Domingo, 3 de Agosto.
Lourdes se sentó en el césped del parque y tomó la mano de Martina para que se sentará junto a ella, cosa que hizo de inmediato.
-¿La estas pasando bien, Mar?- Cuestionó Lourdes, mientras la sentaba sobre su regazo, de modo que las piernas de Marti quedaban a cada lado de sus caderas.
Martina se sonrojo por la posición, pero aún asintio ligeramente. La sonrisa de Martina desapareció cuando recordó la platica que tuvo con su madre hace un par de días.
Lourdes lo noto enseguida. -¿Pasa algo?-
-Mamá me odia.- Aseguro, mientras jugaba con la costura de su suéter. Lourdes frunció el ceño.
-¿Por qué dices eso?-
-Ella, ella sabe que soy lesbiana.- Lourdes suspiro y acaricio el cabello de Martina.
-Tu madre no te odia por eso, pequeña. Mírate, nadie podría odiarte jamás.- Lourdes aseguró, y beso dulcemente las mejillas de Martina, y luego sus labios. -Te quiero tanto-