Ms. Lullaby

By TheWolfDreams22

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A todos los furrys seguramente se les pasó por la cabeza la idea de algún día convertirse en sus fursonas per... More

Introducción.
Cambios.
Papeleo(?
Removiendo especies.
Despedida y viaje.
Inquilina con pelaje.
No una loba cualquiera (parte 1).
No una loba cualquiera (parte 2).
Nuevo trabajo.
Nuevo colegio.
Alas fénix.
El inspector de viviendas.
Aprende a volar.
Gótica con corazón.
Valentía para la ardilla.
Cambio de carrera.
Cita con Ghart.
Peligro de Vore.
El verdadero enemigo.
El camino a la fama.
Richi viene a Estados Unidos.
Psicológicamente diferente.
Salvajismo.
¿Apocalipsis Furry?.
Paz para las fiestas decembrinas.
La cura es el regalo de Navidad.
Funavidad.
No al sedentarismo.
A Florida.
Convención Furry.
La expo de héroes con pelaje.
Mi primera cita.
La banda del bar.
La nueva alumna de intercambio.
Revolución.
Política Furry.
Respuesta a la guerra.
Una gran oportunidad.
Estoy de vuelta.
Nuevo trabajo (¡¿Cómo?! ¿Otra vez?).
Los Were-Furries.
Se acabó.
Una vez más...
Con-furor...
De vuelta a la escuela.
Audiciones
Mi primer papel protagónico... mi primer papel de lo que sea.
Gimnasia, masajes, y dolor.
¿Vida de rico?

El primer día siempre es complicado.

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By TheWolfDreams22

Todos saben que la primera vez con muchas situaciones puede resultar aterrador, incómodo y hasta vergonzoso, y esta no fue la excepción. Durante el primer día de clases pude evitar marcarlo como uno de los peores días de mi vida ya que me mantuve discreta, sin embargo ¿Cómo puedes actuar con discreción comprando ropa de gimnasio?

Me paseé por los pasillos buscando el área femenina, y la primera vergüenza cayó cuando unos leggins llamaron mi atención, fui al probador... y no me quedaron.

Me devolví para buscar la talla más grande, y aun con ello seguían sin entrar en mis piernas, lo que resultó en un rubor en mis mejillas al pensar "No soy tan grande... ¿o si?" aunque de todas maneras me iba a ser necesaria una vestimenta para mi torso inferior, me decidí por unos shorts deportivos negros con líneas rojas tipo neon en los costados.

Lo siguiente fue el sujetador, que ya usaba algunos similares, pero como ya los clasificaba como parte de "mi ropa interior" quería usar algo que cubriera al menos parte de mi abdomen, y para mi suerte los encontré, pero de alguna forma me sentí extraña al pensar que debía ponérmelo en los vestidores femeninos del gimnasio, y que el sujetador que traía puesto no podría ponérmelo encima del nuevo.

Tome aire y traté de pensar en otra cosa comprando una banda elástica para mi frente y una bolsa de ligas para sujetarme el cabello, haciendo la compra y casi quedándome sin dinero en la cartera.

-Necesito sacar más de mi colchón- pensé en voz alta guardando mi cartera en mi bolsillo trasero, entrando de nuevo al gimnasio, los gorditos de las caminadoras giraron a verme con ligero odio, mientras yo pasaba enfrente suyo con las manos ligeramente alzadas como si quisiera decir "Ahora no traigo comida, lo siento lo siento mucho" dirigiéndome a la puerta que daba a los vestidores, donde apenas crucé la entrada me volví a estrellar con el abdomen de esa leona, retrocediendo.

-Muy bien, si estás lista yo seré tu entrenadora- dijo notando que llevaba la bolsa con lo que compré.

-Eh, sí pero, necesito cambiarme y...-

-Los casilleros con la llave en el cerrojo están desocupados, elige uno y cambiate- me dijo apresuradamente dirigiéndose a las pesas.

De verdad, no podía sentirme más pequeña en ese momento, cuando aquella leona agregó una oración más:

-Asegúrate de traer una mochila para guardar tus cosas la próxima vez-

Entré a los vestidores, que consistían en varios pasillos de lockers con asientos... y ya, casi nada de privacidad, entonces como plan mañoso me fui hasta las más alejadas, para cambiarme sin que nadie me viera, pero fue una suerte muy pésima encontrar a más personas en la última fila.

No me sorprendí de estuviera así de lleno, pues justo detrás estaban las duchas, me sorprendí de que creyera que era una buena idea de todas maneras, algunas chicas (tanto furries como humanas) giraron a verme, y su expresión fue clara, sabían que estaban frente a una novata.

-Quiznak...- murmuré, quedándome parada frente a ellas por cinco largos segundos, en los que di pequeños saltitos de incomodidad en donde estaba parada.

-Hay un locker libre acá atrás- dijo una gacela señalando el locker detrás suyo.

-Ah... s-si...- murmuré sin más opción que acercarme y tomar un lugar, tomando la llave y abriendo aquel casillero, me quité la sudadera... giré a verlas, me quité los pantalones, giré a verlas... me sujeté el cabello... giré a verlas... y en las tres ocasiones estaban mirándome.

-Ay... mamá ya no quiero ser fit- murmuré sintiendo mis labios tiritar como si sintiera frío.

-Déjame ayudarte- escuché una voz femenina (pero profunda) de una osa que básicamente lo que hizo fue ponerse en medio de la vista de las demás chicas dándome la espalda.

-La novata necesita privacidad...- dijo.

-Uy, disculpa no sabíamos- dijo una chica riendo.

-Las nuevas parecen ustedes- respondió la osa, haciendo que algunas varias rieran amenamente.

En ese momento aproveché para ponerme el short (que por suerte iba encima de mi ropa interior) y luego intercambiar el sujetador, tratando de calmarme con respiraciones profundas.

-¿Terminaste?- preguntó la osa.

-Sí... muchas gra- asentí dispuesta a estrechar su mano como agradecimiento cuando noté que se trataba de otra futanari, y eso no habría sido problema de no ser porque al momento en el que ella dejó de darme la espalda aquel bulto se rozó con mi mano levantada a la altura de mi ombligo... en serio, ¡¿Cómo hay furrys tan masivamente grandes?! ¡¡y ni siquiera fue un rozón, fueron como dos palmaditas!!

-Un gusto, puedes llamarme Lety- dijo la futanari ursina dando un paso atrás y estrechando mi mano ignorando lo que ocurrió para suerte mía.

-Moon... Lullaby- respondí cubriendo la mitad de mi cara con mi cabello haciendo como que lo estaba oliendo.

-Oye... eres la chica que peleó contra salvajes ¿no?- preguntó la gacela de antes.

-Emmm... sí...- respondí.

-¿Y por qué entraste al gimnasio?- preguntó después.

-Ya eres muy fuerte, ¿Sabes que tu complexión no cambiará por más ejercicio que hagas no?- preguntó Lety.

En ese momento la idea de mantener oculto el origen de mi fuerza pareció estupido, pues si les decía que no era tan fuerte no me creerían por los videos que rondaban por internet, y si no decía nada y me iba directo a las pesas sin mis alas verían como me rompía la nariz tratando de cargar veinte kilos nada más...

-Pues, una, por condición física, todo lo que hice en el centro de vacunación fue gracias a una gran cantidad de adrenalina almacenada, y segundo, porque esa superfuerza proviene de mis alas fénix, con las alas ocultas soy tan débil como... como siempre de hecho-

-Entiendo... pues bienvenida- respondió la Gacela, -Me llamo Michelle-

Las demás chicas se fueron, algunas a entrenar, otras ya estaban cambiándose para irse y otras iban a las duchas, entonces hasta el momento sólo pude conocer a la ursina y a la gacela.

-Es un placer- dije estrechando su mano también.

Michelle y Lety estuvieron a punto de hacerme conversación, cuando en eso mi leona entrenadora tosió llamando nuestra atención, notándola recargada en una columna con un brazo sobre el primer casillero de la fila, el cual rechinaba amenazando con abollarse.

-Oh, bueno, hablamos luego- dijo Michelle.

-Lo mismo digo, nos vemos Moon- dijo Lety, y aunque se despidieron se quedaron en las bancas... esperando a que me fuera.

Nuevamente tomando aire me fui con la leona, que realmente no me había hecho nada, pero sin embargo liberaba un aura de autoridad, por lo que no le dirigí palabra alguna, sólo obedecí sus órdenes hasta que ella comenzara una conversación.

-Bien, empieza ligero, 20 minutos en la caminadora- dijo configurándola a su gusto y haciéndome subir en ella.

Había visto algunos videos de accidentes en la caminadora, así que subí con miedo, en pocas palabras di un saltito antes de agitar las patas tratando de adaptarme a la velocidad de la caminadora, que era lo suficientemente lenta como para que yo pareciera que caminaba ligeramente apresurada.

Caminar no era un problema para mí, tras veinte minutos yo aún ni sudaba, y lista para bajarme vi como la leona se acercó a configurar la máquina de nuevo, poniendo la velocidad de la máquina más rápida.

-Otros 20 minutos trotando- dijo antes de volver a irse.

-Ah, s-si- respondí comenzando a trotar, no sin antes tambalearme un poco por el repentino cambio de velocidad.

Ahí ocurrió el primer problema, pues luego de casi 10 minutos comencé a sudar, y para cuando terminaron los 20 minutos ya estaba jadeando.

-Ahora vamos a estirar- dijo apagando la caminadora y permitiéndome bajar, los estiramientos comenzaron como lo podrían ser las clases de educación física convencionales, luego se pusieron algo raras.

-Ahora, con las palmas de tus manos quiero que toques las puntas de tus pies-

Juro que lo intenté, pero al agacharme mis dedos podían tocar mis dedos, más mis palmas nunca pudieron.

-Oh vamos, cuando estaba en modo salvaje entrenada esto no era gran cosa- me quejé pensando en voz alta.

-No te preocupes- dijo la leona, -Es normal que al principio no puedas- añadió permitiendome levantarme.

Entonces me enseñó como era el ejercicio, acomodando las palmas de sus manos no sobre sus pies, sino sobre el suelo, con los pies juntos y las rodillas sin flexionar, yo me quedé boquiabierta mirando el espectáculo antes de que se levantara, sin siquiera tropezarse, tambalearse, irse de lado, romperse el hocico, algo.

-Con un arduo entrenamiento tu también podrás- dijo después.

-No te preocupes... estemmm...- titubee sin saber como llamarla.

-Leona...- respondió.

-Ah... emmm... Leona, no te preocupes, yo entrené el cerebro- y con esa respuesta levanté mi pata a la altura de mi rodilla y la toqué con la mano, a lo que ella me vió con una mueca de confusión... no entendió que fue chiste, era como un Drax pero versión furry leona femenina.

Esa broma que no hizo reír a nadie más que a mí internamente fue el único desfogue que tuve en toda la sesión, pues fueron las dos horas más largas de toda mi vida, haciendo plancha, desplantes, sentadillas, abdominales, lagartijas, y otros movimientos más de los que olvidé su nombre.

Eso fue durante la primera hora, una vez terminamos por cada 10 palabras que decía 11 eran jadeos, y casi me desplomé en el momento que Leona dijo:

-Muy bien, ahora si vamos a empezar-

¡¿Cómo que todavía no empezábamos?! me pregunté mentalmente levantándome del suelo donde estaba de rodillas, Leona me enseñó a usar algunas máquinas, pero la verdad no le presté mucha atención, pues me dijo que como era mi primer día me dejaría ir más temprano, notando que del 100% de las personas presentes 65% al menos eran furries, y de ese porcentaje una cuarta parte eran Baras o mamados a lo Ghart, y del resto la mitad eran femboys y la otra mitad eran futanaris.

Finalmente me dejó ir y corrí a mi casillero por mis cosas, pero en eso noté que algunas me miraron esperando algo de mí, y entonces mi cara volvió a esa tonalidad roja... debía entrar a las duchas.

Debo aceptar que no fue tan malo, cada regadera estaba separada por paredes de cristal opaco que al menos a mi me llegaba a la altura de los hombros, y la regadera como tal quedaba perfectamente a la altura de mis orejas, por lo que me sentí con suerte en comparación con la Leona o Lety, el tema de la vergüenza regresó en el momento que me dí cuenta de que no tenía toalla, y secarme no iba a ser el problema (honestamente podía sacudirme y ya), aparte del hecho de cuándo me esponjaba no podría salir de la regadera para vestirme, entonces lo que hice fue acomodar mi ropa doblada dentro de la regadera en una plataforma donde debería estar mi jabón y shampoo, los cuales tampoco traje.

-Okey okey, mañana traigo las cosas, de todas maneras, solo ocupo llegar a casa después de esto, puedo llegar a bañarme cómodamente allá- me decía para consolarme.

Encima de mi cambio de ropa puse la ropa con la que había entrenado momentos antes, por si esta se mojaba que no se mojara mi cambio de ropa, al menos no mucho.

Me remojé el pelaje, me sacudí, me esponjé, me vestí como pude y esperé un poco a que pudiera ver, intentando peinarme con mis garras.

Todo ese proceso duró un poco más de una hora, por lo que al regresar a casa estaba anocheciendo, aun con pelaje y todo, aún con el calor del entrenamiento, el pelaje mojado más la nieve y el viento de afuera se sintieron por completo, regresando a casa con bastante frío.

-Tardaste demasiado, ¿Qué pasó? ¿no ibas solo a suscribirte? ¿O Polarys te invitó a una cita?- preguntó Grace al verme llegar.

-Grace, te juro que te contaré cuánto me duelen los huesos y cuántos bultos de varios tipos vi en unas cuantas horas, pero antes quisiera darme un baño y tirarme en el sofá- dije entre quejidos como un cachorro... o un niño mimado.

Me bañé como se debía, con agua más caliente porque venía del frío de afuera, con jabón y todo, abracé mi cepillo como si fuera un amigo olvidado con el que me volví a cruzar, que de cierta forma sí fue, subí a mi dormitorio e hice una lista de cosas que necesitaba en el gimnasio y finalmente bajé a la sala dejándome caer en el sofá como un perro viejo, y no faltó Josh y Marjorie que vinieron a sentarse también, y Grace, sentándose en un sillón individual me preguntó como me fue, a lo que procedí a contarle lo agotador, vergonzoso y agobiante que había sido el primer día.

-Pues... fue una mala elección entonces- dijo al final.

-¿Por qué lo dices? ¿Qué no todos los gimnasios son más o menos similares?-

-Osea sí, pero... el señor Baldwin pudo haberte dado un entrenamiento más completo por el menor precio-

-Ay Grace... es muy tarde para decirme eso, acabo de pagar un mes pensando que sólo iba a pagar alguna clase de introducción...- me quejé hundiendo mi cara en la almohada.

-No me preguntaste, pensé que lo sabías...-

-No tenía idea...- dije floja con la cara hundida todavía en la almohada.

-De hecho, ¿Que no te dijeron ellos? Creo que Karla y ese conejito iban a entrar también-

-Ay ya no quiero escuchar más...- me terminé de quejar, a lo que Grace entonces decidió cambiarme el tema.

La velada en casa terminó bien, con una película tras la cena, y esta vez Grace hizo el favor de llevar a los niños a la cama ella misma, dejándome ir a dormir primero, todo parecía estar mejor, ahora que lo pensaba esto era normal, el primer día duele, y si no duele no sirve, me iba a acostumbrar, pero para ello era necesario que no desistiera, que continuara yendo todos los días, hasta que le agarrara gusto, esos fueron mis pensamientos antes de quedarme dormido...

Al día siguiente toda esa mentalidad cambió.

-¡AAAAAHHHHHHH!- me quejé acostada en mi cama, con las cobijas encima, sin poder mover ni un músculo, las cobijas encima mío parecían pesar como una docena de yunques, y en todo momento recordaba la cara de Leona casi presumiendome su cuerpo.

El primer día duele si no sabes lo que es dolor, porque al segundo día en la mañana levantarte es un infierno, dar un paso es un infierno, no puedes ni agarrar un vaso sin que te tiemble la mano, no me iba a acostumbrar al dolor, el primer día, el segundo y el tercero y todos los que siguieran iban a doler, ese día no fui al gimnasio, animándome a ir al siguiente.

-Mimimimimi, quin il timpi ti iquistimbris- me quejaba con los brazos pegados a los costados y agitando las manos como un T-Rex haciendo reír a Josh y a Marjorie.

Durante el día "libre" que yo misma me otorgué tuve que desplegar mis alas para ayudar con algunos quehaceres en la casa antes de sentarnos en la alfombra de la sala para ver una serie, jugar juegos de mesa y comer helado, me llegué a preguntar qué diría Vanessa, o Barry si los invitaba al gimnasio, a lo que me reí más con la respuesta que imaginaba de Barry.

"Niña, parece que no sabes cuál es mi némesis en esta vida" pasaba por mi mente.

Sin embargo durante un momento de "bajón de azúcar sentimental" por así decirlo me di cuenta de que muchas veces me dije que a mi parecer todos los cuerpos son hermosos, mientras se mantengan en un área... saludable, pero para eso era necesario tener una dieta balanceada y realizar alguna actividad física, y digamos que la comida variada ya la tenía desde que era pequeño, pero la actividad física desapareció después del cuarto semestre de preparatoria, y de cierta forma regresó con mis actividades contra los antifurros y mi vuelo constante, pero no era suficiente, repasando lo que hice ese día pues fue... comer y estar sentada, y pues claramente no me hizo sentir muy bien...

-Okey... mañana sí... mañana sí...- me dije determinada, motivada e inspirada... pero... al día siguiente... pues... XD

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