¡Con el cantinero!

By JxtxOrdelNH

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En la cálida noche de verano, rodeado de bellas mujeres y música agradable para la noche, Hoseok no deja de m... More

Prologo
1. cobarde en el bar
2. el rubio que sabe más
3. con café y té
4. una noche más

5. no importa el lugar

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By JxtxOrdelNH

La mañana del sábado fue un completo desastre para Hoseok. Los pendientes se acumularon gracias a su ensoñación y ahora no paraba de recibir llamadas de atención por parte de sus superiores.
Su viaje a la universidad el día anterior (junto al almuerzo con sus padres) fueron cancelados al momento de recibir el primer mensaje por parte de Namjoon, un simple saludo y todo su día se fue alterando conforme pasaron las horas.

¿Cuál era la forma correcta de tener una cita?
En su vida Hoseok había tenido solo una, y había sido un completo desastre. La mayoría de las veces aceptaba encuentros íntimos, en la vivienda de su conquista o en cualquier motel barato, porque era consciente de la dirección que tomaban en la noche. Pero ¿Una cita? ¿A plena luz del día? ¡¿Cómo él iba a estar preparado para algo como eso?!

La noche anterior habían acordado salir a comer juntos en la tarde, el moreno se vio obligado a trabajar la noche del sábado pero la emoción de pasar el momento juntos los llevó a un inocente encuentro en algún restaurante que Hoseok aún desconocía. Antes de saber aquel importante detalle había pasado toda la mañana-tarde ordenando su abandonado departamento, tratando de hacerlo ver un poco más iluminado y cálido. Durante la mañana y la tarde Namjoon y él mantuvieron cortas conversaciones, resultó que el moreno se mantenía ocupado gran parte del día, aunque no entraron en muchos detalles las momentáneas pláticas que mantuvieron fueron suficientes para hacer que el día tranquilo de Hoseok estuviera lleno de su inagotable sonrisa. O lo fue hasta que el día acabó.

—¿Diga?

Ya había pasado del medio día y el móvil pegado a su oreja no daba indicios de descansar hasta iniciar la merienda. Sus superiores parecían enfocados en tenerle toda la mañana ocupado, lo que le hacía dudar de su 'amistosa' compañía laboral. Con la computadora prendida sobre su regazo, un cuaderno lleno de garabatos y su vacía taza de café a su lado en la desordenada cama sentía estar a punto de tirarse desde la ventana de su apartamento. ¿Cuánto daño sería la caída desde el tercer piso?

Finalizando la quinta llamada que recibía ese día volvió su atención a su computador, se tomó varios minutos tratando de descifrar lo que sea que tenía escrito en el documento abierto de word. ¿Cuál era el mal que había cometido para merecer todo aquello? El incesante sonido de una llamada entrante volvió a desbordar su casi inagotable paciencia, y por su paz mental decidió ignorarlo, con la vaga esperanza de ser descartado por el interlocutor contrario. Pareciera no ser el caso. Un segundo después de ser cortada la llamada volvió a sonar el incesante tono de llamada.

—¿Diga? —intento muy fuertemente sonar amable, pero el tono despectivo de su voz no ayudó mucho.

—¿Hoseok? ¿Es un mal momento?

El suave y bajo tono de voz de Namjoon al otro lado de la línea fue un total remedio para su mal humor, el computador seguía encendido, la taza vacía se volcó a su lado, y el documento seguía sin tener sentido. Pero el ya era un idiota, uno con una extraña suerte.

—¿Eh? No, no, para nada. Solo terminaba unas… cosas. —ni siquiera se había quitado el pijama.

—Bueno, suenas ocupado. —no había forma de confirmarlo sin preguntar, pero Hoseok sabía por el ánimo en la voz de Namjoon que esté se hallaba sonriendo.

—No lo estoy, en absoluto. —el también sonreía, cómo un oso comiendo miel, pero más tonto.

—Ok, te creeré —el bajo bullicio al otro lado de la línea no ocultó el ligero sarcasmo del moreno, y Hoseok no lo podía culpar—. Entonces, ¿Estás listo?

—¿Eh? —primero fue la duda, después preocupación, y cuando la pantalla del computador mostró la hora en la parte inferior de está, bueno, Hoseok no pudo más que brincar de la cama alterado.

—¿Entonces si estabas ocupado? —la burla en su tono de voz alteró el nerviosismo en Hoseok, más de lo ya alterado.

—¿Qué? Pff claro que no solo- oh mierda, no, olvídalo —el desorden en su habitación le tenía tropezando cada paso que daba, aún con el móvil en su mano buscaba lo más decente en su armario.

El claro sonido de una risa se escuchó del otro lado de la línea, Hoseok detuvo sus búsqueda tratando de encontrar lo gracioso de la situación. Era tarde, faltaba menos de media hora para su cita con el increíble moreno y no tenía nada preparado aún. Cuando la risa calmo por parte de su interlocutor él espero confundido.

—Dios, realmente eres tierno. —ahora más enojado que confundido Hoseok no se contuvo de reclamar.

—¿Eso a qué va? —mantuvo fijo el teléfono entre su oído y su hombro mientras peleaba con su pierna y sus vaqueros favoritos.

—Aún estás a tiempo Hoseok, no te precipites demasiado. —Sonaba ligero y calmado, y Hoseok se encontró nuevamente confundido.

—¿Por qué lo dices? —sus pantalones estaban ya en su sitio cuando volvió a su computador y confirmó la hora, tenía buen tiempo, si, y el lugar acordado no estaba verdaderamente apartado de su zona (o eso decía maps), pero no podía evitar estar nervioso.

—Solo es un almuerzo, no una cena con el presidente —la música al otro lado de la línea se escuchaba más clara que antes, y después se detuvo abruptamente—. Si me dejas ser honesto, termine de lavar mi ropa justo antes de llamarte.

Ahora fue el turno de Hoseok para reírse, siendo acompañado por el moreno al teléfono. Era simple y cómodo mantener conversaciones con Namjoon, y a Hoseok le gustaba.

—Lo siento, solo estoy nervioso. —más calmado se sentó en la orilla de la cama y comenzó a atar los cordones de sus zapatillas blancas, gracias al cielo limpias—. ¿Sabes? No soy mucho de tener citas.

—Ahora me siento curioso. ¿Qué haces en lugar de tener citas?

Era realmente inocente la pregunta, llena de genuina curiosidad, y el pánico volvió a tomar a Hoseok con la guardia baja.

—No tengo ni la menor idea. —nuevamente se escuchó la viva carcajada de Namjoon, dejando a Hoseok en medio de emociones confrontadas.

—Entonces, intenta jugar un poco a la antigua conmigo —la risa seguía, completamente alegré y dejando un tímido Hoseok con lo dicho.

—No escucharás quejas de mi parte. —El silencio que se formó en la llamada no era incómodo, estaba lleno de tensión entre ambos hombres.

—Entonces, nos vemos en nuestra cita.

—Hasta entonces, Namjoon.

La llamada terminó y Hoseok no paraba de sonreír, dejando el móvil en la cama entró al baño de la habitación y se acomodó lo mejor que pudo su peinado. Se sentía mal de ser tan feliz en ese momento, aún con sus pendientes acumulados en su desordenada cama. Pero el era un idiota, uno muy feliz incluso mientras salía de su casa rumbo a su más que interesante cita.

<•••>

No le tomó más de quince minutos llegar al lugar de encuentro, aparco en el estacionamiento debajo del centro comercial de la ciudad y salió con prisa al primer piso del lugar. Sabía cuál era el restaurante donde le había contado Namjoon, aunque nunca había entrado al lugar, pero no le fue difícil encontrarlo. Era un simple establecimiento, la comida italiana parecía ser el consumo principal del lugar, pero fue el hombre alto enfrente del lugar el que llamó su atención por completo. Los nervios se arremolinaron en su estómago, y el calor subió a la punta de sus oídos con cada paso que daba.

—Hey. —fue Hoseok el primero en saludar, el azabache parecía concentrado en su teléfono antes de levantar la mirada con su saludo.

—¡Oh! Has venido. —namjoon sonreía al verle y se acercó sorprendiendo a Hoseok con un beso en la mejilla, muy cercano a la comisura de sus labios.

—Eh … sí, no esperaste demasiado, ¿Oh si?

—No realmente, llegué hace poco y pensaba llamarte. —ofreció su mano a Hoseok y espero a que este la tomara, con un ligero titubeó entrelazó sus dedos con el castaño—. Por cierto, luces muy lindo.

Un rojo cubrió las mejillas de Hoseok y Namjoon se enorgulleció por ello. No mentía con lo dicho, he incluso pensaba que la palabra no era suficiente para describir lo bien que lucía Hoseok con sus vaqueros sueltos y la amplia playera estampada. Se veía muy genial y moderno, ¿Y el sonrojo en sus mejillas? Volvía todo en el muy tierno y solo quería besarlo de lo lindo.

—Gracias, también luces muy bien. —quería acercarse al moreno y besarlo de igual forma, pero la timidez era más, y Namjoon no ayudaba luciendo tan relajado y atractivo. El pantalón negro resaltaba sus largas piernas y la playera blanca fajada en ellos se ajustaba correctamente a sus amplios hombros, y esa sonrisa con hoyuelos, bueno, atractivo era correcto para describirlo.

—No intentes ser más lindo de lo que ya eres. —El tono lleno de cautela en su voz paralizó a Hoseok, la duda llenaba su mente con la misma pregunta, ¿Habrá manera de hablar con Namjoon y no sufrir un paro cardíaco a causa de su acelerado corazón?—. Siendo honesto, mi idea inicial era una romántica cita en el cine.

—¿Y qué te hizo cambiar de opinión? —dejó de lado su nerviosismo y se concentró en el moreno hombre, inevitablemente miró la mano libre de Namjoon, y un ansioso cosquilleo en su palma le dejó con la intención de tomar la mano contraria—. No me molestaría ver una película contigo.

Namjoon pareció pensarlo un poco, su mirada vagó hacia la entrada del restaurante y terminó en sus converse azules, su sonrisa marcada en cada momento le daba a Hoseok una impresión de vacilación. No buscaba una razón, buscaba una forma de responder a sus palabras sin sonar extravagante.

—Bueno, me gusta la idea cliché en el cine. Pero prefiero charlar un poco, conocernos mejor… —vacilante en sus pasos, se acercó al lado de Hoseok, con más seguridad entrelazó su índice con el contrario, suspirando muy cerca de su rostro—. Y si estás de acuerdo conmigo, terminaríamos la cita en la última fila de la sala de cine.

—Hmm ¿Debería preguntar, por qué la última fila? —agradeció internamente a su hermana por haberlo obligado a ver demasiadas películas sobre tontos adolescentes en su juventud para saber a qué se refería Namjoon, se atrevió a unir por completo su mano a la contraria, tratando de no lucir tan tímido como se sentía—. Solo digo, por si la película es de mi interés.

Con una sonrisa ladina Namjoon se acercó peligrosamente a Hoseok, su mano libre acarició con gentileza el costado del rostro de Jung, la respiración de ambos se mezcló en la corta distancia que los separaba y cuando Hoseok cerró los ojos esperando a ser besado, Namjoon se negó a cortar los centímetros de diferencia. Un casto beso en su mejilla fue todo lo que sintió Hoseok antes de sentir el calor del contrario apartarse del propio, tragó saliva antes de abrir los ojos y ver la inocente sonrisa que Namjoon le dedicó. Aún si sus manos seguían conectadas no podía evitar sentirse inquieto por el negado beso, su vista no se pudo apartar de esa cruel y burlona sonrisa del contrario.

—Bueno, dejo eso a tu elección. —el ligero puchero en los labios de Hoseok le tenía riendo en sus adentros, la idea de terminar la cita en el cine fue repentinamente cambiada al pensar en los besos ya compartidos con Hoseok. Y no había escenario más cliché que tener al lindo castaño nervioso en los asientos finales de la sala haciendo, bueno, lo que sea menos mirar la película en pantalla. Ese era su escenario ideal para terminar aquella cita, esperando que Hoseok le acepte algo más que eso para el próximo encuentro —. Por ahora, ¿Quieres entrar?

Cambiando su puchero por una sonrisa gratificante, Hoseok asintió antes de seguir los pasos del moreno, olvidando el completo desastre que es su vida con la sola presencia de Namjoon.



Creía que era difícil iniciar pero casi muero por no saber cómo terminar ಠ⁠﹏⁠ಠ

No sé si me es difícil gustar de lo que escribo xq soy principiante o de verdad no lo hago bien Ó⁠╭⁠╮⁠Ò
Pero continuaré con esto



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