ONE SHOTS /Country Humans/

By Darkdreams0099

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Njhfbjkjfdsn esta es una portada temporal, ya saben que soy una artista seria. xd More

Pues antes de leer o no sé.
USA/América x Weimar Republik ⚣
USA/América x Weimar Republik ⚣ Prt. 2
Perdí una apuesta, ptm. 卐☭ Nazunist ⚣
Usa/América x Weimar Republik ⚣
Dritte Reich x Finland/Suomi ⚣
Usa/América x Weimar Republik ⚣
German Empire/Kaiser x United Kingdom ⚣ (Largo)
United Kingdom x Perú ⚣
卐☭ Nazunist ⚣
卐☭ Nazunist ⚣ (3)
Dritte Reich x Rusia ⚣
卐☭ Nazunist ⚣
卐☭ Nazunist ⚣ [2]
卐☭ Nazunist ⚣ [3]
卐☭ Nazunist ⚣ Omegaverse.
卐☭ Nazunist ⚣ Omegaverse. Alter.
¡Dinámica Navideña!
卐☭ Nazunist ⚣ [Dinámica]
🔞 Das Feurige Rot AU Nazunist
🔞 Das Feurige Rot AU PolGer
🔞 Das Feurige Rot AU RusAme.
🔞Una moneda de Dos Hermanos.🏴
Nominación. (?)
卐☭ Nazunist ⚣ AU Mprg.
卐☭ Nazunist ⚤ 🔞
A V I S O

卐☭ Nazunist ⚣ (2)

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By Darkdreams0099

Advertencia: Traumas psicológicos, depresión pos parto, situación de riesgo infantil.
 

—¡ARGH, ME DUELE, SÁCALA, ME DUELE! –Los alaridos del menor se oían por todo el terreno, apenas hace quince minutos había comenzado trabajo de parto ya con nueve meses cumplidos y el dolor que sentía lo obligaba a recordar aquella agónica tortura de tres meses seguidos que pasó a manos del estadounidense en esa celda fría—.

—Respira, tienes que respirar al ritmo que te dije y relajarte, sé que duele pero tienes que ser fuerte, recuerda que eres el mejor soldado que ha tenido tu territorio –URSS prácticamente corría recolectando todo lo que había preparado ese último mes tras leer varios libros, debido a su distancia del pueblo más cercano y la identidad del germano, no podía simplemente conseguir a una enfermera que ayudase– Ya falta poco, solo tengo que colocar un par de cosas más, respira.

—¡Me duele, por favor!.. por favor ya no quiero... –Las gruesas lágrimas caían por sus mejillas rojas por el esfuerzo, el dolor era tan grande que sentía su fuerza flaquear hasta quedar inconsciente sobre las mantas acomodadas en el suelo de la sala para mayor espacio—.

—¡Reich! –Ya en pánico el ruso intentó despertarlo pero el más bajo simplemente no respondía, además de ver sangre salir de entre sus piernas así que tuvo que tomar la decisión más importante y peligrosa en ese momento, sus grandes manos no temblaron más y tomó el bisturí del botiquín—.

Limpió con un gran pedazo de algodón humedecido de alcohol yodado el vientre del de esmeraldas y una vez libre de cualquier cosa hizo el corte en un suspiro, pasando así capa por capa necesaria hasta ver un
pequeño piecito amarillo a lo que con cuidado metió ambas manos entre la sangre para sacarlo, sin mucho mirarle le dejó a un lado entre una manta polar y se dedicó a limpiar lo necesario antes de comenzar a suturar con prisa cada capa cortada para así evitar una hemorragia. Le tomó cerca de una hora terminar todo de manera impecable, solo volviendo en si cuando un movimiento en el rabillo de su ojo le indicó que algo se movía, entonces recordó la presencia del neonato y giró a mirarlo con preocupación de que no hubiese hecho ruidos en todo ese rato, pero simplemente lo encontró dormido y moviendo un poco su pequeña manito de dedos regordetes entre sueños.

Así que le tomó en brazos para comenzar a limpiar con agua ahora tibia su cabello de un precioso dorado, su piel tricolor muy germana y su.... Al parecer si se trataba realmente de una damita.

Soltó una pequeña risa suave y tuvo una fugaz idea de que tendría definitivamente el carácter del europeo cuyo color volvía lentamente al igual que su sangre que se regeneraba según sus ya limitadas capacidades por la pérdida de su territorio un año atrás.

La niña aún no abría los ojos pero a simple vista se le notaba ansiosa por lo que le preparó un biberón con leche suave en lo que se sentaban en el sofá esperando a que el de esvástica se recuperara. Esto ciertamente tardó tres días enteros en los que se observaban mejorías así que le dejó su tiempo al ex facista para sanarse de todo, mientras tanto ambos Se conocieron un poco más.

Llegando con eso a un gran problema seguro para el desafortunado padre, la niña tenía ojos de un azul desagradablemente conocido.

El escarlata sabía que una inocente criatura no tenía culpa de nada, pero siendo el otro tan reactivo podría reaccionar con pánico al ver sus brillosos ojitos, aún así se iba a encargar se seguir cuidándola hasta que ya no fuese necesario.

—¿Sow...jet? –La voz rasposa y lenta de Dritte se oyó en tono bajo desde su habitación, a la que había sido trasladado el segundo día para que estuviese cómodo y abrigado—.

—Reich, ¿Cómo estás, te duele algo? –El de hoz y martillo salió de su oficina para llegar a la habitación con la pequeña arropada en brazos—.

—....No quiero hablar de eso, yo.. tengo hambre –Cuando su vista reparó en el bultito de manta blanca sintió algo de curiosidad en medio de su cansancio por lo que quiso estirarse un poco para verle el rostro– ¿Esa es la ni... ¡NO, aléjala de mi!

Esos ojos.

El carmesí se tomó con fuerza la cabeza, inmerso en múltiples susurros que solo pasaban por su cabeza, repitiendo todas las cosas horribles que había oído en su confinamiento y causándole migraña con cada fría mirada psicópata que le dio el de franjas rojas mientras lo destruía tan lentamente.

Ante el violento ruido la tricolor comenzó a llorar del miedo, el eslavo tenía a ambos como prioridad, pero en ese momento sólo pudo aferrarse al pequeño cuerpito y alejarla de allí, meciéndola rítmicamente para que se distrajera.

•   •   •

En más dos años el de esmeraldas no pudo mirar a su hija, únicamente recolectó la leche de su pecho en una jarra diariamente para aplacar el dolor en esa zona y porque URSS se lo pidió hasta el punto de suplica. Aún así ambos dormían juntos en la habitación teniendo del otro lado de esta a la pequeña cuna siempre cubierta por una manta para evitar verse.

Sin embargo con el paso del tiempo esta fue reubicada a la oficina, haciéndose en espacio en esta con una  cama baja similar a una caja amplia de madera y muchas mandas además de un par de peluches hechos a mano con tela. El de parche amaba a esa niña y la protegería de todo, se lo había dejado muy en claro a sus hijos cuando vinieron a saber cómo estaba tiempo atrás, frunció mucho el ceño cuando le propusieron entregarla a Suiza para que se encargara de ella. Pero no iba a soltar tan fácilmente a su solecito, su pequeña Alemania de sonrisa fácil y voz aguda de aún pocas palabras.

—¿Mi solecito quiere un tazón con cereal para jugar al té? –Con tono dulce el fornido hombre se arrodilló junto a la infante que intentaba acomodar sus tacitas de fina madera barnizada de álamo tallada minuciosamente por él—.

—Ujum! –Alemania asintió a la par en que soltaba ese sonido de afirmación con una sonrisa feliz, tener cosas reales hacía su juego mejor—.

—Perfecto, entonces traeré también la tetera, espérame aquí –Ambos levantaron su meñique izquierdo como símbolo de promesa de que la se mantendría en el mismo lugar para evitar un accidente—.

Desde su habitación el alemán podía oír cada palabra que los dos decían a diario, era como una tortura, sabía que sólo era una niña pero el terror de encontrar al capitalista tras esos ojos azules le impedía hasta respirar, así que se mantenía recluido a si mismo en la habitación solo saliendo al asegurarse que estaba dormida o muy distraída con algo para no cruzársela. Solo podría oírla creer desde la oscuridad de su habitación segura, al menos sabía que el azabache se desvivía por ella así que estaba en buenas manos viviendo sin problemas como ellos en su tiempo.

━━━━━ • ⸙ • ━━━━━

El cumpleaños de la menor estaba muy cerca, durante esa semana el de hoz y martillo se la había pasado haciendo preparativos modestos en la sala en incluso invitando a sus hijas para que la pequeña tuviese algo de interacción femenina, por ello también había tenido que salir al bosque para recolectar bayas que usaría en el pastel de cumpleaños en exactamente cuatro días.

La de largo rizos dorados cumpliría finalmente tres años desde que llegó a ese mundo tan caótico y peligroso, desde que pudo ver un par de veces la sombra del carmesí en la habitación cerrada y de que comenzó a intentar entender el mundo por si sola.

Esa mañana despertó más temprano de los que acostumbraba al no sentir la presencia de su papá en casa, caminó silenciosamente hasta la sala aún sin encontrarlo, pero desde afuera la ventana le permitía observar el inmenso bosque... Y sus hermosas flores.

Tal vez si le obsequiaba una a la sombra podrían ser amigos..

Así que se coló por la ventana abierta cerca al sofá de una plaza y salió de la seguridad de la cabaña, alejándose cada vez más de ella con dirección a la entrada del bosque donde estaban las flores salvajes creciendo a pesar del frío que en primavera incluso hacía, apenas había recolectado algunas de bonitos colores cuando vio algo moverse cerca.

Había un osito pequeño y se emocionó mucho al ver su a
parecido con uno de sus peluches favoritos, inocentemente acercándose a jugar con el osezno.

En el interior de la propiedad el silencio estaba extraño y el ambiente muy libre, el rubio apartó los ojos de su dibujo a lápiz y se mantuvo observando a la nada por un momento sintiendo las energías cercanas, tomándole poco notar que aquella niña no estaba en su cama sino afuera. URSS se había ido una hora antes por lo que no tenía sentido, pero oír conocidos sonidos le herizaron la piel, por reflejo levantándose para salir de la habitación y ver desde la ventana como un manojo de brillantes cabellos rubios con pijama rosa estaba junto a una cría de oso con la madre tan solo a unos metros acercándose peligrosamente a casa segundo.

El aire lo abandonó y sus manos temblaron ante todos y cada uno de los flashes de cómo podría acabar la situación que pasaron por su mente, el temor de ver a una pequeño siendo triturada por un enorme animal salvaje se debatía con su fobia a dejar su espacio seguro.

Durante esos segundos se tomó del cabello tratando de ordenar sus ideas, así colocando su diestra en la manija para abrir la puerta dejando que el aire algo frío chocase contra su rostro apanicado.

—...¡Nein!.. –Gritó con fuerza extendiendo su mismo brazo apenas uno de sus pies descalzos tocó la hierba fría sin detenerse hasta llegar a donde estaba la tricolor sin medir el peligro enorme en el que estaba—.

Con el grito asustó al cachorro que con algunos sonidos se acercó a su feroz madre que se levantó en dos patas lista para atacar, el de esvástica rodeó a su hija en brazos como un capullo a su alrededor, haciéndolas caer sobre las flores cortadas quedando a resguardo de zarpazo del que milagrosamente se libraron ambos.

Todo gracias a que una roca dio con fuerza en el pecho del carnívoro, haciéndole rugir pero a la vez retirarse ante las que le siguieron a lugares similares.

—¿Están bien? –Jadeó el soviético aún con la diestra levantada con otra roca en esta, metros más atrás en el bosque su canasta había sido soltada sin mínimo cuidado dejando parte de los frutos desparramados al ver la situación apenas regresando—.

—¡Papá!, ¡D'a somb'a me sa'vó de' oso ma'do! –Alemania chilló extendiendo sus bracitos al aludido para que la cargada, sin notar que el otro aún se mantenían aferrado a ella—.

...¿Era así como tenía noción de su presencia?, ¿Cómo "Una sombra"?, No pudo decir palabra hasta que un fuerte brazo lo rodeó causándole breve pánico silencioso.

—Acabas de salvar a nuestra hija, Reich, lo hiciste bien, lo hiciste muy bien... –El de ojo hielo abrazándolo le murmuró sintiendo su corazón aún latir a mil por segundo—.

El nombrado comenzó a llorar sin hacer ruido y se apegó al más alto, dejándose llevar a ojos cerrados por el amor que le brindaba a pesar de todo ese tiempo.

•   •   •

Rodeado de otras personas no podía dejar de ser ahora retraído a pesar de conocerlos, así que solo se mantuvo a un lado aplaudiendo un poco mientras cantaban una canción infantil de cumpleaños para la tricolor que a simple vista disfrutaba mucho de recibir atención y muchos cumplidos.

Cosas importantes que él aún no podía darle directamente mirándola a los ojos, pero le brindaba un abrazo cálido para que durmiera acurrucada en su pecho cada noche junto al eslavo que cuidaba de su pequeña familia. Tenía la esperanza de poder dejar atrás todo lo malo para poder jugar al té con su hija y atesorar cada sonrisa que está le diera sólo a él.

 

Final.

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