Las paredes blancas eran horribles a mi parecer. Me mantenía sentada en mi silla de la sala de espera mientras agitaba los pies de los nervios que me estaban consumiendo. Ya había contado el número de cuadros de loza que había en el piso. Llevaba al menos dos horas esperando que Lauren saliera.
Como la mamá de mi novia estaba ocupada, ella debía venir con su papá, pero él me dejó acompañarla. Lauren tenía una cita en el consultorio al que iba su familia.
De pronto un enfermero salió de la habitación frente a mí, con Lauren tras él.
Mi novia fue guiada hacia mí cuando me puse de pie.
"Hey," dije ya que Lauren se encontraba frente a mí.
"Hey," reciprocó el saludo estirando su mano para tomar mi mano.
"¿Está todo bien?" pregunté preocupada.
"Ajá," Lauren asintió, "vámonos."
Comenzó a caminar con su vara como guía, ya que yo estaba confundida y apenas movía mis pies.
"¿En serio está todo bien, Lauren?" quise saber cuando ya estábamos caminando por el estacionamiento.
"Sí, Camz," me contestó asintiendo.
"Ya, pero... ¿cómo estuvo? ¿qué te dijeron?"
"Cosas," sonrió.
"Ugh," rodé los ojos, "eres insoportable."
"Lo sé," se encogió de hombros.
"Anda, dime," hice un breve puchero, borrándolo al instante, ya que no tenía caso hacerlo, Lauren no podía verlo.
"Te lo voy a decir más adelante, no creo que sea el tiempo necesario..." dijo cuando salimos completamente del lugar.
No toqué el tema en el resto del camino. De hecho Lauren era buena para cambiar temas. Así que nos pusimos a hablar de mi día en la escuela. Me preguntó por Austin y Luis, ya que la vez que estábamos en el acantilado ellos aparecieron.
Cuando los vi ahí se me fue el aliento. Pensaba que iban a hacer alguna idiotez con Lauren, pero me sorprendió escucharlos decir que a menudo iban porque les recordaba que habían hecho algo malo, e incluso se disculparon con mi novia. Ella los perdonó y después hice que nos fuéramos de ahí.
Aunque ése suceso me asombró, seguí evitando como siempre a ambos, ya no podía confiar en ellos. Y no quería.
***
Sonreí cuando vi a Lauren esperando en la entrada de la escuela con un pantalón negro, una blusa holgada negra, sus botas negras, sus anteojos del mismo color y su chaqueta de cuero, que la hacía ver como una chica mala y ruda, pero en realidad era mi linda novia ciega. Se apoyaba en su vara negra con rayas rojas. Fui directo a ella, con Ally y Dinah detrás de mí.
"¡Hola!" la saludé con emoción dejando un beso en su mejilla.
"Oye," dijo acercándose a donde yo estaba.
"¿Qué?" pregunté a mi novia, confundida. Pero envés de responderme, me besó. Sonreí en sus labios.
"Era eso," rió.
"¿Qué haces aquí?" quise saber tomando su mano derecha.
"Mamá me estaba gritando y... Necesitaba verte," contestó entrelazando nuestras manos.
La besé de nuevo.
"¿Quieres ir a algún lugar o...?"
"Camila," escuché a Dinah hablar a mis espaldas. Me giré hacia ella.
"¿Qué pasa?"
"Se supone que hoy vamos a terminar el trabajo en tu casa, porque en casa de Ally va a haber una reunión familiar, sin ella," rió mi amiga, ya que en el descanso estuvimos burlándonos de eso. Ally chocó su puño en el hombro de Dinah.
Volteé a ver a Lauren, y aunque no me podía ver asintió.
"¿Quieres ir a mi casa?"
"No quiero molestar, puedo ir a la cafetería... o con Zayn."
"No creo que sea un problema, sólo vamos a terminar el trabajo, no será mucho."
"En serio, Camz," sonrió.
"Laur," pasé mis brazos al rededor de su cintura para abrazarla.
"Si quieres, cuando termines ese trabajo, te puedo esperar en la cafetería."
"¿Estás segura?"
"Claro," se encogió de hombros, sonriendo.
"¿Quieres que al menos te acompañe?"
"Sé llegar sola, Camila, soy una chica grande," rió.
"Anda, Lauren..."
Mi novia se dio media vuelta y siguió andando por la acera, de camino a la plaza.
"¡Está bien!" grité sonriendo, "¡te veo en la cafetería!"
Lauren levantó en alto su mano, mostrando su pulgar, lo que significaba que estaba de acuerdo.
***
Mi camino hacia la plaza era más largo de lo que acostumbraba al ir a desde la casa de Lauren.
Llegando a la cafetería busqué con la mirada a mi novia, quien estaba sentada en una mesa, sola, mientras tocaba uno de ésos libros de lectura braille.
"Hola," saludé besando sus labios.
"Hey, no noté que venías, estaba leyendo," dijo cerrando el libro.
"Sí, me di cuenta... Siempre que llego contigo me sueltas algún comentario acerca de mi persona," me senté en la silla frente a ella.
"Me gusta tu persona," sonrió buscando mi mano por la mesa. La acerqué a ella y entrelacé mi mano con la suya.
"¿Acerca de qué te estuvo gritando tu mamá?" pregunté porque sabía que luego se me olvidaría.
"Hmm, ella sólo se molestó por algo que me dijeron en el consultorio," Lauren contestó vagamente, "¿no vas a tomar algo?" La verdad no tenía ganas de nada. Sólo de verla a ella.
"No me dan ganas," dije pasando mi pierna por la suya.
"¿Entonces qué quieres hacer?"
"Yo estoy aquí para ti, Lern," le hice saber apretando su mano.
"Estoy bien."
"¿Aún no es tiempo de que me digas lo del consultorio?"
"No, todavía no."
"¿Y cuándo será?"
Lauren se quitó los anteojos negros y mandó sus ojos verdes a donde supuso que estarían los míos.
"No preguntes sobre eso, Camila," dijo seria.
"Pero Lauren..."
"Ya," terminó levantándose. Hice lo mismo que ella.
"Oye..." me aproximé y la tomé por la cintura, "lo siento... No quería molestarte... Es sólo que... Siento que no confías en mí..."
"Confío en ti, Camz. Dios, que sí lo hago. Pero eso es algo que no puedo decirte aún... Ni siquiera yo estoy segura de qué va a pasar. Apenas lo sabe mi mamá, estamos excluyendo a mi padre de todo esto... Y yo quiero protegerte."
"Hablas como si fueras una asesina o algo por el estilo," reí. Pero ella tomó su vara y golpeó con fuerza mi pierna.
"¡Oye!" grité de dolor.
"No estoy bromeando," dijo golpeando la vara en el suelo.
"Lo siento," me disculpé mientras sobaba la parte dañada de mi cuerpo. La seguí a la salida, "¿a dónde vamos?" cuestioné poniéndome a su lado cuando ya estábamos fuera del local.
"A donde sea."
Agarré su mano para acomodarla en mi brazo, y servirle de guía.
"¿Quieres ir al acantilado?"
"No."
"¿A la pizzería?"
"No."
"¿Qué te gustaría hacer, entonces?"
"Me gustaría ver una película," dijo.
"Laur," me mordí el labio.
"Siempre caías en ésa, Camz, ¿qué te pasó?" rió.
"Idiota, creía que era en serio," besé rápidamente su mejilla, y ella sonrió.
"Sí lo digo en serio, quisiera ver una película, quisiera ver cualquier cosa," reflexionó.
"Hmm, yo quisiera verte siempre," dejé escapar.
"No hagas eso," dijo escondiendo su rostro en mi cuello.
"¿Hacer qué?"
"Esas cosas que siempre haces que hacen que me enamore más de ti," Lauren confesó y me hizo ruborizar.
"¿Debería disculparme por eso?"
"Sí."
"¿Por qué?"
"Porque no es justo, yo me esfuerzo para decirte esas cosas que te hacen ruborizar y llegas y dices todas tus cosas y haces esas cosas lindas, sin esforzarse y... Agh."
Para cuando terminó de decir eso, yo estaba riéndome impulsivamente.
"Y no es gracioso," apretó los labios.
"Si no fuera gracioso no me estuviera riendo."
"Eso es porque eres una idiota," bromeó y volví a besar su mejilla.
***
"Camila, tienes una visita," mi mamá dijo por fuera de mi puerta.
Rápido pensé en Dinah y a mala gana me levanté de mi cama, estaba haciendo la tarea de Literatura, y sorpresivamente se estaba poniendo interesante, era acerca de los matrimonios homosexuales y la adopción.
"Voy," dejé mi lápiz encima de mi cama y salí por la puerta.
Cuando llegué al recibidor, encontré a Lauren sentada en el reposa brazos del sillón de la sala.
"Hey," saludé sorprendida, "pensaba que hoy saldrías de la ciudad."
"Lo hice," dijo levantándose, "acabo de regresar."
"¿Y cómo fue?" me acerqué dándole un rápido beso en los labios.
"Pues..." Lauren calló porque mi mamá interrumpió llegando, traía un vaso de agua en la mano.
"Acá está el agua," le dijo sonriendo, Lauren intentó tomarla, pero mamá agarró su mano y se la acomodó en ella.
"Gracias," mi novia amablemente agradeció.
"Vamos a mi cuarto, Laur," indiqué pero mamá carraspeó.
"Mucho gusto..." y ahí estaba la seña para que la presentara.
"Ah... Mamá, ella es Lauren, mi novia," dije y tomé su vaso de agua para agarrar su mano e ir a mi habitación.
"Mucho gusto, señora."
Me llevé a Lauren rápido a mi cuarto para tener algo de privacidad. La guié para que se sentara en mi cama.
"¿Entonces?" pregunté sentándome a su lado.
"Hoy fuimos con mi doctor," me dijo.
"¿Estás bien?" me preocupé.
"Sí, sólo que..." se mantuvo callada por un momento.
"Anda, Lauren," la animé cuando no continuó.
"Me van a hacer ésta operación... Pero hay una escasa posibilidad de recuperar mi vista," soltó de una.
"Eso está bien, ¿no?" pregunté, la esperanza creciendo en mi pecho.
"Debo irme a Los Ángeles."