ONE SHOTS /Country Humans/

By Darkdreams0099

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Njhfbjkjfdsn esta es una portada temporal, ya saben que soy una artista seria. xd More

Pues antes de leer o no sé.
USA/América x Weimar Republik ⚣
USA/América x Weimar Republik ⚣ Prt. 2
Perdí una apuesta, ptm. 卐☭ Nazunist ⚣
Usa/América x Weimar Republik ⚣
Dritte Reich x Finland/Suomi ⚣
Usa/América x Weimar Republik ⚣
German Empire/Kaiser x United Kingdom ⚣ (Largo)
United Kingdom x Perú ⚣
卐☭ Nazunist ⚣
卐☭ Nazunist ⚣ (2)
卐☭ Nazunist ⚣ (3)
卐☭ Nazunist ⚣
卐☭ Nazunist ⚣ [2]
卐☭ Nazunist ⚣ [3]
卐☭ Nazunist ⚣ Omegaverse.
卐☭ Nazunist ⚣ Omegaverse. Alter.
¡Dinámica Navideña!
卐☭ Nazunist ⚣ [Dinámica]
🔞 Das Feurige Rot AU Nazunist
🔞 Das Feurige Rot AU PolGer
🔞 Das Feurige Rot AU RusAme.
🔞Una moneda de Dos Hermanos.🏴
Nominación. (?)
卐☭ Nazunist ⚣ AU Mprg.
卐☭ Nazunist ⚤ 🔞
A V I S O

Dritte Reich x Rusia ⚣

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By Darkdreams0099

No había nada que hacer en esa jodida base gris y fría, maldecía tanto la hora en la que decidió aceptar reunirse con el comunista en esa base en medio de la nada, incluso la comida era una mierda total.

Dio otra vuelta en la cama y acabó por levantarse refunfuñando, si no había qué mierda hacer en la habitación entonces saldría a caminar además de hacer un mapa mental del estúpido lugar por si necesitaba largarse sin ser visto.

Durante los primeros veinte minutos no vio nada más interesante que tanques, armamento y algunos aviones recién llegados, hasta llegar a la parte de mecánicos aéreos en donde una presencia bicolor llamó su aburrida atención. Topándose con un jovencito de cabellos plateados mal atados por una coleta baja, pantalones cafés del uniforme soviético manchados con algo de grasa oscura, guantes de cuero grueso y sin abrigo alguno que lo protegiera del frío que hacía, del que parecía no verse afectado en lo absoluto exponiendo así su musculatura ligera pero perfecta acorde a su figura esbelta.

Eso lo hizo lamerse inconscientemente los labios y apoyarse con los brazos cruzados en la pared cercana para seguir observando durante un rato más a aquél delicioso espécimen que parecía ser muy hábil en el arte de la mecánica, perdió la noción del tiempo hasta que oscureció y el jovencito aún de nombre desconocido decidió tomarse un descanso; Quitándose los guantes pesados, tomando luego una toalla para secar el sudor de su frente y estirar su cuerpo así destensándolo.

Cuando este se marchó hacia algún lado, se resignó a buscar la oficina para ver al soviético esperando que ya hubiese avanzado su maldita parte del plan, no hacía más que perder tiempo con malditas excusas de que primero debía resolver asuntos internos.

—Rusia ya te dije que estoy ocupado para eso, vuelve a tus labores –La voz del eslavo mayor fue lo primero que se oyó a la vuelta de la esquina en el pasillo donde estaba su oficina con la puerta abierta dejando ver el desorden de adentro—.

—Pero padre, reparé el avión como dijiste, yo quiero.. –Intentó argumentar el de ojos lavanda, recordándole la promesa que este le había hecho meses atrás, pero nuevamente recibiendo una negativa de su parte—.

—Ya te dije que no, ahora vete que me estás haciendo perder el tiempo en tonterías y que ni se te ocurra intentar volarlo solo. –Con voz firme el de parche dio un paso atrás y cerró de un portazo, para internarse más horas entre su papeleo—.

Rusia se frotó el rostro exasperado ante el sin fin de negativas que siempre recibía, incluso soldados más jóvenes que él ya habían aprendido a pilotar hasta bombarderos.

—...¿Qué sucede pequeño ángel, no sabes surcar el cielo? –Acercándose desde la derecha, el mentón del hermano se apoyó en el hombro ajeno, sintiendo su olor combinado a grasa motriz y perfume de lavanda—.

Y así fue como empezó, siguiéndole del Fascista acercándose cada vez más al de menor tamaño en sus paseos por la gran base, tomando cazas a escondidas para sobrevolar el cielo nocturno lejos de los radares y farolas antiaéreas que tenían. Acariciando la piel ajena con disimulo cada que le mostraba cómo debía mover los controles o algo en particular, deleitándose con tenerlo sentado sobre sus piernas a causa del poco espacio en la cabina, notando cómo el otro se le apegaba más al ganar altura.

•   •   •

Para el joven ruso el hecho de recibir atención sin reprimendas y una tutoría entretenida era más de lo que había esperado obtener de un socio de su padre, lo maravillaba el europeo con toda su inteligencia y habilidad, además del trato amable e incluso las caricias que recibía de este. Le gustaba mucho ser elogiado a la par en que la mano enguantada del rubio acariciaba su mejilla o incluso lo sostenía de las caderas para ayudarle a bajar de la cabina, sin poder evitar que en las noches sus sueños lo transformaran en un secreto que por vergüenza debía guardar para si mismo.

Nuevamente se levantó incómodo a mitad de la oscuridad iluminada por algunas estrellas entre las nubes espesas del invierno, con aquél bulto entre sus piernas siendo apretado dolorosamente por sus pantalones de dormir, pero esta vez desesperado por estar en la habitación del de esvástica. Con quien un par de horas atrás había estado charlando interesado de oír todas sus anécdotas pilotando en la Primera Guerra Mundial, pero en algún punto se quedó dormido junto a él en un lado de la cama de la que ahora intentaba levantarse para esconderse en el baño hasta que su cuerpo se relajara de aquél sueño indecente que experimentó.

—¿Russland?.. –El carmesí tomó del brazo al otro, pensando que se estaba resbalando de la cama mientras dormía por lo que se levantó a sujetarlo mejor hasta que entre las sombras vio su rostro sonrojado por alguna razón– ¿Qué sucede?

El platinado no pudo emitir palabra observando a Dritte sobre él, dándole una vista digna de sueño además de su cabello despeinado y camisa con un par de botones abiertos, aquello no ayudó a su erección que lo obligó a remover un poco la cadera por instinto y siendo notado inmediatamente por el contrario.

—Hm... Olvidaba que eras un chico grande, ¿Te sientes bien? –La mirada soñolienta del de esmeraldas pasó a ser una más profunda y atenta, colocando su diestra sobre el estómago ajeno, bajándola lentamente hasta la línea de su entre pierna causándole un repelús—.

—Ah.. –De escapó de entre los labios eslavos, cerrando los ojos por reflejo en lo que levantaba un poco aquella área, segundos después enrojeciendo mucho más al caer en cuenta de su reacción—.

Pero la timidez solo deleitaba al más alto que volvió a acariciarlo así un par de veces más con lentitud hasta que vio una pequeña mancha ligera resaltar en los pantalones del bicolor que jadeaba.

—Me parece que sería algo cruel de mi parte no terminar de ayudarte... –Relamió sus labios acercando ambas manos para abrir y bajar la bragueta ajena hasta conseguir que la ropa interior tuviese más espacio de liberar el pene erecto del de ojos lavanda que suspiró observando hipnotizado como lo atendían—.

Y antes de que lo notara del todo ya no hubo nada abajo que lo cubriera de la lasciva mirada y las pícaras manos del socio de su padre, quién con un toque divino comenzó a masturbarlo robándole gemidos ahogados y generándole la necesidad imperiosa de apegarse más.

—Me.. me gusta... –Gimió aferrándose al brazo del alemán como si fuese un perro desesperado por su primer celo, pero simplemente no podía evitar sentirse así de bien ante el tacto—.

—Vamos Russland, córrete para mi.. –Dijo el de afilados dientes ahora besándole el cuello dejando rastros de lamidas, sentía que el jovencito bajo él estaba aún más duro y tembloroso anunciando que estaba cerca del orgasmo que seguro sería el primero para él por la manera en que estaba reaccionando—..

El rojiazul se tensó echando la cabeza hacia atrás justo antes de que sintiese una gran sensación exquisita nacer desde su bajo interior hasta acabar llenando con un ligero chorro de semen la camisa contraria.

—Perdón, yo.. yo no.. –Balbuceó Rusia agitado, pero enmudeció sorprendido cuando el carmesí se lamió la mano con una sonrisa ladina antes de estamparle un beso que apenas pudo corresponder torpemente por su poca experiencia—.

—Date la vuelta, pequeño ángel, te voy a enseñar algo mucho mejor que esto... –Siseó meloso el líder del Eje desabotonándose la camisa sucia que lanzó hacia algún lugar para poder hacer lo mismo con su pantalón dejando a la vista su duro miembro aún cubierto por la ropa interior de la que luego se desharía con gusto— Pega el pecho a la cama y levanta ese precioso trasero suave que tienes.

Como hipnotizado aún por las fuertes sensaciones de hace un momento, el platinado obedeció observándolo de soslayo con atención... Hasta que no pudo evitar soltar un gemido fuerte al sentir algo viscoso y caliente chocando contra su virgen entrada, estaba siendo lamido y besado de una manera en que no podía ni pensar con coherencia cada que la lengua ajena pasaba sobre su anillo rosa previamente húmedo por su propio placer.

—¡Ah..! –Las piernas le temblaban y un rastro de saliva se deslizaba por su comisura sin poder mantener los ojos abiertos o sus labios quietos—.

—Mira que bonito, ya estás duro otra vez.. –El germano lo sujetó de los muslos acariciándolos con sus pulgares sin detener su lengua ansiosa o la forma en que succionaba la suave carne ajena que deleitaba su perversión esa perfecta noche, lo había esperado por casi un mes y finalmente lo tenía a su merced gimiendo tímidamente por más– Creo que con esto ya estás lo suficientemente húmedo, pero.. va a tardar un rato más antes de que estés listo totalmente y... yo ya no aguanto.

Habló en tono algo ronco sentándose sobre las mantas destendidas dejando ver un formidable bulto cubierto bajo su ropa interior que parecía luchar por salir ya, aquello hizo que una expresión de sorpresa y vergüenza se manifestara en el rostro del menor que inconscientemente atraído por su perpleja curiosidad fue inclinándose poco a poco hacia este tras haberse girado.

A lo que Reich aprovechó en bajarse por si mismo la última prenda que cubría su propio cuerpo, finalmente dejando a la vista su grueso pene con las venas marcadas por la excitación y algo húmedo por esta misma tortuosa causa, el de orbes lavanda se perdió en su mente observándolo sin notar que estaba siendo demasiado obvio en la manera en que se despegaron sus labios a la par en que sus ojos vidriosos lo recorrían por completo.

—Necesito que me ayudes un poco con esto, voy a guiarte en lo que necesites... –Las manos de garras oscuras le acariciaron gentilmente el largo y despeinado cabello platinado, mientras que internamente se moría por montarlo sin tanto preámbulo—.

—..Es que, jamás he hecho.. esto antes y si, ¿Y si mis dientes te lastiman?... –Al jovencito soviético lo invadieron los nervios de la situación y la vergüenza de realmente estar pensando en qué se sentiría llevárselo a la boca siendo tan estoico como se veía—.

—Shhh mi pequeño ángel, solo tienes que relajarte y abrir bien la boca para que tus bonitos dientes no sean un problema –Le murmuró el más alto sujetándolo de las mejillas para robarle un beso de algunos segundos hasta separarse y guiarlo nuevamente hasta su entre pierna que palpitaba reclamando atención– Eso es Russland, se un buen chico y lámelo bien..

Hizo que el nombrado se acercara todo lo posible hasta la base con la lengua extendida, para luego ir haciéndolo subir usando su índice derecho para marcarle la velocidad, sintiendo que era simplemente delicioso sentir su respiración temblorosa hasta que no pudo evitar soltar un suspiro ronco cuando el contrario envalentonado decidió comenzar a llevárselo a la boca como si fuese una paleta. Así que movió la cadera para hacerlo tragar un poco más hasta oírlo toser un poco a lo que tuvo que quedarse quieto hasta que se acostumbrara ya que después de todo casi había conseguido meter la mitad y eso era considerable para un primerizo. Por suerte con el pasar de los minutos pareció acoplarse bien y marcarse un ritmo propio que generó un sugerente ruidito cada vez que tragaba babeando al tener la boca abierta, aquello lo tenía entre divertido y excitado hasta que llegó aquella incómoda sensación conocida por lo que sin pensar mucho tomó al otro de la nuca y se empujo más adentro sin avisar así corriéndose directamente en su garganta oyendo ligeramente culpable cómo tosía hasta después de que salió.

—Mierda... Ah, realmente no fue mi intención pero ya no soportaba más –El de esvástica suspiró tomando un extremo de la sábana para limpiarle la boca manchada de lo que alcanzó a escupir y le acarició la espalda—.

—Estaba.. caliente y espeso.. –Balbuceó Rusia relamiéndose un poco con disimulo, pero se sostuvo por reflejo del cuello contrario cuando el de esvástica se dejó caer entre las almohadas llevándoselo consigo para quedar acostado sobre su pecho un poco sudado y también marcado con algunas cicatrices—.

—Caliente siempre voy a estar si me miras de esa manera –Llevando sus manos hacia la cadera contraria comenzó a acariciarlo hasta llegar a sus carnosas nalgas que amasó oyendo cómo suspiraba, así que fue acercándose hasta colocar un dedo en su entrada húmeda, acariciándola en círculos con lentitud—.

—¿Vas.. a meterlo en mi?... –Sus ojos lavanda se dirigieron de soslayo a su trasero algo levantado que estaba siendo recorrido por las grandes manos del rubio, se sentía muy bien—.

—No solo un par de dedos.. –Para distraerlo comenzó a besarle los hombros en lo que metía el índice derecho con cuidado de no lastimarlo o todo se iría por la borda esa noche, estaba tan cerca de lograr lo que tanto había soñado ese mes que no se iba a permitir arruinarlo por desesperado—.

—Mgh... –Inmediatamente sintiendo al intruso en su interior sus paredes internas se contrajeron atrapándolo por un momento hasta que se acostumbrara a la momentánea incomodidad inicial que generaba—.

Con los minutos pudo ir destensándose hasta el punto de apoyarse en el pecho del de esmeraldas mientras que este seguía estimulándolo internamente, además de estar frotándose entre ambos muslos para calentar el ambiente de ambos mientras esperaban.  Aunque hubo un punto en que uno de los dos dedos que ya habían conseguido colarse tocaron aquél punto maravilloso antes desconocido para el bicolor que inmediatamente soltó un gemido arqueándose.

—Aquí está... –El fascista repitió el movimiento con más velocidad sintiendo cómo el más bajo prácticamente se deshacía entre sus brazos y su nueva erección le rozaba el estómago, eso lo hizo sujetarlo con un poco más de fuerza para que se mantuviera quieto pues faltaba muy poco para que dilatara lo necesario para recibirlo– Vamos, portate bien Russ..

—Siento... siento que se empieza a agrandar ahí atrás... Ah... me esta abriendo mucho.. ¿Y si.. y si luego no se cierra?, ¿Me voy a quedar así de abierto siempre? –Con voz temblorosa y lasciva el euroasiático soltó las palabras con rapidez en tonos diferentes por la agitación que iba en aumento—.

—Debo prepararte bien antes de entrar o va a dolerte y no vas a disfrutarlo tanto como yo, así que calma que yo seré gentil con tu precioso trasero –Su dedo anular ya iba entrando también y calculaba a lo mucho unos cinco minutos más para que estuviese totalmente listo y pudiese probarlo como tanto quería, fue una tortura tenerlo todas esas veces sentado sobre él mientras estaban en el caza tan apegados y sin la positividad de hacer nada para no asustarlo—.

—Mgh..!, siento que me abre tanto, ¿Soy.. soy muy estrecho acaso? –Jadeó Rusia frotando su rostro en el fuerte pecho del rubio, su corazón latía muy a prisa y en su interior todo era un caos apenas ahora—.

—Relájate, todo está bien... confía en mi.. ¿No te gusta cómo te toco aquí? –A la par en que hablaba su dedo de en medio rozó un par de veces la próstata ajena sintiéndolo inmediatamente dar un corto salto y un gemido ahogado por la piel de su hombro– Mmm... sí, eso pensé.. sigue levantando el trasero para mí y relájate.. buen chico... que príncipe tan obediente..

Entonces finalmente pudo retirar sus dedos humedecidos con los que lubricó su pene cuya punta apoyó en la entrada bien dilatada del platinado que a pesar de estar algo nervioso observando se relajó lo mejor que pudo sintiendo su interior expandirse más para amoldarse a lo que ahora lo estaba invadiendo, se veía tan grueso y duro que inconscientemente volvió a salivar recordado lo bien que se había sentido tenerlo en la boca hace un rato.

Reich se empujó adentro aún conservando la calma como mejor podía, esa manera de apretar que tenía el menor era jodidamente estimulante incluso si aún no comenzaba el asunto como tal. Pero se mantuvo cuerdo sujetándolo de ambas nalgas para facilitarse el ingreso entre esas puertas del cielo en la tierra, mientras tanto el ruso obedientemente mantenía su cadera quieta mordiendo una de las almohadas en las que estaba apoyado el más alto sin tener idea de cuánto faltaba para sentir el contacto con su cuerpo.

Aunque los planes del europeo se basaban más en ir moviéndose ya para que el otro no notase cuando fuera llegando más adentro con cada estocada estratégicamente profunda, entonces se dejó ir ya para que la mitad de su miembro en el interior ajeno fuese moviéndose generando fricción.

—Ahh, Mmmgh.. me gusta... –El placer y la timidez no le permitían alejarse mucho del espacio entre en cuello y el hombro izquierdo del de esvástica, pero allí se sentía perfecto y podía sentir el aroma embriagador de su colonia costosa– Me gusta mucho así, no se detenga..

—¿Así, dices?.. Más adentro.. ¿O tal vez más duro? –Ya dejando atrás su faceta de delicadeza el descendiente del Kaiser sujetó con fuerza ambos lados de la cintura del más bajo para así poder cambiar el ritmo de sus penetraciones a uno más brusco—.

—¡Ahh!, Papi, ¡Más..! –Sintiendo una corriente recorrer su espina dorsal la mente de Rusia se perdió unos momentos soltando algo que había estado recorriéndola desde el inicio, avergonzándose en demasía cuando sintió al contrario detenerse abruptamente– Yo.. yo no, perdón es que... Lo oí de unos soldados y.. y creí que podría gustarle también, lo siento...

—....Bueno, tú eres mi príncipe, así que.. yo podría ser tu Papi sin problema alguno... –Acabó por soltar una risa ronca y le buscó los labios para entretenerlo en lo que volvía a retomar la rudeza de sus sonoras embestidas al trasero ajeno– Vuelve a decirme Papi, vamos.

—Mgh, Pa..Papi, no pares.. –Algo tembloroso el de ojos lavanda se levantó como pudo para así quedar en una posición en la que montaba al de esvástica que sonrió pícaro de verlo moverse con tanta necesidad, pero simplemente ya no podía resistir la sensación aún más fuerte de llegar a ese tipo de orgasmo— Que rico, me gusta tanto..!

En la última penetración el facista lo sostuvo de la cadera haciéndose llegar más al fondo justo en el momento en que también se corría por segunda vez dejándolo con una sensación de estar lleno.

—Maldición... eso fue magnífico. –Se permitió jadear Reich acariciando en arco de la espalda del eslavo que respiraba agitado otra vez acostado en su pecho quedándose dormido, así que lo cubrió con la sábana para que el frío que se colaba no lo molestase– Si no estás muy adolorido... Me gustaría repetirlo en la mañana.

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