Es increíble cómo en vacaciones ocurren muchísimas cosas. Cuando Quackity volvió de viaje con su mamá y Alexby, su grupo de amigos le contaron absolutamente todo lo que ha sucedido en su ausencia, para empezar, Alexa se había mudado a una casa gigantesca y supuestamente estaba embrujada porque escuchaba cosas raras por las tardes y en la noche, Kristina se había cortado el cabello –y eso que su cabellera era larga, pasaba su cintura– y otros cambios de looks de ellas, pero la noticia que impactó y ocasionó tristeza fué que a Nieves la cambiarían de colegio. Había sucedido algo entre sus padres, el papá de Nieves se separó de la mamá y se fué a vivir a un departamento, llevándose a Nieves y decidiendo qué la cambiaría al colegio que estaba cercano a su "nueva casa". Quackity se sentía muy triste, no sólo ya no tendría a Nieves en el salón, se podía imaginar que a alguien más le afectó aún peor ésta noticia, Rubius.
Rubén amaba con todo su corazón a Nieves, el ya no verla por las tardes, ni encontrarse en receso era una daga que le atravesaba el pecho. Estaba destrozado, porque no podía ni ir a visitarla porque su mamá no le dejaba–su mamá estaba del lado de la mamá de Nieves–, es todo lo que sabían por los mensajes de Vegetta.
El regreso a clases se sintió como un escenario tan gris, la falta de Nieves se notaba tanto que dolía, no había colores, no había rayitos alegres, si hablaban por medio de mensajes pero no era lo mismo, ella estaba muy lejos y eso generaba un vacío en el corazón de cada uno. Pero comparado con Rubius, él se había apagado totalmente; su risa tan escandalosa, su actitud de niño revoltoso y molesto se fué con Nieves, sólo era un muchacho callado y tan perdido en el silencio deprimente de su alma. Quackity y Mangel hicieron lo que pudieron para animarlo en salir a caminar durante el receso, él se negó a volver a dar vueltas por esos pasillos en los que antes recorría con ella, Vegetta en la tarde iba a su casa a hablar con él pero no había mejoría, en verdad que estaba bajo una gran tristeza por la separación.
Quackity quería encontrar la manera de ayudarlo a mejorar, pero no tenía ninguna idea de qué hacer, eso lo tenía tan preocupado y no lograba estar atento a clases, más bien dicho, a su alrededor, se perdía en su embrollo de pensamientos que no llegaba a nada en concreto, sólo se acumulaba siendo horriblemente abrumador. La cabeza le comenzó a doler, estaba en hora libre por la ausencia de un profesor y el bullicio de sus compañeros empeoraba su malestar, Akira le aconsejó que fuera a tomar aire fresco y remojar su rostro, tomándolo como una buena idea y hacerlo enseguida. Necesitaba hallar la forma de ayudar a su amigo, su mente no iba a descansar hasta conseguirlo, ese pensamiento le taladraba tanto.
Se asomó por el barandal apreciando el patio central, finalmente formaba parte de los últimos años y se encontraba en la planta alta, los recuerdos de los años anteriores atacaron su mente de golpe, provocando esa opresión en el pecho, el nudo en la garganta y en sus ojos las ganas de llorar. Todo se sentía como si estuviera en gris, apagado, muy pronto dejaría también el colegio pasando a otra etapa de la vida, la cuál no se sentía listo, no estaba preparado para ver cómo sus amigos toman diferentes rumbos. Ahí se dió cuenta que deseaba volver a años pasados, en dónde sólo era un niño jugando con un grupo de niñas. La niñez se siente como si hubiera colores, una música alegre, risas y no conocía la preocupación, no eres conciente de que hay un inmenso mundo más allá de la escuela o el jardín de la casa.
He ahí cuando la pregunta "¿Qué harás en la vida?" empieza a ocasionar miedo, el no saber la respuesta causaba ansiedad y su mente nuevamente se abruma de tantos pensamientos que se mezclan y mezclan creando un bullicio pesado, asfixiante. Se estaba quedando sin aire, las bocanadas que daba no lo solucionaban, tiembla, sus manos sudan frío, cada vez su mirada se vuelve borrosa y siente nada alrededor, eso lo asusta mucho.
Es un ataque de pánico.
Quackity entró en pánico, cayendo de rodillas intentando poder respirar, parecía que la entrada por donde pasa el oxígeno se había cerrado, de sus ojos las lágrimas emanaban sin control y apretaba el suéter del uniforme con sus manos sudadas, temblando a horrores, estaba solo y aterrorizado. Ya casi no miraba el suelo, tal vez por las lágrimas o porque realmente sus ojos se ponían negros y perdía la vista, no lo sabía, no sabía que pasaba exactamente y sólo tenía miedo de no tener idea de nada. En un momento percibió un agarre en sus brazos, una voz lejana hablándole, para después sentir las manos sobre sus mejillas haciendo qué levante la mirada, lo llamaba repetidas veces hasta que pudo escucharlo con claridad y volviendo a mirar al mundo, encontrándose a un rostro familiar que estaba mirándole con preocupación y limpiaba su rostro con las mangas del suéter.
De a poco se fue calmando, siguiendo las indicaciones de aquella persona de como respirar, mientras le repetía que estaba a salvo y que nada malo pasaría.
——Quackity, no pasará nada, respira con calma y profundamente—. Luzu sostuvo su mano, ayudándolo a levantarse cuando parecía más calmado, y quitando de nuevo los mechones que cubrían su rostro. ——¿puedes oírme? te llevaré con mi hermano, ¿puedes?—.
Quackity apretó su mano y asintió ligeramente, comenzando a caminar con cuidado mientras tenía el apoyo de Luzu, tambaleando un poco pero el castaño no lo dejaría caer.
Luzu lo trajo hasta la oficina del preceptor Willy, quisieron llamar a su mamá pero se negó, ya estaba calmado y no iba a molestarlo por esto, así que le trajeron un jugo de manzana y permaneció un rato allí, era un sitio sin ruido. El preceptor se retiró a hacer unos papeleos y dejó a Luzu con la responsabilidad de cuidar al muchacho, él quería preguntar el motivo de ese incidente, pero tenía que ver cuándo sería el momento para hacerlo. Quackity permanecía en una de las sillas frente al escritorio, bebiendo de a sorbos el jugo y concentrándose en la muñeca llena de pulseras de Luzu ya que seguía sujetandole la mano, después lo miró directamente a la cara, miraba las marcas de las perforaciones y extrañamente tenía los ojos delineados, le causó gracia el pensamiento de que Luzu se maquilla.
——¿por qué estás sonriendo?—. le preguntó viendo que Quackity parecía querer contener la sonrisa.
——usas maquillaje—.
Luzu alzó una ceja estando confundido, pero entendió lo que decía y sonrió también, al parecer ya estaba mejor.
——es sólo delineador de ojos—.
——es maquillaje igual—. Quackity pasó su dedo por la mejilla del chico, quería averiguar si traía más maquillaje, pero su dedo salía limpio.
——disculpa la pregunta, ¿pero qué sucedió hace rato?—.
Quackity bajó la mirada al acordarse, contarlo se le hacía un poco difícil ya que sentía un nudo en la garganta y las ganas de llorar, Luzu acarició su mano cuando notó su expresión y le mencionó que no había problema si no quería decirle, quería mantenerlo tranquilo. El chico de cabellos azabaches le dió otro sorbo al jugo y volver a dejarlo sobre el escritorio, suspirando antes de contarle de a poquito las cosas, hacía unas pausas cuando sentía que las lágrimas querían asomarse, pero logró decirle lo necesario. Luzu lo comprendió, había pasado por algo similar, también tuvo que sentir esa tristeza cuando su mejor amigo ya no podía verlo seguido. Además, le enternecía que Quackity fuera una persona tan bonita, se preocupaba por su amigo quién sufría más por ese alejamiento y quería ayudarle, sólo que al no encontrar cómo su mente se consumía en la ansiedad.
De pronto escuchó sollozos, Luzu vió que Quackity no podía aguantar más la tristeza acumulada, por más que limpiara sus lágrimas seguían descendiendo por sus mejillas y convertirse en llanto, pero era necesario que se desahogara, así que sólo continuó haciendo su labor, ser su apoyo en ese momento. Tuvo que rebuscar en los cajones de su hermano, encontrando unos pañuelos descartables y dárselos a Quackity cuando se tranquilizó un poco.
——tal vez pueda ayudarte... ¿a qué colegio se ha ido?—.
Quackity sacó su celular, poniendo el chat en dónde estaba el mensaje de Nieves y se lo mostró en lo que se limpiaba la nariz. Luzu sonrió con felicidad cuando vió la posibilidad de ayudarlo, era una maravillosa casualidad, le mencionó que podría llevarlos a ver a su amiga porque justamente su mejor amigo iba a ese colegio y los ayudaría a ingresar. Quackity pensaba que haría un acto ilegal, después de escuchar la breve explicación de cómo ingresar todo pensamiento se confirmó, aunque debió esperarselo.
——eso es ilegal—.
——¿y?—.
——Luzu, tú no piensas, en verdad que no lo haces—.
Forma legal <<<< Forma ilegal
Está corto, perdón por tan poco
Pero mañana actualizo de nuevo, ya terminó mi cuatrimestre así que tengo más tiempo wiii
Besito.