ella?
Rato después.
Poché y yo vinimos a un restaurante cercano a almorzar, por una encuesta en mi Twitter decidimos hacer live en Instagram, así que eso hacíamos. Almorzábamos mientras veíamos las preguntas de los usuarios.
🌻:Daniela_mi_espositaaa: ¿Se harían un canal de Youtube?
— ¿Canal de Youtube?— Exclamó mi acompañante en voz alta, miré a Poché.
— Creo que por la agenda y proyectos que vienen no nos daría tiempo para ello. — Le comenté con tranquilidad.
🎸:La-perre-vergue: ¿CUÁLES PROYECTOS? OMAIGA.
— Creo que no tenías que decir lo de los proyectos. — Murmuró Poché peligrosamente cerca de mi oído.
— Creo que sí. — Titubeé con escalofríos por su voz.
Era cómico ver cómo todo el chat del live estaba gritando en letras.
🃏:Rosa_melano69: ¿Tienen fotos juntas que nos quieran mostrar?
— No podemos mostrar fotos juntas porque todas son en tanga. — Abrí mis ojos grandes al oír a la loca a mi lado.
— ¡María José!— Le di un golpe a su hombro y ella echó la cabeza hacia atrás riendo.
— Más tarde tal vez subamos una foto. — Prometí con media sonrisa.
Tenía que recordar mentalmente que Poché y yo debíamos tomarnos fotos.
🔥:Tortillera3000: ¿Alguna hace cosas raras en la relación?
— Si, Poché hace cosas raras con sus manos cada vez que habla. — Solté al leer el comentario.
— ¿Eh?— Soltó mi acompañante. — Yo no hago nada raro.
— Si claro-
Me enmudecí cuando lo vi pararse en la acera, estaba en busca de algo no sé que, pero con solo verlo un miedo profundo me invadió.
No, no, no. ¿Por qué tenía que estar aquí?
— ¿Calle?— Escuché esa voz trayendome a la realidad.
Entonces pasó lo que temía, él giraba su cabeza y volteaba hasta nuestra mesa, aparté la vista rápidamente y miré a Poché a mi lado.
— ¿Ocurre a-
— Bésame. — Pedí.
Su cara de confusión no pasó desprevenida ante mis ojos. Me acerqué a ella y me acerqué a su oído.
— Bésame, por favor. — Susurré.
Me alejé de ella quedando a pocos centímetros de su boca. Ella me vió antes de tomar mi mentón entre sus dedos e impactar sus labios con los míos en un beso que revolucionó todo mí ser.
Poché se alejó de mí al terminar el beso con la respiración agitada clavando su mirada con la mía, pero por alguna razón mis labios sentían la necesidad de besarla otra vez, y eso hice.
Tomé el cuello de su camiseta para besarla nuevamente, está vez con más ganas.
Estaba besando a la mujer que se supone es mi novia por un contrato y no puedo negar que me estaba fascinando hacerlo.
Signo: Sagitario.
Apodos y edad: Damon y no Salvatore. Piccolo diavolo. 6 años.
Amante de: Los dinosaurios y chocolates.
Fan de: Su madre y motos.
Odia: Nada, es un bebé.
Debilidades: Los dinosaurios.
Signo: Escorpio.
Apodos y edad: Mile. Ladrona de matriz. Ilenka. 28 años.
Amante de: El cine. Carreras ilegales. Angelina Jolie.
Fan de: Angelina Jolie y Angelina Jolie.
Odia: Los secretos.
Debilidades: Mujeres y el cine.
Signo: Piscis.
Apodos y edad: El cacas 2.0. el innombrable. El que se fue por cigarros. 33 años.
Amante de: El dinero y mujeres.
Fan de: El fútbol y de Daniela Calle en secreto.
Odia: No obtener lo que quiere.
Debilidades: Su ex por desgracia.
Signo: Acuario.
Apodos y edad: La babosa. La pone cuernos. La no existente. 29 años.
Amante de: Guitarristas. Música. La batería.
Fan de: María José Garzón.
Odia: Toda mujer que se le acerqué a María José Garzón.
Debilidades: Su ex, por desgracia también.
• ────── Flow llegando ────── •
YA HUBO BESOOOOO.
Meta: 200 votos. A ver si es verdad.
Más personajeeeeees, ¿vieron?
UN CEMENTO. No todo es color de rosaaaa. Díganme qué piensan.
Amelia, la mejor ex junto con Alan 🤝🏻.
Hay un sapoooo en el ff.
Dato irrelevante: Tus ojos hacen más ejercicio que tus piernas.
¿A qué hora abren? Ok no JAJSJAJA.
Bueno bye, no sé cuando actualizo.