It's an Arrangement

By NocturnaIV

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«Helluva Boss» [Stolitz] [Divergencia de Canon/Matrimonio por Conveniencia] Blitzo tenía todo para traer a su... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21

Capítulo 3

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By NocturnaIV

Blitzø se felicitó por dar contexto a su situación mientras dejaba que Stolas disfrutara de lo que debía ser la primera comida tranquila que tenía en días. Después de todo, lo peor que Blitzø podía hacer era golpearlo con una noticia fuerte con el estómago vacío ¿no?

Así que cuando soltó la gran propuesta, lo hizo a tiempo para que cuando Stolas dejase caer su tenedor en el plato, este estuviese vacío. Blitzø esperó, sintiendo la proximidad de un rechazo inicial, pero él estaba listo con un arsenal de información que había obtenido en los minutos que había estado en esa casa. A pesar de ser una mala idea y pobremente planeaba, Blitzø estaba listo para acorralar a Stolas a que aceptase. Pero en su lugar, él recibió un prolongado silencio y un expríncipe totalmente sonrojado, mirándolo como una vez lo hizo cuando lo vio en los trapecios del circo. Blitzø enmarcó una ceja, ligeramente confundido, pero no hubo una reacción por parte de Stolas.

Qué fácil había sido todo eso cuando habían sido niños. En ese entonces, soltar ideas absurdas o planes descabellados siempre eran recibidos con entusiasmo. En un par de ocasiones Stolas lo había convencido a jugar a la familia y eso había incluido la ceremonia de bodas y posteriormente el cuidar de los hijos que habían sido conformados por diferentes juguetes. En verdad había sido divertido resolver quién cocinaría o quién cuidaría a los niños si se suponía que ambos saldrían a trabajar o qué nombres les pondrían porque debía tener los mejores nombres del mundo. Años atrás, entre las paredes altas del palacio, había sido fácil subir a bordo de ese tipo de cosas.

Pero no eran juegos. Ya no eran niños. Y Blitzø estaba siendo completamente serio.

Ahora era la cruda realidad y no era tan fácil como antes ¿no?

Stolas bajó su mirada a sus manos y se acarició el dedo donde seguramente estuvo el anillo de bodas que usó por un tiempo.

— El día que tú y yo nos conocimos, fue porque me anunciaron que tenía un matrimonio arreglado. —Stolas confesó, sin mirarlo— No podía parar de llorar y no había forma de consolarme. Así que fuimos al circo y ese fue el día que te vi en el escenario. —Él levantó la cabeza y sonrió ligeramente avergonzado— Jamás había visto a alguien tan seguro de sí mismo y con una sonrisa tan intensa ¿Y la forma en que ingeniosamente cubriste tu error con el globo? Fue magnífico.

Blitzø enmarcó una ceja por el sorpresivo halago. En algún punto, él no recordaba quien, alguien le había explicado que la única razón por la cual a Blitzø se le permitía estar en el castillo era porque había logrado llamar la atención de Stolas. Lo cual, para un niño como él, que siempre quedaba en las sombras de los logros de otros como su hermana y Fizzarolli, había marcado su alma a fuego vivo. Stolas, quien podía tener todo y de seguro había visto de todo, se había fijado en él de entre todos.

Pero.

¿Oír al propio Stolas decirlo?

Blitzø no sabía por qué, pero solo lo volvía más real. Su corazón latió con más fuerza y le costó apartar la mirada de esos ojos brillantes e intensos.

— Siempre admiré eso de ti. La agilidad de tu mente y lo bueno que eras actuando en momentos de estrés. —Stolas continuó— Cuando nos separaron, me aferré a esos aspectos de ti, pensando que podría llevar algo de mi maravilloso amigo conmigo a pesar de las circunstancias ¿Después de conocer a Stella y notar su... carácter? Tú me inspiraste a involucrarme en el desarrollo de mi contrato nupcial y crear una ¿Cómo solías llamarlo...? —Él llevó sus largos dedos a su mentón— Oh... eso que hacías para evitarnos problemas.

— ¿Salida de emergencia? —Blitzø parpadeó un par de veces y luego sonrió de lado al notar lo entusiasmado que lucía Stolas al oírlo— ¿Te refieres a cuando preparaba de antemano cuartadas para nosotros?

Stolas apoyó sus dedos sobre la punta de su pico y ululo una risa que Octavia había heredado. La risa que Blitzø había encontrado adorable en la niña y por ende ¿Él encontraba adorable en el adulto al otro lado de la mesa?

— Sí, recuerdo «¿Desaparecieron las galletas? No pudimos ser nosotros, estuvimos pintando todo el día y morimos de hambre» y luego enseñabas todos los dibujos que supuestamente habíamos hecho. —Stolas asintió— Y debido a que habíamos guardado las galletas en lugar de comerlas, en verdad teníamos hambre y no podían regañarnos. —Stolas apoyó su mentón sobre su mano y sonrió nostálgico— La razón por la que me casé fue para darle a mi línea de la realeza un heredero. Y mi padre creyó que, con Octavia en la línea, yo no me negaría a ninguna obligación ni lucharía contra ellos. Pero... me las arreglé para poder huir y traer a Via conmigo. A pesar de que... —Stolas miró a su alrededor— No sé qué estoy haciendo.

Blitzø se estiró sobre la pequeña mesa y tomó la mano de Stolas. Él se dijo que estaba haciendo eso por Loona. Y era verdad, lo estaba haciendo por ella. Pero también se trataba de algo mucho más profundo que eso. Algo nostálgico y nuevo, entre cientos de cosas en su vida y la pequeña que dormía en el piso de arriba.

— Bueno, yo tengo una idea de cómo se improvisan estas cosas.

Stolas sonrió nervioso y sus mejillas volvieron a sonrojarse. Aun así, no quitó su mano y sus ojos se posaron en donde sus dedos se encontraban. Blitzø sintió que su piel ardía bajo ese suave escrutinio y el impulso de ocultar su mano fue fuerte, pero sabía que debía seguir su plan. No podía venderle a Stolas la idea de que él era el héroe que rescataba el día si no podía mantener contacto físico por cinco segundos ¿no?

— Aún si no supieras de esto. —Stolas confesó, girando su mano para que sus dedos pudieran acariciar la palma de Blitzø y fue un contacto excesivamente lento y ridículamente agradable— Lo que quieres hacer es algo hermoso y solo por eso estoy encantado de poder ser de ayuda.

Blitzø parpadeó lentamente y retiró su mano para presionarla contra su pecho y así evitar que su corazón se le escapara.

— ¿Hablas en serio? —Blitzø se inclinó sobre la mesa— ¿Me ayudarías aun si no tuviese nada que ofrecerte a cambio?

Stolas asintió, visiblemente extrañado que no fuese algo obvio.

— Quieres adoptar a una can infernal con quien tienes una fuerte conexión. No tienes que decirme la historia atrás de eso, pero lo noto en tu rostro. —Stolas explicó— Cuando hablas de Loona no puedes evitar sonreír como si ella fuese todo lo que es bueno en esta y las otras realidades. Y entiendo ese sentimiento. Tal vez no te parezca, pero tú me ayudaste a que pudiese tener a Octavia conmigo. Solo por eso te estoy eternamente agradecido ¿Y la idea de poder reunirte con tu hija? Es un honor para mí.

«Tu hija». Stolas lo dijo como si fuese un hecho, no una posibilidad que dependía de firmar unos papeles. La elegancia de sus palabras envolvió sorpresivamente a Blitzø. Él se dejó caer en su asiento, mirando hacia todos lados esperando ver una señal de que estaba soñando.

¿Así de fácil?

Blitzø había estado dispuesto a usar todo su arsenal para convencer a Stolas de que aceptase. En realidad, había estado muy interesado en usar su armamento más manipulador y sexual si eso implicaba arrancarle un tembloroso «si» al otro demonio. Pero Blitzø no había esperado que —con ese nivel de elocuencia— Stolas aceptase. Así que Blitzø se cruzó de brazos de forma protectora y tuvo que ordenar sus pensamientos antes de poder continuar. No quería ilusionarse o mal interpretar las cosas.

— Así que lo que quieres decir... —Él pronunció lentamente— ¿Es que...?

— Para mi será un honor ayudarte, Blitzø. —Stolas reafirmó.

— Bueno... sería solo en papeles. —Él se adelantó, encogiéndose de hombros y forzando una sonrisa en sus labios— No cambiaría nada en tu vida. Puedes seguir disfrutando la vida de suburbios y todo eso. Yo tengo mi vida hecha en Orgullo y este lugar es increíble para criar a tu hija. —Él agitó su mano en el aire— ¡Oh! Pero te puedo ayudar con Octavia y darte algunos consejos en el camino. —Blitzø se encogió de hombros.

— ¿No cambiaría nada en mi vida...? —Stolas sonó decaído ante esa idea y sus ojos observaron a su alrededor, mientras las garras de sus patas rozaron nerviosamente el suelo de la cocina— Pero... Mencionaste que trabajas en este mismo Círculo ¿verdad? Y hay suficiente espacio aquí para Loona y para ti. —Él lo miró dubitante— Octavia te tomó un franco cariño rápidamente. Yo sé qué esto no es el palacio, pero sigue siendo un lugar bastante grande para un padre y su hija...

Blitzø se rio, tomando esas palabras como la amabilidad clásica de Stolas que al parecer no había cambiado con los años. Eso solo hacía más impresionante el hecho de que pudiese divorciarse y separarse de la realeza. Stolas en verdad debía amar a su hija para no dejarse humillar o manipular.

— Hombre, no te preocupes. Tengo mi propio departamento y una perfecta habitación para Loona. No es algo tan bonito como esto, después de todo está en Ciudad Imp en Orgullo, pero es mío ¿Sabes? No es alquilado. —Él infló su pecho con orgullo— Además, tengo una novia ¿recuerdas? Se va a poner muy real si además de casarme contigo vengo a vivir en la perfecta casa familiar. —Blitzø sonrió con satisfacción por haber encontrado una solución— Pero puedo venir regularmente. Octavia necesita alguien divertido en su vida.

Lo último lo dijo con burla, pero él no obtuvo el resultado esperado. Ni una pequeña risa. Stolas parpadeó varias veces y sus dedos tamborilearon los bordes de la mesa.

— Oh, por supuesto... Tu novia no se sentiría cómoda... —Stolas se empujó hacia atrás, hasta que apretó su espalda contra la silla— ¿Y con quién planeas dejar a Loona? —El expríncipe preguntó dubitante— Ella debe estar asistiendo a la escuela y seguramente saldrá antes que tú lo hagas de tu trabajo ¿verdad?

Blitzø parpadeó lentamente. Él había pensado que, debido al grado de independencia que Loona mostraba, ella podría hacer el camino de regreso al departamento y esperar por él ahí. No era lo más ideal y Blitzø preferiría no dejarla sola. Pero escuchando a Stolas...

— ...ella podría venir aquí y tú podrías recogerla. Como dijiste, no queda lejos de Loo Loo Land. —Stolas ofreció con renovado entusiasmo— No trabajo... Nadie quiere contratarme y caer en malos términos con la realeza Goetia. Así que... —Él se encogió de hombros— Puedo hacerlo y... de esa forma podrías darme consejos y todo eso.

No sonaba mal, en realidad.

— Suena bien. Pero luego voy a volver a eso de que no estás trabajando. —Blitzø miró a su alrededor— ¿Tienes amigos?

Stolas se sonrojó y negó.

— No puedes pasar encerrado aquí todo el tiempo. —Blitzø anotó eso en su lista de tareas por hacer y se alarmó al notar que en pocos minutos la mayoría trataban sobre Stolas, al punto en que sus alarmas se dispararon y él brincó del asiento— ¿Entonces? ¿Nos ponemos en contacto? —Blitzø agitó su celular donde había guardado la información de contacto de Stolas.

— Sí. —El otro demonio presionó contra su pecho su propio celular y sonrió ampliamente— Me entusiasma la idea de charlar contigo otra vez.

Blitzø sintió sus mejillas calentarse y le dio la espalda a Stolas para ocultarlo.

— Bien, eso suena bien. Yo... debo irme. Intenta deshacerte de toda ropa con lana y no dejes dormir tanto a Octavia. —Él aconsejó acorde caminaba hacia la salida— Es bueno que la acostumbres a un horario de sueño similar al del resto del mundo.

— Dormir en la noche, sí. —Stolas aseguró muy cerca de él.

Blitzø se estremeció cuando pudo sentir la presencia de otro demonio tan cerca de su cuerpo. Había sido fácil olvidarse que, a pesar de todo el caos, Stolas había crecido para convertirse en alguien increíblemente atractivo y elegante. Aún en los confines de esa zona del suburbio y con el caos de la paternidad encima Blitzø se enfocó en la conversación.

— Pero igual ella va a tomar siestas. Debes ir calculando qué es lo más prudente. Igual, averiguaré si puedo conseguir algo de información sobre demonios como tú.

— Lamento darte tantas molestias... Se que es absurdo que—

Stolas se detuvo cuando él se giró y se apoyó contra la puerta, mirándolo fijamente.

— Estás haciendo mejor trabajo que muchos bastardos allá afuera. Incluidos nuestros propios padres. No lo olvides. —Blitzø le recordó con tono serio— Deja de ser tan duro contigo mismo.

Él no esperó respuesta. En su lugar, salió de ahí y se apresuró a volver a Orgullo. Cada día estaba más cerca de cumplir su promesa con Loona y consigo mismo. Una vez más, Stolas estaba demostrándole ser un refugio para el caos que era su vida.

▬◙▬

Blitzø hubiese querido ir al orfanato, pero era demasiado tarde y el horario de visitas ya había concluido hace mucho tiempo. La idea de volver a su departamento sonaba pesada y casi asfixiante. El lugar era tan... solitario. Más ahora que la habitación de Loona era un recordatorio que su hija aún no estaba con él. Así que prefirió hacer una visita a Verosika y se sorprendió cuando llegó a su piso, porque no había música proviniendo de ahí. Tal vez habían salido. Blitzø llegó hasta la puerta pintada en rosa y entró usando sus llaves.

Desde el sofá de la sala apareció la cabeza de Verosika, iluminada por el televisor atrás de ella.

— Pensé que no habías leído mi mensaje.

— ¿Me enviaste uno? —Blitzø se dio un golpe mental por no revisar sus notificaciones.

— Sí... —Verosika giró sus ojos— No importa, te escribí para que vinieras a pasar la noche.

— ¿Ves? —Él avanzó con buen humor y saltó sobre el sillón para caer a su lado— Mentes iguales y todo eso. Estamos conectados.

— No deberías saltar con zapatos encima de mi sofá blanco. —Verosika lo regañó sin verdadero enojo y lo besó lentamente, sonriendo contra sus labios— Pero ya hay demasiadas manchas como para que importe.

— Te dije, debiste conseguir el negro. —Blitzø se sentó y observó la pantalla— ¿Qué estamos viendo?

— Nada. Estaba hablando con Vox hasta hace un segundo. —Verosika señaló la pantalla azul— Dice que en la última guerra de territorios perdió a la mitad de su servicio de seguridad y está interesado en contratarte. Siempre y cuando yo le prometa que no voy a distraerte. —Ella se encogió de hombros de forma juguetona.

Oh, no, él conocía esa actitud despreocupada.

— Sika... —Blitzø dijo molesto— Te dije que me dieras tiempo para pensarlo.

— ¡No fue mi idea! —Ella levantó sus manos con inocencia— Vox y yo estábamos hablando de la fiesta que hará Satán y que yo podría cantar ahí y... el tema surgió naturalmente.

— Mentiras. —Blitzø enterró su rostro entre sus manos para contener el deseo de gritar— Esos temas no están remotamente conectados.

— Pero... Bly, ya no vas a poder adoptar a la cachorra ¿no? —Verosika lo miró con seriedad— Por ende, no hay razón para que estés trabajando en ese horrible lugar con ese estúpido robot que te pone de tan mal carácter todo el tiempo.

Ella tenía razón.

Eso era lo peor.

No sobre la adopción, pero sobre la copia mecánica de Fizzarolli que buscaba constantemente atormentarlo.

Verosika deslizó sus perfectas uñas por su mentón y se inclinó más cerca, sonriéndole con la promesa de cientos cosas pecaminosas. Suficientes para distraerlo de esa pelea.

— ¿Crees que me gusta verte llegar aquí enfurecido y perdiendo tu tiempo mientras maldices a ese ridículo robot? —Verosika negó— Siempre hay mejores cosas que hacer que trabajar en algo que no amas. Y ahora esta es tu oportunidad. Nada de ata a esa patética excusa de centro de entretenimiento.

Él luchó por no apartar su mirada de los ojos de Verosika. Si lo hacía y reparaba en el provocativo escote o en la curva peligrosa que era la espalda arqueada y las caderas levantadas que formaban parte de la oferta de Verosika, él iba a olvidarse de todo.

— Voy a adoptar a Loona. —Blitzø respondió en su lugar.

— Pero no puedes... —Ella se sentó sobre sus talones.

— ¿Recuerdas a Stolas?

— ¿El expríncipe Stolas que es la noticia en la boca de todo el mundo?

— Sí, pero... también es el Stolas al que mi padre técnicamente me vendió como su regalo de cumpleaños cuando era niño. —Blitzø giró el rostro para verla y notó lo tensa que lucía— Hablé con él y aceptó ayudarme con—

— ¿Planeas casarte con él? —Verosika se levantó rápidamente y lo miró sorprendida, usando el sillón como barrera entre ellos— Dime... dime que estás bromeando.

Blitzø la miró sin entender. No la estaba forzando a que lo ayudara y Stolas era un buen amigo.

— Oh, por Satán. —Ella se movió hacia el mesón de la cocina y tomó unos papeles— ¿Si quiera leíste la ley sobre estar casado para adoptar?

Él se arrodilló sobre el sillón para mirarla y negó.

— ¡Lo imaginé! —Verosika agitó con mayor fuerza los papeles— Si adoptas debes registrar la dirección de vivienda. —Ella esperó unos segundos y cuando Blitzø no dijo nada, dejó caer sus hombros— Eso significa que van a tener visitas sorpresas donde van a confirmar que ustedes tres—

— Cuatro, Stolas tiene una hija ¿recuerdas? —Blitzø interrumpió.

Verosika lo miró con mayor indignación por estarse tomando tan bien las cosas. Ella apoyó una de sus manos sobre su cadera y enmarcó una ceja.

— ¿Eso quiere decir que estás bien con vivir con él?

— No era lo que había planeado. Lo admito, pero sí, Stolas me ofreció que podía vivir con él. Tiene espacio suficiente. —Blitzø respondió casualmente— Puedo registrar su casa como vivienda de residencia y alquilar mi departamento. El dinero extra me vendría bien. Stolas se ofreció a cuidar a Loona mientras trabajo.

— ¡Oh! ¿En serio? —Verosika respondió con sarcasmo— Que amable de su parte ¿También te ofreció su cama para que duermas?

Blitzø comprendió hacia donde iba todo eso y comenzó a reírse. Él dio un brinco para sentase sobre el respaldo del sillón, balanceando su cuerpo con destreza para poder mirar a su novia al mismo nivel.

— Estas celosa. —Él canturreó.

Siempre había algo adorable que una de las súcubos más admiradas, la cantante más famosa de todos los Círculos y en sí, un demonio tan impresionante como Verosika se pusiera celosa o territorial con alguien como él.

— ¡Claro que estoy celosa! —Verosika lo miró sin poder creer que esa fuese una pregunta— Actúas como si no tuvieses problema con irte con él.

— Porque sería como tener un compañero de departamento. —Él se encogió de hombros— Uno muy torpe y que necesita bastante guía.

— Oh, debes amar que te vaya a necesitar. —Verosika apretó sus puños— No actúes como un tonto, Blitzø. Tú y yo sabemos que te encanta cuidar de otras personas.

Blitzø giró sus ojos, dejando caer su cabeza hacia atrás.

— No intentes lanzarme en cara mis kinks. No se trata de eso y lo sabes.

— No puedo creer que hagas esto... —Verosika dejó los papeles sobre el mesón y se cruzó de brazos en un obvio intento de poner más barreras entre ellos— ¿En serio mi opinión no importa? ¿Vas a ir y vivir con otra persona para jugar a la familia feliz? ¿Qué seré yo? ¿Tu amante?

— Sika. —Blitzø puso su voz seria y se inclinó en su dirección— Tú escogiste no involucrarte. Y no entiendo por qué actúas como si te estuviese anunciando que voy a engañarte.

— ¡Porque técnicamente es lo que estás haciendo! —

— No actúes como si nuestra relación fuese monoamorosos. —Blitzø odiaba el término «monógamo» como opuesto a poliamor. El estúpido término era el opuesto a poligamia y eso se trataba de era sistemas y prácticas diferentes a lo que ellos estaban haciendo— Tú te acuestas con todos los miembros de tu banda, con humanos en el mundo de los vivos y otros demonios más. Yo a veces tengo sexo casual y me uno contigo a algunas cosas. Nuestra relación jamás ha sido exclusiva ni hemos criticado al otro por disfrutar su sexualidad. —Blitzø la miró con incredulidad— ¿Por qué actúas así ahora? ¿Yo no puedo ir a vivir con un amigo, pero tú si puedes vivir con los tuyos?

— Porque tú sabías quién era yo y qué era lo que hacía desde el inicio. —Verosika peinó su cabello hacia atrás— Sabías en qué te metías y qué quería yo de nuestra relación ¿Recuerdas? Justo antes de que me besaras la primera vez te dije que no quería otro amante y tú me dijiste... —Ella desvió la mirada— ...tú me dijiste que querías ser mi novio. —Verosika lo encaró, visiblemente incómoda— Tú sabías, Blitzø. Tú siempre supiste que yo necesitaría a otros para alimentar mi energía demoniaca y cuál era mi rol como súcubo. Pero también te he dejado en claro que tú y solo tú eres mi novio. La distinción siempre fue clara. En cambio, adoptar a esa can infernal y ahora simplemente irte a vivir con otra persona son cosas nuevas que esperas que simplemente acepte a pesar de que antes no mostraste intención de hacerlo ¿Cómo sé que no va a ser emocional lo que compartas con él?

— Porque Stolas es solo mi amigo. —Blitzø respondió y saltó al suelo, sintiendo su corazón latir con fuerza, como si estuviese danzando entre múltiples realidades con varias verdades y él no estuviese escogiendo la correcta.

— ¡Por favor! Tú y yo también éramos solo amigos. —Verosika respiró hondo— Tú también comenzaste tu interés en mí con el deseo de ayudarme y nada más. —Ella respiró hondo— Has cambiado tanto desde que decidiste que querías adoptar a esa can infernal...

Él miró el suelo, preguntándose si era verdad. Pero toda su vida él había sido así. Un imbécil, incompetente e idiota, pero patéticamente dedicado a otros. Siempre había querido una familia, cuidar de otros y recrear los momentos fugaces en donde había sentido que todo era perfecto. Simplemente que con Verosika él había creído que por un tiempo estaría bien con ser solo ella, pero había estado mintiéndose a sí mismo.

— No me pidas que la abandone. No pongas a Loona en la deriva. —Blitzø dio un paso hacia ella y apretó su mano sobre su gargantilla— No me pidas que escoja.

El peso de esas palabras cayó sobre Verosika como hielo. Su rostro perdiendo toda emoción alimentada por pasión o ira y ella se quedó en nada. Verosika miró los papeles en el mesón y los apretó entre sus manos, dejando que sus garras destruyesen el material. Ella lo miró con resentimiento y sus ojos brillando con lágrimas.

— Vete.

— ¿Qué? —Blitzø negó, porque no quería herirla, pero tampoco podía darle la espalda a Loona.

«Tu hija.» había dicho Stolas, con total convicción.

— ¡Vete! —Verosika lanzó los papeles a los pies de Blitzø y fue hasta la puerta, abriéndola por completo— Deja tu copia de las llaves y déjame sola. No quiero verte.

— Vero—

— Si tanto quieres buscar amor incondicional fuera de aquí ¿Por qué no vas y buscas a tu nueva familia? —Verosika apuntó el corredor— Obviamente yo no soy suficiente.

— Tú sabes que eso no— —Blitzø intentó alcanzarla, tomar su mano y hacerle entender que no era verdad, pero ella lo fulminó con la mirada.

No quería ser tocada. No por él. No en ese momento.

— No puedo creer que prefieras a una can infernal a nosotros. —Verosika murmuró.

¿Pero la forma en que lo dijo? La manera en que su boca escupió esas letras fue un golpe bajo para Blitzø. Él sintió algo despertarse en su interior, una furia protectora que lo hizo buscar las llaves que había usado para entrar y dejarlas sobre el mesón de la cocina antes de encaminarse afuera.

— Su nombre es Loona. —Blitzø respondió cortante, mirando fijamente a Verosika— Y siempre voy a escoger primero a mi familia ¿Tú no quieres ser parte de eso? Está bien. Lo entiendo. Pero no tienes que escupir sobre ellos.

Cuando él pisó el corredor, la puerta atrás de él se cerró con fuerza seguido de un grito agonizante que destrozó su mente. Una serie de insultos escapó de su boca. Blitzø podía sentir que tenía cientos de cosas que quería decirle a Verosika. La mayoría de ellas referentes a Loona. Pero en su lugar se encontró haciendo el mismo camino que hizo horas atrás. Esta vez sabiendo a conciencia que era una mala idea. Pero no se detuvo. No le importó. Él necesitaba la mala idea para estabilizarse. El error cometido a conciencia era una promesa de dolor que podría callar los reproches de su cerebro.

Las palabras de Verosika flotaron en su mente mientras Blitzø iba en búsqueda de Stolas. Él sabía que debía detenerse y tomar otro camino. Lo que deseaba hacer no era tan malo. Si él buscaba un bar o llamaba a Angel Dust, sabía que tendría una buena distracción. Desahogar su frustración y enojo en el sexo intenso era algo que ayudaba a despejar su mente y no estaba fuera de los límites.

Pero su cuerpo ya había tomado una decisión.

Técnicamente no estaba haciendo nada malo.

Necesitaba ver a Stolas.

Técnicamente estaba pasando sus límites al ir exactamente a la persona que había ocasionado toda esa pelea.

Porque a pesar de que Verosika no había dicho que Stolas estaba fuera de discusión, ella no había lucido complacida con la posibilidad. Oh, pero la parte más vil de su mente le recordó que si los roles fuesen invertidos, Verosika se aprovecharía de ese vacío legal para herirlo un poco más. Joder, ella le enviaría fotos y luego lo jodería hasta dejarlo idiota mientras alardease de que técnicamente él no podía estar enojado. Y en el fondo, Blitzø amaría cada segundo de esa astuta tortura.

Entonces ¿Por qué en esa ocasión él se sentía como si estuviese cruzando una línea?

Oh, porque Blitzø necesitaba tomar malas decisiones.

El resentimiento de Verosika y la ciega ayuda de Stolas se entremezclaron en su mente. La forma en que ambos hablaban de él y sobre la gran decisión que quería tomar dejaron en agridulce en su boca.

Para cuando llegó a su destino y el expríncipe abrió la puerta, Blitzø pudo controlarse lo suficiente para hacer una pregunta importante al sorprendido demonio.

— ¿Octavia está durmiendo?

Solo le bastó ver el inicio de una afirmación para que Blitzø derribase con su cola a Stolas y lo hiciera caer sentado en el suelo. Él cerró la puerta atrás y se dejó caer sobre el regazo de Stolas. El sorprendido demonio lo miró confundido y un bonito sonrojo pintó sus mejillas cuando Blitzø lo tomó del cuello de la camisa y lo atrajo a un suspiro de su boca.

— Esta es tu oportunidad de apartarme y—

Nunca pudo terminar la oración. Stolas lo rodeó con sus brazos y lo atrajo contra su pecho, arqueándose contra él para que quedara en claro que sabía qué iba a ocurrir y cuánto Stolas lo anhelaba. Blitzø rio con malicia entre provocativos besos y cuando él cerró su agarre en la coleta de Stolas, justo en su boca, el otro demonio lo besó con absoluta necesidad. Sus sentidos se embriagaron de Stolas y le permito a su cuerpo confesar cuánto había querido hacer eso desde que acompañó a Stolas en la cocina y luego lo vio quitarse el holgado suéter. Blitzø tardó un segundo o dos en percatarse que el deseo y la desesperación era algo mutuo y se sintió capaz de derrocar el cielo si es que eso le daba otro segundo con Stolas mirándolo con anhelo.

— Vas a tener que guardar silencio mientras hago contigo lo que quiera, cosa bonita. —Blitzø susurró contra su oído y lo sintió estremecerse— Después de todo, mi total atención es lo que te mereces. —

Y Blitzø volvió a besarlo, sabiendo que esa era una magnífica y terrible idea. Stolas gimió contra su boca y fue un sonido vibrante y musical que calentó su sangre.

No iba a desperdiciar la oportunidad.

Saludos criaturitas diurnas y nocturnas: ¿Saben? Siempre tengo esta pequeña duda sobre cuál es la emoción final de un capítulo para el lector ¿Es la emoción más predominante? Como cuando Blitzø y Stolas congeniaban sobre paternidad y ayudarse mutuamente? ¿Es la frustración o empatía durante la pelea entre Verosika y Blitzø? ¿O es la escena final donde Blitzo sucumbe a la tentación? ¿Qué emoción queda marcada en el lector al terminar un capítulo? Siempre creo que es la escena final, pero ¿Qué opinan ustedes?

Espero que les haya gustado el capítulo.

No olviden acompañarme en Twitter: NocturnAtuc

¡Nos leemos!

Nocturna IV

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