ItaSasu: In Our Blood [AU]

By DivaSasori15

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Se suponía que no volverían a verse... Se suponía que Sasuke jamás sabría de su existencia... Se suponía que... More

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Jealous
Breaking roules

Family portrait

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By DivaSasori15

Fue el fuerte ruido de la puerta de la casa al cerrarse lo que hizo que abriera los ojos. Miró a su lado en la cama y notó que Itachi ya no estaba allí, supuso que fue él quien cerró la puerta, siendo un tanto brusco al hacerlo (seguramente, sin querer, pensó).

Sin darle demasiada importancia a ello, se removió un poco entre las sábanas, inhaló profundo y una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar lo vivido anoche. Las caricias, los besos y los gemidos propiciados por Itachi aún estaban frescos en su mente...por un momento creyó que todo había sido un sueño. Uno muy excitante, romántico e increíblemente húmedo. Y lo hubiese seguido creyendo de no ser porque se encontraba desnudo envuelto en sábanas ajenas cubiertas por el dulce aroma de quién lo volvía loco, además del incómodo dolor en su cadera, el cual le recordaba lo intenso que estuvo todo anoche.

Se cubrió con la sábana hasta la mitad del rostro aferrando la suave tela entre sus manos, y apretó sus párpados, quería chillar de emoción.

¡Había tenido sexo con Itachi!

¡Con su jefe!

Estaba que explotaba de felicidad, pero intentó mantenerse neutral por si éste regresaba a la habitación (no sabía si la puerta al cerrarse significaba que había salido o que acababa de llegar).

Entonces, tras algunos minutos de solitaria espera, terminó de desperezarse, estirando bien sus músculos, y luego se incorporó para ir en busca de su ropa, y de Itachi, por supuesto.

Mientras caminaba hacia la sala aprovechaba para peinarse un poco con la mano, sabiendo que debía verse espantosamente desprolijo, y a medida que recorría los pasillos por donde había pasado ayer, fue recogiendo su ropa. Literalmente se habían arrancado todo ante la desesperación por coger. ¡Y había valido la pena! Hacía tiempo que no la pasaba tan bien revolcándose con otro, sin duda Itachi era el amante soñado. Nadie se lo había hecho tan bien como él, acariciándolo donde su cuerpo rogaba por más, tocando ese punto en su interior que le hacía perder la cabeza, besándolo como si quisiera apropiarse de sus labios, reclamándolos como suyos...

Se sentía extrañamente complacido, demasiado, como si sus cuerpos se hubiesen reconocido de alguna manera, sabiendo exactamente lo que le gustaba al otro. No pudo evitar fantasear con la idea de ya haber tenido sexo con Itachi en alguna otra vida, algo totalmente absurdo. Pero era la mejor "explicación" que le encontraba a lo que había sentido al tener sexo con él...

"Si es la primera vez que coge con un hombre, realmente tiene un don. ¡Fue alucinante!", pensó mientras ingresaba a la cocina, creyendo que lo encontraría allí dado que no lo veía por ningún otro sector de la casa.

No demoró mucho en divisar una nota sobre la mesa, la tomó sin dudar al ver su nombre allí escrito. Ansioso, creyendo que sería algo romántico, comenzó a leerla:
"Sasuke, tuve que salir temprano, tenía un asunto importante que atender. Puedes comer y tomar lo que desees, nos vemos.

Lo siento,

Itachi"

Toda su ilusión y emoción se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos.

Frunció el ceño y arrugó el papel al cerrar puño, lo había dejado solo en su casa y ni siquiera fue capaz de despertarlo. Entendía que tuviera que irse, pero eso no justificaba que no se haya despedido como corresponde de él considerando que se habían acostado.

De pronto un escalofrío recorrió su cuerpo desde la planta de los pies hasta su pecho, quizás porque todo esto le recordaba a todas las veces que sus amantes lo abandonaban luego de follarlo. Sintió decepción y fastidio a la vez, si lo tuviera enfrente en este momento le estaría gritando y, posiblemente, insultando por ser tan desconsiderado, pero no podía hacer nada más que soportar la enorme impotencia que invadía su cuerpo.

Así que, tragándose las palabras, se dirigió hacia la habitación para cambiarse y terminar de arreglarse. No iba a desayunar ahí, volvería a su hogar donde de seguro estaría Naruto caminando hasta por las paredes al no tener noticias suyas.

Resopló con fastidio y luego tomó el pomo de la puerta para finalmente salir de allí.

Al menos esperaba que Itachi se comunicara con él en el transcurso del día, o en algún momento de todo el fin de semana. Supuso que como jefe, tenía todos los contactos de sus empleados, sólo debía buscarlo y ya. Es lo mínimo que podía hacer luego de haber tenido sexo con él, pensaba el azabache mientras caminaba en dirección a su casa.

•••

—¡Naruto! —exclamó desde el umbral de la puerta de su habitación, el rubio seguía despreocupadamente durmiendo, todo despatarrado y babaeando en el colchón que Sasuke le había prestado mientras estuviera de visita en su casa.

"Al parecer no le importó que yo hubiese desaparecido toda la noche, ¡qué maldito!", pensó indignado. Podría haberle pasado cualquier cosa y su hermano ni siquiera se había inmutado.

"Con qué derecho golea a mis amantes, si ya ni siquiera le importa mi bienestar", gritó en su mente mientras le daba unas patadas (no muy fuertes) al colchón para que se despertara de una vez.

El sinvergüenza parecía muerto allí tirado sin reaccionar.

Pero, tras un par de minutos y unos cuantos golpecitos más, el rubio fue abriendo lentamente uno de sus ojos mientras se tallaba el otro con el dorso de la mano, bostezó fuerte haciendo que Sasuke enarcara una ceja en consecuencia.

—¿Qué pasa, teme? ¿Por qué me despiertas así? —se incorporó sentándose con las piernas cruzadas y con sus hombros caídos manteniendo una cara adormilada, luego se rascó la cabeza.

—¿Cómo que porqué?—se exaltó aún más —. ¡No he aparecido en toda la noche y tú lo único qué haces es estar aquí tirado como morsa embarazada sin preocuparte ni un poco por mí! ¡Qué clase de hermano inútil eres!

Naruto lo miró sin entender, su hermano siempre parecía tener problemas con él sin importar lo que hiciera.

—No es que no me preocupe por ti — se defendió sin alzar mucho la voz, la cual aún seguía rasposa —. Pero la otra vez me dejaste en claro que no querías que me metiera en tu vida privada y bueno, eso fue lo que hice, 'ttebayo. Supuse que estarías con alguno de tus novios...

El azabache entrecerró la mirada, ¿acaso le estaba llamado "chico fácil" por la cantidad de tipos con los que ha salido?

No importó, lo dejó pasar, realmente no quería pelear con él. Además, Naruto tenía un buen punto. Sasuke se había quejado el otro día por su impulsiva actitud y ahora le reprochaba el hecho de que no estuviera llamando a la policía por su "desaparición", ni él mismo se entendía ya. En efecto, es alguien que no sabe realmente lo que quiere...aunque posiblemente sea la ausencia de Itachi en la mañana lo que le tenía tan sensible y malhumorado.

Finalmente, hizo un puchero con su boca, y después resopló frustrado, por primera vez Naruto le había dejado sin palabras, aunque no lo iba a admitir frente a él. Esa ya sería demasiado humillación.

—Muévete —le picó un poco la pierna con su pie —. Hazme un lugar para que pueda acostarme.

El rubio obedeció sin chistar y pronto estaba su hermano acostado a su lado con los antebrazos detrás de su cabeza, mirando en dirección al techo. Naruto se acomodó de costado, contemplando su perfil, percatándose de que Sasuke en verdad no se sentía bien emocionalmente.

—Me quedé a dormir en lo de Itachi —anunció de pronto en un hilo de voz manteniendo la vista hacia arriba —. Tuvimos sexo.

Primero un breve silencio, luego:
—¿Y tan mal te lo hizo? —preguntó inocente, creyendo que debería estar sonriendo de felicidad y no aparentando venir de un funeral. Intuyó que el Uchiha follaba peor que un perro paralitico como para dejar a su hermano de esa forma.

—¡Claro que no, idiota! —bramó molesto dándole una patada leve a su rodilla —. Estuvo increíble, y eso es poco decir.

—¿Entonces?

Suspiró, sonrojado.

—Es sólo que cuando desperté él ya no estaba ahí. Y me sentí mal, porque es lo que siempre me pasa cuando tengo sexo con alguien —ahora llevó sus manos alrededor de su propio cuerpo y se abrazó a sí mismo —. Tengo miedo de que Itachi esté haciendo eso...descartándome como si fuera una cosa sin valor.

Fue ahí que Naruto comprendió el porqué de su estado anímico, y sintió pena por él. Por un lado quería volver a golpear a Itachi (si es que eso fue lo que pasó), y por otro, quería hacerle recuperar la ilusión a su hermano. Empezaría por esto último, al menos era lo más urgente.

—Oye, mírame —Sasuke obedeció, sus ojos negros se veían realmente tristes —. No creo que él sea como los demás. Vi en su mirada que le importas muchos —aseguró sonriente —. Además, no creo que quiera arriesgarse a tener un problema legal contigo por haber "abusado de ti" como jefe —hizo las comillas en el aire, y luego se puso serio —. Porque créeme, si sólo te usó, yo mismo me encargaré de hacerle una demanda, 'ttebayo.

Sasuke sonrió volviendo su vista hacia el techo, ahí estaba el hermano protector de siempre. Pero obvio, jamás dejaría que hiciera algo así. Lo último que deseaba era tener problemas con el Uchiha, además...se siente demasiado atraído por él, lo cual le impide actuar en su contra. Y en el fondo, estaba seguro de que Itachi realmente era muy diferente al resto de los hombres con los que estuvo. Ya debía dejar de hacerse ideas, no valía la pena, sólo debía ser paciente y aguardar a que su jefe se comunicara con él.

—No creo que haga falta llegar a tanto —soltó Sasuke, más animado —. Seguramente ya me buscará y aclararemos bien todo esto que está sucediendo entre nosotros.

El rubio sonrió conforme, sin decir nada más. Simplemente se dignó a mirarle con cariño, deteniéndose en el leve sonrojo de su hermano, siendo aquello lo más tierno que puede existir en el mundo para él. La verdad, Sasuke siempre le pareció un chico muy hermoso, si no fuera porque es su hermano, tal vez él...

—¿Sabes, Sasuke? —el nombrado ladeó el rostro encontrándose con unos grandes ojos azules mirándolo con increíble intensidad —. Envidio a Itachi y a todos los chicos con los que estuviste...—lo dijo como si fuera la confesión de su vida. Y salió con tanta naturalidad que incluso él mismo se sorprendió de ello.

Las mejillas del azabache se ruborizaron como nunca, a la vez que abría grande los ojos.

—¿Qué estás diciendo? ¿Por qué sentirías envidia de ellos? —preguntó tan cohibido como desconcertado. Eso fue lo más extraño que Naruto le dijo en todos los años que llevaban de vida juntos.

Y fue entonces que el otro se abalanzó sobre él, abrazándolo medio subiéndose sobre su cuerpo, presionando su pelvis contra la cadera del otro, y divertido respondió:
—Porque yo, por ser tu hermano, jamás sabré lo que es hacértelo —el tono era de broma, pero había mucha sinceridad en sus palabras, al igual que un intenso y profundo anhelo escondido.

Al principio Sasuke ni se movió, tan sólo se quedó petrificado procesando lo que su hermano le dijo, pero ni bien pudo reaccionar, puso las manos entre medio de sus cuerpos, justo sobre el pecho ajeno, e intentó quitárselo de encima.

—¡Ya no digas más estupideces, Naruto! —se quejó con las mejillas ardiéndole, removiéndose —. Y ahora suéltame.

Pero no, no logró zafarse de su agarre, el rubio tenía más fuerza. Y así permanecieron en un "tira y afloje" por un rato, hasta que pronto terminaron riéndose e insultándose mutuamente como siempre lo hacían.

El comentario de Naruto había quedado en el olvido, aunque no del todo, Sasuke comenzó a tener la duda de que su hermano estuviera viéndole de una manera que no debería. Y no lo iba a juzgar, cualquiera puede confundirse, pero justo no es Naruto a quien quiere ver sufrir por un amor no correspondido.

Aún así, de momento dejaría ese tema a un lado, quizás simplemente era una de sus tantas bromas, sin relevancia alguna, y él ya estaba preocupándose sin necesidad.

Al igual que lo hacía con lo de Itachi...

Definitivamente debía comenzar a pensar menos, evitando así sacar conclusiones erróneas, y dejar que las cosas continuaran su curso.

—Oye, teme —volvió a hablar Naruto cuando se relajaron nuevamente, recostándose boca arriba —. Papá y mamá me dijeron que vendrán a visitarte muy pronto, aunque aún no saben qué día exactamente.

—Oh...bueno, hace bastante que no los veo —mencionó débilmente, recordando los momentos que vivió con ellos antes de mudarse a otra ciudad hace 4 años atrás, y habiendo pasado ya unos seis meses desde la última vez que le visitaron —. Sólo espero que no se pongan demasiado dramáticos cuando vengan —evitó reírse, pero lo cierto es que adoraba lo cariñosos y expresivos que sus padres adoptivos se volvían cuando se reencontraban. Jamás hicieron diferencias entre Naruto y él, para ellos Sasuke es como si fuera de su propia sangre.

—Já, obviamente mamá se pondrá a llorar —bromeó Naruto, y luego suspiró —. Y papá lo hará también cuando la vea a ella derramando lágrimas, 'ttebayo.

El azabache soltó una pequeña risita, él pensaba lo mismo. Sus padres son algo (bastante) sensibles...

Quizás, de alguna forma, él había heredado de ellos ese lado sentimental, siendo también una persona muy emotiva, aunque muchas veces tratara de ocultarlo.

En fin, el punto es que comenzaba a ansiar la llegada de las personas que habían cuidado tanto de él cuando sus padres biológicos no quisieron hacerlo. Siempre se los iba a agradecer, Kushina y Minato son su todo. Ahora y siempre.

•••

—Ya dime, ¿por qué tuviste que venir de forma tan urgente? —le preguntó Itachi a su madre antes de darle un sorbo a su café. Luego de haberle pedido que esperase afuera de su casa para poder vestirse rápidamente con la ropa que había dejado desparramada por su casa y también para aprovechar a escribirle la nota a su hermano, la llevó a una cafetería que había a unas cuantas cuadras de su casa, donde pudieran hablar tranquilos y donde ella no fuera a encontrarse con su otro hijo.

—Es que me enteré de que en la empresa donde estás ahora trabajando, también trabaja tu hermano —dijo con desesperación contenida, tratando de mantener su perfil de mujer inalterable —. Y cariño, no sería bueno que se vieran...

Itachi abrió grande los ojos, nunca pensó que ella podía llegar a estar al tanto de ello. Sus padres habían mantenido oculto casi todo respecto a su hermano, tratando de que el se mantuviera lejos de Sasuke, pero estaba harto, lo único que quería era conocerlo y saber de su vida, está en todo su derecho. No le parecía justo que le privaran de algo tan básico...siempre respetó su decisión como padres de querer que el menor de sus hijos tuviera una vida mejor, donde otra familia pudiera cuidarlo y protegerlo como se debe, pero no por ello podían obligarle a no desear formar parte de su vida aunque sea como un desconocido. Claro, descartando que ahora estaba siendo mucho más que eso o mucho más que un simple jefe...ya se había acostado con él y no había vuelta atrás. O al menos iba a costarle mucho retroceder en lo que habían comenzado a tener, y no precisamente era una relación de hermanos.

—Oh, ¿en serio? ¡Qué casualidad! – —fingió sorpresa.

—Por nada en el mundo deben cruzarse —apuntó y luego curvó un poco sus labios, sabiendo que a Itachi no le iba a gustar nada lo que pensaba proponerle a continuación —. Deberías irte de allí y buscar otro lugar donde trabajar, lejos de él — añadió ella, sin poder ocultar la preocupación.

—Tranquila, la empresa es muy grande...es casi imposible que nos veamos —asrguró sereno, volviendo a beber de su café, como si estuvieran hablando de lo que harán en vacaciones —. Además, ni siquiera está en mi área —mintió descaradamente.

Mikoto hizo una mueca de inseguridad con su boca, y luego suspiró con pesadez. Tenía mucho miedo de que las cosas terminen tornándose difíciles e, inevitablemente, extrañas.

Su hijo sabía lo que ella debía estar sintiendo, toda su vida intentó mantenerlos lejos, y comprendía muy bien porqué lo hacía. Su padre, Fugaku, se había metido en un problema muy grave un tiempo antes de que Sasuke naciera. Le debía mucha cantidad de dinero a unos hombres muy peligrosos que fueron estafados vilmente por él, una muy mala idea de su parte. Fugaku vivía de los negocios, y muchas veces terminaba beneficiándose de mala manera, y esa vez fue una de ellas, intentando estafar a los que no debía. Esta gente terminó amenazando a su familia, pero a quien más deseaban matar era a Sasuke. Así que Mikoto, ni bien dio a luz, lo dio en adopción a una familia, unos viejos conocidos suyos, que consideraba la adecuada para cuidar muy bien a su hijo: la familia Uzumaki. Y así, para el resto de la humanidad, su hijo habría muerto durante el parto, sólo Kushina y Minato sabían la verdad.

Con Itachi, en cambio, no pudo hacer lo mismo, así que durante su niñez siempre tuvo guardaespaldas para que lo acompañaran a todos lados, y para cuando ya fue mayor de edad, lo enviaron a otro país a estudiar y a perfeccionarse como profesional, volviendo éste a los pocos años de graduarse con increíbles títulos y doctorados. Y como chico inteligente que es, mantuvo una imagen tranquila sin llamar la atención de nadie tras regresar a su nación. Supusieron igual que para ese entonces los hombres no volverían a molestar, ya que la deuda había sido saldada. Aún así, para Mikoto, es muy importante que no se sepa de la existencia de su hijo menor, por eso es necesario que mantengan distancia. Había que ser precavido, nunca se sabe qué esperar de ese tipo de gente mafiosa...

—Está bien —aceptó ella al final, tomando su mano —. Pero júrame que, si se llegaran a cruzar por alguna de esas casualidades, bajo ninguna circunstancia, hablarás con él ni le dirás nada. Sé lo mucho que quieres conocerlo, pero necesito que olvides que tienes un hermano...

"Pues anoche literalmente olvidé que era mi hermano cuando me acosté con él...", pensaba Itachi, recordando lo que había hecho con él, relacionándose de una forma que lejos estaba de ser de "tipo familiar".

El joven asintió y forzó una sonrisa.

—Claro, descuida. Todo va a seguir como siempre —volvió a mentir.

Si tan sólo su madre supiera que no sólo no se ha mantenido lejos de Sasuke, sino que además comenzó a quererlo de una forma romántica, jamás podría aceptarlo...y de seguro lo repudiaría como nunca lo ha hecho.

—Gracias — musitó ella con voz suave, y luego sonrió con algo de picardía, queriendo dejar el tema a un lado —. Oye, y ahora dime...¿quién es la chica con la que estabas en tu casa? ¿Me la presentarás algún día?

Itachi, que había dado otro sorbo a la taza, casi escupió su café al oír aquello, y lo peor es que no tenía nada preparado para responder.

—E-es sólo alguien que conocí en el trabajo —respondió titubeante, mirando en cualquier dirección menos a los ojos de su madre.

Ella suspiró negando con la cabeza, ya sin sonreír.

—Pero, hijo, sabes que no está bien que salgas con empleados de la empresa —le reprendió, cruzándose de brazos.

—Lo sé, pero tranquila...está todo bajo control —ni él se lo creía, pero debía darle algo de seguridad.

Aún así, la mujer no estaba muy convencida de ello, pero por el momento no iría a interferir. Su hijo ya es grande y sabe lo que hace, además ella no era nadie para juzgar las decisiones de otros.

—Bien, pero...—su rostro volvió a iluminarse —, no podrás mantenerla oculta para siempre, hijo. Si todo va bien entre ustedes, llegará el día en el que inevitablemente vaya a terminar conociéndola.

"De hecho ya lo conoces...", respondió en su mente, sabiendo que ella había visto fotografías de Sasuke que un investigador privado le llevaba cada cierto tiempo, sólo para corroborar que estuviese bien (aunque sabía que sus padres adoptivos hacían un increíble trabajo) y para saber cómo va creciendo a medida que pasan los años.

—Pero todavía no, tendrás que esperar —le guiñó un ojo al tiempo que sonreía.

Ella exhaló derrotada.

—De acuerdo, pero al menos dime si es bonita, inteligente o no sé, ¡algo! — su curiosidad de madre era imposible de controlar —. Dame algún dato, por favor.

Fue entonces que el otro sonrió como bobo enamorado, con sus ojos iluminándose y su mente recordando cada facción y detalle físico de su hermano, incluso pensó en su forma de ser, y nada había pasado desapercibido por su madre, quien jamás lo había visto sonreír de esa forma por absolutamente nadie.

—Sólo te diré que es la persona más linda y maravillosa que pude haber conocido — se acomodó unos mechones detrás de su oreja y trató de recuperar algo de seriedad, se había percatado de cómo era observado por Mikoto —...aunque es bastante terca y orgullosa —añadió para que no todo fuera de color rosa —. Alguien realmente difícil de tratar por momentos, si te soy honesto.

—A veces, lo mejor resulta ser difícil —musitó su madre, feliz de ver a su hijo "enamorado", algo que pensó que jamás pasaría —. Pero vale la pena.

—Eso creo.

Y así ambos, al mismo tiempo, tomaron lentamente sus tazas de café, mirándose a los ojos en el proceso a la vez que le daban un sorbo, sin necesidad de palabras para aclarar lo evidente: Itachi se había enamorado de su hermano, aunque Mikoto ni siquiera sospechara de ello. Lo último que pasaba por su mente es que la persona que le robó el corazón a su hijo fuera nada más y nada menos que su hijo menor...

Cuanta ironía había en ello, siendo justamente lo contrario lo que siempre intentó lograr, buscando separarlos y que jamás se formara un vínculo entre ellos...

•••

Ya era lunes de nuevo.

Otra semana comenzaba para Sasuke, quien se encontraba molesto y desilusionado por no haber recibido ni un mensaje, ni un llamado y mucho menos una visita de su nuevo "amante". Literalmente todo el fin de semana había pasado en completo silencio desde la noche en que se acostaron. Llegó a creer que el domingo, al menos, trataría de comunicarse con él para dejarle tranquilo de que no había olvidado lo sucedido, pero no. ¡Otra vez fue jodidamente ignorado! Y estaba cansado de que siempre le ocurriera lo mismo.

Pero esta vez no iba a dejar las cosas así.

Golpeó un par de veces la puerta antes de ingresar sin esperar permiso para hacerlo. No estaba de humor para actuar como empleaducho educado y obediente, ahora le iba a escuchar.

—Sasuke, ¿qu-...? —no pudo terminar de hablar cuando fue interrumpido por el ruido producido tras el golpe que el joven había dado con sus manos al escritorio, dejándole con las palabras en la boca, totalmente desencajado.

—¡Al menos deberías pagarme, ¿no crees?! —gruñó entre dientes, intentado que nadie comprendiera lo que le decía a su jefe, aunque la puerta estuviera cerrada. Ya no lo trataba con el respeto correspondiente, atreviéndose a tutearlo en medio de la oficina —. Si me vas a tratar como tu prostituta de turno, debería obtener una recompensa, pienso yo.

—¡Qué! Yo no-

—Debí suponer que eras como todos los demás —lo miró con los ojos un tanto humedecidos por la furia que sentía —. Ojalá estés contento de haberme utilizado para satisfacerte sexualmente.

Itachi entreabrió la boca y frunció el ceño, jamás quiso que su hermano se sintiera de esa manera. Y sí, fue un idiota por no haberse comunicado con él, pero fue porque no sabía cómo enfrentarlo después de lo que habían hecho. Más bien, él mismo no sabía cómo hacerle frente a sus propios sentimientos...aún le costaba aceptar que se había encariñado de su hermano de forma tan inapropiada. No hubo momento en que no sintiera desprecio, repugnancia y decepción hacia sí mismo. Y lo peor es que no podía decirle nada, sabía que Sasuke sentiría lo mismo por él si llegaba a enterarse de que son familia.

El mayor desvió la mirada hacia unos papeles que habían sobre el escritorio, encogido de hombros, no sabía qué decir. No tenía nada para defenderse, no se le ocurría ninguna buena excusa para su comportamiento.

—Debes sentirte orgulloso de ti mismo —añadió con la voz quebrada, la garganta le ardía —. Lograste engañarme al hacerme creer que te importaba...estabas al tanto de que todos suelen usarme, y quisiste hacer lo mismo. De seguro pensaste: "que uno más se lo folle para después ignorarlo, no va a matarlo", ¿verdad?

—¡Ya basta! —ahora fue Itachi quien golpeó el escritorio tras levantarse bruscamente, sorprendiendo a su hermano, dejándolo atónito —. ¡No lo entiendes! —entonces corrió la silla hacia atrás y caminó hacia él a paso firme, lo tomó de los brazos a la altura de los hombros y lo obligó a mantenerle la mirada —. Tú no sabes lo difícil que esto está siendo para mí, no tienes ni idea de lo mal que la pasé estos días, de lo culpable que me sentí por...—tragó saliva —...haber tenido relaciones con mi...

Itachi vio los grandes y desconcertados ojos del menor, quien contenía sus ganas de llorar con el fin de mantener lo poco que le quedaba de dignidad, luego se detuvo a contemplar su boca, ligeramente entreabierta, deseando probarla una vez más, y finalmente volvió a alzar la vista hacia sus ojos, encontrándose con unas traicioneras lágrimas a punto de escapársele.

—¿Con tu qué? —preguntó Sasuke en un susurro, sintiendo sus mejillas arder ante la cercanía de su jefe —. ¿Por haber tenido relaciones con quién? —necesitaba que le aclarara todo lo que estaba perturbándole, quería entenderlo y encontrar una razón por la cual había actuado tan desconsideradamente con él.

Itachi inhaló profundo, llevó una mano hacia la mejilla contraria y acercó más su boca a la de Sasuke.

"Con mi hermano", respondió mentalmente rozándole los labios, tratando de sacar fuerzas de donde sea para no besarlo allí mismo. Era tan tentador y su aroma tan embriagador, que a penas podía resistirse a él...

Sasuke fue cerrando lentamente sus ojos, esperando el beso que aún no llegaba, llevando a su vez sus manos hacia la cintura del otro.

Y finalmente:

—Con mi empleado —respondió alejándose un poco, dejando al menor con lo boca deseosa por algo que jamás llegó, y obligándole a abrir una vez más sus ojos.

Se miraron mutuamente, uno con desilusión y otro con culpa.

Ahí estaba otra vez, recriminándose y priorizando las reglas de la empresa por sobre sus sentimientos. Sasuke ya estaba cansándose de eso, pensó que tras el encuentro sexual que habían tenido la otra noche, eso ya no tendría importancia, pero al parecer se equivocó.

Entonces, luego de unos segundos, Sasuke se acercó lentamente a su oreja, casi rozándosela con sus labios.

—No me sorprende, supuse que diría eso —soltó dolido con una sonrisa rota, para luego dar unos pasos hacia atrás —. Y así es como siempre me verá, ¿cierto?

Itachi desvió la mirada hacia el suelo, en una respuesta muda afirmándole que posiblemente así sería.

Y fue así que Sasuke se giró encaminándose hacia la salida, topándose con Karin quien iba a entrar una vez que el joven abrió la puerta para irse, pasándole a un lado sin siquiera mirarla, dejando a Itachi totalmente consternado.

—¿Está todo...bien? —preguntó la pelirroja a pesar de que por la expresión facial del Uchiha, nada estaba bien, atravesando la oficina con documentos entre sus brazos.

—Espero que sí...—susurró más para sí mismo y regresó a su asiento para atender a su otra empleada, quien lo observaba con curiosidad y pena. Ella sabía muy bien que Sasuke estaba sufriendo por su amor, y extrañamente veía que su jefe también.

Ciertamente, Itachi moría por tener algo serio con Sasuke, sólo que no sabía cuánto tiempo pasará hasta que él termine descubriendo toda la verdad. Y cuánto más tiempo pasen juntos, más grande va a ser su desprecio al momento de saber todo lo que le fue ocultado. Al menos eso es lo que creía Itachi.

Así que, realmente no sabe cómo actuar, su cabeza es un total desastre, y su corazón no le está dejando pensar como corresponde.

Cómo pensar en frío, cuando los sentimientos habían tomado el control de su vida...se le estaba haciendo imposible.

•••

Cerró la sesión de su computadora para luego comenzar a preparar todo para irse a su casa. En todo el edificio debían quedar él y algún que otro gerente adicto al trabajo, incluido obviamente el hombre de seguridad. No era muy tarde, pero sí para quedarse aún allí trabajando.

Karin ya se había retirado hacía media hora atrás, y suponía que Itachi había hecho lo mismo, aunque no le vio salir. Tampoco quiso estar muy pendiente de ello, estuvo todo el día intentando no pensar en él ni en nada que se le relacionara. Incluso había apagado su móvil para evitar recibir mensajes y llamados de chicos que deseaban salir con él, quería mantenerse ajeno a todo lo referido al romance y las citas. Se cansó de ser el idiota al que usan para descargarse sexualmente.

Desanimado, se levantó de su asiento y tomó unas carpetas entre sus brazos para llevarlas hacia un archivero que había afuera a mitad del pasillo que dividía todas las oficinas.

Pero cuando iba pasando junto a su escritorio, la puerta de su oficina fue abierta por alguien que ni siquiera se molestó en pedirle permiso para entrar.

Sasuke frunció el ceño al verle, inclusive lo miró con desdén. La última persona que deseó ver a esas horas, era a su ex pareja.

—Ya me estaba yendo, así que muévete —anunció de mala manera dando firmes pasos hacia la salida, instándole al otro a hacerse a un lado, aunque éste no se movió ni un ápice y continuó bloqueándole el paso.

El azabache enarcó una ceja, no iba a dejar que lo intimidara de nuevo.

—Déjame pasar, Suigetsu —reiteró desafiante.

—Vengo hasta aquí y lo único que haces es tratarme mal —fingió sentirse dolido, haciéndose el dramático —. Te has vuelto toda una maldita, Sasuke...

El otro abrió los ojos y la boca en asombro, ¡cómo se atrevía a hablarle de ese modo!

Aún así no iba a rebajarse a su altura, no estaba de ánimos para discutir.

—¿Qué quieres? Habla rápido, porque no tengo tiempo para gastar en ti — ordenó mientras dejaba nuevamente las carpetas sobre su escritorio, volteándose una vez más para enfrentarlo con la mirada, cruzándose de brazos.

—Oh, vamos, ya deja de ser así de arisco —se acercó a él y lo tomó por los brazos, haciéndole algunas caricias de arriba hacia abajo, poniendo a Sasuke muy incómodo —. Perdóname, no debí hablarte así.

—Al menos reconoces que aquí el único maldito, eres tú —lo miró con dureza, pero el albino lo conocía lo suficiente como para saber lo  vulnerable y frágil que podía llegar a ser.

—Bueno...—murmuró seductoramente mientras sonreía de lado —, antes adorabas a este maldito, no podías vivir sin mí —lo tomó del mentón y lo obligó a mantenerle la mirada, Sasuke se estremeció.

—Eso era antes —quiso decirlo más fuerte pero, contrariamente, su voz salió casi en un susurro, no sabía qué esperar de él. No se sentía nada seguro estando a solas con Suigetsu desde lo que pasó la otra vez en el elevador, donde su ex pareja tuvo todo el control sobre él, sometiéndole como siempre.

—Yo no creo lo mismo —replicó el otro mientras comenzaba a dejarle prqueños besos desde la base de la oreja hasta el cuello a la vez que lo acorralaba contra el escritorio, el azabache empezó a removerse resistiéndose.

—Basta, déjame —pidió tomándolo de los bíceps con toda la intención de quitárselo de encima, pero no lo lograba.

En cambio, Suigetsu le agarró bruscamente de la quijada para besarle. El azabache apretó los párpados e hizo gesto de repulsión, negándose a corresponder aquel beso indeseado.

—Mnh —consiguió cortar el contacto de sus bocas tras morderle (no muy fuerte) el labio inferior cuando unas ávidas manos bajaron hasta su entrepierna, Suigetsu había cruzado la línea totalmente —. Dije que me dejaras —bramó dándole un pequeño empujón en señal de advertencia —. ¡No te atrevas a tocarme de nuevo!

Una sonrisa irónica asomó a la comisura de los labios del albino y, haciendo caso omiso a lo que se le fue dicho, lo tomó violentamente del cabello y le hizo girarse para luego apoyar su cabeza y mejilla contra el escritorio, casi tirando las carpetas al piso, dejándolo totalmente a su merced.

—¡¿Qué haces?! ¡Detente, por favor! —suplicó mientras se retorcía debajo del cuerpo ajeno, siendo inmovilizado de manos detrás de su espalda.

—Así es como te gustaba hacerlo...y a mí me excitaba escucharte suplicar —le susurró al oído para luego lamerle el lóbulo de la oreja. Sasuke tragó saliva y su respiración se aceleró bruscamente, estaba desesperado y asustado.

—Ya déjame —insistió inútilmente una vez más, cuando sintió como su cinturón y pantalón fueron hábilmente desabrochados y se introducía una mano por debajo de su bóxer, apretó su mandíbula y tensó el entrecejo cuando su miembro fue tocado con descaro.

Estaba a punto de llorar cuando de pronto el peso sobre su cuerpo desapareció bruscamente, alguien había agarrado y lanzado lejos a su ex novio. Y cuando se volteó con lágrimas en los ojos, vio que Suigetsu se encontraba tirado en el suelo e Itachi estaba con el puño cerrado amagando a darle un fuerte golpe al albino.

—¡Si vuelves a acercarte a él, te mato! ¡No quiero verte por aquí otra vez! — le advirtió con la mirada airada, intimidándole.

Sin pensarlo dos veces, Suigetsu asintió con miedo y se levantó torpemente para luego salir rápidamente de la oficina. Sabía que no iba a golpearlo, pero estaba al tanto de que el Uchiha tenía mucha influencia en la empresa y podían despedirlo si se enteraban de que estuvo a punto de abusar de un compañero.

Ya a solas, Itachi se giró hacia su hermano acercándose a él con cuidado, notando que éste aún estaba nervioso y aterrado, su respiración era muy rápida y las lágrimas continuaban deslizándose por sus mejillas.

—Sasuke...—musitó suave y el menor levantó la cabeza estudiando el rostro ajeno. Notó que el gesto de Itachi era franco y de sincera preocupación.
¿Cómo no va a ilusionarse? No puede ser que lo considere únicamente como un empleado más...

—Gracias —dijo y lo abrazó fuertemente sin deseos de soltarle. El mayor suspiró enternecido abrazándolo también, acarició su cabello y le dio un pequeño beso en la cabeza. Ambos, parados en medio de la oficina, se dispusieron a disfrutar de calor del otro, envolviéndose de una sensación por demás agradable.

—No tienes nada que agradecer — sonrió con tristeza, embriagándose con el dulce aroma natural del joven —. Jamás permitiré que lastimen a mi hermano...

Fue ahí que Sasuke abrió sus ojos sumamente sorprendido y automáticamente se separó de él.

¿Había escuchado bien? ¿Su jefe lo llamó "hermano"?

Ante el profundo silencio y la expresión contrariada del otro, Itachi se dio cuenta de su error.

—¿Qué dijiste? —preguntó confundido secándose las lágrimas con la manga de su camisa para luego mirarlo fijamente a los ojos, olvidándose momentáneamente de lo que había vivido —. ¿Tu "hermano"?

—A-ah, pues...—tragó saliva, nervioso, sin saber qué decir —. No sé porqué te llamé así...lo siento, simplemente me equivoqué.

El menor hizo una mueca.

—¿Acaso tuvo un hermano? ¿Le pasó algo? —inquirió sin más, intuyendo que su jefe posiblemente lo haya perdido, y por eso la razón de su acto fallido al llamarlo de esa forma. Además no es la primera vez que le veía actuar extraño cuando se trataba de ese tema en particular...

Ante esto, Itachi se relajó dejando caer sus hombros que se habían puesto tensos anteriormente, por el momento parecía haberse salvado. Aún así, en el fondo, moría por decirle todo de una vez, pero debía continuar ocultándoselo. Se lo había prometido a su madre y debía cumplir con su palabra.

—Sí, tuve un hermano —confesó mirándose las manos, con las que había comenzado a jugar nervioso, odiaba esto —. Se fue de mi lado a los pocos días de nacer, casi ni pude conocerlo.

—Lamento eso —susurró con sincera tristeza, aunque no estaba seguro de si el mayor se refería a que éste había muerto o desaparecido por "x" razón, pero no quiso indagar al respecto por si tocaba alguna fibra sensible en él, quería evitar angustiarle más de lo debido.

Itachi lo miró a los ojos una vez más.

—Créeme que si estuviera hoy en día conmigo no dudaría en protegerlo con mi vida...

—No lo dudo —sonrió, inmensamemente agradecido por su ayuda de hace minutos —. Su hermano hubiese tenido mucha suerte de ser parte de su vida.

Fue ahí que el mayor sintió una opresión en su pecho, él es quien hubiera tenido suerte de tenerlo a su lado.

—Algo me dice que se hubiera parecido mucho a ti —le miraba con una expresión luminosa y repleta de cariño, haciéndole cohibirse —. Y pienso que hubiera sido hermoso poder ser hermano de alguien tan maravilloso como tú.

Sasuke se sonrojó más.

—Créeme que Naruto no dice lo mismo —se rió recordando a su hermano adoptivo —. Siempre se queja de mi forma de ser y solemos pelear literalmente por todo. Somos lo opuesto del otro, nuestra relación es muy, muy complicada, pero es porque soy una persona difícil...así que, definitivamente, se ha salvado de no tenerme como hermano. Piense que sino...—Sasuke calló al ver que Itachi ya no estaba escuchándolo, manteniendo la vista fija en sus labios al hablar.

El menor parpadeó algo confundido, y cuando quiso darse cuenta el Uchiha ya estaba acercando su rostro lentamente hacia el suyo, hasta que finalmente sus labios se unieron. 

Y si bien el menor aún seguía molesto y consternado tanto por lo sucedido con Itachi por haberle ignorado el fin de semana, y con Suigetsu por su reciente ataque, no se opuso y se dejó hacer, correspondiendo el beso abriendo un poco su boca para que Itachi pudiera ingresar en ella.

Así, entre besos, Itachi hizo que su hermano se sentara impetuosamente sobre el escritorio, tirando algunas cosas en el proceso, mientras una de sus manos tomaba la nuca de éste para profundizar más el contacto labial, acomodándose entre sus piernas al abrírselas ligeramente.

Sus bocas seguían devorándose mutuamente, un hilo de saliva comenzaba a escurrir entre las comisuras de sus labios, y sus cuerpos estaban elevando sus temperaturas a cada segundo que pasaba.

—Dios, Sasuke...te deseo tanto —gimió sobre sus labios cuando cortaron el beso un instante para recuperar algo de aire.

—Entonces tómame-...—sus labios rozando los contrarios, ansioso por ser suyo una vez más.

Ambos tenían la respiración agitada; pero fue Itachi quien alzó la mirada encontrándose con los ojos de su hermano brillando de deseo. Y no podía culparlo, él también quería hacérselo...

Rápidamente, Itachi llevó sus manos hacia el trasero de Sasuke apretándoselo para atraer su cuerpo más al suyo, y fue el menor quien comenzó a restregar su pelvis contra la otra haciendo que sus miembros se rozaran en una excitante fricción.

Entre besos, Itachi le aflojó la corbata para luego dedicarse a desabotonarle la camisa, e instintivamente, Sasuke empezó a hacer lo mismo con él.

Sabían que no era correcto hacer algo así en medio de la oficina pero ya desde hacía tiempo las reglas habían dejado de importar para ellos.

Con el corazón acelerado, el mayor metió sus manos por debajo de la fina tela de la camisa de Sasuke y se la abrió lentamente acariciando su piel en el proceso haciendo que la prenda fuera deslizándose por sus hombros y finalmente por su brazos, dándole la completa visibilidad de su perfecto abdomen.

Delineó con la yema de sus dedos sus pectorales, luego sus marcados abdominales hasta finalmente llegar a sus oblicuos...apretó su fina cintura a la vez que imitaba una pequeña embestida contra su pelvis, haciendo que Sasuke enarcara su espalda tras envolver la nuca de Itachi con sus brazos.

Volvieron a besarse, siendo sus respiraciones y los ruidos obscenos que emitían sus bocas lo único que se oía en la oficina.

Ambos estaban duros, húmedos de excitación...

Y cuando Itachi iba a liberar su miembro mientras Sasuke se dedicaba a terminar de quitarse su pantalón a la espera de la tan anheltante penetración, la voz del hombre de seguridad anunciando su llegada hizo que detuvieran todo movimiento, sorprendiéndolos e interrumpiéndolos. Ambos se miraron mutuamente como si estuvieran cometiendo un delito, lo cual, en definitiva, estaban haciéndolo al infringir las leyes de la empresa...

—¿Aún hay alguien aquí? —preguntó el hombre desde los pasillos que daban a las oficinas, había escuchado ruidos provenientes de una de ellas, además de haberse percatado de que las luces seguían encendidas.

Itachi fue el primero en reaccionar, alejándose rápidamente de su hermano para ir a avisarle al señor que aún quedaba gente allí. Como pudo, se abotonó la camisa y la introdujo desprolijamente en su pantalón, saliendo así a encontrarse con él, brindándole algo más de tiempo Sasuke para poder vestirse más tranquilo.

—Disculpe, me quedé terminando unos informes y no me di cuenta de la hora —anunció Itachi con voz suave y amable una vez que estuvo frente al tipo de seguridad —. Lamento no haber avisado.

El hombre, de unos 50 años aproximadamente, lo miró inquisitivo de arriba abajo, notando con claridad lo desaliñado que estaba, y no tardó mucho en darse cuenta de que el Uchiha estaba haciendo de todo menos trabajar.

—Claro, entiendo. Y descuide, tómese su tiempo —le sonrió con complicidad, guiñándole un ojo al final —. Avíseme abajo en el área de recepción antes de irse, por favor —de todos los años que llevaba haciendo su trabajo como "seguridad" del edtablecimiento, no era la primera vez que encontraba a dos amantes teniendo relaciones en horas extras. Y él no era quien para juzgar, su trabajo era cuidar que no surgieran robos ni nada por el estilo, fuera de ello no era problema suyo.

—S-sí, en unos minutos bajo...— Itachi le sonrió con algo de desconfianza, sabía que el hombre se había dado cuenta de todo, pues no había que ser muy inteligente para darse cuenta de que estaba por tener sexo —. Gracias.

—No es nada —se dio la vuelta tras saludarlo con la mano —. Ah, pero la próxima sean más precavidos — agregó mirándole de soslayo con una sonrisa pícara, y finalmente desapareció en el ascensor una vez que las puertas se abrieron.

El Uchiha suspiró volviéndole el alma al cuerpo, al menos el hombre había resultado ser comprensivo, lo cual agradeció.

Un par de minutos después, Sasuke apareció parándose a su lado para preguntarle si todo estaba bien.

Itachi le contó lo conversado con el hombre, pero le aseguró que aún así iban a estar a salvo.

Y ahora que todo el tenso momento había pasado, se miraron y se rieron de lo acontecido. Parecían un par de adolescentes al no pensar en las consecuencias de sus acciones si llegaban a ser descubiertos por alguien menos tolerante y sin deseos de querer ayudarles (como Suigetsu, por ejemplo).

Realmente tuvieron suerte...

—Ven, juntemos nuestras cosas y vayámonos de aquí —propuso Itachi abrazándolo por los hombros, instándole a caminar en dirección a sus respectivas oficinas —. Te llevaré hasta tu casa.

—Bien...

Y fue así que, sonrientes y relajados, buscaron sus portafolios y demás, para finalmente salir del edificio y subirse al auto del Uchiha (no sin antes avisarle al señor de seguridad, quien se sorprendió de ver que se trataba de un romance entre dos hombres).

•••

—Mi madre había venido a visitarme —comenzó a explicarle Itachi, rompiendo el silencio que se había formado mientras iban en el auto, obteniendo una mirada de confusión por parte del azabache menor, y en seguida aclaró:—. Es por eso que te dejé solo en casa...no podía dejar que te viera allí, supongo que entiendes la razón —aprovechó el semáforo en rojo para mirarle a los ojos —. Pero fui un idiota por no habértelo dicho luego, te hice sentir mal innecesariamente.

Los ojos de Sasuke se iluminaron increíblemente, esa era la explicación que tanto le estaba haciendo falta.

—Tranquilo, entiendo —sonrió levemente —. No debe ser fácil para ti que tus padres se enteren de que te acuestas con chicos —estando fuera de la oficina, podía darse el lujo de tutearle.

No obstante, Itachi se sorprendió un poco por su apresurada conclusión, pues él se refería a que debería conocer a "su suegra" en otra circunstancia más apropiada (aunque con Sasuke jamás sería apropiado), pero al final no es tan desacertado su razonamiento. Mikoto no tiene idea de sus gustos, ni siquiera él mismo lo sabe, de hecho nunca se había fijado en nadie como lo había hecho con su hermano, algo realmente absurdo y, por demás, inmoral.

En pocas palabras, Sasuke era el primer hombre con el había tenido sexo (aunque no era ningún ingenuo en ese ámbito), y desearía que fuera el último, porque adoraría ser su pareja para siempre.

Un sueño un tanto imposible...

Itachi asintió y volvió su vista hacia el frente, arrancando el auto una vez más.

—Aún así quiero que te quede claro que jamás fue mi intención usarte — aseguró, verdaderamente arrepentido —. La llegada de mi madre me había dejado algo alterado y la verdad no supe cómo actuar, fui un desconsiderado y un egoísta. No pensé en tus sentimientos.

Y se produjo un silencio. Ya habían llegado.

Sasuke se mordió el labio inferior al mirar el perfil de Itachi mientras éste aparcaba el auto frente a su hogar, anhelando besar nuevamente al hombre que tanto le gustaba. Y el mayor, tras apagar el motor, ladeó su rostro ante el silencio para corroborar que le hubiera escuchado, volviéndose a perder en sus ojos cautivadores, Sasuke no los apartaba. 

—Itachi...—empezó a decir, cautivado  con sus profundos ojos negros, tan similares a los suyos —...de verdad me gustas, y mucho.

Con ello, el mayor ya no pudo sostenerle la mirada.

Eso no debería estar pasándole, su hermano no...

—Ambos sabemos que no deberías sentir eso por mí...hay miles de chicos en el mundo y-

—No me interesan otros —reafirmó interrumpiéndole —. Yo te quiero a ti.

El pecho de Itachi se oprimió ante la culpa que nuevamente le atacaba, pero, aunque lo intentara, ya no se sentía capaz de alejarse de él.

Tampoco quería hacerlo, honestamente.

—Sabes que también me gustas, Sasuke —le dedicó una pequeña sonrisa, animándose a mirarle a los ojos una vez más —. Y me encantaría intentar tener algo formal contigo...pero soy consciente del riesgo y lo complicado que puede ser al trabajar juntos. No quisiera perjudicarte de ninguna manera.

—No lo harás...—soltó, más que ilusionado al saberse correspondido —. Más allá de todo, sé que lo nuestro puede funcionar, sólo debemos darnos la oportunidad —había acercado sus labios mientras que con uno de sus pulgares acariciaba con dulzura una de sus mejillas.

Finalmente, Itachi se rindió cuando Sasuke lo besó, correspondiendo en seguida los suaves movimientos de su boca.

Estuvieron besándose unos cuantos minutos, hasta que decidieron detenerse para poder bajar del auto.

Una vez afuera, se pararon frente a la puerta de la casa, volviendo a besarse, sonriendo entre besos, anhelando terminar lo que en la oficina habían comenzado.

En la casa habría más privacidad...

Sasuke abrió torpemente la puerta mientras era tomado de la cintura por Itachi, quien no dejaba de darle cortos besos, trasmitiéndole cuánto lo quería.

Pero una vez que ingresaron, cortaron todo besuqueo y manoseo al sentir la presencia de alguien más. Sasuke había pensado que Naruto estaría dormido, pero al parecer no fue así.

Y cuando giró su rostro para pedirle que no volviera a golpear a Itachi, fue inesperadamente interrumpido:
—¡Hijo!/¡Sasuke! —exclamaron al unísono dos personas alegres (aunque desconcertadas) tras ver cómo la feliz parejita había ingresado a la casa besándose y acariciándose.

El nombrado sintió que casi se infartaba de la impresión al ver a sus padres adoptivos allí, con Naruto parado detrás de ellos.

Ellos tenían pensado salir a buscar algo de comer antes de que su hijo regresara del trabajo, con la única intención de sorprenderlo.

Y lo hicieron, aunque no de la manera que esperaban.

—¡Cuántas veces debo decirles que no se aparezcan así de la nada en mi casa! —vociferó Sasuke algo molesto cuando consiguió reaccionar. En serio que odiaba que hicieran eso, ya no sabía cómo más pedírselos.

—Te habíamos enviado un mensaje avisándote, 'ttebane —aseguró su madre mientras fruncía el ceño.

Sasuke iba a replicarle, pero tan sólo quedó boqueando tras recordar que había dejado el celular apagado todo el maldito día.

—¡Tienes novio y no nos has dicho nada! —fue ella misma quien rompió el silencio formado fijando su vista únicamente sobre el hombre de cabello largo —. ¿Cuándo nos íbamos a enterar? ¿Cuándo nos invitaran a la boda? —reprochó al sentirse traicionada, poniendo ambas manos en su cadera. Mientras tanto su marido suspiraba y negaba con la cabeza, sabiendo que ella podía llegar a ser algo exagerada. Es decir, después de todo es la vida privada de Sasuke, y si no quería contárselos estaba en su derecho.

—No les mencioné nada porque lo nuestro es muy reciente — intentó tranquilizarla —. Pero bueno, ya que están aquí se los presento...él es Itachi Uchiha —lo señaló alzando la mano al tiempo que sonreía, obteniendo ahora una mirada de desconcierto y horror por parte de Kushina y Minato —. Trabajamos juntos, de hecho él es mi jefe —añadió finalmente.

Sus padres permanecieron perplejos mirando al susodicho sabiendo perfectamente quién era Itachi, tratando de asimilar la razón por la cual éste estaba teniendo un romance con su propio hermano.

La mujer pelirroja no pudo evitar llevarse una mano al pecho, creyendo que se desmayaría, mientras su marido la sostenía por los hombros, también sin poder creérselo. Al verle con más claridad y, tras saber su nombre, lo reconocieron en seguida.

Por su lado, Itachi hizo un ademán con la mano en gesto de saludo y evitó la mirada recriminatoria puesta sobre él. Ya había tenido el placer de conocer a la pareja en el pasado, aquella vez que acompañó a sus padres a entregar a Sasuke a su nueva familia. Incluso recordaba haber llorado como nunca al momento de tener que despedirse de su pequeño hermano, comprendiendo que "jamás" volvería a verle. Y así debió ser, hasta que se rehusó a respetar las reglas impuestas por su familia. El pacto era que Sasuke nunca debía reencontrarse, ni con él ni con Mikoto o Fugaku.

Pero había roto aquel convenio, teniendo ahora que pagar las consecuencias...

Y sí, lo que se podía apreciar en aquella casa podía definirse como un muy lindo retrato familiar...donde cada uno de sus miembros guardaba su propio secreto, y donde más de uno podría llegar a resultar herido. Siendo Sasuke una víctima potencial de los grandes secretos que comenzaban a salir a la luz...

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