Lo único que podia pensar era que mi cara estaba en miles de posters de se busca, así que lo primero que hice con la mayor rapidez fue cambiar de aspecto, pero aun así no tuve el tiempo suficiente para además alcanzar mi varita cuando alguien me agarro por detrás del cabello y me hizo salir de la carpa. lo bueno es que había cambiado de rostro, lo malo es que no sabía porque pero habia cambiado a la primera persona que se me había venido a la cabeza en miedo; la chica asiática de la que me habia hecho pasar todo el tiempo que Ron y y estuvimos en Londres. Al pasar tanto tiempo como esa chica fue instantáneo usar mi metamorfomagia para cambiar a ella en esta situación.
Chillé de dolor mientras me arrastraban hacia atrás y solo alcance a ver como Hermione apuntaba a Harry a la cara con la varita y le hacia un hechizo punzante, claramente para evitar que le reconocieran su rostro ya que al contrario de mi, él no tenia metamorfomagia.
Me encontré con el feo y maloliente rostro de un hombre que me veía con una sonrisa hambrienta, como si se acabara de encontrar el ultimo postre del día. Presencie horrorizada como agarraban a mis demás amigos, Harry se veía irreconocible con la cara tensa, hinchada y abultada como si hubiera sufrido alguna virulenta reacción alérgica. Bien, ahora que estaba feo no lo podrían reconocer, sin embargo vi a Hermione de reojo a quien también arrastraban. Si el profeta tenía su foto también...
— ¡Suéltela! —gritó Ron. Y gruñí tratando de quitarme al tipo de encima, cuando vi como uno de ellos le propino un puñetazo a Ron.
— ¡No! ¡Déjenlo! ¡Déjenlo!
— A tu novio le va a pasar algo mucho peor si está en mi lista —advirtió quien hizo que me pusieran los pelos de punta, se me revolvió el estomago, podía reconocerlo, era el tipo que habia mordido a mi tio Remus, la piel blanca y peluda, el olor a sangre y podredumbre; Fenris Greyback. El hombre lobo se acercó demasiado a Hermione, olisqueándola, pasando una garra por su brazo—. Vaya muchacha tan deliciosa... Qué maravilla... Me encanta la piel tan suave...
—¡Registren la tienda! —ordenó uno de los carroñeros haciendo que me quedara estática; si encontraban mi diario, asumiendo que estos perdedores sabían leer, con mis fotos y sobre todo la ultima entrada en la que hablaba de Harry...
Discretamente baje la mirada hacia Castiel que estaba en mi bolsillo y le hice señas solo con la mirada, inmediatamente bajo por mi pierna y mimetizándose con el ambiente del bosque logro correr por el suelo hacia la carpa. Esperaba que hubiera entendido mi mensaje, estaba un 80% segura que si, tenía a Castiel desde los 8, nos entendíamos bien mutuamente, solo era cuestión que guardara mi diario y ojala mi varita.
Tiraron a Harry al suelo, boca abajo junto con Ron, Hermione me veía a mi en busca de una solución; eso significaba que a ella no se le ocurría ningún plan y yo tendría que recurrir a la fuerza bruta. Lo ideal hasta ahora era que tratáramos de convencer a los carroñeros que éramos simples campistas inocentes y sangre limpia, y si no nos dejaban ir tendría que recurrir a algún plan de ataque.
—Y ahora, veamos a quién hemos pillado —se regodeó Greyback quien se carcajeó y bromeó cuando iluminó la fea cara de mi novio—. Voy a necesitar cerveza de mantequilla para tragarme a éste... ¿Qué te ha pasado, patito feo? —Harry no contestó—. Te he hecho una pregunta —espetó Greyback, y le dio un golpe en el estómago que le hizo doblarse de dolor y me hizo apretar los labios.
— Me han picado unos insectos —masculló Harry.
— Sí, eso parece —dijo otra de ellos.
— ¿Cómo te llamas? —gruñó el hombre lobo.
—Dudley —contestó Harry.
— ¿Y tu nombre de pila?
— Vernon. Vernon Dudley.
— Busca en la lista, Scabior —ordenó Greyback, y se movió para examinar a Ron—. ¿Y tú quién eres, pelirrojo?
— Stan Shunpike.
— ¡Y un cuerno! —protestó Scabior—. Conocemos a Stan; ha hecho algún que otro trabajito para nosotros.
Scabior dio un paso hacia adelante y le propinó un puñetazo a Ron en la cara dejándole la nariz y boca ensangrentada, mis venas ardieron en rabia, bien, si me enojaba podia hacer que mi poder aumentase y con eso la huella del obscurus.
— Me llamo Bardy —balbuceó Ron haciendo una mueca de dolor—. Bardy Weasley.
— Ajá, ¿un Weasley? —se sorprendió Greyback—. Entonces, aunque no seas un sangre sucia, estás emparentado con traidores a la sangre. Bien, por último, veamos a nuestras preciosas cautivas... —Greyback le sonrió a Hermione y eso me hizo quedarme quieta por el miedo a mi amiga.
— Tranquilo, Greyback —le advirtió Scabior mientras los otros reían.
— ¿Como te llamas, linda?— el tipo que me sostenía me sonrió con sus dientes amarillentos, sentí como aunque con una mano me sostenía el brazo con la otra que estaba en mi cintura bajo demasiado al punto que sentí que iba a vomitar. Me quede callada y el solo se acercó mas a mi cara—. ¿Sabes hablar ingles?
— Lo suficiente para decirte que tu aliento apesta— gruñí entre dientes, los otros se rieron de su compañero, sin embargo al tipo se le borro la sonrisa del rostro y me dio un empujo con fuerza haciéndome caer al suelo con un gruñido, logre poner las manos en alto para no lastimarme la cara. Me puse de rodillas pero el tipo no dejo que me levantara y me agarro por detrás del cabello, tirándome la cabeza hacia atrás.
— Tu nombre. Ahora— exigió.
— Victoria... Brown— tampoco se porque me puse de apellido el de Lavander pero esto era mejor que quedarse en blanco—. Mestiza.
— ¿Que hay de ti, encanto?— Greyback le preguntó a mi amiga.
— Penélope Clearwater —contestó Hermione. Lo dijo con miedo pero sonó convincente.
— ¿Qué Estatus de Sangre tienes?
— Sangre mestiza.
— Será fácil comprobarlo —opinó Scabior—. Pero los cuatro parecen tener edad de estar todavía en Hogwarts.
— Nos hemos escapado —soltó Ron.
—¿Que se han escapado, pelirrojo? —masculló Scabior—. ¿Para qué, para ir de acampada? Y no se les ocurrió nada mejor que hacer, para reírse un poco, que utilizar el nombre del Señor Tenebroso, ¿no?
— No nos estábamos riendo —se defendió Ron—. Fue un accidente.
— ¿Un accidente, pelirrojo? — Más risas y burlas de parte de todos, al menos parece que se la estaban creyendo.
—¿Sabes a quiénes les gustaba utilizar el nombre del Señor Tenebroso, Weasley? —gruñó Greyback—. A los de la Orden del Fénix. ¿Te suena de algo?
— No.
Me tiro mas el cabello.
— ¿Y tu?
— Eso suena como el nombre de un buen bar.— respondí haciéndome la tonta.
— Pues bien, como no le muestran el respeto debido al Señor Tenebroso, hemos prohibido pronunciar su nombre, y de esa forma hemos descubierto a algunos miembros de la Orden. Bien, ya veremos. ¡Atenlos con los otros dos prisioneros!
Por fin levante la mirada notando que en efecto habían dos prisioneros, uno era un chico moreno y esbelto y una forma humanoide tan baja tenia que ser un duende. Lo reconocí a pesar de que tenia la cara llena de moretones y uno que otro corte, era mi falso primer novio, mi amigo artista; Dean Thomas. Por su cara él sabia que éramos nosotros cuatro, aunque al parecer no estaba muy seguro sobre Harry, sin embargo estaba actuando bastante bien pretendiendo que no nos conocía.
— ¿Alguien conserva su varita?
— No —respondimos todos a la vez.
— Ha sido culpa mía. He pronunciado el nombre. Lo siento...
— Eh, ¿eres Harry?
Harry que apenas podía ver entre los ojos hinchados, exclamó con sorpresa:
— ¡No me digas que eres Dean!
— ¡Hola, amigo! ¡Si descubren a quién han atrapado...! Son Carroñeros y sólo buscan a alumnos que han escapado del colegio para cobrar la recompensa.
— No está nada mal el botín, para una sola noche, ¿eh? —iba diciendo Greyback—. Un sangre sucia, un duende fugitivo y cuatro alumnitos de escuela. ¿Has buscado ya sus nombres en la lista, Scabior?
— Sí. Aquí no aparece ningún Vernon Dudley.
— Interesante —dijo el hombre lobo—. Muy interesante.
Y se agachó al lado de Harry, que aunque tenía los parpados hinchados, pronto se iría el hechizo punzante, es mas hasta se le estaba arreglando la nariz, era sutil pero estaba pasando, solo una persona que le habia comido la cara como yo varias veces, podría notarlo.
— ¿Ahora los podemos atacar?— Morgana preguntó impaciente a mi lado pero yo solo negué con la cabeza, era mejor irnos de aquí sin armar mucho lio.
— Así que no te buscan, ¿eh, Vernon? ¿O figuras en esa lista con otro nombre? ¿En qué casa de Hogwarts estabas?
— En Slytherin —contestó Harry sin vacilar.
— Qué curioso. Todos creen que eso es lo que queremos oír —se burló Scabior desde la oscuridad—. Pero nadie es capaz de decirnos dónde está la sala común.
— Se halla en las mazmorras y se entra por la pared —dijo Harry, con las veces que habia ido yo también la podía decir de memoria, o tal vez no, varias veces estuve muy borracha para recordar después como accedía y como salía—. Está llena de cráneos y cosas así, y como queda debajo del lago, la luz tiene un tono verdoso.
Hubo un súbito silencio y me sentí orgullosa de su rápido pensar.
— Vaya, vaya, parece que esta vez hemos capturado a un verdadero Slytherin —dijo Scabior al fin—. Bien hecho, Vernon, porque no hay muchos sangre sucia en esa casa. ¿Quién es tu padre?
— Trabaja en el ministerio —mintió Harry, al menos sabía mentir bien, añadió—. En el Departamento de Accidentes y Catástrofes en el Mundo de la Magia.
— ¿Sabes qué, Greyback? —murmuró Scabior—. Me parece que es verdad que ahí trabaja un tal Dudley.
Por un momento quise sonreír, podríamos salir ilesos...bueno como podíamos sin tener que pelear? Aunque... no lo veía muy posible porque de ninguna manera iba a dejar que los carroñeros se llevaran a Dean y nosotros quedáramos impunes como si nada.
— Vaya, vaya —dijo el hombre lobo.
Trate de utilizar mi legeremancia tratando de ser sutil, pero era obvio, Greyback no tenía ni idea sobre la oclumancia y fue fácil seguir la linea de sus pensamientos; estaba preguntándose si sería verdad que había atrapado al hijo de un funcionario del ministerio.
— Si nos estás diciendo la verdad, patito feo, no te importará que te llevemos al ministerio, ¿verdad? Espero que tu padre nos recompense por haberte recogido.
— Pero si usted nos deja... —balbuceó Harry con la boca seca.
— ¡Eh! —gritó alguien dentro de la tienda—. ¡Mira esto, Greyback!
Una oscura silueta se acercó rápidamente hacia nosotros y maldije de tal manera que a mi abuela Tina le hubiera dado un infarto, el irreconocible destello plateado a la luz de las varitas de la espada de Gryffindor. Con ellos también volvía castiel que iba hacia nosotros y le hice señas hacía mis ataduras.
— ¡Muuuuy bonita! —dijo Greyback con admiración, y la tomo de las manos de su compañero—. Ya lo creo, bonita de verdad. Parece obra de duendes. ¿De dónde sacaron esto?
— Es de mi padre —continuó mintiendo Harry, y yo recé a cualquier ser que me oyese que Greyback no pudiera leer la inscripción de la espada, solo sería peor—. La tomamos prestada para cortar leña.
— ¡Un momento, Greyback! —exclamó Scabior—. ¡Mira qué dice aquí, en El Profeta!
Sintiendo el dolor de alguien por mi legeramancia, inmediatamente vi a Harry, siendo que era muy fácil adentrarse en su mente, de inmediato note que su cicatriz le ardía, debía estar escuchando los pensamientos de Voldemort. Me devolví a la realidad, de ninguna manera quería yo participar en esa conexión, ahora debía concentrarme en hacernos salir de aquí.
— «Hermione Granger —iba leyendo—, la sangre sucia que según todos los indicios viaja con Harry Potter.»
Hubo un momento de silencio en que realmente sentí las rodillas débiles pero aprete los puños, yo era mas poderosa que todos estos sucios carroñeros juntos, ahora podia incluso lanzar la maldición asesina para que no hablaran sobre nuestro ultimo paradero. Aunque no tendría apoyo siendo que ninguno de mis amigos podia pelear sin varita. Tendría que atacar primero al hombre que las tenía. Greyback se agachó frente a Hermione.
— ¿Sabes qué, muchachita? La chica de esta fotografía se parece mucho a ti.
— ¡No soy yo! ¡No lo soy! —El aterrado chillido de Hermione equivalió a una confesión.
— «... que según todos los indicios viaja con Harry Potter» —repitió Greyback con calma.— Bueno, esto cambia las cosas, ¿no?
Todos callaron. Greyback se enderezó, dio un par de pasos hacia Harry, volvió a agacharse y examinó minuciosamente sus deformes facciones. Cas ya estaba a punto de quitarme mis ataduras.
— ¿Qué tienes en la frente, Vernon? —preguntó en voz baja, y presionó con un mugriento dedo la tensa cicatriz que me hizo pensar en que hacer primero para atacar. Eran por lo menos 10 y todos tenían varitas, solo era yo y al momento que amenazaran con matar a uno de mis amigos, era el fin.
— ¡No me toques! —gritó Harry.
— Creía que llevabas gafas, Potter —dijo Greyback.
— ¡Las he encontrado! —alardeó un Carroñero que estaba un poco más lejos—. Había unas gafas en la tienda, Greyback. Espera...
Y unos segundos más tarde se las colocaron a Harry. Los Carroñeros se acercaron y lo observaron atentamente.
— ¡Es él! —bramó Greyback—. ¡Hemos atrapado a Potter!
Atónitos y sin dar crédito a lo que habían logrado, los miembros de la banda retrocedieron unos pasos. Castiel logro quitarme las ataduras e inmediatamente di un paso hacia adelante atrayendo la atención de los carroñeros, alze una mano.
— Aléjense de él.
Sin embargo a pesar de mi voz amenazante, todos se largaron a reír, eso le dolió un poco a mi ego.
— No tienes tu varita, lindura.— Scabior apuntó.
Sonreí de lado.
— No necesito una.
Me agache poniendo mis manos en la tierra, las raíces de la tierra salieron hacia arriba enrollándose en varios de los cuerpos de los carroñeros y golpeándolos hacia abajo. Esperaba que Castiel estuviera tratando de quitarles Tuve que correr cuando uno apunto con su varita y me lanzo el hechizo asesino, me escondí detrás de un tronco y murmure un hechizo en gaelico, el que sostenía las varitas fue lanzado hacia atrás por un bola luminosa y cayó a varios metros de distancia, las varitas volando hacia el medio de nosotros. Solo tenía que ir por ellas...
— ¡Corran!— grite a mis amigos, no sabia si Cas los habia liberado o no, pero de no ser así eran mas un estorbo para mi.
— ¡Que esperan!— se escuchó a Greyback—. ¡Sigan atacando! ¡Que alguien la agarre!
Me agarré a cada poder que tenia, incluyendo la huella del obscurus, me concentre en los arboles a mi alrededor, los troncos, la manera en que las ramas se movían por el viento y alze mis manos, saliendo de mi escondite.
Greybacck se habia ido hacia mi sigilosamente y tirado a morderme, y por un segundo sentí miedo de que me hubiera rozado, pero las ramas de los arboles lograron detenerlo y lo golpearon, lanzándolo lejos de mi. Inmediatamente me puse a correr esquivando los hechizos y maldiciones que me lanzaban. Me tropecé con una rama que sobresalía del suelo y rodé por la tierra pero aun así llegue hacia la varitas, solo logre tomar una, lastimosamente no la mía (creo que era la de Hermione).
Por los pelos evite una maldición, y apunte al primer carroñero que vi, era el que me habia tocado indebidamente.
— Avada Kedavra!— el hechizo le dio en el pecho, su boca se formo en uan perfecta O, quedo paralizado y luego cayo al suelo como un saco de patatas.
La mayoría de los carroñeros estaba tratando de luchar contra las fuertes raíces que los mantenían cautivos, viendo esto, me di la vuelta hacia mis amigos que aun seguían atados, e iba ir a liberarlos cuando me olvide que habia un carroñero que andaba libre;
— ¡Crucio!
Un agonizante dolo se extendió desde la punta de mis pies hacia mi cabeza, chille, cayendo al suelo y retorciéndome de dolor, trate de mantener mi forma. Me cubrí la cara por si acaso, pero hice mi mejor esfuerzo en no revelar mi verdadera identidad mientras daba sacudidas como si estuviera convulsionando.
— ¡Crucio!
Hice mis manos puños y aprete mis ojos con fuerza, el dolor era como ser quemado vivo, y mucho mas grande que cualquier jaqueca de estar con resaca. Trate de evitar el dolor y solo concentrarme en mantener las facciones y el cabello, si veían que me transformaba a rubia estaba acabada. Aun con boca abajo en la tierra, senti como los carroñeros iban hacia mi y se arremolinaban a mi alrededor.
— Nunca habia visto esa magia en mi vida.— opino Scabior sorprendido.
— ¡Ha matado a Ruthier!— uno exclamó
— Es magia vieja y obscura...— opino Greyback— ....y donde esta Potter esta Scamander, la metamorfomaga. ¡Tenemos premio doble muchachos!
Eso fue lo ultimo que oí antes de sentir un agudo dolor en mi cabeza y cayera completamente inconsciente. Es mas, estaba tan cansada y exhausta de haber ocupado esa clase de poder que ni siquiera estuve en mi mente con Morgana simplemente me desplome en un abismo oscuro de puro silencio. Solo esperaba que de verdad mis amigos se hubieran ido por que el menos ellos tendrían una oportunidad de rescatarme.
[...]
Cuando volví un poco de mi inconciencia podia escuchar cosas como "Malfoy" "Ministerio" "Black" y "Señor Tenebroso", ninguna de esas palabras me inspiraba confianza. Trate de abrir los ojos apenas con cansancio, logre ver una verja de hierro forjado que daba entrada a lo que parecía un largo camino. Uno de los Carroñeros se aproximó a la verja y la sacudió.
—¿Cómo entramos ahora? La verja está cerrada, Greyback, no puedo... ¡Maldita sea!
Apartó las manos con rapidez, asustado, pues el hierro empezó a contorsionarse y retorcerse, y sus intrincadas curvas y espirales compusieron un rostro horrendo que habló con una voz resonante y metálica:
— ¡Manifiesta tus intenciones!
— ¡Tenemos a Potter! —gritó Greyback, triunfante—. ¡Hemos capturado a Harry Potter y Laila Scamander!
La verja se abrio.
Ufff siguiente cap la reunion de draco y laila despues de los eventos del otro libro