๐Ž๐๐‹๐˜ ๐€๐๐†๐„๐‹ | ๐’๐ก๐š๏ฟฝ...

By _VENUSMIKAELSON

216K 24.2K 9.6K

๐Ž๐๐‹๐˜ ๐€๐๐†๐„๐‹ | โ Soy feliz manteniรฉndote estancada entre mis dientes. Y no hay nada que pueda hacer al... More

ONLY ANGEL
memes
memes 2
part i. โ”โ” she is so unbearable
01 | new york
02 | damn giraffe
03 | the descent into hell is not easy
04 | little princess
05 | hellish confusion
06 | What are you looking at, dude?
07 | I would never judge you for that
08 | angel miracles
09 | damn sexy werewolves
10 | oh shit
11 | Lydia Branwell
12 | do you want a candy?
13 | it wasn't her
14 | the Zahra family
15 | pregnant!?
16 | the trial
17 | the Cairo Institute
19 | where is my daughter?
20 | please do not leave me
extra| the new goddess
part ii. โ”โ” she is all i want

18 | the masquerade ball

6.1K 719 473
By _VENUSMIKAELSON

CAPÍTULO DIECIOCHO


Sus tacones la estaban matando, su vestido azul caía era largo que hasta llegaba a sus talones, balanceándose con el viento surgido de sus pasos apresurados por aquellos pasillos traicioneros del instituto de New York.

Nadie estaba, todos estaban en la ceremonia y ella iba llegando tarde, quería evitar ese sentimiento de dolor en su pecho, ignorando el picazón de sus ojos donde las lágrimas suplicaban por salir a relucir su sufrimiento. El maquillaje era una capa que disimulaba lo rota que se encontraba en ese instante, sabiendo que el hombre que amaba, pero no admitía en voz alta se estaba casando en ese mismo instante y ella no podía hacer nada para impedirlo.

En realidad si podía hacerlo, pero no se molestaría en arruinar el futuro de Alec, dándole la oportunidad para que sea feliz, aunque no sea con ella...

Se queja en voz baja, apoyándose la pared; cayendo al suelo, escondiendo su rostro entre sus manos tratando de silenciar el sollozo que salió de forma traicionera. Una parte de ella se estaba yendo, una parte de su corazón se iba apagando, y ella no hacía nada más que quedarse sentada allí, deseando no llegar a esa sala donde al entrar se encontraría con esos ojos verdes que la volvían loca, sintiendo su mundo caer lentamente.

Pasos se escuchan y ella trata de recomponerse, levantando la mirada cuando esa persona se para delante suyo. No dicen nada, simplemente se sienta a su lado en el suelo, abrazándola y atrayéndola, consolándola y susurrándole cosas reconfortantes.

—Aún estás a tiempo, Akila —le dice.

—No lo haré. No haré nada —responde de forma lenta, acurrucándose entre sus finos brazos.

—Sabes que no será feliz.

—No lo será si está conmigo, Clary —niega, sollozando—. Ya es demasiado tarde, de seguro ya se está casando.

La pelirroja niega, agarrando el rostro de aquella que consideraba casi como una hermana.

—Él no ha querido que inicie aún, tal vez también tiene esperanza de que llegues. Vamos, Akila, sé que puedes hacerlo.

—¿Y qué hago? ¿Ah? ¿Llego diciendo; yo me opongo? —hace una mueca—. Puedo estar enamorada, pero mi dignidad es primero. No pasaré el posible ridículo que me rechace.

Clary suelta una risa.—Solo acompáñeme, ¿si? Y si no puedes con ello te prometo que te sacaré de ahí lo más rápido posible.

—¿Y si nos escapamos, vamos al Cairo y nos casamos? Seria mejor para ambas, las dos con el corazón roto, pero al menos juntas —propone, tratando de bromear.

—Me agrada la idea —confiesa, ayudándola a levantarse.

Akila cierra los ojos cuando Clary comienza a quitarle las lágrimas de sus mejillas, acomodándole el cabello y estirando mejor su vestido. La pelirroja agarra el rostro de la egipcia dejando un pequeño beso en su mejilla antes de enredar sus brazos y caminar hacia la sala.

Alec sentía sus manos sudar de los nervios mientras sentía a la gente observarlo de forma expectante esperando alguna reacción, pero él tenía la vista fija a las grandes puertas que estaban siendo cerrada, justo cuando dos figuras fueron vistas delante de ellas, haciendo que los guardias volvieran a abrirlas.

Su respiración casi desaparece al verla ahí, sonriendo con Clary mientras entraban, con aquel vestido azul que se había acomodado perfectamente a su cuerpo, esos tacones que estilizaban sus piernas, un natural maquillaje y su cabello liso cayendo sobre sus hombros. Ella era tan hermosa que hacía que suspiros de tonto enamorado salieran de sus labios. Quería dejarlo todo atrás e ir corriendo hacia ella, besándola delante de todos sin importa nada, pero no lo hizo.

El hermano silencioso llama la atención del público diciendo que la ceremonia iba a comenzar. Solo deseaba una mirada, una sola mirada para mandarlo todo a la mierda, pero Akila ni siquiera se atrevía a mirar al frente, distrayéndose hablando con Clary y con sus padres mientras que Gahiji y Magnus murmuraban en voz baja. Ella no quería verlo, tenía miedo de derrumbarse allí mismo.

Akila sonrió levemente al ver a Lydia pasar, ella realmente lucia hermosa. Pero, nuevamente desvió la mirada al momento en el que ella y Alec se agarraron de las manos.

—Es hora que Alexander Lightwood y Lydia Branwell se marquen el uno al otro con la runa de unión matrimonial. Una runa en la mano y la otra en el corazón, nace una unión —habla el hermano silencioso.

Akila sintió como la mano de Magnus se entrelaza con la suya al igual que la de Clary, ambos dándole apoyo, la egipcia levanta un poco la mirada captando a de Izzy, quien la miraba de manera triste.

Una lágrima traicionera se desliza por su mejilla y Alec giró en el momento exacto en la que ella lo miró por primera vez, cruzando por primera y última vez miradas.

Y justo cuando Lydia estuvo por hacer la runa en el corazón de Alec, la egipcia se soltó del agarre de sus dos amigos, desapareciendo de aquella ceremonia de manera sutil. Alec solo pudo ver su cabellera desaparecer entre las puertas que eran cerradas nuevamente por los guardias.

Alec detuvo la mano de Lydia.

—¿Estás bien, amigo? —pregunta Jace.

—¿Alec? —Lydia también lo mira preocupada al parecer el hombre estaba teniendo un ataque de pánico.

Sentía el latir de su corazón de manera rápida, sin saber con exactitud qué hacer.

—Yo... no puedo hacerlo —balbucea.

Lydia sonreía, comprendiéndolo.

—Lo sé, esta bien.

—No puedo hacer esto, creí que hacíamos lo correcto, pero no es así —niega.

—No es necesario que me expliques —lleva su mano a la mejilla del más alto, pero él estaba en su propio mundo—. Mereces ser feliz, Alec.

Eso fue lo único que necesitaba oír para bajar del altar, y comenzar a caminar acelerado, frenando de golpe viendo a sus padres, en especial a su madre. La mujer estaba sonriendo de una forma para nada disimulada.

—Ve por ella —formula con los labios en voz baja, dándole la confianza que le faltaba a su hijo para salir de aquella ceremonia con pasos apresurados.

Akila se encontraba batiendo una mezcla de pastel en la cocina del instituto, tratando de distraerse e ignorando sus lágrimas justo cuando escuchó como alguien frenaba de golpe en la puerta, confundiéndola al ver a un desesperado Alec quien no dudó en caminar hasta ella.

—Maldita mujer que me vuelve loco —se queja, separándola de la mezcla, agarrando su rostro entre sus manos y juntando sus labios en un beso lento, pero anhelado.

⸻ 𓃠 ⸻

Ella toma una gran bocaza de aire, desorientada abriendo sus ojos, viendo a todos lados una vez que la luz ya no le cegaba y sintiendo un fuerte agarre en su cintura notando el brazo de Alec enredado contra esta mientras se acurrucaba más. Ambos estaban en la habitación de Akila en el instituto del Cairo, viendo por el enorme ventanal que la mañana ya había llegado.

—Un sueño...un maldito sueño —suspiró, echando su cabeza hacia atrás nuevamente.

—Deja de moverte —se queja un somnoliento Alec, quien se apegaba más al pequeño cuerpo de la mujer que estaba acostado a su lado.

—Limón, debemos volver. Ya son más de las doce del medio día —dice con sorpresa agarrando su teléfono y viendo la hora—. ¡Alexander! —se queja cuando él se sube sobre ella, aplastándola—. Vamos, Lightwood, tenemos obligaciones que cumplir.

—¿Dónde quedó la mujer rebelde que no le importaba las reglas? —se burla, levantando su cabeza para mirarla mejor.

—¿Y dónde quedó el hombre obsesionado con las reglas?

Él bufa levantándose con pesar, ambos comenzando a vestirse y buscando sus cosas correspondientes para regresar al instituto más rápido.

⸻ 𓃠 ⸻

Lo primero que Alec sintió al cruzar el portal fue como alguien casi se cae con cajas llenas de copa de vino. El instituto era un caos, todos trabajando, decorando y alistando todo para el baile de máscaras que se realizará esa misma noche.

—Tus padres realmente se toman en serio esto de los bailes —dice Alec, frunciendo el ceño al sentir como Akila soltaba su mano y carraspeaba.

—¡Alec! Hasta que te encuentro, ¿dónde estabas? —llega Lydia, cruzándose de brazos al estar frente al dúo—. No importa, Clary y Jace volvieron a desaparecer.

—¿Ahora no pueden salir? ¿Qué somos? ¿Sus niñeras? —bufa el director—. De seguro es por una buena razón.

—Tal vez tengan una cita —comenta Akila—. En fin, me retiro. Tengo un baile que organizar —dice, tirando besos al aire.

Alec mira la figura de Akila desaparecer entre la multitud, aun escuchando su voz soltando gritos de indicaciones.

—Mis padres vendrán hoy —menciona Lydia, comenzando a caminar siendo seguida por Alec.

—Que bueno, me alegro por ti —dice distraído mirando las pantallas de la sala de control.

—Creo no lo entiendes —lo agarra de ambos brazos, haciendo que se tense ante el contacto—. Vienen para conocer a mi prometido.

Él trata de disimular una mueca ante la mención de su compromiso, recordando lo que le había prometido a Akila en la madrugada.

—Sobre eso...Lydia, yo quería decirte que...

—¡Alec!

Una alterada Izzy llega a ellos arrastrando a su hermano lejos de la rubia mientras este se quejaba por su interrupción. La menor se excusa diciéndole que es necesario ya que debían de elegir el atuendo que usarían en pocas horas.

⸻ 𓃠 ⸻

Akila dejó las bolsas de compra sobre las mesas sintiendo al gato de Magnus pasar a su lado para que lo acariciara, escuchando la música baja que sonaba por los parlantes de la sala. Ella sentía algo extraño ya que el departamento del brujo nunca era tan silencioso como esa ocasión.

Juguetea con las llaves que estaba entre sus dedos ya que Magnus le había dado una copia para que entrara y viniera cuando ella quisiera, pero el brujo no sabía lo mucho que se iba a arrepentir esa tarde haberle dado esa llave.

La mandíbula de Akila casi cae al suelo cuando abrió la puerta de la habitación de Magnus viendo al brujo envuelto en sábanas, pero no estaba solo.

—¡Maldito rubio! —suelta una carcajada a ver cómo Gahiji se escondía entre las sábanas mientras Magnus tosía de forma loca.

—¡Florecita, toca la puerta! —mueve sus manos de forma desesperada.

—¡Lo sabía! ¡Lo sabía! —chilla en su lugar, dando saltitos y suspirando de forma emocionada—. Ya era hora, la tensión que había entre ustedes me mataba —se queja.

—¿Puedes...puedes darte la vuelta, Akila? Necesito ponerme pantalones —dice Gahiji y ve como la mujer gira su cuerpo mientras apoyaba su cabeza contra la pared murmurando algunas cosas.

—Listo —dice Magnus, quien también se vistió—. Ouch —se quejan ambos hombres cuando Akila se tira en medio de ambos.

—Les tengo alto chisme —sonríe emocionada—. Pero primero debo de saber cómo y cuándo.

—¿Cómo y cuándo qué?

—Cómo y cuándo ambos hicieron Click —dice de forma obvia—. Oh por Anubis, todos tienen sexo escandaloso, ¿cuándo dejaré de ser espectadora, dioses? —levanta sus manos hacia arriba de forma exagerada.

—Te crecerá la nariz como pinocho, Akila —Gahiji pellizca la nariz de la egipcia, burlándose de ella—. ¿Crees que anoche los dejé solos por pura coincidencia? Sabía que algo entre Alec y tú iba a pasar, por eso dejé condones en tu escritorio.

—¿Qué? —Magnus se reincorpora.

—¿Dejaste condones? —la mujer arruga la nariz—. No lo vimos —se encoge de hombros.

—¿¡Qué!? —vuelve a decir el brujo.

—¿Ah no? Después de dos horas que estuviste encerrada con él decidí regresar, no sabía cuánto iban a tardar. —El rubio agarra un caramelo que Akila le ofrece mientras murmuraba un gracias.

—Nuevamente digo: ¿Qué? —Magnus trata de llamar la atención de ambos egipcios.

—Volvimos al medio día —responde y blanquea los ojos ante la mirada pícara de Gahiji.

—Tráiganme una presión, mi trago se me bajó —finge desmayarse y ahí si capta la atención de los dos shadowhunters—. Empieza a hablar, florecita.

—Bueno...—Ella se sonroja un poco cuando ambos hombres se sientan delante de ella esperando a que comience a hablar.

⸻ 𓃠 ⸻

Las horas habían pasado y la noche cayó como una estrella fugaz, rápida y casi imperceptible donde solo las personas atentas se darían cuenta. El instituto están decorado de piso a techo, con hermosos entelados en dorado, negro y el característico azul de los Zahra quienes eran anfitriones de aquel baila donde las familias más importantes del mundo de las sombras fueron invitadas.

Las mujeres Zahra lucían impecables con sus vestidos largos donde portaban joyas exquisitas siendo escoltadas por Asim Zahra quien levantó sus brazos para que las dos luces de sus ojos enredaran sus manos en él. La única hija de Kamilah se excusó diciendo que debía de ir a la cocina justo cuando cierto Lightwood pasó detrás de ellos en busca de ella.

Ambos quedaron en un pasillo un poco separados de la multitud, la mujer burlándose del azabache cuando este intentó arreglarse la corbata siendo un total fracaso.

—He visto a tus suegros llegar hace unos instantes —murmura Akila, agarrando la corbata de Alec para poder acomodárselo correctamente.

El hombre frunció el ceño.—¿Cómo? Pero si acabo de ver a tus padres hablando contigo. ¡Ouch! —se queja ante el golpe de ella.

—Hablo en serio, Alexander. Los Branwell están aquí y quieren hablar contigo —hace una mueca, separándose y sentándose en una de las sillas que había en el pasillo.

Alec ve como la cara de Akila cambia, volviéndose neutral mirando sus manos mientras que sus pies se movían, él quita un caramelo de su bolsillo, colocándose de cuclillas enfrente suyo.

—Estas inquieta. —Coloca sus manos sobre las piernas de Akila, entregándole el caramelo de limón siendo gustosamente aceptado—. Todo acabará hoy, Akila.

—¿Ah si? —levanta la mirada—. ¿Estás seguro de querer hacerlo? Tal vez arruines tu futuro si cancelas tu matrimonio con Lydia, piénsalo puedes...

Él la calló, juntando sus labios en un tierno beso mientras que suspiraba en medio de beso al sentir el sabor de limón que había quedado en los labios de Akila luego del caramelo, saboreando y queriendo guardar el sentimiento de sus labios sobre los suyos en una danza cálida y hermosa que deseaba sentir toda su vida.

—Todo acabará hoy.

Su seguridad hizo que Akila se sintiera un poco más tranquila, pero no menos culpable. Lydia no era mala persona y no quería que Alec la dejara plantada, pero no se amaban, o eso quiere decirse para no sentirse mal. Fue Alec quien le propuso terminar con el matrimonio, no ella. Tal vez esto salga todo bien o todo mal. No hay punto medio.

—Al fin los encuentro, tortolitos —dice un Jace trajeado, sonriéndoles de forma pícara mientras se acercaban—. Miren a esta belleza —observa al dúo—. Ustedes también están lindos —ese comentario logra las carcajadas por parte de ambos directores—. Akila, tus padres están llamándote, dicen que el baile va a comenzar.

Ella asintió sonriendo.—Los veo luego, caballeros.

Jace mira a su parabatai con los ojos entrecerrados al ver como este se quedaba viendo por donde la mujer se había ido, observándolo como si fuera lo más hermoso de esta tierra.

—Más te vale que no le hagas daño a mi chicle —lo apunta de forma acusatoria, para después palmear su brazo—. Ella es especial.

—Lo es —suspira, sonriendo levemente.

—Si le haces algo te corto los huevos —amenaza de forma calmada, girando a ver el rostro pálido de su amigo.

—¿Qué?

—Es broma, pero si quieres no es broma —aclara, para después llevar una mano a su hombro—. Hombre, esa mujer es perfecta para ti, ¿si? No la dejes ir, además que si algo sale mal me quedo sin pastelillos de chocolate —lloriquea.

—Eres un tarado —ríe caminando juntos nuevamente hacia la sala principal.

⸻ 𓃠 ⸻

Las parejas ya estaban en el centro de la pista cuando la melodiosa canción comenzó a sonar haciendo que todos sonrieran. Los hombres hacían una leve reverencia, todos portando máscaras al igual que las mujeres, las luces ya no iluminaban tanto el lugar, haciendo que el misterio reinase por no saber quién era qué.

Alec estaba apoyado por una de las paredes charlando de forma animada con Gahiji cuando por coincidencia del destino miró hacia las escaleras donde una mujer vestía un vestido negro ceñido al cuerpo, su cabello atado con un tocado de diamantes, sus labios rojos resaltaban por su piel blanquecina. Bajaba las escaleras con delicadeza portando una máscara de encaje negro. Alec se despide de Gahiji sabiendo quien era aquella misteriosa mujer.

Akila sintió una mano posarse en su cintura y luego una figura masculina hizo presencia delante suya, la fragancia que este hombre desprendía lo conocía perfectamente, al igual que esos ojos verdes que la hacían suspirar. Él le ofreció su mano y ella lo acepta gustosa, ambos dirigiéndose al centro de la pista de baile donde todos danzaban en un baile delicado, dejándolos a ellos en medio al hacer un círculo.

Sus manos encajaban perfectamente, sus pasos eran sincronizados como si hubieran bailado millones de veces esta canción.

Akila giró la cabeza hacia un costado viendo a Lydia junto con sus padres a lo lejos mirándolos. La culpa la invadió.

—Bailas bien —menciona él, sonriendo burlonamente cuando Akila levanta la mirada, desorientada ya que estaba en su propio mundo.

—Ni siquiera sabes quien soy —dice ella—. Además, no creo que a tu futura esposa le agrade que bailes con otra mujer.

Él se pone serio, bajando su mano a sus caderas para así pegarla a su cuerpo, agachando un poco el rostro para poder llegar a la altura de su oído.

—Conozco cada parte de tu cuerpo. Sé perfectamente quien eres. —La hace girar cuando era el momento, agarrándola de la cintura nuevamente mientras ella ponía sus manos sobre su pecho—. La mujer a la que realmente quiero hacer mi esposa.

La música terminó, las parejas se iban separando, pero ellos dos seguían juntos en el centro, mirándose de una manera hipnotizante a través de las máscaras, sintiendo sus corazones latiendo y su sistema sentir la adrenalina de hacer una tontería. Al menos Alec lo estaba sintiendo, pensando en besarla ahí mismo, iba a hacerlo, estuvo al borde, pero la mano de Lydia lo hizo volver a la tierra.

—Mis padres quieren hablar contigo —dice ella, mirando de reojo como Akila le sonría sutilmente antes de desaparecer entre la multitud para ir a hablar con sus amigos.

Akila estaba hablando cómodamente con algunos conocidos cuando sintió la mano de Clary enrollarse en su brazo, pidiendo permiso para llevarse a la egipcia lejos de la conversación para poder hablar acerca de las cosas que habían encontrado en casa de aquel brujo que Magnus había contactado, que, lamentablemente había muerto.

—Su atención por favor, damas y caballeros —la voz de Lucca Branwell, el padre de Lydia hizo eco en aquella sala—. Primeramente quiero agradecer a los Zahra por haber hecho esta noche muy agradable —alzó las copas.

Akila sintió a sus padres acercarse a ella viendo la cima de la escalera donde estaban los Branwell...y también Alec.

—También queríamos aprovechar este hermoso baile de máscaras para dar anuncio del compromiso de mi hija Lydia y Alexander Lightwood —dice el hombre, con una voz alegre palmeando el hombro de Alec mientras este observaba todo en silencio.

El azabache mira de forma disimulada hacia donde estaba Akila cuando Lucca lo empuja al frente para dar algunas palabras.

Akila entrecierra los ojos, expectante ante las palabras que Alec iba a soltar, sin embargo sintió su mundo caerse al igual que su corazón cuando él habló...

—Gracias a todos por sus felicitaciones por mi compromiso con Lydia —levanta su copa al igual que los Branwell.

Y eso fue suficiente para Akila para irse del lugar, sin darse cuenta que Maryse Lightwood salía detrás suyo luego de darle una mirada decepcionada a su hijo al creer que rompería aquel compromiso que su esposo organizó.

—¿Qué mierda haces, Alec? —gruñe Jace, negando con la cabeza.

Alec busca con la mirada a Akila, pero solo se encuentra con la mirada sorprendida de Clary, preguntándole con la mirada donde se encontraba la egipcia, recibiendo una negación de cabeza por parte de la pelirroja.

—Como había dicho antes...—guarda silencio unos segundos—. Gracias por estar presentes y  por sus felicitaciones, pero el compromiso se cancela —baja la copa, mirando a los Branwell, mientras que los dos mayores lo miraban con sorpresa Lydia simplemente sonríe de forma ladeada—. Lo siento, no puedo seguir con esta farsa.

—Tranquilo —le dice, agarrando sus manos—. Ve tras ella antes de que sea tarde.

Y eso fue suficiente para dejar la copa en una mesa y salir corriendo por los pasillos, desesperado sintiendo su corazón salir de su pecho mientras se desabotonaba el saco en busca de Akila. Frenando de golpe al escuchar sollozos al otro lado de la habitación de ella, abriendo de forma disimulada la puerta, y cuando vió aquella imagen su corazón se le rompió al sentirse culpable de no haber sido rápido con las palabras.

Akila estaba acostada sobre las piernas de Maryse Lightwood mientras Izzy acariciaba su cabello secando sutilmente las lágrimas que caían de los ojos de la mujer.

—Fue inútil  —solloza—. Al final si va a casarse.

—Ay, mi niña —suspira—. No fue inútil, al menos te diste cuenta que realmente lo amas.

—Ambos se dieron cuenta de eso, mamá. Eran tan tercos que no se daban cuenta de sus sentimientos —murmura Izzy.

—¿Y eso de que me sirve? Al final se casará con otra y capaz llegue a amarla también o incluso más.

—Jamás amaré a otra persona cómo te amo a ti, Akila.

Akila se reincorpora de la cama, mirando de forma sorprendida al Alec despeinado que estaba parado en el marco de su puerta. Maryse acaricia la mano de Akila antes de caminar hasta su hijo, deseándole suerte dejándole un beso en su mejilla antes de darle privacidad a ambos adultos. Izzy por otro lado golpea a su hermano en la cabeza diciéndole que era un idiota al hacerle pasar ese mal momento a su amiga, pero luego le dió un beso en la otra mejilla ahí si dentándolos solos.

—Lo hice.

—¿Lo hiciste? —frunce el ceño.

—Te prometí acabar con el compromiso y así fue —sonríe, sentándose a su lado.

—Realmente lo hiciste...—su voz sale ensoñadora, mirando un punto fijo de la habitación.

—Akila, sé que no seré feliz con nadie más. A la única persona que permitiría que me fastidiara por el resto de mi vida con su voz insoportable, que me hable de películas mundanas y me haga hacer recetas de cocina es a ti —dice, agarrándole de las manos—. Solo quiero que tú formes parte de mi vida. 

—¿Diciéndome insoportable es tu forma de decirme que me amas? —hace un puchero y él asintió sonriendo—. Vaya manera, limón. Entonces también me gustaría que me fastidiaras con tu insoportable presencia.

Alec rodó los ojos, atrayendo a Akila a él. Las frías manos de Akila se posan en sus mejillas, cada vez acercándose más y sintiendo la respiración del otro, sus labios se rozaban, pero esta vez fue la mujer quien tomó la iniciativa juntándolos. Ese beso expresaba una explosión de sentimientos guardados por ambos desde la primera vez que se vieron.

Se transmitían todo lo que callaron por negarse a sentir algo por el otro, pero ahora, después de haberse expresado su desagrado en millones de palabras se encontraban besándose con tanto amor y pasión que les era irreal creerlo.

⸻ 𓃠 ⸻

La ahora pareja tardó un poco más de lo esperado, sintiendo las miradas acusatorias y pícaras por parte de su grupo de amigos cuando Alec venía acomodándose el traje y Akila se ataba su cabello en una cola alta. Los Zahra estaban ahí al igual que los Lightwood festejando lo acontecido mientras que los Branwell habían decidido dejar la fiesta, siendo Lydia la única en quedarse en el instituto, quien por cierto no estaba a la vista de la gente.

—Mi pareja favorita —chilla Magnus, haciendo con un movimiento de manos que serpentinas y confetis blancos y dorados cayeran sobre ambos cuando llegaron hasta la pequeña reunión.

—Al fin llegan —comenta Clary.

—Akila, tu vestido no está bien abrochado —le menciona Gahiji en un susurro al pasar a un lado de ellos.

Alec se burla, pero de forma disimulada levanta el cierre del vestido tratando de no reír ante el sonrojo de Akila.

—Bienvenido a la familia, Alec —dice Asim de forma amigable—. Pero si le haces daño a mi pequeña te daré como comida de pumas —se pone serio de golpe, pero al ver lo pálido que se volvió sonrió—. Es broma.

Todos soltaron una carcajada ante el rostro de Alec, pero luego miraron con ternura como Akila sonreía y entrelazaba sus manos.

—Alec, estoy tan orgullosa de ti —dice su hermana, sonriéndole con emoción.

—Oigan, chicos. —Los presentes giran a ver a Simon—. Eso ha sido sorprendente. Fue como ver la película de el Graduado en vivo, ya saben, ¿el de Dustin Hoffman? Es asombrosa, tú eres como Ben versión mujer —señala a Akila y ella sonríe—. Y Alec es...¡Elaine! Si, es Elaine. Una versión más alta y masculina.

—Oh por Rá —murmura Gahiji, tratando de no soltar una carcajada.

—Ahora es como que todos estamos sentados en el autobús al final, ambos emocionados, pero pensando: "¿qué haremos ahora?" ¿Si saben a lo que me refiero? —finaliza con una sonrisa emocionada.

Akila se encontraba apretando sus labios para no reír mientras que Alec lo mira con una mueca.

—¿Quién invitó al vampiro?

—¿Es en serio? —Simón boquea, incrédulo y todos sueltan la carcajada retenida.

—¿No es una ternura? —pregunta Akila, mirando a Alec.

—No.

Continue Reading

You'll Also Like

482K 49.4K 123
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves mรกs a fondo en vastante tierno mรกs que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
334K 25.2K 53
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
171K 9.9K 17
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ยฟQuรฉ suce...
682K 100K 99
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decรญan ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...