Al cabo de una hora mi teléfono fue el que sonó.
- ¿Hola?
- Todavía no creo que te hayan dado un número equivocado, ¿o acaso tu lo escribiste mal?
- Genial, lo que faltaba. ¿No tienes a otra persona de quien burlarte?
- No.
Pasaron unos cuantos segundos en silencio.
- Un chico fingió coquetear conmigo y me dio un número falso.
Escuché sus carcajadas.
- Lo lamento, tienes que admitir que es gracioso.
- Adiós.