Era bonito
El cielo era tan bonito que le encantaría ser un pajarito y volar entre las nubes y los rayos de sol.
— Me gustaría ser libre — susurro sin dejar de ver el cielo con nubes grises.
— Hyuck — se tensó al volver escuchar esa voz tan familiar.
Hace dos días Mark no se había vuelto a acercar, cerro sus ojos sintiéndose cansado, no sentía grandes ánimos de hablar apenas lo hacía en el trabajo y aun mantenía su cubrebocas con la excusa de querer enfermar.
Sintió como la presencia del mayor se acercaba y sentaba a su lado.
— Hyuck perdón — dijo.
No sabía porque decía esa palabra, lo peor es que pudo sentir que estaba cargada de arrepentimiento.
— Perdón por dejarte sin explicación alguna.
Se sentía tan apagado últimamente...
— No hay problema — se forzó a decir volteándolo a ver.
— Yo...tuve algunos problemas y no quería descargarme contigo.
— Esta bien Mark, no tienes por qué darme explicaciones — dijo recostando su cabeza en el brazo que estaba estirado.
— ¡Las mereces! — el grito lo asusto — Yo... — con ojos somnolientos miro como de su bolsillo sacaba una cajita.
Se la extendió, era muy bonita, su textura suave casi adictiva. Con cuidado se reincorporo y tomo abriéndola con cuidado. Sus ojos se abrieron a mas no poder y su corazón latió con fuerza.
Era un anillo.
Uno dorado con pequeñas hojas y un girasol en medio.
Era precioso...
— Lo mire y me acorde de ti así que quise dártelo ¿Me permites?
Las manos del mayor sacaron el anillo, tomo su mano "sana" y con una gran delicadeza se lo puso en dedo corazón.
— Te queda perfecto — le sonrió dulce agitando su ya moribunda alma.
Por un segundo pensó en Mark como su persona especial, esa que le daba un poco de color a su vida.
Tal vez lo quería...
Tal vez...negó en su interior al pensar tal estúpida idea, era imposible poder darse la oportunidad de explorar algo llamado romance.
— Hyuck — su tono cambio por completo — ¿Qué te sucedió? — sabía que se refería a su mano vendada.
— Me lastime — respondió con tanta facilidad y naturalidad que hasta él se sorprendió.
— Fullsun y -
— No quiero hablar de ello — interrumpió.
Ambos se quedaron en silencio, Mark no alejo su mano de la suya, acariciaba su dorso y entrelazaba sus dedos cada tanto.
Suspiro sintiendo algo cercano a la tranquilidad tanto, que quería recostar su cabeza en el hombro del mayor.
— Mañana inicia diciembre ¿Aun sigue en pie pasar navidad en la cabaña?
La cabaña...
No recordaba eso, siquiera los recuerdos habían pasado por su mente estos últimos días, su interior se removió, quería volver a ese hermoso lugar, quería ver los arbustos vestidos con nieve y los árboles blancos como de película.
Quería jugar con la nieve, sentirla en sus manos y hacer pequeños hombres y dibujar sobre ella.
— Creo que si — respondió.
Sus padres siempre se iban un veinte y regresaban entre un cinco y diez de enero. Esa festividad era una de sus mejores porque no recibía golpes, insultos y humillaciones y no se miraba en la obligación de cocinar o levantarse muy temprano, solo era él y la soledad que le transmitía la casa.
Cada navidad Jaehyun y Jeno iban a casa de sus padres y aunque fuese invitado prefería quedarse en su habitación y pasarla en compañía de un pequeño árbol y una foto de su abuela.
— Estas muy callado hoy ¿es por mí? — negó con la cabeza.
Claro que no era por él, era solo el hecho de sentirse opaco. No le gustaba eso, jamás le gusto a decir verdad ya que perdía el sentido de vivir y del porque luchaba dejando solo ese deseo de cerrar sus ojos para no abrirlos más.
— Hoy no me siento animado — respondió.
Relamió sus labios y tomo el valor para acercarse un poco al mayor y apoyar su cabeza en el hombro esperando que con ello pudiera demostrarle que estaba agradecido de tener su corta compañía.
— Eres muy bonito FullSun — sintió su brazo resbalarse por su cuerpo abrazándolo y acomodándolo.
Varios besos fueron dejados sobre su cabellera sin brillo y aunque la sensación era bonita también estaba mezclada con miedo de que en una de esas pudiera sentir alguna cicatriz.
— Tú también lo eres — susurró cerrando los ojos.
Sonrió leve y muy corto, la cuenta regresiva había comenzado y sus días estaban contados.
Mark parecía querer compensar el tiempo "perdido" lo que le parecía algo extrañamente cálido de su parte.
Pasaban los recesos juntos, se quedaba hasta tarde para irlo a dejar e incluso se tomó el atrevimiento de comprar un par de hojas y un libro como regalo en la misma tienda del anciano Yang.
— Tenga buena noche — dijo atendiendo su ultimo cliente.
Hyunjin apareció y lo abrazo con fuerza haciendo que todo su ser y hasta alma doliese horrible, pero aun asi le encantaba el afecto que el ahora pelinegro de regalaba.
— Cuídate mi pequeño girasol, yo te amo, tu me amas, nos amamos y prométeme usar protección con tu novio.
Rojo los ojos ante lo último, su amigo tenía un don para arruinar los momentos.
— No es mi novio Hyunjin.
— Estaban peleados lo sé y veo que se reconciliaron, me encantan ahora parece tener más vida - le guiño muchas veces el ojo al punto de parecer un tic nervioso.
— Cállate — dijo queriendo apartarse, aunque en el fondo no podía negar que estos últimos días parecían un arcoíris.
Mark lo hacía feliz con sus gestos y acciones.
Las voces habían parado y los malos y muy dañinos comentarios fueron eliminados.
Hyunjin chillo emocionado volviéndolo a abrazar y agitándolo con demasiada energía. Era realmente bonito tener un amigo así y eso lo atesoraría siempre en su corazón.
— Yo te amo Hyunjin — dijo — Pero bájame — pidió removiéndose otra vez.
— Tu hombre me está viendo, lo siento en mi espalda como su mirada me quema — con sutileza miro por encima del hombro del mayor a Mark quien efectivamente los estaba viendo con el ceño fruncido y los labios formando una delgada línea.
Rio bajo mirando nuevamente a su pelinegro — Es cierto — afirmo asintiendo.
— Bueno moreno, te amo, pasa bonita noche, mañana hablamos ¿sí? — su amigo le sonrió mostrando esa perfecta dentadura blanca.
— Buenas noches Hyunjin — dijo besando su mejilla siendo el cubrebocas el culpable de no completar la acción.
Al salir a la hora e irse con Mark le daba la libertad de llegar quince minutos antes a la casa de los señores Lee por lo que podía darse el increíble lujo de platicar un poco con el mayor.
— ¿Sucede algo? — pregunto ya caminando con el mayor tomado de la mano.
— No me gusta esa cercanía que tiene ese chico contigo — le respondió sorprendiéndolo ante la sinceridad.
— Es un amigo muy amoroso, me gusta mucho — tal vez había elegido mal sus palabras ante el fuerte apretón que recibió su huesuda mano, miro el rostro de su mayor por el rabillo del ojo notando un cambio total.
— Yo también puedo llegar a ser amoroso — rio un poco ante el comentario.
Ambos subieron al auto, Mark poso la mano sobre su pierna y que solo se separaba al tener que hacer algún cambio.
— ¿Hoy no descansaras?
— No, quiero pasar un momento haciéndote compañía.
— Muy lindo de tu parte, pero te ves cansado.
— Siempre estoy cansado Minhyung, por eso mismo quiero hacer compañía.
En el silencio acogedor "Tan poco tiempo y todo cambio tanto" su abuela siempre decía que aceptaba las situaciones con una naturalidad terrorífica cosa que no era buena y podía traer grandes consecuencias en un futuro.
"Siempre vuelves a tratar como si nada paso y aunque a veces es bueno, la mayoría del tiempo es lo contrario."
— No me gusta que me digas Minhyung, prefiero Mark.
— Me gusta tu nombre, es bonito.
En su pecho nacía ese querer, ese deseo de entrelazar su mano con la del mayor, sentir esa calidez extraña que calmaba todos sus demonios.
— A mí me gusta el tuyo, tu madre tiene un muy buen gusto.
— No fue mi mamá — respondió mirando su mochila — Fue mi abuela — aclaró.
Mark se quedó en silencio y él simplemente lo acompaño ante no poder desviar esa atención.
— Tu abuela tiene un muy buen gusto, debería de expresárselo en persona — quien sabe cuánto tiempo tuvo que pasar para que el mayor dijera eso, pero lo admiraba por al menos hablar.
— Lo tenía — susurró.
Cuando llegaron a la parada se despidió del mayor con un beso, curiosamente se había hecho costumbre y no era algo que le desagradase, al contrario, lo sentía "especial".
Camino hacia la casa no sin antes arrancar una bonita flor que sobresalía de uno de los arbustos de una vecina.
Era un bonito geranio, la flor era delicada con nada podía ser dañada y vivía poco al ser arrancada.
Cuando llego a la casa de sus padres, se puso a limpiar, no era mucho, solo quitar la ligera capa de polvo de todo el lugar. Con una mano disponible era mucho más tardado y ni hablar de la cocina, pero se las apañaba para hacerlo a tiempo.
De momento su padre no le había vuelto a levantar la mano así que era feliz. Parecía que con la llegada Mark todas las aguas se calmaban. Era como un su amuleto de la suerte.
Con cansancio limpio la cocina después de servirla y tener dicha aprobación se dirigió a su habitación y tomo una ducha, humecto su cuerpo al igual que aplico una crema muy helada que decía que era muy buena para calmar el dolor y ayudar a desaparecer sus moretes.
— Creo que debería ir — dijo al aire mirando su muñeca.
Su condición no parecía querer mejorar con las cremas y con las pastillas solo era momentáneo el alivio, al contrario, durante el día dolía horrible y por noche a veces era despertado por el mismo dolor. Tal vez si estaba quebrada, aunque si imaginaba otra como un...
Se acostó sin ganas de estudiar, estaba tan cansado que simplemente quería dormir y despertar hasta dentro de dos semanas. Lo bueno es que los exámenes comenzaban la próxima semana terminando justo un veinte donde sus padres se irían. Los resultados serían entregados dos días antes de año nuevo y los exámenes de admisión serian realizados la primera semana de enero.
Con Mark se tenía pensado pasar la navidad en la cabaña y regresar dos días después, tal vez tres.
Su maestro de arte según le dijo que tenía un amigo que conocía a un abogado de renombre que le ayudaría de forma gratuita en su caso ya que al parecer le debía un favor a su amigo y este a él o eso entendió.
— Las cosas cambiaran — sonrió abrazando como pudo su cobija.
"Todo saldrá muy bien" declaro cerrando sus ojos esperando tener un buen descanso o al menos un buen sueño.